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Objetivos
1. Predecir el tipo de enlace químico que se formará entre dos átomos.
2. Dibujar estructuras de Lewis de compuestos covalentes y de compuestos
iónicos.
3. Distinguir entre fuerzas intramoleculares e intermoleculares.
4. Deducir las propiedades de las sustancias en base al tipo de fuerzas
intermoleculares que presentan.
5. Interpretar el enlace metálico mediante la teoría de bandas.
1. ENLACE QUÍMICO
En condiciones terrestres, la mayor parte de los elementos rara vez existen como átomos
aislados. El estado más generalizado es el de átomos enlazados. Por ej.: el oxígeno, el
nitrógeno, el hidrógeno y los halógenos, son moléculas diatómicas. El azufre amarillo y el
fósforo blanco existen como moléculas cuyas fórmulas son S8 y P4 respectivamente. El
carbono, en forma de diamante y grafito, así como el fósforo rojo, son macromoléculas
compuestas por muchos átomos enlazados en una red. La mayoría de los elementos
metálicos, tales como el cobre y el potasio, están formados por innumerables átomos
enlazados entre sí. Los gases nobles como el helio y el argón, existen como átomos sin
enlazar. A temperaturas superiores a 5000 °C, la mayor parte de la materia está en un
estado gaseoso monoatómico.
¿Cómo se combinan los átomos y cuáles son las fuerzas que los unen? Estos interrogantes
son fundamentales en el estudio de la química, pues los cambios químicos son
esencialmente una alteración de los enlaces químicos. De los tres tipos de fuerzas de
atracción: gravitacional, magnética y electrostática, sólo la electrostática es lo
suficientemente intensa como para justificar las energías de enlace observadas. Una de las
claves de la comprensión de la fuerza del enlace químico, fue el descubrimiento de los
gases nobles y de su comportamiento químico relativamente inerte.
Se sugirió que los átomos interactúan cambiando el número de electrones de tal forma que
adquieren la estructura electrónica de un gas noble. Con excepción del helio, que tiene una
configuración 1s2, cada gas noble tiene ocho electrones con una distribución s2p6 en su nivel
energético más elevado. La necesidad de ocho electrones da el nombre de regla del octeto
a este concepto. No obstante, hay muchas excepciones a esta regla (existen elementos que
no completan su octeto mientras que otros exceden su octeto) y hasta se han logrado
sintetizar algunos compuestos de los gases nobles.
Los enlaces químicos resultan de interacciones electrostáticas y se los clasifican en tres
grandes grupos, enlace iónico, enlace covalente y enlace metálico.
1) Enlace iónico: resulta de las interacciones electrostáticas entre iones de cargas
opuestas.
2) Enlace covalente: es el resultado de compartir electrones entre dos átomos.
3) Enlace metálico: cada átomo está unido a varios átomos vecinos por electrones que
son relativamente libres de moverse a través de la estructura tridimensional.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
Símbolos de Lewis: En estas secciones usaremos los símbolos de Lewis para representar
los átomos. Estos símbolos están formados por las letras que designan al elemento y
puntos que representan a los electrones del nivel energético más elevado, ya que son
generalmente esos los electrones que intervienen en los enlaces.
Este simbolismo es muy útil para los elementos representativos pero tiene muchas
dificultades al usarse con los elementos de transición. En el enlace de los elementos de
transición generalmente intervienen electrones de otros niveles además del último ocupado.
Las estructuras de Lewis de las sustancias iónicas se representan colocando el símbolo del
elemento entre corchetes y su carga por fuera arriba y a la derecha. En el caso de la
sustancia citada anteriormente la representación es:
−
+ ⋅⋅
[K ] :Br :
⋅ ⋅
Los compuestos iónicos tienen como propiedad más representativa su capacidad para
conducir la corriente eléctrica cuando están fundidos (dado que la corriente involucra el
movimiento de iones se los denomina conductores de segunda especie). Los compuestos
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
iónicos deben estar fundidos para que los iones puedan moverse libremente; en tanto en
estado sólido, no son conductores de la electricidad ya que los iones solamente vibran en
sus posiciones de equilibrio. Los compuestos iónicos presentan generalmente puntos de
fusión y ebullición superiores a 500 °C. Esta propiedad es consecuencia de la gran cantidad
de energía calórica que se debe suministrar para contrarrestar la gran intensidad de las
fuerzas de atracción interiónicas. Usualmente los compuestos iónicos son quebradizos y
cristalinos y están formados por un sinnúmero de iones positivos y negativos; es decir no
existen las moléculas en las sustancias iónicas sólidas. En la Figura II.1 se observa un
ejemplo de una sustancia que presenta enlace iónico.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
La molécula de nitrógeno posee un enlace triple. Este elemento posee cinco electrones en
su último nivel -recordemos que se trata de un elemento del grupo VA (15)- y para lograr los
ocho electrones que exige la regla, cada átomo aporta a la sociedad tres electrones, de
modo que comparten seis, es decir, tres pares:
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
Tanto el C como el Si pueden compartir cuatro pares de electrones, pero los átomos de C
forman enlaces múltiples en el CO2 y los del Si del SiO2 son simples.
Si empezáramos a escribir una fórmula estructural que pudiera satisfacer los dos
requerimientos de compartir electrones, tendríamos que escribir hasta el infinito: la
estructura no tiene fin. El dióxido de silicio, componente de las rocas y de la arena, es en
efecto una red tridimensional de átomos enlazados en el espacio denominada
macromolécula, en la cual no pueden identificarse moléculas individuales. Por consiguiente
"SiO2 " es una fórmula empírica (sólo indica la relación entre las cantidades de los átomos
de Si y O) y no una molecular (en cuyo caso debería representar una partícula con la
cantidad correcta de átomos de cada elemento).
Para cumplir con la regla del octeto en algunos casos debemos recurrir a enlaces covalentes
coordinados o dativos.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
el caso de la molécula del SO2, cada uno de los átomos intervinientes posee 6 electrones
externos. Para adquirir la configuración electrónica del gas noble más cercano, el S se une
por un enlace covalente doble con uno de los átomos de O. Ambos átomos han logrado el
octeto, pero el segundo átomo de O, aún no se ha unido a los anteriores. Lo hace mediante
una covalencia dativa del azufre, ya que de otra manera el S superaría los 8 electrones al
compartir nuevos pares con el segundo O.
Es importante insistir en que la unión coordinada -así como la distinción entre electrones de
átomos diferentes- es sólo un medio para lograr la estructura adecuada, pero una vez
establecida la unión es indistinguible de la unión covalente común y no le confiere a la
molécula propiedades diferenciales respecto de ésta.
Ejemplo: H3PO4
Con los aniones derivados de estas sustancias se trabaja de igual manera, teniendo en
cuenta que las cargas negativas se deben a electrones adicionales que se colocan uno en
cada oxígeno. Intente realizar las representaciones de los siguientes aniones: H2PO4- y
HPO4=
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
δ+ δ-
..
H Cl :
..
Se dice, entonces, que estos enlaces covalentes son polares, para diferenciarlos de los
enlaces Cl Cl o H H que son no polares (Figura II.4). El caso límite de desigualdad en
los electrones compartidos es el enlace iónico en los compuestos CsF, NaCl o CaF2. Por lo
tanto, el enlace covalente no polar y el enlace iónico son casos extremos de la distribución
de un par de electrones entre dos núcleos. Entre estos dos extremos se encuentran situados
los enlaces covalentes polares.
En la Tabla II.1 se muestra el carácter iónico porcentual del enlace según la diferencia de
electronegatividad de los átomos que lo forman.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
+ -
Figura II.5: Orientación de moléculas polares: (a) sin campo eléctrico; (b) con campo eléctrico.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
Las moléculas diatómicas con enlace covalente polar presentan, obviamente, momento
dipolar no nulo. En el caso de las moléculas triatómicas, la presencia de enlaces polares no
garantiza que la molécula sea polar. Lo mismo ocurrirá en moléculas con mayor número de
átomos.
Ejemplificaremos mediante dos moléculas triatómicas: El CO2 presenta enlaces C-O que son
polares ya que los átomos tienen distinta electronegatividad; como la molécula es lineal (el
ángulo OCO es 180°), los vectores momento dipolar generados por cada enlace resultan
opuestos y, debido a que son de igual magnitud, el momento dipolar resultante es cero. En
cambio, la molécula de H2O es angular (el ángulo HOH es distinto de 180°), de modo que la
composición de los dos vectores momento dipolar resulta en un momento dipolar no nulo
(en rigor, bastante elevado).
La regla del octeto se aplica sobre todo a elementos del segundo período. Sin embargo, en
elementos pertenecientes al tercer período en adelante puede producirse una "expansión
del octeto". Esto es debido a que pueden ser utilizados en el enlace los subniveles d.
Ejemplo: PCl5
En esta molécula cada uno de los 5 electrones d del P participa de un enlace covalente con
un átomo de Cl. En consecuencia, 10 electrones rodearán al átomo central. Se cumple el
octeto para el Cl y no para el P.
Dejamos como ejercicio para el lector la representación de las estructuras de Lewis de las
sustancias SF6 y IF7 y la verificación de la extensión del octeto en estos casos. Debe
hacerse notar que tanto el S como el P forman también numerosos compuestos que
cumplen la regla del octeto.
En algunos compuestos el número de electrones que rodea al átomo central es menor que
8, constituyendo un "octeto incompleto".
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
Ejemplo: BF3
En esta molécula, sólo 6 electrones rodean al B, aunque los átomos de F cumplen el octeto.
Ejemplo: NO
Los metales comparten ciertas similitudes que nos permiten clasificarlas como metálicas.
Una superficie metálica tiene un lustre característico. Además, los metales que podemos
manipular con las manos desnudas producen una sensación fría característica relacionada
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
con su elevada conductividad térmica. Los metales tienen también una alta conductividad
eléctrica; la corriente eléctrica fluye fácilmente a través de ellos. El flujo de corriente se
produce sin que haya desplazamiento de átomos dentro de la estructura metálica y se debe
al flujo de electrones en el interior del metal. La conductividad térmica de un metal es por lo
común paralela a su conductividad eléctrica. Por ejemplo, la plata y el cobre, que poseen las
conductividades eléctricas más elevadas, también muestran las conductividades térmicas
más altas. Esta observación sugiere que los dos tipos de conductividad tienen el mismo
origen en los metales.
Casi todos los metales son maleables, lo que significa que se pueden martillar para formar
hojas delgadas, y dúctiles, es decir, se pueden estirar para formar alambres. Estas
propiedades indican que los átomos son capaces de deslizarse unos respecto de los otros.
Los sólidos iónicos o los cristales de la mayoría de los compuestos covalentes no muestran
este comportamiento. Esta clase de sólidos son típicamente quebradizos y se fracturan con
facilidad.
Casi todos los metales forman estructuras sólidas en las que los átomos están dispuestos
como esferas empacadas de manera compacta. El número de electrones de la capa de
valencia disponibles para la formación de enlaces es insuficiente para que un átomo forme
un enlace de par electrónico con cada uno de sus vecinos. Para que cada átomo comparta
sus electrones enlazantes con todos sus vecinos, estos electrones deben ser capaces de
moverse de una región de enlace a otra.
Un modelo muy sencillo que explica alguna de las características más importantes de los
metales es el modelo de mar de electrones. En este modelo el metal se representa como un
conjunto de cationes metálicos en un “mar” de electrones de valencia como se ilustra en la
Figura II.6:
Los electrones deben estar confinados al metal por las atracciones electrostáticas hacia los
cationes, y están distribuidos de manera uniforme en toda la estructura. Sin embargo, los
electrones son móviles y ningún electrón en particular está confinado a un ion metálico
específico. Cuando un alambre metálico se conecta a los bornes de una batería, los
electrones fluyen a través del metal hacia el borne positivo y hacia el metal desde la batería
en el borne negativo. La alta conductividad térmica de los metales también se explica por la
movilidad de los electrones, la cuál permite transferir fácilmente la energía cinética por todo
el sólido. La capacidad de deformación de los metales (maleabilidad y ductilidad) se puede
explicar por el hecho de que los átomos metálicos se pueden mover sin que se rompan
enlaces específicos. El material se adapta sin dificultad al cambio de posición de los átomos,
producto de la nueva forma del metal, a través de una redistribución de los electrones.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
Figura II.7: Niveles de energía electrónica en un átomo libre simple y en átomos de la red cristalina.
En un cristal metálico, las bandas más bajas están llenas, es decir, todos los niveles están
ocupados, pero la banda más elevada, llamada banda de conducción sólo está ocupada
parcialmente por los electrones "libres". Al aplicarse al metal un potencial eléctrico los
electrones de una banda llena no pueden ser transferidos a otros niveles de la misma
banda, ya que en esta banda no existen niveles vacantes.
Los electrones que se encuentran en las proximidades del borde superior de la banda
parcialmente llena pueden pasar a los niveles no ocupados ligeramente superiores dentro
de la misma banda. Pueden entonces moverse libremente de un átomo (o ion) a otro,
haciéndose así posible la conducción eléctrica.
Si las bandas electrónicas ocupadas del sólido están completamente llenas y hay una gran
diferencia de energía entre la banda de mayor energía ocupada por electrones (banda de
valencia) y la banda de menor energía vacía (banda de conducción), la sustancia es un
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
aislador ya que no existen niveles no ocupados disponibles para los electrones dentro de la
banda de valencia y la promoción de un electrón desde la banda de valencia hacia la banda
de conducción requiere de mucha energía. Este es el caso, por ejemplo, de numerosos
sólidos no metálicos, como ser carbono (diamante), silicio, azufre, fósforo, etc., en los cuales
cada átomo tiene completo su octeto electrónico formando uniones covalentes con todos
sus vecinos más cercanos (Figura II.8). En principio, un aislador podría convertirse en
conductor si uno (o más) de los electrones de la banda más elevada pudiera ser expulsado,
dejando así un nivel vacante en esta banda; al mismo tiempo, el electrón es llevado a una
banda superior donde se dispone de muchos niveles vacantes. En general, se necesita una
gran energía para provocar la transferencia aludida de un electrón de una banda a otra, pero
en algunos pocos casos es suficiente la energía de un fotón de luz visible o de radiación
ultravioleta. Las sustancias de este tipo, como son el selenio y el germanio, se denominan
fotoconductores.
1.3.4. Superconductividad
Como podemos ver en la Figura II.9, un conductor metálico disminuye su conductividad con
la temperatura (o lo que es lo mismo aumenta su resistencia). Un semiconductor aumenta
su conductividad con la temperatura (disminuye su resistencia). Un superconductor es una
sustancia cuya resistencia es 0 (conductividad ∞) hasta cierta temperatura, luego su
resistencia se hace alta, por lo tanto disminuye su conductividad.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
2. FUERZAS
En las secciones anteriores se estudiaron las fuerzas de atracción entre átomos. Se
considerarán ahora las fuerzas de atracción intermoleculares, es decir, las que actúan entre
moléculas, iones y entre ambos. Estas fuerzas intermoleculares determinan si una sustancia
existirá en forma gaseosa, líquida o sólida a cierta temperatura y presión.
Figura II.10: Las moléculas polares se atraen entre sí debido a la interacción de las cargas parciales
de sus dipolos eléctricos.
A mayor momento dipolar, mayores fuerzas, las que varían según 1/d4 siendo d la distancia
intermolecular. Por lo tanto, estas fuerzas son efectivas solo a distancias cortas. En los
líquidos, las moléculas polares son libres de moverse en relación con las demás; en algunas
ocasiones adoptan una orientación que es atractiva y en otras ocasiones una orientación
que es repulsiva. Sin embargo, en promedio resulta en una interacción atractiva entre las
moléculas.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
La energía de interacción, E, entre un ion y un dipolo, depende de la carga del ion, Q, y del
momento dipolar, µ, y de la distancia, d, del centro del ion al punto medio del dipolo:
E ∝ Qµ/ d2
Las fuerzas ion-dipolo son especialmente importantes en disoluciones de sustancias iónicas
en líquidos polares. Por ejemplo, en una disolución acuosa de NaCl, los iones Na+ y Cl- se
rodean de moléculas de agua actuando como un aislante eléctrico que mantiene a los iones
separados.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
F H - - - - -F H - - - - - F H - - - - F H
Se puede mencionar aquí que los puentes de hidrógeno, aunque más fuertes que las
atracciones dipolo-dipolo, son mucho más débiles que los enlaces ordinarios, de modo que
se rompen fácilmente cuando la temperatura se eleva, su valor está en el intervalo de 15 a
20 KJ/mol.
Este enlace es responsable de los puntos de fusión y ebullición inusualmente altos de
compuestos tales como el HF, el H2O y el NH3, en comparación con compuestos del
hidrógeno con los otros elementos del grupo VII A (17), VI A (16) y V A (15)
respectivamente (Figura II.14)
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Grupo VI
Temperatura de ebullición [°C]
100 A
50 Grupo VII A
HF
H2Te
0 Grupo V A
NH3 SbH3
H2Se
H2S HI
-50 AsH3
SnH4
HCl HBr
PH3
-100 GeH4
SiH4
-150 Grupo IV A
CH4
-200
0 20 40 60 80 100 120 140
Peso Molecular
Figura II.14: Gráfico de Temperatura de ebullición vs. Peso molecular para sustancias con diferentes
enlaces.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
a cada átomo de oxígeno, y cada uno de éstos tiene dos pares de electrones aislados donde
pueden adherirse los puentes de hidrógeno, es posible que cada molécula de agua esté
rodeada por otras cuatro conectadas con la molécula central por puentes de hidrógeno. Esta
estructura existe, en efecto, en el hielo, donde cada cristal está formado prácticamente por
una “molécula” grande, ya que cada unidad H2O se encuentra unida a otras cuatro. Después
de la fusión persiste la misma estructura en gran parte en el agua líquida en la vecindad de
0º C, pero a medida que la temperatura se eleva se produce en parte la ruptura de los
puentes de hidrógeno. No obstante, en el agua líquida, a temperaturas ordinarias, existe aún
una complejidad considerable, puesto que en todo momento cada unidad H2O se halla unida
por puentes de hidrógeno a otras dos o tres unidades. Aunque probablemente hay un
continuo intercambio entre las moléculas del líquido, es evidente que existen en el agua
estructuras que comprenden un gran número de moléculas, aunque no definido. Como el
oxígeno es menos electronegativo que el flúor, el vapor de agua consiste en moléculas
simples, sin puentes de hidrógeno; eso mismo parece suceder en el amoníaco gaseoso.
Todos los gases, incluyendo los elementos con moléculas no polares como O2, N2 y F2, e
incluso los gases nobles, que son monoatómicos, como el Ne y el He, pueden licuarse. Esto
implica la existencia de cierta fuerza de atracción incluso entre estas moléculas no polares.
Puesto que estas sustancias tienen puntos de ebullición muy bajos, las fuerzas de atracción
son algo débiles y en general, casi siempre más débiles que las fuerzas dipolo-dipolo. A
estas fuerzas débiles se les llama fuerzas de London, y son importantes solo a distancias
extremadamente cortas ya que varían según 1/d7.
En una molécula de He, los electrones se mueven a cierta distancia del núcleo, en cualquier
instante puede darse que la molécula tenga un momento dipolar creado por las posiciones
específicas de los electrones. Este momento dipolar se llama momento instantáneo porque
solo dura una fracción pequeñísima de segundo; en el siguiente instante los electrones
están en diferentes posiciones y la molécula tiene un nuevo dipolo instantáneo y así
sucesivamente. Estos momentos dipolares inducidos hacen que las moléculas no polares se
atraigan entre sí.
Experimentalmente se ha determinado que algunos gases nobles y moléculas no polares,
revelan que el punto de ebullición aumenta con la polarizabilidad de la nube electrónica, esto
puede verse, en el gráfico anterior donde se observa que en ausencia de enlace por puente
de hidrógeno, los puntos de ebullición de sustancias análogas (CH4, SiH4, GeH4, SnH4)
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
aumentan con regularidad al aumentar el tamaño molecular. Las fuerzas de London tienen
lugar aún en caso de moléculas covalentes polares. La efectividad creciente de estas
fuerzas justifica el incremento de los puntos de ebullición en la secuencia HCl < HBr < HI y
SH2 < H2Se < H2Te, como queda evidenciado en el gráfico (Figura II.15) anteriormente
citado.
También esta relación depende de la forma de la molécula. Esta dependencia queda
demostrada al comparar los puntos de ebullición y fusión de dos sustancias de igual fórmula
molecular, C5H12. Una de ellas puede considerarse como una cadena en zigzag y otra como
una esfera. El acercamiento lateral de dos moléculas es más efectivo para el que tiene
forma en zigzag, así las fuerzas de London son más importantes y, por consiguiente, su
punto de ebullición es 27° C más alto.
Es importante destacar que de las fuerzas intermoleculares vistas solamente algunas
podrán estar presentes en el caso de sustancias puras. Las otras se encontrarán
únicamente en mezclas, tal como se muestra en la Tabla II.1.
Tabla II. 1: Fuerzas intermoleculares.
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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS
LA QUIMICA DE HOY
TECNICAS DE FABRICACION DE SEMICONDUCTORES
La Universidad de Illinois desarrollo un método para fabricar semiconductores que utilizan
arseniuro de galio en vez de silicio en las células fotovoltaicas. Este material abriría un
nuevo campo de aplicación en las fuentes de energía renovable ya que amplia los índices
de eficiencia de los dispositivos solares.
El arseniuro de galio (GaAs) logra mayor eficiencia y
economía en los dispositivos solares, y ofrece casi el doble
de eficiencia con relación al silicio en los dispositivos de
energía solar. Sin embargo, se utiliza en un escaso
porcentaje de aplicaciones debido a su costo elevado.
Ingenieros y científicos de la Universidad de Illinois
descubrieron como fabricar películas delgadas de arseniuro
de galio de bajo costo, reemplazando a los componentes de silicio.
El grupo de investigación de Illinois decidió depositar capas múltiples de material sobre una
oblea, en lugar de una única capa delgada sobre una pequeña lámina como se hace
habitualmente. La oblea se puede reutilizar inmediatamente para producir nuevas capas de
material. En consecuencia, es posible generar mucho más material con mayor rapidez y en
condiciones de mayor rentabilidad, si comparamos este sistema con respecto a la capa
delgada individual con la que se trabaja normalmente.
Otra de las ventajas de la técnica de múltiples capas es la eliminación de las limitaciones en
cuanto al área de trabajo, una condición especialmente importante para las células solares.
Esto significa que la oblea puede abarcar una superficie de producción mucho mayor, para
capturar luz solar, esta condición de la nueva técnica es ampliamente ventajosa. De esta
forma, se logra al mismo tiempo multiplicar el área de cobertura, generar más energía y
reducir el costo.
Los principales responsables de este trabajo son los profesores John Rogers y Xiuling Li,
de la Universidad de Illinois. Asimismo, el Departamento de Energía de los Estados Unidos
y la National Science Foundation han financiado la investigación.
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