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Síntesis:
Fragmento 2: Introduce el principio de no contradicción: hay y que no hay no-ser.
Lo que no es no se conoce, porque es irrealizable e inexpresable.
Fragmento 3: Pensar y ser conlleva lo mismo.
Fragmento 4: las cosas más complejas se van revelando a medida en que se interiorizan,
así se delimitan y se pueden fraccionar y ver su orden en partes o agruparlas.
Fragmento 6: Hay ser y nada no hay, es el primer camino. Hay quienes son arrastrados
en la ignorancia de creer que el ser y el no ser son pensados, siendo una contradicción.
Fragmento 7: Nunca se probará que hay lo que no es. Hay que apartarse de este
pensamiento.
Fragmento 11: el universo común a todo lo que contiene son incitados a llegar a ser.
Fragmento 13: la diosa entre la luz y la noche lleva lo masculino a unirse con lo
femenino para concebir a Eros, el primero de los dioses.
Comentario:
Tampoco el Ser tendría partes iguales a él mismo, sino habría muchos seres sin
haber uno supremo o único, lo cual sería ilógico con el universo, es decir, habría
muchas realidades, puesto que el Ser es lo verdadero, lo real.
Atribuye cualidades al Ser como las mismas que Aristóteles retoma en el Motor
Inmóvil. Ese Ser, no debe tener comienzo o predecesor, sino que siempre existe, sin
formularlo en un tiempo pasado o futuro, ya que permanece en sí mismo en un eterno
presente inmutable, unitario, íntegro, homogéneo, ilimitado, simple, inalterado.
Es muy interesante ver cómo Parménides, por medio de un lenguaje mítico sobre
las deidades y el devenir del ser humano, abarca cuestiones ontológicas para poder
mostrar la visión del universo a través de su orden esencial por medio del Ser.
Fuente: