Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos
los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti.
Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención
de consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo.
Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo;
pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi
mente y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar,
sorprender, seducir, tocar, y guiar por Ti.
Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la
contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino
hacia la Gloria.
✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús,
podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú
estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo
pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén
✞✞✞
Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del
Padre. Hazme niño para hablarme de Él como los padres de la tierra conversan con sus
pequeños; hazme amigo tuyo para hablarme de Él como hablabas con Lázaro en la
intimidad de Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de Él lo que
conversabas con Juan; recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce
en el Cenáculo..., lleno de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable
todavía de Él y me enseñe a hablar de Él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y
el resplandor de la llama (G. CANOVAI, Suscipe Domine).
“JESÚS: VENGA A TODAS LAS ALMAS TU REINO”
«Llanura de Genesaret. En aquel tiempo, propuso Jesús otra parábola».
1 RITOS INICIALES
✞ ✞ ✞ Antífona de entrada: Cf. Lc 4, 18
Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado
Misa de Feria. Lunes de la XVII semana del Tiempo Ordinario, feria (o misa por los
sacerdotes). 27 de Julio 2020
• La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté
siempre con nosotros.
• Jesús, te doy gracias por estar siempre presente en mi vida y guiarme en cada paso
que doy en mi camino de santidad. Concédeme la gracia de amarte y amar a mi prójimo
cada vez más.
• Jesús, puesto en tu presencia quiero comenzar este momento de oración pidiéndote
que envíes sobre mí la luz de tu Espíritu Santo. Ayúdame a acoger tu palabra en mi
mente y en mi corazón. Concédeme la fuerza y la perseverancia para ser cada día un
mejor discípulo tuyo, muriendo Contigo a todo lo que es muerte, y naciendo junto a Ti a
todo lo que es vida.
✞ ✞ ✞ Acto penitencial
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora
a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro
espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio…
• Padre de Misericordia, reconozco que muchas veces soy duro de corazón y que me
cuesta seguir el camino de la vida en Cristo. Confío en que me amas y que me
perdonas, y tengo puesta mi esperanza en que siempre estás conmigo. Con tu gracia,
Señor, sé que puedo siempre seguir adelante tras las huellas de tu Hijo Amado.
¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad!
✞ ✞ ✞ Gloria a Dios.
Se canta o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma, en las
solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares celebraciones más solemnes.
✞ ✞ ✞ Oración Colecta:
2 LITURGIA DE LA PALABRA
✞ ✞ ✞ Primera lectura: Jeremías 13, 1-11
Meditatio
De nuevo el profeta Jeremías envía palabras duras al pueblo, con el mismo propósito de
todos los profetas enviados por Dios: que el pueblo reconozca sus errores y regrese de
nuevo al Señor. Sin embargo, el pueblo ha endurecido su corazón, se ha llenado de
soberbia y orgullo por tener muchas riquezas, un templo hermoso y estabilidad política;
todo esto lo ha llevado a alejarse cada vez más de Dios y a llevar una vida religiosa en
la que se mezclan incluso los dioses paganos.
Han perdido totalmente el respeto por Dios y por esta razón Dios dejará que les suceda
como al cinturón, se pudrirán. Palabras fuertes que deben de resonar también en
nuestro corazón, pues ninguno está exento de esta contaminación que nuestro mundo
moderno realiza en nuestra sociedad cristiana en la que es fácil empezar a seguir dioses
falsos, sobre todo, cuando en nuestra vida todo va bien; cuando hay salud y bienestar
económico es fácil que la astucia del demonio nos lleve, como al pueblo de Israel, a
separarnos de Dios.
Vemos con tristeza que hay gente que con facilidad deja de ir a misa porque se fue a un
día de campo, a una reunión, por ver un programa de televisión, o simplemente porque
ese domingo tiene flojera. El profeta Jeremías nos invita a cambiar nuestra actitud para
con Dios y tenerlo verdaderamente como el centro de nuestra vida.
Oratio
Señor, no permitas que las comodidades y la paz que tú me has regalado me aparten de
ti; más bien, llévame pegado a ti como un cinturón, quiero ser parte de tu pueblo, tu
fama, tu gloria y tu honor.
Actio
Hoy seré cuidadoso de mantener una actitud de humildad y sencillez ante Dios y mis
semejantes.
www.santaclaradeestella.es
• La Palabra del Señor conduce a Jeremías a realizar una acción simbólica. Las acciones
del profeta, típicas del profetismo, e incluso su misma vida, se convierten en mensaje
dirigido a los presentes, a cada uno en particular o, en ocasiones, al mismo profeta. La
reacción que tales acciones suscitan es, por lo general, de escarnio, de desprecio y, en
cualquier caso, de incomprensión. El profeta interviene entonces explicitando el mensaje
o interpretando el acontecimiento, que contiene, según los casos, un aviso, una
amenaza, un deseo.
En este pasaje se le pide a Jeremías que compre una faja de lino, que se la ponga varios
días y la esconda después en la grieta de una roca del río (w. 1-5). El mensaje queda
ilustrado por medio de una doble comparación: del mismo modo que la faja se ciñe al
cuerpo de quien se la pone, así también Israel estaba llamado a adherirse al Señor,
respondiendo de manera positiva a la alianza con la que el Señor se había ligado antes a
él. Puesto que el pueblo ha contravenido la alianza no escuchando la Palabra del Señor,
siguiendo sus propias ideas y hasta dedicándose a la idolatría, ha faltado a su vocación,
ha dejado de cumplir el servicio para el que Dios lo había elegido, convirtiéndose, como
una faja podrida, en algo que ya no sirve para nada (w. lOss).
www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
Cosas muy pequeñas. Jeremías 13, 1-11. ¿Alegoría o acción simbólica? Hay opiniones
encontradas. Jeremías compra un cinturón de lino y se lo ciñe alrededor de su cintura,
pero no lo lava, para que el sudor y la grasa acaben por pudrirlo. Luego se dirige al
Perath (esta palabra hebrea designa habitualmente al Éufrates, pero aquí podría tratarse
simplemente del "wadi Fara", a una hora de camino de la ciudad natal del profeta) y
esconde el cinturón en una hendidura de la roca. "Al cabo de muchos días", el profeta
vuelve al Perath y constata que el cinturón está completamente podrido.
El cinturón simboliza a Judá y a Jerusalén. El Señor estaba íntimamente unido a su
pueblo, como se ciñe el cinturón a la carne de quien lo lleva. Pero, a pesar de la ternura
de Yahvé, Judá se separa de él para ir a pudrirse en contacto con la idolatría babilónica.
Si se trata de un hecho real llevado a cabo por el profeta, hay que valorarlo en toda su
densidad, porque, según la mentalidad de la época, estas acciones no eran meramente
ilustrativas, sino que comprometían el futuro al mismo nivel que la palabra profética. En
realidad, su fuerza provenía del poder de la Palabra divina que evocaban.
El Cántico de Dt 32, atribuido a Moisés, ilustra el significado del gesto de Jeremías. Judá
ha olvidado la Roca de Israel que le ha dado origen y la ha abandonado pura ir en pos
de falsos ídolos.
www.fraynelson.com
1. Deshaciendo el Orgullo
1.1 La primera lectura nos presenta un buen ejemplo de las acciones simbólicas con las
que los profetas enseñaron tantas cosas a sus hermanos en la fe. En este caso se trata
de una faja de lino, tela propia de la ropa interior y de la ropa de cierta finura, que se
echa a perder por la acción del agua del río Éufrates.
1.2 Lo importante de esa ropa ceñida al cuerpo es que indica lo que es más íntimo y
personal, y también lo que es más delicado, en el sentido de fino. Aplicado a Israel el
mensaje es: "tú eres tan mío como mi intimidad y eres de buena y hermosa factura,
pero te has echado a perder." La consecuencia es que no cabe orgullo sino
arrepentimiento y que no es tiempo de vanagloria sino de autoexamen y contrición.
1.3 Podemos relacionar este texto con nosotros mismos: ¿nos sentimos preciosos ante
Dios? ¿Conocemos lo que es estar "pegados," ceñidos a él? ¿Descubrimos también lo
que es "echarse a perder," por dejar que aguas extrañas de paganismo y de idolatría
entren en nuestra vida?
http://www.caminando-con-jesus.org
No hay comentario.
✞ ✞ ✞ Salmo
Dt 32,18-19.20.21
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
Despreciaste a la Roca que te engendró, y olvidaste al Dios que te dio a luz. Lo vio el
Señor, e irritado rechazó a sus hijos e hijas.
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
Pensando: «Les esconderé mi rostro y veré en qué acaban, porque son una generación
depravada, unos hijos desleales.»
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
«Ellos me han dado celos con un dios ilusorio, me han irritado con ídolos vacíos; pues yo
les daré celos con un pueblo ilusorio, los irritaré con una nación fatua.»
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
✞ ✞ ✞ Aleluya
Aleluya Sant 1, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Por propia iniciativa el Padre nos engendró con la palabra de la verdad, para que
seamos como una primicia de sus criaturas.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
El grano de mostaza se hace un árbol hasta el punto de que los pájaros del
cielo anidan en sus ramas.
En aquel tiempo,
31 les propuso Jesús otra parábola: -Sucede con el Reino de los Cielos lo que con un
grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su campo.
32 Es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece es mayor que las
hortalizas y se hace como un árbol, hasta el punto de que las aves del cielo pueden
anidar en sus ramas.
33 Les dijo otra parábola: -Sucede con el Reino de los Cielos lo que con la levadura que
una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
34 Jesús expuso todas estas cosas por medio de parábolas a la gente, y nada les decía
sin utilizar parábolas,
35 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta: Hablaré por medio de parábolas,
publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
PALABRA DEL SEÑOR. R/ GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.
✞ ✞ ✞ “Que por el Evangelio sean perdonados nuestros pecados veniales”
• Con las parábolas del grano de mostaza y de la levadura, pretende añadir Jesús otros
elementos a la comprensión del misterio del Reino de Dios. Ya ha hablado de la
oposición que encuentra la Palabra (cf. Mt 13,3-7) y puesto en guardia contra la
impaciencia de los que pretendan eliminar de inmediato los obstáculos (cf. 13,27-30).
Ahora pone de relieve el contraste entre unos inicios bien modestos y desarrollos
extraordinariamente grandes. En efecto, así como la semilla pequeña tiene en sí una
energía capaz de hacerla germinar hasta convertirla en un árbol de notables
proporciones (w. 31ss), así también se dilatará el Reino de Dios, que, en estos
momentos, parece destinado a la derrota. Y así como la fuerza irresistible de un poco de
levadura hace fermentar una gran cantidad de harina (v. 33), así también la Palabra de
Dios, recibida en el corazón del hombre, le abre a la Verdad y, «escondidos» entre la
gente, los cristianos de todos los tiempos se convierten en portadores del alegre anuncio
y en testigos del amor de Dios por todo el mundo. Con las palabras del salmista, Mateo
da una respuesta ulterior a la pregunta del «porqué» de las parábolas: con ellas no se
pretende ocultar, sino ayudar a penetrar, de manera profunda, en el misterio de Dios y
de su Reino (w. 34ss).
www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini
Jesús explica por medio de las parábolas la realidad del Reino, tan diferente de las
expectativas de las muchedumbres y de los mismos discípulos, desconcertados y tal vez
decepcionados por las resistencias y las oposiciones encontradas por el Maestro
(capítulos 11s). Las diversas corrientes espirituales contemporáneas a Jesús -fariseos,
zelotas, esenios, qumranianos- tendían a formar una comunidad de justos claramente
separados de los malvados y de los infieles, a fin de preparar la venida del Reino de
Dios. Jesús, en cambio, hace comprender que el Reino está presente y crece desde
ahora, aunque su desarrollo esté obstaculizado por la cizaña, o sea, por la acción de
aquellos que están sometidos al maligno (v. 38). La eliminación definitiva de las fuerzas
del mal no vendrá hasta el fin de los tiempos, de ahí que el momento actual deba
caracterizarse por la paciencia y por la confianza: Dios mismo intervendrá para destruir
el mal y para tutelar a los que le pertenecen, pero no corresponde al hombre proceder a
una depuración intempestiva que pueda comprometer el incremento del bien antes que
favorecerlo.
Hay otra característica fundamental del Reino expresada con las imágenes del grano de
mostaza y de la levadura: su prodigioso desarrollo acontece a partir de un comienzo
insignificante. Sin embargo, este comienzo encierra una enorme potencialidad
intrínseca, que implica a toda la realidad. En el grano de mostaza y en la levadura
podemos reconocer al mismo Jesús (cf. Jn 12,24) y su enseñanza, aunque también el
testimonio eficaz de la comunidad cristiana, que no debe preocuparse por su propia
«visibilidad». Por otra parte, esta comunidad no será nunca, aquí abajo, una comunidad
de perfectos: deberá tolerar en su interior individuos turbulentos y ser capaz de superar
las ocasiones de tropiezo. Sin embargo, el trabajo del tiempo presente desembocará en
la gloria, cuando el Hijo del hombre -con quien se identifica Jesús- juzgará la historia y
entregará el Reino al Padre, a fin de que Dios sea todo en todos (vv. 37-43; cf. 1 Cor
15,24-28).
A través de las parábolas se puede percibir, ya desde ahora, el proyecto divino sobre el
cosmos -«lo que estaba oculto desde la creación del mundo»- que se realizará
plenamente cuando este mundo llegue a su desenlace final.
www.sermonwriter.com
Oración inicial
¡Oh Dios!, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica
sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal
modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos. Por
nuestro Señor.
Del Evangelio según Mateo 13,31-35
Reflexión
• Estamos meditando el Sermón de las Parábolas, cuyo objetivo es revelar, por
medio de comparaciones, el misterio del Reino de Dios presente en la vida del pueblo. El
evangelio nos trae hoy dos pequeñas parábolas, del grano de mostaza y de la levadura.
En ellas Jesús cuenta dos historias sacadas de la vida de cada día que servirán como
medio de comparación para ayudar a la gente a descubrir el misterio del Reino. Al
meditar estas dos historias, lo primero que hay que hacer no es querer descubrir lo que
cada elemento de las historias nos quiere decir sobre el Reino. Lo primero que hay que
hacer es mirar la historia en sí misma como un todo y tratar de descubrir cuál es el
punto central en torno al cual la historia fue construida, pues es este punto central lo
que servirá como medio de comparación para revelar el Reino de Dios. Vamos a ver cuál
es el punto central de las dos parábolas.
• Mato 13,31-32: La parábola del grano de mostaza. Jesús dice: "El Reino de los
Cielos es como un grano de mostaza “y luego cuenta la historia: un grano bien pequeño
es lanzado en el campo; pero aun siendo pequeño, crece, se hace mayor que las otras
plantas y llega a atraer los pajarillos para que hagan en ellas sus nidos. Jesús no explica
la historia. Aquí vale lo que dice en otra ocasión: “Quien tenga oídos para oír, que oiga”
Es decir: “Es esto. ¡Ustedes han oído, y ahora traten de entender!” A nosotros nos toca
descubrir lo que esta historia nos revela sobre el Reino de Dios presente en nuestras
vidas. Así, por medio de esta historia del grano de mostaza, Jesús provoca nuestra
fantasía, pues cada uno de nosotros entiende algo de siembra. Jesús espera que las
personas, nosotros todos, comencemos a compartir lo que cada uno descubre. Comparto
aquí tres puntos que descubrí sobre el Reino a partir de esta parábola: (a) Jesús dice:
"El Reino de los Cielos es como un grano de mostaza“. El Reino no es algo abstracto, ni
es una idea. Es una presencia en medio de nosotros (Lc 17,21). ¿Cómo es esta
presencia? Es como el grano de mostaza: presencia bien pequeña, humilde, que casi no
se ve. Se trata de Jesús mismo, un pobre carpintero, andando por Galilea, hablando del
Reino a la gente de las aldeas. El Reino de Dios no sigue los criterios de los grandes del
mundo. Tiene otro modo de pensar y de proceder. (b) La parábola evoca una profecía de
Ezequiel, en la que se dice que Dios hará brotar una pequeña rama de cedro y la
plantará en las alturas de la montaña de Israel. Este pequeño brote de cedro: echará
ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnífico cedro. Pájaros de todas clases
anidarán en él, habitarán a la sombra de sus ramas. Y todos los árboles del campo
sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar
al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. (Ez 17,22-
23). (c) El grano de mostaza, aun siendo pequeño, crece y suscita esperanza. Como el
grano de mostaza, así el Reino tiene una fuerza interior y crece. ¿Crece cómo? Crece a
través de la predicación de Jesús y de los discípulos y de las discípulas, en los poblados
de la Galilea. Crece, hasta hoy, a través del testimonio de las comunidades y se vuelve
buena noticia de Dios que irradia y atrae a la gente. La persona que llega cerca de la
comunidad, se siente acogida, en casa, y hace en ella su nido, su morada. Al final, la
parábola deja una pregunta en el aire: ¿quiénes son los pajarillos? La pregunta tendrá
respuesta más adelante en el evangelio. El texto sugiere que se trata de los paganos
que van a poder entrar en el Reino (Mt15, 21-28).
• Mateo 13,33: La parábola de la levadura. La historia de la segunda parábola es
ésta: una mujer mezcla un poco de levadura con tres medidas de harina, hasta que todo
quede fermentado. De nuevo, Jesús no explica, sólo dice: "El Reino del Cielo es como la
levadura...”. Como en la primera parábola, depende de nosotros el saber descubrir el
significado para hoy. Comparto algunos puntos que he descubierto y que me hicieron
pensar: (a) Lo que crece no es la levadura, sino la masa. (b) Se trata de una cosa bien
casera, del trabajo de la mujer en casa. (c) La levadura tiene algo de podrido que se
mezcla con la masa pura de la harina. (d) El objetivo es hacer ‘levitar’ la masa y no
apenas una parte. (e) La levadura no tiene fin en sí misma, sino que sirve para hacer
crecer la masa.
• Mateo 13,34-35: Por qué Jesús habla en parábolas. Aquí, al final del Sermón de
las Parábolas, Mateo trae una aclaración sobre el motivo que llevaba a Jesús a enseñar a
la gente en forma de parábolas. Él dice que era para que se cumpliera la profecía que
dice: " Abriré con parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación
del mundo.". En realidad, el texto citado no es de un profeta, sino de un salmo (Sal
78,2). Para los primeros cristianos todo el Antiguo Testamento era una gran profecía
que tenía que anunciar veladamente la venida del Mesías y la realización de las
promesas de Dios. En Marcos 4,34-34, el motivo que llevaba a Jesús a enseñar a la
gente por medio de parábolas era para adaptar el mensaje a la capacidad de la gente. Al
ser ejemplos sacados de la vida de la gente, Jesús ayudaba a las personas a descubrir
las cosas de Dios en lo cotidiano. La vida se volvía transparente. Jesús hacía percibir que
lo extraordinario de Dios se esconde en las cosas ordinarias y comunes de la vida de
cada día. La gente entendía así, de la vida. En las parábolas recibía una llave para
abrirla y encontrar dentro de la vida las señales de Dios. Al final del Sermón de las
Parábolas, en Mateo 13,52, como luego veremos, se va a dar otro motivo que lleva
Jesús a enseñar por medio de parábolas.
www.santaclaradeestella.es
Nuestro tiempo, que contempla el predominio del «hombre económico», está escandido
por el ritmo frenético e implacable de la eficiencia, de una productividad que debe ser
eficaz a cualquier precio. Parece imposible sustraerse a esta lógica.
La Palabra del Señor nos propone una lógica diferente para leer al hombre y su vida
terrena: Dios está presente en el corazón de la realidad, puesto que es su Creador. San
Pablo dirá que ni quien planta ni quien riega es determinante para el resultado final; sólo
lo es Dios, que da el desarrollo y el crecimiento a la semilla y, más tarde, a la planta {cf.
1 Cor 3,7).
Dios, lejos de invitarnos a una inactividad fatalista, nos proporciona el criterio del
compromiso, exhortándonos a la confianza en él y a la esperanza. El hombre es
verdaderamente tal si se adhiere a Dios, si responde con todo su ser al amor de Dios.
La dignidad, el valor del hombre para Dios, se basa en el ser y no en el tener o el hacer.
¿Y para nosotros? ¿No nos arriesgamos muchas veces a dejarnos deslumbrar por las
luces del éxito mundano y aturdir por la publicidad sistemática, por la que nos dejamos
arrastrar aquí o allá, lejos de nosotros mismos y de Dios, tras aquel que hace más
ruido?
La Palabra de Dios, su incidencia en la historia, parece destinada al fracaso; el
testimonio de los cristianos se presenta como un fenómeno de una minoría ilusa. Es el
momento de renovar nuestra fe en el poder del Espíritu Santo y nuestro compromiso en
la adhesión a su inspiración.
www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
Cosas muy pequeñas. Mateo 13, 31-35: "¡Escuchad aún esta otra parábola! Como se
adhiere el cinturón a la cintura del hombre, así me adherí a la casa de Judá y la casa de
Israel —oráculo del Señor—, para que ellas fuesen mi pueblo, mi fama, mi alabanza, mi
ornamento, pero no me escucharon. Cuando quise cuidar de ellas, ellas se fueron en pos
de otros dioses... Pues bien, como ese cinturón que ya no sirve para nada, así haré yo
que se pudra la mucha soberbia de Judá, el gran orgullo de Jerusalén, que rehúsa
escuchar mis palabras". Pues el amor de Dios por su pueblo es semejante a muchas
cosas, pero todas son pequeñas, insignificantes, sin vanidad ni soberbia. Un grano de
mostaza, una pizca de levadura, un cinturón de lino, una perla discreta, un amor sin
artificio, una ternura cotidiana. ¡Muy poca cosa, pero que supone afecto, paciencia y fe!
¡Es verdad que el amor de Dios puede parecemos poca cosa! Soñamos con acciones
grandiosas; soñamos, sobre todo, con ser libres, solitariamente libres... ¡Como si la
ternura y la larga paciencia del grano sembrado en tierra nos arrebatasen la libertad!
¡Como si ser libre significase conseguirlo todo, y conseguirlo de inmediato! Mientras que
la libertad es el regalo regio del Dios creador, el secreto escondido desde los orígenes, la
semilla enterrada en lo más profundo de nuestras vidas... Ser libre es vivir al ritmo de
Dios. Pero el orgullo viene a destruir y a pudrirlo todo...
¡Escuchad la parábola! ¿Hay pan más sabroso que aquel en el que una mujer ha puesto
un poco de levadura y mira con amor cómo crece, pues será el pan cotidiano de su
hogar? ¿Hay joya más resplandeciente que el amor de Dios con que hemos sido
revestidos? ¿Hay secreto más maravilloso que el que permanece escondido desde los
orígenes, cuando Dios miraba cómo el hombre se maravillaba de ser libre y amado?
Pero, hay también orgullo más podrido que el que se impacienta y protesta diciendo: "La
semilla es demasiado pobre, la tierra está demasiado helada... Dios no es útil... Yo seré
mi propio dios"... "En verdad os digo que semejante orgullo pudrirá y manchará a todos
cuantos tomen contacto con él, y mi pueblo, que no ha querido escucharme, perecerá
antes de que llegue la primavera y se haya compartido el pan nuevo..."
El amor del Señor es un pan pacientemente amasado que llena la casa con su aroma
primaveral. Pan de Pascua y levadura para el mundo, humilde señal escondida a los
corazones endurecidos por el orgullo.
www.fraynelson.com
Cada una de las parábolas de Jesús busca ilustrar, por medio de imágenes, algo que
sobrepasa a nuestro limitado conocimiento. Por ello, Jesús siempre dice: "Es semejante
a..." y con ello, nos da una idea de qué es o qué significa el Reino. Jesús hoy propone
dos ideas que están unidas por el término crecer. El Reino no es algo estático sino es
algo vivo y que se desarrolla (imagen del árbol) y, al mismo tiempo, es algo que tiene
que abarcarlo todo (imagen de la levadura).
Las dos ideas tienen en común que comienzan con algo muy pequeño, pero que
terminan por abarcarlo todo. A veces, pensando en nuestros ambientes poco cristianos,
podríamos sentir la tentación de decir: "Todo mi esfuerzo por instaurar los valores del
Reino en mi medio (escuela, oficina, barrio) es tan poco; soy el único. Jesús te dice: tú
eres ese grano de mostaza, tu acción en tu propio ambiente es la levadura si eres fiel y
constante, el grano crecerá y la levadura terminará por fermentar a toda la sociedad.
La obra de Dios siempre empieza con poco. Nuestra evangelización empezó con sólo
doce hombres que, actuando como levadura, llagaron a impregnar a toda la sociedad
con los valores del Reino. Tú y yo, a pesar de nuestra pequeñez y miseria, podemos ser
también los elementos para que el Reino llegue a abarcarlo todo. ¡Ánimo!
www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini
Una semilla minúscula puede encerrar en sí un árbol majestuoso, una mies abundante:
así sucede con el Reino, así sucede con Jesús. Ahora bien, la semilla debe morir para dar
su fruto… Un puñado de levadura fermenta toda una gran masa de harina y la
transforma en pan. Sin embargo, la levadura debe desaparecer para ser eficaz… Jesús
nos educa para contemplar la realidad con unos ojos nuevos, descubriendo en ella como
en filigrana el designio del Padre, el rostro del Hijo, la acción del Espíritu. A nosotros,
discípulos constantemente tentados a desanimarnos por la inutilidad de nuestros
esfuerzos, nos ofrece el Señor su mirada, sus pensamientos, que distan de los nuestros
como el cielo está por encima de la tierra. Dios ha elegido lo que es débil, lo que es
necio, insignificante a los ojos del mundo, para renovar el mundo desde sus
fundamentos. Ha elegido la cruz -esto es, la aniquilación y la infamia- para salvar a la
humanidad y redimir el cosmos. En consecuencia, no debe maravillarnos la presencia del
mal que nos asedia y obstaculiza lo que hacemos. Este dato, de hecho, nos obliga a
renovar cada día nuestra adhesión al Señor y, por eso mismo, a asumir nuestra cruz con
perseverancia y amor. Solo así podremos compartir la misión y la suerte del Hijo, que ha
destruido el pecado y perdonado a los pecadores muriendo como semilla en el surco de
nuestra historia para llevar al Padre, en «el tiempo de la siega», la abundante mies de
los salvados. Del fracaso de una hora ha germinado la gloria eterna, ofrecida a todos
nosotros, «hijos del Reino., hijos en el Hijo por la misericordia del Padre».
www.catholic
Queridos amigos:
Distinguir: ahí tenemos una operación importante de la inteligencia humana. Y Jesús
sabía distinguir. Quizá, a primera vista, confundimos un grano de arena y un grano de
mostaza. Pueden medir y pesar prácticamente lo mismo, pero pertenecen a reinos
diferentes de la naturaleza: el de los minerales y el de los vegetales. No sembramos
granos de arena; sembramos semillas vivas, por menudas que sean, porque alojan en sí
un potencial inmenso. Y la levadura es un hongo microscópico, pero desde antiguo
conocían las amas de casa y hoy conocen los industriales los efectos que produce en los
procesos de fermentación.
Todos los comienzos en el orden de la vida, y también en el orden de ese otro reino que
es el Reino de Dios, el Reino de la gracia, son pequeños…, pero seminales. A una mirada
corta y superficial le parecerán insignificantes, pero el defecto está en la mirada, no en
la vida y sus inicios. Jesús pudo toparse con personas decepcionadas ante arranque tan
menudo del señorío de Dios, que, por añadidura, venía de manos de un galileo y tenían
lugar en la tierra desprestigiada de Galilea. Él podía replicarles: «Vosotros no veis más
allá de un palmo ni conocéis la promesa de las cosas. Vuestra impaciencia os lleva a ver
un huevo y querer oírlo cantar. La esperanza es aguardar a oírlo cantar, es ver una
semilla, conocer el potencial que lleva dentro y adivinar e imaginar el término a que está
destinada. Principio quieren las cosas, principio quieren las cosas de Dios. Donde para
vosotros está el desengaño, para otros está la revelación».
http://www.aqplink.com/roguemos
1. "Hablaré en parábolas".
Jesús quiere hablarnos en parábolas, a través de sencillas comparaciones, quiere
revelarnos el misterio del Reino de los Cielos, pero quiere hacerlo actual en la vida de las
gentes, por eso compara cosas que para el pueblo eran muy conocidas como el grano de
mostaza y la levadura.
El Señor busca que la misma gente descubra el misterio. Los ejemplos que nos pone
Jesús, están siempre vivos en nosotros, especialmente porque nos exige a nosotros
mismos tomar conciencia de lo que ser cristiano, es así como no solo debemos tener
oídos atentos a las parábolas, además debemos tener preparado el corazón para
comprender la sensibilidad de la enseñanza y alejar toda soberbia en nosotros para
aceptarla.
La sutileza de la parábola, y me refiero a la delicada, suave e interesante forma que
utiliza Jesús para penetrar en nuestro corazón, nos invita a rechazar los estilos de vida
conducentes al pecado, especialmente a aquellos que son productos de la soberbia, la
envidia, la ira, la vanidad, el egoísmo, sentimientos que nutren la forma más
desvergonzada de vida del hombre.
Es entonces en consecuencia, la parábola, una perfecta enseñanza de moral cristiana,
sepamos descubrir en ella el llamado de salvación y conversión a Dios.
2. El Reino de los cielos
Jesús propuso a la gente esta parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de
mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, ésta es la más pequeña de
las semillas….
Jesús emplea este término que era usual en los judíos para comparar las cosas
pequeñas, y lo hace así, para decir que el Reino de Dios comenzó modestamente y luego
se expandió con gran vigor, igual que la semilla de mostaza o la levadura.
3. Las cosas sencillas y humildes
En las cosas sencillas y humildes siempre Dios pone la esperanza en sus hijos, y emplea
medios sencillos para llegar hasta él, así fue también como eligió a una humilde y
sencilla mujer para encarnar a su Hijo, y en un humilde pesebre fue a nacer, así también
se nos hace presente Cristo en la Eucaristía, en pedacito de pan y en un poco de vino,
signos de gran sencillez.
Sin embargo a los hombres nos gustan las cosas grandiosas, con exigentes preparativos,
especialmente cuando no conocen bien a Dios. Sin embargo Dios no está interesado en
que emprendamos grandes obras para demostrarle nuestro amor, pero nos acoge con
cariño con tan solo serle fiel en todo momento.
Una buena enseñanza es nuestra Iglesia, que nació modestamente, con hombres de
condición humilde, que habían sido pescadores, y hoy está por todo el mundo, y pueblos
de diferentes costumbres, idiomas y razas la acogen y la engrandecen.
4. No es necesario hacer "grandes cosas"
Demos gracias a Dios, porque para que su Reino eche raíces en nosotros, en nuestros
corazones, no será indispensable hacer grandes cosas, ni tampoco pensar en hacer
grandes empresas, porque lo que verdaderamente interesa es serle fiel en las cosas
cotidianas.
Refiriéndose a san José, decía Pablo VI: la santidad se va realizando minuto a minuto,
haciendo lo que Dios quiere. “san José es la prueba de que, para ser bueno y auténtico
seguidor de Cristo, no es necesario hacer "grandes cosas", sino practicar las virtudes
humanas, sencillas, pero verdaderas y auténticas”
5. “La levadura fermento todo”
Luego Jesús nos enseña a través de un parábola hogareña, “la levadura fermento todo”,
para que nosotros podamos ser como ella, corrompiendo lo que nos hace cómodo, lo
que no nos hace crecer, y para que comprobemos la eficacia de los Evangelios, del
mismo modo como la levadura fermenta la masa, el mensaje del Evangelio nos fermenta
a nosotros, del mismo modo como la levadura penetra en la masa, lo hace el Evangelio
en los hombres.
Del mismo modo como se transforma la semilla, también la Palabra del Señor es
levadura para transformarnos, así nos quiere decir Jesús como es el Reino de Dios, con
fuerza y vigor para extenderse y fermentar y transformar el mundo.
Innegablemente, la predicación de los Evangelios, Palabra de Dios, es la levadura capaz
de transformar los hombres y todos de alguna forma estamos llamados a ser levadura,
en nuestro lugar de trabajo, estudio, ambiente social o familiar, pero no esa levadura
que corrompa, sino aquella que ayude a levantar la masa y fermente con el Evangelio.
3 Para la reflexión personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
5.- ¿Cuál es el punto de estas dos parábolas que más te gustó o que más te llamó la
atención? ¿Por qué?
6.- ¿Cuál es la semilla que, sin que te hayas dado cuenta, creció en ti y en tu
comunidad?
7.- ¿Cómo está mi cooperación a construir el Reino de los Cielos?
8.- ¿Dispongo mi corazón y fuerza al servicio de Dios?
9.- ¿Con cuanta humildad le estoy entregando mis dones a Dios?
4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración.
1 Tú eres el grano sembrado en la tierra, la levadura que da vida y hace crecer el pan en
nuestra mesa; tú eres, Señor, ese pan partido y la simiente de un mundo nuevo. No
dejes que nos endurezca el orgullo: haz que seamos, como tú, levadura y esperanza del
mundo, semilla y futuro de nuestra tierra. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
2 La fiebre del protagonismo hace presa en todos, oh Señor. Tampoco yo, en mi
pequeñez, me siento inmune a ella. Te agradezco que me hagas comprender que soy,
ciertamente, necesario, pero no indispensable. A veces, las mismas circunstancias de la
vida me obligan a tomar conciencia de ello, pero yo me agito, me rebelo, me siento
también ofendido, porque no veo reconocido mi valor, que, a menudo, considero
superior al de los otros...
Te doy gracias por repetirme que sólo en comunión contigo, oh fuerza mía, lo puedo
todo {cf. Flp 4,13) y participo en el milagro de producir resultados grandiosos,
diferentes a los que podemos leer en los balances industriales de final de ejercicio, pero
cuyos frutos nutren el ser de manera profunda. Necesito que me lo recuerden, para
aprender esa verdadera sabiduría que me hace vivir como si todo dependiera de mí y, al
mismo tiempo, como si todo dependiera de ti. www.santaclaradeestella.es
3 Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, aclamaré tu lealtad por la mañana; pues has sido un
baluarte para mí, un refugio el día de la angustia. (Sal 59,17) www.ocarm.org
4 ¡Padre de la grandeza y de bondad! Hoy Jesús nos propone nuevas parábolas, y hoy
pedimos tu Espíritu Santo, para agrandar el Reino de Dios y llevarlo desde mi hogar –
levadura- hasta todos los campos y terrenos del mundo – grano de mostaza-.
Por tu gracia Dios Omnipotente, concédenos crecer como el grano pequeño hasta ser un
árbol en donde nuestros hijos, nietos y seres queridos, y aun nuestros vecinos, puedan
“anidar” en él, convivir y ver el rostro de Jesús durante nuestro camino al campo eterno,
a tu Cielo Señor mío y Dios mío. Igualmente, que nuestra oración llegue a Ti, Bondad
infinita, para que nuestra levadura preparada en el hogar, esto es; nuestro Rosario, las
Tres Aves Marías, nuestras jaculatorias, nuestra humilde fe, nuestro corazón contrito,
nuestro espíritu humilde y nuestros encuentros contigo a diario, sean el ingrediente que
fermente y produzca frutos en abundancia, por el Santo Nombre de Jesucristo tu Hijo, y
por las oraciones de María Santísima, para que el Reino de Dios se establezca
totalmente en la tierra y vivamos desde ya el Paraíso que no espera en la vida eterna.
Amén. www.dario.res
5 Señor Jesus, esperanza nuestra, concédenos contemplar con tu mismo corazón los
misterios del Reino de los Cielos, a fin de que las tribulaciones del tiempo presente no
sean para nosotros ocasión de tropiezo, sino estímulo para una fe mayor y más pura.
Enséñanos a vislumbrar en las humildes realidades cotidianas la presencia del Reino y a
dilatar sus confines, abriendo toda nuestra existencia, hecha participe de la gloria de los
hijos de Dios por medio de la cruz, al misterio pascual. www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini
5 Contemplación. ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios? La palabra en el
corazón de los Padres.
Por nosotros mismos, somos ramas secas, inútiles, infructuosas, e incapaces de pensar,
por lo general, cosa alguna por nosotros mismos; toda nuestra capacidad viene de Dios,
que nos ha hecho idóneos para el servicio y capaces de cumplir su voluntad. Nuestras
obras, como un pequeño grano de mostaza, no son en modo alguno comparables en
grandeza al árbol de la gloria que producen; sin embargo, tienen, a pesar de todo, la
fuerza y la virtud para producirlo, porque proceden del Espíritu Santo, el cual, por medio
de una admirable infusión de su gracia en nuestros corazones, hace suyas nuestras
obras, aunque nos las deja al mismo tiempo a nosotros.
Nos deja, como parte nuestra, todo el mérito y todo el provecho de nuestros favores y
de nuestras buenas obras, y nosotros, por nuestra parte, le dejamos todo el honor y
toda la alabanza, reconociendo que el inicio, el progreso y el remate de todo bien que
llevemos a cabo dependen de su misericordia. Nosotros le damos la gloria de nuestras
alabanzas, y él nos da la gloria de su alegría (Francisco de Sales, Teotimo, o Trattato
dell'amor di Dio, Milán 1989, pp. 788ss [edición española: Tratado del amor de Dios,
Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1995]). www.santaclaradeestella.es
«Sed santos, porque yo soy santo» (1 Pe 1,16; Lv 11,44). Como para animarnos, en su
compasión, a nosotros, a quienes escruta y ve entre los pecadores, a imitar sus obras,
nos dice: «Alejaos del mal y practicad todo lo que está bien; perseguid toda virtud en la
medida en que os sea posible; sed santos en la medida en que está en vuestro poder, si
queréis tener comunión conmigo». Estoy convencido de que este «sed santos» lo dijo el
Señor por aquellos que ya han recibido la gracia del Espíritu, para exhortarlos a no
volverse de nuevo al mal con su indolencia, como si dijera: «No te des al ocio, tú que
eres espiritual, puesto que el ocio engendra la maldad y la maldad produce todo tipo de
malicia. Del mismo modo que sucede con una fuente que, si se para, aunque solo sea un
momento, desaparece y se convierte en un lugar de agua parada, así sucede también
con quien se purifica a si mismo mediante la práctica de los mandamientos: por poco
que decaiga en esta práctica, decae en la misma medida de la santidad. No os mostréis
incrédulos a mis palabras, hermanos; sabed más bien esto: si nos ejercitáramos en toda
virtud sin descuidar nada de lo que forma parte de los mandamientos, pero sólo
deseáramos la gloria de los hombres y nos las ingeniáramos de algún modo para
buscarla, nos veríamos privados de nuestra recompensa por todo lo demás. Y esto
acontece con cualquier otra concupiscencia.
Es malo el que recibe en su corazón el grano del mal sembrador y produce como fruto
las espinas del pecado por el diablo, que irán a arder en el fuego eterno, como la
envidia, el odio, el rencor, los celos, el sectarismo, la presunción, la vanagloria, el
orgullo, el fraude, la curiosidad, la calumnia y cualquier otra abominable pasión que
contamina nuestro hombre interior.
Que no suceda nunca, hermanos, que nosotros produzcamos como fruto semejante
cizaña acogiendo con nuestra indolencia la semilla del maligno en nuestros corazones.
Que suceda, más bien, que produzcamos el treinta, el sesenta y el ciento por Cristo en
frutos cultivados en nosotros mediante el Espíritu: frutos que consisten en «caridad,
alegría, paz, benignidad, bondad, magnanimidad, fe, mansedumbre, continencia» (Gál
5,22). Que podamos crecer alimentados por el pan del conocimiento y crecer en las
virtudes y llegar al hombre perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo, a quien
corresponde toda gloria por los siglos. Amén (Simeón el Nuevo Teólogo, Catechesi, Cittá
Nuova, Roma 1995, 262- 265, passim). www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini
6 Acción. ¿A qué me comprometo con Dios? Para custodiar y vivir la palabra.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Dios escoge lo que es pequeño» (cf. Mt
13,31).
Repite a menudo y vive esta Palabra: «Padre nuestro, venga tu Reino; hágase tu
voluntad» (Mt 6,10).
7 Para la lectura espiritual. Caminar con la palabra.
Hace algún tiempo me sucedió un episodio que me afectó en lo profundo del alma.
Estaba en Roma; esperaba el autobús en la parada que se encuentra casi enfrente de la
iglesia de San Juan de Letrán. Estaba conmigo mi madre. Se me acercó una señora muy
anciana, vestida con un pequeño abrigo negro, ya lustroso por el uso inveterado al que
había sido sometido.
Caminaba a pequeños pasos, con la típica rigidez senil del tronco, de la cabeza y de las
manos. Me preguntó si quería comprar una protección de hilo de algodón rojo de
ganchillo, de esas que sirven para coger ollas y cazuelas sin quemarse. Cogido así, de
improviso, dije que no me interesaba. Entonces la viejecita se alejó sin insistir y sin
dirigirse a nadie más. Me arrepentí de inmediato, porque comprendí que lo importante
no era que yo tuviera necesidad de esa protección, sino que ella tuviera necesidad de
venderlas a fin de poder ganar algo. Intercambié una mirada con mi madre, que la
alcanzó enseguida y le preguntó a cuánto las vendía. «A mil liras la pieza, señora»,
respondió; «las he hecho yo misma a mano. Tengo noventa y dos años...». «Le compro
las cinco que lleva», dijo mi madre, abriendo el monedero. La viejecita miró a mi madre
con una sonrisa cansada y apenas marcada; sin decir nada, se alejó con su andar
tranquilo, un andar que dejaba inmóviles los brazos, los hombros y la cabeza.
Esta escena la he repensado, meditado, contemplado dentro de mí muchas veces, no
sabría decir cuántas. La viejecita ya se había alejado: qué otra cosa -o quién- nos
convenció, para comprar no una, sino todas las protecciones que vendía. Esa es la
cuestión: hay una fuerza en el ser pequeño, pobre, sufrido y remisivo; una fuerza, sin
embargo, que no le es propia, una fuerza que le viene de fuera. Alguien se la ha puesto
dentro, alguien que la posee. No es cuestión de perderse en muchas averiguaciones,
Señor, porque sólo hay Uno que pueda poseer tal fuerza, sólo Uno puede haber pensado
hacer todo esto: tú. Tú la pusiste en la humildad de aquella viejecita, aunque la pusiste
también en el corazón de quien la vio y la sintió. Es la única fuerza que ha existido
siempre, que existe y que existirá siempre, la única fuerza que forma una sola cosa
contigo, que hace de ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un único Dios: la fuerza de tu amor
o, mejor aún, la fuerza del amor que eres (A. Marchesini, Piccolo come un seme
d¡ senape, Bolonia 1993). www.santaclaradeestella.es
A quien cree en Dios no le resulta difícil admitir que la venida de su Reino debe ser el
sentido y el fin de la historia. Otra cosa es, sin embargo, decidir cuál es la colaboración
que Dios pide al hombre, cuál es el sentido de tantas aparentes derrotas, cuáles son los
tiempos previstos por Dios…
Si pensamos en las expectativas guerreras de los judíos de aquel tiempo,
comprenderemos de inmediato que la enseñanza principal de Jesús se encuentra en la
imagen elegida: no la de un rey, no la de un guerrero, no la de un poderoso, sino la de
un campesino. La construcción del Reino de Dios es obra de un sembrador.
Con respecto a las grandiosas expectativas judías, el cuadro es humilde y cotidiano. Más
aún, si fuera posible, el asunto se complica y se agrava. El sembrador está
contrarrestado por su enemigo; la semilla buena se ve obligada a sabiendas a convivir
con la semilla de la hierba mala…
Así, con una sola imagen, Jesús preveía y aceptaba algo que escandaliza a los hombres
de todos los tiempos: que el mal siga mezclado con el bien, y los buenos con los malos.
¿Por qué? Distinguir entre «buenos» y «malos» es una operación hipócrita mientras no
nos demos cuenta de que ninguno de nosotros puede colocarse definitivamente en una
parte o en otra.
Es en el terreno de nuestro corazón donde ha caído la semilla del amo bueno del campo
y la del enemigo, y es en la libertad de nuestro corazón donde se decide si la cizaña
sofocará al grano o si el grano saldrá vencedor sobre la cizaña.
Con esta parábola se nos advierte de que la venida del Reino de Dios necesitará «toda
una larga paciencia»: el drama de la Iglesia está ya anunciado por completo. Y están
previstos ya el escándalo y el desprecio de los que siempre reprocharán a la Iglesia no
ser bastante pura, sin ni siquiera pensar que precisamente esta espera es lo que permite
a cada uno de nosotros encontrarse en su casa en la Iglesia, a pesar del mal que
continuamos cometiendo.
Decía Bernanos: Muchos quisieran una Iglesia limpia y agradable como un hotel de lujo
donde sólo se hospedan personas refinadas, pero si se les contentara descubrirían con
disgusto que en una Iglesia así ellos serían los primeros que no podrían entrar (A. Sicari,
Viaggio nel Vangelo, Jaca Book, Milán 1995, 63-66, passim). www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini
**********************************************************************
✞ ✞ ✞ Profesión de Fe
Hermanos, dirijamos nuestra oración a Dios, Padre todopoderoso, que quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que la custodie y la haga crecer.
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Por todos los pueblos de la tierra, para que les conceda vivir en concordia.
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Por los que viven angustiados por distintas necesidades, para que encuentren ayuda
en Dios.
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Por nosotros mismos y por nuestra comunidad, para que el Señor nos acepte como
ofrenda agradable.
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Que la diminuta chispa de fe, todavía viva en los corazones de muchos que abandonan
la Iglesia, no se apague totalmente, sino que crezca de nuevo y sea luz brillante que les
guíe a Dios y a sus hermanos, oremos:
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Que los misioneros sigan sembrando la semilla de la alegre Buena Noticia del Señor en
nuestro mundo, que con frecuencia se muestra indiferente y hostil al evangelio, oremos:
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
- Que las semillas del compartir y de la unidad sigan creciendo en nuestras comunidades
cristianas, hasta que lleguen a ser un solo corazón y una sola alma en el Señor, que las
reúne en esta mesa de la eucaristía, oremos:
R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.
Oh, Dios, refugio y fortaleza nuestra, escucha las oraciones de tu Iglesia y concédenos,
por tu bondad, lo que pedimos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
• Jesucristo, el sumo Sacerdote de la nueva Alianza, presenta al padre nuestras
oraciones. Nos unimos a Él, y decimos:
R. Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia, para que no le falten nunca sacerdotes que hagan presente a Cristo en
las parroquias y demás comunidades cristianas, y atiendan con celo apostólico y caridad
pastoral las necesidades de los hermanos. Oremos. R.
- Por nuestro obispo N. y por todos los sacerdotes, para que el Señor conserve en ellos
la gracia del Espíritu Santo, para que sirvan con fidelidad a la Iglesia y cuiden del pueblo
que tienen encomendado. Oremos. R.
- Por los sacerdotes que sufren por la enfermedad o por otros motivos, para que crezcan
en la esperanza en Cristo muerto y resucitado. Oremos. R.
- Por los alejados, para que encuentren sacerdotes que los ayuden a descubrir a Cristo.
Oremos. R.
- Por nuestra comunidad cristiana, para que colaboremos con nuestros pastores en el
anuncio del Evangelio y en el servicio de la caridad. Oremos. R.
Dios todopoderoso, atiende las oraciones de tus fieles y concede a los sacerdotes la
abundancia de tu gracia sacerdotal para el servicio de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
3 LITURGIA EUCARISTICA
Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el
Compendio de la Misa)
*** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios
nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
Oh, Dios, tú has querido que tus sacerdotes sean ministros del santo altar y del pueblo,
concede propicio, por la eficacia de este sacrificio, que el ministerio de tus siervos te sea
siempre grato y dé, en tu Iglesia, frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Oh Dios, Padre paciente y todopoderoso: traemos ante ti estos frutos: el pan y el vino,
que han crecido de pequeñas semillas de trigo y de pequeños brotes de la vid. Por el
poder de tu Espíritu ellos se convertirán en el cuerpo y sangre de Jesús, tu Hijo entre
nosotros. Que la semilla de su vida y de su mensaje dé mucho fruto en nosotros, tu
pueblo, y nos haga ser el cuerpo místico de Cristo para el mundo, Te lo pedimos por el
mismo Cristo nuestro Señor.
Introducción a la plegaria eucarística
Centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El
sentido de esta oración es que toda la congregación de fieles se una con Cristo en el reconocimiento de
las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio.
a) Acción de gracias
El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos
levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
Plegaria Eucarística D 1.
En verdad es justo y necesario darte gracias y cantarte un himno de gloria y de
alabanza, Señor, Padre de infinita bondad.
Porque has reunido por medio del Evangelio de tu Hijo a hombres de todo pueblo,
lengua y nación, en una única Iglesia, y por ella, vivificada por la fuerza de tu Espíritu,
no dejas de congregar a todos los hombres en la unidad.
Ella manifiesta la alianza de tu amor, ofrece incesantemente la gozosa esperanza del
reino, y resplandece como signo de tu fidelidad que nos prometiste para siempre en
Jesucristo, Señor nuestro.
• Señor Jesús, te agradezco porque tus palabras iluminan mi vida con la Verdad. Quiero
seguirte con fidelidad. Sé que el camino muchas veces es exigente y que tendré que
esforzarme y cambiar muchas cosas que en mi vida no están bien. Sé que soy un
pecador, pero también sé que tu misericordia es mucho más grande que cualquier
pecado. No me abandones nunca Jesús, y ayúdame a seguirte con ardor, alegría y
fidelidad. Amén
Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Por eso, con todas las potestades del cielo y con toda la Iglesia, te aclamamos en la
tierra sin cesar, diciendo a una sola voz:
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta
o recita las alabanzas a Dios.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para
salvación de quienes la reciban.
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin
mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que
santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera
que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
nos mandó celebrar estos misterios.
d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se
realiza el sacrificio que Él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa;
es la transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el
Santísimo sacramento del Altar!
Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te
bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a
sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por
muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".
e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de
Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando
principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Padre eterno, te ofrecemos la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las
Misas celebradas en el mundo en éste día, por las benditas Almas del
Purgatorio. Y Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz
perpetua. Amén.
h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen
del pueblo.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del
Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén
✞ ✞ ✞ Rito de la comunión
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de
nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma
alegría y amor.
a) Introducción al Padrenuestro
Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a
cada persona de la tierra.
Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya
bastará para sanarme.
c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la
comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)
d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz.
Antífona de la comunión Cf. Jn 17, 17-18
Padre santo, santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al
mundo, así yo los envío también al mundo, dice el Señor.
Te pedimos, Señor, que el sacrificio santo que te hemos ofrecido y recibido en comunión
llene de vida a tus sacerdotes y a tus fieles, para que, unidos a ti por un amor
constante, puedan servir dignamente a tu majestad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oh Dios, Padre nuestro: Con mano generosa has sembrado en nosotros la semilla de
todo lo bueno y verdadero, tu Hijo Jesucristo. Aunque nuestra fe y amor parezcan ahora
insignificantes y desalentadores, danos la esperanza y la fuerza para que Él pueda
unirnos en una comunidad donde la justicia la verdad y la libertad prevalezcan hasta que
la cosecha esté madura para la siega. Danos esto por mediación de Cristo tu Hijo,
nuestro Señor.
4 RITO DE CONCLUSION
Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea,
para que cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.
✞ ✞ ✞ Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. R/ Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino!
Consagración a María
Termina esta oración rezándole a María.
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, yo me entrego del todo a Ti, y en prueba de mi filial
afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una
palabra, todo mi ser, ya que soy todo tuyo, ¡oh Madre de bondad!, guárdame y
protégeme como hijo tuyo. Amén.
✞ ✞ ✞ Bendición
Todo crecimiento es lento, tan lento que es casi invisible. Todo lo que crece necesita
tiempo. Ese es el modo cómo la palabra de Dios, en la que creemos, tiene que crecer en
medio de nosotros y construir un reino donde la gente responda al Dios fiel fidelidad y
realice los planes del mismo Dios.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre
nosotros.
R/ Amén.
Podemos ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.
✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia
y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en
Cristo, ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo.
«Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16