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SEGUNDO TRIMESTRE 2021 - LECCIÓN 7

Título: “El pacto en el Sinaí”

Tema: Hebreos 8:6-9 dice lo siguiente, “Pero ahora Jesús ha alcanzado un ministerio tanto más
excelente por cuanto Él es mediador de un pacto superior, que ha sido establecido sobre
promesas superiores. Porque si el primer pacto hubiera sido sin defecto no se habría procurado
lugar para un segundo. Pero Dios, al reprocharles sus defectos, dice: ‘He aquí vienen días’, dice
el Señor, ‘en que estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto; no como
el pacto que hice con sus padres en el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de
Egipto. Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo dejé de preocuparme por ellos’, dice el
Señor.” Como hemos dicho en otras ocasiones, todos los pactos que encontramos en el Antiguo
Testamento o antes de la primera venida de Cristo, eran sombras del verdadero pacto o del pacto
eterno de Dios, y esto incluye el pacto en el Sinaí. Así que si todos estos pactos fueron sombras,
significa que no eran el ideal, ni tampoco eran perfectos o sin defectos, como lo dice Pablo en
estos versos, sino que fueron necesarios en un momento determinado para cumplir una función
determinada hasta que llegara el verdadero pacto traído por Jesucristo. Un pacto, que según dice
el verso 6, estaba basado en mejores promesas o en promesas superiores. Hoy solamente vamos a
tener una introducción al pacto del Sinaí, pero estaremos abundando más sobre este pacto en las
próximas dos semanas… Comencemos.

Bloque 1
Principio: El pacto del Sinaí comienza con un encuentro entre Dios y Moisés en dicho monte, y
este encuentro está registrado en Éxodo 3. Ahora, hay algo muy importante que necesitamos
tener en cuenta, y es que ni el pacto de Dios con Noé ni el pacto realizado en el Sinaí, implicaban
la salvación de unos y la destrucción de otros, y mucho menos, la salvación de algunos a
expensas de la destrucción de otros. A pesar de que estos pactos eran sombras del verdadero,
fueron hechos por el mismo Dios que creó el pacto eterno. Por lo tanto, los principios del pacto
eran exactamente los mismos en todos ellos porque “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y siempre”
(Hebreos 13:8). Además, Santiago 1:17 dice, “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden
de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación.” Eso quiere
decir, que si todos los pactos fueron dados por Dios, todos ellos son considerados buenas dádivas
o dones perfectos, o lo que es lo mismo, buenas noticias de salvación y vida eterna. Dios nunca
es portador de malas noticias porque eso va en contra del evangelio eterno, o de las buenas
noticias, que según Romanos 1:16, son “poder de Dios [solo] para salvación” y nunca para
destrucción porque el poder de Dios solo se manifiesta en creación. Dicho esto, podemos
comenzar a analizar algunos pasajes sobre la liberación de Israel y de Egipto. En Éxodo 3:20,
Dios dice, “Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas las maravillas que allí haré. Y
entonces él los dejará ir.” Ahora, fíjate el juego de palabras que Dios utiliza aquí, Él dice: “heriré
a Egipto con todas mis maravillas”. De alguna manera, todos hemos sido programados por el
pecado para enfocar nuestra atención en lo negativo, en el castigo, en lo que hace que otros
sufran porque creemos que se lo merecen. Es por eso que al leer este texto nos enfocamos
solamente en la declaración de Dios de que Él “herirá”, y allí nos quedamos, pero no nos damos
cuenta de que la palabra “heriré” tiene algo que la modifica, y ese algo es la palabra
“maravillas”. Ahora, tal vez pienses que esas maravillas se refieren a las plagas de Egipto, pero
yo te pregunto ¿realmente lo fueron? ¿Acaso le dices a tu cónyuge, o a tu hijo: —Para tu
cumpleaños voy a hacer algo maravilloso, —y luego eso maravilloso—, es encerrarlo en un
cuarto lleno de moscas, piojos, o ranas por 24 horas? ¿Dónde está lo maravilloso en eso? De
hecho, la palabra que se usa aquí es (pālā’) que significa hacer algo maravilloso, asombroso,
increíble, fantástico, estupendo, o hermoso. Y yo te pregunto, ¿Cuál de las 10 plagas que cayeron
sobre Egipto cumple con alguna de esas características, o a cuál de ellas podemos llamar
fantástica, maravillosa, o hermosa? Ahora, ¿se puede herir por medio de maravillas o actos de
bondad? Romanos 12:20 dice, “si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale
de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” Otras versiones
dicen, “así harás que le arda la cara de vergüenza” o “harás que se avergüence de su conducta”
¿sabes por qué? Porque Pablo dice en Romanos 2:4 que es por medio de las manifestaciones
maravillosas de su bondad, que Dios nos mueve al arrepentimiento, a sentir vergüenza de lo que
somos y hacemos, y dejar que Dios cambie nuestra mente. Si leemos las plagas de Egipto, según
las describe Éxodo 7-11, nos daremos cuenta que no hubo una sola vez que el Faraón clamara a
Moisés para que Dios lo salvara de las plagas, y que Dios no lo haya salvado, aun cuando Dios
sabía que inmediatamente después endurecería nuevamente su corazón y lo negaría. Esas fueron
las maravillas que Dios realizó en favor del Faraón y los egipcios; mostrarles su gracia, su
misericordia, su amor, y su salvación incondicional. Otro texto que se destaca es Éxodo 7:5 que
dice, “Cuando yo extienda mi mano sobre Egipto y saque de allí a los hijos de Israel, los egipcios
van a saber que Yo Soy el Señor [o lo que es lo mismo, que “Yo Soy Yahweh (YHWH)].”

Preguntas: Si cada vez que Dios hace pacto con los hombres, se presenta como Yahweh
(YHWH) o como el gran “Yo Soy” como se les presentó a Abraham, Isaac, Jacob, Noé, y a
Moisés; ¿por qué crees que también se presentó a Egipto como Yahweh (YHWH)? ¿No será que
Dios también anhelaba hacer pacto con Egipto? Si Dios manifestó su bondad a Egipto por medio
de maravillas y milagros, ¿no querría también guiarlos por medio de ello al arrepentimiento
como intentó hacerlo con Israel?

Bloque 2
Principio: Como dijimos hace unas semanas en el Bonus de la lección 4, cuando Dios va
adelante, significa que el pueblo tiene bendición, protección, cuidado y salvación. El ideal de
Dios es siempre ir delante nuestro; es por eso que Jesús siempre llamaba a las personas
diciéndoles “sígueme” porque eso implicaba que Jesús iba delante, o que Jesús era el maestro, el
que enseñaba y mostraba el camino, que de hecho, era Él mismo. Ahora, Éxodo 13:21-22
hablando sobre la salida de Israel de Egipto, dice, “El Señor iba delante de ellos, de día en una
columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para
alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche. La columna de nube
nunca se apartó de día de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.” Esto reafirma lo
que acabamos de decir de que el ideal de Dios es siempre ir delante nuestro. Fíjate que la
columna de nube y de fuego les daba protección, cuidado, y guía durante el día y la noche.
Ahora, pongamos este concepto en pausa por un instante y analicemos Éxodo 14:4 que dice, “Yo
endureceré el corazón del faraón para que los persiga; pero yo mostraré mi gloria en el faraón y
en todo su ejército, y los egipcios sabrán que Yo Soy el Señor [o lo que es lo mismo, que “Yo
Soy Yahweh (YHWH)].” Hay dos asuntos importantes en este verso: Primero, Dios una vez más
reafirma que su objetivo de enviar a Moisés a Egipto no era solo liberar a Israel, sino que
también el faraón y su ejército lo conocieran como Yahweh (YHWH), el Dios que es Vida y da
vida, o el Dios que pacta con el hombre. Segundo, encontramos que Dios dice, “pero yo mostraré
mi gloria en faraón y en todo su ejército”. Otras versiones dicen, “y manifestaré mi gloria en el
faraón y en todo su ejército” o “yo seré glorificado por medio de Faraón y de todo su ejército”.
Ahora, nota con mucho cuidado estas expresiones, “Yo mostraré…, yo manifestaré…, o yo seré
glorificado por medio de…” Y yo te pregunto, ¿hay alguna ocasión en la Biblia en la que Dios
haya manifestado su gloria, o se haya glorificado por medio de la destrucción de alguna persona
o nación? Permíteme refrescarte la mente con solo dos ejemplos. En Éxodo 33:18 nos
encontramos a Moisés diciéndole a Dios: “Te ruego que me muestres tu gloria”. Acto seguido, en
el siguiente capítulo, vemos que Dios le muestra su gloria, y eso significó que Dios le mostró o le
manifestó a Moisés su Nombre o su carácter. En Juan 11:4 nos encontramos que a Jesús le dan la
noticia de que Lazaro está enfermo y dice, “Cuando Jesús lo oyó, dijo: ‘Esta enfermedad no es
de muerte, sino que es para la gloria de Dios y para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.’”
Lo siguiente que sabemos, es que Jesús levanta, resucita, sana, y salva a Lázaro de la muerte
porque cada vez que Dios muestra o manifiesta su gloria, o se glorifica por medio de alguien, es
siempre para traer sobre esa persona bendición, sanidad, salvación, o resurrección de la muerte
porque así nos muestra Dios su carácter y nos mueve al arrepentimiento. Y yo te pregunto,
¿cuándo Dios dice que manifestará su gloria por medio de faraón y su ejército, es para
destrucción y muerte, o para bendición y salvación de ellos? ¿Dios se quería glorificar por medio
de faraón y su ejército, destruyéndolos o salvándolos? Si continuamos leyendo Éxodo 14 nos
damos cuenta que en el verso 17, Dios repite una vez más que Él manifestará o mostrará su
gloria en faraón y su ejército, y ahora añade, “y en sus carros y en su caballería”. Y en el 18, lo
vuelve a repetir por tercera vez. En la Biblia, cuando una idea se repite más de una vez, como en
este caso que fueron tres veces, es porque Dios quiere llamar nuestra atención hacia algo que es
de vital importancia. Y el punto más importante del capítulo 14 de Éxodo es que Dios quiere
glorificarse por medio del faraón, su ejército, sus carros y hasta sus caballos. Seguidamente, el
verso 19 dice, “Entonces el Ángel de Jehová [en este caso Jesús], que iba delante del
campamento de Israel, se apartó y se puso detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba
delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos.”
Preguntas: ¿Quiénes estaban detrás del pueblo de Israel? Y si Jesús se apartó de Israel y se puso
detrás de ellos, entonces ¿delante de quiénes estaba ahora? ¿Qué pasa cuando Dios va delante de
una persona o una nación? ¿Hay destrucción y muerte, o bendición, protección y salvación? ¿No
crees que si Dios se puso delante de los Egipcios era porque ellos estaban en mayor peligro que
Israel? Lee Éxodo 14:24-25. ¿Por qué crees que Dios estaba “perturbando” al ejército Egipcio, y
esta palabra significa confundir o crear mucho ruido? ¿Qué quería evitar Dios al quitar las ruedas
de su carros, y trastornarlos? ¿Que entraran al mar o que huyeran del mar? Lee Isaías 19:24-25.
¿Cuáles fueron siempre los planes de Dios con Egipto? ¿Salvarlos o destruirlos? Si Dios quería
que Egipto fuera una bendición para la tierra, como lo dice el verso 24, entonces ¿no se estaría
cumpliendo en Egipto el pacto hecho con Abraham de bendecir por medio de él y su
descendencia a toda la tierra? ¿No crees que tiene sentido que Dios haya querido presentarse a
faraón y que Egipto lo conociera como el Dios del pacto, Yahweh (YHWH)?

Bloque 3

Principio: Cuando Dios le da la ley a Israel al pie del Sinaí, estos respondieron a una sola voz:
“—Haremos todo lo que el Señor a dicho” (Éxodo 19:8). Ahora, hagamos una pausa aquí por un
momento para repasar algunos puntos que ya hemos estudiado en las lecciones anteriores. (1)
Dios es el que promete, Dios es el que pacta, y Dios es el que cumple porque solo Dios es fiel.
(2) Todas las promesas del pacto son “SI” en Cristo y solo en Cristo tienen su cumplimiento, por
lo tanto, nosotros solo decimos “amén” para la gloria de Dios, según 2 Corintios 1:20. Y (3)
Todas las promesas de Dios se obtienen por medio de la fe, y nunca por medio de las obras.
Gálatas 3:10-12 dice, “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo
maldición, pues está escrito: ‘Maldito sea todo aquel que no se mantenga firme en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, y las haga.’ Y es evidente que por la ley ninguno se justifica para
con Dios, porque ‘El justo por la fe vivirá’; y la ley no se basa en la fe, pues dice: ‘El que haga
estas cosas vivirá por ellas.’” Teniendo en mente estos cuatro principios, ¿crees tú que Dios
quería que el pueblo respondiera que ellos obedecerían todo lo que Él les había dicho? Piensa por
un momento… Si Dios es el que pacta, el que promete y cumple porque solo Él es fiel, ¿qué
estaba insinuando el pueblo al decir que ellos harían u obedecerían todo? En primer lugar, se
estaban poniendo a la altura de Dios porque estaban asumiendo una posición de igualdad con
Dios dentro del pacto, o para que lo veamos más claro todavía, ellos le estaban diciendo a Dios
que ellos también pactaban, que ellos también prometían, y que ellos también cumplían porque
ellos también eran fieles. Isaías hablando del pecado que nació en Lucifer dice que el deseo de su
corazón era, “ser semejante al Altísimo” (Isaías 14:14), y Pablo hablando del hombre de pecado
o el hijo de perdición en 2 Tesalonicenses 2:3-4 dice que el deseo de éste es sentarse en el templo
de Dios como si fuera Dios, y que se hace pasar por Dios. Y yo te pregunto, ¿acaso Israel no
estaba mostrando el mismo deseo de Lucifer y del hombre de pecado o el hijo de perdición al
querer pactar con Dios, prometerle a Dios, y asegurar que ellos podían cumplir porque ellos
también eran fieles como Dios? Ahora, ponte a pensar en los Diez Mandamientos. ¿Eran reglas
que ellos tenían que obedecer o eran promesas que Dios se encargaría en cumplir? De hecho, los
mandamientos comienzan con una declaración de Dios diciendo que Él es el que pacta, Él es el
que promete, y Él es el que cumple, al decir, “Yo Soy el Señor [o Yahweh (YHWH)] tu Dios. Yo
te saqué de la tierra de Egipto, donde vivías como esclavo.” Si notas, Dios se presenta a ellos
como el Dios de pacto y al decirles que fue Él el que los sacó de la esclavitud de Egipto a
libertad, les estaba recordando la promesa que le había hecho a Abraham en Génesis 15:13-14 de
que Él liberaría a su descendencia que estaría esclava en Egipto por 400 años. Pero no solo les
estaba recordando la promesa de liberación, también les estaba diciendo que Él cumple lo que
promete porque Él es fiel. Por lo tanto, los Diez Mandamientos, son realmente diez promesas que
el Dios de pacto, Yahweh (YHWH), promete cumplir en nosotros. Es por eso que los
mandamientos no están en imperativo presente como “No tengas”, “No te hagas”, o “No mates”
porque no fueron dados para que los cumplamos por nuestra obediencia, sino que son promesas
que Dios cumple en nosotros por su fidelidad. Es por esa razón que están en modo imperativo
futuro como “No tendrás”, “No te harás”, “No te inclinarás”, “No matarás”, “No hurtarás”, etc.,
porque de la misma manera en que Dios prometió a Abraham liberar a su descendencia de la
esclavitud de Egipto y lo cumplió, así mismo Dios cumplirá en nosotros su promesas de “No
tendrás”, “No te harás”, “No te inclinarás”, “No matarás”, etc.

Preguntas: Cuando Israel dijo que haría u obedecería todo lo que Dios había dicho, ¿no estaba
con esto desplazando a Cristo como el medio por el cual todas las promesas de Dios son dadas y
cumplidas? ¿Son las promesas de Dios “SI” en Cristo, o “SI” en nuestra obediencia? Si todas las
promesas de Dios se obtienen por la fe y los mandamientos son promesas de Dios, entonces
¿querer obedecerlos o cumplirlos no sería querer obtener las promesas de Dios por nuestras obras
en vez de por medio de la fe? Lee Gálatas 3:10-12. ¿Querer obedecer los mandamientos no es
estar bajo maldición? ¿Querer obedecer los mandamientos no es lo mismo que querer vivir por
nuestras obras, en vez de vivir por fe? Lee Ezequiel 36:24-27. ¿Cómo es que Dios cumple en
nosotros las promesas que están en los Diez Mandamientos? ¿Cuántas cosas tienen que pasar
dentro del proceso del cumplimiento de las promesas de los Diez Mandamientos en nosotros?

Bloque 4

“El Bonus de esta Semana”: lo vamos a sacar de Éxodo 19:5-6 donde Dios le dice a Israel,
“Ahora pues, si de veras escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí un pueblo especial
entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra, y ustedes me serán un reino de sacerdotes y
una nación santa.” Comencemos por desglosar estos versos para poder entender lo que Dios está
diciendo realmente aquí. En primer lugar, Dios parece poner dos condicionantes para que se
cumplan las promesas de su pacto: Escuchar su voz y guardar su pacto. Sin embargo, estas dos
aunque parecen ser condicionantes para el cumplimiento del pacto, en realidad no lo son, sino
que simplemente describen el proceso de adueñarse o de vivir en el pacto por fe y no por obras.
Jesús dijo, “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Eso quiere
decir, que cuando escuchamos la voz del verdadero Dios, eso automáticamente genera en
nosotros construir sobre la palabra firme que hemos escuchado y vivir en base a ella, lo cual se
manifiesta en seguir a Aquel que nos ha hablado. Este mismo proceso, Pablo lo explicó de otra
manera al decir, “La fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios” (Romanos
10:17). En otras palabras, oír la palabra de Dios o la voz del verdadero Dios, genera en nosotros
fe, que no es otra cosa que vivir en base a la palabra que hemos oído y dejar que esa palabra
cumpla por sí sola lo que dice sin la necesidad de que yo intervenga o la ayude, y esa fe se va a
manifestar en seguir al dador de la palabra. Por lo tanto, cuando Dios le dice a Israel, “si de veras
escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí un pueblo especial entre todos los pueblos”,
no les estaba dando las condiciones de como llegar a ser su pueblo especial, sino que les estaba
mostrando que solo por fe en Él es que iban a darse cuenta de lo especiales que ya eran. De
hecho, otra palabra importante es la palabra “guardar” que en hebreo es (šāmar) y significa
vigilar, observar, prestar atención, y también mantener, retener, o atesorar algo en la mente.
Cuando Dios le dice al pueblo que guarden el pacto, no les estaba pidiendo que lo obedecieran, o
que lo cumplieran porque eso sería lo más irracional que Dios pudiera pedirnos sabiendo que no
podemos ser fieles fuera de Él. Por lo tanto, lo que Dios les estaba pidiendo era que prestaran
atención a las palabras o las promesas de su pacto para que las mantuvieran, las retuvieran, o las
atesoraran vivas en sus mentes porque eso los mantendría lejos de querer cumplir ellos las
promesas y simplemente los haría descansar por fe en que Aquel que prometió es el único fiel
para cumplir. Ahora, nota la segunda parte de esta declaración de Dios. Él dice, “Porque mía es
toda la tierra, y ustedes me serán un reino de sacerdotes y una nación santa.” Aquí vemos una
vez más el propósito de la elección de Israel o el por qué Dios lo hizo su especial tesoro. Cuando
Dios dijo que suya es toda la tierra, no se estaba refiriendo solamente a una tierra con plantas y
árboles; se estaba refiriendo a la tierra y todo lo que contiene, en especial a todas las personas. Es
la misma idea que expresó Juan al decir “Porque de tal manera amó Dios al mundo”. Juan no
estaba hablando del mundo como una tierra con plantas y árboles, sino del mundo con todo lo
que contiene y en especial las personas que lo habitamos. Eso quiere decir que Israel no era el
único pueblo de Dios sobre la faz de la tierra, pero sí era el pueblo por el cual Él quería ministrar
a todos los demás pueblos de la tierra. ¿O es que hay otra razón para ser un reino de sacerdotes
que no sea la de ministrar al mundo? Y esto es bien importante, porque Dios fue claro en la
misión y el propósito que tenía para con ellos, y esa era: hacer de ellos un reino de sacerdotes.
Un reino cuyo propósito fuese ministrar al mundo con amor, y no a través de conquistas o
adueñándose de tierras por medio de la violencia y el uso de la fuerza.

Preguntas: ¿Qué hizo Israel cuando supo que era pueblo especial de Dios? ¿Ministrar al mundo
por medio del amor o conquistar al mundo por medio de la violencia? Lee Números 35. ¿Para
qué creó Dios ciudades de refugio? ¿Quienes administraban y eran dueños de esas ciudades?
Piensa ahora por un momento... si las ciudades de refugio eran las ciudades de los levitas, la tribu
sacerdotal, y en esas ciudades encontraba refugio y salvación todo aquel que pidiera asilo sin
importar el crimen o pecado que hubiera cometido o si era israelita o extranjero, entonces ¿crees
que el propósito de todo Israel como reino de sacerdotes, era diferente al propósito de los levitas
en las ciudades de refugio? Yo me atrevo a decir que Dios tuvo que crear ciudades de refugio
porque Israel nunca entendió que su llamado era ser un refugio para el mundo, el lugar donde
todas las naciones pudieran encontrar salvación. Y yo te pregunto, ¿eres tú un lugar de refugio
para tu familia, tus amigos, y hasta tus enemigos? ¿Es la iglesia a la cual tú perteneces un lugar
de refugio para el pecador, para el que cree diferente, para el ateo, el agnóstico, e incluso para
aquellos que la odian y persiguen? Si no somos ese lugar de refugio, entonces no hemos
entendido para nada lo que significa ser pueblo especial de Dios y un reino de sacerdotes.

Conclusión
Hemos llegado al final del estudio de hoy, y espero que hayas podido entender un poquito más el
propósito del pacto que hizo Dios en el Sinaí. Recuerda que hoy solo fue la introducción de este
pacto y que en los próximos estudios estaremos profundizando más en los detalles del mismo.
Sin embargo, con lo que hemos visto hoy, es más que suficiente para entender y reafirmar que
siempre es Dios el que pacta, es Dios el que promete, y es Dios el que cumple las promesas del
pacto porque solo Él es fiel para cumplir lo que prometió. De igual manera, el pacto del Sinaí
nunca tuvo la intención de ser obtenido por medio de las obras, ni fue dado por Dios para que
Israel o nosotros lo cumpliéramos o lo obedeciéramos, sino simplemente para que
descansáramos por fe en que Aquel que lo dio, será fiel en cumplirlo en nosotros. Que Dios te
bendiga y nos vemos la próxima semana.

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