Está en la página 1de 40

El desarrollo interior de

los niños de alta demanda

www.altademanda.es
Anna Company Galvez Pág. 1
Derechos de autor © 2020 Anna Company Galvez Todos los
derechos reservados

Los personajes y eventos que se presentan en este libro son


ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o
muertas, es una coincidencia y no algo intencionado por parte
del autor.

Información de registro

Identificador 2005154013669

Fecha de registro 15-may-2020 10:49 UTC

Licencia Creative Commons Attribution 4.0

Pág. 2
Índice
Introducción

El término alta demanda

Capítulo 1: edad de 0 a 18 meses

Capítulo 2: edad de 2 a 3 años

Capítulo 3: edad de 4 a 5 años

Capítulo 4: edad de 6 a 10 años

Capítulo 5: ¿Qué sucede en la preadolescencia? edad de 11 a


15 años

Acerca de la autora

Libros de la autora

Pág. 3
Introducción
¿Quieres conocer la evolución de tu hijo de alta demanda?

¿Conocer cómo va a desarrollar su rasgo?


¿Te interesa poder manejar y comprender su interior para
avanzar junto a él de forma positiva y desenvolver
competencias y habilidades que le ayuden a ser una persona
autónoma, capaz, integrada y feliz?
¿Cómo piensa y cuáles son las actitudes y comportamientos
que irá adquiriendo a lo largo de su crecimiento?
Su desarrollo, documentado desde su nacimiento hasta la
preadolescencia, dividido por periodos
De 0 a 18 meses

De 2 a 3 años

De 4 a 5 años

De 6 a 10 años

De 11 a 15 años

Pág. 4
El término Alta demanda

¿Qué es la Alta Demanda?


El término “bebé de alta demanda” lo acuño el
pediatra William Sears cuando observó, desde el
nacimiento de su cuarta hija Hayden, un
comportamiento destino a lo que había experimentado
con sus tres anteriores hijos.
Su hija mostraba unos rasgos de temperamento mucho
más intensos y demandantes que sus hermanos por lo
que William Sears tuvo que adaptar su forma de crianza
a ella ya que intuyó que requería de unas necesidades
específicas para su desarrollo y crecimiento positivo, de
ahí el término “High need baby” que se traduce
como bebé de altas necesidades.
Como explica el Dr. Sears en su web: “Hayden nos hizo
volver a evaluar nuestras funciones como padres.
Nosotros siempre habíamos pensado que para llevar a
cabo una crianza eficaz era necesario un control
constante”
Williams Sears se dio cuenta de que ese modelo
educativo más autoritario no funcionaba con su hija, por
lo que tuvo que adaptarse a ella y cubrir sus necesidades
con un modelo educativo alternativo, de ahí surgió el
término “crianza con apego” que es el modelo con el que
educaron a Hayden.

Pág. 5
¿Qué rasgos tenía Hayden?

¿Qué rasgos tienen los niños de alta demanda?


Máxima intensidad.
Expresan sus emociones de forma amplificada, tanto las
positivas como las negativas (reír, llorar…) Tienen mucho
ímpetu para hacer las cosas, lo viven todo con pasión.

Hiperactividad.
Necesitan estímulos externos constantes, por ello
buscan sin parar por todos los rincones algo que les
estimule la mente, tienen una mente inquieta.

Demandantes.
Ellos demandan atención, demandan alimento,
demandan afecto… Utilizan todo esto para satisfacerse,
para relajarse.

Absorbentes.
Ellos son enérgicos y absorben la energía de los demás,
demandando continuamente que les satisfagan sus
necesidades. Son persistentes cuando tienen un
objetivo.

Pág. 6
Mas despertares
Son niños que no necesitan dormir demasiado, están tan
entusiasmados con la vida que para ellos dormir es como
una pérdida de tiempo, no quieren perderse ningún
estímulo.

Alta sensibilidad
Perciben las sensaciones y emociones de forma
amplificada, los ruidos, los olores, el dolor. Todo. Si
quieres leer más información sobre los niños altamente
sensibles (NAS) puedes hacerlo aquí.

Necesidad de contacto continuo.

Parece que la única forma de que se calme es estando en


contacto continuo con él, de día y de noche.

Intolerantes a la separación.
Están tan apegados a la figura materna que cuando se
separan de ella entran en un estado de fuerte
intranquilidad y despiertan su instinto intenso y
demandante.

Impredecibles.

Pág. 7
Son niños que tienen una respuesta ante una situación y
al día siguiente pueden responder de forma totalmente
distinta. Como padres nunca sabes qué va a funcionar.

Insatisfechos.
Suelen tener esa especie de “hambre” hacia todo, de
querer siempre más y más. Como si nunca estuviesen
satisfechos.

Estos son los rasgos básicos de los niños de alta


demanda, pero hay muchas otras características que
definen su temperamento pero que dependen de la
personalidad de cada niño.

Otras características:
• Son niños desafiantes
• Obstinados
• Valientes
• Miedosos
• Inteligentes
• Testarudos
• Competitivos
• Exigentes y perfeccionistas

Pág. 8
Así pues, con estas características vamos a ver como es
el proceso evolutivo de un niño AD desde su nacimiento
hasta la adolescencia.

Pág. 9
Capítulo 1

Edad de 0 a 18 meses
En esta etapa el niño todavía no tiene la psique
organizada y no puede diferenciar entre él mismo y la
madre, se siente como “un todo” es por ello por lo que
tiene totalmente dependencia de la madre.
El niño está totalmente indefenso ante los estímulos y
sensaciones internos y externos que acaban de aparecer
de forma caótica.
Sus manifestaciones hacia todo esto son somáticas en
forma de lloros, pataletas y protestas. Los niños de alta
demanda al tener una sensibilidad más agudizada de lo
normal, se sobreestimulan lo que hace que puedan sentir
como a través de un amplificador, por lo que sus
manifestaciones hacia ello también serán mayores,
solicitando a toda costa ser atendidos.
Hacia el octavo mes el niño empezará a diferenciar a la
madre de su propio yo interno y a crear un vínculo con
ella, lo que producirá angustia cada vez que se separe de
él.

Pág. 10
Este hecho que persiste en los niños de alta demanda
desde este momento es una necesidad para ellos, no
demandan atención por capricho o manipulación, ni lo
hacen por egoísmo, es una reacción de supervivencia que
tiene el cerebro del bebé que debe ser escuchada.
Si dejas llorar a tu hijo de alta demanda angustiado por la
separación de la madre durante este periodo de tiempo,
el vínculo con la madre no se produce correctamente y
puede crear conflictos internos en el niño que deriven en
problemas en su comportamiento, en su estado
emocional y psicológico. El desapego de la madre se debe
hacer de forma progresiva cuando el bebé está preparado
para ello.
A lo largo de este periodo aparece el lenguaje, que le
otorga autonomía porque le permite pedir y nombrar
cosas y esto facilita al bebé la comunicación y el
entendimiento.
También aparece la deambulación que le facilita
trasladarse de un sitio a otro sin necesidad de depender
de la madre.
Estos acontecimientos causan una conducta exploratoria
hacia el mundo, el niño quiere descubrirlo y tocarlo todo
y es vital que los padres promuevan estas conductas de

Pág. 11
curiosidad para favorecer el conocimiento del niño o bien
para evitar posibles peligros.
Recordemos que la curiosidad es uno de los rasgos de los
niños de alta demanda, y en esta etapa el niño verá
incrementada su autonomía y su libertad de movimiento,
sus capacidades y sus movimientos aumentaran y se irá
desarrollando cada vez más su temperamento AD:
hiperactividad, curiosidad, estimulación, exploración
hacia lo desconocido…
Es una etapa en que los padres empezamos a notar el
rasgo más intensamente en nuestros hijos y a ver que su
temperamento es más potente que el de otros niños.
A demás por la noche todavía no han conseguido regular
el sueño y la combinación de cansancio, llanto,
despertares nocturnos y demás hace que nos
preguntemos qué está pasando.
Según dicen los expertos, en los niños que no son de alta
demanda, al final de este periodo la alimentación suele
pasar a ser sólida y los despertares nocturnos y llantos
deberían haber disminuido considerablemente. Cuando
esto no sucede y nos encontramos a niños que están
insomnes gran parte de la noche o que duermen durante
gran parte del día, es signo de las dificultades del vínculo

Pág. 12
entre la madre y el niño y esto puede derivar hacia
trastornos psicopatológicos.
En el caso de los niños de alta demanda debemos tener
en cuenta que son niños con una sensibilidad más elevada
y con una necesidad de afecto superior, por lo que el
apego que necesitan para crear el vínculo materno es más
largo en el tiempo y esto significa que después de los 18
meses continúan teniendo ansiedad por separación de la
madre y despertares nocturnos con llantos. Debemos
analizar las emociones negativas de nuestros hijos y ser
empáticos con ellas para que desarrollen capacidades y
habilidades correctas para afrontar la vida. Por ello, en mi
opinión el colecho es una buena técnica para los niños de
alta demanda, porque crean y ayudan a fortalecer el
vínculo materno.
¿Cómo fomentar el vínculo materno? Promover el
contacto visual y táctil, piel con piel. Aprovechar el
momento de alimentar al bebé, compartir el mismo
espacio físico, acariciar a tu bebé cuando llora y siempre
que puedas, hablarle, cantarle. Para él tu olor es crucial.

Pág. 13
Capítulo 2

Edad de 2 a 3 años
En este periodo de tiempo hay un gran cambio en la
actitud y conducta del niño producido por la intensa
actividad psíquica que hay en su cerebro.

Comienza también el juego simbólico que es la capacidad


de jugar al “como si yo fuese …” usando la imaginación.

El niño en esta etapa quiere ser más autónomo, tiene la


necesidad de hacer las cosas por sí mismo, por ello los
padres deben permitir que experimente con las cosas
impulsando estas capacidades de curiosidad e
independencia.

Los niños de alta demanda, tienen una capacidad mental


muy rápida, podríamos decir que su mente y sus
pensamientos corren muy deprisa, ya que por su alta
sensibilidad tienen más profundidad en la manera de
procesar la información, eso significa que serán niños que
estarán todo el día intentando saciar su curiosidad,
tocándolo todo y cambiándolo todo de lugar, exploraran
incansablemente con todos sus sentidos hasta el último
rincón del lugar donde se encuentren en búsqueda de

Pág. 14
cualquier estímulo. Es un proceso normal en ellos y
positivo, como padres debemos apoyarles y permitirles
descubrir, vigilando que en este proceso no corran ningún
tipo de peligro.

Paralelamente a todo esto se van adquiriendo las normas


y los límites. Los niños con su afán de curiosear lo
manipulan todo y a veces, sin querer pueden ponerse en
peligro por lo que los padres para protegerles tienen que
acordar ciertas posturas de seguridad y control y
establecer normas y límites comprensibles para el niño.

El niño empieza a comprender y diferenciar lo que está


bien de lo que está mal y comienzan a aparecer las
primeras frustraciones y decepciones que desembocan en
rabietas o berrinches por la incomprensión o falta de
herramientas necesarias que tienen a su corta edad.
Suelen aparecer características de negación y obstinación
de niños que dicen que “NO” a todo. Es normal en esta
edad porque están adquiriendo su personalidad y su
propio YO interno y no pueden todavía gestionar de otra
forma sus emociones.

Los niños no lo hacen por rebeldía, ni lo hacen a


propósito, simplemente forma parte del proceso
evolutivo de la edad.

Los niños de alta demanda suelen ser muy obstinados y


testarudos, tienen mucho carácter y cuando ellos tienen

Pág. 15
un objetivo no hay quien los que de ahí. Se frustran con
facilidad por lo que fácilmente también estallan en
rabietas o berrinches y además lo hacen a todo volumen.

No es fácil para los padres este periodo de edad porque


nos encontramos muy a menudo en continuo conflicto
emocional con nuestros hijos, a veces tenemos que
pararnos y observar, para priorizar cuando vale la pena
entrar en el conflicto y cuando no vale la pena. Tenemos
que recordar que la etapa de las rabietas se pasará
cuando nuestro hijo evolucione y empiece a adquirir
herramientas para autocontrolar sus emociones de otro
modo, por lo que es importante ayudarle a comprender
sus emociones y gestionarlas.

Al final de esta etapa se empieza a aceptar desapego de


los padres, es decir, el niño ya no necesita la presencia
permanente de la madre, es capaz de hacer muchas cosas
por sí solo, aunque continúan habiendo periodos de
tiempo en que el niño tiene temor a la pérdida del amor
de su madre, por ello el proceso de desvinculación debe
ser lento.

En el caso de los niños de alta demanda van adquiriendo


autonomía y habilidades, pero normalmente suelen
demandar la figura de los padres para hacer las cosas
todavía a estas edades, pero es correcto comenzar a
desvincular lentamente al niño para que se vaya
adaptando y empiece a obtener su propia autonomía.

Pág. 16
Recordemos que son niños muy afectuosos y sensibles
que tienen una alta necesidad de cariño y vínculo familiar
por lo que cuando demandan presencia e integración es
porque la necesitan.

No están demandando atención por capricho. A medida


que vaya pasando el tiempo irán adquiriendo las
habilidades para jugar solos y hacer otras tareas de forma
autónoma, simplemente, quizás, necesiten un poco más
de tiempo.

En esta etapa es posible que aparezcan algunos miedos,


producidos por la falta de madurez cognitiva y por su
pensamiento mágico, por ejemplo, miedo a las
tormentas, a los ruidos fuertes a ciertos animales, etc.
Pero son trastornos evolutivos que solamente si
aumentan en intensidad o perduran en el tiempo
necesitan ser abordados.

Los niños de alta demanda suelen ser valientes y


vigorosos, pero por su alta sensibilidad reciben los
estímulos de forma amplificada, lo que hace que
cualquier cosa pueda sobre saturarlos y causarles temor,
por ejemplo, una tormenta o un ruido fuerte. Esta
sensibilidad también hace que su tolerancia al dolor varíe,
así que algunas cosas que generalmente no suelen ser
muy dolorosas a ellos les pueden estar doliendo mucho y

Pág. 17
a consecuencia las teman, como por ejemplo un pinchazo
de una vacuna.

Pág. 18
Capítulo 3

Edad de 4 a 5 años
En este periodo la psique del niño ya está más
estructurada y es capaz de reconocer la relación que hay
en común entre padre y madre (relación triangular:
madre-padre-hijo). Desaparece la relación dual que había
antes entre madre e hijo y el niño deja de ser el centro del
universo reconoce la relación afectiva que la madre tiene
con el padre y comprende que no tiene nada que ver con
él y la acepta.

Este hecho contribuye a la sociabilización del niño, le


ayuda a abrirse a relaciones externas, no solo a las de los
padres sino también fuera del ámbito familiar, aunque,
por otra parte, supone una frustración para él comprobar
que no es el único centro de atención y que existen, fuera
del ámbito familiar, otras personas a quien los padres
también dotan de afecto.

Esto conlleva un riesgo de fragilidad en el que el niño


necesita apoyo de los padres para que le ayuden a
encontrar, fuera del ámbito familiar, nuevas
satisfacciones y entender el mundo en su globalidad.

Pág. 19
Una madre de un niño de alta demanda puede notar un
gran cambio en este periodo de desarrollo ya que la figura
del “padre” empieza a involucrarse más en la relación.
Hasta el momento la mayor parte de la demanda del niño
se basaba en la madre (generalmente por el vínculo
creado, salvo excepciones), a partir de estas edades,
aunque el niño de alta demanda continúa siendo muy
demandante de atención, se siente satisfecho también si
la figura que le respalda es la del padre.

Los niños de alta demanda continuaran requiriendo ser el


centro de atención en su ámbito familiar en esta etapa,
aunque hayan comprendido y aceptado la relación que
existe entre sus padres (relación triangular) la necesidad
y demanda de afecto continuará existiendo de forma
intensa y aunque su autonomía habrá aumentado en
ciertos aspectos y labores diarias, el apego hacia los
padres no habrá desaparecido, su intensidad e insistencia
a la hora de demandar atención continuará de igual modo
aunque, ya no será exclusivamente de la madre.

Por la sensibilidad de los niños de alta demanda, como


padres tenemos que ser muy hábiles y reconocer cuando
nuestros hijos pueden estar sintiéndose “excluidos”,
como hemos dicho, cuando el niño descubre que los
padres pueden dar afecto a personas externas a su
ámbito familiar se pueden sentir frágiles y debemos
apoyarles para que valoren ellos también la posibilidad de

Pág. 20
hacer lo mismo y abrir sus emociones a personas
externas.

En este periodo se incorpora a nivel psíquico la


diferenciación sexual y empiezan los comportamientos y
las conductas estereotipadas entre niños y niñas que
tienden a jugar por separado y a reconocerse a sí mismos
sexualmente explorando y descubriendo su cuerpo.

El final de esta etapa se caracteriza por el conflicto interno


que vive el niño por la interiorización de las normas y
límites.

El niño empieza a razonar y a diferenciar por sí mismo


entre lo que desea hacer y no puede hacer, entre lo que
está bien y lo que está mal, empieza a pensar con
autonomía y autocontrol.

Vemos como los impulsos del niño se van reduciendo y


ahora piensa en las consecuencias de los actos antes de
actuar, razonando y buscando alternativas y caminos para
conseguir sus objetivos. Tiene un pensamiento mucho
más elaborado y responsable.

A estas edades la justificación de “lo hice sin querer” ya


no le sirve de excusa porque el niño es capaz de razonar
coherentemente todos sus actos. Aunque lo utilice como
excusa hacia los padres el niño sabe que es sólo una
justificación.

Pág. 21
Como ya sabemos los niños de alta demanda son muy
inteligentes y astutos, ellos tienen una lógica aplastante
por lo que la van a utilizar sin pensarlo para conseguir sus
objetivos, son testarudos y cuando quieren algo van a por
ello. Un niño AD de esta edad le ha dado mil vueltas a un
pensamiento antes de hacerlo, aunque como padre te
parezca que lo está haciendo de forma impulsiva, su
mente va muy rápido y son muy decididos, pero saben lo
que hacen y porque lo hacen, aun así, sus emociones
todavía no están del todo evolucionadas por lo que, si te
interpones en su camino va a estallar emocionalmente ya
que todavía no puede gestionar sus emociones.

Así pues, puede actuar impulsivamente por un arrebato


emocional de un momento puntual, pero no actuará
impulsivamente cuando tenga que tomar decisiones
generalmente en su día a día, sino que razonará antes de
hacerlo.

Aparece el descubrimiento sobre la diferencia entre los


deseos del individuo y se da cuenta que debe negociar con
el resto de las personas porque no todo el mundo desea
lo mismo y para conseguir lo que quiere debe “persuadir”
al otro cuando no se está en desacuerdo.

Los niños de alta demanda tienen el atributo de la


persuasión muy agudizado, son niños negociadores natos,
discutidores, siempre tiene algo que decir y saben cómo
decirlo para convencerte.

Pág. 22
Son apasionados y cuando tienen un objetivo claro luchan
por él, por lo que van a utilizar todas sus herramientas
para convencerte. Como padres tenemos que darnos
cuenta de que este rasgo es un punto fuerte de nuestros
hijos y deberíamos potenciarlo. Para convencer a alguien
tienes que empatizar mucho con esa persona y la empatía
es un don. Su perseverancia, su pasión, su empuje, su
lucha. Son características clave de nuestros hijos que
debemos potenciar. Entre otras.

En esta época pueden aparecer trastornos de conducta


transitorios como impulsividad, fabulaciones y mentidas,
cambios del tono afectivo, ansiedad, irritabilidad, ira,
tristeza, etc. Solo si son de carácter permanente pueden
tener un significado psicopatológico.

Pág. 23
Capítulo 4

Edad de 6 a 10 años
Este es el periodo de sociabilización de los hijos, por lo
tanto, los padres deberían fomentar el contacto con el
mundo exterior del niño.

Es también la etapa del aprendizaje escolar y es muy


importante que se de autonomía al niño para que haga
actividades externas a su ámbito familiar, para que
desarrolle sus capacidades con sus iguales, con sus
amigos, reconociéndolos como elemento para consolidar
su propia identidad y personalidad y creando
independencia fuera del ámbito familiar.

Se inicia la etapa de reivindicación del niño ante los


padres, que quiere mostrar su diferencia en gustos y
deseos y necesita más momentos de intimidad.

Los niños de alta demanda, aunque continuaran


demandando atenciones y afecto de sus padres van a
exigir cierta libertad de movimiento.

Pág. 24
Su carácter testarudo que puede agudizarse en esta etapa
va a reforzar que el niño desee que sus decisiones sean
respetadas y valoradas por los padres y por su entorno,
desarrollando así su personalidad, sus creencias y sus
valores.

Es importante que los padres den cierta libertad al niño y


que no le impidan hacer actividades en el mundo exterior,
es decir, que los padres por el hecho de sobreproteger al
niño, movidos por el miedo de posibles peligros, no lo
mantengan en una burbuja. Se les debe dejar tiempo libre
para que conecten con sus amigos.

En este periodo el niño empieza a sentir vergüenza y se


siente humillado si los padres o profesores hablan de sus
errores o de su carácter ante cualquier persona externa,
creando inseguridades y tocando su sensible
emocionalidad, por lo que como cuidador se debe tener
en cuenta esto y respetar la intimidad, esto es muy
importante porque estamos hablando de niños de alta
demanda que perciben las sensaciones de forma muy
exagerada y a demás son muy empáticos.

Los niños de alta demanda, aunque parezcan muy


lanzados y tengan coraje y valentía suelen ser también
muy emocionales, esta gran capacidad hace que tengan
una percepción de la realidad muy agudizada y les hace
muy susceptibles a críticas de los demás, por lo que
pueden sentirse muy dolidos ante comentarios que quizás

Pág. 25
para otras personas parezcan sin importancia, debemos
empatizar con su sensibilidad y cuidar nuestro lenguaje
para no herir su sensibilidad ya que esto podría dañar la
autoestima del niño creando inseguridades en su
desarrollo.

Ahora los mejores amigos y confidentes del niño son sus


amigos y los padres deben entender y respetar que éste
es un proceso evolutivo del desarrollo que fomenta la
autonomía, por lo que si el niño, en esta etapa, prefiere
preservar su intimidad hacia ellos no se debe comprender
como una falta de confianza sino simplemente como
proceso de desarrollo, aunque esto no signifique que se
deba perder la comunicación empática familiar ni la
escucha activa.

Los niños crearan vínculos afectivos y empáticos con sus


iguales y conectaran con otras personas substituyendo,
quizás, las figuras de apego, este es un proceso normal en
estas edades que como padres debemos respetar, aun así
es bueno que insistamos en la comunicación con nuestros
hijos, no solo intentando descubrir lo que a ellos les pasa
sino también explicándoles lo que nos pasa a nosotros,
para que ellos se sientan reforzados y en confianza tanto
para escucharnos como para compartirnos sus
experiencias. Como padres debemos hacer un esfuerzo
importante en este hecho, debemos dar un ejemplo a
nuestros hijos y servirles de modelo hablándoles sobre
nuestras vidas, abriéndonos a ellos, escuchándolos y

Pág. 26
normalizando este hecho para que ellos también lo
hagan.

Debemos crear una comunicación eficaz y de confianza


para que el niño se sienta libre de poder venir a
explicarnos con seguridad un acontecimiento complicado
el día que se encuentre en una situación comprometida.
El objetivo es que el niño se sienta seguro y sin miedo de
explicar a sus padres sus preocupaciones, por ello tiene
que existir una comunicación respetuosa e íntima, sin
presiones, con apoyo y comprensión. En esta etapa
pueden aparecer algunos miedos sociales, ansiedades del
tipo como hablar en público, leer en voz alta, salir a la
pizarra, etc.

Producto de la inseguridad propia de la etapa que son de


carácter normal a no ser que prevalezcan en el tiempo.

A veces, algunos niños de alta demanda pueden mostrar


este tipo de miedos antes de estas edades, a partir de los
5 años, esto se debe a su alta sensibilidad y su gran
capacidad emocional, perciben tanto las sensaciones
externas y los estímulos que pueden sobreestimularse
ante situaciones que quizás para otros niños sean
normales. Por ejemplo, con los ruidos fuertes, las
tormentas o las luces o fuegos artificiales.

Estos miedos o ansiedades se deben tratar con


tranquilidad, no forzando al niño en ningún momento e

Pág. 27
intentando comprenderle, empatizando con él y dándole
tiempo y espacio para aceptarlo.

Lo más importante en esta etapa es “escuchar” a nuestros


hijos, pero escucharles de forma activa, empática,
escuchar lo que dicen entre líneas, saber cuándo
necesitan afecto aunque no lo pidan, saber cuándo
necesitan intimidad y respeto, saber que a veces
necesitan tiempo y espacio, entender que están
evolucionando y desarrollando sus emociones,
comprender que están creciendo y que se están
conociendo a sí mismos, que para ellos es complicado,
que acaban de salir al mundo exterior y que apenas están
reconociendo a las personas y sus dificultades, que se van
a encontrar con frustraciones y decepciones de otras
cosas y personas y que todo ello les va a afectar en su día
a día. Simplemente acompañarlos, apoyarles.
Estar ahí para cuando nos necesiten.

Pág. 28
Capítulo 5

¿Qué sucede en la preadolescencia?


Edad de 11 a 15 años
Es una etapa de muchas alteraciones tanto físicas como
psicológicas. Sabemos cómo afectan las variaciones en los
niños de alta demanda ya que son niños
temperamentales y obstinados que cuando tienen un
pensamiento rígido es difícil cambiárselo.

Los cambios les desbordan las emociones y les crean


conflictos internos que por su forma apasionada y fogosa
de vivir hace que si no están de acuerdo se rebelen en
forma de furia o aislamiento.

En este periodo la relación con los padres cambia, porque


el niño ahora se está convirtiendo en adulto, su etapa
infantil ha finalizado y ahora tiene que reorganizar toda
su relación parental desde otro punto de vista, por este
motivo se produce cierto distanciamiento entre padres e
hijos.

Los familiares pasan a un segundo plano mientras que los


amigos se convierten en las figuras íntimas a quien el
preadolescente confía sus proyectos, deseos y pasiones

Pág. 29
que ya no son los mismos que cuando era niño, han
cambiado por completo creándole confusión y a veces
cierta crisis de identidad.

El niño de alta demanda se siente un poco confundido en


esta etapa de su vida, porque está teniendo muchos
cambios internos que no comprende y por otra parte no
siente el fuerte vínculo que tenía en la infancia con sus
figuras de apego, por lo que muy posiblemente tiene una
sensación de desorientación, incomprensión y soledad.

Él tiene que hacer un gran esfuerzo para substituir su


necesidad de atención (la que antes tenía con sus
familiares) en otros sentidos, suplir esta carencia de
alguna otra forma.
Demandando atención en sus amigos, demandando
atención en su hogar, demandando atención en la
escuela.

Ahora él considera que es un adulto y por lo tanto debe


pedir la atención de otra forma, por lo que esa demanda
la solicitará de forma indirecta.

Como padres debemos poder “leer” cuando nuestro hijo


nos está demandando esa atención, porque como ya
sabemos, es una necesidad, no un capricho.

Quizás simplemente nos diga que no sabe hacer los


ejercicios de la escuela… Un ejemplo podría ser que nos

Pág. 30
diga que no puede dormir por las noches… Cualquier
excusa servirá para que estemos a su lado.

Es un periodo de oscilación de las emociones, con


variaciones de humor rápidos y confusión en el
preadolescente, no entiende muy bien donde está ni lo
que desea, pasando de un estado afectivo a otro y
entrando en conflicto y duda para los familiares que lo
viven desde fuera.
Parece que este en un mundo caótico, sin orden.

Los padres deben comprender que se trata del desarrollo


normal del adolescente y que este carácter caótico es
temporal, aunque esto no signifique que no deban poner
límites. Deben acompañar al hijo respetando su
necesidad de intimidad, pero guiándole a cumplir las
normas de seguridad y de convivencia.

Nuestro preadolescente de alta demanda se va a sentir


confundido, como ya hemos dicho y es posible que no
sepa pedir ayuda directamente. Tenemos que saber “ver”
cuando nos necesita y al mismo tiempo también saber
“ver” cuando necesita que respetemos su espacio e
intimidad. Porque es un momento de fragilidad, en que
no estará muy claro el límite entre una cosa y la otra,
entre cuando nos necesita y cuando nos aborrece,
debemos estar ahí, justo detrás del límite para que él solo
tenga que alzar un poco la mano cuando lo necesite. Solo

Pág. 31
para que él sepa que estamos ahí, para que no se sienta
solo.

Es frecuente que en esta época empiecen a haber las


primeras relaciones o contactos sexuales y con ello las
dudas y experimentación que culmina en la definición
sexual del preadolescente.

Todo esto conlleva consigo un cúmulo de experiencias


positivas y negativas, que a menudo pueden producir
frustración y que necesitan un proceso de maduración
por parte del adolescente que normalmente lo va a vivir
íntimamente en silencio o bien compartiéndolo con sus
amistades cercanas.

Nuestro hijo de alta demanda va a tener las mismas


vivencias en este sentido que cualquier otro niño. Pero
debemos recordar que nuestro hijo es más sensible, más
emocional, por lo que cualquier emoción la va a sentir
amplificada, va a ser una etapa desbordada de emociones
de euforia, pasión y a la vez frustración y desánimo y
como padres debemos estar ahí en todos los momentos,
simplemente apoyando, guiando y empatizando.

Como padres comprender que debemos apoyarles en sus


conflictos emocionales desbordantes, aunque no
conozcamos las razones que les han creado dichos
conflictos, es importante para ellos que nos sientan al
lado, para sentirse seguros y capacitados para que, en un

Pág. 32
momento dado, puedan tener la confianza de
comunicarse abiertamente con nosotros, quizás en un
futuro próximo.

En este periodo el preadolescente suele tener algunas


conductas de riesgo por su necesidad de exploración y
experimentación hacia las drogas, alcohol, sexo, fugas del
hogar…

Es conveniente, como hemos comentado poder conectar


positivamente con nuestros hijos en cuanto a la
comunicación efectiva, para que ellos puedan acceder a
hablar con nosotros y se sientan escuchados,
comprendidos, no temerosos de hacerlo.

Si notamos que nuestro hijo no tiene confianza para


hablar de estos temas con nosotros sería bueno poder
proporcionarle un espacio fuera del ámbito familiar
donde pudiera hacerlo, con alguna persona en quien sí
confiara donde él pudiera expresar sus emociones, dudas
o conflictos.

Tu hijo de alta demanda pronto será un adolescente. Y


luego se convertirá en un adulto preparado para la vida
que habrá desarrollado ya sus competencias, habilidades
y fortalezas.
Y tú has formado parte de este camino en todo momento
acompañándolo de la mejor forma que has sabido. Así

Pág. 33
que aprovecha al máximo cada minuto de su crecimiento
porque es único.

Te deseo una Feliz Crianza.

Pág. 34
Acerca del autor

Anna Company Galvez


Nacida el 16 de marzo de 1977 en Barcelona.
Actualmente vive con su pareja y su hijo nacido en 2015
en una población cercana a su ciudad natal.

Estudió Artes digitales en la juventud y más tarde en la


edad adulta hizo un postgrado de Coaching Integrativo.
Apasionada de la psique humana y del comportamiento
desde muy corta edad, ha adquirido conocimiento de
forma autodidacta que le han servido para comprender
reacciones de las personas en su trabajo y en su vida
ofreciéndole la oportunidad de empatizar intensamente
con ellas.

Actualmente trabaja en una empresa japonesa del sector


tecnológico y en su tiempo libre se dedica al coaching
integrativo para familias ya que también está certificada
en educación con disciplina positiva por la International
Positive Discipline Association.

Pág. 35
Amante del mar y de los animales aprovechó para
formarse como técnica en terapia asistida con perros
donde pudo realizar prácticas junto con niños con TDAH y
TEA.

Relacionada muy estrechamente con el mundo de la alta


demanda y de la alta sensibilidad es administradora de la
página web www.altademanda.es en la que informa y
comparte experiencias de padres y madres que están
sensibilizados en este tema, acompañando a las familias
en los grupos de apoyo y en las redes sociales de las que
forma parte.

Pág. 36
Libros de este autor

“Las emociones de los niños de


alta demanda”
Este es un libro para ti: mamá o papá del bebé o niño/a
de alta demanda.
En este texto te explico cómo sienten los niños AD, te
explico con detalle cómo son sus emociones y cómo
enseñar a tu hijo a autogestionarse, cómo dirigir su
temperamento hacia fortalezas, porque los niños/as de
alta demanda se convierten en personas excepcionales y
extraordinarias que tienen una potencia y un empuje vital
que los hace únicos.
La alta demanda es una rasgo que debe
aprovecharse para bien y empujarse para fortalecer sus
puntos fuertes como pueden ser: su perseverancia, su
constancia, su energía vital, su alegría, su creatividad, su
ilusión, su entusiasmo, su ingenio, su competitividad, su
espontaneidad, entre otros muchos.
Todos sabemos que cada niño es un mundo, pero tu hijo
de alta demanda tiene un millón de fortalezas que debes
aprovechar, potenciar y trabajar para que de adulto le
otorguen autonomía, seguridad y confianza en sí mismo.

Pág. 37
En este escrito reconocerás las emociones de tu hijo, sus
sentimientos y pensamientos y cómo trabajarlos para
caminar con más claridad y serenidad.
Te acompaño a romper las creencias limitantes sobre los
niños de alta demanda, no te engañes, nadie mejor que
tú conoce a tu hijo, ten fe en él y en ti mismo/a y disfruta
de su crecimiento porque sólo sucederá una vez.

“Relatos sobre crianza de alta


demanda”

Publicación en diciembre de 2020


Historias personales de madres y padres de bebés y
niños/as de alta demanda que se han ofrecido voluntarios
a compartir sus experiencias de vida y han sido relatadas
para hacer de guía a todas aquellas personas interesadas
en saber más sobre la realidad de la crianza de la alta
demanda

“¿Tiene Alexandra una mente neurodivergente?


Este libro está escrito en primera persona por nuestra
protagonista Alexandra, una chica con una mente

Pág. 38
neurodivergente que fue una niña de alta demanda y
nos relata sus experiencias de vida, conflictos internos y
como los va solucionando.
Describe la desvinculación con su familia y su sensación
de abandono con su necesidad de afecto continuo desde
la infancia hasta la edad adulta.
La relación que existe entre el conflicto familiar con su
vida de adulta y cómo repercute en sus relaciones
sociales y en su día a día el hecho de sentirse desplazada,
incomprendida, sola, abandonada y falta de cariño.
Además, según se va explicando la historia y va
sucediendo el argumento, se describen en diferentes
patologías clínicas como son: el TCA (Trastorno de
conducta alimentaria) el TLP (trastorno límite de la
personalidad), la personalidad Histriónica y el TDAH.
También se trata del abuso de sustancias tóxicas
(cocaína) y otros rasgos compulsivos
En el libro se ven potenciados los rasgos positivos de
persistencia, valentía, coraje, y otros que provienen de
mentes neurodivergentes de personas con Pág. 4

Pág. 39
trastornos como el TDAH, remarcando síntomas de dicho
trastorno que empoderan a la protagonista dotándola de
habilidades y capacidades para realizar proyectos que de
otra forma quizás no hubiese podido realizar como es el
caso del Hiperfoco o hiperconcentración.
Es un texto donde se describe la superación al drama y al
conflicto, donde la protagonista a pesar de sus
circunstancias continua firme y en pie. Envalentonada,
superando cualquier obstáculo con determinación y
empuje.

Pág. 40

También podría gustarte