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Prótesis dental
Este término es también conocido como “Prostodoncia”, se define como una rama de la odontología
que se ocupa de rehabilitar la cavidad bucal y del aparato estomatognático en su conjunto; mediante
el uso de elementos artificiales que reemplazan la porción coronaria de uno o más dientes perdidos
y de sus tejidos peridentales, devolviendo las funciones orales, el aspecto facial y por ende la salud
al paciente anciano.
• Dentosoportadas: Aquellas que son soportadas por los dientes pilares, o remanentes, del paciente,
que son dientes naturales que este aún conserva. Los dientes pueden conservar íntegramente su
estructura, o dientes previamente tallados por el odontólogo.
• Mucosoportadas: Aquellas que se soportan sobre el proceso alveolar, en contacto con el reborde
que es un tejido fibromucoso. Las prótesis completamente mucosoportadas son las típicas
"dentaduras postizas" (prótesis completas de resina).
Anatomia paraprotésica
El Odontólogo antes de proceder a construir una prótesis, debe estudiar con detenimiento las
características del terreno soporte que servirá de asiento a la dentadura; y si es capaz dicho terreno,
de tolerar sin sufrir daño las variadas fuerzas que serán transmitidas a través de la prótesis.
Se debe hacer un estudio y análisis de las condiciones del hueso maxilar, de las inserciones
musculares, frenillos y de la mucosa bucal qua lo recubre. Todo esto con la finalidad de que el
protesista pueda confeccionar una prótesis funcional conservando en óptimas condiciones de salud
todos los tejidos sobre los cuales asienta.
Zona chapeable
Es aquella zona del maxilar o de la mandíbula que va a cubrir la prótesis y que es necesaria para
obtener retención, soporte y estabilidad.
-Zona estacionaria
-Zona móvil
Maxilar superior
- Zona soporte del maxilar superior: La zona de soporte es aquella zona del maxilar que esta
destinada a recibir las fuerzas que le serán transmitidas por la prótesis. Esta zona está constituida
por las porciones laterales de la bóveda palatina y el reborde alveolar. Entre las zonas de soporte del
maxilar superior encontramos: bóveda palatina, reborde alveolar residual, tuberosidades, surcos
hamulares.
Tomando como base las consideraciones del Dr. D. Felton, consiste en el área donde la base de la
prótesis ejercerá la mayor presión durante los movimientos de masticación, y abarca toda la cresta
en el maxilar superior ampliándose ligeramente el área posterior del proceso residual con un ancho
aprox. de 4mm.
Es la zona de soporte más amplia y donde se ejercerá presión cualitativamente poco menor a las
crestas del maxilar superior y la repisa vestibular de la mandíbula.
Abarca todos los planos en declive de los procesos tanto en vestibular como en palatino lingual,
extendiéndose en el maxilar superior por todo el paladar con excepción del rafe medio que es zona
de alivio y teniendo como limites posteriores la línea vibrátil en superior y la zona mesial de la
papila piriforme o papila retromolar en la inferior. La zona secundaria de soporte termina en las
superficies vestibulares 2mm aproximadamente antes de los fondos de saco , por lingual en inferior
tiene los límites de las líneas milohioideas internas y apófisis Geni que son consideradas zonas de
alivio.
- Zona de alivio del maxilar superior: Son aquellas zonas del maxilar en las cuales no debe existir
un contacto íntimo entre prótesis y mucosa. Entre las zonas de alivio del maxilar superior
encontramos: Exostosis ósea tanto vestibular como palatinas (torus), la papila incisiva, en caso de
gran reabsorción, cresta del reborde alveolar, sutura media profunda (surco).
- Zona de sellado periférico del maxilar superior: Está representado por los tejidos móviles que van
a quedar en íntimo contacto con los bordes de la dentadura, sin que su movilidad afecte la
estabilidad de la prótesis. Aquí encontramos dos zonas básicamente: zona marginal neutra y zona de
cierre posterior o Post-damming.
- Zona soporte del maxilar inferior: Representada por el reborde alveolar residual, más el área
correspondiente a la fosa y trígono retromolar; en caso de gran reabsorción, por la porción basilar
del hueso maxilar.
zonas de sellado periférico
- Zona de alivio del maxilar superior: Para su estudio la dividimos en tres zonas: zona surco lingual,
zona de las papilas piriformes y zona del surco lingual
zonas de alivio
- Zona de sellado periférico: Como posibles zonas de alivio encontramos: línea oblicua interna
filosa, cresta del reborde residual filosa y agujero mentoniano.
El hueso alveolar, tras la pérdida dentaria, estará constituido casi exclusivamente por hueso
esponjoso de trama ancha, con escasa o nula capa compacta en su parte coronal y que muestra una
elevada tendencia a la reabsorción.
Tras estar 20-30 años sin dientes, las apófisis alveolares de los maxilares superior e inferior estarán
reabsorbidas casi por completo y se habrán reemplazado por un tejido conjuntivo denso, llamado
eminencia flácida.
La mucosa oral unida al hueso maxilar, que también se llama tegumento, es el lugar principal de
apoyo de la prótesis y tolera las fuerzas que se generan para que éste se sustente en el hueso. Esta
capacidad de tolerar fuerzas depende de la calidad y espesor del tejido mucoso.
Una mucosa delgada y atrófica muestra, en comparación con las zonas de tegumento grueso y
ricamente vascularizado, una clara desventaja en la resistencia mecánica. En general el espesor se
reduce al prolongarse el uso de prótesis, como mecanismo de adaptación.
Se conocen como fuerzas retentivas aquellas que son capaces de mantener la posición entre la
superficie de apoyo y la mucosa que lo recubre los procesos residuales.
Estas fuerzas retentivas están, a su vez, auxiliadas por las presiones que ejercen los dientes
antagonistas y la función coordinada del sistema labios-carrillo-lengua. Cualquier presión
controlada sobre las superficies de oclusión o sobre la superficie pulida dará una mejor adaptación
entre la prótesis y los tejidos de soporte, conocidos como fuerzas estabilizantes.
Las prótesis totales deben cumplir ciertas cualidades importantes que son: retención, soporte y
estabilidad.
La arcada maxilar: El reborde alveolar residual es el área de soporte primario que reviste la mayor
importancia en el vaciado ya que es el área donde serán aplicadas las fuerzas a la prótesis durante la
función.
La bóveda palatina constituye el área de soporte secundario, exceptuando la zona de la papila y del
rafe que en general son zonas de alivio, sobretodo si están presentes los torus; las rugosidades
palatinas representan, en cambio, una zona de retención secundaria en cuanto se oponen a la
dislocación horizontal de la prótesis.
La arcada mandibular: La zona de soporte primario está constituida por la superficie ósea vestibular
que es la única área en la que las fuerzas aplicadas inciden perpendicularmente al plano ósea. Las
tuberosidades maxilares y las fosas retromilohideas son zonas de soporte secundario, mientras que
el reborde alveolar residual no es zona de soporte; al contrario, se convierte en zona de alivio,
sobretodo en los casos en los que se presenta muy reabsorbido de tejido muy móvil.
• Estabilidad.- Es la condición de la prótesis para mantenerse firme frente a las fuerzas horizontales
y giratorias.
-Oclusión y articulación
Oclusión es la relación estática de las dentaduras en contacto mientras que la articulación se refiere
al movimiento dinámico de las dentaduras entre sí durante la masticación y los movimientos de
deslizamientos.
Es importante que exista estabilidad al entrar en contacto con las superficies opuestas o de
antagonización en posición intercuspal, y evitar los contactos prematuros que ocasionan la
inestabilidad o desplazamiento de las dentaduras. Por lo mismo deben presentarse los principios que
rigen la oclusión balanceada bilateral, que requieren por lo menos de dos puntos de contacto
posterior, uno a cada lado de la línea media, y uno anterior en los movimientos excéntricos y
protusión.
En los movimientos de masticación, inicialmente los dientes se separan ante la presencia del bolo
alimenticio, y vuelven a entrar en contacto conforme va disminuyendo el tamaño del alimento.
Durante este ciclo debe existir un desplazamiento suave, sin interferencias, solo con una pequeña
presión lateral sobre las dentaduras y los rebordes. Cuando existen interferencias o el contacto se
limita a uno o dos dientes, o cúspides, aumentan las presiones laterales, desencadenando fuerzas
deslizantes que superan a las fuerzas retentivas. Surgen problemas distintos de estabilidad cuando
nos referimos a dentaduras monomaxilares; la fuerza y fluctuación del ciclo masticatorio puede ser
mayor a la que se emplea normalmente con dentaduras completas bimaxilares, ante la presencia de
una superficie oclusal antagonista natural.
Es importante que exista estabilidad al estar en contacto con las superficies opuestas o de
antagonización en la posición intercuspal, y evitar los contactos prematuros que ocasionan la
inestabilidad o desplazamientos de las prótesis.
La retención depende de la forma del proceso residual, del tipo de mucosa que la cubre, la
adaptación de la prótesis a los tejidos basales, la cantidad y viscosidad de la saliva.
Las fuerzas que intervienen en la retención de la prótesis son: adhesión, cohesión y peso.
-Adhesión y cohesión
Cuando dos sustancias diferentes entran en contacto directo, las moléculas de cada cuerpo se atraen
unas a otras; así se unen las moléculas del epitelio y la base de la dentadura, realizando la
adaptación. El efecto mas importante es la adhesión de las moléculas de saliva a la dentadura y a los
tejidos de la boca, de tal forma que la fuerza adhesiva es mayor que las fuerzas que mantienen
unidas a las moléculas de la saliva.
La atracción entre moléculas dentro de la misma sustancia se llama cohesión. Por lo tanto el factor
limitante en el efecto retentivo de adhesión y cohesión es la cohesión de la saliva; esta se rompe
cuando se retira la dentadura.
-Tensión superficial
La dentadura pierde retención cuando la capa de saliva se rompe en dos; una en la superficie de la
dentadura y otra en los tejidos. La penetracion de aire hace posible el rompimiento de la capa de
saliva que está entre ambas superficies.
Debido a las fuerzas de tensión superficial la reducción de presión de la capa de saliva es mínima;
consecuentemente la presión atmosférica ayuda a mantener la dentadura en posición.
-Presión atmosférica
El efecto de la tensión superficial reduce ligeramente la presión interna de la saliva; por lo tanto es
importante excluir tanto aire como sea posible de la capa de saliva. El efecto total de la tensión
superficial y la presión atmosférica, se relaciona con el área cubierta por la base de la dentadura.
Mientras mayor sea el área, mayor será el poder retentivo.
-Viscosidad de la saliva
La relación entre la base de la dentadura y los tejidos de soporte es dinámica. Cuando se intenta
retirar la dentadura, la viscosidad de la capa de saliva que contiene mucina detiene o se resiste a esta
fuerza proporcionando una fuerza retentiva.
-Sellado periférico
La delimitación correcta de los bordes periféricos, de las dentaduras superior e inferior es
importante para evitar la penetración de aire y consecuentemente la ruptura de la capa de saliva.
• La superficie del area mayor da una mejor retención. El área efectiva no es el área total de soporte
de la dentadura, pero la proyección vertical está dentro de una superficie plana.
• El grosor de la capa de saliva. La fuerza retentiva es inversamente proporcional al cubo del grosor
de la capa de la saliva
• Una saliva de viscosidad media que pueda ser confinada a una capa delgada por la fuerzas
intraorales normales.
Peso
Sin embargo se considera que el peso de la dentadura inferior no debe exceder de 30 a 40grs., para
evitar incomodidades y resorción de los procesos residuales. El acortamiento de la función
muscular, ocasiona reflejos de contracción que aumentan gradualmente la sobrecarga sobre los
rebordes, así como el rechinamiento (bruxismo) de los dientes, acelerando la resorción de las crestas
alveolares.
Una prótesis total se integra de dos elementos esenciales; la base protética y los dientes artificiales.
La caracterización de la encía artificial, y en su caso el rebase, pueden considerarse como parte de
la base. Reconocemos en este conjunto tres superficies constitutivas definidas; cada superficie
desarrolla una actividad específica en la adaptación, estabilidad y función de la dentadura.
Superficie de pulido: La superficie pulida que se obtiene mediante la técnica de encerado representa
la superficie externa de la dentadura; se presta a caracterizaciones de la encía artificial y siempre
estará pulida.
Superficie de oclusión: La superficie oclusal se desarrolla a través de las superficies oclusales de los
dientes artificiales y se determina por una programación oclusal con antagonzación.
Ozawa Deguchi, H. Prostodoncia total. 6ta edición. Universidad autónoma de México 1995.
Según Tautin y Espósito, el paciente desdentado total posee una facie característica, con
profundización del surco naso-labial, caída de la comisura labial, disminución del espesor del
bermellón de los labios rojos, depresión de los labios con arrugas exageradas, aproximación de la
nariz al mentón, y mentón pronunciado, debido a la pérdida de altura del rostro.1
Anamnesis mediata.
Para arribar al mismo seguiremos el clásico orden establecido en semiología: la anamnesis mediata,
la anamnesis inmediata y el examen clínico.
La anamnesis inmediata
En él se deberá observar el perfil, el aspecto de la cara y el cuello para descartar o aceptar anomalías
de tamaño o de forma esqueletal, fundamentalmente si generan discrepancias respecto del tamaño
entre maxilares. Debemos observar los tejidos blandos peribucales, el tono de los labios, la plenitud
facial con y sin prótesis total removible colocadas, el tipo y la cantidad de arrugas. Ver si estas
arrugas son pliegues por carencia de soporte dentario o de flancos, o si sólo son por características
inherentes a la epidermis facial, También se debe observar y confirmar si el paciente ha sido
sometido a cirugías esqueletales (ortognáticas) o a cirugías plásticas de tejidos blandos. Es
importante también conocer la posibilidad de futuras cirugías estéticas planeadas, a efecto de definir
el mejor momento protético. Por fuera de la cavidad bucal, pero como integrante fundamental del
sistema gnátíco, debemos estudiar la articulación temporomandibular del paciente,
En lo referente al examen clínico, aconsejamos también seguir un protocolo siempre igual, que
disminuya la posibilidad de pasar por alto el reconocimiento de algún elemento de importancia. En
este sentido, nuestra rutina consiste en analizar: los movimientos mandibulares, la tonicidad de
labios y carrillos, el tamaño de la lengua, la topografía del maxilar superior y la topografía del
maxilar inferior.
El tono muscular juega un rol importante en la estabilidad de la prótesis total removible. Podemos
decir con certeza que a mayor tonicidad de músculos periprotéticos, mayor inestabilidad. Los
movimientos musculares de tipo vertical y los laterales, que "voltean" la prótesis total removible
son también responsables de reabsorciones y, sobre todo, cuando se ven exarcerbados por un tono
elevado.2
Introducción
De más de 200 pacientes tratados con prótesis total de forma correcta un 30% se consideraron
descontentos con la retención de la dentadura. Una parte de estos pacientes podrían haber sido
ayudados con una cirugía previa a la prótesis.
Las operaciones preprotésicas tratan de crear unas apófisis alveolares en el maxilar superior e
inferior con la mayor forma de U posible, que tengan unas paredes ligeramente divergentes y que la
mucosa se ajuste al hueso sin capacidad de desplazarse con formación de una envoltura regular y
Sin saliva sería imposible conseguir una retención eficaz de la prótesis. Esta retención de la prótesis
será más eficaz cuando mejor se adapte la base protésica a la mucosa que recubre el hueso que la
soporta. Asimismo, cuanto más resistente sea la capa de saliva entre la base de la prótesis y mayor
sea dicha base, mejor será la retención protésica. La base de la prótesis es la superficie sobre la cual
la prótesis queda estable sobre el hueso subyacente y debe ser extensa en la medida posible y
adaptarse a la mucosa del maxilar.
El odontólogo con experiencia quirúrgica puede realizar las intervenciones preprotésicas necesarias
en este aspecto según su experiencia y formación. Todas las intervenciones se pueden realizar de
forma ambulatoria con anestesia local, pero el odontólogo debe tener un control perfecto de las
técnicas y también de la hemostasia, además de conocer las complicaciones.
Tras la extracción de piezas dentales se pierde la función de las apófisis alveolares y se produce la
reabsorción correspondiente. La cortical del maxilar superior es más delgada en la región vestibular
que en la palatina, de forma que la reabsorción será más intensa a este nivel y por este mecanismo el
arco maxilar superior se reducirá y con él la superficie de la base protésica. La cortical vestibular
del maxilar inferior es más delgada que la lingual salvo a la región molar. Por tanto, la cresta del
maxilar inferior sufre cambios en su forma tras la pérdida dental por reabsorción y estos cambios
alcanzan la región premolar en la vertiente lingual y el primer molar en la vestibular. No es raro que
el grado de reabsorción del maxilar inferior sea tan importante que la cresta maxilar en la región de
los molares entre la línea oblicua externa y la línea milohioidea se vuelva cóncava.
PARKINSON afirmó que las dimensiones transversales de los arcos del maxilar superior e inferior
se modifican tras la pérdida dentaria y cambian un poco al aumentar la edad. TALLGREN demostró
que la desaparición de las apófisis alveolares se produce cuatro veces más rápidamente en el
maxilar inferior que en el superior y que se ve afectada con más intensidad la región frontal que la
de los laterales, siendo máxima la reabsorción que se produce durante el primer año siguiente a la
extracción. Muchos investigadores han demostrado que la reabsorción de hueso se produce más
lentamente cuando la apófisis alveolar conserva la misma función tras la extracción mediante la
colocación de una prótesis. Según AGUICAR y cols. la estructura del soporte óseo del maxilar se
hace más gruesa cuando se utilizan prótesis.
Una extracción dentaria bien realizada con poca osteotomía de remodelación, poca perdida del
periostio que reviste el hueso y poco labrado del hueso es la mejor profilaxis frente a la reabsorción
del hueso. ¡Una extracción dentaria bien realizada y meditada es el principio de la cirugía previa a
la prótesis!
La pérdida de todas las piezas dentarias, que en la mayor parte de los casos se precede de una
pérdida masiva de la sustancia de las apófisis alveolares óseas, se acompaña tras la colocación de
una prótesis total de una progresiva reabsorción ósea. Cuando no se controla de forma regular la
relación intermaxilar vertical para poder colocar rebases o, en caso necesario, volver a colocar
prótesis, se producirá una aproximación entre el maxilar superior e inferior. Al reducirse la relación
intermaxilar inferior, que se aproximara al maxilar superior durante la rotación por el eje de
rotación del cuerpo del maxilar inferior. Esta tendencia a la prognación modifica la situación
oclusal. Se producirán contactos primarios entre las carillas de las prótesis de la dentadura, que
actuaran sobre un plano inclinado, que tirara de la prótesis superior hacia ventral y de la inferior
hacia dorsal. Estas fuerzas horizontales de empuje se producen con cada cierre y determinan que el
reparto de las fuerzas de masticación no sea ya regular en toda la superficie, sino que se concentren
en regiones parciales del maxilar. Esto acelera la reabsorción ósea, lo que reduce todavía más la
relación intermaxilar vertical. La relativa prognación del maxilar inferior aumenta por la reducción
de la relación vertical y los empujes horizontales por contacto primario aumentan de intensidad,
contribuyendo a incrementar la reabsorción ósea. De ese modo se cierra el círculo vicioso de la
reabsorción ósea patológica o traumática que progresa sin pausa cuando las prótesis no se adaptan a
su forma, posición durante la mordida, relación vertical, oclusión y articulación a la nueva
situación.
La relación entre la oclusión con las prótesis totales y la atrofia de las apófisis alveolares no explica
la reacción individual del hueso ante una sobrecarga de las prótesis totales. Existen algunos
pacientes que tras llevar 20 años unas prótesis mal ajustadas conservan unas apófisis alveolares
poderosas, mientras que otros que llevan prótesis bien ajustadas durante menos tiempo sufren una
desaparición de las mismas. Se ha planteado que la reabsorción ósea es más rápida cuando el hueso
tiene patología de base, cuando la oclusión es defectuosa y cuando existen alteraciones en la
articulación y la estética.
La operación se realiza para facilitar la extracción dental, para corregir la apófisis alveolar y para
preparar las crestas maxilares con el fin de colocar una prótesis.
Tras los métodos –heroicos- del siglo pasado con osteotomías de modelación extensas, en la década
de 1930 se inició la tendencia a utilizar métodos conservadores. DEAN describió la alveolotomía
intraseptal y recomendó conservar la unidad corticoperióstica labial para evitar el dolor, el edema y
la reabsorción ósea. Para la protrusión extrema OBWEGESER modifico la técnica de DEAN y
Los estudios realizados por MICHAEL Y BARSOUM demostraron que la reabsorción ósea
indeseable de las crestas alveolares resultó más intensa cuanto más extensa fue la intervención
quirúrgica y la separación del periostio durante la extracción dentaria, algo que ya había sido
descrito por OBWEGESER 11 años antes. Las ventajas de la colocación inmediata de una prótesis
bien asentada tras la plastia de cresta alveolar siempre se deben contraponer con las desventajas de
la reabsorción progresiva. La osteotomía de modelación limitada está indicada para los cantos
agudos y los osteofitos prominentes.
Cuanto más joven es el paciente menos hueso debería sacrificar, porque el hueso esponjoso más
adaptable de las personas jóvenes tiene mayor tendencia a la reabsorción que el hueso más
compacto de los ancianos.
El hueso compacto de debe tratar con cuidado siempre que sea posible, para poder colocar la
prótesis. En los casos dudosos se debería esperar 6-8 semanas desde la extracción dentaria a la
plastia de cresta alveolar, para poder valorar mejor el grado de reabsorción natural, el modelado
individual y la adaptación espontanea de la cresta. Cuando al extraer los dientes o realizar la plastia
de cresta maxilar se resequen fragmentos de hueso, se deberá considerar la reimplantación de
fragmentos de esponjosa en los lugares subyacentes que se van a cubrir con lóbulos de mucosa-
periostio.
La compresión digital de los rebordes alveolares tras la extracción dentaria es la forma más
sencilla y una de las más importantes de plastia de la cresta alveolar y se debía realizar siempre. Sin
embargo se ha demostrado que esto causa aceleración de la reabsorción ósea y por lo tanto no se
debe realizar nunca. Una sutura simple o cruzada a través de los rebordes alveolares mantiene en la
posición deseada los tejidos óseos y blandos. Cuando se extraen más dientes vecinos estará indicada
la sutura de papilas según SCHUCHARDT.
La cirugía protésica puede mejorar las relaciones anatómicas mediante una profundización del
vestíbulo y el suelo de la boca , algo que resulta ventajoso para la función cuando al ajustar la
forma de la base se consiguen una oclusión, estática y articulación de la dentadura postiza
aceptables para el paciente. Resulta esencial que las apófisis alveolares tengan una altura suficiente
para colocar la dentadura postiza. En este caso se habla de una elevación relativa de reborde
alveolar y en este concepto se incluyen todas las medidas quirúrgicas para realizar una plastia del
vestíbulo y el suelo de la boca, con o sin trasplante de piel o mucosas y también la colocación de
materiales extraños sobre la superficie de la herida quirúrgica para cubrir el defecto.
Operaciones correctoras
El rodete mandibular causa síntomas con poca frecuencia y aparece en un 1% de las personas. No
tiene importancia patológica en los pacientes con dientes propios, igual que el rodete palatino. Solo
en los pacientes edéntulos, en los que puede dificultar el tratamiento con una prótesis, se deberá
resecar con un corte en la cresta maxilar tras separar el periostio con una fresa bajo irrigación con
suero salino o mediante un escoplo. Después se volverán a suturar las partes blandas que lo cubren.
Para adaptar las partes blandas se colocarán almohadillados en las prótesis del maxilar inferior o en
las placas preparadas para ponerlas.
Los espolones óseos y exóstosis se deben resecar antes de colocar una prótesis. Los huesos que se
generen deberían ser nivelados con esponjosa autóloga o rellenarse con materiales inertes desde el
punto de vista biológico, como hidroxiapatita, para no perder el volumen de la cresta maxilar que
tiene tanta importancia.
Frenillo lingual
El frenillo lingual altera en raras ocasiones la colocación de una prótesis para el maxilar inferior y
se puede separar con un corte de tijera cuando se trate de un frenillo lingual –cutanizado-. Los
frenillos –carnosos- se pueden prolongar con una plastia en Z o V-Y y con frecuencia se puede
cortar en transversal y suturar tras tirar en sentido longitudinal.
Para mejorar la profundidad del vestíbulo maxilar inferior se han descrito numerosas técnicas, de
las cuales se han derivado algunos métodos convencionales en los últimos años que consiguen
buenos resultados cuando se aplican en las indicaciones correctas. Una conferencia de consenso de
la International Association of Oral and Maxillofacial Surgery celebra en 1983 en Berlín ha
afrontado este problema y ha llegado, entre otras, a las siguientes conclusiones:
• La plastia de vestíbulo con trasplantes de piel o mucosa es mejor que todos los demás
métodos; la epitelizacion secundaria no está indicada para la vertiente lingual.
En esta obra solo podemos comentar brevemente estas intervenciones, porque se trata de
operaciones mayores que se suelen realizar con anestesia general y necesitan un ingreso
hospitalario.
La plastia vestibular con epitelización secundaria del periostio del maxilar inferior se asocia a
recidivas casi totales. Las modificaciones de la preparación de la mucosa y de las suturas periósticas
no contribuyen a reducir las contracturas cicatrizales responsables de recidivas. Mediante la
colocación de liodura y colágeno no se consigue una gran mejora de los resultados, de forma que no
existen indicaciones actuales para este método.
Maxilar superior
Operaciones correctoras
Todos los espolones óseos, las exóstosis y los cantos óseos afilados que produzcan problemas se
deben resecar. Los agujeros que quedan se podrán llenar con gránulos de hidroxiapatita
subperiósticos. Una apófisis alveolar que se origina en ángulo agudo puede ampliarse lateralmente
mediante la adición de hidroxiapatita.
Una exóstosis redondeada que se localiza a lo largo de la sutura palatina se llama rodete palatino y
pone en peligro el asentamiento de una prótesis total maxilar superior, porque la resiliencia de la
mucosa de la cresta maxilar es mayor que la de la mucosa delgada que reviste el rodete palatino. La
colocación en vano de la prótesis no permite conseguir un buen resultado a largo plazo, porque la
prótesis al progresar la degradación de la apófisis alveolar se acaba apoyando sobre el rodete, con la
consiguiente aparición de dolores y la pérdida de longitud de la prótesis por la tensión mantenida al
morder. La resección del rodete palatino resulta sencilla y se puede hacer con una fresa o escoplo
tras realizar una incisión longitudinal o una incisión longitudinal amplia en sentido horizontal. Para
conseguir la adaptación postoperatoria del mucoperiostio subyacente a la base de la prótesis se
procede al almohadillado intraoperatorio de la misma con gutapercha o con tiras de yodoformo.
Tras la curación de la lesión se procede al rebasado definitivo de la prótesis.
Indicación. Los frenillos linguales y yugales tensos se deben distinguir de los pliegues linguales y
yugales para evitar tratamientos inadecuados y sentar la indicación quirúrgica correcta. Los pliegues
labiales y yugales solo aparecen en determinadas posiciones de la lengua y son manifestación de un
vestíbulo poco favorable, por lo que se pueden tratar mejor mediante una intervención destinada a
mejorar el surco. Los frenillos labiales y yugales, que se suelen localizar en el centro de los labios y
en la región premolar, contienen en su profundidad partes fibrosas, que se pueden palpar con
facilidad. Tradicionalmente durante la atención protésica se dejaban en los márgenes de la prótesis.
Dr. José Leandro Mieses Página 15 de 47
Sin embargo, en casos raros estas estructuras dificultan el asiento de la prótesis y pueden ser
resecados o trasladados mediante intervención de cirugía plástica menores, pero muy eficaces.
Entre las diversas plastias vestibulares que se pueden emplear para el maxilar superior, sólo se
puede recomendar la plastia vestibular abierta con epitelización secundaria, que tiene grandes
limitaciones para la práctica odontológica.
El odontólogo necesita una gran experiencia para poder establecer bien la indicación. A pesar de lo
sencillo que parece el procedimiento, supone una gran exigencia para la capacidad del operador.3
• Zona de soporte
• Zona de sellado periférico
• Zona de alivio
La zona de soporte es aquella zona del maxilar que está destinada a recibir las fuerzas que le serán
transmitidas por la prótesis. Esta zona está constituida por las porciones laterales de la bóveda
palatina y el reborde alveolar.
Bóveda palatina.
Es la pared superior de la cavidad bucal, la integran los dos huesos maxilares superiores y ambos
huesos palatinos, los cuales se articulan entre sí. Está limitada hacia adelante y a los lados por el
reborde alveolar.
Las láminas horizontales de los huesos palatinos, los cuales se unen en la línea media formando la
espina nasal posterior. El rafe medio puede presentar dos variedades: un surco poco profundo
rodeado de tejidos blandos o una exostosis de tamaño variable llamada torus palatino.
• Agujero palatino anterior: situado detrás de la zona correspondiente a los incisivos centrales; por
él emerge el paquete vásculo-nervioso esfeno-paIatino, protegido por la papila incisiva.
• Al lado y por detrás de este conducto encontramos los agujeros palatinos accesorios por donde
emergen los nervios palatinos medio y posterior destinado a los molares y premolares y tejidos
adyacentes.
•
• Fibrosa o masticatoria: firmemente adherida al hueso, cubre el reborde alveolar, parte lateral de
la bóveda y rafe medio, recubierta por una capa córnea, lo que le permite gran resistencia para
no lastimarse durante la masticación de alimentos duros, así mismo, resiste (sin causar daño ni
irritarse) el trauma constante que le es trasmitido en las presiones masticatorias.
!
En la mucosa que cubre la bóveda palatina encontramos:
• Papila incisiva: engrosamiento de la mucosa, de forma ovoide o piriforme que cubre el agujero
palatino anterior. Mide de 5 a 8mm. de longitud por 3 a 5mm. de ancho. Se encuentra ubicada
en la línea media entre ambos incisivos centrales superiores por detrás de éstos.
• Foveolas palatinas: son pequeñas depresiones, situadas en la unión del paladar duro con el
blando; pueden ser visibles una, o dos o ninguna. Están constituidas por la unión de conductos
excretores 3e las glándulas salivales palatinas.
La apófisis alveolar es la entidad anatómica desarrollada por el cuerpo del maxilar durante la
erupción de las piezas dentarias. Es decir, el niño edéntulo no la posee, pero la desarrolla con la
erupción de sus piezas dentarias temporarias. Luego, durante su desarrollo corporal la aumenta con
la erupción de las piezas dentarias permanentes. Las patologías que llevan a las pérdidas dentarias
determinan la involución de estas apófisis, que luego se acelera por la ausencia de función y de un
estímulo biomecánico adecuado. Todo esto culmina con la típica y conocida reabsorción ósea que
provoca el uso de prótesis removibles, parciales y totales, que puede llevar a la desaparición total de
la apófisis alveolar, reabsorción que -como hemos podido observar tantas veces puede incluir al
cuerpo de los maxilares.
A modo de repaso, luego de las extracciones dentarias comienza la rápida cicatrización de los
tejidos blandos y la lenta cicatrización del tejido óseo. De esta manera aparece una nueva entidad
anatómica que es la apófisis alveolar residual con tendencia a desaparecer a la que los protesistas
denominamos "reborde protético". Puede definirse entonces como la porción del reborde alveolar y
de los tejidos blandos que lo recubren, que queda luego de la extracción de los dientes. Se extiende
de tuberosidad a tuberosidad limitado en su parte posterior por los surcos hamulares o
pterigomaxilares.
Este ha sido el elemento retentivo más deseado para el éxito de la prótesis total removible y, hoy, lo
es para la instalación de implantes. Es un factor decisivo para oponerse a las fuerzas
desestabilizantes laterales u oblicuas que perjudican a las prótesis totales removibles.
Todos los autores coinciden que la reabsorción típica del reborde alveolar superior se realiza a
expensas de vestibular y oclusal. Esto lo hemos podido comprobar en cientos de cortes paraxiales
de tomografías axiales computarizadas, en los que se ve una cortical palatina gruesa que se prolonga
de la bóveda palatina y una cortical vestibular generalmente muy delgada que a veces casi no se ve
radiográficamente. Estos pacientes cuando pierden una pieza dentaria, realizan colapsos muy
importantes y, cuando se desdentan, necesitan flancos muy anchos.
Clasificación
Podemos clasificar los rebordes según su forma, desde una vista oclusal y en un corte vestíbulo-
palatino.
- triangulares
- ovoides
- rectangulares
Los rebordes son fundamentales para el soporte de la prótesis total removible y es evidente que a
mayor tamaño, mayor estabilidad. Pero existe una relación muy importante que es la proporción
entre el arco dentario protético y el arco del reborde. Es tan importante que las fuerzas oclusales
caigan por dentro del reborde que cuando no lo hacen se debe negociar un articulado dentario más
estrecho para favorecer la estabilidad. Esto presupone algunos inconvenientes importantes, como
son la pérdida de la estética, el soporte de los tejidos blandos, el espacio suficiente para la lengua e
inconvenientes con la fonación.
Desde el punto de vista de la geometría son más estables los rebordes cuadrados, luego le siguen los
ovoides, para concluir con los triangulares que ofrecen menos desarrollo horizontal y, por lo tanto,
menos superficie de soporte para ofrecer estabilidad.
Los rebordes triangulares o expulsivos, con base hacia el cuerpo y vértice hacía oclusal, son
generalmente rebordes superiores muy reabsorbidos, en los que se ha perdido toda la tabla externa y
no se ha tenido el cuidado de realizar regeneración ósea en los alvéolos post extracción.
Recordemos que la tabla externa vestibular superior es una lámina muy delgada, cuya pérdida es
muy rápida como respuesta a infecciones endodonticas o periodontales y muy fácil de reabsorber
por compresión protétíca. Una fisura o fractura dentaria que cause una lesión periodontal
envolvente, puede provocar la lisis completa de la tabla vestibular de esa pieza dentaria en 48 horas.
Los rebordes irregulares o retentivos pertenecen usualmente a pacientes que han tenido arcos
esqueletales más pequeños que los arcos dentarios. Los dientes protruidos avanzan con la cortical
vestibular hacia bucal y, luego de las extracciones y antes de las grandes reabsorciones, se observa
una depresión vestibular por encima de lo que eran los ápices dentarios. En realidad, han sido
protrusos alvéolo-dentarios y no del cuerpo maxilar.
Los rebordes triangulares dan mala estabilidad; los rectangulares o paralelos mejoran esta
condición y los irregulares o retentivos dificultan las impresiones, el eje de inserción, la
adaptación y el cierre periférico de las prótesis totales removibles.
Las características del reborde residual protético dependen de muchos factores, como:
• La morfología ósea preexistente (biotipo);
• La etiología de las pérdidas dentarias;
• La antigüedad quirúrgica de las extracciones;
• La técnica quirúrgica utilizada;
• La antigüedad en el uso de prótesis removibles y
• La existencia de hábitos parafuncionales.
Algunos autores, clasifican al reborde residual desde el punto de vista de la prótesis total removible
como:
• Exiguo.
• Moderado.
• Abundante. 2
El tamaño del reborde protético se evalúa y cuantifica desde la línea de inserción de los tejidos
móviles o línea cero anatómica hacia oclusal. La línea cero anatómica es la línea que separa los
tejidos móviles de los fijos y se puede visualizar de tres formas:
• Traccionando labios y carrillos perpendicularmente al reborde y observando qué tejidos
permanecen fijos (con la musculatura del paciente en estado de relajamiento);
• Por el color. El tejido fijo tiene un color rosado más pálido, a diferencia del móvil que es rosado
más rojizo (por la mayor vascularización y por la no queratinización);
• El tejido móvil presenta unos pliegues verticales que no tiene el tejido fijo. Muchas veces estos
pliegues se pueden observar claramente en el modelo primario.
• Tuberosidad:
Se trata de la porción distal del hueso maxilar superior, formada por tejido óseo medular de baja
densidad con escasa cortical. Son bilaterales y pueden ser distintas en forma y tamaño. En general
son voluminosas y ofrecen muy buen volumen para la estabilidad protética. Si presentan tamaño y
forma adecuados se trata de una zona de retención protética por excelencia.
Dr. José Leandro Mieses Página 21 de 47
Además de la forma y el tamaño de la tuberosidad, hay que apreciar la profundidad del surco
vestibular en esta zona y el espacio que queda entre la tuberosidad y la apófisis coronoides. Para
ello, se coloca el dedo índice por la cara vestibular de la tuberosidad y se le indica al paciente que
lateralice la mandíbula hacia el lado opuesto, con la boca entreabierta. De esta manera, la rama
ascendente del maxilar inferior se aproxima a la tuberosidad y determina el ancho funcional de este
corredor vestibular (disponer de un grosor de 2 a 4 mm es lo ideal).
La zona vestibular de la tuberosidad se encuentra en estrecha relación con la rama ascendente del
hueso maxilar inferior, específicamente con la apófisis coronoides. En función del volumen de
ambas (tuberosidad y apófisis), puede ocurrir que al realizar movimientos láterotrusivos hacia el
lado opuesto, la presencia del flanco protético provoque lesiones en la mucosa del carrillo. Son
lesiones intolerables que obligan a afinar el flanco protético al extremo de debilitarlo.
Una tuberosidad muy voluminosa y retentiva por vestibular impedirá retirar la impresión sin
deformarla o dificultará la inserción de la futura prótesis. Si el defecto es unilateral, generalmente
no tiene importancia. Si es bilaterales menester corregir quirúrgicamente al menos una de ellas, para
permitir un eje de inserción. En el sentido vertical, la tuberosidad alargada (descendida) puede ser
un factor que impida la colocación de piezas dentarias antagonistas, inclusive la colocación de la
base de la prótesis total removible. Cuando esto ocurra impondrá la cirugía.
• Surcos Hamulares:
b) Posterior: por la apófisis hamular o gancho del ala externa de la apófisis pterigoides. Pueden
tener una longitud variable y un ancho anteroposterior que oscila entre 5 y 10mm; su profundidad es
variable, pues depende de la mayor o menor altura de las tuberosidades. 3
Son surcos que bien abarcados por la base protetica, aumentan la estabilidad. La retención que
aporta este sector depende del volumen de la tuberosidad y de la profundidad del surco. Son
factores positivos cuando están bien marcados y tienen una mediana depresibilidad ya que permiten
comprimir con el material de impresión y obtener más sellado posterior. Cuando están desdibujados
o el ligamento pterigomandibular emerge del reborde, son un factor negativo. 2
Está representado por los tejidos móviles que van a quedar en íntimo contacto con los bordes de la
dentadura, sin que su movilidad afecte la estabilidad de la prótesis.
• Vestíbulo:
La zona estacionaria y la movible se unen contorneando todo el surco vestibular, en una línea, que
es la inserción de los músculos para-protéticos (se denominan músculos para-protéticos por tener
relación con la prótesis) y que Fornet y Tuller han llamado línea cero anatómica o línea de
inserción.
Surco vestibular:
2 Pared maxilar
Músculos Para-protéticos:
A partir de la línea media encontramos:
1. Frenillo labial: es un fuerte haz fibroso el cual debe dejarse en libertad de movimiento cuando
colocamos la prótesis. Se inserta en la línea media, cuando su inserción es baja impide la estabilidad
de la prótesis.
3. Luego encontramos la inserción del haz incisivo del semi-orbicular de los labios que se dirige
hacia arriba y afuera para terminar en la comisura labial.
4.- En orden le sigue el frenillo lateral, formado por tejido fibroso débil. Se le dará libertad de
movimiento con una escotadura en el lugar correspondiente. Este frenillo es de tejido fibroso; puede
inestabilizar la prótesis, puede existir más de un frenillo a cada lado.
5.- Algunos milímetros por encima del frenillo lateral, se encuentra el borde inferior del músculo
canino, que ocupa toda la fosa canina y cuyas fibras convergen hacia la comisura. No tiene mucho
efecto su inserción sobre la prótesis. Luego encontramos una zona libre de inserciones de 6 a 5mm
de extensión.
6.- Le siguen la inserción del músculo más importante desde el punto de vista protésico: el
buccinador.
Hasta aquí hemos determinado como límites protéticos, accidentes anatómicos claros (como son los
surcos, los tejidos móviles, los frenillos, etc.). En el sector posterior se nos presenta un área más
indefinida, un límite a diseñar, probar y aceptar, un nuevo tipo de límite. Podríamos decir, con una
visión cartográfica, que hasta ahora estudiamos límites geográficos precisos y éste sería un límite
político discutible, acerca del que se deben poner de acuerdo las partes que lo conforman (el
paciente y la prótesis total removible).
Para un análisis rápido de este sector aconsejamos trazar una línea recta entre los surcos hamulares:
éste sería un límite estándar para comenzar a diseñar nuestro límite a medida.
Nos parece oportuno analizar las ventajas de ir más hacia atrás o quedar por delante de esta línea.
Para ello conviene recordar que el paladar está formado por el paladar duro y el paladar blando. El
primero compuesto por las apófisis horizontales de los huesos palatinos y las apófisis palatinas de
los huesos maxilares. El segundo está compuesto por cinco músculos, cuatro con inserciones
extrínsecas al velo y uno con ambas inserciones intrínsecas, es decir que nacen y terminan en el
velo del paladar. Este músculo es el palatoestafilino con inserción en la espina palatina posterior, en
un extremo y, en la úvula por el otro. Los que poseen inserción externa al velo son: el periestafilino
interno o petrosalpingoestafilino, el periestafilino externo o esfenosalpingoestafilino, el
glosoestafilino o palatogloso que conforma el pilar anterior del velo del paladar o pared posterior de
la fosa retromilohioidea y el faringoestafilino o pilar posterior del velo del paladar. Estos cinco
músculos son bilaterales y simétricos.
A este sellado que se logra por compresión, se lo conoce en nuestro medio como "postdamming".
Una resiliencia mediana es deseable en este sector. Una mayor resiliencia exigirá mayor
laboriosidad para obtener sellado posterior pero mejorará mucho el resultado. Una ausencia total de
resiliencia es un factor francamente negativo. Es imprescindible la palpación táctil o la utilización
de un instrumento romo (un bruñidor grande para amalgama, por ejemplo), para evaluar la
extensión y el grado de resiliencia de los tejidos submucosos de este sector. 2
! !
Zonas de alivio:
Son aquellas zonas del maxilar en las cuales no debe existir un contacto íntimo entre prótesis y
mucosa.
Como posibles zonas de alivio tenemos:
1.- Exostosis ósea tanto vestibular como palatinas (torus). Mientras más prominentes, más profundo
será el alivio.
2.- La papila incisiva, en caso de gran reabsorción.
3.- Cresta del reborde alveolar.
De existir torus palatino, hay que evitar el contacto de la prótesis con él, ya que actúa como fulcrum
o punto de apoyo cuando la prótesis entra en contacto con dicha exostosis, produciendo
inestabilidad de la misma, lo que se puede traducir en su fractura a nivel de la línea media.
De no ser intervenida quirúrgicamente, debe aliviarse para evitar dolor e inestabilidad de la prótesis.
La topografía del maxilar inferior es mucho menos favorable para la prótesis total removible que la
del maxilar superior. Esto es claro y aceptado y se debe a dos motivos:
Como consecuencia de lo antes dicho, el maxilar inferior rara vez ofrece elementos retentivos que
obliguen a una cirugía.
Frenillo lingual
Es único y central, su función es limitar la propulsión lingual. Se debe valorar su tensión y espesor.
Salvo características exageradamente anormales, no es un elemento de importancia pues alcanza
con escotar el flanco protético lingual en la zona de contacto para evitar su acción desestabilizante
sobre la prótesis. Ya desde esta etapa diagnóstica se debe educar al paciente para que sólo realice
movimientos limitados con la lengua. Un límite puede consistir en que con la punta de la lengua
toque el paladar para que aprenda a manejarse dentro de este rango, dado que movimientos mayores
son siempre dislocantes.
Zona de soporte
Representada por el reborde alveolar residual, más el área correspondiente a la fosa y trígono
retromolar; en caso de gran reabsorción, por la porción basilar del hueso maxilar.
Presenta forma de herradura. Limitado en su parte posterior por las papilas piriformes o
almohadillas retromolares, al igual que el superior puede presentar diferentes formas, entre las más
Una línea oblicua externa bien marcada es un factor positivo, que además nos facilitará la
delimitación correcta de la cubeta individual y evitará mucho trabajo durante el recorte funcional de
la misma. La línea oblicua externa se reconoce por palpación. Para ello se coloca el dedo índice
sobre el reborde.se desliza hacia vestibular, donde nos encontramos con una depresión y, luego, con
una eminencia generalmente marcada y clara, que es la línea oblicua externa.
Apófisis Geni
Son pequeñas prominencias óseas ubicadas en la línea media de la cara lingual del cuerpo del
maxilar inferior. Se encuentran a la altura de los ápices de los incisivos inferiores y en ellas se
insertan los músculos geniohioideos y genioglosos. Siempre se las intentará cubrir con la prótesis.
Un conjunto de apófisis geni prominentes y filosas constituyen un elemento negativo para el
pronóstico. Generalmente, es suficiente, con aliviar la presión en esta zona, sin llegar a la
regularización quirúrgica que implica la desinserción y posterior reinserción y cicatrización de los
músculos.
a) Frenillo medio vestibular, el cual debe quedar libre cuando instalamos la prótesis.
b) Músculo borla de la barba (va del hueso a la piel).
c) Haz incisivo del semi-orbicular de los labios que se inserta en el hueso para luego dirigirse a la
comisura labial.
d) Frenillo lateral, haz fibroso o débil, le sigue una zona libre de inserciones.
e) A nivel de los terceros molares se inserta el músculo buccinador que cubre la línea oblicua
externa para insertarse en el reborde alveolar a nivel de los terceros molares.
Posiblemente sea la zona más difícil de delimitar y de reconocer. El operador debe familiarizarse
con la misma desde el momento del examen clínico. Para ello, previo secado de la zona,
aconsejamos marcar con lápiz tinta la inserción inferior del ligamento pterygomandibular, sobre el
reborde alveolar y también delimitar el trígono retromolar. Vestibularmente, esta línea así marcada
En esa zona posterior existe un elemento anatómico que es posible utilizar como referencia, que es
la papila piriforme. Cuando existe como tal, se observa un cuerpo piriforme, sin movilidad y
generalmente algo depresible, que es un elemento positivo para obtener sellado posterior y para
delimitar el borde posterior de la cubeta individual o, lo que es lo mismo, delimitar el borde
posterior de la prótesis inferior (a nivel del borde distal de la papila piriforme). Pero es menester
constatar con absoluta seguridad dos cosas:
- Que ese cuerpo piriforme no sea realmente un engrosamiento de la inserción inferior del
ligamento ptérigo-mandibular;
- Que el ligamento ptérigomandibular no se inserte por debajo de la papila piriforme,
provocando con su acción un desplazamiento en superficie.
En el caso en que la papila no sea tal, o se inserte por debajo de ella el ligamento, no debe ser
cubierta por la prótesis, ya que durante la dinámica del ligamento (al abrir, cerrar, o movilizar
lateralmente la mandíbula), la prótesis será desplazada y la mucosa que lo cubre, como sucede con
los frenillos, se puede erosionar, ulcerar, producir dolor y obligar a retoques y controles.
Por debajo y detrás de la papila piriforme encontramos la fosa retroalveolar, sobre la cual
encontramos tejidos graso. Es una buena zona de sellado.
Sobre la línea oblicua interna o línea milohioidea se inserta el músculo
milohioideo, el cual desciende a nivel de los premolares para insertarse en el hueso hioides, y así
dar alojamiento a la glándula sub-lingual. Luego encontramos el frenillo lingual, el cual debemos
dejar en libertad de movimiento al construir la prótesis. Por debajo del mismo se inserta en la
apófisis geni, el músculo
geniogloso el cual debe tener acción sobre la prótesis en caso de existir una reabsorción
considerable.
Zona de alivio:
Estos alivios no siempre son necesarios. Sólo se hacen en caso de que el paciente acuse dolor o bien
la estabilidad de la prótesis esté comprometida. En el caso específico del agujero mentoniano
cuando hay gran reabsorción puede quedar en la cara molar del hueso y si es comprimido por la
prótesis produce desagradables dolores, sensación de quemadura, de "electricidad". 4
• Fotografías;
• Radiografías (periapicales, panorámicas y TAC. 3D);
• Modelos montados en articulador;
• Encerados de estudio (articulado dentario de estudio).
Las fotografías se utilizan a efectos de evaluar el equilibrio facial estético con las prótesis que el
paciente porta y, en caso de disponer de fotos anteriores a su edentulismo, hacer una comparación
de su etapa dentada con la actual.
Las radiografías se deben requerir para garantizar que las prótesis apoyarán y transferirán el
esfuerzo sobre un tejido óseo sano. Conviene comenzar de lo simple a lo complejo, siendo
suficiente la utilización de la radiografía panorámica. Si el caso requiere el análisis individual de
algún sector, este debe estudiarse con radiografías periapicales.
En los casos más complejos, los modelos montados nos servirán para evaluar la concordancia o la
discrepancia esqueletal, el volumen protético necesario, la probable distribución del espacio
protético y el paralelismo o no de los rebordes residuales.
- Impresiones Primarias
- Impresiones Definitivas
Esto podría llevar a la confusión de creer que la impresión/modelo primario es sólo para estudio.
Entendemos que el objetivo de la impresión/modelo primario es obtener un modelo de estudio y,
también de trabajo. Para explicarlo nos referiremos a los siguientes temas:
La impresión primaria y el modelo de estudio permitirán observar mejor algunos detalles y reparos
anatómicos auxiliares que permitirán un diagnóstico de certeza más preciso. Se debe observar:
En ambos maxilares:
* El tipo de arco esqueletal (redondo, triangular, etc.);
* El tipo y cantidad de reborde residual;
* Comparar el arco con el antagonista (para el futuro encuentro espacial esqueletal);
* La existencia de exostosis ("torus");
* La inserción desfavorable de bridas y frenillos.
En el maxilar superior:
* El tamaño y forma de las tuberosidades;
* Surco hamular: existencia y calidad;
* El eje de inserción y extracción de la impresión definitiva, en caso de zonas retentivas;
* Zona del límite posterior;
* Las rugas palatinas: cantidad y distribución;
* El rafe medio: existencia y calidad.
En el maxilar inferior:
* La zona del límite posterior;
* Que incluya la línea oblicua externa;
* Que sea nítido el límite con el piso de boca en la zona lingual;
Si la dificultad del caso clínico lo requiere, se deben montar los modelos primarios en articulador
para poder realizar un análisis más exacto, fundamentalmente del encuentro o desencuentro
esqueletal del paciente, para ver si existe discrepancia esqueletal. Esto seguramente concluirá con
un articulado dentario de diagnóstico, tal cual se hace en prótesis parcial fija con el clásico
encerado de estudio o diagnóstico.
Generalidades
Definición
Los materiales para impresión son productos que se utilizan para copiar o reproducir en negativo los
tejidos duros y blandos de la cavidad bucal. Reproducción que posteriormente servirá para el
vaciado del material para elaborar el modelo respectivo.
Requisitos exigidos
Los materiales elásticos para impresión deben cumplir una serie de requisitos, los cuales son
aplicables a los demás materiales elásticos para impresión, entre estos se pueden mencionar:
• Económicos.
Clasificación
Los materiales dentales para impresión se pueden clasificar de acuerdo a sus propiedades físicas en:
Rígidos: Son los materiales que al endurecer tienen una consistencia rígida o dura.
Elásticos: Son aquellos que permanecen en estado elástico flexible después de haber permanecido
en la boca.
Otra manera de clasificarlos es de acuerdo con la forma como se endurecen en la boca. Unos
endurecen a la temperatura bucal, luego de haberse calentado para darle plasticidad, por ejemplo,
ceras y compuestos para modelar, otros endurecen en la boca por reacciones químicas de fraguado,
como los yesos, los hidrocoloides por gelificación y las siliconas, polisulfuros y poliéteres por
polimerización.
Impresión
Compuestos Zinquenólicos
Definición
Los compuestos zinquenólicos llamados también pastas zinquenólicas u óxidos metálicos, son
materiales rígidos para impresiones, que endurecen en la cavidad bucal satisfactoriamente,
permitiendo una buena reproducción de detalles superficiales.
Su nombre deriva de la combinación de óxido de cinc con el eugenol, sustancias que también se
utilizan en otros procedimientos odontológicos.
Usos
Propiedades
Estabilidad dimensional de los materiales para impresión, las pastas cinquenólicas son las que
presentan mayor estabilidad dimensional. Estos materiales se contraen al endurecer 0.1%
Adhesividad las pastas cinquenólicas tienen la ventaja de adherirse bien a la cubeta y por lo tanto
no necesitan adhesivos. Para hacer el modelo en yeso, no es necesario utilizar medio separador. Para
la selección de las pastas cinquenólicas se debe tomar en cuenta los factores que incluyen impresión
final como:
Ventajas
• Fácil manipulación.
• Se adhiere a la cubeta.
Desventajas
• Irritantes.
• No se pueden rebasar.
Compuestos de modelar
Definición
Los compuestos de modelar, conocidos también como godivas, modelinas, stens o compuestos para
impresiones, son materiales termoplásticos para impresiones que se ablandan por el calor y se
endurecen al enfriarse.
Requisitos
Clasificación
Los compuestos de modelar, de acuerdo con el punto de fusión, se pueden clasificar en alta media y
baja fusión. Los de alta fusión ablandan a más de 60ºC, se usan para la elaboración de cubetas,
generalmente son se color negro o blanco. Los de media fusión ablandan entre 50 y 60ºC, se usan
para tomar impresiones y son de color rojo.
Los de baja fusión ablandan a menos de 50ºC, se usan como material de impresión, vienen en
tabletas de color gris o verde.
Ventajas
• Manipulación sencilla.
• Tolerable al paciente.
Desventajas
• Se contraen al enfriarse.
Tipos de compuestos
Alginatos
Definición
Los alginatos o hidrocoloides irreversible son materiales elásticos para impresión basadas en sales
soluble del ácido algínico, obtenidas de algas marinas llamadas “Alginas”. El nombre de alginatos
proviene del nombre de estas algas.
Usos
Por la falta de reproducción de detalles superficiales finos, estos materiales no deben utilizarse en la
toma de impresiones destinadas a la fabricación de coronas, puentes fijos o incrustaciones.
Ventajas
• Bajo costo.
• Facilidad de manipulación.
• Propiedades hidrófilas.
Desventajas
• Poca estabilidad dimensional.
Definición
Los polisulfuros son materiales elásticos para impresiones. También son denominados mercaptanos
debido a la presencia de grupos mercaptanos (SH) en la cadena del polímero. De igual manera se le
conoció con el nombre de Thiokol por ser éste el hombre de la compañía que primero los patentó.
Usos
Clasificación
Los polisulfuros se clasifican en de cuerpo liviano o inyección de cuerpo regular y cuerpo pesado
para cubeta. Esta clasificación se basa en la consistencia del producto. De acuerdo con el grado de
polimerización y material de relleno, tendrá una mayor o menor fluidez.
Ventajas
• Son fácilmente desplazados por los tejidos gingivales, pero copian bien los detalles sub-
gingivales, son más hidrófilos que las siliconas convencionales y se adhieren más a la
preparación.
Desventajas
Como modelo de "trabajo", pero no definitivo, servirá para construir una cubeta individual, con el
objeto de obtener una impresión definitiva funcional precisa y tomar los registros intermaxilares y
maxilo-craneales para el montaje en el articulador. La impresión primaria nos debe permitir obtener
un modelo que reproduzca toda la zona de soporte de la futura prótesis total removible, con un
ligero desplazamiento de los accidentes anatómicos vecinos y móviles (frenillos, bridas, etc.).
Desplazarlos demasiado puede implicar deformarlos, y esto producirá inconvenientes en el diseño
de la cubeta.
Para fundamentar y desarrollar la técnica de una impresión y modelo primario nos referiremos a: el
porta material o cubeta, el material para impresión, la técnica de impresión propiamente dicha y la
técnica para confeccionar el modelo de la impresión primaría.
El porta material o cubeta debe cumplir con los requisitos básicos para la toma de toda impresión:
• Ser rígido
Si el material de la cubeta no ofrece por calidad y diseño rigidez absoluta, la misma no debe ser
utilizada. De esta manera, quedan descartadas todas las cubetas de metal delgado y de plástico
flexible, pues se deforman. Como luego deberían recuperar su forma previa a la deformación, el
porta material pasa a tener el mismo requerimiento que el material para impresiones, lo cual es
• Ser cerrado
En general, aconsejamos utilizar cubetas confeccionadas en material sólido, no perforadas, pues las
perforaciones que brindan anclaje al material le quitan presión hidráulica a la impresión, presión
que conviene aprovechar para copiar y no para que escape por los agujeros, con el solo objetivo de
obtener retención para el material. Según el material para impresiones, podría usarse la cubeta
perforada. Con los alginatos no, pues fluyen demasiado y necesitan más presión para copiar mejor.
Con las siliconas o poliéteres sí, pues tienen más viscosidad y, al pasar menos por las perforaciones,
pierden menos presión en la zona de contacto con los tejidos. La característica de estos materiales
hace difícil limpiar estas perforaciones, lo que implica una tarea trabajosa e innecesaria, pues el uso
de adhesivos en cubetas sin perforaciones es absolutamente suficiente, mucho más en prótesis total
removible, donde las zonas retentivas no abundan como en prótesis parcial fija, y la unión material/
cubeta no es tan exigida y es casi imposible que el material se desprenda de la cubeta.
• Tener un mango
El mango de la cubeta debe ser rígido y permitir sostener la cubeta mientras se carga con material.
Puede tener una pequeña perforación para poder colgarla. En la actualidad está en desuso pues las
cubetas se deben descontaminar, guardar en sobres y luego esterilizarse. Nunca se debe utilizar el
mango para traccionar (retirar) la impresión, pues de esta manera se corre el riesgo de extraerla no
axialmente. Para ello, algunas cubetas traen dos pequeñas aletas que sobresalen hacia vestibular
desde la gotera, a la altura de los premolares de ambos lados. En caso de no existir este detalle de
diseño, se debe retirar traccionando desde el borde de los flancos sin dañar el material para
impresión que desbordó.
Las cubetas no perforadas traen un borde o pestaña periférica que permite retener el material. Su
nombre original en inglés es RÍM-LOCK (reborde o pestaña, bloqueo o traba). Sí se desea aumentar
la retención del material y no correr el riesgo de que se desprenda, se debe utilizar el adhesivo
específico de cada material (alginato o elastómero). El uso cruzado de adhesivos está absolutamente
contraindicado, pues además de no cumplir su función, altera el producto.
Las cubetas para P.T.R. deben ser de flancos más bajos, pues no existen piezas dentarias, y a veces
ni siquiera rebordes. La cubeta inferior en la zona posterior debe acompañar la curva ascendente del
reborde inferior, de forma tal que enfrente al borde anterior de la rama, y permita impresionar
adecuadamente la zona del límite posterior. En la zona vestibular posterior, deberá estar levantada
de manera que cubra a la línea oblicua externa como un techo, de lo contrario se corre el riesgo de
obtener una impresión que "cubetee", es decir que muestre cubeta al descubierto. En la zona
periférica posterior, la cubeta superior debe ser recta, nunca escotada, para poder impresionar la
futura zona crítica del cierre posterior, que describiremos con detalle en la impresión definitiva. Si
En caso de no existir en stock la cubeta standard que se adecúe, se usará la que mejor se adapte al
caso, para luego, con el modelo insuficiente que se obtenga, preparar una cubeta a medida, que
permita luego tomar la impresión primaria (esta cubeta se puede hacer de resina de autocurado,
termocurado o fotocura-do). Como ejemplo podemos citar pacientes acromegálicos, asimétricos,
traumatizados o con torus linguales o palatinos exagerados.
El material de impresión.
El material para impresión debe ser elástico, por lo tanto disponemos de los hidrocoloides y los
elastómeros. Dentro del primer grupo aconsejamos utilizar el hidrocoloíde irreversible (alginato),
por su amplia difusión, su bajo costo y porque es un material que copia suficiente en una impresión
primaria y recupera aceptablemente (copia 75 u y su recuperación elástica es de 97.S %). Del
segundo grupo, en general utilizamos la masilla de silicona (o "putty") por adición. Este material se
recupera mucho mejor que el alginato (99.5 %) y "ve" mucho más (25 u). No hay que olvidar que
existen masillas duras, medianas y blandas y que dentro de estas usamos las medianas o las blandas
(las duras ejercen demasiada presión y desplazarán mucho los tejidos blandos periféricos). En
general, preferimos el alginato para ejercer menor presión cuando los tejidos no son depresibles y la
masilla de siliconas cuando son más depresibles. Si bien las características y el comportamiento de
los materiales elásticos serán exhaustivamente aclarados en otro tomo, aquí podemos recordar
algunos detalles especialmente relevantes para el éxito de su uso en prótesis total removible.
La impresión primaria podrá ser tomada a diferentes presiones, con el fin de reproducir los tejidos
de soporte en posición estática o comprimiéndolos. En realidad, a partir de este paso de la técnica,
el clínico puede aplicar o no los resultados del análisis de la depresibilidad de los tejidos
subprotéticos. Es decir, puede optar por registrar las áreas depresibles desde ese momento o dejar
esto liberado a la impresión definitiva. Nosotros creemos que comprimir selectivamente las zonas
que lo permiten mejora la estabilidad de la P.T.R., porque aumenta la calidad y cantidad de la
interfase y no altera el confort, así como también evita la compresión de las zonas no depresibles,
previene el basculamiento y la incomodidad que esto genera. Por ello, creemos aconsejable buscar
estos objetivos desde el comienzo. De acuerdo con lo dicho anteriormente podemos clasificar las
impresiones primarias en función de la presión que se ejerza: técnica para la impresión primaria con
baja presión con alginato, con alta presión con masilla de silicona y con presión dirigida con masilla
y silicona fluida.
Cubeta individual
Ser un instrumento fundamental para la toma de una impresión definitiva funcional precisa.
Desde el punto de vista mecánico, son las mismas que las cuatro primeras exigidas a una cubeta
estándar. La quinta característica también la cumplirá, ya que la diseñamos a la medida de cada
paciente. Nos referiremos entonces a las características comunes, que son las siguientes:
o Rigidez
o Ser cerrada
o Poseer mango
o Ofrecer retención
Las características específicas para una cubeta individual en prótesis total removible, deben ser:
Extenderse hasta la línea cero anatómica: ya que nuestra intención es conferirle a la cubeta
individual la forma y el ajuste de las bases definitivas, en cuanto a límites o a extensión la
construiremos acercándonos con los flancos a las zonas de inserción muscular, sin invadirla.
Ofrecer una correcta distribución de espacio para el espesor de material para impresiones: por la
misma razón la cubeta debe responder al objetivo de las bases futuras en relación con la interfase
cubeta/mucosa. Para lograr esto nos debemos remitir al examen diagnóstico y definir la impresión
definitiva en función de la depresibilidad de los tejidos. Se nos pueden presentar tres grandes
situaciones clínicas respecto de la depresibilidad tisular:
Debemos construir nuestra cubeta individual acorde al tipo de tejido. En los tejidos poco
depresibles la hacemos adaptada al modelo. En los tejidos nada depresibles, la hacemos aliviada del
modelo. Por último, en las zonas muy depresibles la construimos con una suave elevación que se
"introduzca" en el modelo y comprima el área depresible, A lo dicho desde el punto de vista de la
resistencia de los tejidos de soporte se agrega la necesidad de estudiar, en algunos casos, las zonas
retentivas, que independientemente de la resiliencia de los tejidos, son un motivo desfavorable para
la exactitud de los materiales para impresión. Por ello aconsejamos dejar mucho más lugar para el
material cuando existen retenciones, pues la recuperación elástica dependerá de que la deformación
no supere determinado porcentaje de la masa de material, y como la retención generalmente es
incambiable (salvo cirugía no muy recomendable) a más retención
Es posible concluir que las cubetas individuales pueden construirse en cualquiera de los cinco
grupos de resinas para bases de dentaduras que menciona la norma ISO 1567/99. Las más utilizadas
en nuestro medio son las de tipo I, tipo II clase I, tipo IV y tipoV.
Con "lápiz tinta" o con un marcador de punta delicada, con tinta de muy rápida evaporación (para
que no se corra), se debe marcar el contorno de la futura cubeta en el modelo. Al diseño lo debemos
dividir en maxilar superior e inferior, ya que presentan una topografía y zonas para obtener límites
muy diferentes.
En el diseño y dibujo de esta cubeta hay dos zonas bien definidas en función del comportamiento de
los tejidos móviles vecinos: La zona vestibular la extenderemos hasta la denominada "línea cero
anatómica", que en este sector es una línea de recorrido irregular que va por vestibular de
tuberosidad a tuberosidad. Desde el punto de vista histológico es la clara demarcación entre el tejido
adherido y el móvil.
La zona posterior es la que va de tuberosidad a tuberosidad pasando por los surcos hamulares. Es
una zona crítica en la que la ausencia de reborde y de músculos que cabalguen sobre la prótesis total
removible genera mucha dificultad para obtener estabilidad. Además, por la ausencia de reborde y
la distribución de los músculos, no podrán obtenerse ni retención, ni cierre funcional, por ello
debemos conformarnos con un recurso de menor cuantía: el sellado posterior. Esto no quiere decir
que no sea importante y que no deba explotarse a fondo. En esta zona limitan el paladar duro y el
blando, y es evidente que dos topografías tan distintas deben ser manejadas de diferente manera. Si
el operador le pide al paciente que pronuncie la interjección "¡Ah!" éste podrá hacer vibrar el
paladar blando, y ver cómo se proyecta hacia abajo y hacia adelante. Este pliegue entre ambos
paladares genera la denominada línea del "¡Ah!".También se la puede ver claramente tapando las
narinas del paciente y pidiéndole que sople por la nariz.
Existen dos claras escuelas en la elección del límite posterior para la cubeta y por lo tanto para la
futura base de la prótesis total removible y son:
Las que aconsejan no invadir el paladar blando se basan en que su movilidad puede provocar la
inestabilidad de la prótesis total removible superior. Para determinar el límite preciso del paladar
duro se hace vibrar el paladar blando y se extiende la cubeta exactamente hasta allí. Si se desea
preparar la cubeta promedialmente en el modelo, basta con marcar dos líneas que vayan de los
surcos hamulares a las foveolas palatinas, para luego, si se quisiera, terminar de determinarla en
boca.
Nosotros, con muchos autores, creemos que se deben aprovechar las zonas depresibles del paladar
blando vecinas al duro, en todos aquellos casos en los que por la anatomía de la bóveda palatina
éste no se descuelgue desestabílizando la prótesis total removible superior (generalmente este
desprendimiento ocurre en los paladares ojivales). En estas zonas depresibles posteriores
generaremos por diseño compresivo de la prótesis total removible el sellado posterior.
• Anterior
• Lingual anterior
• Lingual posterior
• Vestibular posterior
• Posterior
Vestibular: transcurre desde el inicio de la línea oblicua externa de un lado, hasta el inicio de la otra
línea oblicua externa. Es decir, hasta la línea cero anatómica, dejando amplia libertad a bridas y
frenillos.
Lingual posterior: es una de las zonas bilaterales y simétricas, transcurre hasta aproximadamente
distal de la papila piriforme y interna y la inserción del milohioideo.
Vestibular posterior: es una zona bilateral y simétrica que se extiende a todo lo largo de la línea
oblicua externa, desde su nacimiento anterior, hasta la papila piriforme. Se diseña hasta la vertiente
externa de la línea oblicua externa, que es generalmente visible en gran cantidad de modelos
primarios. El área interna a la línea oblicua externa es una zona de soporte muy importante, por lo
que debemos tratar de utilizarla.
El tipo de borde de flanco que se debe conseguir implica un desgaste diferente para las distintas
zonas. Es decir, hay sectores en los que la anatomía y su función requieren un borde perpendicular
al flanco y en otros se requiere un borde biselado respecto del flanco, bisel que puede ser interno o
externo. La razón de esta elección radica en un paso de técnica posterior, en el que luego del
recorte, que garantiza la no interferencia de la P.T.R. con los movimientos musculares, realizamos el
remarginado, para mejorar la acción de los músculos ante un trabajo moderado. Por ello, recortamos
perpendicularmente cuando el músculo vecino enfrente de esta manera al flanco. Lo biselamos
externamente cuando el músculo se adose lateral y externamente al flanco, y se debe gastar a bisel
interno cuando el músculo contacte internamente con el flanco.
Esta técnica se divide en tres pasos bien definidos: registro de la actividad de los tejidos blandos
periprotéticos en la cubeta superior, comprobación del equilibrio estable de la cubeta remarginada e
impresión final con la cubeta/rodete superior con elastómero.
Cierre periférico
Luego de haber recortado la cubeta, debemos agregar un material para impresiones que permita
llegar de una zona estática (línea cero anatómica) a una zona dinámica (línea cero funcional), en la
que músculos y ligamentos sean invadidos moderadamente por la prótesis, sin que la actividad
muscular generada provoque desplazamiento de la prótesis total removible o, lo que es aún mejor,
que contribuya a aumentar su estabilidad. Es decir, que pase de un cierre estático a un cierre
dinámico.
Para cualquier material que utilicemos, la técnica consiste en agregar material en estado fluido
(plástico) sobre el borde del flanco, luego introducir la cubeta en boca, de costado, apoyando en la
comisura el flanco sin material para evitar "voltear o arrastrar el material", asentar la cubeta,
tironear firmemente los tejidos blandos, que serán traccionados con el siguiente orden de recorrido:
primero hacia arriba, luego hacia afuera, hacia abajo, para concluir hacia adentro. Esto se realiza en
todo el flanco vestibular. En el sector posterior, la zona de influencia es del buccinador y en el
sector anterior, la zona labial. En el sector anterior hay que tironear el labio firmemente hacia abajo
y también hacia un lado y al otro, para dejar amplia libertad de movimiento al frenillo.
Materiales para impresiones para el registro de la actividad de los tejidos blandos periprotéticos
Los que más utilizamos son tres: técnica para el registro de la actividad de los tejidos blandos
periprotéticos con compuesto para modelar, con silicona para recorte muscular y con resina de
fotocurado
Técnica para el registro de la actividad de los tejidos blandos periprotéticos con compuesto para
modelar.
La técnica consiste en calentar el lápiz a la llama, distribuirlo en el borde (que debe estar seco) del
área elegida, luego utilizar el flameador para inducir mayor plasticidad con una temperatura
adecuada y uniforme; para evitar ingresar con una temperatura que queme, se lo sumerge en el
hidrotermostato, graduado a la mínima temperatura a la cual la pasta para modelar fluya y no
queme.
Cada operador puede elegir el orden o secuencia de sectores que prefiera, ya que no existe, a
nuestro criterio, ningún orden que ofrezca ventajas sobre otro. Todos los excesos que fluyan hacia el
interior de la cubeta deben ser recortados, ya que ésta es adaptada y todo exceso provoca
sobrecompresión en un lugar no deseado.
Se coloca adhesivo en los bordes y en la parte superior del flanco de la cubeta por vestibular. Se
carga con la silicona, que se provee en cartuchos para usar con la pistola para mezcla automática, en
todo el sector vestibular. Se procede al traccionamiento muscular como ya hemos visto.
Se analiza la impresión con el mismo criterio que se hiciera para el compuesto para modelar. . Se
coloca material en la zona del sellado posterior y se procede a insertar la cubeta en boca, a presión
constante y haciendo realizar al paciente los mismos movimientos que se solicitaron para el
compuesto para modelar.
Se analiza la concentración de material en las zonas depresibles y, en caso de que haya fluido en
exceso, se lo puede recortar. Si se desea agregar para mayor compresión, este es el momento de
hacerlo.
Una vez aprobada la calidad de la impresión, debemos prepararla para recibir el material para
modelos elegido. Un yeso piedra tipo III de buena calidad cumple ampliamente los requerimientos
de un modelo de prótesis total removible.
Vamos a centrarnos en dos aspectos necesarios para la confección de un modelo de prótesis total
removible preciso: protección de los bordes de la impresión, encajonado y preparación del zócalo
del modelo para prótesis total removible.
Luego del meticuloso esfuerzo realizado para registrar el trabajo de músculos y ligamentos en la
periferia de nuestra impresión (bordes y flancos), ahora debemos ser cuidadosos para que este
modelo posea toda esta información o "registro". Esto significa que el fondo de surco de nuestro
modelo definitivo deberá reproducir lo más exactamente posible la profundidad, el grosor y la
forma obtenidos por la impresión. Para lograrlo, aconsejamos seguir esta secuencia: cortar el exceso
de silicona desbordado por el flanco vestibular, aproximadamente a 3 ó 4 mm. por debajo y paralelo
al borde de la impresión.
Proceder a adherir a la cubeta algún material que forme una cornisa o balcón, aplicado a la misma
altura del recorte realizado en el paso anterior. A esta sobresaliencia se la conoce como protección
de bordes. En general este balcón se realiza con cera rosa en lámina o cera utility: debe tener un
ancho mínimo de 3 a 5mm. y estar perfectamente adherido o pegado a la cubeta, para poder
sostener la carga de yeso que luego descansará sobre él.
Este procedimiento hace posible contener, vibrar y dejar en reposo mientras fragua el yeso piedra o
la densita utilizada para el llenado de la impresión. Además, nos permite obtener un modelo de
dimensiones predeterminadas. Como podemos dejarlo en reposo, la densita que contacta con la
impresión tiene menos cantidad de agua (lo cual de da más resistencia), ya que el agua de
imbibición asciende hacia la superficie formando parte del zócalo.2