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 PERSPECTIVAS ESTRUCTURALISTAS

Ficha de cátedra de Lingüística B


Salvio Martín Menéndez, 2018

 EL CIRCULO DE PRAGA

¿Qué es lo que propone el Círculo de Praga? No solamente lee sino que interpreta y critica a lo que
ellos denominan la Escuela de Ginebra que es, obviamente, la escuela de Saussure. El Curso de
Lingüística comienza a circular y en el ‘29 un conjunto de lingüistas hace lo que se da en llamar Las tesis
del ’29. Muchos de ellos venían del Círculo de Moscú (Jakobson fundamentalmente) y hacen una lectura
del Curso de Lingüística, reivindican el enfoque estructural de las lenguas y marcan algunas
discrepancias con el Saussure del Curso de Lingüística General. Recordemos que Saussure en el año ’29
no tenía posibilidad de defenderse y lo único que tenía era el Curso de Lingüística.

Me interesa ir señalando una serie de pequeños detalles, vamos al Círculo de Praga. Dice 1: “Como es
bien conocido, el movimiento praguense reclamó para su enfoque no solo el epíteto “estructuralista”
(señalando que ningún elemento de la lengua puede ser evaluado aisladamente sino en relación 2 con los
otros elementos de la misma lengua) sino también el epiteto “funcionalista”. Una palabra de
advertencia es aquí necesaria: los términos “función” y “funcionalista” tal como los utiliza la Escuela de
Praga, no son utilizados en su sentido matemático implicando alguna dependencia de los cambios de x
sobre los cambios de y. En el sentido que Praga les asigna, los términos simplemente señalan el hecho
de que cualquier elemento lingüístico (oración, palabra, morfema, fonema, etc.) existe solamente
porque sirve a algún tipo de propósito, porque tiene alguna función (principalmente la de la
comunicación) que cumplir.” (p. 6) Lo que Praga entiende por función se acerca más a lo que
cotidianamente nosotros entendemos por función que se relaciona con una perspectiva teleológica, es
decir, de finalidad. Supuestamente, lo que van a postular es que la descripción del sistema de la lengua
es el camino para dar cuenta de la función que la lengua cumple, que es la función comunicativa.

La comunicación, en términos estructurales, es básicamente un proceso de codificación y


decodificación de señales a partir del uso de un código común, algo que comparten las lenguas
naturales con cualquier tipo de sistema sígnico. Pero básicamente lo que el estructuralismo puede
proveer en términos de una explicación es eso que, por supuesto, está esbozado en Saussure pero no
está desarrollado sino hasta después con Jakobson en un celebérrimo artículo que todos hemos leído
alguna vez que se llama Lingüística y poética y que se basa en un modelo norteamericano del año ’49 de
dos ingenieros en la comunicación que se llaman Shannon y Weaver que hicieron un modelo
1
Esto lo dice un miembro del Círculo de Praga de la segunda parte que se llama Josef Vachek en el prólogo de una
antología de los textos básicos del Círculo de Praga. [Vachek, J. (1966) The Linguistc School of Prague. Bloomington,
Indiana University Press.

2
Obsérvese la importancia del concepto de relación dentro del sistema. Todavía se sigue respondiendo al mismo
atomismo del siglo XIX: no tomar elementos aislados sino ver elementos en relación. Lo dice muy claramente un
gran lingüista como es Benveniste en un artículo que, si bien no es bibliografía obligatoria, se recomienda leer que
se llama Ojeada en el desenvolvimiento de la lingüística. El gran cambio producido en el siglo XIX consistió en
cambiar el hecho por la relación, es decir, importa la relación entre los elementos.
matemático de la comunicación. Jakobson toma el esquema básico: codificación, decodificación,
señales, etc. y atribuye funciones. Entonces, a partir de ahí tienen lo que podría llegar a ser una
respuesta estructural a la comunicación. Pero siempre que se piensa en términos funcionales, se piensa
en términos de finalidad, teleológicos.

¿Qué van a plantear las tesis del ’29? Fundamentalmente van a plantear dos elementos. El primero
de ellos es un problema que se deriva, aquí tienen el enunciado: “1. Problemas metodológicos que se
derivan de la concepción de la lengua como un sistema e importancia de dicha concepción para las
lenguas eslavas.” La segunda parte nos va a importar muchísimo menos que la primera porque las
lenguas eslavas están fuera de nuestras posibilidades de análisis, pero lo que es importante es que
dicen: “La lengua, producto de la actividad humana, comparte con tal actividad su carácter teleológico
o de finalidad.” Ven que ya le imprimen a la lengua (un término que toman de Saussure) un carácter
mucho más dinámico. Pasan del producto tal estático a la actividad en función de su carácter teleológico
pero siguen pensándola como producto. No dicen “la lengua, proceso de la actividad humana”. El nivel
de actividad, la acción, está en la actividad humana. Ahora, la lengua, el análisis es un análisis
estructural, es un análisis en términos de un producto. “Cuando se analiza el lenguaje como expresión o
como comunicación, la intención del sujeto hablante es la explicación que se presenta con mayor
facilidad y naturalidad.” El problema es cómo dar cuenta de esa intención. Lo que propone Praga es:
“Por eso mismo, en el análisis lingüístico, debe uno situarse en el punto de vista de la función. Desde
este punto de vista, la lengua es un sistema de medios de expresión apropiados para un fin.” En algún
punto, lo que está diciendo Praga es una modificación a lo que propone Saussure (que no lo dice): la
descripción estructural nos sirve para esto, para dar cuenta de una determinada finalidad que se
relaciona con la comunicación. Cuanto mejor describamos el sistema, mejor será la descripción y
eventual explicación que haremos de la finalidad de ese sistema. “No puede llegarse a comprender
ningún hecho de lengua sin tener en cuenta el sistema al cual pertenece. La lingüística eslava no puede
ya eludir este conjunto actual de problemas.” Más allá de que ellos reivindican una función, que si
ustedes quisieran hacer la extrapolación estaría en el habla saussureana, lo que están diciendo es dónde
radica la importancia de la descripción del sistema. ¿Dónde está? En que la descripción de ese sistema
me permite alcanzar esta finalidad que persigo. La descripción adecuada del sistema me va a proveer los
medios para lograr la finalidad que estoy persiguiendo. Eso es lo que Praga enfatiza.

El segundo elemento en relación con esto es las tareas del método sincrónico y sus relaciones con el
método diacrónico. Otra de las grandes críticas es a la interpretación no historicista de Saussure, que
también es muy discutible porque se toma solamente el Curso de Lingüística General. Lo que ellos dicen
es que la descripción estructural no está reñida con una perspectiva histórica en el tratamiento de la
lengua, y lo dicen de este modo: “La mejor manera de conocer la esencia y el carácter de una lengua es
el análisis sincrónico de los hechos actuales que por sí solos ofrecen datos completos, y de los que se
puede tener un sentimiento directo.” Vean que de aquí parte el error de creer que sincronía es
actualidad. Si quiero hacer un análisis estructural de este momento, tengo el corpus aquí, la lengua
viviente que es lo que quiere cualquier lingüista. Pero al mismo tiempo está una lengua testimoniada de
otro modo de la cual puedo dar cuenta también sin ningún problema. Sincronía no es momento actual,
es estado de lengua. Obviamente, el estado de lengua de este momento es mucho mejor si quiero dar
cuenta de la lengua del siglo XII en una comarca en el sur de Galicia, me va a ser mucho más fácil buscar
datos acá. “Debe considerarse igualmente la concepción de la lengua como sistema funcional en el
estudio de los estados lingüísticos pasados, tanto si se trata de reconstruirlos como de constatar su
evolución.” Acá sigue presente la idea de evolución, yo diría que en términos del cambio. Pero la palabra
“evolución” sigue absolutamente presente porque es una herencia del siglo XIX. Aun hoy en nuestro
discurso cotidiano sigue la presencia de la palabra evolución, siempre con una connotación positiva 3.
Desde una perspectiva estrictamente lingüística la lengua no evoluciona, la lengua cambia. Varía, y por
lo tanto cambia, pero no evoluciona. Más allá de un gusto personal que es absolutamente irrelevante,
no se hablaba ni mejor ni peor, se hablaba de una determinada manera. Lo que uno tiene que hacer es
documentar eso y tratar de explicar por qué la lengua cambia. Porque los agentes del cambio somos los
hablantes, y en general, el hablante que no es lingüista y no está reflexionando sobre la lengua, tiende a
ser bastante conservador y es el que más critica el cambio. Ellos enfatizan la diacronía, que en algún
punto Saussure había adelantado en la idea de los estados de lengua.

Tenemos Los principios de fonología (1939)4, una de las grandes obras póstumas de Trubetzkoy. Se
lo publica en París y también en Alemania. Allí, Trubetzkoy dice: “La idea de diferencia supone la idea de
oposición.” (31) Trubetzkoy tiene una gran claridad, aparte de un dominio de millones de lenguas
porque era una especie de prodigio. Vean que acá hay un principio básico del estructuralismo: lo que es
diferente se opone. Porque no en toda teoría lo que es diferente se opone. La diferencia puede ser de
grado también, pero acá es opositivo.

Por eso, muchas veces determinado tipo de fenómenos cuando se los traslada a un marco estructural
se los fuerza. Por eso el estructuralismo tiene tantos problemas con el léxico, porque muchas veces la
gradualidad lexical no es opositiva.

Trubetzkoy habla de una función distintiva: “puede ser desempeñada por una particularidad fónica
en tanto se oponga a otra particularidad fónica es decir, en la medida en que sea término de una
oposición fónica.” (31) Y a partir de esa función distintiva, establece una oposición fonológica: “toda
oposición fónica que en la lengua de la que se trate puede diferenciar las significaciones intelectuales.
Cada uno de los términos de una oposición fonológica será llamado unidad fonológica o distintiva.” (31)
Vean que lo que está proponiendo él es tan simple como: un fonema es un conjunto de rasgos
fonológicamente pertinentes que permiten distinguir significaciones intelectuales, es decir,
significaciones referenciales. Aunque él es totalmente antimentalista. Pala, bala, cala, ahí tenemos un
ejemplo clarísimo de oposiciones que me permiten distinguir sin portar significado.

El fonema, que es sobre lo que él trabaja, es: “la unidad que desde el punto de vista de la lengua
tratada no puede ser analizada en unidades fonológicas aún más pequeñas y sucesivas 5 (…) Conjunto de
las particularidades fonológicamente pertinentes de una imagen fónica. (33) Los fonemas se realizan en

3
Alguien que evoluciona es alguien que mejora.

4
Están publicados en español en la editorial Kapelusz.

5
No simultáneas, que serían los merismas de Benveniste.
los sonidos que constituyen todo acto de palabra 6. Estos sonidos no son nunca el fonema mismo puesto
que el fonema no contiene ningún rasgo fonológicamente no pertinente.” (34)

Trubetzkoy habla de una función distintiva: “puede ser desempeñada por una particularidad fónica
en tanto se oponga a otra particularidad fónica es decir, en la medida en que sea término de una
oposición fónica.” (31) Y a partir de esa función distintiva, establece una oposición fonológica: “toda
oposición fónica que en la lengua de la que se trate puede diferenciar las significaciones intelectuales.
Cada uno de los términos de una oposición fonológica será llamado unidad fonológica o distintiva.” (31)
Vean que lo que está proponiendo él es tan simple como: un fonema es un conjunto de rasgos
fonológicamente pertinentes que permiten distinguir significaciones intelectuales, es decir,
significaciones referenciales. Aunque él es totalmente antimentalista. Pala, bala, cala, ahí tenemos un
ejemplo clarísimo de oposiciones que me permiten distinguir sin portar significado.

El fonema, que es sobre lo que él trabaja, es: “la unidad que desde el punto de vista de la lengua
tratada no puede ser analizada en unidades fonológicas aún más pequeñas y sucesivas 7 (…) Conjunto de
las particularidades fonológicamente pertinentes de una imagen fónica. (33) Los fonemas se realizan en
los sonidos que constituyen todo acto de palabra 8. Estos sonidos no son nunca el fonema mismo puesto
que el fonema no contiene ningún rasgo fonológicamente no pertinente.” (34)

Un fonema es un conjunto de rasgos fonológicamente pertinentes. Obviamente, para la pertinencia


fonológica necesito la descripción fonética, y ahí voy a poder establecer oposición. Los rasgos que se
oponen son los que son fonológicamente pertinentes y es lo que importará para la conformación de un
sistema fonológico de una determinada lengua. Ahí está la clave, en la oposición. Por ejemplo:
sonoridad, sordez, es una oposición. Por ejemplo “bala – pala” Para establecer la pertinencia fonológica
ustedes tienen que partir de la redundancia fonética. Es decir, cuando pueden oponer, ahí tienen
ustedes la oposición pertinente.

Y miren ésto que dice que es interesante: “Puesto que el fonema pertenece a la lengua 9 y la lengua
es una institución social, el fonema es precisamente un VALOR y posee el mismo tipo de existencia de
todos los valores. El valor de una unidad monetaria (por ejemplo, el dólar) no es una realidad ni física, ni
psíquica sino una magnitud abstracta y ficticia. Pero sin esa “ficción” no podría existir un estado.” (40)
Ahí tienen una relación de valor. Y acá tienen una pequeña descripción:

6
Que se realicen no significa que sean los sonidos. Uno no puede pronunciar un fonema, sí puede pronunciar un
sonido.

7
No simultáneas, que serían los merismas de Benveniste.

8
Que se realicen no significa que sean los sonidos. Uno no puede pronunciar un fonema, sí puede pronunciar un
sonido.

9
No el sonido.
El sonido bilabial, oral, egresivo, oclusivo y sonoro: /b/, bebé, bala.

¿Dónde estaría la marca diferencial? No es muy difícil. Aquí tienen los rasgos fonológicamente no
pertinentes y los rasgos fonológicamente pertinentes porque son los que pueden oponer. Por ende, acá
tienen la fonética, y acá la fonología. Tan simple como eso. Cuando hablamos de fonética hablamos de
una descripción, en este caso articulatoria, de los órganos que co-ocurren para la producción de un
sonido. Eso es auxiliar para la lingüística. A la lingüística lo que le importa, por lo menos para el Círculo
de Praga, son los rasgos que se oponen. Cuando ustedes pueden oponer elementos, ahí ingresan en la
lingüística, ahí ingresan en el juego estructural.

Pasamos muy brevemente a los niveles del análisis lingüístico. Simplemente me interesa destacar dos
elementos que marca Benveniste. Dice: “El gran cambio ocurrido en lingüística reside precisamente en
esto: se ha reconocido que el lenguaje debía ser descrito como una estructura formal, pero que esta
descripción exigía previamente el establecimiento de procedimiento y de criterios adecuados, y que en
suma la realidad del objeto no era separable del método propio para definirlo.” La lengua y el modo de
abordarla son inseparables. La lengua en función de sus características determina la metodología de
abordaje. Por eso, cuando uno dice “¿qué es una lengua para un estructuralista?” puede decir que es un
conjunto de niveles de análisis. Los niveles de análisis jerárquicamente organizados y determinados a
partir de operaciones de segmentación, sustitución e integración son los que permiten establecer las
unidades (fonema, morfema, palabra, frase). El sistema es ese conjunto de niveles, la lengua es ese
conjunto de niveles, y son niveles de análisis. El estructuralismo piensa jerárquicamente. En el caso de
Benveniste se parte de los merismas, es decir de los rasgos, para llegar al fonema. Luego del fonema
llegamos al morfema y a la palabra y luego llegamos a la frase. Vamos aplicando el método
distribucional y luego integrando. Y ahí obtenemos las unidades. Cuando es nuestra propia lengua,
obviamente es facilísimo porque nosotros reconocemos inmediatamente los significados de las partes.
Cuando esto se tiene que hacer con lenguas que uno no conoce, es un método que sirve para organizar
el sistema de una manera adecuada.

 LA GLOSEMÁNTICA

Vamos a un estructuralismo que es tal vez la versión más dura que es la Glosemática de Hjemslev. La
Escuela de Copenhague toma el Curso de Lingüística General y básicamente dicen que Saussure tiene
muy buenas intuiciones pero no es lo suficientemente riguroso en cuanto a la formalización. Hay que
reconocer que Hjemslev entiende que una lengua debería ser un álgebra, entonces quiere lograr eso.
Los puntos de partida son:

 La lengua está constituida por un sistema de valores puros (sigue a de Saussure).


 La estructura es una trama de dependencias o funciones10: la lingüística estructural deberá
estudiar las funciones y sus clases11.

Vean que acá “funciones” se utiliza en un sentido matemático.

En un texto que creo que es central, pero no por eso sencillo de leer, que se llama Prolegómenos a
una teoría del lenguaje (1943) establece una serie de principios básicos que sirven para entender aún
mejor la teoría estructural. Él dice: “La teoría debe ser general, en el sentido de que ha de
proporcionarnos instrumentos para comprender no sólo el objeto dado o los objetos hasta aquí
experimentados, sino todos los objetos concebibles de cierta naturaleza establecida como premisa.” Si
nosotros decimos “la lengua es un sistema” cualquier lengua es un sistema. En cualquier lengua
nosotros podemos analizar fonología, morfología y sintaxis a partir de los procedimientos establecidos
por el estructuralismo. Sigue diciendo: “Con una teoría nos armamos para enfrentarnos no sólo a las
eventualidades que ya se nos hayan presentado, sino a cualquier otra eventualidad.” El carácter de
índole teórico-metodológico es lo suficientemente general como para hacer algo que está más allá de
los límites del corpus con el que estamos manejándonos. Algo que es importante porque la proyección
del estructuralismo se da en cualquier tipo de lengua. Es decir, uno puede analizar estructuralmente el
español, así como el islandés, cualquier lengua. Todas las lenguas que nosotros conocemos pueden ser
sometidas a un análisis estructural.

Sigue diciendo: “Utilizando los instrumentos de la teoría lingüística podemos extraer de tal selección
una reserva de conocimientos utilizable en otros textos 12. Este conocimiento afecta, no única o
esencialmente a los procesos o textos de los que se obtiene13, sino al sistema o lengua en que se basan

10
Obsérvese que el término “funciones” se utiliza en un sentido matemático y no teleológico.

11
Es decir, la función sujeto, las relaciones, etc.

12
Él parte de los textos que se producen en una lengua. Un lenguaje es un conjunto de textos, en un sentido
general por el momento.

13
2Es decir, la base empírica.
todos los textos de la misma naturaleza, y con cuya ayuda podemos construir nuevos textos.” [Hjelmslev
1943 (1984:30-31)].

Básicamente, lo que le preocupa a Hjemslev es entender que hay un sistema que sería lo que
construyo a partir de los textos. Ese sistema se representa en términos paradigmáticos, es decir, es lo
que él denomina una paradigmática, un sistema de paradigmas que estarían gobernados por una
operación básica que es la disyunción: o … o. O presente o pasado o futuro, o singular o plural, o
indicativo o imperativo o subjuntivo. El paradigma nos provee los distintos elementos que luego
aparecen interactuando en los sintagmas, que son los textos. En los sintagmas aparece la sucesión, los
elementos ya combinados: Presente del indicativo, presente del subjuntivo. De alguna manera hay una
interacción entre el sistema y los textos. La metodología es una metodología similar a la que hemos visto
con Benveniste de participación, y a lo que se aspira es a dar cuenta del sistema en términos de una
paradigmática.

Lo que me va a interesar de Hjemslev son dos cosas: primero, la que voy a desarrollar ahora que es la
reformulación de la dicotomía lengua y habla de Saussure. Y la segunda, la reformulación del signo
lingüístico saussureano.

En la reformulación de la dicotomía lengua y habla entiende, luego de leer el Curso de Lingüística


General, que al concepto de lengua se le pueden atribuir tres caracterizaciones diferentes. Se puede
entender la lengua como:

1. Esquema: como forma pura.

2. Norma: como forma material.


3. Uso: como conjunto de hábitos.

1. El esquema sería el elemento más abstracto. El elemento en el que aparece el principio


estructural de base: la lengua como un sistema de oposiciones. Es el lugar en el que aparecerían
las unidades relacionales, relativas y opositivas. Sería lo realizable, lo potencial, lo no realizado.
Es decir, en el esquema sería el sistema potencial sin todavía una conformación estrictamente
material. Por ejemplo: deja abierta la vía a cualquier realización. Vibrante /r/ en el sistema del
español: como consonante se opone a vocales (es relativa solo a este sistema; en japonés forma
parte de otro tipo de oposición con la lateral, en ese caso /l/). La vibrante y la lateral en japonés
son alófonos de un mismo fonema, para nosotros no.
2. La norma, ahí podríamos decir que:

 Vibrante se opone a no vibrantes.

 Vibrante simple a vibrante múltiple.

 Supone una cualidad positiva: los órganos que co-ocurren en la producción del sonido.

 Vibrante simple en posición inicial y media.

 Vibrante múltiple en posición no inicial.

Sino distinguen significado. Una cosa es decir “caro” y otra cosa es decir “carro”. En cambio, digo
“arte” o “arrte” no hay distinción, ahí dependerá de los condicionamientos fonológicos a los cuales esté
sometido.

3. El uso que incluye todas las cualidades que se encuentran en la pronunciación de la r.


Es decir, la vibrante simple versus la vibrante múltiple y lo que nosotros conocemos como las
“rehiladas”.

Hjemslev dice: “Entender la lengua como ESQUEMA es lo que permite interpretar el axioma del
Curso según el cual la lengua es FORMA y no SUSTANCIA.” Lo importante es la potencialidad de la
relación opositiva negativa y relativa. Después a eso le vamos a dar alguna “necesaria materialidad”
porque tenemos que hablar sobre una lengua en particular, no podemos hablar de la lengua en
abstracto. Pero lo que importa es que lo que vamos a relevar es ese sistema que presupone un
esquema. Toda lengua presupone un esquema, más allá de cómo ese esquema esté realizado
concretamente en cada lengua particular. Podemos decir:

 La norma determina el uso y el acto14, es decir, va a presuponerlos.

 El uso y acto preceden lógica y prácticamente a la norma y no a la inversa.

 El uso y acto se presuponen mutuamente.

14
Que sería lo equivalente al habla.
 El esquema está determinado (es decir presupuesto) tanto por el acto como por el uso y por la
norma y no a la inversa.

Es decir, el acto, la abstracción del acto (que es el uso), la norma (que sería la materialización de una
lengua particular) presuponen siempre un esquema que es el elemento constante. En el esquema uno
da cuenta del principio de la forma. Por consiguiente, podemos decir que es la forma la que constituye
el valor. La constante en el sistema es la forma, y la sustancia (es decir, el elemento material, lo que
proveería cada lengua particular) es lo que incluye las variables a las que se atribuyen valores distintos
según las distintas circunstancias. Es decir, toda lengua presupone un esquema, es lo que le da su
organización, su esqueleto. Ahí está el sistema. Después, cada lengua lo va a realizar de acuerdo a sus
particularidades.

A partir de ahí podemos reformular la dicotomía lengua y habla dejando la norma de lado, porque
es redundante, por esquema – uso, y acto por otro lado. ¿Qué quiero decir con esto? Que Hjemslev ve
claramente lo siguiente: Saussure hablaba de lengua y habla. Hjemslev habla de esquema y uso, es
decir, de un esquema como una estructura abstracta y general. Y un uso que es el que le provee la
sustancia a ese esquema, que es constante y que subyace al uso. Pero al mismo tiempo ve una relación
entre ese uso, y lo que sería para Saussure el habla, que sería el acto.
El acto sería la realización única e irrepetible, aquello que en principio no es sistematizable en
términos del sistema de la lengua. El acto es lo que queda fuera en términos de Hjemslev, no el uso. El
uso justamente es la abstracción del conjunto de elementos constantes que no están ligados a las
circunstancias particulares del acto. Lo que es constante en el uso es lo que va a permitir conformar un
esquema. Esquema y uso se presuponen, y darían cuenta de lo que, en términos saussureanos, sería el
sistema.

La otra reformulación que hace Hjemslev es la reformulación del concepto de signo lingüístico, que
él no lo ve claro. Él lo ve poco preciso a Saussure, aunque obviamente no había leído los Escritos de
Lingüística General porque no se habían publicado. Él dice que hay dos planos en la lengua: un plano
que él denomina “del contenido”, en donde estarían los conceptos mentales; y un plano de la
expresión, en donde estaría la realización física y fisiológica. Esto es de lo que él parte. En cada plano él
va a distinguir dos aspectos: forma y contenido.
Para Hjemslev un signo lingüístico va a ser la asociación entre la forma del contenido y la forma de la
expresión, que son mutuamente solidarias. Se los muestro en un esquema:
Esto es lo que es propiamente parte del signo lingüístico. Esto es lo que entra en el sistema
lingüístico. Esto es tarea de la semántica, esto es tarea de la fonética. Eso no forma parte rigurosamente,
por lo menos, del sistema lingüístico.

 Distribucionalismo norteamericano (Escuela de Yale)

Vamos a entrar en el estructuralismo descriptivista norteamericano, cuyo exponente más


importante es un lingüista germanista-americano que se llama Leonard Bloomfield y que en la
lingüística norteamericana era la figura más importante hasta la aparición de Chomsky. De hecho, el
texto básico de lingüística en los Estados Unidos a partir de la década del ’30 era un libro de Bloomfield
que se llama, no muy originalmente pero sí con cierto grado de precisión, El Lenguaje.

El descriptivismo norteamericano es una corriente que toma al estructuralismo como una


herramienta de trabajo, ya que los supuestos que se van a manejar están ligados a la labor de la
antropología lingüística. Es decir, el estructuralismo es la herramienta metodológica adecuada (así la
consideran los antropólogos) para la descripción de lenguas desconocidas (como son las lenguas
amerindias) sin recurrir, por lo menos en primera instancia, al significado porque no suele tener el grado
de precisión que tiene la forma. Entonces, se apela a lo que en términos de Benveniste llamaríamos el
método distribucional (que no es otra cosa que la combinatoria de la puesta en funcionamiento de las
relaciones sintagmáticas y paradigmáticas expuestas en el Curso) para la descripción de estos
repertorios lingüísticos. Así va a entrar el estructuralismo de la mano de la antropología cultural, luego
algunos lingüistas se van a independizar y van a quedar con la descripción de los sistemas lingüísticos de
las diferentes lenguas sobre las que trabajan. En el caso particular de Bloomfield, la lengua sobre la que
trabaja es el menomini y hace una descripción exhaustiva sobre todo de su fonología y morfología. Ahí
se puede debatir los alcances que se le da a la focalización de las relaciones entre los diferentes niveles y
el estatus de la fonología puede aparecer, como en Hjelmslev, como especialmente problemático. En el
caso del descriptivismo norteamericano no es así, se describe la fonología, la morfología y
eventualmente (y con ciertas limitaciones) la sintaxis. Fundamentalmente, la descripción permite
obtener repertorios de lenguas cuyos significados no se conocen y aparecerían reconocidos a partir de
este método de distribución.

Los puntos de partida del descriptivismo norteamericano serían los siguientes: el criterio analítico y
metodológico básico sería el formal, es decir, en esto todos siguen a Saussure, en el sentido de que más
allá de la funcionalidad que pueda describir Praga, no niega la descripción del sistema que lo que hace
es mejorar esa funcionalidad comunicativa que tiene el lenguaje. Pero acá hay fundamentalmente un
criterio analítico metodológico: uno podría decir que el distribucionalismo norteamericano es
eminentemente práctico (y lo es) porque tiene que resolver problemas empíricos más que teóricos, es
decir, cómo ir a una comunidad y a partir de la elicitación transcribir a la gente sin saber qué es lo que
están diciendo en el sentido que nosotros entendemos por querer decir. Cuando uno pregunta qué
quiere decir algo, uno está preguntando por la semántica, por el significado y no por la forma que viene
adosada al significado. ¿Qué pasa cuando nos enfrentamos a una lengua cuyos significados, cuyas
formas desconocemos? Partimos de la transcripción, y a partir de ella y del método de distribución
vamos a tratar de ver el alcance de los significados que esa lengua comporta. Entonces, es importante
entender que, así como objeto y metodología no se dividen dentro del estructuralismo, el método
estructural (que ha sido el elemento más celebrado del estructuralismo) es el que permite la descripción
de los sistemas lingüísticos15. El método estructural está pensado para el objeto lengua, es decir, para un
objeto de naturaleza lingüística. Cuando objeto y metodología se divorcian y se pasa a trabajar con otros
objetos, ahí puede llegar a complicarse.

El segundo elemento que interesa es que se prefiere el análisis de la distribución de las formas a los
análisis semánticos que se basan en semejanzas y diferencias y que suelen tener una impronta
fuertemente impresionista, es decir, ver cómo las formas aparecen, en qué contextos lingüísticos 16. El
criterio formal asegura rigor en la descripción y la determinación formal se va a basar en el contraste de
las formas, que se va a dar en función de la distribución y de los contextos en los que co-ocurren o no.
Por consiguiente, podemos decir que la distribución de un elemento lingüístico es la suma de los
contextos en los que aparece, es decir, es un principio de recurrencia. Podemos partir del gran axioma
del distribucionalismo norteamericano (que no es otro que el del estructuralismo, pero acentuando el
carácter metodológico formal) que es: a diferente forma, diferente distribución, hay diferente
significado. Ese es el punto, el basamento con el que trabaja el descriptivismo norteamericano.

Chomsky va a ser un gran detractor de Bloomfield y de la lingüística en la que él se forma, que es la


lingüística descriptivista. Fundamentalmente, Chomsky no va a acordar, más que con la metodología
estructural (que él no solamente va a heredar, sino que va a llevar a cabo con otro alcance y en función
de otro objeto) con lo que podemos llamar el fundamento psicológico sobre el que se basa el
descriptivismo norteamericano, que tampoco es coincidente con el mentalismo saussureano, con cierta
indiferencia praguense y con la no consideración Glosemática al respecto. El fundamento psicológico
del distribucionalismo norteamericano es el conductismo, lo que lleva aparejado una serie de críticas
notables, sobre todo al pensar la conducta humana a partir de una serie de estímulos y respuestas que
tienen distintos grados de condicionamiento. Chomsky va a oponerse férreamente a esto, de hecho, en
el año ’57/’58 él escribe en una de las revistas de lingüística más importantes del mundo que es la de la
Sociedad Lingüística Norteamericana (que sigue publicándose) y que se llama Language, y publica una
reseña lapidaria a un texto de Skinner que se llama Conducta verbal en la que lo destroza, a partir de un
punto de vista totalmente opuesto al de Skinner. No vamos a entrar en esa polémica por un problema
de tiempo, pero al que le interese el texto está en la revista Language y supongo que debe estar en este
momento (como todo lo que está en el mundo) en internet.

Entonces, dice Bloomfield en su libro El Lenguaje: “La teoría mentalista, que es la más antigua y la
que todavía prevalece en la opinión popular y entre hombres de ciencia, supone que la variabilidad de la

15
Por extensión, también permite la descripción de otros sistemas, pero eso tiene que ver con proyecciones del
estructuralismo que van más allá de la lingüística.

16
Entendemos por contexto lingüístico lo que antecede y lo que sigue a una determinada forma.
conducta humana se debe a la interferencia de algún factor no físico, un espíritu o voluntad o mente (en
griego psyche, de ahí el término psicología) que está presente en cada ser humano. Este espíritu, de
acuerdo con la visión mentalista, es enteramente distinto de las cosas materiales y, en consecuencia,
sigue algún otro tipo de causalidad o quizá ninguna en absoluto.”

Entonces, aquí Bloomfield dice que de lo que podemos dar cuenta es de lo empírico, que es aquello
que es observable y perceptible a partir de los sentidos. Todo lo que sea una especulación a cómo
llegamos a eso es algo misterioso, algo de lo que no se puede hablar con el rigor que una disciplina
pretendidamente científica impone. El mentalismo, al cual tenemos acceso de manera indirecta, estaría
ubicado en esta postura. Como ven, es un empirismo anti-mentalista, es lo opuesto al racionalismo
cartesiano (postura que va a seguir Chomsky); postura fuertemente anti-cartesiana, anti-especulativa y
ligada exclusivamente a la experiencia empírica, con una idea de que todo lo que sucede es lo que uno
puede percibir, es decir, no hay niveles no observables que condicionan lo observable. Esto es
importante porque de esto va a partir Chomsky.

Hay preguntas que Bloomfield no se va a hacer, que podríamos decir que el estructuralismo no se
hace, y justamente se trabaja sobre lo que se tiene (lo empírico, lo que se percibe, lo que se transcribe),
es decir, se hace una descripción de eso, pero no se va más allá, no se pregunta cómo se llega a eso. Ahí
aparece una constante en el estructuralismo que es la consideración del objeto lengua como un
producto y no como un proceso. El dinamismo, ya en términos de adquisición, ya en términos de
interacción, siempre lleva a plantear elementos que no son observables o directamente aprehensibles
por los sentidos de manera inmediata. Entonces, ahí hay una distinción que me parece importante de
observar. Vean que acá la mente es asociada al espíritu, a algo cuasi mágico.

¿Qué dirían las ciencias cognitivas de una postura conductista de este modo? La tildarían de un
reduccionismo absoluto, pensar que en algún punto todo lo que se puede saber está limitado a la
percepción sensorial del sujeto que observa, como si la observación en sí misma no estuviera
condicionada. Ahí hay un problema de orden teórico, metodológico y epistemológico. La idea es un
empirismo anti-mentalista, es decir, la mente es una “tabula rasa”, una tabla vacía sobre la que se
imprimen todos los conocimientos que se aprenden a partir de la secuencia de estímulos y respuestas.

Entonces: “con la visión materialista, son parte de La teoría materialista (o mejor mecanicista)
supone que la variabilidad de la conducta humana, incluyendo el habla, se debe solo al hecho de que el
cuerpo humano es un sistema muy complejo. Las acciones humanas, de acuerdo secuencias de causa y
efecto, exactamente como las que observamos, por ejemplo, en el estudio de la física o de la química.”
Aquí tenemos otra consecuencia: la postura empirista anti-materialista se liga con toda una tendencia
positivista donde no solo el elemento empírico es central, sino que también lo es la metodología de
abordaje para dar cuenta de ese elemento empírico. Y , en última instancia, lo que siempre subyace es la
idea de esta secuencia entre causa y efecto.

A partir de esto, nosotros podríamos caracterizar, siguiendo la postura de Bloomfield, a una


interacción como:
A. Un conjunto de hechos prácticos que preceden al acto de habla17.

B. El acto de habla.

C. Los hechos prácticos que siguen al acto de habla.

Esta sería una secuencia de una interacción. Si uno pensara una interacción en términos actuales,
podríamos hablar de un contexto en el que aparecen un conjunto de hechos prácticos y de supuestos de
naturaleza cognitiva que condicionan la producción de un determinado acto de habla. Lo mismo, lo que
continúa ese acto de habla. Acá nos concentramos, de acuerdo con la postura de Bloomfield, en lo que
él denomina los hechos prácticos que condicionan el acto de habla, y eso tiene determinado tipo de
consecuencias prácticas. Entonces, el punto A. concierne fundamentalmente al hablante, es decir, a los
estímulos que el hablante produce sobre el oyente. El punto C. concierne fundamentalmente al oyente,
es decir, a la respuesta del oyente. El punto B. concierne fundamentalmente a la lengua. La secuencia
de estímulos y respuestas está presente en la conducta humana constantemente, el problema es el
grado de condicionamiento que eso tiene en la producción de un acto de habla. Si nosotros pensamos
en la conducta humana, vamos a pensar que hay determinada secuencialidad donde hay elementos de
orden conductista, pero pensar toda la conducta humana en términos de estímulos y respuestas es
altamente limitado.

Entonces, tienen ustedes el estímulo y la respuesta. En términos prácticos, hay un estímulo práctico y
una reacción práctica.

17
Esto es, a la emisión concreta de determinadas palabras en determinada secuencia.
En términos lingüísticos, tienen un estímulo práctico, una respuesta lingüística; un estímulo
lingüístico subyacente y una respuesta práctica (una reacción) 18.

Entonces tenemos la reacción muda estímulo-respuesta y la reacción condicionada por el habla


donde hay una respuesta sustituta y un estímulo sustituto que actúan en espejo invertido con respecto a
los estímulos y respuestas de orden práctico.

18
Para mayor claridad, recurrir al texto fuente y leer el ejemplo de Jack y Jill que nos brinda Bloomfield (N. del
desgrabador).
El esquema que sería importante que ustedes recuerden para entender lo que se propone el
descriptivismo es describir, justamente, la respuesta sustituta y el estímulo sustituto porque eso es lo
que comporta la forma. Lo que queda por fuera de la forma (es decir, el estímulo práctico y la respuesta
práctica) sería el significado.
Y Bloomfield va a decir al respecto: “Los hechos representados por las flechas son muy oscuros 19. No
entendemos el mecanismo que hace a la gente decir ciertas cosas en ciertas situaciones o el mecanismo
que las hace responder con propiedad cuando estos sonidos del habla llegan a sus oídos.” (Bloomfield,
1933, 35).

Esta es la postura descriptivista en relación con lo que hoy llamaríamos el uso del lenguaje. No es
que no sea importante, pero lo que Bloomfield dice es que dejamos de lado el significado porque su
complejidad no puede ser abordada con el mismo rigor científico con el que es abordado el
tratamiento de la forma. Como ven, se deja de lado absolutamente a todo el contexto que determina,
podríamos decir hoy desde una perspectiva funcional mucho más amplia, la elección de determinados
recursos en función de producir ciertos efectos comunicativos en un auditorio o persona. Se trabaja
exclusivamente en términos de distribución formal. Esto tiene una consecuencia directa en el proceso
de aprendizaje de la lengua, otro punto que Chomsky va a abordar y de manera mucho más exitosa a
juzgar por los resultados actuales. En la adquisición del hábito de hablar, y acá hay un elemento muy
importante, justamente la creación a partir de la secuencia de estímulo-respuesta del hábito, es decir,
crear una conducta recurrente a partir de que si tenemos los mismos estímulos podemos predecir
cuáles son las respuestas. Imaginen esto en términos sociales absolutos los alcances que tiene, son muy
limitativos; no en términos parciales, pero sí en términos sociales, pensar la conducta humana es pensar
casi en autómatas.

El primer elemento en términos de la adquisición del hábito de hablar sería emitir y repetir: bajo
ciertos estímulos el niño emite y repite sonidos vocales que parecen ser un rasgo hereditario, es decir,
no hay nada que se conozca previo a lo que sería la reproducción. En segundo lugar, tenemos la
imitación: el hábito le permite emitir un sonido aproximado al que escuchó. En tercer lugar, tenemos el
uso de una palabra: es la relación entre el ver y tomar un objeto y oír y decir una palabra que lo designa,
es decir, la idea del alcance que tiene el universo simbólico; primero partimos de la posibilidad de decir
aquello que vemos y luego, por medio de traslación, se pueden decir cosas que no tenemos
directamente ante nosotros, que es el número cuatro, la idea de abstraer o desplazar: poder nombrar el
objeto sin que este esté presente. Y el quinto es repetir: mejora sus mejores logros, sus fallas serán
borradas por la confusión. Este sería el modelo básico, muy resumido por supuesto, de una perspectiva
conductista en términos de la adquisición del hábito de hablar, que es absolutamente reduccionista. Si
uno es estimulado, puede responder de manera adecuada. Que esto sirviera a determinados propósitos
tiene otro alcance: fue muy útil en la Segunda Guerra Mundial para el diseño de manuales para enseñar
lenguas extranjeras a los soldados porque el aprendizaje limitadamente siempre tiene, en términos de la
educación formal, un cierto grado de conductismo. El problema es llevar este pequeño grado en un
contexto particular a la conducta humana en términos generales. Ustedes me dirán: “bueno, pero en la
secuencia de enseñanza-aprendizaje siempre hay algo de conductismo”, sí, evidentemente, pero es un
conductismo altamente limitado y siempre ligado a cierto grado de creatividad y amplitud: uno no
espera a partir de determinado estímulo una respuesta siempre idéntica por parte de su interlocutor.
Que en una instancia lo pueda esperar, sin duda, pero no en todas. Esta sería la presentación que nos va
a servir de punto de partida, luego de ver la Escuela de Londres, para la postura de Chomsky.

19
Refiriéndose a las flechas enteras (N. del desgrabador).
 El estructuralismo inglés (Escuela de Londres)

El otro elemento que nos interesa es el estructuralismo inglés porque, así como el descriptivismo
norteamericano es la escuela de Chomsky, el estructuralismo inglés es la escuela de Halliday. El
estructuralismo inglés es un estructuralismo ligado a una antropología de base cultural a la manera de
Malinowsky, que cree que entender una lengua es la llave para entender una cultura porque una
lengua es dar cuenta de una visión de mundo porque crea las categorías con que el mundo es percibido;
no es meramente un repertorio formal, es un repertorio de recursos para significar. Y justamente, aquí
se van viendo los desplazamientos hacia los aspectos semánticos. En este estructuralismo, el maestro de
Halliday que es Firth va a hacer un planteo contextualista en el que nosotros podríamos establecer una
doble filiación, llamativamente con Hjelmslev (o con ciertas categorías de él) y, como ya mencionamos,
con la antropología cultural. Vamos a ver la distinción entre sistema y estructura (que va a reaparecer en
Halliday) y la reformulación del alcance de sistema y estructura, el alcance de sintagma y paradigma a
partir de un concepto tan simple (que no va a aparecer en Firth, pero sí en Halliday) como el de opción:
opción potencial y opción realizada. Entonces, va a decir Firth: “Propongo separar significado de
función en una serie de componentes funcionales 20. Cada función será definida como el uso de alguna
forma lingüística o elemento en relación con algún contexto. El significado será considerado, por lo
tanto, como un complejo de relaciones contextuales y la fonética, la gramática, la lexicografía y la
semántica comportarán sus propios componentes en sus contextos adecuados.” [Firth 1935 (1957:19)].
Es decir, la idea que se esboza es entender el lenguaje en función del contexto en el que se produce,
que es una elección que Halliday no solamente va a aprender, sino que va a llevar a cabo en todo su
planto sistémico-funcional. Va a decir Firth: “El significado, entonces, se utiliza como un complejo de
funciones que una forma lingüística puede tener.” [Firth 1935 (1957:19)] En un contexto de situación
particular, dirá Firth, tendrá las funciones semánticas determinadas:

1) positivamente por el uso de las palabras en relación con el resto del contexto situacional y

2) negativamente por lo que se denomina eliminación contextual. Es decir, la selección de un


elemento o de un significado elimina otros significados. El ejemplo, por supuesto, no es de Firth (porque
lo da en inglés) pero, por ejemplo: si nosotros tenemos la presencia “gato” en “el gato maúlla en el
tejado” (independientemente de que alguien podría decir de que comporta metafóricamente cierto
grado de ambigüedad en español) elimina a “No supe utilizar el gato 21 y debí esperar al auxilio” o “Mirá
que pinta de gato tiene la que acaba de entrar” o “Bailan muy bien el gato 22”.

20
Esto también está presente en la Escuela de Praga.

21
Lo que nosotros tradicionalmente llamamos “cricket”. 5. m. Máquina que sirve para levantar grandes pesos a
poca altura, y que funciona con un engranaje y un trinquete de seguridad, o con una tuerca y un husillo. [Real
Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). Diccionario de la lengua española
(23. ª ed.). Madrid: Espasa.]

22
15. m. Arg. y Ur. Baile de movimientos rápidos, de pareja suelta que suele acompañarse de coplas cuya letra
coincide con las distintas figuras. [Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española
“Un concepto clave en la técnica de la escuela del grupo de Londres es el concepto de contexto de
situación [Firth 1950 (1964: 181)].” Que lo toman de Malinowsky, que es un antropólogo, y un contexto
de situación para el trabajo lingüístico pone en relación las siguientes categorías:

A. Los rasgos relevantes de los participantes: personas y personalidades.

1. La acción verbal de los participantes.

2. La acción no verbal de los participantes.

B. Los objetos relevantes.

C. Los efectos de la acción verbal [Firth 1937 (1964: 110)].

Lo que interesa es el desplazamiento que va operándose hacia la situación, es decir, el sistema sigue
a los efectos de la descripción de la situación contextualmente enmarcada. En algún modo, Praga decía
“tiene que mejorar la función en la comunicación, bueno, la comunicación se da en contextos
particulares”. Cómo organizamos esos contextos particulares es parte también de lo que la Escuela de
Londres va a considerar.

(2014). Diccionario de la lengua española (23. ª ed.). Madrid: Espasa.]

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