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39 Mi 6SP JN 16, 12-15 El Espiritu de La Verdad Os Iluminara He 17, 15.22-18, 1
39 Mi 6SP JN 16, 12-15 El Espiritu de La Verdad Os Iluminara He 17, 15.22-18, 1
✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos
los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti.
Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención
de consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo.
Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo;
pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi
mente y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar,
sorprender, seducir, tocar, y guiar por Ti.
Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la
contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino
hacia la Gloria.
✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús,
podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú
estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo
pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén
✞✞✞
Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del
Padre. Hazme niño para hablarme de él como los padres de la tierra conversan con sus
pequeños; hazme amigo tuyo para hablarme de él como hablabas con Lázaro en la
intimidad de Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de él lo que
conversabas con Juan; recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce
en el Cenáculo..., lleno de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable
todavía de él y me enseñe a hablar de él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y
el resplandor de la llama (G. CANOVAI, Suscipe Domine).
“JESÚS: ILUMÍNAME CON LA LUZ DE TU ESPÍRITU”
«Jerusalén. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos».
1 RITOS INICIALES
✞ ✞ ✞ Antífona de entrada Cf. Sal 17, 50; 21, 23
Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a mis hermanos. Aleluya.
Monición de entrada
Hacemos memoria en esta celebración de san Bernardino de Siena. Nació en Massa
Marittima, en Italia, el año 1380. Presbítero de la Orden de Hermanos Menores, con la
palabra y el ejemplo fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia y
difundió la devoción al santísimo Nombre de Jesús. Se dedicó infatigablemente al oficio
de la predicación, con gran fruto para las almas, hasta el día de su muerte, que sucedió
en L'Aquila, el año 1444.
Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado
Misa de Feria o de la Memoria: Miércoles de la VI semana de Pascua, feria o san
Bernardino de Siena, presbítero, memoria libre. 20 de Mayo 2020
• La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté
siempre con nosotros.
✞ ✞ ✞ Acto penitencial
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora
a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro
espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio…
• Perdón Jesús pues hoy me he olvidado de Ti en algunos momentos. Sé que estas faltas
y pecados dificultan nuestra amistad, pero Tú siempre estás saliendo a mi encuentro
para perdonarme. Gracias Señor por tu inmensa misericordia, y ayúdame a ser humilde
y reconocer cuánto necesito de Ti.
¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad!
✞ ✞ ✞ Oración Colecta:
Escucha, Señor, nuestra oración y concédenos que, así como celebramos las fiestas de
la resurrección de tu Hijo, merezcamos también, cuando vuelva, alegrarnos con todos
sus santos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oh, Dios, que has otorgado al presbítero san Bernardino de Siena un amor admirable al
santo Nombre de Jesús, concédenos, por sus méritos y oraciones, que nos inflame
siempre el espíritu de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Señor Dios, Padre nuestro: Tú no estás lejos de ninguno de nosotros, porque en ti
vivimos, nos movemos y existimos, y tú vives en nosotros por medio de tu Santo
Espíritu. Quédate de verdad con nosotros, Señor; envíanos tu Espíritu de la verdad y,
por medio de Él, haz que ahondemos en nuestro conocimiento de la vida y el mensaje
de tu Hijo, para que aceptemos la verdad plena y vivamos consistentemente conforme a
ella. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
2 LITURGIA DE LA PALABRA
✞ ✞ ✞ Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 17, 15.22-18,1
Meditatio
Los atenienses, al igual que quizás la mayoría de los hombres, eran personas muy
religiosas, las cuales creían fervientemente en Dios. Hoy en día muchos hombres van
perdiendo su interés por Dios, por las cosas divinas y trascendentes.
El materialismo que vivimos está llevando al hombre a una inmanencia tal en la que se
pierde de vista lo sobrenatural, el sentido de Dios y nuestro destino final. Por otro lado,
nos encontramos, incluso dentro de nuestra misma Iglesia, hermanos que aun creyendo
en Dios, viven con una imagen equivocada de Él. Pablo en el Aerópago, les anuncia la
auténtica visión de Dios, del Dios amoroso que en su misericordia resucitó a su Hijo y lo
constituyó Señor, para que todos los que crean en Él tengan vida y la tengan en
abundancia.
No dejes que el materialismo te haga perder el sentido de lo espiritual; y si conoces a
alguien que no tiene una idea clara del Dios Amor, háblale de su misericordia y de con
cuánto amor le está buscando.
Oratio
Señor, no permitas que mi hambre de poseer y tener me descontrole y me haga perder
de vista lo que es verdaderamente importante, es decir, tú, mi familia, lo que genero en
este mundo. Que todos mis bienes estén orientados a servirte y a dar a mis hermanos,
pues sé que tú mismo bendices eso y me darás en abundancia.
Actio
Como signo de entrega y confianza absoluta en la Providencia de Dios, en este día me
despojaré de algo que tenga y use, y se lo daré a alguien que lo necesite.
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En este relato el apóstol Pablo, de pie en medio del areópago ateniense, no ataca el
hecho de tener imágenes y de honrarlas, sino más bien se vale de este hecho para
demostrar que Dios está mucho más allá de las figuras que le atribuimos, e
inmediatamente afirma que, la humanidad es una en el designio de Dios.
✞ ✞ ✞ Salmo
Sal 148,1-2.11-12.13.14
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos.
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Reyes del orbe y todos los pueblos, príncipes y jueces del mundo, los jóvenes y también
las doncellas, los ancianos junto con los niños.
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la
tierra.
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo
escogido.
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
✞ ✞ ✞ Aleluya
Aleluya Jn 14, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
• El texto incluye la quinta promesa de la misión del Espíritu, maestro y guía hacia la
plenitud de la verdad. Tras una introducción al tema (v. 12), el fragmento, de valor
teológico, se desarrolla en tres pasajes paralelos, que concluye cada uno con la misma
fórmula («Os lo revelará»: vv. 13.14.15) y con una progresión temática doctrinal sobre
las tres personas divinas: el Espíritu, Cristo, el Padre.
Jesús querría revelar a los suyos muchas otras cosas, más por ahora no pueden
entenderlas. Antes tendrán que recibir el Espíritu. El Paráclito será la ayuda de los
discípulos y les introducirá en «la verdad completa» (v. 13), esto es, inaugurará un
período nuevo del conocimiento de la Palabra de Jesús. Su instrucción se desarrollará en
lo íntimo del corazón de cada discípulo, y con ella conocerán los secretos de la verdad de
Cristo y le podrán hacer entrar en ellos. La tarea del Espíritu será semejante a la de
Jesús, aunque dirigida al pasado y al futuro. Del mismo modo que el Hijo, en su vida
terrena, no hizo nada sin el consenso y la unidad del Padre, así el Espíritu, en el tiempo
de la Iglesia pospascual, actuará en perfecta dependencia de Jesús y «dirá únicamente
lo que ha oído» (v. 13c). Guiará en la comprensión interior de la Palabra de Jesús; más
aún: de Jesús mismo, «y os anunciará las cosas venideras» (v. 13d), es decir, os hará
ver la realidad de Dios y de los hombres, como el Padre y el Hijo la ven; os hará
conocer, de modo verdadero, los acontecimientos del mundo y de la historia desde la
perspectiva de la novedad iniciada por la muerte y la resurrección de Cristo, siempre
nueva y creativa interiormente.
www.evangeliodeJuan.GiorgioZevini
El tema de fondo que nos propone el evangelista es el Espíritu Santo, testigo de Jesús y
acusador del mundo. Jesús habló de las persecuciones que deberían sufrir los suyos, y
éstos se sienten desconcertados frente a tales acontecimientos: son incapaces de
confiarse al único que puede hacer superar toda tristeza y angustia. Por eso les reprende
Jesus. Si hubieran comprendido el sentido de su misión de sufrimiento redentor se
habrían tranquilizado con el pensamiento de que su «ascender», al Padre habría de
producir la venida del Espíritu, que les reforzará en lo tocante a la victoria de su fe.
¿Cuál será entonces, la tarea del Espíritu? Será la de dar testimonio contra el mundo,
que está en pecado por haber rechazado a Cristo. El Espíritu, como el abogado en un
proceso, revelará a los creyentes, a lo largo del desarrollo de la historia, el error del
mundo. Lo pondrá en situación de acusado por ese pecado que es la incredulidad.
Probará al mundo la justicia de Cristo. Demostrará el juicio de condena contra Jesús es
inconsistente;- más aún, se resolvió contra «el príncipe de este mundo», condenado
para siempre y sobre el que Cristo ha triunfado con su muerte-exaltación (v. 11).
El texto se desarrolla, a continuación, en tres pasajes paralelos que concluyen cada uno
con la misma fórmula: «anunciar» y «dar a conocer» (vv. 13.14.15), y con una
progresión temática doctrinal sobre las tres personas divinas: el Espíritu, Cristo, el
Padre.
Jesús querría revelar a los suyos muchas otras cosas, pero por ahora no están en
condiciones de entenderlas. Primero deberán recibir el Espíritu. El Paráclito será la ayuda
de los discipulos y les iluminará para que puedan «entender la verdad completa» (v.
13), esto es, inaugurará periodo nuevo del conocimiento pleno de la Palabra de Jesús.
Su instrucción se llevará a cabo en lo íntimo del corazón de cada discípulo, con lo que
conocerán los secretos de la verdad de Cristo. La tarea del Espíritu será semejante a la
de Jesus: guiará en la comprensión interior de la Palabra de Jesus -más aún, del mismo
Jesus— y «os anunciará las cosas venideras» (v. 13d), es decir, os revelará la realidad
de Dios y de los hombres.
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Oración inicial
Escucha, Señor, nuestra oración y concédenos que así como celebramos en la fe la
gloriosa resurrección de Jesucristo, así también, cuando él vuelva con todos sus santos,
podamos alegrarnos con su victoria. Por nuestro Señor.
Del Evangelio según Juan 16,12-15
Reflexión
• En estas semanas del tiempo pascual, los evangelios diarios están sacados, casi todos,
de los capítulos de 12 a 17 de Juan. Esto revela algo respecto del origen y del destino de
estos capítulos. Reflejan no sólo lo que acontece antes de la pasión y de la muerte de
Jesús, pero también y sobre todo la vivencia de la fe de las primeras comunidades
después de la resurrección. Reflejan la fe pascual que las animaba.
• Juan 16,12: Mucho tengo todavía que deciros. El evangelio de hoy comienza con
esta frase: "Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello”. En estas
palabras de Jesús afloran dos cosas: el ambiente de despedida que marcaba la última
cena, y la preocupación de Jesús, el hermano mayor, con sus hermanos más jóvenes
que en breve se quedarán sin su presencia. Quedaba muy poco tiempo. En breve, Jesús
sería detenido. La obra iniciada estaba aún incompleta. Los discípulos apenas estaban al
comienzo del aprendizaje. Tres años es muy poco para cambiar de vida y comenzar a
vivir desde otra imagen de Dios. La formación de ellos no se había terminado. Faltaba
mucho, y Jesús tenía todavía muchas cosas que enseñar y transmitir. Pero él conoce a
sus discípulos. Ellos no son de los más inteligentes. No soportarían conocer ya todas las
implicaciones y consecuencias del discipulado. Quedarían desanimados, no serían
capaces de soportarlo.
• Juan 16,13-15: El Espíritu Santo dará su ayuda. “Cuando venga él, el Espíritu de
la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que
hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá
de lo mío y os lo explicará a vosotros”. Esta afirmación refleja la experiencia de las
primeras comunidades. En la medida en que iban imitando a Jesús, tratando de
interpretar y aplicar su Palabra en diversas circunstancias de sus vidas, experimentaban
la presencia y la luz del Espíritu. Y esto acontece hoy en las comunidades que tratan de
encarnar la palabra de Jesús en sus vidas. La raíz de esta experiencia son las palabras
de Jesús: “Todo lo que tiene el Padre es mío, también. Por eso os he dicho recibirá de lo
mío y os lo explicará todo”.
• La acción del Espíritu Santo en el Evangelio de Juan. Juan usa muchas imágenes y
símbolos para significar la acción del Espíritu. Como en la creación (Gen 1,1), así el
Espíritu desciende sobre Jesús "como una paloma venida del cielo" (Jn 1,32). ¡Es el
comienzo de una nueva creación! Jesús habla las palabras de Dios y nos comunica el
Espíritu sin medida (Jn 3,34). Sus palabras son Espíritu y Vida (Jn 6,63). Cuando Jesús
se despidió, dijo que iba a enviar a otro consolador, a otro defensor, para que se quede
con nosotros. Es el Espíritu Santo (Jn 14,16-17). A través da su pasión, muerte y
resurrección, Jesús conquistó el don del Espíritu para nosotros, a través del bautismo,
todos nosotros recibimos este mismo Espíritu de Jesús (Jn 1,33). Cuando apareció a los
apóstolos, sopló sobre ellos y dijo: "¡Recibid el Espíritu Santo!" (Jn 20,22). El Espíritu es
como agua que brota de dentro de las personas que creen en Jesús (Jn 7,37-39; 4,14).
El primer efecto de la acción del Espíritu en nosotros es la reconciliación: "A quienes
vosotros perdonaréis los pecados serán perdonados; y a quienes no liberéis de sus
pecados, quedarán atados" (Jn 20,23). El Espíritu que Jesús nos comunica tiene acción
múltipla: consuela y defiende (Jn 14,16), comunica la verdad (Jn 14,17; 16,13); hace
recordar lo que Jesús enseñó (Jn 14,26); dará testimonio de Jesús (Jn 15,26);
manifiesta la gloria de Jesús (Jn 16,14); desenmascara el mundo (Jn 16,8). El Espíritu
nos es dado para que podamos entender el significado pleno de las palabras de Jesús
(Jn 14,26; 16,12-13). Animados por el Espíritu de Jesús podemos adorar a Dios en
cualquier lugar (Jn 4,23-24). Aquí se realiza la libertad de Espíritu de la que habla San
Pablo: "Donde hay el Espíritu del Señor, ahí hay libertad", (2Cor 3,17).
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El Espíritu prometido permitirá a los discípulos comprender las cosas de Dios tal como
han sido reveladas por Jesús. El Espíritu hará la exégesis de las palabras del Señor para
que puedan caminar a través de la historia con la «mente de Dios», con su modo de ver
y de juzgar, de sentir y de obrar. También expresa la alteridad del discípulo y de la
Iglesia respecto al mundo. El sentido de las cosas, de la historia, de los acontecimientos,
está reservado a los que tienen el Espíritu. Ahora bien, es preciso que el Espíritu pueda
hablar. La tradición ha hablado de la necesidad de disponer de un corazón «purificado»
para comprender las cosas de Dios tal como son sugeridas por el Espíritu. El Oriente
cristiano ha meditado largamente sobre la bienaventuranza: «Bienaventurados los puros
de corazón, porque verán a Dios». La visión de Dios y de sus cosas, la comprensión de
las palabras de Jesús, su actualización a las distintas situaciones en diferentes
momentos de la historia personal o general, están reservadas a aquellos que dejan
hablar al Espíritu, en un corazón purificado, progresivamente liberado de los apegos y
condicionamientos mundanos. Las épocas más creativas para la fe han sido las épocas
en las que se nos obligaba a la liberación interior, a la oración, a la santidad.
Es en los santos donde las palabras del Señor se realizan al máximo. A ellos es a
quienes se da la comprensión profunda de las cosas de Dios, así como una comprensión
particular del momento histórico. Conocer la realidad según Dios es algo distinto al
conocimiento necesario típico de la racionalidad: es dejar que el Espíritu hable en un
corazón desalojado de las cosas demasiado terrenas.
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Conocer. «El abogado que os enviará el Padre cuando aleguéis mi nombre, el Espíritu
Santo, ése os lo enseñará todo y os irá recordando todo lo que yo os he dicho» (14,26).
Jesús está metido en el proceso de muerte que, a través del sepulcro, le conducirá a la
vida. Pero los discípulos no son aún capaces de «soportar» la Pasión. Antes es necesario
que Jesús realice su Pascua y glorifique al Padre con su obediencia. Entonces el Padre
glorificará al Hijo. La plena luz será dada a los hombres, que comprenderán que la
fidelidad de Jesús no le conducía a la muerte, sino a la gloria por medio del fracaso.
Comprenderán que la fuente de la salvación sólo se encuentra en Dios. El Espíritu de
verdad no traerá una revelación nueva a la Iglesia, sino que la introducirá en el misterio
de Cristo encarnado y resucitado.
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora»...
«Espera, ¡la vida te enseñará!»... La vida te enseñará... ¡Necesitaron tiempo los
discípulos para comprender! Pensaban que el Reino iba a ser instaurado en medio del
fervor popular, y Jesús les anuncia que ha de pasar por el fracaso de la pasión y la cruz.
La vida les enseñará... No comprendían el trabajo del Espíritu y querían imponer las
prácticas antiguas a las jóvenes comunidades. La persecución en el medio judío iba a
llevarles a comprender cómo abrirse a los gentiles y lo que significaba la libertad nacida
de la resurrección. ¡El niño no puede comprender lo que es un hombre, la vida le
enseñará! «El Espíritu os guiará hasta la verdad plena». ¡La Iglesia aprenderá el misterio
de Dios, y su propio misterio, viviendo! En la oración y la contemplación, la Iglesia
descubre cada vez mejor la riqueza jamás agotada de aquel a quien llama «Padre», y
profundiza cada vez más en lo que significa para ella ser llamada «Esposa Amada» por
Cristo.
En la reflexión, la Iglesia, a lo largo de los siglos, da razón cada vez mejor de su
esperanza. Profundiza el insondable secreto manifestado en Jesús y descifra en la
fidelidad la Palabra que le ha sido entregada. En la paciencia de los que cada día buscan
dar cuerpo al amor manifestado, descubre «la altura, la anchura y la profundidad» de la
caridad que Dios ha suscitado en el corazón de los hombres.
«El Espíritu os guiará». El misterio de Dios y de la Iglesia es como una isla: abordándola
por varios lados, poco a poco, se dibujan sus contornos. Cada siglo vive algo de este
misterio, pero sólo al término de la historia conoceremos el secreto de las tierras
interiores: la vida de generaciones de hombres, modelados por el Espíritu para ser
conducidos a la Verdad, nos lo enseñará. Juntos tendremos que descubrir el Misterio
interior de Dios: el Espíritu nos llevará al con-nacimiento.
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2. El Espíritu que enseña y que ilumina
2.1 Día a día, texto a texto, Jesús nos va enseñando en su Evangelio quién es y qué
puede en nosotros el Divino Espíritu.
2.2 Hoy nos habla de cómo el Espíritu “nos conduce hacia la verdad completa”, “nos
anuncia las cosas venideras” y “glorifica a Jesucristo”. ¡Dios Santo, cuántas maravillas!
2.3 Aprendamos algo de cada una de estas frases destacadas. Si el Espíritu nos conduce
hacia la verdad completa quiere decir que hay un desarrollo o crecimiento en la verdad
gracias a la acción del Espíritu en medio de la comunidad cristiana. Esta idea no es bien
recibida por todos los cristianos. Hay quienes quisieran que todas las verdades
estuvieran en algún versículo de la Biblia, porque predican la “Sola Scriptura”, de modo
que no quieren admitir como cierta una cosa si no está en algún versículo bíblico, con lo
cual, según vemos, contradicen a la misma Biblia. Esto no quiere decir que cualquier
cosa pueda ser admitida como parte de nuestra fe, sino que indica que Dios, que obra
en la Iglesia, no nos revelará la verdad completa sino en la Iglesia.
2.4 Si el Espíritu nos anuncia las cosas venideras, debemos entender que nuestra
esperanza no se sostiene solamente en las palabras que hemos escuchado ni solamente
en el testimonio del pasado. La Iglesia es un organismo vivo y necesita alimento vivo
para avanzar hacia su meta, que es el encuentro definitivo con Cristo Esposo. Esta idea
no es bien recibida por todos los católicos. Hay algunos que piensan que cualquier
palabra inspirada que parezca provenir del Cielo es alucinación, manipulación, histeria o
sugestión. Y se olvidan del importante lugar que Pablo otorga al ministerio de los
profetas en el Nuevo Testamento.
2.5 Si el Espíritu glorifica a Jesucristo, es porque la Iglesia necesita crecer en adoración.
Esta idea no es bien recibida por todos los creyentes. Hay quienes ven o quieren ver en
la Iglesia sólo una institución humana que debe cambiar el rostro de la distribución de la
riqueza o del potencial laboral. Hay quienes ven o quieren ver en la Iglesia sólo un modo
de mantener el nivel moral en la familia o en la sociedad. Hoy aprendemos que la Iglesia
tiene entre sus deberes, y no es el menor, glorificar a Jesucristo, alabar su misericordia,
ponderar sus maravillas, cantar sus grandezas, elogiar su hermosura, gozarse en su
Palabra, anhelar, en fin, la felicidad infinita de contemplar su Rostro por la eternidad.
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Mientras que el mundo condena a los discipulos por ser seguidores de Cristo, el Espíritu
invertirá la situación, revelando el verdadero ser del mundo, su error, su nulidad. Se
trata de una luz que nos sumerge en el criterio del juicio divino, diferente y hasta
opuesto al del mundo. Los discipulos, perseguidos y condenados por los tribunales del
mundo, pueden juzgar y condenar al mundo en lo íntimo de sus conciencias, en espera
del juicio final que clarificará los términos exactos de la eterna contienda.
El Espíritu prometido permitirá comprender a los discipulos las cosas de Dios tal como
han sido reveladas por Jesús. El Espíritu hará la exegesis de las palabras del Señor a fin
de que puedan caminar por la historia con la «mente de Dios», con su modo de ver y de
juzgar, de sentir y de actuar. Esto expresa también la alteridad del discípulo y de la
Iglesia respecto al mundo. El sentido de las cosas, de la historia, de los acontecimientos,
está reservado a los que tienen el Espíritu. Ahora bien, es preciso que el Espíritu pueda
hablar. La tradición nos recuerda la necesidad del corazón «purificado» para comprender
las cosas de Dios tal como las sugiere el Espíritu. Conocer la realidad según Dios es algo
diferente del también necesario conocimiento típico de la racionalidad: es dejar que el
Espíritu hable en un corazón desembarazado de las cosas demasiado terrenas.
www.catholic
Tengo que decirles muchas cosas. ¿Jesús habla aún hoy? ¿O acaso los cristianos
estamos locos por pensar que vamos a recibir un mensaje a milenios de distancia?
No hay nada imposible para Dios, lo que tenemos que hacer es aprender a reconocer
cuál es el medio por el cual nos habla, porque el mismo Jesús nos dijo que aún tiene
muchas cosas que decirnos. Desde el primer versículo de la Biblia, el Señor nos revela
su forma de comunicarse con nosotros, en medio del caos, Dios Padre habló y el Espíritu
aleteaba sobre las aguas. En medio de las aguas de nuestro caos, Dios Padre habla a
través de Jesucristo, Palabra encarnada y esa palabra se hace vida por el Espíritu Santo.
Cuando todo parece oscuro, el Espíritu está pronto para traernos esa paz que tanto
buscamos. Sólo debemos actuar como María que guardaba la Palabra en su corazón,
porque ella sabía en primera persona lo que era tener al Verbo de Dios en su vientre. Así
nosotros, cuando relacionamos nuestra vida con el Evangelio, podemos entender y
superar lo que nos sucede en el día a día.
En segundo lugar, el Espíritu nos guía hacia la verdad completa. Cuando agudizamos
nuestro oído para ver qué nos quiere decir Dios, no siempre estamos de acuerdo con lo
que nos pide; Sin embargo, buscar la verdad en su voluntad nos hace estar un paso más
cerca de ser santos. El mundo propone muchas pseudo-verdades, pero para distinguir
entre eso y la Verdad de Dios, que es la única que nos hace libres, se necesita el silencio
y discernir la voz del Espíritu Santo.
En conclusión, Jesús no puede callar hoy, porque Él siendo la Palabra eterna del Padre
nos sigue hablando también a través de medios humanos. La voz de Dios no se escucha
exclusivamente en predicaciones o explicaciones de personas "conocedoras", la voz de
Dios se escucha en la humildad y sencillez de la vida cotidiana en el saber estar atento a
observar, pensar y actuar como Jesús lo haría. De esta forma nos vamos transformando
en Evangelio vivo de Dios.
• Concreta, tierna y humilde: así la evangelización será alegre. No puede ser
presuntuosa la evangelización. No puede ser rígida la integridad de la verdad, porque la
verdad se ha hecho carne, se ha hecho ternura, se ha hecho niño, se ha hecho hombre,
se ha hecho pecado en cruz. El Espíritu anuncia y enseña "toda la verdad" y no teme
hacerla beber a sorbos. El Espíritu nos dice en cada momento lo que tenemos que decir
a nuestros adversarios e ilumina el pasito adelante que podemos dar en ese momento.
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con
Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees
que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hablaré de la alegría de mi encuentro con la Palabra de Dios con otra persona.
www.BibliaStraubinger
13. El Espíritu Santo, que en el Ant. Test. “habló por los Profetas”, inspiró también los
Libros del Nuevo, que presentan las enseñanzas de Jesús, desenvuelven su contenido y
revelan las cosas futuras, objeto de nuestra esperanza. No significa, pues, que cada uno
de nosotros haya de recibir una revelación particular del Espíritu Santo, sino que
debemos preocuparnos por conocer las profecías bíblicas y no despreciarlas (véase 14,
26 y nota: 1 Ts. 5, 20).
http://www.ciudadredonda.org
Queridos hermanos:
En Atenas el apóstol Pablo se enfrenta con las religiones paganas que desconocen las
tradiciones de los judíos. La ciudad vivía su decadencia económica y política, pero
disfrutaba de un gran ambiente cultural, que habían creado los grandes sabios.
El discurso que allí pronunció Pablo es de suma importancia para Lucas, hombre abierto
a la cultura griega, dialogante y conciliador. El discurso está colocado justo al comienzo
de la gran misión de Pablo que le llevará a predicar el Evangelio en el mundo greco-
romano, donde, desde el punto de vista religioso, la diversidad de religiones era la nota
dominante.
Para nosotros hoy día lo fascinante de este relato es que justamente uno de los
representantes más cualificados de la Iglesia de entonces escuche con respeto a los
filósofos. Y haga suyas las convicciones del mundo cultural griego de tolerancia hacia las
religiones y dialogue y anuncie el mensaje de Jesús.
Hoy llamaríamos a la actuación misionera de Pablo en Atenas diálogo interreligioso, la
última y desafiante frontera de la misión universal de la Iglesia que estamos viviendo
con tanta pasión en nuestros días.
Esta escena de Pablo dialogando con las religiones no cristianas, representadas por los
filósofos de Atenas, se repetirá en otros momentos de la vida de la iglesia. En la
actualidad y gracias al Concilio Vaticano II, que abrió las puertas al diálogo atento y
respetuoso con los creyentes de otras religiones, sin descalificaciones, prejuicios ni
condenas. Ese diálogo continúa impulsado por el Papa Francisco. Todos somos hijos de
Dios y a todos nos llama a sentirnos miembros de una familia de hijos. Esta fraternidad
universal tiene actualmente más posibilidades que en otras épocas de la historia de la
humanidad.
En nuestra relación siempre hemos de buscar primero lo que nos une, más que lo que
nos separa. O como alguien escribió: “Hay quienes aman a Dios de todo corazón porque
le conocen y quienes le buscan de todo corazón porque no le conocen”. “¡Qué feliz es la
gente que cree! ¿Si fuera verdad? ¡Es verdad! ¡Dios existe, está ahí! ¡Es alguien, es un
ser tan personal como yo! ¡Me ama! ¡Me llama!”
En la última Cena Jesús tiene una larga conversación con sus discípulos y durante esta
conversación les habla en cinco oportunidades del Espíritu Santo. Los discípulos sienten
una gran tristeza porque Jesús se va a retirar de su lado. Ante la magnitud de esta
desolación, Jesús conforta a los discípulos con la promesa del Espíritu Santo que
fortalecerá la fe de los discípulos incluso en los momentos de crisis y persecución.
Hoy también la promesa de Jesús es actualísima a favor de todos nosotros sus
discípulos, que también queremos seguirle, pero encontramos tantas dificultades en el
camino. No se trata de “comprender” quién es el Espíritu Santo, se trata de invocarlo y
acogerlo como el “dulce huésped” del alma. Y decirle de corazón: “Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles e infunde en ellos el fuego de tu amor”.
Alguno me dirá: “Padre, pero si no entiendo quién es, cómo le voy a llamar e invocar”.
El misterio de esta Persona Divina es como el fuego, que si no te acercas a él, no te
calienta. Déjale entrar en tu corazón y serás de verdad otro. Es decir serás un cristiano
de fuego, lleno de espíritu. Jesús nos lo prometió: “Cuando venga él el Espíritu de la
Verdad os guiará hasta la verdad completa”.
No busquemos actos de publicidad, que nos reivindiquen como los mejores, porque ese
no fue el estilo de Jesús. Dios, nuestro Dios es más inteligente que nosotros. Su Espíritu,
el gran protagonista de la Misión hoy y siempre, encontrará siempre los caminos
mejores. La fortaleza de la comunidad católica no depende de los méritos de sus
miembros sino de Jesús, que en su despedida dijo a sus apóstoles: “yo estoy con
vosotros todos los días hasta el final de este mundo”.
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El Espíritu Santo nos lleva a Jesús, nos acerca a Él, nos hace entrar en Él. En todo lo que
el Espíritu Santo hace está dando gloria a Jesús, ya que lo que Él comunica es lo que
recibe de Jesús, así como Jesús comparte todo con el Padre amado. En otras palabras, el
texto evangélico nos introduce en el misterio de la Trinidad, donde las tres personas
divinas lo comparten todo, recibiendo una de la otra y compartiendo la misma y única
divinidad.
1. “Cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los introducirá en toda la verdad”
La acción del Espíritu Santo sobre los apóstoles continúa explicitándose ahora en una
función reveladora.
Cristo quería completar su enseñanza sobre sus apóstoles, pero no puede ahora, porque
no podrían comprender ni recibir útilmente estas enseñanzas sublimes. A pesar de tener
el mejor Maestro, su rudeza, su estado de gentes sencillas e imbuidas en el ambiente
judío, y, sobre todo, la sublimidad de las enseñanzas, no les permitía recibirlas
entonces. Necesitaban una transformación radical, que estaba reservada, en el plan del
Padre, a Pentecostés, como momento inicial de la acción del Espíritu en ellos.
Por eso, cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad. El
término usado aquí para llevarlos o hacerles comprender es guiar en el camino: los
llevará a “toda la verdad”.
2. Porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes
La razón de esto es que les hacía falta la acción del Espíritu para comprender la plenitud
de la enseñanza de Cristo; pues el Espíritu Santo no hablará de sí mismo, sino que
hablará lo que oyere, “porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.
El Paráclito les recordará todo lo que Yo os he dicho (Jn 14:26), es decir, tomará las
enseñanzas de Cristo y se las hará comprender en la plenitud conveniente, llevándoles
así a la verdad completa de su enseñanza.
3. Todo lo que es del Padre es mío
Como una garantía trinitaria, final, dirá Cristo que toda su doctrina es del Padre. “Todo
lo que es del Padre es mío” parece restringirse aquí al orden doctrinal; es toda la
doctrina que el Padre le entregó para comunicarla en su mensaje. Por eso es una
posesión mutua. Y, siendo su doctrina del Padre y llevándola a plenitud el Espíritu, la
doctrina de Cristo es, en realidad, esa “toda la verdad”
El contexto del evangelio de san Juan sugiere que, mejor que a una revelación
absolutamente nueva de verdades hecha por el Espíritu, se refiere a una mayor
penetración de las verdades reveladas por Cristo a los apóstoles (Jn 15:15; 17:8.14; cf.
Mt 28:19.20).
4. “Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.
En esta acción iluminadora del Espíritu se destaca concretamente que les anunciará las
cosas venideras. Encuadrado esto en las enseñanzas de Cristo, probablemente se refiere
este sentido profético a que el Espíritu Santo les revelará el nuevo orden de cosas, que
tiene su origen en la muerte y resurrección de Cristo.
Una última cuestión es saber si este llevar a “todas la verdad” se refiere sólo a los
apóstoles o es promesa hecha aquí, en este pasaje, a la Iglesia. El paralelo con Jn 14:26
hace ver que esta frase forma parte de un contexto más amplio, que conduce, allí como
aquí, a la valoración de un contenido más universal.
5. El Espíritu, conducirá a los discípulos de Cristo por nuevos caminos
Es así, como el Espíritu, conducirá a los discípulos de Cristo por nuevos caminos, por
ignorados horizontes, por situaciones diversas, no exentas de dificultades, a muchos
santos los llevo por cárceles, a otros por martirios, sin embargo en la historia del
cristianismo el Espíritu Santo siempre se ha hecho presente.
Muchos corazones que siempre mostraron su docilidad al Espíritu Santo, recibieron de EL
inspiraciones donde les fue revelado los secretos del amor del Padre. A ejemplo de
ellos, dejémoslo que sea nuestro guía, es decir, no le impidamos en nosotros sus
impulsos, prestemos atención a su voz, seamos receptivos con Él, nos hablara a través
de la Palabra, en la oración, en la contemplación y en muchas ocasiones para nosotros
insospechadas.
Invocar al Espíritu Santo es de las más perfectas y bellas entre todas las solicitudes que
se pueden realizar. Él es Dios, es el Santificador. Él ha de alumbrarnos, confortarnos,
guiarnos, vigorizarnos, abrasarnos con el fuego del amor divino, él nos convertirá en
santos apóstoles.
3 Para la reflexión personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
5.- ¿Cómo vivo mi adhesión a Jesús: solo o en comunidad?
6.- Mi participación en la comunidad ¿me llevó alguna vez a experimentar la luz y la
fuerza del Espíritu Santo?
4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración.
1 ¡Haz crecer, Señor, lo que tú mismo han sembrado en nosotros! Que tu Espíritu nos
conduzca al conocimiento de tu misterio y a la comunión contigo para siempre. No
abandones, Señor, a los que te han dado su fe: que tu Espíritu nos conduzca a la verdad
y al conocimiento, donde creceremos cada día por los siglos de los siglos.
www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
Israel era el pueblo que «recordaba» la historia de los beneficios recibidos de Dios. María
fue un modelo de esto: conservaba en su corazón lo que había visto y oído a la llegada
de los pastores a la cueva de Belén, cuando encontraron a Jesús en el templo, en la vida
laboriosa de Nazaret cuando el pequeño crecía lleno de sabiduría y de gracia. Pues bien,
el Espíritu es en la Iglesia nuestra «memoria» religiosa no en el sentido material de
repetidor, sino en el de guía que introduce y revela a lo largo de los siglos el sentido y la
riqueza de la enseñanza de Jesús; ayuda al creyente a penetrar en el misterio de Cristo
y de la iglesia de modo que la revelación de Jesús alcance el objetivo de ser
efectivamente, luz, vida, sal, levadura, para cada hombre.
El Espíritu Santo es, a continuación, también Revelador: «Cuando venga el Espíritu de la
verdad, os iluminara para que podáis entender la verdad completa. El no hablará por su
cuenta, sino que dirá Únicamente lo que ha oído y os anunciará las cosas venideras».
Con estas palabras no se promete de una manera simplista el conocimiento anticipado
de acontecimientos futuros; se promete, más bien, el carisma profético, en su
significado profundo: conocer la belleza de la obra realizada por el Padre en el mundo
por medio de Cristo. Ese conocimiento es un privilegio reservado a los pequeños y a los
sencillos, y negado a los grandes y a los sabios del mundo. Solo el cristiano, por un don
del Espíritu Santo, estará en condiciones de leer la historia con unos ojos nuevos. El
Espíritu les hará descubrir dimensiones insospechadas, en un horizonte dilatado
misteriosamente, desde una perspectiva ensanchada hasta la vida eterna. Incluso en
medio de la «trivialidad» de la existencia cotidiana, el cristiano atento al Revelador
estará en condiciones de percibir la obra de Dios, su designio de amor salvífico. Con la
revelación del Espíritu, todo tiene sentido en la historia: la cruz, la sangre de los
mártires, las catacumbas, los perseguidores; sin esta revelación, todo carece de sentido
(S. Cultrera, In sintonia con lo Spirito, Milan 1985, 57ss, passim).
www.evangeliodeJuan.GiorgioZevini
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✞ ✞ ✞ Profesión de Fe
Invoquemos a Dios Padre, que, por la resurrección de Cristo de entre los muertos, nos
ha abierto el camino de la vida eterna.
- Para que el Espíritu de la verdad asista a los pastores de la Iglesia, maestros en la fe,
y a los que tienen el carisma de la profecía y la exhortación. Roguemos al Señor.
- Para que el Espíritu asista también a todos aquellos que alumbran caminos nuevos
para la humanidad. Roguemos al Señor.
- Para que el Espíritu ilumine y sostenga a todos los gobernantes en la búsqueda de la
justicia y de la paz. Roguemos al Señor.
- Para que el Espíritu nos descubra la Palabra y la presencia de Dios en el acontecer de
cada día. Roguemos al Señor.
- Señor Jesús, cuando nos falten palabras para hablar al Padre en oración, que el
Espíritu Santo ponga las plegarias justas en nuestros corazones y en nuestros labios, te
rogamos:
- Señor Jesús, para que los hombres y mujeres que trabajan en los medios de
comunicación sepan escuchar al Espíritu Santo para que puedan transmitir la verdad
plena y entera, te rogamos:
- Señor Jesús, que el Espíritu Santo inspire a los artistas para que nos hagan admirar la
grandeza de la creación de Dios, te rogamos.
Te suplicamos, Señor, Dios nuestro, que tu Hijo cumpla la promesa de enviarnos el
Espíritu Santo consolador, que nos empuje a abandonar nuestra vida de pecado y a vivir
desde ahora la novedad de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
3 LITURGIA EUCARISTICA
Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el
Compendio de la Misa)
*** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios
nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
Oh, Dios, que nos haces partícipes de tu única y suprema divinidad por el admirable
intercambio de este sacrificio, concédenos alcanzar en una vida santa la realidad que
hemos conocido en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oh Dios, Señor de cielo y tierra: Tú nos das vida y aliento y nos has hecho tus hijos e
hijas por medio de nuestro hermano Jesucristo. Danos a tu Hijo ahora en esta eucaristía.
Por medio de Él y de su Espíritu planta tu tienda entre nosotros, tu pueblo, y moldéanos
en una comunidad de fe y amor, para que sepamos establecer eficazmente tu reino y te
alabemos por los siglos de los siglos.
Introducción a la plegaria eucarística
Centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El
sentido de esta oración es que toda la congregación de fieles se una con Cristo en el reconocimiento de
las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio.
a) Acción de gracias
El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos
levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
Prefacio Pascual I. El misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca exaltarte en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido
inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó
nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
• Te doy gracias Jesús por este momento de oración. Te pido que pueda profundizar
cada vez más en las verdades que me muestras para mi felicidad. Obtenme, Señor, la
fortaleza para cooperar activamente con tú gracia, y así seguir, día a día, la guía de tu
Santo Espíritu. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y
también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan el himno de tu gloria
diciendo sin cesar:
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta
o recita las alabanzas a Dios.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para
salvación de quienes la reciban.
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin
mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que
santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera
que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
nos mandó celebrar estos misterios.
d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se
realiza el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa;
es la transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el
Santísimo sacramento del Altar!
Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te
bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a
sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por
muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".
e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de
Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando
principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Padre eterno, te ofrecemos la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las
Misas celebradas en el mundo en éste día, por las benditas Almas del
Purgatorio. Y Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz
perpetua. Amén.
h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen
del pueblo.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del
Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén
✞ ✞ ✞ Rito de la comunión
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de
nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma
alegría y amor.
a) Introducción al Padrenuestro
Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a
cada persona de la tierra.
Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza.
• Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya
bastará para sanarme.
c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la
comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)
d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16. 19
Dice el Señor: «Yo os he escogido sacándoos del mundo y os he destinado para que
vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca». Aleluya.
Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que
hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor Dios nuestro: Tú nos has cerciorado de nuevo, en esta celebración eucarística, de
que tú estás con nosotros por medio de tu Hijo Jesucristo. Que su Espíritu de verdad nos
guíe para afrontar la verdad con todas sus consecuencias - la verdad sobre tu Hijo y su
evangelio-, para que vivamos su vida más profundamente, y la verdad sobre nosotros
mismos que no somos más que pálidas imágenes y pobres testigos de quien es nuestro
Señor y Salvador por los siglos de los siglos.
4 RITO DE CONCLUSION
Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea, para que
cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.
✞ ✞ ✞ Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. R/ Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino!
Consagración a María
Reina del Cielo, alégrate, aleluya, porque el Señor, a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
✞ ✞ ✞ Bendición
Hermanos: Que el Espíritu de verdad venga a nosotros y nos guíe hacia la verdad plena
sobre nosotros, en nuestras relaciones mutuas, y con respecto a lo que sucede en
nuestro mundo. Que Dios envíe este Espíritu a nuestro mundo y nos bendiga.
Así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre
nosotros y permanezca para siempre.
R/ Amén
Podemos ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.
✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia
y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en
Cristo, ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo.
«Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16