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COMPRENDIENDO EL ORIGEN DE MIS

PENSAMIENTOS Y CREENCIAS

EL ORIGEN DE LOS PENSAMIENTOS Y LAS CREENCIAS5

“Esteban, se encuentra sentado en lo que se podría decir que es su lugar favorito, se le nota por
fuera de este mundo, su mirada está perdida; no se puede decir a ciencia cierta si está mirando el
paisaje a su frente o la maraña de sus adentros, sólo él sabe. Lo cierto es que se ve triste, al
consultarlo manifiesta que se siente solo, porque sus amigos se fueron a cine y no le avisaron para
ir con ellos, pero que él sabe que es culpa suya que esté así, por no haber hecho

lo suficiente para agradar a sus amigos; de hecho, dice que sabe que los demás no lo consideran
importante y aunque se esfuerce nunca va a logra que lo acepten dentro de un grupo. Dicho esto,
se levanta de donde está sentado, suspira, me mira - en sus ojos veo una desesperanza profunda-
se encoje de hombros y comienza a caminar; quedo con la misma sensación
inicial de no saber si mira su alrededor o si en realidad está mirando la maraña de sus adentros”.

Según el modelo cognitivo, que es el que afirma que una persona, como Esteban ante una
situación específica, no responde arbitraria ni automáticamente, sino que antes de emitir una
conducta desde la emoción que está vivenciando; perciben, clasifican, interpretan, evalúan, y le
asigna un significado a ese estimulo que lo está movilizando, de acuerdo a experiencias o
estímulos anteriores que estructuran unos supuestos de pensamientos o como se les conoce
técnicamente: “esquemas cognitivos”.

Estos esquemas, no son otra cosa que la forma como nuestro cerebro organiza los conceptos y
sistematiza la información que recibe del ambiente en el que se desarrolla el individuo; en este
proceso de organización en nuestra mente se estructuran lo que se conoce como “creencias
nucleares” que son las que contienen la visión que las personas tienen del mundo, del otro, de él
mismo y como se relaciona con ese mundo a partir de esa forma particular de verlo. Son
categóricas, incondicionales y estable en el tiempo.

Dentro de estas creencias están también las “creencias intermedias” que hacen referencia
básicamente a actitudes, reglas y supuestos que se plantean en términos proposicionales de “Sí…
Entonces”; para el desarrollo de éstas, las “creencias nucleares” juegan un papel preponderante.
Estos esquemas de creencias no son arbitrarios siguen unas reglas específicas que transforman la
información que los individuos seleccionan del medio para ser atendida, codificada, almacenada y
recuperada; estas reglas se denominan “Procesos Cognitivos”; los cuales en muchas ocasiones no
toman toda la información disponible, sino que la atienden tomando en cuenta los que ya existen
dentro de sus esquemas de pensamientos. Como ejemplo claro se puede tomar el caso de
Esteban que se expuso al inicio del capítulo, en donde selecciona la información basado en
situaciones previas de rechazo y a partir de ahí realiza todo su proceso de pensamiento; los
profesionales del campo de psicología afirman que todo esto ocurre sin que el individuo sea
plenamente consciente de ello.

Vale la pena resaltar que estos procesos cognitivos, son adecuados cuando permiten el desarrollo
de las potencialidades del individuo al contribuir a un desempeño efectivo del mismo; es decir,
cuando permite dar solución oportuna, rápida y pertinente a un problema específico. Por el
contrario, cuando no aportan nada al crecimiento de la persona, sino que lo limita al sumergirlo
en un círculo vicioso, se convierten en sesgos o errores cognitivos, que impiden que se realice un
procesamiento adecuado de la información.

Snyder (1918), llama a estos sesgos “confirmatorios” a través de los cuales la persona que lo
utiliza confirma esquemas previos, en el caso de Esteban, éste confirmó lo que ya sabía (desde su
proceso cognitivo), Él no es importante para nadie; existen otros sesgos que son más de carácter
emocionales y que son conocidos como “distorsiones cognitivas” las cuales hacen que las
personas se perciban erróneamente, motivados por un movimiento afectivo experimentado. El
ejemplo más apropiado para comprender este tipo de sesgo es el de la persona anoréxica que
está completamente delgada, casi que esquelética y al ponerse frente al espejo se ve gorda.

En la última fase de esta estructura cognitiva, se encuentran los “productos cognitivos” que los
pensamiento e imágenes que resultan de la dinámica descrita anteriormente; según las autoras,
sobre las que se apoya este documento, Beck las denomina “pensamientos automáticos”

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