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Qué es Ciencia:

Se denomina ciencia a todo el conocimiento o saber constituido mediante la observación y


el estudio sistemático y razonado de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

El objetivo de la ciencia es descubrir las leyes que rigen los fenómenos de la realidad,
comprenderlos y explicarlos. De allí se deriva que la función de la ciencia es describir,
explicar y predecir tales fenómenos a fin de mejorar la vida humana.

La palabra ciencia deriva del latín scientĭa, que significa ‘conocimiento’ o ‘saber’ y, como tal, no se
restringe a un área específica.

Características de la ciencia
Las ciencias son muy diferentes en sus propósitos específicos. Sin embargo, todas
comparten en común la búsqueda de leyes generales; principios metodológicos
fundamentales; carácter sistemático y utilidad para la civilización. Veamos cada
característica por separado.

Aplica el método científico. La ciencia aplica normas y criterios verificables para estudiar
los fenómenos, los cuales se denominan método científico. El método científico se basa en:

 observación,
 proposición,
 formulación de hipótesis,
 experimentación,
 demostración y
 conclusiones.

Tipos de ciencias

En la actualidad, el modelo de clasificación más difundido es el que distingue entre ciencias


formales y ciencias fácticas, llamadas en otros modelos “experimentales o empíricas”.

Ciencias formales

Son aquellas que tienen por objetivo las abstracciones mentales y, por ello, son analíticas, como la
matemática y la lógica.

Reciben el nombre de ciencias formales porque no se ocupan de los contenidos concretos, sino de
los axiomas o conceptos abstractos que el ser humano capta gracias a la deducción y la inferencia,
los cuales son llamados “formas” u “objetos ideales”.

Las ciencias formales son:


lógica;

matemática;

estadística;

informática;

ciencias de la computación;

ciencia computacional teórica.

Ciencias fácticas

Las ciencias fácticas son las que estudian hechos naturales, sociales o humanos, según la
clasificación de Mario Bunge. Algunos teóricos las llaman ciencias empíricas y experimentales
porque pueden ser verificadas en la realidad, ya sea por observación o por experimentación. Se
subdividen en ciencias naturales y ciencias sociales y humanas.

Ciencias naturales

Las ciencias naturales son aquellas que describen, ordenan y comparan los fenómenos naturales,
es decir, los objetos de la naturaleza y los procesos que tienen lugar en ella, de las cuales se
pueden, incluso, formular leyes y reglas.

El campo de actividad de las ciencias naturales está constituido principalmente por la investigación
sin una aplicación específica.

Las ciencias naturales son las siguientes:

Química

Física

Biología

Astronomía

Geología

Ciencias sociales y humanas

Las ciencias sociales y humanas son aquellas que estudian al ser humano y la sociedad. Es decir,
estudian de forma sistemática los fenómenos y procesos socioculturales, producto de la actividad
del ser humano y su relación con el entorno.

En este sentido, divide su campo de estudio en diferentes áreas, que pueden abarcar desde las
normas de convivencia y los modos de su organización social, hasta las formas de comunicación.

Son ciencias sociales y humanas las siguientes:


sociología;

economía;

historia;

geografía;

lingüística;

antropología;

psicología.

Ciencias aplicadas

Las ciencias aplicadas son aquellas que utilizan los conocimientos desarrollados por las ciencias
formales o las ciencias empíricas y experimentales en ámbitos especializados de interés.

Entre las ciencias aplicadas podemos mencionar las siguientes:

ingeniería;

arquitectura;

medicina;

nutrición y dietética;

farmacia;

arqueología;

psicología social;

bioanálisis, etc.

Historia de la ciencia

El origen de la ciencia propiamente dicha se remonta a la Antigua Grecia, donde se consolida


gracias a la filosofía. La filosofía griega tuvo el mérito de separar la comprensión de la naturaleza
del pensamiento mítico, y dio lugar a áreas diferenciadas como la lógica, la matemática, la física, la
geometría, la astronomía, la biología, etc. Desde entonces, la ciencia ha evolucionado en su
concepto y alcance.

Las ciencias en la Edad Antigua

El pensamiento científico griego, cuyo influjo fue dominante hasta el siglo XVI, confiaba en que
toda pregunta podía ser respondida mediante el pensamiento racional abstracto. En consecuencia,
no experimentaba ni se detenía en evaluar la función social del conocimiento obtenido.
Durante la Edad Media, cuando aún era dominante la influencia del enfoque griego, la
preocupación central fue conciliar la ciencia y la fe, al mismo tiempo que desarrollar el ejercicio de
la razón (escolástica).

El nacimiento de las ciencias modernas

Todo cambió a partir del siglo XVI. Por un lado, la teoría heliocéntrica de Copérnico, deducida por
observación, cuestionó el creacionismo. Más tarde, Galileo refutó la teoría del movimiento de
Aristóteles mediante la experimentación.

Estos y otros esfuerzos, como los de Kepler, dieron lugar a la llamada Revolución científica, que
desembocó en el pensamiento racionalista de Descartes y del empirismo de Francis Bacon, John
Locke y David Hume.

Así, en la Edad Moderna, la ciencia se separó del pensamiento teológico y del mero ejercicio
deductivo y fue vista como una promesa de liberación y progreso sociocultural.

Las ciencias en la Edad Contemporánea

En la Edad Contemporánea, la evolución de la ciencia trajo nuevas teorías y descubrimientos que


transformaron el mundo. Además, su alianza con la tecnología, especialmente desde 1870, llevó la
revolución industrial a otro nivel.

Hacia el siglo XX, la ciencia asiste a un proceso de diferenciación y especialización. En el siglo XXI,
los límites de la hiperespecialización han evidenciado la necesidad de diálogo entre diversas
disciplinas, bajo enfoques interdisciplinarios o transdisciplinarios.

Actualmente, al tiempo que se celebran los logros de la ciencia, se cuestionan sus prácticas y
alcances, especialmente en lo que respecta a su alianza con la industria tecnológica (incluida la
industria armamentística) y el modelo de la sociedad de consumo.
¿Qué son las ciencias naturales?

Las ciencias naturales (también ciencias de la naturaleza, ciencias físico-naturales o ciencias


experimentales) son aquellas disciplinas de estudio que se interesan por comprender las leyes que
rigen la naturaleza, y que lo hacen conforme al método científico y al método experimental.

Esto quiere decir que intentan estudiar la naturaleza de manera objetiva, amparándose en el
razonamiento lógico (tomando prestadas herramientas de las ciencias formales), la repetición en
ambientes controlados de fenómenos observados naturalmente (experimentación), y
contemplando en menor medida los asuntos subjetivos propios del ser humano.

En esto último se distinguen de las humanidades y de las ciencias sociales, pues estas últimas
centran su atención en la cultura y en la sociedad humana respectivamente. Por otro lado, las
ciencias naturales forman parte de las ciencias básicas, es decir, las que intentan descifrar las leyes
fundamentales del universo conocido, y no deben confundirse ni con las ciencias aplicadas, ni con
las ciencias terrestres.

Objeto de estudio de las ciencias naturales

Como hemos dicho antes, las ciencias naturales centran su interés en la naturaleza, es decir, en las
leyes que rigen el mundo y los fenómenos que en él son observables. En líneas generales se ocupa
de los fenómenos que ocurren independientemente de que el ser humano esté o no allí para
observarlo o tomar parte en él, vale decir, del mundo a nuestro alrededor, ya sea a dimensiones
macroscópicas o microscópicas.

Clasificación y ramas de las ciencias naturales

Las ciencias naturales son seis, clasificadas de acuerdo al ámbito de la naturaleza del que se
ocupan, a pesar de que entre ellas haya numerosas zonas de contacto que dan origen, a su vez,
cierto número de disciplinas científicas.

Así, podemos hablar de:

Ciencias físicas. Se ocupan de las leyes fundamentales del universo perceptible. En este grupo
están:

Astronomía. Estudia los astros celestes y las interacciones entre ellos.


Física. Estudia las fuerzas fundamentales del universo (energía, espacio, tiempo, etc.) y las
leyes que de ellas se desprenden.

Geología. Estudia la Tierra, nuestro planeta, así como sus procesos de formación y
transformación.

Química. Estudia la composición, estructura y reacciones de la materia.

Ciencias biológicas. Se ocupan de las leyes fundamentales de la vida como la conocemos. En


este grupo están:

Biología. El estudio de los seres vivientes, sus procesos internos, su comportamiento, su


origen y evolución, así como sus interacciones.

Paleontología. Estudia la distribución y evolución de la vida sobre la tierra antes de la


aparición de la especie humana.

Importancia de las ciencias naturales

Las ciencias naturales responden a la necesidad del ser humano de comprender el mundo que lo
rodea (incluso el que está dentro suyo), para poder luego adaptarse a él o adaptarlo a la medida
de sus necesidades.

Sin el desarrollo de estas ciencias, la historia humana habría sido mucho más trabajosa, ya que la
tecnología, ese gran factor transformador, se alimenta directamente de la aplicación de los
principios, teorías y fundamentos que las ciencias naturales descubren, desarrollan y postulan.
Cosmovisión

El término cosmovisión está asociado a la manera de observar e interpretar el mundo (Real


Academia Española, 1984). De acuerdo con Ferrater (1965), la cosmovisión es una concepción del
mundo que penetra la vida espiritual del hombre y sirve como marco orientativo de la acción
práctica de los individuos (p. 244). En este sentido, ayuda a los individuos a percibir el universo
como ordenado e incluye teorías cosmogónicas que revelan el origen del mundo natural y de la
especie humana; contiene ideas sobre las fuerzas que sostienen el universo material, la vida
individual y colectiva. Hay diferentes tipos, algunas representan estas fuerzas como leyes naturales
y filosóficas, y hay otras que las consideran dioses, espíritus u otras entidades, los cuales se
manifiestan en símbolos y tienen nombres propios según la sociedad en particular (Rupflin, 1999).

Una cosmovisión es, pues, la relación entre la cultura y el individuo que se manifiesta mediante las
creencias y conocimientos particulares de una comunidad (Palma, 2006).

Sistema interrelacionado
El pueblo maya interpreta el mundo como un sistema interrelacionado y como un orden espiritual
vigilado y moral, que demanda respeto, gratitud y moderación (Chochoy, et al., 2006; Palma,
2006). El Gobierno de Guatemala reconoció, a través del Acuerdo sobre identidad y derechos de
los pueblos indígenas, que la cosmovisión maya se fundamenta en la relación armónica de todos
los elementos del universo, en el que el ser humano es un elemento más, la tierra es la madre que
da la vida y el maíz un signo sagrado (“Acuerdo sobre identidad”, 1997).

Para este pueblo, todos los individuos tienen una misión determinada dentro de la totalidad de
elementos que constituyen el universo, todos traen un trabajo y una función ineludible (Lima,
1995). En la concepción maya del mundo, la misión de cada ser en esta vida “es otorgada por la
naturaleza, para guardar correspondencia y armonía con los demás seres y el cosmos” (García,
Curruchiche & Taquirá, 2009, p. 233).

Aspectos de la cosmovisión maya

Según Aj Xol Ch’ok (2008), los aspectos más significativos de la cosmovisión maya son los
siguientes:

Todo es sagrado.

El maíz es la base de la vida.

Todo tiene Winaqil o es Winaq, término que refiere a la vida, imagen, corazón y espíritu que
comparten todos los seres vivos del universo.

Todo tiene vida. Todo lo que existe en el sagrado Kaj Ulew (universo) está vivo y cumple una
función por la cual se le ha dado esa existencia.

Todo tiene Rajawal, madre y padre.

Todo necesita alimentarse y sustentarse.


Todo es parte de cada ser que existe.

Todo tiene un lenguaje. A cada situación, a cada ser vivo, a cada actividad, a cada instrumento
se le debe hablar respetuosamente, todo tiene un discurso.

En la cosmovisión maya, el maíz es sagrado y constituye la base de la vida (García, Curruchiche &
Taquirá, 2009, p. 155):

El sagrado maíz es la base de la vida, es un elemento central de la cosmovisión maya, desde el


inicio de nuestra existencia hasta hoy día. Según el Popol Wuj, nuestros abuelos y nuestras abuelas
formaron al hombre y a la mujer usando el maíz, por eso el proceso de realizar la siembra del maíz
es trascendental e importante, el sagrado maíz ha marcado y dado sentido a la vida, por lo que hay
que guardar respeto, fundamentalmente, por los cerros.

La siembra del maíz es sagrada porque está unida con la vida del ser humano, el cual, al igual que
el maíz, nace, crece, florece, produce, madura y muere. El maíz es un ser vivo y está establecido un
orden lógico de cómo se debe hacer cada procedimiento practicado por nuestros abuelos.

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