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Introducción
Poder predecir si un pozo producirá fluidos sin producir arena o si se requerirá algún tipo de
control de arena ha constituido la meta de muchos ingenieros de completación y proyectos de
investigación. A pesar de que existen algunas técnicas de análisis y pautas que se han diseñado
para ayudar a determinar si el control de arena es necesario, ninguna ha demostrado ser
universalmente aceptada o completamente precisa. En algunas regiones geográficas, se aplican
pautas y reglas empíricas que revisten poca validez en otras áreas del mundo. Actualmente,
predecir si una formación producirá o no arena no constituye una ciencia exacta, por lo que se
necesita mejorar los métodos. En tanto no se disponga de técnicas de predicción más exactas, la
mejor manera de definir si se requiere controlar la producción de arena en un pozo en particular
consiste en efectuar una extensa prueba de producción con una completación convencional y
observar si se produce arena. Los pozos referenciales que producen en la misma formación, en el
mismo campo y en condiciones similares son también un buen indicador de la necesidad de
aplicar controles a la producción de arena.
Resistencia de la formación
El procedimiento general que sigue la mayoría de los operadores que deben determinar si el
control de arena es necesario o no, consiste en definir la dureza de la roca de formación (es decir,
Presión de
confinamiento
Tapón
Pistón
Arena de fractura
Muestra
inconsolidada
Muestra
consolidada
Perforación
Plato de drenaje
Depósito de
fluido
Bomba
Manómetro
Figura 3.1
Aparato para probar la falla de una roca con Drawdown1
3500
3000 Pendiente = 0.6
2500
2000
1500
1000
500
0
0 2000 4000 6000
Caida de presión en el momento de la falla (psi)
Figura 3.3
Correlación de resultados de pruebas de inicio de producción de arena
Registro sónico
El registro sónico puede utilizarse como medio para determinar el potencial de producción de
arena de los pozos. Los registros sónicos llevan cuenta del tiempo que requieren las ondas
sonoras para propagarse a través de la formación en microsegundos. Por otra parte, la porosidad
se asocia al tiempo de propagación sónica. Los tiempos de propagación cortos (por ejemplo, 50
microsegundos) indican la presencia de roca dura, densa y de baja porosidad, mientras que los
tiempos de propagación largos (por ejemplo, 95 microsegundos o más) se relacionan con roca
más blanda, de menor densidad y mayor porosidad. Una técnica que suele emplearse para
determinar si se requiere controlar la producción de arena en una zona geológica determinada
consiste en correlacionar las incidencias de producción de arena con las lecturas de los registros
sónicos. Esto permite definir de manera rápida y sencilla la necesidad de controlar la producción
de arena, pero la técnica puede no ser confiable y no es aplicable rigurosamente en áreas
geológicas que no sean aquélla donde fue desarrollada.
Porosidad
La porosidad de una formación puede utilizarse como orientación para determinar la necesidad
de aplicar alguna técnica de control de arena. Si la porosidad de la formación es superior al 30%,
las probabilidades de que se requiera el control de arena son mayores, mientras que si, por el
contrario, la porosidad es inferior al 20%, las probabilidades de que se necesite dicho control son
menores. El intervalo de porosidad comprendido entre el 20% y el 30% es el que suele plantear
incertidumbre. Intuitivamente, se asocia la porosidad al grado de cementación existente en una
formación, por lo que las razones que justifican la utilización de esta técnica son comprensibles.
Es posible obtener información sobre la porosidad a partir de los registros de pozos o de los
análisis de núcleos en laboratorio.
Resumen
En algunos respectos, las inexactitudes que surgen al predecir el potencial de arenamiento de las
formaciones podrían constituir un ejercicio académico. La tecnología actual puede generar un
cálculo u otra tecnología que permita determinar con precisión si un pozo o yacimiento en
particular requerirá control de arena. Lo irónico de la situación estriba en que, una vez que se ha
diseñado y puesto a prueba el cálculo o la tecnología, el operador ya sabe si el control de arena
es necesario o no, debido a la experiencia adquirida al obtener los datos requeridos para efectuar
los cálculos.
La experiencia ha demostrado, generalmente, que el mejor enfoque que se puede adoptar para
completar pozos, especialmente en explotaciones sumamente costosas y productivas, consiste en
evitar el control de arena en aquellas situaciones donde su necesidad no se ha establecido
claramente y donde los factores económicos y el análisis de riesgo sugieren que las opciones
convencionales (sin control de arena) resultan económicamente más atractivas. La experiencia en
producción obtenida con pozos anteriores debería indicar si este enfoque es correcto. Si en efecto
el control de arena es necesario, tendrán que rehabilitarse unos cuantos pozos, tras lo cual el
problema del control de arena se resolverá definitivamente y el resto de la explotación del campo
podrá proseguir con la absoluta certeza de que ya se conocen las tendencias de producción de
arena de la formación.
Referencias
1. Penberthy, W.L. y Shaughnessy, C.M., Sand Control, Serie SPE sobre Temas
Especiales, Volumen 1, 1992.
2. Tixier, M.P., Loveless, G.W., Anderson, R.A., “Estimation of Formation Strength From
the Mechanical-Properties Log”, Journal of Petroleum Technology (marzo 1975), 283-
293.