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1. HIBRIDACIÓN Y PROPIEDADES
Introducción:
Orbitales
Orbitales “p”
Puede distribuir 6 electrones, en áreas que semejan lóbulos esferoidales. Se reconocen 3 ejes con sus
respectivos lóbulos: x, y, z, los cuales tienen energías similares. En cada lóbulo de cada eje, podremos
encontrar hasta 2 electrones.
2. Principio de Aufbau: Los electrones se ubican ocupando primero los orbitales con
menor energía.
3. Principio de Hund: No se llena un orbital con dos electrones hasta que todos los
orbitales de igual energía contengan por lo menos un electrón (“repartiendo cartas”).
Con esta distribución, el C solo podría establecer dos uniones ya que solo tiene dos electrones
desapareados. Sin embargo se verifica experimentalmente que el C es estable cuando forma 4
uniones, como en el metano, un alcano cuya fórmula es CH 4 .
Figura 4. Supuesta distribución electrónica que permitiría al C unirse a 4 átomos pero con longitudes de enlace
diferentes.
Y ENTONCES?
Durante este curso trabajaremos con compuestos en los cuales el carbono se une
covalentemente. Como vimos, en las uniones covalentes se comparten electrones. Se ubican en
orbitales moleculares, formados por solapamiento de los orbitales atómicos de los átomos
participantes.
Los hidrocarburos son una serie de compuestos en los cuales uno o más átomos de carbono se
unen con átomos de hidrógeno. Ya vimos el metano, que es el alcano más pequeño, con
solamente un átomo de C en su estructura. El alcano con 2 átomos de carbono se denomina
etano.
Existen hidrocarburos donde los enlaces no son simples. Los hidrocarburos con doble enlace
entre sus C, se denominan alquenos y aquellos en los que el enlace es triple se denominan
alquinos.
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Se forman por la combinación de dos orbitales p con un orbital s. Por lo tanto, estos orbitales
tendrán 33% de carácter s y un 66% de carácter p. La forma de los orbitales híbridos es la
siguiente:
2
Figura 9. Orbitales atómicos s, p. Disposición espacial de los orbitales híbridos sp
En el caso de los enlaces de tipo sigma (σ), el solapamiento es frontal mientras que en el caso
de los enlaces tipo pi (π), el solapamiento es de tipo lateral. Aquellos enlaces sigma, con
solapamiento frontal, se encuentran a nivel del plano y el enlace pi, con solapamiento lateral,
se observa como un área por encima y por debajo de dicho plano.
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Orbitales híbridos sp
Se forman por la combinación de un orbital p y un orbital s. Por lo tanto, estos orbitales tendrán
50% de carácter s y 50% de carácter p. La forma de los orbitales híbridos es la siguiente:
En este caso, los lóbulos de los orbitales híbridos se disponen en forma lineal, mientras que los
dos orbitales p sin hibridizar permanecen en los ejes y y z. El ángulo entre los enlaces híbridos
es de 180 °. El etino es el más pequeño de los alquinos.
En el caso de los enlaces de tipo sigma (σ), el solapamiento es frontal mientras que en el caso
de los enlaces tipo pi (π), el
solapamiento es de tipo lateral.
Aquellos enlaces sigma, con
solapamiento frontal, se
encuentran a nivel del plano y el
enlace pi, con solapamiento
lateral, se observan como áreas
por encima y por debajo de
dicho plano.
EN RESUMEN
s: 25%
sp3 109.5° 4 - p: 75% +++ 4
Tetraedro
regular
s:33%
2
sp 120° 3 1 p:66% ++ 3
Trigonal
plana
sp 180° 2 2 s: 50% + 2
p: 50% Lineal
Una forma de pensar rápidamente cuál hibridización corresponde a qué compuesto, sería:
Polaridad
Cuando se unen dos átomos iguales (por ejemplo, C-C), las electronegatividades son las
mismas, por lo que los electrones compartidos permanecen en un punto medio entre los dos
átomos. Pero si los átomos involucrados en la unión difieren en sus electronegatividades, los
electrones se desplazarán hacia el átomo más electronegativo, adquiriendo éste una cierta
densidad de carga negativa y dejando al otro con una deficiencia electrónica que le da cierta
densidad de carga positiva. Por lo que en este tipo de uniones covalentes se crea un dipolo
(distribución de dos cargas eléctricas de distinto signo e igual magnitud, separadas por cierta
distancia), razón por la cual se denominan enlaces covalentes polares.
Todo dipolo lleva asociada una magnitud vectorial denominada momento dipolar (µ). Ésta se
define como el producto de la magnitud de cargas y la distancia entre ellas, por lo que esta
cantidad vectorial, en un enlace covalente polar, representa la distribución de la densidad
electrónica de la unión.
EJEMPLOS
Interacciones intermoleculares
Éstas son muy importantes en los sólidos y líquidos, ya que las moléculas se encuentran en
contacto continuo una con otra en estas fases. Los puntos de fusión, de ebullición y las
solubilidades de compuestos orgánicos muestran los efectos de estas fuerzas de atracción.
Cabe destacar, que estas interacciones son menores que las involucradas en un enlace/unión
químico/a. Esto se evidencia en el hecho de que para romper un enlace se requiere mucha más
energía que la necesaria para vencer una interacción molecular.
Ejemplo práctico: cuando hervimos agua, vencemos las interacciones intermoleculares al entregarle energía
térmica. Así logramos que las moléculas se encuentren más separadas entre sí (pasando la materia del estado
líquido al gaseoso) pero de ninguna manera estamos rompiendo las uniones químicas de la molécula. Lo que
obtenemos al hervir agua es vapor de agua (es decir, moléculas más separadas) y NO oxígeno e hidrógeno gaseoso.
Esta atracción debe superarse cuando los líquidos se evaporan, lo que da como
resultado calores de vaporización más grandes y puntos de ebullición más elevados para
los compuestos fuertemente polares.
● Puente de hidrógeno: Este tipo de interacción es más fuerte que las anteriores. Se la
clasifica a parte pero en definitiva se trata de una interacción del tipo dipolo
permanente exagerado. Para que éste se dé se requiere que al menos una de las
moléculas involucradas presente un hidrógeno unido directamente a un átomo muy
electronegativo (F, O, N) y la otra a su vez, mínimamente debe presentar otro de estos
átomos altamente electronegativos.
Al ser tan marcada la diferencia de electronegatividades entre el hidrógeno y estos
átomos, se produce un fuerte desplazamiento electrónico que genera un dipolo muy
marcado. El hidrógeno electrofílico resultante tiene una gran afinidad electrónica por los
electrones no enlazados y es por esto que acaba formando puentes intermoleculares
con un par de electrones no enlazados de un átomo muy electronegativo perteneciente
a otra molécula (F, O, N).
Figura 15. Puentes de hidrógeno y regiones aceptoras y dadoras de éstos en las moléculas
Como se menciona en el cuadro, además de afectar a los puntos de ebullición y de fusión, las
fuerzas intermoleculares determinan las propiedades de solubilidad de los compuestos
orgánicos. Mientras que los puntos de fusión y ebullición aumentan cuanto mayores y más
fuertes son las interacciones que se dan entre las moléculas del compuesto a analizar (ya que se
debe entregar mayor energía para vencerlas y lograr el pasaje de estado); la solubilidad de un
compuesto en otro aumentará en tanto éstos sean compatibles y puedan establecerse mayores
y más fuertes interacciones entre las moléculas del soluto y las moléculas de solvente.
Esto lleva a la regla general de que las sustancias polares se disuelven en disolventes polares, y
las sustancias no polares en disolventes no polares. Esto es así ya que es necesario que las
moléculas de solvente puedan interponerse entre las moléculas de soluto y poder establecer
interacciones con éstas en orden de poder lograr una solución. Cuanto más fácil le sea al
solvente interponerse e interactuar con las moléculas de soluto, más soluble será ese soluto en
ese solvente.
Es por esto que un soluto polar será más soluble en un solvente polar que en un solvente no
polar y viceversa, ya que entre éstos pueden establecerse mayores interacciones
intermoleculares. Al mismo tiempo, lo mencionado anteriormente nos permite deducir que un
soluto de estructura más ramificada será más soluble que uno de estructura lineal, porque
permitirá que el solvente se interponga más fácilmente entre sus propias moléculas e
interactúe con éstas.
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Bibliografía:
- Fernández Cirelli A., Deluca M.E, y Du Mortier, C. 2010. Aprendiendo química orgánica.
EUDEBA, 200 pp.
- Wade L.G. Jr. 2011. Química orgánica. Pearson.7 Ed, 746 pp.