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Capítulo 2: Enlace Químico y Fuerzas

Objetivos
1. Predecir el tipo de enlace químico que se formará entre dos átomos.
2. Dibujar estructuras de Lewis de compuestos covalentes y de compuestos
iónicos.
3. Distinguir entre fuerzas intramoleculares e intermoleculares.
4. Deducir las propiedades de las sustancias en base al tipo de fuerzas
intermoleculares que presentan.
5. Interpretar el enlace metálico mediante la teoría de bandas.

1. ENLACE QUÍMICO
En condiciones terrestres, la mayor parte de los elementos rara vez existen como átomos
aislados. El estado más generalizado es el de átomos enlazados. Por ej.: el oxígeno, el
nitrógeno, el hidrógeno y los halógenos, son moléculas diatómicas. El azufre amarillo y el
fósforo blanco existen como moléculas cuyas fórmulas son S8 y P4 respectivamente. El
carbono, en forma de diamante y grafito, así como el fósforo rojo, son macromoléculas
compuestas por muchos átomos enlazados en una red. La mayoría de los elementos
metálicos, tales como el cobre y el potasio, están formados por innumerables átomos
enlazados entre sí. Los gases nobles como el helio y el argón, existen como átomos sin
enlazar. A temperaturas superiores a 5000 °C, la mayor parte de la materia está en un
estado gaseoso monoatómico.
¿Cómo se combinan los átomos y cuáles son las fuerzas que los unen? Estos interrogantes
son fundamentales en el estudio de la química, pues los cambios químicos son
esencialmente una alteración de los enlaces químicos. De los tres tipos de fuerzas de
atracción: gravitacional, magnética y electrostática, sólo la electrostática es lo
suficientemente intensa como para justificar las energías de enlace observadas. Una de las
claves de la comprensión de la fuerza del enlace químico, fue el descubrimiento de los
gases nobles y de su comportamiento químico relativamente inerte.
Se sugirió que los átomos interactúan cambiando el número de electrones de tal forma que
adquieren la estructura electrónica de un gas noble. Con excepción del helio, que tiene una
configuración 1s2, cada gas noble tiene ocho electrones con una distribución s2p6 en su nivel
energético más elevado. La necesidad de ocho electrones da el nombre de regla del octeto
a este concepto. No obstante, hay muchas excepciones a esta regla (existen elementos que
no completan su octeto mientras que otros exceden su octeto) y hasta se han logrado
sintetizar algunos compuestos de los gases nobles.
Los enlaces químicos resultan de interacciones electrostáticas y se los clasifican en tres
grandes grupos, enlace iónico, enlace covalente y enlace metálico.
1) Enlace iónico: resulta de las interacciones electrostáticas entre iones de cargas
opuestas.
2) Enlace covalente: es el resultado de compartir electrones entre dos átomos.
3) Enlace metálico: cada átomo está unido a varios átomos vecinos por electrones que
son relativamente libres de moverse a través de la estructura tridimensional.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Símbolos de Lewis: En estas secciones usaremos los símbolos de Lewis para representar
los átomos. Estos símbolos están formados por las letras que designan al elemento y
puntos que representan a los electrones del nivel energético más elevado, ya que son
generalmente esos los electrones que intervienen en los enlaces.
Este simbolismo es muy útil para los elementos representativos pero tiene muchas
dificultades al usarse con los elementos de transición. En el enlace de los elementos de
transición generalmente intervienen electrones de otros niveles además del último ocupado.

1.1. Enlace iónico


El enlace iónico surge de las interacciones entre iones, que a menudo resulta de la
transferencia neta de uno o más electrones de un átomo o grupo de átomos a otro.
Cuando los átomos reaccionan por transferencia electrónica, el número de electrones
ganados y perdidos debe coincidir, el compuesto resultante es neutro. La formación de un
enlace iónico es muy frecuente cuando un elemento metálico con una energía de ionización
baja, reacciona con un elemento no metálico, de alta afinidad electrónica. Prácticamente,
hablaremos de enlaces iónicos cuando en un compuesto existan elementos de alta
electronegatividad (no metales del extremo derecho superior de la tabla periódica,
excluyendo los gases nobles) y otros de baja electronegatividad (en general metales del
extremo izquierdo), en otras palabras se trata de elementos cuya diferencia de
electronegatividad (∆EN) es grande, en general, mayor de 1,7.
Pasemos a considerar ahora el tipo de enlace que resulta cuando se forma bromuro de
potasio a partir de sus elementos. Cuando un átomo de potasio K (número atómico 19)
pierde 1 electrón, se convierte en ion potasio, K+ , que tiene la misma configuración del
argón (número atómico 18), que es un gas noble. Cuando un átomo de bromo Br (número
atómico 35), gana 1 electrón se transforma en un ion bromuro Br- que tiene la misma
configuración del gas noble Kriptón (número atómico 36). Los iones así formados se
atraerán por fuerzas electrostáticas y el compuesto formado, KBr, se considera unido por un
enlace iónico.
⋅⋅ ⋅⋅
⋅ → :Br : + K +
:Br : + K 
⋅ ⋅⋅
∆ENK= 0,9 ∆ENBr= 2,8 ∆ENKBr= 1,9

Las estructuras de Lewis de las sustancias iónicas se representan colocando el símbolo del
elemento entre corchetes y su carga por fuera arriba y a la derecha. En el caso de la
sustancia citada anteriormente la representación es:

+  ⋅⋅ 
[K ] :Br :
 ⋅ ⋅ 

1.1.1. Propiedades de los compuestos iónicos

Los compuestos iónicos tienen como propiedad más representativa su capacidad para
conducir la corriente eléctrica cuando están fundidos (dado que la corriente involucra el
movimiento de iones se los denomina conductores de segunda especie). Los compuestos

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

iónicos deben estar fundidos para que los iones puedan moverse libremente; en tanto en
estado sólido, no son conductores de la electricidad ya que los iones solamente vibran en
sus posiciones de equilibrio. Los compuestos iónicos presentan generalmente puntos de
fusión y ebullición superiores a 500 °C. Esta propiedad es consecuencia de la gran cantidad
de energía calórica que se debe suministrar para contrarrestar la gran intensidad de las
fuerzas de atracción interiónicas. Usualmente los compuestos iónicos son quebradizos y
cristalinos y están formados por un sinnúmero de iones positivos y negativos; es decir no
existen las moléculas en las sustancias iónicas sólidas. En la Figura II.1 se observa un
ejemplo de una sustancia que presenta enlace iónico.

Figura II.1: Enlace iónico – Sal


El enlace entre los átomos en la sal común (cloruro de sodio) es un típico enlace iónico.

En el enlace que se forma, el sodio se transforma en catión (ion de carga positiva)


entregando su electrón de valencia al cloro, que se convierte en anión (ion de carga
negativa). Este intercambio de electrones se refleja en la diferencia de tamaño entre los
átomos y iones (izquierda). Atraídos por fuerzas electrostáticas (derecha), los iones se
organizan formando una red cristalina en la que cada uno es fuertemente atraído hacia un
grupo de ‘vecinos próximos’ de carga opuesta y, en menor medida, hacia todos los demás
iones de carga opuesta a través de todo el cristal.

1.2. Enlace covalente


Un enlace covalente se forma cuando dos átomos comparten uno o más pares de
electrones.
El enlace covalente ocurre cuando la diferencia de electronegatividad de los átomos
intervinientes, (∆EN) es menor a 1,7; esto ocurre cuando se unen no metales entre sí o no
metales con hidrógeno.
Los enlaces covalentes según su multiplicidad pueden clasificarse en enlaces covalentes
simples y enlaces covalentes múltiples (dobles o triples)

a) Enlace covalente simple:


El ejemplo más simple de este tipo de situación es la combinación de dos átomos de H para
formar una molécula de H2. Cada átomo de H necesita un electrón para ser isoelectrónico
con el átomo de He, por lo que una transferencia de electrones no puede satisfacer los
requerimientos de ambos átomos. En vez de esto, los dos átomos de hidrógeno comparten
mutuamente sus electrones.
El par compartido "pertenece" a ambos; se puede considerar que cada átomo de hidrógeno
ha ganado un electrón y ha adquirido la estructura del helio.

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En la Figura II.2 se muestra la formación de un enlace covalente entre 2 átomos de


hidrógeno:

Figura II.2: a) 2 átomos separados de H, cada uno con su electrón.


b) Se forma una nube electrónica cuando se comparten los electrones.
c) Enlace ya formado, la nube electrónica es altamente densa entre los núcleos.

El par de electrones compartidos constituye un enlace covalente simple, la presencia del


cual se representa en las estructuras de Lewis mediante un guión, H-H, o un par de puntos,
H:H. Una vez que se ha formado el enlace covalente, los dos electrones enlazantes son
atraídos por los dos núcleos, en vez de uno, y es por eso que el estado enlazado es más
estable que el no enlazado.

b) Enlaces covalentes múltiples:


Para satisfacer la regla del octeto y sus requerimientos de covalencia, es frecuente que dos
átomos tengan que compartir más de un par de electrones. Esto conduce al concepto de
enlaces múltiples. Si los pares compartidos son dos, se obtiene un enlace doble; si son tres
es un enlace triple.
Ejemplo: La molécula de oxígeno presenta un enlace doble. Este elemento posee 6
electrones en su último nivel, por pertenecer al grupo VIA (16), y para lograr los 8 electrones
que exige la regla, cada átomo aporta 2 electrones al enlace, de modo que se comparten 4
electrones, es decir, 2 pares.

La molécula de nitrógeno posee un enlace triple. Este elemento posee cinco electrones en
su último nivel -recordemos que se trata de un elemento del grupo VA (15)- y para lograr los
ocho electrones que exige la regla, cada átomo aporta a la sociedad tres electrones, de
modo que comparten seis, es decir, tres pares:

En general, dentro de un mismo grupo de la tabla periódica, la capacidad de formación de


enlaces múltiples, manteniendo un octeto de electrones, disminuye al aumentar el tamaño
del átomo. Con muy pocas excepciones, tales como el S, sólo los átomos del segundo
período, por ejemplo, C, N y O, pueden formar enlaces múltiples manteniendo ocho
electrones Pasemos a considerar los efectos que pueden resultar en la estructura de las
moléculas, la mayor o menor tendencia de sus átomos a la formación de enlaces múltiples.
Compárense los óxidos de fórmulas empíricas CO2 y SiO2.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Tanto el C como el Si pueden compartir cuatro pares de electrones, pero los átomos de C
forman enlaces múltiples en el CO2 y los del Si del SiO2 son simples.

Para el CO2 podemos escribir la estructura de Lewis , lo que corresponde a


la fórmula molecular CO2 que es idéntica a la empírica. Ahora consideremos SiO2. En
ausencia de enlaces múltiples, el Si comparte cuatro pares de electrones.

y el oxígeno comparte dos pares de electrones por lo que se satisface:

Si empezáramos a escribir una fórmula estructural que pudiera satisfacer los dos
requerimientos de compartir electrones, tendríamos que escribir hasta el infinito: la
estructura no tiene fin. El dióxido de silicio, componente de las rocas y de la arena, es en
efecto una red tridimensional de átomos enlazados en el espacio denominada
macromolécula, en la cual no pueden identificarse moléculas individuales. Por consiguiente
"SiO2 " es una fórmula empírica (sólo indica la relación entre las cantidades de los átomos
de Si y O) y no una molecular (en cuyo caso debería representar una partícula con la
cantidad correcta de átomos de cada elemento).

Figura II.3: Representación espacial del SiO2

Para cumplir con la regla del octeto en algunos casos debemos recurrir a enlaces covalentes
coordinados o dativos.

c) Enlaces covalentes coordinados o dativos.


En las sustancias covalentes consideradas previamente, cada átomo que tomaba parte de la
formación de una unión, contribuía al par compartido con un electrón; en ciertas
circunstancias, ambos electrones son proporcionados por uno solo de los átomos. La unión
resultante, se denomina covalencia coordinada dativa. Se la indica en las estructuras de las
moléculas con una flecha que se origina en el átomo que aporta los dos electrones al
enlace. Esto es sólo a los efectos didácticos, ya que una vez establecido este enlace, es
indistinguible con un enlace formado por el aporte de un electrón por cada átomo. Por ej.: en

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

el caso de la molécula del SO2, cada uno de los átomos intervinientes posee 6 electrones
externos. Para adquirir la configuración electrónica del gas noble más cercano, el S se une
por un enlace covalente doble con uno de los átomos de O. Ambos átomos han logrado el
octeto, pero el segundo átomo de O, aún no se ha unido a los anteriores. Lo hace mediante
una covalencia dativa del azufre, ya que de otra manera el S superaría los 8 electrones al
compartir nuevos pares con el segundo O.

Es importante insistir en que la unión coordinada -así como la distinción entre electrones de
átomos diferentes- es sólo un medio para lograr la estructura adecuada, pero una vez
establecida la unión es indistinguible de la unión covalente común y no le confiere a la
molécula propiedades diferenciales respecto de ésta.

1.2.1. Estructuras de Lewis de los oxácidos, cuya fórmula general HxXyOz

Sea X un no metal, H Hidrógeno, O Oxígeno y x, y, z la cantidad de átomos de cada uno de


estos elementos en la fórmula química. Un mecanismo conveniente a seguir puede
sintetizarse de la siguiente manera:
1) Colocar el no metal en el centro y rodearlo de tantos oxígenos como indica la fórmula.
Cada átomo de Hidrógeno se coloca junto a un Oxígeno.
2) Rodear a cada uno de los átomos intervinientes de sus electrones de valencia (del último
nivel).
3) Establecer los enlaces. Es conveniente comenzar por las uniones H-O ya que solamente
podrán formar un enlace covalente simple entre estos átomos; a su vez, estos oxígenos
ahora tendrán 7 electrones de valencia, pudiendo establecer solamente enlaces simples
con el átomo central. Por último, formar los enlaces con los oxígenos restantes, si es que
los hay, mediante enlace covalente múltiple o dativos.

Ejemplo: H3PO4

Con los aniones derivados de estas sustancias se trabaja de igual manera, teniendo en
cuenta que las cargas negativas se deben a electrones adicionales que se colocan uno en
cada oxígeno. Intente realizar las representaciones de los siguientes aniones: H2PO4- y
HPO4=

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Los enlaces covalentes según su polaridad pueden clasificarse en enlaces covalentes


polares y no polares.

a) Enlace covalente apolar o no polar


Entre átomos idénticos o diferentes pero de igual electronegatividad ∆EN=0, los electrones
se comparten de igual forma por ambos. A este tipo de enlace se lo denomina enlace
covalente apolar. Podemos citar los ejemplos del Hidrógeno (visto en enlace covalente
simple) (Figura II.5), oxígeno (enlace covalente doble), Nitrógeno (enlace covalente triple) o
PH3 (3 enlaces simples).

b) Enlace covalente polar


En cambio, si los dos átomos enlazados difieren en su EN como en el caso del H-Cl, o son
idénticos, pero sus vecinos no lo son, como en el caso de los dos átomos de C en H3C 
CCl3, los electrones no se comparten por igual: uno de los átomos (el más electronegativo)
atrae electrones con más fuerza que el otro. El átomo que ejerce la mayor atracción
desarrolla una cierta carga negativa; el otro adquiere una cierta carga positiva. Estas cargas
son inferiores a la unidad, -1 o +1 y se llaman cargas parciales, representadas como δ+ y δ-.
Así, dado que el cloro es más electronegativo que el hidrógeno, el cloruro de hidrógeno se
representa:

δ+ δ-
..
H  Cl :
..
Se dice, entonces, que estos enlaces covalentes son polares, para diferenciarlos de los
enlaces Cl  Cl o H  H que son no polares (Figura II.4). El caso límite de desigualdad en
los electrones compartidos es el enlace iónico en los compuestos CsF, NaCl o CaF2. Por lo
tanto, el enlace covalente no polar y el enlace iónico son casos extremos de la distribución
de un par de electrones entre dos núcleos. Entre estos dos extremos se encuentran situados
los enlaces covalentes polares.

Figura II.4: Enlace covalente

En la Tabla II.1 se muestra el carácter iónico porcentual del enlace según la diferencia de
electronegatividad de los átomos que lo forman.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Diferencia de Carácter iónico Diferencia de Carácter iónico


electronegatividad porcentual electronegatividad porcentual
0,1 0,5 1,7 51
0,2 1 1,8 55
0,3 2 1,9 59
0,4 4 2,0 60
0,5 6 2,1 67
0,6 9 2,2 70
0,7 12 2,3 74
0,8 15 2,4 76
0,9 19 2,5 79
1,0 22 2,6 82
1,1 26 2,7 84
1,2 30 2,8 86
1,3 34 2,9 88
1,4 39 3 89
1,5 43 3,1 91
1,6 47 3,2 93
Tabla II.1: Carácter iónico de un enlace según la diferencia de electronegatividad de sus átomos.

Debido a la polaridad de los enlaces individuales, la totalidad de la molécula puede tener


centros con cargas positiva y negativa separados. Dicha molécula constituye entonces un
dipolo. La ilustración más simple de una molécula polar es:

+ -

El dipolo se simboliza por medio de donde la flecha apunta hacia el polo


negativo. Las moléculas polares poseen un momento dipolar, µ, que es el producto de la
magnitud de la carga efectiva q, y la distancia d, entre los centros de cargas opuestas.
µ=qxd
La unidad para µ es el debye (D), llamado así en honor de Peter Debye, quien fue uno de
los primeros investigadores en este campo. Como consecuencia del momento dipolar, las
moléculas polares tienden a orientarse en un campo eléctrico con los extremos positivos
dirigidos hacia el polo negativo del campo, y los negativos hacia el positivo (Figura II.5). La
orientación dista mucho de ser perfecta debido al desorden que les impone la energía
cinética de las moléculas.

Figura II.5: Orientación de moléculas polares: (a) sin campo eléctrico; (b) con campo eléctrico.

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Las moléculas diatómicas con enlace covalente polar presentan, obviamente, momento
dipolar no nulo. En el caso de las moléculas triatómicas, la presencia de enlaces polares no
garantiza que la molécula sea polar. Lo mismo ocurrirá en moléculas con mayor número de
átomos.
Ejemplificaremos mediante dos moléculas triatómicas: El CO2 presenta enlaces C-O que son
polares ya que los átomos tienen distinta electronegatividad; como la molécula es lineal (el
ángulo OCO es 180°), los vectores momento dipolar generados por cada enlace resultan
opuestos y, debido a que son de igual magnitud, el momento dipolar resultante es cero. En
cambio, la molécula de H2O es angular (el ángulo HOH es distinto de 180°), de modo que la
composición de los dos vectores momento dipolar resulta en un momento dipolar no nulo
(en rigor, bastante elevado).

En base al ejemplo anterior resulta clara la necesidad de conocer la geometría molecular


para decidir si un compuesto que presenta enlaces polares será polar o no. En realidad,
debido a que existe la posibilidad de medir experimentalmente el momento dipolar (o
magnitudes derivadas de su presencia), se usa precisamente esa información para aportar
datos sobre la geometría molecular. De todos modos, existen teorías que permiten predecir
en algunos casos la geometría molecular; las mismas exceden las pretensiones de este
curso.

1.2.2. Excepciones a la Regla del Octeto:

La regla del octeto se aplica sobre todo a elementos del segundo período. Sin embargo, en
elementos pertenecientes al tercer período en adelante puede producirse una "expansión
del octeto". Esto es debido a que pueden ser utilizados en el enlace los subniveles d.
Ejemplo: PCl5

En esta molécula cada uno de los 5 electrones d del P participa de un enlace covalente con
un átomo de Cl. En consecuencia, 10 electrones rodearán al átomo central. Se cumple el
octeto para el Cl y no para el P.

Dejamos como ejercicio para el lector la representación de las estructuras de Lewis de las
sustancias SF6 y IF7 y la verificación de la extensión del octeto en estos casos. Debe
hacerse notar que tanto el S como el P forman también numerosos compuestos que
cumplen la regla del octeto.
En algunos compuestos el número de electrones que rodea al átomo central es menor que
8, constituyendo un "octeto incompleto".

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Ejemplo: BF3

En esta molécula, sólo 6 electrones rodean al B, aunque los átomos de F cumplen el octeto.

Ejemplo: NO

En esta molécula 7 electrones rodean al N. Es una molécula con número impar de


electrones, y como se requiere un número par de electrones para completar 8, en estos
casos nunca se puede satisfacer la regla del octeto.

1.2.3. Propiedades de las sustancias covalentes

El enlace covalente se encuentra en dos tipos de estructuras con propiedades


características:
a) Covalente molecular, son compuestos formados por moléculas perfectamente
diferenciables. Los átomos de estas moléculas están unidos por enlaces covalentes fuertes,
pero las fuerzas entre las moléculas son débiles. Como resultado, las moléculas se pueden
separar fácilmente y debido a ello suelen ser gases, líquidos o sólidos que subliman o bien
de punto de fusión y ebullición relativamente bajos. En general no funden a temperaturas
superiores a 300°C o no hierven a más de 600°C. Estos compuestos no conducen la
corriente eléctrica.
b) Covalente macromolécula, ejemplificados por el cuarzo (SiO2) y el diamante (C).
Consisten en grandes agregados tridimensionales de átomos enlazados por enlaces
covalentes. Debido a la fuerza de estas atracciones suelen ser sólidos de punto de fusión y
ebullición muy elevados. El SiO2 funde a 1700°C y su punto de ebullición es de 2200°C, en
tanto que el diamante tiene un punto de fusión de 3500°C y de ebullición de 4200°C. Estos,
en general, tampoco conducen la corriente eléctrica.

1.3. Enlace metálico


En cualquier rama de la ciencia o de la ingeniería, nuestra capacidad para lograr avances va
de la mano con nuestra comprensión de las propiedades fundamentales de los sistemas con
los que trabajamos. Examinaremos ahora las propiedades que distinguen a los metales para
relacionar estas propiedades con un modelo de los enlaces metálicos.

1.3.1. Propiedades físicas de los metales

Los metales comparten ciertas similitudes que nos permiten clasificarlas como metálicas.
Una superficie metálica tiene un lustre característico. Además, los metales que podemos
manipular con las manos desnudas producen una sensación fría característica relacionada

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

con su elevada conductividad térmica. Los metales tienen también una alta conductividad
eléctrica; la corriente eléctrica fluye fácilmente a través de ellos. El flujo de corriente se
produce sin que haya desplazamiento de átomos dentro de la estructura metálica y se debe
al flujo de electrones en el interior del metal. La conductividad térmica de un metal es por lo
común paralela a su conductividad eléctrica. Por ejemplo, la plata y el cobre, que poseen las
conductividades eléctricas más elevadas, también muestran las conductividades térmicas
más altas. Esta observación sugiere que los dos tipos de conductividad tienen el mismo
origen en los metales.
Casi todos los metales son maleables, lo que significa que se pueden martillar para formar
hojas delgadas, y dúctiles, es decir, se pueden estirar para formar alambres. Estas
propiedades indican que los átomos son capaces de deslizarse unos respecto de los otros.
Los sólidos iónicos o los cristales de la mayoría de los compuestos covalentes no muestran
este comportamiento. Esta clase de sólidos son típicamente quebradizos y se fracturan con
facilidad.
Casi todos los metales forman estructuras sólidas en las que los átomos están dispuestos
como esferas empacadas de manera compacta. El número de electrones de la capa de
valencia disponibles para la formación de enlaces es insuficiente para que un átomo forme
un enlace de par electrónico con cada uno de sus vecinos. Para que cada átomo comparta
sus electrones enlazantes con todos sus vecinos, estos electrones deben ser capaces de
moverse de una región de enlace a otra.

1.3.2. Modelo de mar de electrones para los enlaces metálicos

Un modelo muy sencillo que explica alguna de las características más importantes de los
metales es el modelo de mar de electrones. En este modelo el metal se representa como un
conjunto de cationes metálicos en un “mar” de electrones de valencia como se ilustra en la
Figura II.6:

Figura II.6: Modelo de mar de electrones.

Los electrones deben estar confinados al metal por las atracciones electrostáticas hacia los
cationes, y están distribuidos de manera uniforme en toda la estructura. Sin embargo, los
electrones son móviles y ningún electrón en particular está confinado a un ion metálico
específico. Cuando un alambre metálico se conecta a los bornes de una batería, los
electrones fluyen a través del metal hacia el borne positivo y hacia el metal desde la batería
en el borne negativo. La alta conductividad térmica de los metales también se explica por la
movilidad de los electrones, la cuál permite transferir fácilmente la energía cinética por todo
el sólido. La capacidad de deformación de los metales (maleabilidad y ductilidad) se puede
explicar por el hecho de que los átomos metálicos se pueden mover sin que se rompan
enlaces específicos. El material se adapta sin dificultad al cambio de posición de los átomos,
producto de la nueva forma del metal, a través de una redistribución de los electrones.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

No obstante, el modelo de mar de electrones no explica adecuadamente todas las


propiedades. Por ejemplo, según el modelo la fuerza de los enlaces entre los átomos
metálicos debería aumentar a medida que lo hace el número de electrones de valencia, con
el consecuente incremento en el punto de fusión. En cambio, los metales del grupo 6B (Cr,
Mo, W), que están en el centro de los metales de transición, tienen los puntos de fusión más
altos en sus períodos respectivos. Los puntos de fusión a uno y otro lado del centro son más
bajos, lo que implica que la fuerza de los enlaces metálicos aumenta primero al crecer el
número de electrones y luego disminuye. Se observan tendencias similares en otras
propiedades físicas de los metales, como el calor de fusión, la dureza y el punto de
ebullición.
Para explicar alguna de las propiedades físicas de los metales, necesitamos un modelo más
refinado que el mar de electrones para describir los enlaces metálicos. Se obtiene un mejor
modelo aplicando los conceptos de la teoría de bandas a los metales.

1.3.3. Modelo de bandas para los metales

En un átomo aislado, los electrones posiblemente se mueven en un campo eléctrico


uniforme que tiene su centro en el núcleo. Los electrones ocupan entonces ciertos niveles
de energía definidos siendo los valores de la energía los mismos para todos los átomos
aislados. Sin embargo, cuando los átomos integran un sólido cristalino, los electrones se
encuentran en un campo eléctrico que no es uniforme, ya que varía periódicamente a través
de toda la red. Resulta de ello que los niveles de energía electrónicos ya no están
nítidamente definidos, sino que son reemplazados por bandas de niveles muy próximos que
pueden ser ocupados por los electrones (Figura II.7). Dichas bandas, en general, están
separadas por regiones de energía prohibidas, aunque en algunos casos se puede producir
la superposición entre bandas.

Figura II.7: Niveles de energía electrónica en un átomo libre simple y en átomos de la red cristalina.

En un cristal metálico, las bandas más bajas están llenas, es decir, todos los niveles están
ocupados, pero la banda más elevada, llamada banda de conducción sólo está ocupada
parcialmente por los electrones "libres". Al aplicarse al metal un potencial eléctrico los
electrones de una banda llena no pueden ser transferidos a otros niveles de la misma
banda, ya que en esta banda no existen niveles vacantes.
Los electrones que se encuentran en las proximidades del borde superior de la banda
parcialmente llena pueden pasar a los niveles no ocupados ligeramente superiores dentro
de la misma banda. Pueden entonces moverse libremente de un átomo (o ion) a otro,
haciéndose así posible la conducción eléctrica.
Si las bandas electrónicas ocupadas del sólido están completamente llenas y hay una gran
diferencia de energía entre la banda de mayor energía ocupada por electrones (banda de
valencia) y la banda de menor energía vacía (banda de conducción), la sustancia es un

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

aislador ya que no existen niveles no ocupados disponibles para los electrones dentro de la
banda de valencia y la promoción de un electrón desde la banda de valencia hacia la banda
de conducción requiere de mucha energía. Este es el caso, por ejemplo, de numerosos
sólidos no metálicos, como ser carbono (diamante), silicio, azufre, fósforo, etc., en los cuales
cada átomo tiene completo su octeto electrónico formando uniones covalentes con todos
sus vecinos más cercanos (Figura II.8). En principio, un aislador podría convertirse en
conductor si uno (o más) de los electrones de la banda más elevada pudiera ser expulsado,
dejando así un nivel vacante en esta banda; al mismo tiempo, el electrón es llevado a una
banda superior donde se dispone de muchos niveles vacantes. En general, se necesita una
gran energía para provocar la transferencia aludida de un electrón de una banda a otra, pero
en algunos pocos casos es suficiente la energía de un fotón de luz visible o de radiación
ultravioleta. Las sustancias de este tipo, como son el selenio y el germanio, se denominan
fotoconductores.

Figura II.8: Niveles de energía en (A) un conductor, (B) un aislador.

Los fotoconductores forman parte en realidad de un grupo más extenso de sustancias


conocidas como semiconductores; las mismas son normalmente aisladores, pero pueden
adquirir conductividad eléctrica, aunque en mucha menor escala que los metales, bajo
ciertas circunstancias. En años recientes se ha despertado un considerable interés en
sustancias para ser usadas como transistores, etc., que son conductores debido a la
presencia de una pequeña cantidad de impurezas.
En los semiconductores, la banda de conducción cuenta con electrones que ocasionalmente
son promovidos a ella por excitación de las bandas más bajas. La zona prohibida es más
estrecha que en el caso de los aislantes y, por consiguiente, constituye una barrera menos
difícil para dicha promoción. Estas sustancias exhiben conductividades eléctricas bajas. Una
elevación de la temperatura excita a los electrones a la banda de conducción. Este
enriquecimiento aumenta la conductividad eléctrica en mayor grado que la disminución que
provoca el aumento de vibración de los átomos. El resultado neto es que la conductividad
eléctrica de los semiconductores aumenta al elevarse la temperatura.

1.3.4. Superconductividad

Como podemos ver en la Figura II.9, un conductor metálico disminuye su conductividad con
la temperatura (o lo que es lo mismo aumenta su resistencia). Un semiconductor aumenta
su conductividad con la temperatura (disminuye su resistencia). Un superconductor es una
sustancia cuya resistencia es 0 (conductividad ∞) hasta cierta temperatura, luego su
resistencia se hace alta, por lo tanto disminuye su conductividad.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Figura II.9: Gráfico de resistencia respecto de la temperatura de los conductores

2. FUERZAS
En las secciones anteriores se estudiaron las fuerzas de atracción entre átomos. Se
considerarán ahora las fuerzas de atracción intermoleculares, es decir, las que actúan entre
moléculas, iones y entre ambos. Estas fuerzas intermoleculares determinan si una sustancia
existirá en forma gaseosa, líquida o sólida a cierta temperatura y presión.

2.1. Fuerzas dipolo-dipolo


Las interacciones dipolo-dipolo permanentes, existen entre las moléculas covalentes
polares, debido a la atracción de la zona de densidad positiva de una molécula y la zona de
densidad negativa de otra. (Figura II.10)

Figura II.10: Las moléculas polares se atraen entre sí debido a la interacción de las cargas parciales
de sus dipolos eléctricos.

A mayor momento dipolar, mayores fuerzas, las que varían según 1/d4 siendo d la distancia
intermolecular. Por lo tanto, estas fuerzas son efectivas solo a distancias cortas. En los
líquidos, las moléculas polares son libres de moverse en relación con las demás; en algunas
ocasiones adoptan una orientación que es atractiva y en otras ocasiones una orientación
que es repulsiva. Sin embargo, en promedio resulta en una interacción atractiva entre las
moléculas.

2.2. Fuerzas ion – dipolo


Una fuerza ion - dipolo existe entre un ión y la carga parcial de signo opuesto del extremo de
una molécula polar (Figura II. 11).

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

Figura II.11: Fuerza entre un catión o un anión y un dipolo.

La energía de interacción, E, entre un ion y un dipolo, depende de la carga del ion, Q, y del
momento dipolar, µ, y de la distancia, d, del centro del ion al punto medio del dipolo:
E ∝ Qµ/ d2
Las fuerzas ion-dipolo son especialmente importantes en disoluciones de sustancias iónicas
en líquidos polares. Por ejemplo, en una disolución acuosa de NaCl, los iones Na+ y Cl- se
rodean de moléculas de agua actuando como un aislante eléctrico que mantiene a los iones
separados.

2.3. Fuerzas de ion-dipolo inducido


Un ion puede alterar la densidad electrónica de un átomo o una molécula no polar que se
encuentra en su cercanía. La distribución electrónica del átomo se distorsiona por la
atracción ejercida, si el ion es positivo o por la repulsión ejercida, si el ion es negativo,
resultando la formación de un dipolo inducido (Figura II.12).

Figura II.12: Fuerzas ion - dipolo inducido.


La fortaleza de la interacción también depende de la carga del ion y de la polarizabilidad de
la molécula. Así, cuanto más esparcida esté la nube electrónica en el volumen molecular
mayor será su polarizabilidad.

2.4. Fuerzas dipolo permanente- dipolo inducido


Semejante al caso anterior con la diferencia que la partícula inductora es una molécula polar
en lugar de un ion (Figura II.13). Estas fuerzas son sólo más importantes que los dipolos
instantáneo-dipolo inducidos (London).

Figura II.13: Fuerza ion – dipolo.

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

2.5. Enlace por puente de hidrógeno


El puente de hidrógeno se produce entre un átomo de hidrógeno de un enlace muy
polarizado y un par de electrones no compartidos de un átomo muy electronegativo (F, O, N)
de una molécula vecina.
El fluoruro de hidrógeno constituye un ejemplo importante de presencia de puentes de
hidrógeno. En este caso, debido a la naturaleza fuertemente electronegativa del flúor, los
electrones de la unión pasarán la mayor parte del tiempo sobre el átomo de flúor, generando
una alta densidad de carga positiva sobre el hidrógeno y una alta densidad de carga
negativa sobre el flúor. Esta carga negativa (prácticamente puntual ya que el átomo de flúor
es pequeño) atrae al hidrógeno de una molécula vecina compartiendo con él uno de sus
pares libres. De este modo el puente de hidrógeno mantendrá unida a las dos moléculas; en
realidad, éste enlace se extenderá a otras moléculas vecinas formando finalmente una
cadena de moléculas como se ve en el esquema siguiente, en la que se ha simbolizado con
---- al puente de hidrógeno.

F  H - - - - -F  H - - - - - F  H - - - - F  H
Se puede mencionar aquí que los puentes de hidrógeno, aunque más fuertes que las
atracciones dipolo-dipolo, son mucho más débiles que los enlaces ordinarios, de modo que
se rompen fácilmente cuando la temperatura se eleva, su valor está en el intervalo de 15 a
20 KJ/mol.
Este enlace es responsable de los puntos de fusión y ebullición inusualmente altos de
compuestos tales como el HF, el H2O y el NH3, en comparación con compuestos del
hidrógeno con los otros elementos del grupo VII A (17), VI A (16) y V A (15)
respectivamente (Figura II.14)
150
Grupo VI
Temperatura de ebullición [°C]

100 A

50 Grupo VII A
HF

H2Te
0 Grupo V A
NH3 SbH3
H2Se
H2S HI
-50 AsH3
SnH4
HCl HBr
PH3
-100 GeH4
SiH4

-150 Grupo IV A
CH4

-200
0 20 40 60 80 100 120 140

Peso Molecular

Figura II.14: Gráfico de Temperatura de ebullición vs. Peso molecular para sustancias con diferentes
enlaces.

La diferencia de electronegatividad entre el hidrógeno y el carbono (grupo IV A) es pequeña


y no hay pares de electrones no compartidos sobre el carbono; por lo tanto, el CH4 no posee
enlace de hidrógeno.
Discutiremos ahora cómo la formación de enlaces de hidrógeno similares explica las
propiedades anormales del agua. En este caso, como hay dos átomos de hidrógeno unidos

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

a cada átomo de oxígeno, y cada uno de éstos tiene dos pares de electrones aislados donde
pueden adherirse los puentes de hidrógeno, es posible que cada molécula de agua esté
rodeada por otras cuatro conectadas con la molécula central por puentes de hidrógeno. Esta
estructura existe, en efecto, en el hielo, donde cada cristal está formado prácticamente por
una “molécula” grande, ya que cada unidad H2O se encuentra unida a otras cuatro. Después
de la fusión persiste la misma estructura en gran parte en el agua líquida en la vecindad de
0º C, pero a medida que la temperatura se eleva se produce en parte la ruptura de los
puentes de hidrógeno. No obstante, en el agua líquida, a temperaturas ordinarias, existe aún
una complejidad considerable, puesto que en todo momento cada unidad H2O se halla unida
por puentes de hidrógeno a otras dos o tres unidades. Aunque probablemente hay un
continuo intercambio entre las moléculas del líquido, es evidente que existen en el agua
estructuras que comprenden un gran número de moléculas, aunque no definido. Como el
oxígeno es menos electronegativo que el flúor, el vapor de agua consiste en moléculas
simples, sin puentes de hidrógeno; eso mismo parece suceder en el amoníaco gaseoso.

2.6. Fuerzas de London (dipolo instantáneo-dipolo inducido)


Las fuerzas de London, surgen de la atracción entre dos dipolos instantáneos. Los dipolos
se generan debido a fluctuaciones en la ubicación de los electrones en las moléculas.
Aunque los dipolos instantáneos cambian permanentemente de dirección, permanecen
algún tiempo atraídos entre sí (Figura II.15)

Figura II.15: Fuerzas de London

Todos los gases, incluyendo los elementos con moléculas no polares como O2, N2 y F2, e
incluso los gases nobles, que son monoatómicos, como el Ne y el He, pueden licuarse. Esto
implica la existencia de cierta fuerza de atracción incluso entre estas moléculas no polares.
Puesto que estas sustancias tienen puntos de ebullición muy bajos, las fuerzas de atracción
son algo débiles y en general, casi siempre más débiles que las fuerzas dipolo-dipolo. A
estas fuerzas débiles se les llama fuerzas de London, y son importantes solo a distancias
extremadamente cortas ya que varían según 1/d7.
En una molécula de He, los electrones se mueven a cierta distancia del núcleo, en cualquier
instante puede darse que la molécula tenga un momento dipolar creado por las posiciones
específicas de los electrones. Este momento dipolar se llama momento instantáneo porque
solo dura una fracción pequeñísima de segundo; en el siguiente instante los electrones
están en diferentes posiciones y la molécula tiene un nuevo dipolo instantáneo y así
sucesivamente. Estos momentos dipolares inducidos hacen que las moléculas no polares se
atraigan entre sí.
Experimentalmente se ha determinado que algunos gases nobles y moléculas no polares,
revelan que el punto de ebullición aumenta con la polarizabilidad de la nube electrónica, esto
puede verse, en el gráfico anterior donde se observa que en ausencia de enlace por puente
de hidrógeno, los puntos de ebullición de sustancias análogas (CH4, SiH4, GeH4, SnH4)

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

aumentan con regularidad al aumentar el tamaño molecular. Las fuerzas de London tienen
lugar aún en caso de moléculas covalentes polares. La efectividad creciente de estas
fuerzas justifica el incremento de los puntos de ebullición en la secuencia HCl < HBr < HI y
SH2 < H2Se < H2Te, como queda evidenciado en el gráfico (Figura II.15) anteriormente
citado.
También esta relación depende de la forma de la molécula. Esta dependencia queda
demostrada al comparar los puntos de ebullición y fusión de dos sustancias de igual fórmula
molecular, C5H12. Una de ellas puede considerarse como una cadena en zigzag y otra como
una esfera. El acercamiento lateral de dos moléculas es más efectivo para el que tiene
forma en zigzag, así las fuerzas de London son más importantes y, por consiguiente, su
punto de ebullición es 27° C más alto.
Es importante destacar que de las fuerzas intermoleculares vistas solamente algunas
podrán estar presentes en el caso de sustancias puras. Las otras se encontrarán
únicamente en mezclas, tal como se muestra en la Tabla II.1.
Tabla II. 1: Fuerzas intermoleculares.

Tipo de Fza. intermolecular Sustancias puras Mezclas


London  
Dipolo-dipolo  
Puente de H  
Dipolo-dipolo inducido __ 
Ion-dipolo __ 
Ion-dipolo inducido __ 

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CAPÍTULO 2 – ENLACE QUÍMICO Y FUERZAS

LA QUIMICA DE HOY
TECNICAS DE FABRICACION DE SEMICONDUCTORES
La Universidad de Illinois desarrollo un método para fabricar semiconductores que utilizan
arseniuro de galio en vez de silicio en las células fotovoltaicas. Este material abriría un
nuevo campo de aplicación en las fuentes de energía renovable ya que amplia los índices
de eficiencia de los dispositivos solares.
El arseniuro de galio (GaAs) logra mayor eficiencia y
economía en los dispositivos solares, y ofrece casi el doble
de eficiencia con relación al silicio en los dispositivos de
energía solar. Sin embargo, se utiliza en un escaso
porcentaje de aplicaciones debido a su costo elevado.
Ingenieros y científicos de la Universidad de Illinois
descubrieron como fabricar películas delgadas de arseniuro
de galio de bajo costo, reemplazando a los componentes de silicio.
El grupo de investigación de Illinois decidió depositar capas múltiples de material sobre una
oblea, en lugar de una única capa delgada sobre una pequeña lámina como se hace
habitualmente. La oblea se puede reutilizar inmediatamente para producir nuevas capas de
material. En consecuencia, es posible generar mucho más material con mayor rapidez y en
condiciones de mayor rentabilidad, si comparamos este sistema con respecto a la capa
delgada individual con la que se trabaja normalmente.
Otra de las ventajas de la técnica de múltiples capas es la eliminación de las limitaciones en
cuanto al área de trabajo, una condición especialmente importante para las células solares.
Esto significa que la oblea puede abarcar una superficie de producción mucho mayor, para
capturar luz solar, esta condición de la nueva técnica es ampliamente ventajosa. De esta
forma, se logra al mismo tiempo multiplicar el área de cobertura, generar más energía y
reducir el costo.
Los principales responsables de este trabajo son los profesores John Rogers y Xiuling Li,
de la Universidad de Illinois. Asimismo, el Departamento de Energía de los Estados Unidos
y la National Science Foundation han financiado la investigación.

¿EL GRAFENO ES EL REEMPLAZANTE DEL SILICIO?


Desde hace tiempo se piensa en el grafeno (aislado por primera vez en 2004) como
sustituto del silicio para el desarrollo de semi-conductores. Ahora se ha comprobado que se
trata del material más fuerte hasta ahora conocido. La industria de semiconductores tiene la
intención de construir ordenadores mucho más rápidos que los actuales mediante el
desarrollo de microprocesadores con transistores de grafeno. Pero, uno de los principales
impedimentos en la construcción de microprocesadores es la presión y los materiales
usados para fabricar los transistores no sólo deben tener excelentes propiedades eléctricas,
sino que también deben ser capaces de sobrevivir a la tensión a que se
ven sometidos durante el proceso de fabricación y al calentamiento
generado por repetidas operaciones. El proceso utilizado para estampar
conexiones eléctricas metálicas en los microprocesadores, por ejemplo,
ejerce una tensión que puede provocar el fallo de los chips. Pero ahora,
tras las pruebas realizadas sobre la resistencia del grafeno, parece
quedar demostrado que éste es capaz de soportarlo. Los principales fabricantes buscan
nuevas fórmulas, no solo de grafeno sino también de tecnología OLED, basada en una
capa que emite luz y está formada por componentes orgánicos (polímeros).

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