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24 de abril

San Fidel de Sigmaringa (1577-1622)

Por sus venas corría la noble sangre española, mezclada con la mismo... Fue siempre devoto, piadoso, ejemplar; jamás le vi airado...
vigorosa sangre alemana. Rey y Rosenberger son sus dos apellidos. En la cuaresma se disciplinaba todos los días y se ceñía el cilicio, como
Nace en 1577, a orillas del Danubio, en la pintoresca ciudad de yo mismo pude observarlo con estupor...».
Sigmaringa. Esta pequeña y hermosa ciudad se levanta graciosamente Frente al lema de Marcos Rey (Fidel) «mucho estudio, mucha
en el centro del ducado de Suabia, y es capital del distrito de oración, mucha penitencia», más de uno pondrá este otro programa:
Hohenzollern. «nada de oración, poco estudio, mucho gozar». Pero es evidente que
Juan Rey (su padre) es burgomaestre, caballero, católico por el primer programa puede producir héroes y santos; mientras que el
convencimiento y por tradición, jefe de una numerosa familia que Dios segundo sólo producirá muñecos o criminales...
ha bendecido con larga mano. Su madre es Genoveva Rosenberger: Terminada la carrera de abogado con brillo excepcional, Marcos
ella dirige la casa por los caminos de la oración cotidiana, con alma de Rey abrió su bufete en Ensisheim (Alsacia), poniendo su inteligencia y
artista y de santa, y va modelando los tiernos corazones de sus su corazón al servicio de todas las causas de la justicia y de la caridad.
pequeños en todas las virtudes y en todos los sacrificios. El demandante que tenía más razón a su favor, eligió a Marcos Rey; el
Uno de los niños se llama Marcos; es nuestro San Fidel. abogado de la parte contraria era un hábil tinterillo, ducho en todas
Despierto, juguetón, vivaz; pero también eminentemente piadoso y las malicias y falto de escrúpulos de conciencia. Aquel intrigante, que
aplicado al estudio. Marcos Rey (Fidel) era un prodigio de inteligencia temblaba ante la idea de tener que habérselas con los serios
y de buena memoria; el latín, las matemáticas, la historia, la filosofía, argumentos y clara honradez de Marcos, le llamó aparte y le dijo al
entraron en su cabecita con facilidad y le hicieron sabio antes que oído: "Mira, querido; no veo la razón de tanta meticulosidad en la
llegase a ser hombre. interpretación de las leyes. Hagamos un arreglo entre los dos, y ambos
Movido por un hermoso espíritu de caridad, cursó la carrera de podremos sacar partido y provecho de este litigio"».
abogado en la célebre Universidad de Friburgo de Brisgovia, y Marcos Rey quedó estupefacto ante la insolencia de su indigno
pensaba: «Yo seré el defensor de los oprimidos». Cómo hizo Marcos colega, abandonó su bufete, colgó la toga, y empezó a pensar
Rey sus estudios, nos lo dice el mismo rector de aquel instituto, el seriamente en retirarse del mundo, consagrando su vida a la causa de
profesor Andrés Zimmermann: «En la ciudad y en la Academia de Dios y de la Iglesia. Se le presentó entonces a la memoria el recuerdo
Friburgo no había quien le igualase». El joven llegó en poco tiempo a de varios amigos y alumnos suyos que hacía unos años dejaron las
ser el estudiante de mayores simpatías entre cuantos le conocieron, vanidades mundanas y vistieron el hábito capuchino; pero sobre todo
por su carácter bondadoso, por su sólida piedad y por su cultura y se acordó de Jorge, el menor y el más querido de sus hermanos, que,
cortesía admirables. en 1604, había entrado capuchino con el nombre de padre Apolinar de
Casi todas las mañanas se acercaba a los santos sacramentos, Sigmaringa, y que ahora era un fervoroso predicador del convento de
sobre todo en las festividades de Jesucristo, de la Virgen y de San Friburgo.
Francisco de Asís, e invitaba a sus compañeros de viaje a hacer lo
Alemania y Suiza pregonaban la caridad sin límites del P. mortal. Sostengo que el P. Fidel era modelo de virtud, y muy superior,
Esteban de Unterwalden y de sus compañeros, «los ángeles de los según creo, a todos los religiosos de su convento».
apestados»; Italia, Austria y España corrían en pos de la palabra fogosa Era alto y bien formado, la frente despejada, barba regular,
de San Lorenzo de Brindis; San José de Leonisa había sido una de las cabello rubio. Su mirada viva y penetrante tenía una dulzura
primeras antorchas del apostolado católico; los jóvenes aristócratas irresistible. La voz era vibrante y melodiosa. Comienza el nuevo
franceses entraban en gran número a la Orden capuchina; por todas apóstol sus correrías evangélicas en Suiza y las continúa en Austria y
partes el nombre de los austeros monjes iba rodeado con una aureola en el sur de Alemania. «Hablaba con tanta suavidad, mansedumbre y
de santidad; quizá el mismo Marcos Rey había conversado, en su eficacia, que los mismos herejes confesaban no haber oído ni visto
reciente viaje por Europa, con alguno de aquellos famosos capuchinos, jamás a un predicador más piadoso y atrayente... Muy pronto los
que eran el muelle más formidable opuesto a los avances del adversarios se trocaron en amigos. Visitaba a los enfermos, consolaba
Protestantismo. Lo cierto es que su decisión fue enérgica, madura e a los tristes, apaciguaba las discordias. Protestantes y católicos le
inquebrantable. llamaban "el Ángel de la paz"».
El obispo de Constanza, sabedor de los propósitos de Marcos El secreto de su maravillosa eficacia estaba en la oración; jamás
Rey, le aconsejó que, antes de tomar el hábito, recibiera las órdenes subió al púlpito sin recogerse una hora antes junto al sagrario, la
sagradas, para que pudiese dedicarse inmediatamente al apostolado. primera y mejor fuente de sus sermones. Mas no descuidaba tampoco
Aceptó el joven tan cuerdo consejo, y en septiembre de 1612, la preparación científica: las páginas que conservamos de su pluma,
contando 35 años, el brillante abogado subía las gradas del altar, están salpicadas de citas y textos escriturarios y patrísticos, de
ordenado de sacerdote. Su primera misa la celebró en el convento de observaciones místicas, de profundos pensamientos y de
Segunda página,
Friburgo el día 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís. Un sigue otra. consideraciones originales. Se ve en esas páginas al hombre de oración
enorme gentío se congregó en la iglesia de los capuchinos para ver y de estudio.
aquel insólito espectáculo de la renuncia de todas las ilusiones El valor de este apóstol es, en verdad, sorprendente. Descalzo,
mundanas, ofrecido valientemente por el nuevo sacerdote. Después pobremente vestido, llevando en sus manos un crucifijo y un breviario,
de la misa, fue vestido con el hábito que tanto había deseado; y en el que eran todas sus riquezas, atravesaba los valles cubiertos de nieve,
mismo momento, Marcos Rey dejó su glorioso nombre seglar y se las imponentes montañas de Suiza, los ríos helados; entraba en las
llamó el padre Fidel de Sigmaringa. El maestro de novicios, al guaridas de los protestantes y en las chozas de los mendigos; hablaba
imponerle el nuevo nombre, le dijo estas palabras que habrían de en las iglesias y en las plazas públicas; siempre sereno y lleno de
resultar espléndida profecía: «Sé fiel hasta la muerte, y recibirás la fervor, sin miedo a las continuas asechanzas que los adversarios le
corona de la vida». armaban.
Hecha la profesión religiosa un año más tarde, el antiguo El 14 de abril del mismo año, 1622, partió para el cantón de los
abogado tuvo que volver a las aulas, estudiando la teología en el grisones; pero antes quiso despedirse de sus amigos y de todo el
seminario de Constanza. Su profesor escribió de él este bello elogio: pueblo. Subió al púlpito, alrededor del cual se había congregado una
«El padre Fidel poseía un juicio maduro y clarísima inteligencia. De inmensa multitud, y dijo con voz serena: «Esta es la última vez que os
genio alegre y de admirable serenidad, adivinábase toda la inocencia y predico; por voluntad de Dios debo ir a la Rezia, y allí seguramente, y
candor de su alma. Me atrevo a decir que jamás cometió un pecado
con gran placer mío, he de acabar mi vida, asesinado por los herejes San Fidel de Sigmaringa, el apóstol de los grisones, fue
en odio a la fe católica». beatificado por Benedicto XIII y canonizado por Benedicto XIV. Es el
El día 23 de abril, una comisión de protestantes se acercó al P. protomártir de la Sagrada Congregación de Propaganda.
Fidel y le invitó hipócritamente a predicar en el pueblecito de Seewis
(engañándolo para luego intentar matarlo). La iglesia de Seewis estaba Prudencio de Salvatierra, OFMCap, San Fidel de Sigmaringa,
repleta; los enemigos se habían apresurado a tomar todas las en Ídem, Las grandes figuras capuchinas. Madrid, Ed. Studium, 1957,
posiciones. El capuchino subió serenamente al púlpito; pero luego 2.ª ed.; pp. 89-104.
palideció un instante; había encontrado allí un papel con estas
palabras: «Hoy predicarás; pero éste será tu último sermón».
De repente, sonó un estampido: una bala, dirigida contra el
orador, pegó en la pared del púlpito. El sacristán se acercó para
aconsejarle cautela; pero el capuchino le replicó: «Estad tranquilo; no
me importa la vida; ya la he puesto en manos de Dios y de su Madre».
Una turba de protestantes cayó entonces sobre ellos. El barón fue
conducido a un castillo cercano, y el P. Fidel quedó solo en medio de
sus enemigos... «¿Aceptáis nuestra fe?», le dijeron. «Yo -repuso el
santo- no he venido aquí para hacerme hereje, sino para extirpar la
herejía. En cuanto a mi cuerpo, haced de él lo que queráis». Una
espada que fulguró rápidamente vino a terminar aquel diálogo,
cayendo con fuerza sobre la cabeza del misionero. «¡Jesús, María,
¡ayudadme!», exclamó; y se postró de rodillas, mientras la sangre
borboteaba en la herida. Pero la rabia satánica de aquellas fieras no se
saciaba tan fácilmente: palos, espadas y mazas de hierro se ensañaron
en la víctima que murmuraba sus últimas palabras: «Señor,
perdónalos. Jesús, tened piedad de mí. María, asistidme».
Eran las once de la mañana del 24 de abril de 1622. El P. Fidel
contaba 45 años y 10 de vida capuchina. El mártir, aun con aliento,
quedó tendido en medio del campo, cubierto de heridas y de sangre.
Dícese que en aquel mismo sitio brotó una fuente milagrosa que
todavía existe, «la fuente de San Fidel». Poco tiempo más tarde, unos
soldados que fueron en peregrinación al lugar del martirio, hallaron
una flor desconocida, de color y perfume deliciosos; los peritos
botánicos que la vieron tuvieron que clasificarla con este nombre: es
una flor milagrosa y celestial.

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