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La corrosión galvánica es un proceso químico que ocurre cuando se unen dos piezas de
metal y entre ellas corre un flujo de corriente a través de un electrolito, como el agua o
la humedad, provocando que haya flujo de iones de un metal; que funciona como
ánodo, o signo - hacia el otro; que funciona como cátodo, o signo +. Esto quiere decir
que la corrosión galvánica afecta al metal más noble de la unión.
Si bien el daño de la corrosión galvánica puede variar dependiendo del índice galvánico
de los metales, este proceso químico se presenta siempre que existan las condiciones
para el proceso.
Donde se Originan
La corrosión galvánica se encuentra en cualquier tipo de ambiente, sobre todo los que
están expuestos a la intemperie, humedad o soluciones ácidas, y sus efectos pueden
verse reflejados en semanas, meses o años. No obstante, mientras más pasa el tiempo,
mayor es el riesgo que se corre, por lo que siempre deben tomarse precauciones
respecto a la corrosión.
El uso de una capa protectora entre metales diferentes evitará la reacción de los
dos metales.
Tamaño relativo de ánodo y cátodo: Esto se conoce como "efecto de la zona".
Como es el ánodo el que se corroe más rápido, cuanto más grande sea el ánodo
en relación con el cátodo, menor será la corrosión. Por el contrario, un ánodo
pequeño y un cátodo grande hará que el ánodo se dañe fácilmente. La pintura y
el revestimiento pueden alterar las zonas expuestas.
La aireación del agua de mar. El agua pobremente aireada puede afectar a los
aceros inoxidables, moviéndolos más hacia el final de una escala anódica
galvánica.
Grado de contacto eléctrico - Cuanto mayor es el contacto eléctrico, más fácil
será el flujo de corriente galvánica.
Resistividad eléctrica del electrolito - Al aumentar la resistividad del electrolito
disminuye la corriente, y la corrosión se hace más lenta.
Cubierta del metal con organismos biológicos: Los limos que se acumulan en los
metales pueden afectar a las zonas expuestas, así como la limitación de caudal
de agua circulante, de la aireación, y la modificación del pH.
Óxidos: Algunos metales pueden ser cubiertos por una fina capa de óxido que es
menos reactivo que el metal desnudo. Limpiar el metal puede retirar esta capa de
óxido y aumentar así la reactividad.
Humedad: Puede afectar a la resistencia electrolítica y al transporte de iones.
Temperatura: La temperatura puede afectar a la tasa de resistencia de los metales
a otros productos químicos. Por ejemplo, las temperaturas más altas tienden a
hacer que los aceros sean menos resistentes a los cloruros.
CORROSIÓN GALVÁNICA