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 La lingüística generativa

La lingüística generativa es actual, en el sentido de que es un programa de investigación que forma


parte de las corrientes centrales y que ya ha cumplido bastantes años, porque si tomamos como su
fundación Estructuras Sintácticas (que es el primer texto publicado de Chomsky como libro) que aparece
en el año ’57, tiene 61 años. Chomsky es una gran figura, un gran intelectual, pero acá no lo vamos a
analizar en términos de su prédica política sino vamos a verlo como lingüista; lo que hizo que Noam
Chomsky sea quien es, es ser un gran lingüista.

Vamos a partir de un artículo que sacó un filósofo del lenguaje que se llama John Searle que se
publicó originalmente en el año ’72 que se llama La revolución chomskyana en la lingüística y que en
español lo pueden encontrar en una compilación traducida de Gilbert Hartmann que se llama Sobre
Noam Chomsky. Lo que es interesante es el título porque él da por sentado que la propuesta
chomskyana constituye una revolución. Él dice que con Chomsky aparece una nueva manera de ver el
fenómeno lingüístico. La revolución chomskyana en lingüística plantea la idea de que hay (lo que en
términos de Kuhn sería) un cambio de paradigma, es decir, la comunidad científica se vuelca a pensar la
lingüística de otro modo. No es tan absoluto, pero sin duda en la lingüística norteamericana Chomsky
produce una revolución sobre todo contra la hegemonía estructural que estaría representada, por
ejemplo, por la escuela de Bloomfield (Hockett sería uno de los principales representantes de esa
escuela). Ahora bien, ¿qué es lo que va a postular Searle como elementos que cambian en cuanto a la
visión que tiene Chomsky del lenguaje? Él va a comparar al estructuralismo descriptivista y va a decir
qué es lo que va a proponer la gramática o la lingüística generativa.

 El tema de estudio, dice Searle, es un corpus de expresiones. Es decir, de lo que parte el


descriptivismo es de la descripción de un corpus de expresiones para, a partir de allí, dar cuenta
del sistema que permite organizarlo de una manera estructural a partir de los niveles que
comporta. Mientras que lo que va a postular la gramática generativa, sin duda más ambiciosa,
es partir de la idea del conocimiento del hablante de cómo producir y entender oraciones, es
decir, lo que podemos denominar ya un poco más técnicamente la competencia lingüística del
hablante. Primer elemento que importa a la gramática generativa. Lo que se convierte en objeto
de estudio es este conocimiento que el hablante tiene de su propia lengua, conocimiento que
no es adquirido, sino que el hablante tiene porque está genéticamente dotado de una facultad
del lenguaje que le permite tener ese conocimiento. Hay un desplazamiento en términos de
objeto muy importante: partimos de un corpus de expresiones (que permitiría describir los
niveles de análisis) a tratar de dar cuenta del proceso de cómo nosotros tenemos organizado
un conocimiento del lenguaje que deberemos describir y explicar, eso es lo que nos hace
diferentes del resto de las especies. Ya la pregunta no está dada en términos de especificidad,
como lo plantearía Saussure (la especificidad de las formas), sino que la pregunta está dada por
la relación entre lenguaje y conocimiento, lenguaje y adquisición, lenguaje y cognición: ¿cómo
llegamos a saber lo que sabemos del lenguaje? Hay una facultad lingüística que los seres
humanos tienen, que los separa de los demás seres del universo, de las especies. La especie
humana tiene como característica la facultad del lenguaje, y es una facultad que tal como
entiende el generativismo el lenguaje, la tienen solamente los humanos. Que nosotros podamos
hablar del lenguaje por extrapolación es otra cosa, pero la facultad del lenguaje es una facultad
humana y solamente la tienen los seres humanos. Ese es un elemento muy importante, “vamos
a trabajar sobre eso” va a decir Chomsky. En Aspectos de la teoría de la sintaxis él claramente
dice, en el capítulo 1, “voy a hacer una distinción entre competencia y actuación”, y la
competencia debe entenderse en esos términos.
 Segundo punto: el objetivo que persigue el estructuralismo descriptivista, de acuerdo con
Searle, es la clasificación de los elementos de un determinado corpus. Podríamos decir que es
una clasificación exhaustiva que muchas veces cae en una taxonomía excesiva, pero
básicamente es clasificar a partir de criterios claros y precisos qué elementos conforman el
corpus, cómo esos elementos se relacionan y cómo fueron determinados para establecer esa
relación; mientras que lo que pretende la gramática generativa, dice Searle, es la explicación de
las reglas gramaticales que subyacen a la construcción de oraciones. Lo que subyace es el
problema de por qué una oración es gramatical, algo que el estructuralismo nunca se preguntó.
El estructuralismo trabaja con un corpus donde las oraciones son gramaticales o a lo sumo si
aparece algún elemento anómalo queda fuera del corpus, pero Chomsky se pregunta ¿por qué
esto es agramatical? ¿De qué depende la agramaticalidad? ¿Es la gramaticalidad un problema
que podemos resolver a partir de lo que efectivamente se observa o tenemos que ir a niveles no
observables que me permitan reconstruir un proceso en el que solamente se pueden generar
oraciones gramaticales y ninguna no gramatical? ¿Por qué, en general, los seres humanos
producimos oraciones gramaticales y no agramaticales? ¿Hay algún tipo de mecanismo que
permita restringir la agramaticalidad? ¿Es la agramaticalidad un problema de interpretación
semántica? Si nosotros postulamos, en términos estructurales, oraciones semánticamente
anómalas pueden ser estructuralmente oraciones perfectamente construidas. Cualquiera de
nosotros puede inventar o decir cualquier oración, de hecho, la oración que utiliza Chomsky en
Aspectos es “Las ideas verdes incoloras duermen furiosamente” de la que uno podría decir que
es una oración agramatical en el caso particular de la lengua inglesa y también española, es
decir, no se le puede asignar una representación semántica que haga que esa oración sea
adecuada en algún tipo de contexto. Si dijera “la mesa camina lentamente”, en principio y en un
contexto común, las mesas no caminan. La explicación semántica es la más fácil, ahora ¿por qué
uno no puede en términos generativos describir el proceso que nos permita llegar a esa
oración? ¿Por qué en ese proceso va a haber un momento en el que esa oración es anómala?
Ahí va a estar la pregunta chomskyana, en el proceso subyacente y no en la consecuencia y
superficie. El estructuralismo no se pregunta por la gramaticalidad, a lo sumo uno puede decir
que esa oración desde un punto de vista estrictamente formal es una oración gramatical: puedo
determinar determinado tipo de construcciones si seguimos el principio de la no apelación al
significado y nos quedamos con la distribución de las formas, pero tenemos que ir a eso que
Bloomfield consideraría no científico (porque está trabajando desde otra perspectiva) que es lo
no observable, y podemos hipotetizar, especular acerca de cómo podemos llegar a generar 1 las

1
Searle utiliza “producir” pero tiene una connotación contextual que Chomsky no daría.
distintas instancias que hacen imposible la oración “Las ideas verdes incoloras duermen
furiosamente” o “la mesa camina lentamente”. La explicación semántica es muy obvia: las
mesas no caminan porque son objetos inanimados y el verbo caminar exige que quien camine
tenga el rasgo [+ animado], simplemente eso, pero cómo lo explicamos en un proceso de
adquisición, ahí va estar la pregunta chomskyana. Y vean que hay un desplazamiento, un
cambio de foco en cuanto al objeto que ya no es un sistema estático, sino que es un proceso
dinámico que permite no solamente describir, sino que intenta explicar por qué esto es como
es. Es decir, cambió notablemente el alcance que le estamos dando al fenómeno lingüístico.
 El tercer punto sería el punto de vista metodológico. Los estructuralistas utilizan
procedimientos de descubrimiento, en el sentido de que van viendo cómo aparecen en
superficie, a partir del corpus de datos, las relaciones que se dan entre los elementos que
operan entre sí. En el caso del generativismo, aparecen procedimientos de evaluación, es decir,
se puede especular acerca de distintos modelos y reglas para describir en términos más o
menos económicos (con sus ventajas y desventajas) la generación de una oración, y uno a partir
de eso deberá evaluar y decidir cuál es el que mejor da cuenta de la competencia intrínseca del
hablante-oyente ideal de una determinada lengua. A partir de estos tres elementos Searle
establece la idea de una revolución chomskyana.

Ahora sí vamos a partir de Chomsky y de los dos grandes momentos de la lingüística chomskyana. Un
primer momento que aparece a finales de la década del ’50, si ustedes quieren encontrar una filiación
precisa en 1957 con la publicación de Estructuras Sintácticas, y que culminaría alrededor de la década
del ’80. Ese primer momento está dominado por la concepción de una gramática en un sentido que
continúa (si bien no en su alcance, sí en su formulación parcial a determinados aspectos del
estructuralismo) como un sistema de reglas. Es decir, una gramática como uno tiende a considerarla
habitualmente: si uno pregunta qué hace una gramática, la gente diría “fijar las reglas de lo que está
bien y lo que está mal”, en cambio, uno diría las reglas que dan cuenta de las restricciones de aquello
que se puede y no se puede construir; sería ligeramente diferente la observación que haría alguien
desde el punto de vista lingüístico. Y vamos a pasar a un conjunto de principios y parámetros, a partir
de los años ’80 Chomsky cambia (creo que ahí aparecería la gran revolución chomskyana) y ahí pasamos
ya no a considerar a una gramática un sistema de reglas sino un conjunto de principios generales y
abstractos que se parametrizan, es decir, adquieren determinadas características particulares según la
lengua de que se trate. Ahí ya no estamos trabajando con una lógica estructural tradicional.

Dice Chomsky en el ’75, en unas conferencias que aparecen en Reflexiones sobre el lenguaje: “Un
motivo para estudiar el lenguaje (el que me atrae con más fuerza) radica en la tentación de considerarlo,
para usar la frase tradicional, «un espejo del pensamiento».” Es decir, es una postura absolutamente
racionalista, él mismo se reivindica así y encuentra su propia tradición en el racionalismo de Descartes,
en el racionalismo francés. A partir de ahí, va a seguir diciendo: “En lo que a mí respecta, por lo menos,
encuentro mucho más interés en la posibilidad de que el estudio del lenguaje nos permita descubrir los
principios abstractos que gobiernan su estructura y su uso, principios que son universales por
necesidad biológica y no por un simple accidente histórico y que derivan de las características
mentales de la especie.”
Vean ustedes que aquí claramente establece cuál es el foco de interés y apunta, por un lado, a dar
cuenta de los principios abstractos que gobiernan la estructura y el uso de las distintas lenguas. Esos
principios abstractos, ese conjunto de elementos que tienen que ser lo suficientemente generales y
abstractos como para que engloben a todas las lenguas, son principios universales. La búsqueda de la
gramática universal es lo que interesa a Chomsky, algo que había aparecido en los estoicos, en los
modistae en la Edad Media, en el racionalismo francés. La búsqueda de una estructura que dé cuenta de
las características que toda lengua tiene más allá de las particularidades, es decir, algo que sea universal,
que sea para todas las lenguas, porque si es para todas eso es lo que le da el carácter de facultad
general, facultad universal que todo ser humano posee por el hecho de ser humano. Esta idea de los
principios universales tiene un determinismo biológico: estos principios, esta gramática universal que se
intenta buscar aparece en función de que los seres humanos tienen como facultad biológicamente
determinado (en términos de su propia especie) el lenguaje. Son los seres humanos, por tener la
facultad del lenguaje, que poseen este elemento a descubrir que es la gramática universal y a la que
solamente se puede acceder a partir de las gramáticas particulares, porque lo que nosotros hablamos
son lenguas particulares que están gobernadas por principios que van más allá de ellas y que toda
lengua (por el hecho de ser una lengua) tiene. Entonces, cuando Chomsky habla de un hablante (por lo
menos en sus primeros escritos) habla de un hablante-oyente ideal. Él es consciente de que su
idealización reduce el alcance de determinado tipo de fenómenos, pero considera que ese
reduccionismo le permite formular rigurosamente una teoría que dé cuenta de estos principios
universales.

Entonces, es interesante pensar con Chomsky esta idea de un universalismo ligado al ser humano
como representante de la especie; no importa que yo describa el inglés, el francés, el swahili, no
importa que lengua sea, todas las lenguas van a responder a un conjunto de principios generales que
luego se parametrizarán de manera particular. Pero si no existe lo general no hay particularidad, y esa
generalidad puede ser descrita en función de esa facultad que el ser humano tiene por necesidad
biológica, porque biológicamente está determinado de ese modo; no es una elección, es una imposición
biológica: nosotros no decidimos tener la facultad del lenguaje, la tenemos. Ustedes me podrán decir
“bueno, pero no todos la desarrollan”, eso sería un problema secundario. En principio todos la
desarrollan, hay que ver el grado de desarrollo que tengan según determinado tipo de condicionamiento
externo, pero no hay ser humano que no tenga la facultad del lenguaje; que después existan problemas
en su desarrollo nadie lo está negando, pero acá estamos trabajando en el grado de abstracción y
generalidad necesario para hacer un planteo universal que tenga alcance universal. Vean que es una
hipótesis muy fuerte, estamos diciendo “los seres humanos, en tanto especie, tenemos la facultad del
lenguaje, eso nos separa de las demás especies”. No hay ser humano que no la tenga, el desarrollo es
otra cosa. Y esta facultad del lenguaje permite hipotetizar una teoría acerca de su adquisición, “tengo y
puedo adquirirla de un determinado modo”. Entonces, vean el cambio operado con respecto a una
postura conductiva donde no tengo nada, todo lo aprendo, todo lo adquiero; en la postura chomskyana,
tengo la facultad, la desarrollo o la adquiero a partir del contacto que tengo con la evidencia empírica de
una lengua particular. Pero no repito y reproduzco solamente aquello que escucho, no hay un estímulo y
una respuesta, hay una facultad y un desarrollo. Entonces ahí el punto de vista ha cambiado
notablemente.
Entonces, tenemos principios abstractos, principios universales por necesidad biológica que derivan
de las características mentales de la especie. Vean que pasamos de la lingüística a la psicología, de la
psicología a la psicología cognitiva y de la psicología cognitiva a la biología. Es decir, si tuviéramos que
encontrar una filiación chomskyana en este momento, la lingüística es una rama de la biología, es decir,
de las ciencias de la vida del hombre. Cuando veamos otras teorías, la dependencia va a ser mucho más
social. Chomsky no entiende este fenómeno en términos sociales, y es lógico y coherente dentro de su
planteo biologicista y su perspectiva del ser humano obedece a ese planteo. Él no está pensando que la
conformación del lenguaje depende de la interacción de un ser humano con otro, salvo en el contacto
que un ser humano tiene con otra lengua. Esa es la interacción posible, pero en términos de evidencia
que hace que una persona que nace en un contexto donde se habla español, hable español, y otra que
nace en un contexto que se habla francés, hable francés. Pero no hay un proceso de construcción.

Vean que el mentalismo saussureano piensa a la lengua en términos sociales. Chomsky jamás piensa
la lengua en términos sociales sino en términos individuales, abstractos, ideales y biológicamente
condicionados. Él va a decir que competencia y actuación es una nueva manera de hablar de lengua y
habla, y es probable que esa analogía pueda ser hecha pero con determinado tipo de salvedades: que
Chomsky y Saussure son mentalistas no hay ninguna duda, pero la naturaleza es un producto social de la
facultad del lenguaje y la competencia es un conocimiento que el hablante-oyente ideal tiene de su
propia lengua. Esa diferencia es importante. Cuando Saussure habla de lengua, se refiere a un sistema
que es mental, pero es un producto mental de la facultad del lenguaje. Esa facultad del lenguaje es un
producto y ese sistema es social: producto y social no son dos características que aparecen en la
propuesta de Chomsky. La competencia es un conocimiento que el hablante-oyente ideal tiene en
forma individual, ideal y que va a ser descrita en términos de un proceso de adquisición. La lengua
saussureana describe un estado de cosas, la gramática generativa describe para explicar un proceso.
Los alcances son distintos porque los objetos son diferentes, que puedan ser en algún punto
comparados no significa que obedezcan a los mismos criterios para su establecimiento. Es decir, piensen
la idea de producto y proceso y la idea de social e individual. Ahí tienen dos elementos importantes
para no poder adscribir tan sencillamente un elemento al otro, porque los objetos son distintos.

En una conferencia que dio en Chile en el ’98 que se llama Nuestro conocimiento del lenguaje
humano, Chomsky dice: “El lenguaje humano tiene sus bases en una propiedad elemental que parece
estar biológicamente aislada: la propiedad de la infinitud discreta, que se manifiesta en su forma más
pura en los números naturales 1,2,3,… etc.” Vean que partimos del elemento central para un planteo
formalista que es la discrecionalidad. “Los niños no aprenden esta propiedad. A menos que la mente ya
posea los principios básicos de ella, no hay ninguna evidencia empírica que pueda proveerlos. De
manera similar, ningún niño tiene que aprender que hay oraciones de tres o cuatro palabras, pero no de
cuatro palabras y media, y que las oraciones pueden extenderse infinitamente, puesto que es siempre
posible construirlas de modo mas complejo, con formas y significados muy precisos. Para usar una frase
de David Hume, este conocimiento no puede sino provenir de «la mano original de la naturaleza», como
parte de nuestra herencia biológica.” Es decir, la propiedad que caracteriza el elemento básico del
lenguaje humano es que tiene infinitud discreta: permite una recursividad infinita a partir de unidad
que se pueden oponer unas y otras. “La casa que mi hermano compró que era muy grande y que,
además, me gustó porque tenía una habitación que me permitía…”, etc., etc., etc. Esa propiedad del
sistema lingüístico que luego van a tomar las ciencias de la computación y va a ser tan útil, es la
propiedad de la recursividad: siempre se puede ir agregando otro elemento. Las lenguas naturales son
lenguas recursivas, y los elementos que las componen pueden aislarse discretamente, es decir,
conforman elementos que se oponen unos a otros en la cadena del sintagma, no son graduales. Por eso,
el ejemplo que pone Chomsky es que nadie aprende que una oración tiene tres o cuatro palabras, eso
está. No hay nadie que se pregunte por qué una palabra tiene una, dos, tres, cuatro sílabas pero no
cuatro sílabas y media, cuatro sílabas y un cuarto. Esa es una pregunta que apela al significado, no a la
forma, y Chomsky apela a la forma.

Entonces, lo que Chomsky con esto quiere destacar es el hecho de hay algo que está más allá que es
la dotación o herencia biológica de la especie. Desde que el hombre es hombre, tiene la facultad del
lenguaje, eso es lo que lo hace hombre (más allá del desarrollo que haya tenido). El lenguaje no es que
no sea un fenómeno histórico, esa es otra perspectiva, pero para él la lingüística trabaja con esta
perspectiva. Desde que el hombre se conforma como hombre, como homo-sapiens, tiene la facultad del
lenguaje que está representada a partir de relaciones discretas que son las que permiten generar (es
decir, describir en todos sus pasos) la posibilidad de conformar oraciones bien formadas que
representan un modelo de adquisición de la lengua. Cómo se adquiere efectivamente la lengua no hay
una respuesta que se sepa, acá tenemos una hipótesis fuerte de trabajo.

Sigue diciendo Chomsky: “Esta propiedad intrigó a Galileo, quien consideró que el descubrimiento de
un medio para comunicar «nuestros pensamientos más secretos a otra persona, usando 24 pequeños
signos» era la más importante de todas las invenciones humanas.” Es decir, un número mínimo de
elementos que se combinan infinitamente, un principio de economía absoluto. Un conjunto mínimo de
elementos formales me permiten estructurar la complejidad de una lengua que, en realidad, no es sino
la representación puntual de todas las lenguas. Porque si puedo hacer eso con una lengua, lo puedo
hacer con todas, si es que mi hipótesis no está errada. Ahí está apuntando la gramática generativa, al
núcleo formal, no está pensando ni en términos fónicos, ni léxicos, ni semánticos (más allá de que va a
dar respuesta a eso) pero sí en eso que es propio de la especie; esa posibilidad de llevar a cabo este tipo
de combinaciones, eso que sería el centro de la gramática generativa que estaría representado por esa
palabra que nosotros conocemos como sintaxis. En la sintaxis estaría el elemento universal, eso que los
seres humanos tenemos y que nos permite poner en relación piezas léxicas de tal modo que puedan
tener una interpretación semántica y fonológica. En esos mecanismos combinatorios estaría el
elemento central. Si jugamos es muy simple: piensen cuando juegan al Scrabble, ¿qué hacen ahí? Tienen
las letras que son unidades discretas y las combinan, ahí está el principio básico de organización del
lenguaje. Y eso no se aprende, eso está, aunque no la veamos la facultad del lenguaje está. Y la vemos a
partir de sus efectos. Vean que cuando una teoría es exitosa siempre es simple, ahí está, en la
simplicidad de ese planteo y en la complejidad que esa simplicidad abarca. Los psicolingüístas trabajan
con distintos modelos que toman, muchas veces, estas teorías y a partir de las patologías del lenguaje se
ve o no la posibilidad del éxito de estas propuestas. Entonces dice: “Esta invención tuvo éxito porque
refleja la infinitud discreta del lenguaje que tales signos representan.” La discrecionalidad de la forma y
la posibilidad infinita de su combinación.

Dice Chomsky: “Poco más tarde, los autores de la Gramática de Port Royal no dejaron de
sorprenderse ante la «invención maravillosa» de que se pueda construir con un par de docenas de
sonidos una infinitud de expresiones que nos permiten revelar a otro lo que pensamos, imaginamos o
sentimos. Desde un punto de vista contemporáneo, esto ciertamente no es una «invención», pero no por
ello es menos «maravilloso» como producto de la evolución biológica, sobre el cual en este caso no se
sabe casi nada.” Por qué esto es así, no se sabe. Algo similar pasa con el cerebro: los buenos neurólogos
y los especialistas dicen “lo fotografiamos cada vez mejor, tratamos de ver sus defectos...”, ahora
exactamente cómo funciona no tenemos idea.

“La facultad de lenguaje puede ser considerada como «órgano del lenguaje2», en el mismo sentido
en que científicos hablan del sistema de la vista, el sistema inmunológico o el sistema circulatorio, como
órganos del cuerpo.” Hay un órgano del lenguaje, y lo que es interesante es que en la segunda etapa
chomskyana va a pasar de un cartesianismo a un neocartesianismo. La gran diferencia es que la
especulación o la abstracción cartesiana logra encontrar un lugar físico en el que esa representación
abstracta se localiza. Lo que es importante ahí es el hecho de que él considera que ahora debe hablarse
de “mente-cerebro”: algo abstracto, algo concreto; la mente está localizada en el cerebro (en el
hemisferio izquierdo). De hecho, la concepción que él tendría de la mente es casi como una concepción
de una facultad (la mente es un conjunto de facultades), que es la idea medieval, del racionalismo: un
conjunto de módulos que interactúan entre sí, uno de ellos es la facultad del lenguaje.

2
Nótese la consideración biologicista en el uso de la terminología chomskyana.
Ahí tenemos los hemisferios 3: el hemisferio izquierdo que es el del lenguaje, el de la racionalidad; y el
derecho que es más divertido, el de la creatividad. Pero ambos interactúan. Tenemos partes, primero
vamos a estudiar cada una de las partes y luego la interacción entre esas partes. Cuando Chomsky
piensa la facultad del lenguaje, la piensa con estas características. Él no está diciendo que no existe el
uso del lenguaje, pero eso formaría parte de otro módulo y no de la facultad del lenguaje.

Entonces ahí entramos, propiamente, con las definiciones que aparecen en los textos chomskyanos y
la similitud entre el concepto de lengua y el de gramática. Dice Chomsky en Estructuras Sintácticas4: “En
adelante entenderé que la lengua es un conjunto (finito o infinito) de oraciones, cada una de ellas de una
longitud finita y construida a partir de un conjunto de elementos finitos.” ¿Ven? Es una cosa muy simple:
un conjunto finito de elementos que me permiten, a partir de su combinación, generar infinitas
oraciones. “Todas las lenguas naturales, en su forma hablada o escrita, son lenguas en este sentido, ya
que cada lengua natural tiene un número finito de fonemas (o letras en su alfabeto), y cada oración es
3
Refiriéndose a la imagen de la diapositiva anterior (N. del desgrabador).

4
Estructuras Sintácticas es un libro que se publica en el año 1957 y que recoge, de alguna manera, las notas que
Chomsky había preparado para un curso que dio para ingenieros en computación en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) donde él trabajó prácticamente toda su vida. De ese curso se edita este libro, que lo presenta
en todas las editoriales científicas norteamericanas y todas lo rechazan por considerar su no pertinencia,
obviamente el peso del estructuralismo descriptivista era muy fuerte y la propuesta de Chomsky era
suficientemente innovadora. El que lee este manuscrito y advierte que ahí había algo absolutamente fuera de lo
común es Jakobson que le recomienda presentarlo en Mouton, una editorial de La Haya donde él era uno de los
editores. Se lo aprueban y se edita en una colección que se llama The Annual Linguale, lo reseña Robert Lees y, a
partir de esa reseña, comienza lo que Searle denomina la revolución chomskyana; una atracción a cierta propuesta
sobre todo por el agotamiento de los excesos del descriptivismo.
representable como una secuencia finita de estos fonemas (o letras) aun cuando el número de oraciones
es infinito.” Es decir, la infinitud está dada por la potencialidad. Nosotros podemos como seres
humanos generar un número finito de oraciones, pero potencialmente las combinaciones son infinitas.
Esta es la primera caracterización que tenemos de una lengua que es similar a la de una gramática:
ahora gramática y lengua son sinónimos.

En el año ’65 Chomsky publica uno de sus libros más conocidos en términos lingüísticos, un libro
clave en el que presenta lo que se da en llamar el modelo estándar de la teoría, que se llama Aspectos
de la teoría de la sintaxis. Allí define con precisión y claridad, más aún que en Estructuras Sintácticas,
cuál es el objeto de la gramática generativa. Dice: “El propósito fundamental del análisis lingüístico de
una lengua L5 es la de separar las secuencias gramaticales que son oraciones de L, de las secuencias
agramaticales que no son oraciones de L, y estudiar la estructura de la secuencias gramaticales será un
ingenio [device: dispositivo] que genere todas las secuencias gramaticales de L y ninguna de las
agramaticales.” La idea sería separar lo gramatical de lo agramatical, y solamente que es lo gramatical
aquello que puede ser generado. Vean el constante proceso no solamente de descripción sino de
evaluación. Sigue diciendo: “Lo que concierne primariamente a la teoría lingüística es un hablante-
oyente ideal, en una comunidad lingüística del todo homogénea, que sabe su lengua perfectamente y
al que no afectan condiciones sin valor gramatical, como son las limitaciones de memoria, distracciones,
cambios de centro de atención e interés y errores (característicos o fortuitos) al aplicar su conocimiento
de la lengua al uso real.” Chomsky se ve en la necesidad de abstraer en función de lo que persigue, pero
no deja de reconocer que eso es una abstracción, por eso habla de un hablante-oyente ideal. Un
funcionalista diría “¿pero eso no es negarle al lenguaje lo que el lenguaje es?” Y Chomsky tal vez
contestaría “es un precio que hay que pagar”. Un funcionalista diría “yo no acepto pagar ese precio” 6.

“Esta me parece que ha sido la posición de la lingüística general moderna 7, y no se ha dado ninguna
razón convincente para modificarla. Para estudiar el uso lingüístico real debemos considerar la acción de
muy varios factores8, de los cuales la competencia subyacente del hablante oyente ideal es solamente
uno9. En este sentido, el estudio del lenguaje no difiere de la investigación empírica de otros fenómenos
complejos.” Aisla un elemento y va a trabajar sobre ese elemento que aisla. “Hacemos, pues, una
distinción fundamental entre competencia (el conocimiento que el hablante-oyente tiene de su lengua) y
actuación (el uso real de la lengua en situaciones concretas). Solo en la idealización establecida en el
párrafo anterior la actuación es reflejo directo de la competencia. En la realidad de los hechos, es obvio
que no puede reflejar directamente la competencia.” Vean, el mismo gesto saussureano: ante la
inabarcabilidad, aislar un elemento que es la competencia. ¿Y qué se entiende por “competencia”? Un
término del que se ha hecho uso y abuso y que Chomsky va a cambiar, el conocimiento que el hablante-
5
Entiéndase cualquier lengua natural.

6
Eso lo dice explícitamente Halliday.

7
Entiéndase por moderna a partir de Saussure.

8
La traducción, que no es la mejor, es de Carlos-Peregrín Otero publicada en la editorial Siglo XXI editores.

9
Chomsky tiene muy claro que no está trabajando con el uso ni con la complejidad que el uso conlleva.
oyente tiene de su lengua. Y la actuación que es el uso de la lengua. El objeto de la gramática
generativa es la competencia, él va a describir ese conocimiento para explicar el proceso de
adquisición del lenguaje.

“Cualquier testimonio del habla natural mostrará numerosos arranques en falso, desviaciones de las
reglas, cambios de plan a mitad del camino y demás. Para el lingüista, como para el niño que está
aprendiendo la lengua, el problema es determinar con los datos del uso el sistema de reglas
subyacente que el hablante oyente domina y del que se vale en la actuación concreta. De ahí que en
sentido técnico, la teoría lingüística sea mental, ya que trata de descubrir una realidad mental
subyacente en la conducta concreta.” Ahí está el foco, en este descubrimiento de una realidad mental
subyacente, es decir, dar cuenta de aquello que no es observable directamente pero que condiciona y
permite fundamentar lo que observamos. El nivel no observable condiciona el observable y permite, no
solamente describirlo, sino explicarlo. A partir de los datos del uso damos cuenta de lo que subyace al
uso, y eso es lo que nos permite dar cuenta de esa realidad mental que subyace al uso y que lo
condiciona, que permite determinada combinación y obtura otra: ningún hablante de español dice *Lo
se dije, y eso no lo aprende. Ahí partimos del uso (la evidencia la da el uso) pero tenemos que explicar
por qué esa oración llega a ser cómo es, no como esa oración va a ser usada; lo que nos interesa es esa
realidad subyacente.

“El uso observado de la lengua o las hipotetizadas disposiciones para responder, los hábitos y demás
pueden brindar datos respecto a la naturaleza de esta realidad mental, pero desde luego no pueden
constituir el verdadero objeto de la lingüística, si esta ha de ser una disciplina seria.” Opinión de
Chosmky, es decir, esta es la lingüística, como cuando Saussure dice “la lingüística es la lingüística de la
lengua, si quieren hablar de la lingüística del habla, hablen, pero la lingüística es esta”. Y aquí más o
menos dice lo mismo.

“La distinción que aquí señalo está relacionada con la distinción LANGUE/PAROLE de Saussure, pero
es preciso rechazar su concepto de LANGUE como mero inventario sistemático de unidades o más bien
volver a la concepción de Humboldt de la competencia subyacente como un sistema de procesos
generativos.” Proceso generativo significa proceso de la descripción de las distintas etapas en el
proceso de adquisición, es decir, una descripción exhaustiva de cada uno de los momentos. Cuando
nosotros veamos los modelos, vamos a ver distintos momentos y no vamos a hablar de niveles de
análisis (aunque vamos a conservar los nombres) sino de niveles de representación, es decir, los niveles
que cada uno de los momentos en ese proceso representan la estructura en un momento determinado.
Por eso diremos que, por ejemplo, cuando veamos el modelo de Aspectos hay dos niveles de
representación, tres niveles de representación, etc., etc. ¿Qué es lo que se representa? Un momento en
el proceso de la derivación.

“Una gramática de una lengua pretende ser la descripción de la competencia intrínseca del hablante-
oyente ideal. Si la gramática es, además, perfectamente explícita – en otras palabras, si no depende de
la inteligencia y comprensión del lector; antes al contrario, proporciona un análisis explícito de lo que el
lector pondría de su parte -podemos llamarla (con cierta redundancia) gramática generativa.” Es decir,
explícita en cada una de sus instancias.

Entonces, lo que tenemos que ver ahora es cuáles son las dos características que tiene que tener una
gramática generativa, y son: la adecuación descriptiva y la adecuación explicativa. ¿Qué significa esto?
“A una gramática se la puede considerar como una teoría de la lengua y es descriptivamente adecuada
en la medida en que se describe la competencia intrínseca del hablante nativo idealizado. Las
descripciones estructurales asignadas a las oraciones por la gramática, las distinciones que hace entre
bien-formado y aberrante, y demás, deben corresponder, para que sea descriptivamente adecuada, a la
intuición lingüística del hablante nativo (sea o no inmediatamente consciente de ello) en una clase
sustancial y significativa de casos cruciales.”

Esto no presenta, creo, mayores problemas. La descripción debe ser exhaustiva y debe, en principio,
describir lo que un hablante de esa lengua reconoce como su lengua (por lo menos, en una cantidad
muy importante de casos). Describir exhaustivamente apela justamente a eso. Ustedes, tal vez, pueden
preguntarse (y eso trae algunos problemas que no vamos a resolver aquí, no solamente porque no es un
curso de gramática generativa sino porque nos llevaría mucho tiempo) qué pasa con las variedades que
podemos llamar de orden dialectal. Bueno, eso debería explicarse dentro de la intuición del hablante, es
decir, que el hablante no utilice determinado tipo de fenómeno no significa que no lo reconozca como
parte de su lengua; puede no utilizarlo pero, salvo que la estructura sea efectivamente agramatical tanto
en términos formales como en términos de su interpretación semántica o fonética, uno la reconoce. Hay
determinado tipo de estructuras que nosotros no utilizamos y que las reconocemos como parte del
español. Entonces, a partir de ahí uno diría que un corpus puede ser descriptivamente adecuado.
Ustedes pueden pensar, por ejemplo, en “Juan entregó un regalo a María”, eso es una estructura
absolutamente gramatical, aceptable en español. ¿Alguno de ustedes diría que eso tiene algún
problema en cuanto a su gramaticalidad? No. Ahora, ¿ustedes usarían esa estructura? En general,
ponemos la reduplicación del pronombre, “Juan le entregó”. Esa es una característica variante del
español del Río de la Plata, pero no anula la exhaustividad descriptiva de un corpus del español que
debería considerar las variedades. Después, el alcance y la consideración que se haga de ellas es otro
problema con el que deberá lidiar la gramática generativa.

Ser agramatical es que no puede ser, bajo ningún punto de vista, concebido como una estructura
que se utilice y sea interpretable en esa lengua. En la actualidad, puede traer mucho debate que el
concepto de gramaticalidad es discreto y no gradual, no sé si la mayoría de los generativistas hoy
aceptarían eso pero, en principio, creo que la gramaticalidad es un concepto discreto: se es o no se es
gramatical, pero ahora se habla de grados de gramaticalidad que tendrá que ver con el grado de
aceptabilidad de determinada variante en un contexto particular de uso. Vamos a las cosas concretas:
uno no puede hacer concordar un sujeto plural con un verbo singular. Después hay determinados tipos
de elementos que pueden pasar por las pronominalizaciones, por la utilización de determinadas
preposiciones y demás que habrá que ver cómo se utilizan y, en última instancia, el que decidiría sería el
hablante. La adecuación descriptiva tiene que reproducir lo que un hablante de una lengua reconoce
como parte de su propia lengua, sino no sería parte de ella. Hay veces que uno escucha determinadas
expresiones que no las entiende, como si uno tuviera que doblar al español del Río de la Plata una
película que está hablada en la variedad salvadoreña del español porque no entenderían. No creo que
fuera necesario pero tal vez en algunas partes sí, pero eso no es tanto un problema de la gramática
generativa me atrevería a decir, por lo menos no de este momento.

El otro elemento que, además de la adecuación descriptiva, debe dar cuenta una gramática
generativa es la adecuación explicativa. Aquí es interesante la secuencia “describo para explicar”, no
solamente describo, que marca una diferencia notable con el estructuralismo que describe
fundamentalmente. Dice Chomsky en Aspectos: “En la medida en que la teoría lingüística acierta a
seleccionar una gramática descriptivamente adecuada sobre la base de datos lingüísticos primarios,
podemos decir que satisface la condición de adecuación explicativa.” Es decir, dados un conjunto de
datos nosotros seleccionamos cuáles de ese conjunto consideramos que describen mejor nuestra
lengua. Entonces, al mismo tiempo que se describe, debe cumplir el segundo principio que sería el de
adecuación explicativa que aquí lo enuncia Chomsky. “Es decir, en esta medida ofrece una explicación de
la intuición del hablante nativo sobre la base de una hipótesis empírica relativa a la predisposición
innata del niño para configurar un cierto tipo de teoría para tratar los datos que le son presentados.”
Esto que tal vez no está expresado de una manera tan transparente, tiene que ver con que una buena
descripción tiene que servir para mostrar una buena explicación del proceso de adquisición del
lenguaje. La gramática generativa se postula como una teoría que no solamente propone describir las
intuiciones lingüísticas del hablante-oyente ideal de una determinada lengua sino explicar el proceso
mediante el cual adquiere esa lengua. Esa descripción está en relación directa con ese proceso de
adquisición.

Entonces, en esta primera parte de Chomsky tenemos una caracterización que aparece en
Estructuras Sintácticas de una lengua como un conjunto finito de elementos cuya combinación nos
permite generar un conjunto infinito de oraciones, es decir, elementos combinados a partir de sus
elementos de base. Luego tenemos competencia y actuación que separan claramente objeto y estudio
de lo que no es objeto de estudio, y los criterios de adecuación descriptiva y adecuación explicativa
que son los que debe cumplir toda gramática generativa.

Ahora pasamos a lo que podemos denominar el segundo momento de la gramática generativa que
es el que está ligado a los Principios y Parámetros, que es un modelo que comienza a pergeniarse a
partir de un libro que se llama Lectures on Government and Binding que son las conferencias que
Chomsky dio en la Universidad de Pisa. Entonces, podemos decir que “la gramática generativa desde su
inicio se ha propuesto caracterizar el conocimiento implícito que el hablante posee de su lengua materna
así como caracterizar los mecanismos de adquisición. El marco general en el que se inscribe es la ciencia
cognitiva (que es el conjunto de teorías cognitivas que reconocen como su objeto de estudio los procesos
psicológicos relacionados con el conocimiento humano).”
Vean que en el año ’88, Chomsky da una serie de conferencias en la ciudad de Managua, unas que se
refieren a la lingüística y otras a la política (él va a Managua a hablar fundamentalmente de política, que
es lo que le interesa, pero le piden de paso si puede dar unas conferencias sobre lingüística) y fueron
publicadas al español, se llaman Lenguaje y problemas del conocimiento. Conferencias de Managua, y
ahí claramente dice: “lingüística y psicología, dos campos que preferiría no distinguir.” (Chomsky 1988:
15) Entonces, ahí tenemos la clara inscripción dentro de la psicología cognitiva del alcance de la
propuesta chomskyana.

Ahora vamos a mostrar el pasaje (que ya aparece pergeniado a partir de las conferencias de Pisa)
entre el marco cartesiano y el marco neocartesiano. Si nosotros pensamos el cartesianismo, podemos
decir que uno de los postulados básicos que sostiene es la dualidad mente/cuerpo, algo que aparecía de
alguna manera en Bloomfield. Ahora bien, el cuerpo va a ser considerado como una sustancia material y
la mente como una sustancia espiritual, es decir, la sustancia que es independiente del cuerpo. Esta
dicotomía excluyente entre lo que podríamos llamar “lo físico y lo no físico” deberá replantearse en
términos de “lo observable y lo no observable” de manera directa. Ahí se puede acuñar esta idea
neocartesiana, que tomando y no negando los principios del cartesianismo, trata de adecuarla a un tipo
de evidencia o de realidad empírica más compleja.

La postura neocartesiana no va a diferenciar el estudio del mundo natural de las facultades cognitivas
de los seres humanos. El mundo natural es un mundo aprehensible directamente, pero el mundo de las
facultades cognitivas es aprehensible indirectamente; lo que no significa que ambos sean relacionables
y que, por otra parte, no puedan ser descriptos y explicados. No supedita los estudios de ciencia
cognitiva (lingüística) a los de la ciencia física (neurología). Podríamos decir que el estudio del lenguaje,
esta relación entre lenguaje y psicología cognitiva o, en última instancia, entre lenguaje y biología,
queda en un lugar intermedio entre las coordenadas del cerebro (que sería la realización
neurofisiológica de dicho conocimiento en el organismo) y la mente (que sería el conocimiento
lingüístico, los mecanismos mentales). Esto es lo que vendría describiéndose hasta el momento de
manera especulativa sin una base de orden biológico o cognitivo. Ahora se pasa a la mente/cerebro en
la que, en el cerebro, aparecería la realización neurofisiológica de ese conocimiento lingüístico. Es decir,
se supera la tradicional dicotomía entre mente/cuerpo ya que el cerebro es un elemento material en el
cual aparece un elemento no material inscripto en él. Entonces, de ahí en más Chomsky va a hablar de
mente/cerebro, justamente para marcar esta postura neocartesiana y no en vano para dar cuenta del
carácter de realidad físico-empírica que tiene lo que él propone.

Entonces, desde un punto de vista neocartesiano sostendríamos que la mente no va a existir fuera
del mundo físico pero no va a reducirse solamente a él. Es decir, que tenga una localización física no
implica que todas sus características deban reducirse a una descripción en términos solamente físicos
(empíricos). La lingüística va a estudiar uno de los estados de la mente que es la facultad lingüística. Lo
que va a interesar es que ese estado de la mente, esa facultad lingüística tiene un módulo en
determinada parte del cerebro, ese módulo está aislado en el hemisferio izquierdo y es lo que podemos
llamar el “módulo del lenguaje”. Uno de los mecanismos más importantes para poder dar cuenta de ese
módulo han sido las patologías, que han mostrado alteraciones en ese módulo, una manera indirecta de
llegar al conocimiento pero que dan cuenta de esta relación que la lingüística generativa propone.
Entonces, esta facultad lingüística va a estar caracterizada a partir de postular principios y
parámetros abstractos. Aquí va a haber una cosa que es muy interesante: nosotros estamos
acostumbrados tradicionalmente a pensar a la gramática como un sistema de reglas. Chomsky piensa a
la gramática en sus primeros modelos, da cuenta de este sistema de reglas. Ahora bien, acá va a cambiar
esa concepción y va a entender que esta facultad del lenguaje, que debería permitirnos dar cuenta de la
gramática universal a partir de las gramáticas particulares, está compuesta por un conjunto de principios
y parámetros abstractos donde los principios son constantes y comunes a todas las lenguas; son
generales, abstractos, comunes. Esos principios vienen ya dotados genéticamente de la obligatoriedad
para obtener una lengua particular de ser parametrizados, es decir, de que en el contacto con una
lengua empírica cualquiera de esos parámetros se ubiquen en una determinada posición. Nosotros
tenemos determinados principios, por ejemplo, podríamos decir que hay un principio que se podría
postular y decir: “todas las lenguas tienen sujeto”, ese es un principio, no hay lengua que no tenga
sujeto; cómo aparezca el sujeto en todas las lenguas, ese es otro problema. ¿Cuál sería una
parametrización posible? Hay lenguas que habilitan la marca desinencial del sujeto y hay lenguas que
no, en las que el sujeto siempre debe ser expreso. Ahí tenemos una parametrización posible. Entonces
tenemos un principio y parámetros. El parámetro siempre es local, pero depende del principio para
poder parametrizarse y no es algo que se adquiere sino que es algo inherente al principio.

Una posible definición de una gramática universal sería un conjunto de principios con sus
posibilidades de parametrización. Cuando nosotros estudiamos esto no podemos sino estudiarlo a
partir de lo que Chomsky, reformulando el concepto de competencia, va a denominar LENGUA-I que es
cada lengua en particular de cada hablante particular. Nosotros aquí tendríamos una cantidad bastante
importante de LENGUAS-I que llamaríamos “español”, que es el nombre que se le da, pero la LENGUA-I
es una lengua individual. El conjunto de LENGUAS-I, obviamente, nos va a dar una lengua como el
español, el francés, el inglés. Una LENGUA-I, ¿en qué difiere de una gramática universal? En la gramática
universal tenemos los principios con su posibilidad de parametrizarse, en la LENGUA-I tenemos los
principios parametrizados. Entonces, tendríamos los principios parametrizables y los principios
parametrizados. Nosotros podemos dar cuenta de los principios parametrizables a partir de los
principios parametrizados, porque sobre lo que trabaja la lingüística generativa es sobre las LENGUAS-I;
no hay manera directa de trabajar sobre una gramática univesal porque es un conocimiento indirecto
que necesita de la evidencia empírica. Esa gramática de las gramáticas no puede sino formularse a partir
de las gramáticas particulares. Entonces, una gramática universal contendría el conjunto de principios
que toda gramática particular tiene y ninguno de los elementos no particulares sino las posibilidades de.
Sobre eso trabaja, en rigor, la gramática generativa, lo que la hace para muchos una empresa muy
atractiva. Vean que tenemos: facultad lingüística, gramática universal, LENGUA-I. Cuando hablamos de
gramática universal, hablamos de principios y parámetros abstractos; cuando hablamos de LENGUA-I,
hablamos de principios parametrizados. Vean la diferencia, en términos de explicación, que hay entre
describir una lengua como un sistema de reglas (que no deja de ser una explicación tradicional) y una
gramática como un principio con una serie de parametrizaciones. Supuestamente, los principios
deberían ser pocos para que la teoría fuera económica y no que tuviera tantos principios que comenzara
a multiplicarse per se, pero bueno, lo importante en este caso es la concepción general que se está
manejando.
“Debe entenderse que no es un planteo dualista sino integracionista”. Esto es muy importante.
Cuando nosotros planteamos una perspectiva neocartesiana, no estamos pensando en términos (como
pensaría tradicionalmente el racionalismo) de exclusiones sino de integraciones. ¿Qué es lo que se
integra aquí? Lo abstracto y lo concreto, es decir, ahí lo dice Chomsky mucho mejor que yo: “la
lingüística se propone estudiar las propiedades abstractas de los mecanismos cerebrales”. (Chomsky
1988:17) El cerebro es algo concreto, es un órgano. Ahora, localizado en lo físico está también lo
abstracto que entra en relación con lo físico, no lo excluye. Ese es el punto importante que hay que
tomar en consideración. Un punto absolutamente central en este momento porque lo que le aporta el
neocartesianismo al generativismo es realidad empírica, es decir, esto no es meramente una
especulación, esto efectivamente se puede producir de esta manera, que es lo que pedía
paradójicamente Bloomfield. Lo físico y lo no físico, lo concreto y lo abstracto no se oponen, se
integran. Abajo con el dualismo cartesiano tradicional, con la explicación dicotómica (es lo que no es)
sino ver cómo opera un mecanismo postulado especulativamente en el lugar físico en el que ocurre.

A partir de ahí, tenemos la LENGUA-I que va a ser el objeto a partir del que se estudie el lenguaje en
el modelo de Principios y Parámetros. La lingüística estudia el lenguaje a través de la LENGUA- I, es el
objeto de estudio, es una modificación y precisión del objeto competencia del ’65. Es un objeto
recortado del mundo físico, un objeto real, en el sentido de que tiene una entidad física. LENGUA-I es
igual, por consiguiente, a un sistema cognitivo que da cuenta del lenguaje (o más exactamente de una
Lengua L10). Es decir, la LENGUA-I es la representación concreta de que hay una facultad del lenguaje y
de que es postulable a partir de una gramática universal. La facultad del lenguaje es nuestra dotación
genética, la gramática universal es lo que pretenderíamos describir y la LENGUA-I es el modo en que
podemos llegar a dar cuenta de esta gramática universal que aparece en relación con la facultad del
lenguaje. Se va a partir entonces de un estado inicial de la facultad del lenguaje en el que están los
principios y la posibilidad de ser parametrizados. Uno puede decir que este estado inicial es el conjunto
de principios parametrizables, es decir, el conjunto de principios con su posibilidad de parametrización
aún no expuestos a ningún tipo de evidencia empírica concreta. Se llega entonces a un estado estable
cuando hay exposición a los datos de una lengua particular que supone que los principios se
parametrizan, es decir, los parámetros se fijan en una determinada posición. Esto implica que se hable
una LENGUA-I y no otra. El mecanismo es muy sencillo, por lo menos en su postulación teórica. Lo que
se nos está diciendo es que tenemos un conjunto de principios comunes a todas las lenguas que vienen
con posibilidades de parametrización, es decir, con posibilidades de ajustarse en una dirección u otra.
Cuando se exponen a la evidencia empírica, ahí pasamos del universo de lo parametrizable a lo
parametrizado; de la posibilidad de ser parametrizable pasamos a la eventual efectibilidad de la
parametrización concreta. ¿Y cuál es esa realidad de la parametrización concreta? La LENGUA-I, que es
cada una de las lenguas que nosotros hablamos. Es decir, pasamos del plano potencial al plano
concreto, real, pero la potencialidad es la que permite explicar este plano concreto y real. Los
principios se parametrizan cuando son expuestos a los datos. Ahora vamos a ver el esquemita que
aparece en Chomsky ’88:

10
Entiéndase cualquier lengua.
Tenemos los datos, la facultad del lenguaje, los principios parametrizables (el estado inicial) y
tenemos la LENGUA-I, las expresiones estructuradas (los principios parametrizados, el estado estable).
Entre la lengua y los datos está la facultad del lenguaje, porque es la que habilita a que esos datos
conformen una LENGUA-I a partir de un principio parametrizable que los gobierna, es decir, la
posibilidad de ser parametrizados. Entonces, lo que estudiamos es esta LENGUA-I en la que tenemos
expresiones estructuradas y conforman un estado estable. Tenemos un estado inicial donde la facultad
del lenguaje nos presenta principios parametrizables y un estado estable donde aparece ya una
LENGUA-I. ¿Por qué I? Porque esos principios ya fueron parametrizados, es decir, fueron expuestos a los
datos de una lengua particular. Son los datos lingüísticos. Un chico que está expuesto a hablantes del
español, va a hablar español; uno que está expuesto a los datos del aymara, va a hablar aymara. En ese
sentido los datos. Los parámetros se fijan a partir de los datos, los principios se mantienen. Si vos hablás
francés, sabés que el sujeto va a estar siempre explícito; si vos hablás español, sabés que podés hacerlo
explícito o no. Pero es algo que está en los datos, porque está en las lenguas particulares y no en la
facultad del lenguaje o en la gramática universal. Está en la posibilidad de parametrizarse, es decir, el
principio se mantiene y los parámetros dependen de las particularidades que tienen las lenguas
particulares que se parametrizan a partir de los principios. Vos tenés un principio que te dice “hay
sujeto” y tenés un parámetro que te dice “explícito, no explícito”, esa parametrización ¿de qué
depende? Del contacto de los principios y parámetros con una lengua particular, porque es la lengua
particular la que te va a determinar si tengo que ponerme como sujeto en francés obligatoriamente o
no. Otro tipo de dato es irrelevante a los efectos de esta teoría.

En términos generativos, se va a hablar de LENGUA-L que vale para cualquier lengua, es una variable
como si pusieras “lengua x”; cuando decís LENGUA-I estás dando cuenta de un objeto de estudio dentro
de la Teoría de Principios y Parámetros; y cuando hablás de LENGUA-E, estás hablando de lo que quiere
excluir Chomsky en el objeto de estudio de la Teoría de Principios y Parámetros. La LENGUA-E, dentro de
la perspectiva chomskyana de Principios y Parámetros, sería la lengua de los estructuralistas, la
descripción del corpus, la evidencia de la lengua.

Vamos entonces a la LENGUA-I. La I lo que viene a describir es tres características de esa LENGUA. La
LENGUA-I es I porque:

Nosotros no decidimos acerca de tener o no tener la facultad del lenguaje sino que la tenemos, no es
un problema de elección. Nosotros podemos elegir hablar en 1º persona o en 3º persona, eso es una
elección: puedo decir “yo pienso” o “Martín piensa” o “Menéndez piensa”, eso se habilita; esto no, la
facultad está.
Aquí tendríamos lo opuesto a Saussure: la lengua no es patrimonio de la comunidad hablante, es
patrimonio de cada individuo; cada uno de nosotros tiene una LENGUA-I que tienen elementos
comunes, pero la LENGUA-I es individual de cada miembro de la comunidad hablante de la que se trate,
no del conjunto. Por supuesto que nosotros por abstracción y generalidad hablamos de la LENGUA-I,
pero teniendo siempre presente que no es una lengua de la comunidad o social porque es del individuo
que es el representante de la especie y por eso, justamente, es individual porque estamos hablando
desde un punto de vista biológico.
Tiene que ver con la asignación de una representación a una estructura sintáctica, es proposicional,
esto quiere decir que se le asigna un significado de naturaleza conceptual y no referencial. Aquí
volvemos al Saussure de los Escritos: cuando tenemos una estructura, va a recibir una representación
semántica proposicional, es decir, semántico-conceptual. Para que la representación sea de los
conceptos y no de las referencias de esos conceptos, porque si incluimos las referencias de esos
conceptos ya nuestra perspectiva pasa de ser una perspectiva biológica a una social, y es lo que
Chomsky no va a hacer. Entonces, ahí ustedes tienen: es individual, es interna, es intensional.

La perspectiva neocartesiana va a entender la cognición como un conjunto de subsistemas


computacionales de conocimientos específicos. A partir de esto, Chomsky plantea dos problemas: el
Problema de Platón o de la pobreza de los estímulos y el Problema de Descartes o del aspecto creativo
del uso del lenguaje.

El modelo de Principios y Parámetros

El modelo de Principios y Parámetros, recordemos brevemente, era un modelo que tenía un léxico,
un sistema computacional propio de lo que podríamos llamar la representación de la facultad del
lenguaje, una forma lógica y una forma fonético-fonológica. Lo que nosotros habíamos visto es que en
ese modelo las piezas léxicas contienen una cantidad importante de información. Si comparan los
modelos, el modelo de Estructuras, el de Aspectos y el de Principios y Parámetros , van a ver la
importancia que cobra el léxico y, al mismo tiempo, la clara calificación del léxico como algo particular
de las lenguas. Las piezas léxicas son las palabras de una lengua, en rigor no tendrían esa estructura en
la presentación que hemos hecho, pero básicamente es cómo esas palabras se proyectan en el sistema
computacional y se organizan de tal modo que pueden recibir una interpretación semántica y fonético-
fonológica simultánea.

Si los ven contrastivamente, el modelo de Aspectos presenta un componente semántico y un


componente fonológico que interpretan los dos niveles de representación, que son la estructura
profunda y la estructura de superficie. Es decir, el contenido semántico aparece en la estructura
profunda y cuando por medio de las transformaciones se llega a la estructura de superficie, en principio
no habría cambio de significado. Por consiguiente, esto que trajo aparejado mucho debate provoca que
en el modelo de Principios y Parámetros aparezca la representación semántica y la representación
fonológico-fonética al mismo nivel. A diferencia de Aspectos, en el modelo de Principios y Parámetros
tenemos dos niveles de representación en el sistema computacional y dos sistemas de representación
en lo que podríamos llamar los niveles de interfaz. No son propiamente de la facultad lingüística, sino
que interactúan activamente con ella.

Entonces tenemos: léxico, principio de proyección; eso permite, luego de la aplicación de la Teoría
temática y sobre todo de la Teoría de la X’, la obtención de la Estructura-P. Esa Estructura-P luego va a
devenir en Estructura-S una vez que se haya aplicado la única indicación que pasa a reemplazar a todo el
subcomponente transformacional que es “Mueva α”. Esa Estructura-S va a ser a su vez interpretada o se
le van a asignar representaciones semántico-conceptuales. Esto lo pueden relacionar con una de las
acepciones de la Lengua-I: es intensional, es decir que su carácter es proposicional-conceptual; y luego,
la representación fonológico-fonética. Esto es lo que se presenta en Principios y Parámetros.

Vamos a entrar ahora en el pasaje de la Estructura-P (profunda) a la Estructura-S (de superficie).


Recuerden no relacionar “profundo” y “superficie” con ningún tipo de aspecto de naturaleza semántica,
sobre todo en términos de lo que podría llegar a ser el habla popular.

Todos los movimientos que se hagan obedecen a una sola instrucción. Esa instrucción dice
simplemente “Mueva α” y Chomsky la caracteriza del modo en que ustedes la están viendo: “muévase
cualquier cosa a cualquier parte.” (Chomsky 1982) Siendo α cualquier elemento que aparezca en la
Estructura-P. Esta instrucción tan general, que se va a aplicar de acuerdo con los distintos problemas
que cada una de las teorías que nosotros enunciamos pueden presentar, van siempre a dejar una huella
y nosotros vamos a tener que dar cuenta de esa huella a partir de los movimientos que el elemento que
deja la huella lleva a cabo una vez que efectivamente fue desplazado. Cuando pensamos en términos de
esta instrucción “Mueva α”, decimos que α es cualquier categoría cuyo movimiento deja una huella11 (h)
que está coindizada en la posición inicial con el elemento movido con el que forma una cadena 12 (1, h1).
Por ejemplo, diremos que a partir de eso: α es la cabeza de la cadena; h la coda de la cadena, es decir,

11
También puede aparecer en algunas traducciones como “traza”.

12
Cambio de nivel y el elemento cuando se mueve, lo hace a una posición superior. Obviamente, esos dos
elementos están coindizados, porque uno es la huella del otro. Es decir, tienen los mismos rasgos.
su huella13. El movimiento se puede aplicar más de una vez; es cíclicamente sucesivo; es interpretable
en términos de formación de cadenas 14. A partir de ello, diremos que la huella tiene las siguientes
características:

 Es una categoría vacía o nula y no tiene contenido fonético. ¿Por qué no tiene contenido
fonético? Porque la huella es lo que queda de un elemento que se mueve, este es el que tiene el
contenido fonético; lo otro es simplemente su huella, la marca del lugar de origen. Pero la que va a regir
a la huella es la cabeza, no la huella.

 Va a conservar los rasgos de número, género, persona y caso.

 No está en el léxico. ¿Por qué no puede estar en el léxico? Porque el elemento lexical que
aparece en la estructura es el que se mueve, es el que deja la huella. Por consiguiente, la huella no
puede estar en el léxico sino serían dos ítems lexicales diferentes que no estarían coindizados. Si muevo
un elemento, por ejemplo, un determinado nombre a una posición superior, obviamente esa posición
superior es la que ocupa el lugar de regencia; va a estar rigiendo a su huella, pero la huella está
coindizada con el elemento superior que le sirve de cabeza a la cadena. Es mucho más simple de lo que
parece a primera vista.

 No se inserta en la Estructura-D. Porque la huella es producto de un movimiento que se aplica


sobre la Estructura-D. Puedo aplicar el movimiento sobre la Estructura-D y así dejar una huella. La
palabra “huella” o “trace” es una metáfora muy clara. ¿Qué es una huella en el léxico común? Algo que
me permite dar cuenta de algo que sucedió, que estuvo ahí y que ahora no está, que tengo que ir a
buscar a otro lugar. Esto es un movimiento que se va a producir y va a organizar una cadena, voy
moviendo el elemento.

 Es creada a lo largo de la derivación como consecuencia del movimiento. La huella es lo que


queda, es como si dejáramos manchas de humedad. Imaginemos que cada uno de nosotros tiene una
particularidad, y para identificarnos, lo haríamos por las manchas de humedad que producimos.
Entonces, por ejemplo, dos personas se identifican por las huellas que dejan.

 Está regida. ¿Por quién? Por su antecedente, que es el elemento que se movió a una posición
superior.

13
Lo que se está proponiendo es relativamente muy simple. Es muy económico en términos de explicación, porque
cuando muevo un elemento, lo que estoy haciendo es dejar claramente identificado el lugar de origen del
elemento que ahora ocupa una posición inicial. Ese elemento va a arrastrar determinados rasgos y características y
otros van a quedar en la huella. Por eso es fundamental entender algo que es obvio, pero que hay que precisar:
los rasgos son compartidos porque cabeza actúa como antecedente de su huella y tienen los mismos rasgos que
permiten coindizarlos.

14
La posibilidad de movimiento va a provocar algunas veces ciertas restricciones o va a impedir ese movimiento.
Vean que ese impedimento de movimiento es lo que va a justificar la imposibilidad de conformación de
determinado tipo de estructuras, porque va a dar agramaticalidad. Ahí hay un elemento que es realmente
importante a tomar en cuenta.
 Puede ocupar una posición temática. Dependerá del antecedente del que se trate.

 Puede relacionarse con un antecedente que ocupará una posición no temática. Puede, no
necesariamente.

Pero lo fundamental es que la huella es una categoría que es vacía, no está en el léxico, depende del
movimiento de la categoría que la produce y la deja y que va siempre a un lugar superior.

Vamos a comparar, para que ustedes vean la diferencia, la idea del PRO y el pro en relación con la
huella, porque muchas veces es fácilmente confundible. El PRO y el pro, a diferencia de la huella, son
elementos léxicos. La gran diferencia es que uno tiene representación fonética y el otro no. Uno es una
solución que se da para las lenguas pro-drop, que dejan caer lo que sería el sujeto en superficie. Pero
vean que el pro, así su nombre lo indica, es un elemento pronominal, tanto el grande como el chico. El
PRO se relaciona con los sujetos de los infinitivos, el pro se relaciona con las lenguas que no exigen
sujeto obligatorio explícito, por ejemplo, el español. Nosotros no necesitamos una FN,
independientemente de la posición que ocupara; no necesitamos explícitamente que esté el pronombre
para poder identificar el sujeto: lo identificamos a partir de los rasgos de la flexión verbal. Eso en otras
lenguas no es posible. Ahí hay una diferencia paramétrica de un principio: el principio es “todas las
lenguas tienen sujeto”, el parámetro es “algunas lenguas lo tienen obligatoriamente explícito, otras
lenguas no lo tienen obligatoriamente explícito”.

Básicamente, lo importante es: no confundir la huella con el pro (sea grande, sea chico) porque la
huella es producto de un movimiento y el pro es una categoría léxica que tiene la particularidad de no
tener matriz fonética, pero tiene los rasgos que tienen las categorías léxicas: se proyecta a partir del
principio de proyección y sigue todo el recorrido derivacional para poder generar una determinada
oración o por lo menos una descripción estructural que luego será interpretada como una oración.
Imaginen que les pregunte: ¿por qué usted puede en una Estructura-D encontrar la categoría pro, pero
nunca puede encontrar una huella? ¿Por qué no se puede tener una huella en la Estructura-D 15? La
Estructura-P nunca puede tener una huella porque la Estructura profunda no es producto de un
movimiento, sino que los movimientos se aplican sobre la estructura profunda. Las huellas aparecen en
superficie. Para que haya huella tiene que tener alguien que la rija, un antecedente que es el elemento
que se movió.

Huella y antecedente componen una unidad (la cadena) formada por dos partes interdependientes.
Las categorías se mueven siempre hacia posiciones estructurales superiores 16 en los que tienen Mando-c
sobre sus huellas17 y desde donde pueden actuar como antecedentes de estas 18. Estas posiciones son
temáticas, es decir, en ellas no se asignan papeles temáticos. La relación estructural entre la huella y su
antecedente se expresa formalmente a través de la coindización 19 y está sujeta a condiciones estrictas
de localidad; hay cadenas que pueden interrumpir la formación de una cadena legítima.

Vamos a dar un tipo de movimiento, ustedes en Eguren y Soriano tienen tres. Elegí uno que no lo
saqué de Eguren y Soriano que es el movimiento –Qu (el movimiento de las interrogativas indirectas).

El sintagma –Qu, que tiene que ver con una categoría que se va a postular que es la de
complementante que es la que va a regir a los sintagmas –Qu, se mueve a una posición de
especificador del complementante (categoría funcional definida por el rasgo [+/-Qu] de naturaleza
conjuntiva que selecciona que la oración tenga una modalidad declarativa [[-Qu] o interrogativa [+Qu]).
–Qu debe tener alcance sobre la cláusula a la que afecte el rasgo declarativo [-Qu] o el interrogativo
[+Qu]. Los sintagmas –Qu se mueven a una posición más alta en la estructura sintáctica 20 desde la cual
dominan o mandan-c a aquellos elementos sobre los que es necesario que tengan alcance. Desde el
punto de vista semántico se interpretan como operadores lógicos (en la interfaz) y las huellas dejadas
por su movimiento como las variables (elementos sin referencia, porque el elemento referencial lo tiene
el antecedente) correspondientes cuyo valor aquellos determinan. Desde el punto de vista sintáctico,
una variable se define como un elemento ligado (mandado-c y coindizado) por otro elemento que está
en una posición no argumental. Veámoslo en un ejemplo bastante sencillo: “El profesor preguntó quién
protagonizó fuego.”

15
Estructura-D (del inglés “deep”) es igual a Estructura-P.

16
Es decir, el movimiento va de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo, porque hay que respetar el principio
de la proyección del núcleo, que es el principio estructural de base (Teoría de la X con barra).

17
El antecedente manda a su huella.

18
La referencia la buscamos en el antecedente de la huella, a partir de la coindización.

19
Huella y antecedente comparten los mismos índices. Son co-referenciales, es decir, el antecedente es la anáfora
de la huella.

20
Es decir, se van a proyectar hacia arriba.
Ahí tenemos el sintagma complementante. Ese sintagma complementante se abre y tenemos una F’’
o un sintagma de flexión, en donde tienen la “ó” de “protagonizó”. Ese sintagma se va a mover hacia
una posición superior, que es la posición de especificador del sintagma de complementante, y ahí deja
su huella. Originalmente el sintagma de complementante (el “quién”) aparecería como especificador de
la flexión, de ahí se mueve hacia la posición de especificador del sintagma complementante. Para poder
hacer eso tiene que dejar su huella en el lugar original del que parte. Ahí se mueve hacia la posición de
especificador. Entonces ahí ustedes tienen: “El profesor preguntó quién protagonizó fuego.” Entre
“quién” y la “ó” de la flexión y el “protagonizar fuego” aparece este movimiento. Este desplazamiento
que ustedes después lo van a ver en el desplazamiento del sintagma nominal a partir de la modificación
del nominal por el determinante en la posición de sujeto, son el tipo de movimientos sobre los que
trabaja la gramática generativa. Ahí estaría este elemento.

¿Qué estaría mostrando? Que los elementos más complejos obedecen a desplazamientos y entrarían
en una justificación de los desplazamientos. Vean que para que un sintagma –Qu pueda ser un sintagma
–Qu, debe desplazarse de una posición original en un sintagma de flexión a una posición de
especificador en un sintagma de complementante. Tiene primero que ser un SF de un complementante
y ese complementante lo ubica primero como ESP del SF de ese núcleo complementante para pasar a
ser un sintagma de interrogación o un SQ en un SComp. Vean que la huella está coindizada con el SQ: el
SQ rige a su huella y ambos comparten índices, ambos tienen el mismo referente. La huella es producto
de ese movimiento.

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