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Teología de evangelización y misión

en el Evangelio de Juan

Matthew C. Williams
Profesor de Nuevo Testamento
Biola University

Una lectura misionológica del Evangelio de Juan revela que Jesús inauguró
un nuevo sistema. Ahora el Nuevo Pacto se ofrece no solo a judíos, sino a
todo el mundo, incluyendo a samaritanos y gentiles. Se entra en el pueblo
de Dios ahora no por nacer judío, ni por guardar la Ley de Moisés, sino
únicamente por creer en Jesús. Ahora Jesús nos envía a todo el mundo con
esta buena nueva de vida genuina que él mismo trajo

A missiological reading of the Gospel of John reveals that Jesus inaugu-


rated a new system. Now the New Covenant is offered not only to Jews, but
to the whole world, including Samaritans and Gentiles. Membership in the
people of God now comes not by being born a Jew, nor by keeping Mosaic
Law, but only through believing in Jesus. Now Jesus sends us to the whole
world with the good news ofgenuine life that he himself brought.

El Evangelio de Juan expresa su propósito en 20:31: "para


que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al
creer, tengáis vida en su nombre".1 Pero, según Juan, ¿quiénes
tienen necesidad de creer en Jesús? ¿Los judíos? ¿Los gentiles? Y,
¿cómo llegarán a creer? ¿Deben los creyentes ir a otros para com-
partir las buenas nuevas, o es suficiente que sean luz, esperando
que el mundo sea atraído a ellos?
Este artículo hará un recorrido por varios pasajes del Evange-
lio para mostrar que, según Juan, Dios desea que todos crean en
Jesús, tanto judíos como gentiles. Por lo tanto, el evangelio debe
ser llevado a todo el mundo para que cada persona pueda tener la

x
La Biblia de las Americas, 2000. Todos los textos bíblicos serán toma-
dos de esta versión.
10 KAIROS No. 38 / enero -junio 2006

oportunidad de creer en él. A través de Jesús, el método de evan-


gelización ha cambiado y la urgencia por cumplir la misión en
todo el mundo es apremiante.

UN NUEVO SISTEMA INAUGURADO CON JESÚS

Juan 1:1

Juan inicia su Evangelio con la frase "en el principio," así


evocando el relato de la creación en Génesis 1. Lo hace no para
indicar que habrá una nueva creación del mundo, sino una nueva
relación de Dios con el mundo a través de su Hijo, Jesús. Quiere
señalar que Dios hace algo nuevo, que a través de Jesús el evan-
gelio se dirige a todo el mundo: no solamente a los judíos, sino
también a los gentiles.

Juan 1:12-13

En este pasaje se observa que Dios ofrece salvación no sola-


mente a los judíos, sino a todos los que creen en Jesús.
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hi-
jos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de
sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad de hombre, sino
de Dios.2

Algunos dicen que la repetición en el versículo 13 solo sub-


raya que la salvación proviene de Dios y no de la voluntad hu-
mana, pero también sirve para enfatizar a los judíos que ahora
(esta palabra es clave) ser hijo de Abraham no es suficiente para
ser hijo de Dios. No basta con haber nacido de sangre judía. El
Nuevo Pacto de Jesús requiere la fe en él por parte de cada per-
sona, incluso los judíos. Esto se aprecia particularmente en la his-
toria de Nicodemo, la cual se comentará más adelante.
2
Es importante tener en cuenta que en La Biblia de las Americas la letra
bastardilla no se usa para énfasis, sino "para indicar palabras que no aparecen
en los manuscritos más antiguos, pero que están lógicamente implícitas, o que
se añaden para completar el sentido". Biblia de estudio-LBLA (Anaheim, Cali-
fornia: Foundation Publications, 2000): vii.
Teologia de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 11

Los Evangelios sinópticos, por cierto, expresan la misma idea.


A los fariseos y saduceos que venían a ser bautizados Juan el Bau-
tista les dijo:
¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Por tanto, dad frutos dignos
de arrepentimiento; y no presumáis que podéis deciros a vosotros mis-
mos: "Tenemos a Abraham por padre'', porque os digo que Dios puede
levantar hijos a Abraham de estas piedras (Mt. 3:7b-9).

Por supuesto, este cambio debía de ser difícil de entender en


el primer siglo. Dios había elegido a Israel como pueblo especial
y único. A Abraham se le había prometido que él sería bendición
a todas las naciones del mundo. Los judíos esperaban la renova-
ción de su propio pueblo, pero lo que Dios hace a través de Jesús
en el Nuevo Pacto es algo diferente.

Juan 1:29

"He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".


En el Antiguo Testamento el cordero quitaba el pecado de Israel,
pero ahora, el Cordero de Dios quita el pecado de todo el mundo,
de todas las naciones. Mediante Jesús Dios hace algo nuevo.

Juan 2:1-11

Como ya hemos notado, Juan empieza su evangelio con la


frase "en el principio". Ahora puntualiza que la primera señal
de Jesús ocurrió "al tercer día" (2:1). Si sumamos todos los días
mencionados en el capítulo 1 (cp. "al día siguiente" en 1:29, 35,
43) y luego tomamos nota de la frase "al tercer día" (2:1), vemos
que esta señal se dio en el séptimo día. Así Juan da a entender que
el Nuevo Pacto es una nueva creación espiritual. Se ve en este
milagro que lo nuevo reemplaza lo antiguo.
¿Para qué Juan menciona las seis tinajas de piedra (2:6)? Los
judíos, antes de comer, se lavaban las manos con el agua de estas
tinajas como rito de purificación (2:6; véase Mr. 7:3-4). En obedi-
encia a la petición de Jesús, los siervos llenaron las tinajas hasta
el borde (2:7). En cada una cabían entre 80 y 120 litros (2:6), de
modo que había mucha agua, y luego mucho vino, 480-720 litros
12 KAIROS No. 38 / enero - junio 2006

en total.3 Y el vino, además de abundante, resultó ser de la mejor


calidad (2:8-10).
Juan comenta que esta fue la primera señal de Jesús (2:11).
¿En qué sentido fue señal? ¿Solo fue un milagro, o tiene un sig-
nificado más profundo? Notemos que el relato está empapado de
simbolismo relacionado con el reino de Dios prometido.
1) Jesús usaba el símbolo de una boda para hablar del reino de
Dios (Mt. 22:1-14; 25:1-13; Mr. 2:19-20; Le. 12:36).
2) Muchas profecías del Antiguo Testamento emplean la fi-
gura del vino para hablar de la expectativa del Nuevo Pacto. Por
ejemplo:
He aquí, vienen días—declara el SEÑOR—cuando el arador alcanzará al
segador, y el que pisa la uva al que siembra la semilla; cuando destilarán
vino dulce los montes, y todas las colinas se derretirán. Restauraré el
bienestar de mi pueblo Israel, y ellos reedificarán las ciudades asoladas
y habitarán en ellas', también plantarán viñas y beberán su vino... (Am.
9:13-14).

Y el SEÑOR de los ejércitos preparará en este monte para todos los


pueblos un banquete de manjares suculentos, un banquete de vino añejo,
pedazos escogidos con tuétano, y vino añejo refinado (Is. 25:6).

La relación entre el vino y el Nuevo Pacto se ve claramente en


Jeremías 31, que habla del Nuevo Pacto (w. 31-33) y del vino (v.
12: "Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sión, y radiarán de
gozo por la bondad del SEÑOR: por el grano, por el vino...").
Las profecías ya citadas no solamente esperaban vino cuan-
do llegara el Nuevo Pacto, sino mucho vino. Recordemos Amos
9:13: "destilarán vino dulce los montes". Aun más enfático es un
texto intertestamentario: "La tierra traerá su fruto 10,000 veces, y
en cada viña habrá 1,000 palos, y cada palo producirá 1,000 raci-
mos, y cada racimo producirá 1,000 uvas, y cada uva producirá
480 litros de vino" (2 Baruc 29:5). De modo que los judíos del
primer siglo creían que cuando llegara el Nuevo Pacto, también

3
El cántaro equivalía a aproximadamente 40 litros. En cada tinaja cabían
dos o tres cántaros (2:6), o sea, 80-120 litros, de modo que en las seis tinajas
cabían 480-720 litros
Teología de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 13

habría abundancia de vino. Precisamente eso resultó en la primera


señal hecha por Jesús.
Ahora bien, ¿cuál es el significado de todo esto? Hay que
destacar que Jesús transformó el agua que estaba en las tinajas
usadas para la purificación judía, convirtiéndola en algo nuevo,
algo esperado en el Nuevo Pacto. A la luz del trasfondo judío (el
agua de purificación y el significado profético de la boda, del vino
y de mucho vino), vemos que el texto da a entender que Jesús
ha cumplido con el antiguo sistema de Israel y ha inaugurado el
Nuevo Pacto de Dios, tal como se había profetizado. En fin, él
vino para cumplir el antiguo sistema y traer uno nuevo. Además,
así como el vino de Jesús es el mejor, su sistema es también el
mejor (cp. Mt. 9:14-17; Heb. 8:6-7).

QUIÉNES ENTRAN EN EL NUEVO SISTEMA


DE JESÚS, Y CÓMO LO HACEN

¿Cómo es este nuevo sistema que Jesús trajo? ¿Es igual que el
antiguo, o es diferente? ¿Quiénes pueden entrar? ¿Cómo se entra?
Juan contesta estas preguntas en los siguientes pasajes.

Juan 2:13-25

Este es otro pasaje cuya interpretación, a simple vista, parece


bastante fácil: a Jesús le disgustaba el comercio dentro del Tem-
plo. Sin embargo, como sucede a lo largo del Evangelio, con la
primera lectura no comprendemos todo. En realidad, el relato
tiene poco que ver con el comercio del Templo, y mucho que ver
con el Nuevo Pacto de Jesús. Esto lo vemos cuando tomamos en
cuenta el trasfondo antiguotestamentario.
Zacarías 14:21, hablando del día del Señor (cp. 14:1), predice
que "no habrá más mercader en la casa del SEÑOR de los ejércitos
en aquel día". En efecto, Jesús echó a los mercaderes del templo
para purificarlo. Fue una acción simbólica de la consumación del
tiempo. Ahora bien, ¿qué iba a ocurrir en el día del Señor? Prime-
ro, habría un juicio de los judíos (14:1-2), después un juicio de las
naciones (14:3) y, finalmente, la salvación de los gentiles (14:9,
14 KAIROS No. 38 / enero - junio 2006

16): "Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones


que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al
Rey".
Además, Marcos 11:17, en el relato de la limpieza del tem-
plo, alude a Jeremías 7:11: "Pero vosotros la habéis hecho cueva
de ladrones". El contexto de este pasaje incluye la siguiente pro-
fecía:
Y ahora, por cuanto habéis hecho todas estas obras—declara el
SEÑOR—y a pesar de que os hablé desde temprano y hablando sin ce-
sar, no oísteis; os llamé, pero no respondisteis, haré con la casa que es
llamada por mi nombre, en la cual confiáis, y al lugar que di a vosotros
y a vuestros padres, como hice con Silo. Y os echaré de mi presencia,
como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín.
(Jer. 7:13-15)

Es decir, no se trataba simplemente de echar unos cuantos


mercaderes del templo por cuestiones de dinero o poder, sino de
un juicio del judaismo por sus pecados.
También se ve en la historia de Juan 2:13-25 compasión ha-
cia los gentiles. Según el v. 14, el cambio de dinero y la venta de
bueyes, ovejas y palomas sucedían "en el templo". Aquí Juan usa
la palabra ΐ€ρός, en contraste con el v. 19, donde emplea ναός. El
primero se refiere a todo el complejo del templo; el otro, al lugar
santísimo.4 La venta y el cambio de dinero no se realizaban en el
centro del templo, sino en sus atrios, a lo mejor en el atrio de los
gentiles. Este era el único lugar en el templo donde los gentiles
podían entrar para alabar al Dios de Israel. "El lugar que debía ser
símbolo del libre acceso a Dios independientemente de la nacio-
nalidad que uno tenga, se había convertido en un lugar asociado
con intereses pecuniarios sórdidos".5 Los judíos, al estar vendi-
endo los animales del sacrificio y cambiando dinero en el atrio de
los gentiles, impedían la alabanza de estos. Esto evoca de nuevo
el "sermón del templo" en Jeremías 7 ("no oprimís al extranjero",
v. 6) y también Isaías 56:7 (citado en Mr. 11:17: "mi casa será

4
Según Leon Morris, El Evangelio según Juan (Colección Teológica Con-
temporánea 11; Terrassa [Barcelona]: Editorial Clie, 2005): 1:238, n. 86.
5
C. J. Wright, Jesús, the Revelation of God (Londres, 1950), citado en
Morris, Juan: 1:234, η. 75.
Teología de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 15

llamada casa de oración para todos los pueblos").


En resumen, vemos que en la limpieza del templo Jesús juzga
a los judíos por sus pecados (Jeremías 7 y Zacarías 14) y mues-
tra compasión hacia los gentiles (Zacarías 14, Jeremías 7 e Isaías
56). En el contexto de Juan 2, este suceso muestra algo más acerca
del nuevo sistema de Jesús: el nuevo sistema toma en cuenta a las
naciones. Pero, ¿cómo? ¿Pueden entrar libremente los gentiles?
¿Todos? Y, ¿qué pasa con los judíos? Para hallar respuestas a estas
preguntas, tenemos que seguir con nuestra lectura de Juan.

Juan 3:1-21

Este pasaje muestra quiénes pueden entrar en el Nuevo Pacto


de Jesús y cómo lo pueden hacer.
¿Quiénes pueden entrar? Nicodemo era un personaje "promi-
nente entre los judíos" (v. 1) y "maestro de Israel" (v. 10). ¿No es
obvio que representa el judaismo y los judíos? Si alguien debiera
entrar sin problemas en el nuevo sistema por ser judío, sería, sin
duda alguna, Nicodemo. No obstante, hasta él necesitaba algo dis-
tinto para ser aceptado. Jesús ha cumplido el antiguo sistema y se
cambian los requisitos para pertenecer al pueblo de Dios.
¿Cómo se puede entrar? No depende de ser judío, sino de un
nuevo nacimiento (uno de arriba, v. 3),6 de creer en Jesús (v. 15).
Ni guardar la Ley de Moisés ni ser miembro del pueblo escogido
es suficiente ahora para la salvación, según Jesús. Asimismo, dada
la compasión hacia los gentiles que se ve en el relato inmediata-
mente anterior de la limpieza del templo, es lógico que también
los gentiles puedan entrar en el Nuevo Pacto de Jesús. Así Juan
3:16-19 enfatiza que Dios ama al "mundo", palabra de gran im-
portancia en Juan. Dios ama a los judíos, pero también a los gen-
tiles.
En resumen, ahora todos tienen acceso, tanto judíos como gen-

6
La frase traducida "nace de nuevo" en el v. 3 "se puede traducir también
'nace de arriba', lo que indica que Dios realiza el nacimiento espiritual" (nota de
la Biblia de estudio-LBLA).
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tiles, y el medio es la fe en Jesús. Ahora bien, ¿qué quiere decir


Juan por "creer en Jesús"? ¿Se trata de una distinción entre creer
con la mente y creer con el corazón? ¡No! Más bien es una fe
que involucra todo el ser. Creer en Jesús nos lleva a obedecerlo
(14:15, 21) y a amar a los demás (15:12). Es decir, hay "fruto" en
la vida del creyente (15:1-8), y si no lo hay, la realidad de la fe se
pone en tela de duda.7

Juan 3:22-36

Juan entiende que todo esto podría parecer increíble a los ju-
díos del primer siglo. Por tanto, a continuación habla de nuevo de
Juan el Bautista. Él esperaba un Mesías que haría venganza contra
los gentiles (cp. Is. 61:1-2). Sin embargo, Jesús vino con compa-
sión y salvación para ellos. A pesar de esto, Juan el Bautista dijo:
"Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de Él" (Jn.
3:28). Aunque él esperaba algo diferente, entendió que Jesús es el
Mesías, quien inaugura de verdad el Nuevo Pacto, y que muestra
compasión hacia los gentiles.

Juan 4:1-42

Juan 3 narra cómo Jesús habló con Nicodemo, un represen-


tante de los judíos, indicando que el judaismo ya había caduca-
do. Ahora el capítulo 4 habla de una mujer samaritana. ¿Qué re-
presenta ella? 1) Las mujeres, consideradas personas de segunda
clase ("No se debe hablar con una mujer en la calle, ni siquiera
con su propia mujer", Misná Abot 2, Id); 2) los samaritanos, gente
de otra religión (los samaritanos habían mezclado otras religiones
con la adoración al Señor, cp. 2 R. 17:24-41); y 3) los pecadores
(Jn. 4:17-18 destaca el pecado sexual de ella).
Así Juan sigue con la exposición del nuevo sistema. Puesto
que Dios ama al mundo (3:16), ahora Juan quiere mostrar quié-

7
Para más información acerca del sentido de "creer" en Juan, véase Leon
Morris, Jesús es el Cristo: Estudios sobre la teología de Juan (Colección Teo-
lógica Contemporánea 5; Terrassa [Barcelona]: Editorial Clie, 2003): 179-96.
Teología de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 17

nes se incluyen en ese concepto. Empieza con los samaritanos,


los vecinos de los judíos. Lo que enseña Juan aquí, Hechos 1:8 lo
expresa de otra manera: "Me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra".
Ahora Dios busca a personas fuera del judaismo. Esto se ve
especialmente en dos versículos: "Pero la hora viene, y ahora es,
cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu
y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le
adoren" (Jn. 4:23); y "¿No decís vosotros: 'Todavía faltan cua-
tro meses, y después viene la siega'? He aquí, yo os digo: Alzad
vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega"
(4:35). Jesús quería mostrar a sus discípulos que el nuevo sistema
busca a todo el mundo, incluyendo a los samaritanos, enemigos
de los judíos. Aunque los judíos eran el pueblo elegido de Dios,
ahora servirían para llevar las buenas nuevas a todo el mundo. Así
la promesa hecha a Abraham se cumple en este tiempo: va a ser
bendición a todas las naciones.
Que esta no era precisamente la expectativa judía se observa
en las reacciones de los discípulos. Ellos se sorprendieron de que
Jesús hablara con una mujer samaritana (ν. 27). Jesús les corrigió
su teología al decirles que los campos ya estaban blancos para
la siega (v. 35). No se refería a los campos agrícolas, sino a los
samaritanos vestidos con túnicas blancas. Estaba diciendo a sus
discípulos que ya era el tiempo de salvación para esos samarita-
nos.
En efecto, "de aquella ciudad, muchos de los samaritanos
creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimonio"
(v. 39). Creyeron en Jesús, tal como Juan 3:16 dice que hay que
hacer. De modo que el "mundo" en este texto incluía a los samari-
tanos.
Las últimas palabras de los samaritanos en 4:42 resumen bien
la teología joánica: "Éste es en verdad el Salvador del mundo". No
es salvador de los judíos exclusivamente. Aunque la misión a los
samaritanos y los gentiles no se inició plenamente hasta después
de la muerte de Jesús (ver la lectura de Juan 12 más adelante), él
mismo les dedicó un tiempo breve de su ministerio.
18 KAIROS No. 38/enero-junio 2006

Juan 4:46-54
¿Se limita el concepto del "mundo" solo a los judíos y sama-
ritanos? Juan responde negativamente al seguir con su historia.
Justo después del relato de cómo toda una ciudad samaritana lle-
gó a creer en Jesús, Juan presenta una anécdota acerca de un ofi-
cial del rey. ¿Se trata de un oficial judío, o gentil?8 Brown y Mor-
ris no creen que fuera gentil. No obstante, parece lógico que Juan
prosiguiera su historia para demostrar que en el nuevo sistema
de Jesús los judíos (como Nicodemo), los samaritanos (como la
mujer y la ciudad) y, ahora, los gentiles (como el oficial) tienen
que creer en Jesús para encontrar salvación. El verbo "creer" se
usa en todos estos pasajes como la única respuesta correcta ante
la persona de Jesús.
Como resultado del milagro de Jesús, el hijo del oficial "vi-
ve" (w. 50, 51, 53). Este verbo y el sustantivo correspondiente,
"vida", son otras palabras relevantes en Juan (cp. 20:31): los que
creen reciben vida. Aunque estos términos incluyen la vida en los
cielos, el énfasis de Juan está en la vida aquí, en la tierra. Quienes
creen en Jesús reciben vida ahora que es de mejor calidad que
la vida sin Jesús: vida con libertad (8:22-36), paz (14:27; 16:33;
20:19-26), amor (13:35; 17:26), comunión (17:1-26) y propósito
(20:21). Mientras que otros piensan que la vida cristiana es abu-
rrida y una pérdida de tiempo, Juan dice que solo los creyentes
tienen una vida que realmente vale la pena vivir.9

Juan 12:19

En Juan 5-11, Jesús ministra entre los judíos y no hay mucho


más acerca de la evangelización y la misión hacia el "mundo".
Pero, al final del "Libro de las señales" (Juan 1-12) aparece algo
significativo en cuanto a la misión de Jesús y el Nuevo Pacto:
"Entonces los fariseos se decían unos a otros: ¿Veis que no con-
seguís nada? Mirad, todo el mundo se ha ido tras Él" (12:19).

8
Raymond E. Brown, El Evangelio según Juan (Madrid: Ediciones Cris-
tiandad, 1979); Morris, Juan.
9
Para más información acerca del sentido del término "vida" en Juan, véase
Morris, Jesús es el Cristo: 197-214.
Teologia de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 19

Muchas veces en Juan, las personas dicen algo distinto de lo que


quieren decir (por ejemplo, cp. 11:49-51). Así aquí los fariseos
expresan mucho más de lo que pretendían: todo el "mundo" se iba
tras Jesús. En Juan esto significa que tanto judíos como gentiles
siguen a Jesús.

Juan 12:20-50

Justo después de esta observación de los fariseos, Juan habla


de "unos griegos" que querían ver a Jesús (12:20-21). "Ελληι^ς
aquí puede referirse a judíos de habla griega, que vivían fuera de
la tierra de Israel, en la dispersión, pero así como hemos argu-
mentado que el oficial del rey en 4:46-53 era gentil, así estos
"Ελληνας también lo deberían de ser. Si fueran judíos helenistas,
Jesús respondería a ellos de otra manera. Ni siquiera les habló.
Son los únicos en todo el Evangelio que, queriendo hablar con
Jesús, él no les respondió. Esto es raro. A lo largo del libro Jesús
anda por todas partes hablando con la gente de Dios y de la vida
eterna. Ahora un grupo quiere verlo y él no habla con ellos. ¿Qué
sucede aquí?
Además, ¿por qué Jesús, cuando supo que los "Ελλην6ς que­
rían verlo, comenzó a hablar tanto acerca de su muerte (12:23-
33)? Aparentemente él entendía que su misión era morir para abrir
totalmente el camino a los gentiles. Solo después del sacrificio del
Cordero la misión hacia los gentiles se emprendería plenamente.
Él era el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo (1:29).
Solo después de su rechazo por los judíos y su muerte resultante él
atraería a todos a sí mismo (12:32).
Esto se anticipó ya en 1:11-12: "A lo suyo vino, y los suyos
no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el de-
recho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su
nombre". En Mateo 15:24 Jesús dijo: "No he sido enviado sino
a las ovejas perdidas de la casa de Israel". Pero, también, como
hemos visto en Juan 2-4, él vino para cumplir el antiguo pacto y
traer salvación a todo el mundo: a los judíos, los samaritanos y los
gentiles. La palabra "todos" en 1:12 implica todas las personas,
sin distingo étnico o de nacionalidad.
20 KAIROS No. 38/enero-junio 2006

La razón por la cual Jesús no habló con los gentiles en Juan


12 fue que entendía que su muerte sería el medio de alcanzar a
los gentiles. Por eso exclamó: "Y yo, si soy levantado de la tierra,
atraeré a todos a mí mismo" (12:32), y "si el grano de trigo no cae
en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho
fruto" (12:24). La idea de 1:4-9 se recoge en 12:46: "Yo, la luz, he
venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca
en tinieblas". Después de su muerte todos, mediante la fe, ten-
drían acceso a la vida eterna dada por Jesús.

IMPLICACIONES DE ESTA LECTURA DE JUAN:


EVANGELIZACIÓN Y MISIÓN AL MUNDO

La necesidad de llevar el Evangelio a todo el mundo

Tal como el Padre envió a Jesús al mundo para predicar el


mensaje de buenas nuevas, buscando que todos creyeran en él,
Jesús ahora nos envía a nosotros al mundo con el mismo mensaje.
Esto se ve en 17:18 ("Como tú me enviaste al mundo, yo también
los he enviado al mundo") y 20:21 ("Jesús entonces les dijo otra
vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo
os envío"). La evangelización y la misión de la Iglesia deben ser
la razón de nuestra vida. Aunque muchas veces olvidamos esta
misión y caemos en la tentación de pensar que nuestro trabajo,
familia, iglesia y país son todo lo importante, lo que Dios quiere
es mucho más. Desea que llevemos la historia de su Hijo Jesús al
mundo, y, como nuestra lectura de Juan ha mostrado, el "mundo"
son todas las personas de todas las naciones. Juan usa este voca-
blo 78 veces en su Evangelio, porque quiere resaltar que ahora las
buenas nuevas de Dios se dirigen no solamente a los judíos, sino
también a los gentiles.
Esto significa que debemos compartir las buenas nuevas con
nuestros familiares, amigos y vecinos, pero también que debe-
mos enviar portavoces de este mensaje a otros lugares. Estos
incluyen las regiones de nuestro país donde hay pocas iglesias
o ninguna, pero también otros países del mundo necesitados del
mensaje de vida eterna, paz y amor. En lugar de aislarnos egoís-
Teología de evangelización y misión en el Evangelio de Juan 21

tamente, tendremos que cambiar nuestras actitudes en cuanto al


papel de la iglesia local para llevar a cabo esta misión. Tendremos
que invertir en personas y con dinero para mandar misioneros a
otros lugares.
Finalmente, no olvidemos que el mensaje es una buena nue-
va. Los que crean en Jesús tendrán libertad, paz, amor, propósito
y comunión. Vale la pena compartir este mensaje con el mundo
porque, según Juan, genera una vida mejor. Por supuesto, comu-
nicar el evangelio incluye vivir de la forma mencionada. ¡Qué
lástima que en tantas iglesias hay falta de amor, paz y comunión!
Cuando vivimos en armonía, como dice Jesús en Juan 17, el mun-
do viene a nuestras iglesias.

La necesidad de una decisión personal de creer en Jesús

No caigamos en la filosofía postmoderna de que todas las re-


ligiones conducen a Dios. La afirmación de Jesús en Juan es clara:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino
por mí" (14:6). Aunque Dios ama al mundo y quiere que todos
crean en su Hijo (3:16), Jesús también dijo: "El que cree en Él no
es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque
no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios" (3:18). No
necesitamos más incentivo que este para llevar el evangelio al
mundo.
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