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Plan estratégico y planes de acción

Conoce qué es y por qué es útil un plan estratégico y de


acción. En él se analiza quiénes somos, se establecen
objetivos alcanzables y se identifica en quién podemos
apoyarnos para poder conseguir nuestros objetivos.

Un plan estratégico personal o un branding plan es una herramienta muy


potente y útil tanto para el desarrollo personal como profesional. Es una
herramienta que ayuda a conocerse mejor a uno mismo para saber dónde se
encuentra cada uno y sirve también para identificar a dónde se quiere llegar,
los objetivos etc. Sirve también para saber cuál es la distancia entre el dónde
se está y dónde se quiere llegar. Un plan estratégico es válido para todo el
mundo siempre y cuando sea una herramienta útil, no una herramienta que
agobie o encorsete.

El diseño de un plan estratégico puede ayudarnos a conocernos mejor a


nosotros mismo y, por lo tanto, nos puede ayudar a elegir y definir mejor
nuestros objetivos. Pero es importante mencionar que, aunque en muchas
ocasiones pueden ser herramientas útiles, no todos los proyectos necesitan un
plan estratégico. Por ejemplo, cuando marcamos unos objetivos que no se
cumplen o tardan más tiempo de lo esperando en cumplirse, antes de que se
produzca insatisfacción o rechazo, es recomendable establecer un plan
estratégico.

El autoconocimiento es un proceso reflexivo que ayuda a generar más


consciencia sobre uno mismo. Para llegar a él hay que fijarse en los valores a
través de, por ejemplo, la dinámica de los referentes; en la visión, con
preguntas como "¿cómo estaré dentro de cinco años?"; en las competencias; y
en las preferencias a través del test MTBI, de las habilidades sociales o de la
gestión emocional.

El autoconocimiento es una de las cuestiones más importantes a la hora de


establecer un plan estratégico, el cual nos ayudará a marcar una serie de
pautas o pasos a seguir dependiendo de cuál sea nuestro objetivo. El
autoconocimiento es un proceso reflexivo que nos ayuda a generar más
consciencia sobre nosotros mismos y sobre nuestros valores, nuestras
aptitudes y competencias, nuestras preferencias, el cómo nos relacionamos
con los demás y, en definitiva, cómo gestionamos el nivel emocional.
A la hora de establecer un plan estratégico es importante establecer objetivos,
aunque en ciertas ocasiones esta tarea puede no ser sencilla, ya que los
objetivos pueden ser demasiado generales y su no consecución puede llevar a
la frustración. Existen dos tipos de objetivos, los objetivos de finalidad o
resultado y los objetivos de rendimiento. Los objetivos de rendimiento
dependen de nosotros al 100% y están diseñados para conseguirse en un
corto-medio plazo y, por el contrario, los objetivos de resultado están diseñados
por una meta final y no dependen de nosotros al 100%.

El análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) puede


ayudarnos a fijar nuestros objetivos de rendimientos, esos que dependen de
nosotros. Una de las características más significativas de un análisis DAFO es
que no sólo es una herramienta para mejorar nuestra trayectoria profesional,
sino que también podemos aplicar sus resultados a la esfera personal o
individual, pues ambas facetas están estrechamente ligadas. Nos facilita mayor
autoconocimiento, aumenta la productividad, mitiga los riesgos o mejora tu
imagen tanto personal como profesional.

El coaching es un proceso de acompañamiento, el coach busca que la persona


que recibe el coaching sea consciente, se dé cuenta y tome decisiones por sí
mismo que le ayuden a lograr sus objetivos. En el coaching, el coacher, realiza
preguntas que debe contestar la persona que recibe el coaching, se orientan a
situaciones deseables y posibles basadas en acciones que debe realizar el
sujeto objeto del coaching, trabaja, no centrándose en los problemas, sino en
las posibles soluciones, desde el positivismo y la gestión del cambio.

A la hora de establecer un plan estratégico podemos hacerlo de manera


individual o de manera conjunta, colaborando con actores externos. Si
decidimos realizarlo de manera individual debemos saber que el trabajo puede
volverse, en ciertas ocasiones, costoso y monótono. La colaboración con
terceros puede apoyar favorablemente un plan de acción si contamos con
profesionales en la materia o con personas con intereses afines, por ejemplo,
mentores, orientadores, coaches, equipos de trabajo, etc.

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