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2/2006

Corrosión bimetálica
El acero galvanizado en contacto con otros metales

1.- Potencial frente al electrodo normal de hidrógeno.


2. - Efecto de protección catódica del recubrimiento galvanizado.

Esto significa que los recubrimientos galvanizados, que son recubrimientos de zinc, se corroerán preferentemente para proteger a los
metales situados por debajo de éste en la serie de potenciales electroquímicos o serie galvánica de los metales (Fig. 1). Este efecto es
la base de la protección catódica o de sacrificio que ejercen los recubrimientos galvanizados sobre las pequeñas áreas de acero
desnudo que se pueden producir si el recubrimiento resulta dañado.

El grado o intensidad del ataque que puede producirse por la corrosión bimetálica dependerá de una serie de factores, entre los que
caben destacarse los siguientes:

a) La naturaleza de los metales en contacto

Cuando dos metales distintos están en contacto se produce una diferencia de potencial, cuya magnitud dependerá de la naturaleza de
los metales de que se trate y del electrolito presente. Generalmente, el grado de corrosión bimetálica aumentará cuanto mayor sea la
diferencia de potencial, es decir, cuanto más alejados estén entre sí los dos metales en la serie galvánica de los metales (Fig. 1). Sin
embargo, la diferencia de potencial puede variar debido a la formación de capas de óxido más o menos protectoras sobre el metal, por
lo que este parámetro no puede usarse por sí solo para determinar si se producirá o no corrosión bimetálica y con qué grado de
severidad.

b) La relación entre las superficies de los dos metales en contacto

Este parámetro es de gran importancia. Para que la corrosión sea mínima, la relación entre las superficies del "metal anódico" y del
"metal catódico" debería ser elevada. Cuando esta relación disminuye, puede haber problemas debido al aumento proporcional de la
reducción de oxigeno que tiene lugar sobre la superficie del "metal anódico", dando lugar a un incremento de la corrosión de este
metal.

c) Las condiciones de exposición

Para que tenga lugar la corrosión bimetálica es necesaria la presencia de un electrolito que haga de puente y cierre el circuito de la pila
galvánica entre los dos metales. Como consecuencia, en espacios interiores secos la posibilidad de corrosión bimetálica es muy baja,
mientras que en ambientes exteriores la posibilidad aumenta debido a la presencia de agua en forma de lluvia o condensaciones. Las
peores condiciones de exposición serán por tanto las de inmersión en una solución acuosa, donde hay un electrolito permanentemente
en contacto con los dos metales.

 Supresión de la corrosión bimetálica

Normalmente, cualquier posibilidad de que se produzca una corrosión bimetálica puede paliarse aislando eléctricamente un metal del
otro. Para uniones atornilladas, esto puede hacerse utilizando arandelas de plástico o de neopreno, mientras que para superficies
solapadas esta separación puede efectuarse mediante separadores de plástico o pin # | Galvanización

Écnica 02 2006 Reactividad electroquímica de algunos metales en contacto con el acero galvanizado. Tornillos de acero inoxidable en
una construcción galvanizada. tando una de las superficies con un sistema de pintura adecuado.

¿Cómo afecta este tipo de corrosión al acero galvanizado?

Generalmente el acero galvanizado se comporta bien en contacto con los metales más habituales en la construcción cuando se
encuentran expuestos a la atmósfera, como se ilustra en la Fig. 3, siempre que la relación superficial entre el acero galvanizado y el
otro metal sea alta. Por el contrario, en condiciones de inmersión el riesgo de ataque por corrosión bimetálica se incrementa de forma
significativa, por lo que normalmente es necesario utilizar algún tipo de aislamiento entre ambos metales.

Reactividad electroquímica de algunos metales en contacto con el acero


galvanizado.

 
Comportamiento del acero galvanizado en contacto con:

Aluminio. El riesgo de corrosión bimetálica debida al contacto entre el acero galvanizado y el aluminio en la atmósfera es relativamente
bajo. Sin embargo, conviene recordar que una aplicación frecuente en la que se usan conjuntamente estos dos metales son los
revestimientos con paneles de aluminio montados sobre una subestructura de perfiles de acero galvanizado. En estos casos es
aconsejable aislar ambos metales, debido a la gran superficie de los paneles de aluminio en relación con la de los perfiles en contacto.

Cobre. Dada la gran diferencia de potencial entre el acero galvanizado y el cobre o las aleaciones de este metal, se recomienda
siempre el aislamiento eléctrico de los dos metales, incluso en condiciones de exposición a la atmósfera. Donde sea posible, el diseño
debe además evitar que el agua o las condensaciones de humedad escurran desde el cobre sobre los artículos galvanizados, ya que el
cobre disuelto en forma iónica podría depositarse sobre las superficies galvanizadas y provocar la corrosión del zinc.

Por este mismo motivo, en las conducciones de agua no deben mezclarse tramos de tuberías de cobre y de acero galvanizado
(aunque se utilicen elementos de aislamiento eléctrico en las uniones de ambos tipos de tuberías), especialmente si los tramos de
cobre se colocan delante de los de acero galvanizado y, por tanto, el flujo de agua pasa principalmente por las tuberías de cobre.

Plomo. La posibilidad de corrosión bimetálica con el plomo es baja en una exposición a la atmósfera. No se han detectado problemas
en aplicaciones tales como el uso de tapajuntas de plomo con productos o recubrimientos de zinc, o en la utilización de plomo para fijar
postes o elementos estructurales galvanizados.

Acero inoxidable. El uso más habitual del acero inoxidable en contacto con acero galvanizado es en forma de tornillos y tuercas en
condiciones de exposición a la atmósfera (Fig. 4). Este tipo de uniones no suelen ser muy problemáticas, debido al bajo par galvánico
que se establece entre ambos metales y a la elevada relación superficial entre el metal anódico (acero galvanizado) y el catódico
(acero inoxidable). No obstante, en medios de elevada conductividad (humedad elevada o inmersión en agua) es recomendable
disponer un aislamiento entre las superficies en contacto de ambos metales (p.e. arandelas de plástico o neopreno y casquillos o cintas
aislantes).
 

Conclusiones

En la construcción es frecuente la utilización de metales diferentes que pueden


trabajar en contacto, sin que en la mayoría de los casos se presenten
problemas graves. No obstante, pueden surgir fenómenos de corrosión cuando
los metales en contacto posean potenciales galvánicos my diferentes y las
condiciones ambientales puedan dar lugar a electrolitos de elevada
conductividad (agua/humedad). Otro factor condicionante del riesgo de
corrosión bimetálica es la relación superficial entre los metales en contacto.

Fotografía: Institut Feuerverzinken

Tornillos de acero inoxidable en una


construcción galvanizada.

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