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Fundamentos de las diferencias y la diversidad en las escuelas

Para analizar y reflexionar acerca de este tema les propongo la lectura del siguiente
texto:

https://drive.google.com/file/d/1GuHvXV1jDyp-
HjbM8OKmSXAMVZ8uez_7/view?usp=sharing Delia Lerner. Enseñar en la
diversidad.

Y el visado del siguiente video:

https://www.youtube.com/watch?v=VXoUUtsNQqs Ángel Pérez - "La inclusión


en la escuela"

Luego realicen lo siguiente:

1. Den cuenta de las tensiones (relacionadas con las diferencias y la


diversidad), que se vislumbran en las experiencias escolares, narradas por la
autora, y de las conclusiones que llega, en cada uno de los siguiente
aspectos:
● Nosotros y los otros
● El aula
● Las condiciones didácticas

2. Identifiquen y analicen, los fundamentos (el ¿por qué?) de la inclusión en la


escuela, según Angel Pérez. teniendo en cuenta, relacionen con las ideas de Delia
Lerner, sobre enseñar en la diversidad (item 1).

3. Elaboren una reflexión crítica acerca del abordaje de la diversidad y las


diferencias en la escuela inclusiva.

Fundamentos de las diferencias y la diversidad en las escuelas


Integrantes: Comerci, Aladino
Correa, Andrea
Machado, Paula
Orozco, Estefania
Torres, María

Punto 1

● Nosotros y los otros

El abordaje de la temática del “nosotros y los otros” parte del análisis de las
relaciones de poder que implica el rol del docente dentro del aula. Tener en cuenta
la perspectiva de la cual se mire a ese “otro” es esencial para entender las
relaciones que se dan dentro del contexto áulico tanto entre alumnos como entre
docente y alumno. Según argumenta Delia Lerner, usar el poder que se tiene como
docente para tender un puente que nos lleve a la certeza de que todos y cada uno
de nosotros puede ser visto en algún momento de la vida como a un “otro”, no
perteneciendo al conjunto que implica constituirse en un “nosotros”, será crucial
para establecer las condiciones que permiten que el estudiante se involucre en el
aprendizaje como sujeto cognitivo, o sea, como productor de su propio
conocimiento.

La experiencia que la autora relata con Doménico pone de relieve lo anterior,


mostrándole que ella misma en su posición de maestra era muchas veces vista
como “diferente” por ser oriunda de otro país, esto generó que el niño se
desbloqueara, posibilitando un acercamiento a la situación de aprendizaje desde un
lugar de “igual”, en donde juntos pueden reflexionar sobre su posición dentro de una
cultura en donde generalmente no son percibidos como parte del “nosotros”, del
pueblo venezolano y su idiosincrasia, e incentivando a mostrar que es lo que tiene
para contar de su cultura, de su realidad extraescolar y así poder sumarla a la
experiencia educativa. Cabe destacar también la importancia que remite incluir las
diferencias y diversidades ya que nos permiten tener varias perspectivas que se
pueden utilizar como herramientas de análisis sobre aspectos de nosotros mismos.

● El aula

A través de las distintas experiencias y momentos que fue relatando Lerner,


podemos observar que el aula es un espacio donde reina la diferencia pero que las
mismas no son determinantes en el aprendizaje de los chicos. Los docentes
podemos realizar algunas generalidades a la hora de abordar una determinada aula,
teniendo en cuenta el contacto de los estudiantes con diferentes textos, pero
debemos tratar que esas generalidades no se conviertan en prejuicios; para ello no
podemos resaltar las diferencias culturales y sociales que aparecen en el aula sino
promover las semejanzas que nos constituyen como humanos.
Como bien decía Charlot en su conferencia del 2001, hay que trabajar en que los
estudiantes conozcan y reconozcan otras culturas para que tomen conciencia de
ellas. Esto representa un gran desafío dentro de la escuela, dado su carácter
homogeneizador que la ha marcado durante años, ya que en estas aulas
heterogéneas debemos conocer que todos provenimos de situaciones y culturas
diferentes pero hay que reconocer que tenemos iguales derechos y que esas
diferencias hacen rica la interacción y los aprendizajes creando situaciones de
aprendizajes que sean abarcativas y respetuosas de dichas diversidades.

● Condiciones didácticas

Una de las condiciones que nos presenta la autora tiene que ver con la de compartir
el poder lingüístico, a través de su ejemplo ella nos presenta una experiencia en
comunidades escolares donde hay una gran variedad de inmigrantes y donde se
habla de fracaso escolar. Muchos estudiantes eran tratados de deficientes por no
cumplir con los requerimientos escolares a nivel lingüístico, pero que eran
traductores o intermediarios de las dos lenguas dentro de su grupo familiar. Aquí se
presenta un aspecto ofrecido por la autora en el punto uno cuando ponía de ejemplo
sus prácticas: lo diferente es visto como deficiente porque quien juzga es el que
tiene el poder. Esta relación crucial entre docente-estudiante debe apuntar a que,
quienes tienen el poder de educar en una lengua x, puedan aprovechar el valor del
bi-lingüismo y potenciar que esos “otros” se vuelvan un “nosotros”. Está claro que
esta no es una tarea fácil, ya que no se trata de modificar las actividades escolares
para algunos sino para todos los estudiantes; generando situaciones donde se
intercambie el poder lingüístico.

Punto 2

Según Ángel Pérez, la educación formal (ya sea nivel inicial, primario o secundario)
debería ser ante todo inclusiva porque es la que incluiría a todos los aprendices por
igual. Para que podamos comprender de qué se trata la educación inclusiva, Pérez
nos acerca los fundamentos y reflexiones que la rodean. En primer lugar, la escuela
es inclusiva porque sería aquella que otorgue la oportunidad de desarrollar y
explotar al máximo las potencialidades personales de todos sus estudiantes. Para
ello se debería propiciar el intercambio de su vida social y cultural, de sus intereses,
hábitos y vivencias en particular. Así la inclusión permitiría el desarrollo de sus
modos de pensar, de sentir y de actuar. Las subjetividades cobran mayor
protagonismo.

En segundo lugar, la escuela inclusiva no pretende que todos hagan exactamente lo


mismo (modelo que se sigue perpetuando hoy en día debido a la escuela moderna
homogénea), porque la clave estaría en enseñar de manera personalizada. Esto
quiere decir que los estudiantes de todas las edades vayan armando su propio
curriculum personalizado, de acuerdo a lo que les gusta, motiva, los ritmos y
experiencias de vida. Para Pérez debe haber un pasaje: de la “escuela de talla
única” (aquella que excluye y no da pie a la diversidad) a la “escuela personalizada”.

En este sentido se relaciona con Delia Lerner ya que ambos plantean lo difícil que
es para las instituciones educativas aceptar la diversidad y apostar por una
educación inclusiva, en tiempos donde las modalidades homogéneas siguen siendo
utilizadas. También el que no se les den las suficientes oportunidades a los
estudiantes de conocerse tanto personal como culturalmente, y el que los jóvenes
no sean vistos como sujetos activos cognitivamente, para que entablen relaciones
personales significativas con el saber.

Punto 3

Diversidad: palabra que nos acompaña fuertemente en estos últimos años, observar
la diversidad, sacarle provecho a la misma y por sobre todo aceptarla, debe ser la
clave fundamental para que las aulas heterogéneas de las escuelas del país
puedan lograr una inclusión.
Nadie nos enseña a encontrarnos con diferentes culturas dentro del aula, por
ejemplo: ¿Quien nos enseña a hablar en guaraní si tenemos a un estudiante que se
expresa en esa lengua?. Ese es un ejemplo de cómo una situación como esa,
puede llevar al estudiante a la vergüenza y a no volver más a la institución, o la peor
de las derrotas, que se encuentre en el aula y no hable más. El docente debe mirar
con ojos de optimismo la posibilidad de llegar a trabajar con la lengua desconocida,
de ese modo logrará que los demás estudiantes se interesen y la integren.

“Una escuela inclusiva debe lograr que el estudiante construya su propio currículum
personalizado(...) en donde la libertad y la responsabilidad sean ejes fundamentales.
(Angel Perez “la inclusión en la escuela”). Sin duda excelente cita, pero debemos
recordar que las escuelas, citando nuevamente a Angel Perez, “tienen una sola
talla” y los alumnos que se acomodan a ella son justamente los que se insertan en
esas características. Se nos viene a la mente la imagen de diferentes animales de la
selva, en donde el que subía al árbol se graduaba, obviamente el pez en su pecera
no podría hacerlo, el elefante tampoco, de esa manera se llega a la conclusión de
que el único que podrá graduarse es el mono, que cumple con las expectativas de la
institución. Repensando a la diversidad y al hecho de que la escuela inclusiva debe
sacar el máximo de lo que cada estudiante tiene, deberían transformar criterios de
evaluación y los docentes deberíamos tener una formación que apunte a la inclusión
como por ejemplo lenguaje de señas. Seremos mediadores entre los estudiantes,
analizaremos comportamientos e intentaremos una transformación plena e inclusiva
que beneficiará no solo al “otro”, sino también al “nosotros” de igual manera.

Por lo tanto es indispensable tomar la responsabilidad de cambiar la escuela desde


lo micro (el aula). Nosotros debemos armar el baúl de los tesoros y repartir cada uno
de ellos, dependiendo de las necesidades de nuestros alumnos, tener en mente
diferentes estrategias de enseñanza, para poder fomentar la autonomía de nuestros
estudiantes; ellos deben encontrar diversas herramientas que les permitan avanzar
en el camino de la escolarización nutriéndose no solo del material teórico que el
docente le brinda, si no también aprendiendo en el diario vivir del otro, trabajar
sacando provecho de cada diferencia o semejanza con sus pares. El docente solo
adaptando sus prácticas al apetito de sus estudiantes logra convertirse en su
andamio, de lo contrario sólo obstaculizará su camino y será él mismo quien lo lleve
al famoso fracaso escolar.

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