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Desarrollo a escala humana.

Ma-x Neef
1.- Crisis

Las necesidades humanas son las necesidades comunes que padecen todos los humanos, son
finitas e identificables, pero los "satisfactores" pueden ser muchos y variados. Los mejores son
los que satisfacen varias necesidades a la vez. Debemos abandonar el ansia de modernización
uniformizadora y hay que pensar en los valores de uso y apreciar la diversidad.

El Producto Interno Bruto (PIB) es el valor de toda la producción de la economía, sin restar las
amortizaciones, este concepto confunde la definición de trabajo con el de empleo asalariado,
son invisibles para los economistas y para los políticos el trabajo de los hombres y las mujeres
del mundo que se "buscan la vida". Todo lo que no da "valor añadido" crematístico, o que da
poco, es casi invisible.

Desde las cavernas, sin ninguna tradición y desde la escasez de lenguajes; tenemos que volver
a dibujar en la penumbra los signos que puedan simbolizar nuestra comprensión de una
realidad amenazante y facilitar la creación de alternativas. Ineludiblemente debemos
interrogar a lo visible y desde allí hacer visible lo posible. Desde sueños que parecen
imposibles tenemos que ser capaces de visualizar soluciones. El paro estructural, la dualización
social y la degradación ambiental son el trasfondo del discurso de la lógica del mercado, de la
revolución tecnológica que dirige a la economía y la política actuales.

1.1.- Propuesta y utopía

Este planteamiento no pretende ser un modelo de solución definitiva, es una opción abierta
que sólo se justifica en la medida en que se la asuma y entienda como una construcción que
trascienda y permanezca en el tiempo. La panacea que se ofrece desde las esferas polìticas no
es capaz de garantizar un desarrollo, sustentable, un orden socialmente justo y
económicamente viable.

1.2.- Limitaciones para el desarrollo

El diagnóstico parece estar completo; no es nada fácil renunciar a diseños estratégicos o


construcciones teóricas e ideológicas en las que se han cimentado durante largo tiempo
creencias y esperanzas. La crisis parece trascender nuestra capacidad de asimilarla e
internalizarla plenamente. Después de todo, no se trata de una crisis clara. No es sólo
económica, ni es sólo social, cultural o política. De alguna manera, es una convergencia de
todas ellas pero que, en su agregación, resulta en una totalidad que es más que la suma de sus
partes. La crisis se ve agudizada por la ineficacia de las instituciones políticas representativas
frente a la acción de las élites de poder.

El empobrecimiento ha hecho inmanejables los conflictos en el seno de las sociedades, a la vez


que imposibilitan las respuestas constructivas a tales conflictos. Esta situación nos hace
desembocar en la crisis de la utopía; la cual se manifiesta con muchos rostros: el derrotismo, la
desmovilización, el individualismo, el miedo, la angustia y el cinismo. En los componentes
económicos de la crisis se observa un comportamiento histórico a través de las políticas de
desarrollo que se han aplicado durante las últimas décadas. Lo primero que se detecta es un
claro proceso de expansión que termina generando desequilibrios financieros y monetarios; de
lo cual deriva respuestas estabilizadoras. Las cuales conllevan a elevados costos sociales.
Costos que induce a nuevos impulsos de expansión.
1.3.- Desarrollo a escala humana

El Desarrollo a Escala Humana se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades


humanas fundamentales

2.- Desarrollo y necesidades

Al enfrentar el futuro se corre el riesgo de caer en errores de percepción o de equivocarse en


la acción. Las condiciones las alternativas parecen claras: a).- las concepciones económicas
que han dominado el escenario no han logrado satisfacer las legítimas carencias de las
mayorías; b).- una nueva concepción ha de orientarse hacia la adecuada satisfacción de las
necesidades humanas (alimentación, salud, educación, vivienda, trabajo).

2.1.- Perspectivas

Necesidades humanas, auto dependencia y articulaciones organizacionales, son los pilares


que sustentan el Desarrollo a Escala Humana. Pero para servir su propósito sustentador deben,
a su vez, apoyarse sobre una base sólida. Esa base se construye a partir de las personas, como
consecuencia de la diversidad ideológica como la autonomía de pensamiento; en donde el
protagonismo sea realmente posible.

Lograr la transformación de la persona -objeto a persona-sujeto del desarrollo es un problema


de escala; porque no hay protagonismo posible en sistemas organizados jerárquicamente
desde arriba hacia abajo. El Desarrollo a Escala Humana apunta hacia una profundización
democrática en la práctica. Tal acción directa y participativa puede revertir el rol tradicional de
los partidos y paternalista del Estado. Frente a esta crisis, la oposición democráticas
revalorizan la necesidad de promover un orden basado en la articulación política democrática
con la participación social; fortalecimiento de instituciones auténticamente democráticas y
autónoma. Un Estado y gobierno verdaderamente democrático para una sociedad y una
cultura democrática; prácticas y mecanismos que comuniquen, socialicen y rescaten las
diversas identidades colectivas que conforman el cuerpo social de la sociedad civil. Se observa
cotidianamente las graves desarticulaciones que se dan entre las actuaciones de las cúpulas
políticas y las aspiraciones e impulsos que se desencadenan en los sectores populares.

2.2.- Bases de la Sistematización. El desarrollo se refiere a personas y no a objetos; por tanto,


el mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar más la calidad de vida de las
personas.

2.3.- Metodología. Las necesidades humanas pueden desagregarse conforme a múltiples


criterios, y las ciencias humanas ofrecen en este sentido una vasta y variada literatura. En este
documento se combinan dos criterios posibles de desagregación: según categorías
existenciales y según categorías axiológicas. Esta combinación permite operar con una
clasificación que incluye, por una parte, las necesidades de Ser, Tener, Hacer y Estar; y, por la
otra, las necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto, Entendimiento, Participación, Ocio,
Creación, Identidad y Libertad. Ambas categorías de necesidades pueden combinarse con la
ayuda de una matriz.
De la clasificación propuesta se desprende que, por ejemplo, alimentación y abrigo no deben
considerarse como necesidades, sino como satisfactores de la necesidad fundamental de
subsistencia. Del mismo modo, la educación (ya sea formal o informal), el estudio, la
investigación, la estimulación precoz y la meditación son satisfactores de la necesidad de
entendimiento.

Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades o, a


la inversa, una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni
siquiera estas relaciones son fijas. Pueden variar según tiempo, lugar y circunstancias.

Habiendo diferenciado los conceptos de necesidad y de satisfactor, es posible formular dos


postulados adicionales. Primero: Las necesidades humanas fundamentales son finita s, pocas y
clasificables. Segundo: Las necesidades humanas fundamentales (como las contenidas en el
sistema propuesto) son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo
que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es la manera o los medios utilizados para la
satisfacción de las necesidades.

2.4.- Opciones de desarrollo

Uno de los aspectos que define una cultura es su elección de satisfactores. Las necesidades
humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad consumista son las
mismas de aquel que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la elección de
cantidad y calidad de los satisfactores, y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores
requeridos.

Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino
los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es consecuencia de cambiar
satisfactores tradicionales para reemplazarlos por otros nuevos y diferentes

3.- Desarrollo y auto-dependencia

Si querernos definir o evaluar un medio en función de las necesidades humanas, no basta con
comprender cuáles son las posibilidades que el medio pone a disposición de los grupos o de las
personas para realizar sus necesidades. Es preciso examinar en qué medida el medio reprime,
tolera o estimula que las posibilidades disponibles o dominantes sean recreadas por los
propios individuos o grupos que lo componen.

3.1.- Desarrollo dependiente

Mientras un satisfactor es en sentido último el modo por el cual se expresa una necesidad, los
bienes son en sentido estricto el medio por el cual el sujeto potencia los satisfactores para vivir
sus necesidades. Cuando la forma de producción y consumo de bienes conduce a elegir los
bienes el fin es en sí mismos, entonces la presunta satisfacción de una necesidad empaña las
potencialidades de vivirla en toda su amplitud. Queda, allí, abonado el terreno para la
confirmación de una sociedad alienada que se embarca en una carrera productivista sin
sentido. Donde la vida se pone, entonces, al servicio de los sistemas y artefactos en vez de los
artefactos y sistemas al servicio de la vida.
3.2.- El mundo invisible.

La construcción de una economía humanista exige, en este marco, un importante desafío


teórico, a saber: entender y desentrañar la dialéctica entre necesidades, satisfactores y bienes
económicos. Esto, a fin de pensar formas de organización socio-económica en que los bienes y
sistemas de servicio potencien satisfactores para vivir las necesidades de manera coherente,
sana y plena. La situación obliga a repensar el contexto ideológico y social de las necesidades
humanas de una manera radicalmente distinta a las presentadas por planificadores sociales y
por diseñadores de políticas de desarrollo. Ya no se trata de relacionar necesidades solamente
con sistemas, bienes y servicios que presuntamente las satisfacen, sino de relacionarlas
además con prácticas sociales, formas de organización, modelos políticos y valores que
repercuten sobre las formas en que se expresan la satisfacción de las necesidades.

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