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Córdova

Del pictograma al pentagrama Gutton (1993). Trataremos de estudiar a través de ellas las características de ese
intrincado interjuego de escisiones y ensamblajes operado entre la arrolladora turbu­
lencia sensual y originaria de lo puberal y los trabajos elaborativos y creativos de lo
Néstor C. Córdova adolescente. Necesaria dialéctica entre ambos, cuya síntesis contribuye con los proce­
sos de estructuración psíquica y subjetivación. Deconstruiremos e indagaremos aque­
llos procesos que conducen de lo originario a la creación, trayecto que he
Introducción denominado "del pictograma al pentagrama".

El trabajo de integrar el rigor de la teoría con la belleza no menos profunda de la


poesía responde al propósito de poner en acto un estilo creativo de investigación, De fuego y de agua. Lo puberal y lo adolescente
enseñanza y transmisión en psicoanálisis. Este proceso supone un entrecruzamiento
lúdico, entre lo ya teorizado por ciertos autores del psicoanálisis con lo ya creado por Me arde
los poetas y autores literarios, para dar lugar al surgimiento de nuevos efectos de sen­
tido, nuevos modos de cernir los aspectos más intrincados del objeto de estudio. Es Me arde
posible, entonces, como modelo de investigación y transmisión, trabajar creativa­ me arde
mente ciertos temas de la teoría psicoanalítica sin acudir exclusivamente en su demos­ es tarde para curarme
tración al recurso del caso clínico, a veces esclarecedor, pero generalmente proveniente me arde
del acervo singular del autor o del docente. me quema
Tratándose del estudio de los procesos de estructuración psíquica y subjetivación deje la sangre en la arena
en la adolescencia, la propuesta de este trabajo es recurrir al rock, producción artística me arde
musical que expresa poéticamente las vivencias �dolescentes. A modo de introducción ¡me está quemando!
diremos que el rock estalla en la escena social de la década del 50 como una nueva estoy disimulando
expresión de la juventud. Es el tiempo de las generaciones de posguerra en el que la como fuego sobre la superficie del mar
juventud comienza a tomar conciencia de sí misma y crear los significantes que la como el viento caliente del desierto
representen. Proceso de ruptura de la alienación al orden adulto en un movimiento de me quema, (me quema)
separación que conduce a los adolescentes a poner en desorden los modelos de la saber que no vas a volver
sociedad de los padres. Es así como los adolescentes, apuntalados por un proceso de en serio
grupo que les otorga cierta consistencia identitaria comienzan a crear sus propias me arde
manifestaciones artÍsticas colectivas, significantes que expresan las vivencias subjetivas me duele todo d cuero
comunes a una generación. me arde, me quema
El rock lleva la marca fundante de una nueva ola que estalla e inunda con su estri­ dejé la carne en 11 arena
,.
dente sensualidad puberal las orillas del cuerpo social instituido, al tiempo que sus me arde
acordes desacomodan y ponen en crisis el orden de lo establecido. Con sus ritmos y ¡me está quemando!
letras cargadas de erotismo simbolizó un desafío a las pautas sexuales vigentes trans­ (y) estoy disimulando
miti�s por la sociedad adulta; más precisamente, puso de manifiesto y profundizó las como fuego sobre la superficie del mar
inexorables diferencias generacionales. como el viento caliente del desierto
El rock es hoy una expresión artística popular que expresa el sentir de los jóvenes, me quema
pero además, con su rica historia, propicia los vínculos de transmisión entre genera­ (me quema)
·ciones, no sin remarcar las inevitables y necesarias diferencias entre ellas. saber
Recurriremos para nuestra tarea al análisis de algunas letras de rock que alumbran que no vas a volver
poéticamente ciertas oscuridades de los procesos puberal y adolescente teorizados por
(Calamaro, 1997)
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Esta canción de Andrés Calamaro (1 nos permite jugar con metáforas de los que no hay forma de volver también habilita el trabajo de historización de
procesos puberal y adolescente. Gutton (1993) dirá que lo puberal crea los materiales la infancia y la elaboración creativa del duelo por el objeto, mediante procesos saluda­
sobre los que trabaja lo adolescente. Lo puberal es la presencia ardiente de la sexuali­ bles que dan lugar a la lo nuevo, que conducen a la creación/hallazgo de objeto pro­
dad genital que activa la interpretación aprés-coup de la sexualidad infantil, creando puesta por Grassi (2008), por una vía diferente de la repetición sin diferencia sugerida
representaciones incestuosas y fantasmas de seducción, materiales que "arden como el por el "re-encuentro" (freudiano) del objeto, teñido de la melancólica y vana ilusión
viento caliente del desierto", que queman, seducen y marcan es�cuerpo en transición. de volver a encontrar el objeto perdido.
El cuerpo púber se encuentra tomado por un proceso d� tra�sformación entre dos Como vemos, se juega siempre un proceso dialéctico entre la fuerza fusionante de
litorales: lo aún niño y lo ya adulto. Gutton (1993) afirma que, con la llegada de la lo puberal y los trabajos separadores de lo adolescente. Lo puberal activa el Edipo
pubertad, el cuerpo genital puberal seduce al cuerpo todavía niño. Lo puberal y lo genital, lo adolescente permite su elaboración. Lo puberal permanece cercano al yo
adolescente son entonces "como el fuego sobre la superficie del mar", procesos dife­ ideal como anhelo narcisista de retorno; lo adolescente crea las condiciones para la
rentes pero lindantes y complementarios, que actúan de un modo simultáneo o retra­ primacía del ideal del yo, como proyecto identiflcatorio y horizonte que señaliza un
sado. Gutton (1993) sostiene que lo puberal habita en el centro de los procesos posible camino de salida para el sujeto adolescente.
adolescentes.
Lo puberal somete al sujeto adolescente al ardor de sus llamas. Es el exceso de sen­
sualidad que se derrama como lava incandescente inundando cuerpo y psiquismo, Lo originario puberal en su expresión más tajante 1
creando representaciones incestuosas que dan sustento a una intensa actividad
autoerótica. Lo adolescente está representado por la metáfora del mar, que podrá ate­ Durante los procesos de la pubertad se afirma el primado de las zonas genitales,
nuar esa ardiente sensación puberal, desexualizando el exceso de sensualidad, enterne­ y en el varón, el ímpetu del miembro erecto remite imperiosamente a la nueva
ciéndolo mediante los procesos de elaboración, sublimación e idealización de esas meta sexual: penetrar una cavidad del cuerpo que excite la zona genital. Al
representaciones edípicas incestuosas, fantasías de seducción infantil creadas por mismo tiempo, desde el lado psíquico, se consuma el hallazgo de objeto, pre­
interpretación aprés-coup, desde lo genital pub�·ral. parado desde la más temprana infancia (Freud, 1983: 202).
Lo puberal genera el exceso de sensualidad que infiltra al adolescente, mientras que
lo adolescente "enternece" ese plus, lo apacigua. Ese plus de goce, sin el trabajo de Freud plantea en este párrafo una simultaneidad entre la aparición de los procesos
ligadura propiciado por lo adolescente, dificultaría el progreso saludable de los proce­ de excitación sexual genital y el trabajo psíquico del hallazgo de objeto. Sin embargo,
sos de constitución psíquica y subjetivación. El fuego y la superficie del mar son tam­ sabemos ahora que hay un largo recorrido y un tiempo que Grassi (2008) denomina
bién una excelente metáfora para ilustrar la confluencia en el objeto amoroso de las entretiempo de la sexuación, para arribar en el mejor de los casos a ese hallazgo y crea­
corrientes sensual y tierna, planteada por Freud (1983). ción de objeto.
Retomando la letra, "saber que no vas a volver" es una sentencia que se enlaza con Freud afirma, un poco más adelante, que "sólo luego de superado el período de
el trabajo de elaboración en un nuevo pasaje por los desfiladeros del Complejo de latencia se restablece la relación originaria". Retengamos esta idea de reestableci­
Edipo, del duelo por el objeto amoroso infantil inexorablemente perdido. Facilita la miento de la relación originaria y Cj>ntinuemos. "No sin buen fundamento el hecho
siempre costosa operación de desasimiento freudiano (1983) por parte del sujeto ado­ de mamar el niño de pecho de su madre se vuelve paradigmático para todo vínculo de
lescente, del objeto de la infancia. Expresa una renuncia definitiva que posibilita dejar amor. El hallazgo (encuentro) de objeto es propiamente un reencuentro" (Freud,
atrás "las arenas calientes" de una infancia reyisitada e interpretada, en un movi­ 1983: 203).
mien¡o psíquico aprés-coup por la nueva sexualidad genitalidad puberal. En primer lugar, podemos señalar que Freud no avanza demasiado en su obra en la
El adolescente tendrá que dejar algo de sí en el camino; en principio, el cuerpo infan­ teorización sobre el trabajo psíquico de hallazgo de objeto, se detiene en la idea de un
til: dejar la carne en la arena. La arena sería también la metáfora que nos conduce al reencuentro. En nota al pie de 1915 agrega: "El psicoanálisis enseña que existen dos
escenario -"la plaza de toros"- en la cual se dirime el Complejo de Edipo. Es el lugar caminos para el hallazgo de objeto: en primer lugar, el mencionado en el texto que se
donde dejará caer esa "libra de carne", operación de corte que abrirá un surco para la
reorganizadón del narcisismo. Se requiere un movimiento de torsión, una decisiva 1. Jugando con la palabra tajo, de la cual se desprenden variados sentidos, además del popu­
maniobra de viraje para abandonar en las playas de la infancia los restos del yo ideal y lar y su tradicional interpretación psicoanalítica, aludo también a los significados conclu­
sus objetos amorosos, y poner gradualmente en funciones al ideal del yo como guía. yente, terminante, contundente.
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realiza por apuntalamiento en el modelo de la temprana infancia, y en segundo lugar, En ciertos casos, bordeando los límites de lo patológico, el encuentro del objeto
el narcisista que busca el yo propio y lo reencuentra en los otros" (ibíd.: 202). complementario, la fantasía de retorno a la mítica unidad narcisista originaria se sitúa
Dejando de lado el desarrollo del tema del hallazgo de objeto tratado por Grassi en el plano oral de los actos compulsivos de consumo: el frenesí sexual, la búsqueda
(2008), queremos retomar la frase de Freud "luego de superado el período de latencia extrema de las sensaciones "duras" de la música que golpea poderosamente como un
se restablece la relación originaria" (ídem) para señalar que esta afirmación nos con­ objeto sólido e inunda saturando y hasta dañando los órganos sensoriales, el exceso de
duce al territorio de lo originario puberal deslindado por Gutt�n (1993). alcohol, la droga, la comida. Todo aquello que inunda sensorialmente anulando iluso­
Recordaremos que lo puberal es inundación, saturació� séxual genital incestuosa. riamente la experiencia, a veces intolerable, de agujereamiento, de dolor insondable y
Pulsa por el retorno a la unidad narcisista originaria (puberal). Lo originario puberal vacío; obra del trabajo en negativo del pictograma de rechazo.
trabaja bajo el axioma de la complementariedad de los sexos, fantasía de (re)encuen­ Trabajaremos ahora lo conceptualizado a partir de la letra de la canción de Luis
tro. con la pareja complementaria incestuosa que conduce inconsciente y peligrosa­ Alberto Spinetta, Me gusta ese tajo (Spinetta, 1973) 2 . Con el ritmo vibrante de un clá­
mente hacia la amenazante figura de la madre fusiona! arcaica (Gutton, 1993). sico rock, se expresa casi rabiosamente el estado de urgencia sexual genital propio de
Gutton plantea la idea de una unidad narcisista originaria puberal. "Su modelo es, lo puberal, urgencia que impulsa obsesivamente a una agresiva búsqueda de unión de
por supuesto, el narcisismo originario entre madre y lactante cuando intentan prolon­ la zona genital con el objeto complementario, tratados como objetos parciales, sin
gar la simbiosis del embarazo..." (1993: 37). "La pubertad, trauma narcisista por exce­ mediar el otro como alteridad. Se trata aquí de la portadora de un tajo, zona comple­
lencia, derrumbe de la omnipotencia infantil, ofrece al mismo tiempo unas solución mentaria hacia la cual pulsa, por lo originario puberal, el pene objeto desde el empuje
sexual para su curación" (1993: 39). La solución positiva a lograr es el hallazgo de "un de la genitalidad.
compañero genital cooperativo (...) de un estado amoroso compartido" (1993: 39).
En los primeros tiempos, antes del acceso al otro como alteridad, lo puberal por lo
originario es empuje a la búsqueda del genital complementario, a la restitución de la Me gusta ese tajo
fusión zona-objeto complementario, ahora en rf;lación con el genital del otro sexo. El Me gusta ese tajo
varón busca ardiente y obsesivamente la vagina que lo contenga; la mujer, el pene que que ayer conocí
la colme. Pene y vagina son ahora tan "fusionalmente complementarios" en la fantasía Me gusta ese tajo
como otrora lo fueran la boca y el pecho. Pene y vagina, en tanto genitales comple­
que ayer conocí.
mentarios, sin integración al sujeto como totalidad, son tratados inicialmente como
objetos parciales. Ella me calienta
Tanto el objeto como la pulsión deberán ser excorporizados, pero si se interrumpe
la quiero invitar a dormir.
el proceso aún pueden permanecer demasiados cercanos al sujeto, por lo cual el cir­
cuito pulsional resulta insuficiente y peligrosamente breve, el objeto permanece
demasiado "al alcance de la mano" de la pulsión, o sea en una zona lindante con el
autoerotismo por su proximidad, sin el recorrido suficiente para la creación del fan­
Con sus lind¿ piernas
tasma adolescente que acote el goce y sostenga el deseo de otra cosa. Por el supuesto
ella me hace pensar
de la complementariedad de los sexos y la búsqueda del restablecimiento de la unidad
debo destruir la mierda
narcisista originaria, ahora puberal, es preciso que la figura parental no se presente
de esta ciudad.
seduqora e inadecuadamente solícita con el hij�/a. En este caso dificultaría el desasi­
mient� y la exploración de un afuera que demarque un recorrido pulsional suficiente­
Me gusta ese tajo
mente alejado.
que ayer conocí
Especialmente durante el entretiempo adolescente de la sexuación, una relación
ella me calienta
genital puede no ser más que una experiencia narcisista de goce autoerótico vivida por
la quiero invitar a dormir.
dos, muy limitada al encuentro y descarga de ambas zonas-objetos complementarios y
muy teñida por la repetición, situación resumible en la irónica expresión: "ella y él se
querían mucho, ella se quería mucho a sí misma y él también". 2. Sugerida por el alumno Gustavo Galeano en una clase del Seminario Teórico de Adoles­
cencia 2.
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"Me gusta ese que ayer conocí" es una frase que crea sentidos diver- Muchacha piel de rayón,
sos: el adolescente ha conocido al fin ese "tajo", "ayer"; se podría afirmar que aún lo no corras más. Tu tiempo es hoy.
está conociendo. Expresa un acontecimiento, el descubrimiento del coito. Es un
acontecimiento ligado a lo nuevo y lo está inscribiendo desde lo originario, como una Y no hables más, muchacha,
experiencia placentera, en forma de pictograma de fusión. Ese "tajo" es el objeto com­ corazón de tiza.
plementario que se va inscribiendo, construyendo fusionado con el pene propio. Cuando todo duerma
El adolescente inscribe su genital con el genital otr-6 y �u cuerpo con el otro te robaré un color.
cuerpo, hasta llegar al reconocimiento del otro y de sí mismo. La insistencia, la repeti­
ción de la referencia al tajo, la no separación del objeto complementario es propiedad Muchacha voz de gorrión,
de lo puberal. Lo puberal en su versión originaria es una tendencia antiseparadora por ¿adónde vas? Quédate hasta el día.
excelencia, búsqueda de la repetición de toda experiencia de complementariedad. Lo Muchacha pechos de miel,
adolescente, en cambio, es una fuerza separadora, promueve la búsqueda de lo nuevo; no corras más. Quédate hasta el día.
es tendencia a la creatividad.
"Ella me calienta", ella promueve su sensualidad puberal, casi exenta de un hilo de Duerme un poco y yo entretanto construiré
ternura adolescente. El amor erótico adolescente tendrá luego una función estructu­ un castillo con tu vientre hasta que el sol,
rante e integradora, esencial en la subjetivación del sí mismo y del otro como alteri­ muchacha, te haga reír
dad. El amor adolescente requiere de cierta coalición (nunca exacta, nunca puntual, hasta llorar, hasta llorar.
siempre insuficiente) de la ternura y la sensualidad en un mismo objeto.
Y no hables más, muchacha,
corazón de tiza.
"Construiré un castillo con tu vientre';· Cuando todo duerma
Los trabajos adolescentes a partir de los materiales puberales te robaré un color.

Luis Alberto Spinetta escribió una bellísima canción que se transformó en la impe­ El adolescente va creando/hallando el objeto con elementos nuevos y retazos signi­
recedera Muchacha (ojos de papel) (Spinetta, 1970). El poema, con su riqueza metafó­ ficantes de objetos pertenecientes a su pasado, lo que Aulagnier (1997) denomina
rica, nos permite jugar con la ficción y representar el resultado de los trabajos fondo de memoria: muchacha ojos de papel, pequeños pies, piel de rayón, corazón de
específicos de elaboración, idealización y sublimación del proceso adolescente a partir tiza, voz de gorrión... La creación se va gestando en una estructura literaria denominada
de los materiales creados por la virulenta sexualidad genital infiltrada por lo puberal. caja china: la muchacha soñada a.su vez sueña entre las manos del sujeto que la sueña:
Al iluminar ese delicado e íntimo territorio de lo adolescente sugiere un hilo sutilísi­
mo de sensualidad en torno al objeto, enlazándose con la corriente tierna derivada de Sueña un sueñp despacito entre mis manos
la sexualidad de fin inhibido, donde predominan las marcas de la sublimación y la hasta que por fa ventana suba el sol.
creatividad, la desexualización de lo genital incestuoso y, finalmente, cierta idealiza­
ción del objeto amoroso en proceso de creación, y siendo hallado. Es un trabajo de exploración e inscripción erótica del otr� sexo (y del propio) en
una dimensión amorosa de alteridad. Anuncia la llegada del hall�zgo en tiempo pre­
Muchacha ojos de papel, sente, desde una sensible captación masculina del otro y de los signos de la cultura
¿adónde vas? Quédate hasta el alba. epocal, no sin lo femenino:
Muchacha pequeños pies,
no corras más. Quédate hasta el alba. Muchacha piel de rayón,
Sueña un sueño despacito entre mis manos no corras más. Tu tiempo es hoy.
hasta que por la ventana suba el sol.
Mientras crea poéticamente su objeto en un tiempo "entre tanto" ("entre tiempo"),
este debe entregarse a su tarea, dejarse hacer entre sueños. El hallazgo, dirá Freud
(1983), se concreta primero en la fantasía. Con la metáfora de construir un castillo
con su vientre, "va construyendo(se) la función simbólica de la paternidad; partiendo
de un deseo de hijo y de su potencialidad engendrante" (Córdova, 2007), en un tra­
bajo relacionado con la entrada en funciones del ideal del yo (sol") que insinúa un
tiempo límite para la ensoñación y un horizonte futuro: t ·

Duerme un poco y yo entretanto construiré


un castillo con tu vientre hasta que el sol...

Para concluir: enseñanza y transmisión

Este trabajo es una invitación a explorar las diversas creaciones artísticas que expre­
san con profunda agudeza una captación intuitiva de esos mismos procesos puberales
y adolescentes que investigarnos, conceptualizarnos y transmitimos a diario en la
Facultad y otros ámbitos.
Es un modo de poner en juego la convicción de que el proceso de enseñanza no
puede desentenderse de la transmisión del psicpanálisis. Ambos son procesos inter­
subjetivos, pero de sustancias diferentes. La ensefianza apunta al aprendizaje de conte­
nidos, la transmisión, como afirma Nasio (1987), pone en juego el modo de estar
atravesado, marcado e implicado subjetivamente por la experiencia de trabajo con el
objeto de enseñanza.
La transmisión conlleva una paradoja: transmitir lo intransmisible, es el desafio a la
creatividad del analista docente. Transformar apropiativamente esa transmisión y
enriquecerla es tarea de los alumnos y las nuevas generaciones de analistas.
Los poetas transmiten sin pretender enseñar, gradas a su talento y sus musas3 .

3. Diosas inspiradoras de la creación artística.

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