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Este es el método del primer movimiento. No funciona en todos los casos. Se adapta a
las situaciones de las que ya hay conocimiento. El conocimiento antecede a la situación y se
confronta el caso con ese conocimiento.
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2- Considerandos: se enuncia el eje, el valor, a partir del cuales intenta intervenir sobre
la situación.
este ejemplo, la formula moth(er), mamá-polilla, será la marca que realice en el cuerpo de
Bart la función universal de la interdicción.
En una situación suelen estar trabajando las tres dimensiones conjuntamente, no son
claramente discernibles entre sí y lo más decisivo de su funcionamiento radica en las
relaciones complejas que establecen entre sí.
La singularidad está por fuera del “uno”, el universal va más allá del “todos”.
En ausencia de universo universal, los “todos” postulados como tales no son más que
particulares precarios. El universal es la potencia de desborde, de exceso, es el gesto de ir
más allá de las totalizaciones supuestamente clausuradas al devenir. El “todo” es sólo la
parte nombrable, discernible, formulable bajo las propiedades que determinan la
universalidad restringida de ese universo. El universal de comienzo se revela retroactivamente
como particular; el carácter de universal se desplaza entonces del aparente universo de
partida al gesto de desbordar tal universo y acotarlo como particular.
Se dirá que una ley de un código que regula exhaustivamente una situación
cualquiera es siempre particular: está sometida (o suspendida) hasta la sorpresiva irrupción
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de una singularidad que (destotalizando como particular la legalidad del universo previo) exija
un gesto de suplementación (universalización) en nombre de una nueva ley “más alta”.
Las singularidades sólo son un modo de relación con una situación que irrumpe.
Una situación es, en principio, un universo (restringido como todos) que es ciego a la
restricción que lo funda. Como lo que la ordena simbólicamente es un lenguaje, bajo ninguna
circunstancia podría armar un todo coherente sin exclusiones. Su coherencia depende de las
exclusiones. Pero esas exclusiones no son discernibles de antemano, no derivan de un gesto
explícito de apartar deliberadamente tales o cuales términos indeseables para luego asegurar
la consistencia de los términos admitidos. Estas exclusiones se instauran implícita y
ciegamente con el acto mismo de instituir un universo, una situación, una ley o un lenguaje.
Tales universo, situación, ley o lenguaje ignoran radicalmente lo que excluyen. Lo que está
excluido simplemente, no existe, sin más. Por eso el advenimiento singular suplementa
realmente el universo de lo existente.
Una ley moral, por ejemplo, parece enunciar unos principios en cuya ejecución
quedarían codificadas todas las situaciones posibles. Pero se le presenta un punto en que
fracasa. La ley no sabe pronunciarse (y se sabe impotente para operar en estas circunstancias).
Ese punto de impasse es el campo de intervención sobre el que ha de constituirse una
singularidad. El “universal previo” se revela como meramente parcial. El punto de singularidad
vehiculiza la exigencia de una nueva ley, ésta sí universal, que deje atrás el limitado horizonte
restrictivo de la legalidad previa. El universo se ha ensanchado, se ha suplementado a partir
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de una singularidad. Esa singularidad era el único lugar en que se estaba poniendo en juego un
universal que fuera más allá del restringido universo situacional.
Luego el coro habla del lenguaje y las ideas etéreas que también constituyen
mediaciones pero no ya con la naturaleza sino con el resto de los seres de la especie.
Mientras que las aptitudes instrumentales suponen un entrenamiento, el lenguaje se
aprende por sí solo. El coro sigue diciendo: “y los comportamientos que imprimen un orden a
las ciudades”. Este verso está en relación la Ley. Fariña llama mediaciones normativas a estas
instancias. El hombre es la cosa más formidable, de un lado se ha mediado con la naturaleza,
generando instrumentos que lo emancipan de ella; y de otro dispone de un lenguaje y de la
Ley, mediadores por excelencia entre los sujetos. El hombre es la cosa más formidable y es
por eso que tiene problemas éticos.
La pregunta moral más frecuente es: “¿Qué debo hacer?” Ésta se responde desde un
sistema moral determinado. En la dimensión moral hay veces en que no es posible saber qué
hacer. Situaciones que por su estructura suscriben o prohíben un saber sobre qué se debe
hacer, allí entra en juego la dimensión ética.
Una ley moral rige para el universo de todas las situaciones, pero como esto no es
posible la moral rige para algunas situaciones y en otras colapsa.
Si a un universo se le declara una singularidad deja de ser universo, este singular dice
que la estructura del universo deja de ser consistente. Si el universo destituido no asume esta
destitución tenemos un particular que pretende para sí un rango de universal. Declarada la
singularidad y el universo deviene particular. El universo no admite el accidente que lo ha
destituido. Si no cabe un el universo un nuevo término entonces no es universo, es restringido,
por tanto es particular. Esto es un particularismo: cuando una parte del universo pretende
imponer su regla particular como ley del todo. En el particularismo no se admite la marca de
una ley superior, ni la marca que hace caer una ley. El particularismo no admite marca alguna,
o sea, lo singular.
Para que se niegue una singularidad, debe haber un universal (¿universo?) que siga
reclamando su valor universal y una singularidad que niegue su valor de singularidad
cayendo en un particularismo.
Lo universal tiene una íntima relación con lo singular, están en el mismo eje y se cruza
con el eje de lo particular. Lo universal es el campo de la constitución del sujeto. Es lo propio
de la condición humana, aquello que no varía con lo histórico, es invariante y estructurante;
esto es - lo simbólico, el lenguaje. La realidad no se le presenta sino que se le representa
(mediatizada por la palabra), es lo que lo hace un ser simbólico. La legalidad que gobierna al
sujeto es una legalidad simbólica, es una legalidad del no-todo, siempre hay algo que queda
interdicto para el sujeto. Hay una falta estructural, un sujeto gobernado por el deseo. Lo
universal es el campo de constitución del sujeto, donde permanentemente se da la
transmisión de la imposibilidad estructural. Lo universal es pura legalidad sin contenido,
transmite un no-todo.
Sitúa falsos pares de oposiciones: estilo y estética, pasión y deber, sujeto y estado, moral y
ética.
ÉTICA Moral
ESTILO ESTÉTICA
ESCRIBE de Un sujeto
PASIÓN DEBER
SUJETO ESTADO
Por moral vamos a situar lo que es pertinente a la conducta social de un sujeto entre
otros, Sería lo que llamaríamos los deberes del sujeto frente al estado, frente a la ley. La
moral es temática, temporal, subsistencial: permite algún ordenamiento de la existencia de
ese sujeto en lo social.
Con respecto al estilo, que aparece como un par contrapuesto, diremos que es la
posición del sujeto frente a su soledad, pero aquí no frente a lo que está dispuesto a afirmar
sino frente a lo que está dispuesto a crear, más allá de la belleza. El estilo indicará, entonces,
una posición del sujeto en el acto creador que va más allá de la belleza. Y es por ello
atemporal, a-temático.
El caso del Dr. Joel Feigon, terapeuta de 60 años, a quién la junta directiva del estado
de Massachussets le retiró la matrícula profesional por haber mantenido relaciones sexuales
durante ocho años con una paciente cuyo amante e hijos estaban también en tratamiento
(individuales) con él. La junta hizo especial hincapié en la manipulación de los cuatro pacientes
por parte de Feigon.
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El caso del Dr. Masserman, quién fue denunciado por una de sus pacientes, Bárbara
Noel, a quién el profesional abusaba sexualmente luego de inyectarla con Amytal. En este
caso, el testimonio es el libro escrito por la propia paciente. Cuando Bárbara Noel decidió
llevar el caso de Masserman a la corte otras dos mujeres, una abogada y una empresaria, que
habían sido también pacientes suyas, iniciaron a su vez acciones por haber sido abusadas
sexualmente con metodologías similares.
En el primer caso estamos ante una violación, entre otras, de la pauta ética de la
abstinencia. En el segundo caso, también hay violación de la ética.
Toda violación a la ética conlleva una mala praxis, pero no toda mala praxis
involucra un problema ético.
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Las relaciones sexuales que Feigon mantuvo con su paciente contaron con el
consentimiento y hasta con el placer de ella; Masserman, en cambio, cometió directamente
una violación. Esto no hace una diferencia a los fines que aquí nos interesan. La seducción que
un paciente puede llegar a desplegar frente a su analista, lejos de constituir un atenuante en
los casos de abuso sexual, es en rigor un agravante. El analista debe estar dispuesto a
mantener la abstinencia, especialmente la sexual porque es eso y no otra cosa lo que el
paciente requiere de él.
Nunca evaluamos la gravedad ética de una conducta por las consecuencias que de
ella emanen para la víctima, sino por el análisis de los valores puestos en juego en la situación
misma.
Reflexiona: Al darle un Valium a un enfermo que está muy ansioso de alguna manera
le estoy impidiendo hablar y reflexionar acerca de las causas de su ansiedad. Cuando comienza
a darle Valium no puede saber si él no tendrá necesidad de Valium toda su vida. Ahora, si el
mismo joven ansioso, en lugar de venir a consultar va, para calmar su ansiedad a comprar un
cigarrillo de haschich, dejará inmediatamente de ser considerado como un enfermo cuyo
medicamento es reembolsado por la Seguridad Social; se transformará en un toxicómano al
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Lo que nos permite habitualmente tolerar esta confusión es tal vez el carácter de
aquellos a quienes se aplican, a quienes se imponen todos estos métodos; locos, delincuentes,
homosexuales, etc.
La forma y el color de los ojos, dado el papel estructurante que tiene para los seres
humanos la mirada; se ha transformado en otro rasgo predilecto a la hora de establecer y
señalar grupos minoritarios. Si nos centramos en los aspectos de la dimensión humana, uno de
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los factores que pueden reconocerse como constantes a lo largo de los distintos casos de
minorías es el llamado movilización erótica o sexual.
Efectivamente, los judíos por ejemplo no constituyen una lejana raza asiática cuyos
rasgos físicos y culturales pueden contribuir a subrayar las diferencias. Freud llamó a esto “ el
narcisismo de las pequeñas diferencias”.
El ser humano no se defiende sólo cuando se lo ataca sino que cuenta con una alta
cuota de agresividad en su dotación pulsional. No hay razones espontáneas en la especie
humana para amar al prójimo, bien por el contrario.
De nuevo Freud: “No es fácil para los seres humanos, evidentemente, renunciar a
satisfacer esta su inclinación agresiva. (…) siempre es posible ligar en el amor a una multitud
mayor de seres humanos, con tal que otros queden fuera para manifestarles la agresión.”
La inclinación agresiva es, por tanto, una disposición pulsional del ser humano , en la
cual la cultura encuentra un enorme obstáculo.
¿De qué medios se vale entonces la cultura para erradicar o atenuar la agresión?
El desarrollo de lazos de amor en el grupo parece requerir de otros sobre los cuales
descargar los golpes.
Fariña ilustra el tema con diapositivas de una campaña de Benetton con imágenes
cuyos ejes son la diversidad étnica y los mitos respecto de la sexualidad. En esta campaña
Benetton propone un desplazamiento. Dirigiéndose a los jóvenes, estaría preguntando: ¿Uds.
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todavía son de aquellos que designan a las personas por el color de su piel, o pertenecen ya a
quienes entienden las razones de la diversidad étnica? En cada diapositiva introduce una
pequeña explicación que informa respecto de las razones de tal diversidad. Finalmente
expone: mientras los colores de las pieles difieren, la sangre permanece roja.
¿Qué más hermoso nos diría Benetton que el abrazo de niños asiáticos, nórdicos,
africanos y latinos? En la publicidad la imagen es bellísima. Pero la condición de tal belleza es
que estén todos enfundados en ropa cara de Benetton. En otras palabras, es la marca del
dinero lo que nos permite apreciar el hallazgo estético de la empresa. A los mismos niños,
descalzos y sin nada de comer, nadie los encontraría bellos. Pero Benetton está al tanto de
esto (Fariña presenta dos últimas diapositivas). Hay un planisferio con cambios. Los países
tienen una superficie acorde a su población y una leyenda que dice “Aquí es donde vive la
gente”. Presenta otra imagen con un planisferio en donde cada país tiene un tamaño acorde a
su riqueza. Es un mundo reducido a lo Estados Unidos, Europa y Japón. El texto dice: “Aquí es
donde vive el dinero”. Las verdaderas diferencias radican cada vez más en el dinero y el
poder.
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La dimensión clínica no se refiere exclusivamente al trabajo clínico, sino que con este
término nos interesa señalar una perspectiva que toma en cuenta la dimensión del sujeto, la
singularidad en situación. La dimensión clínica constituye un modo de lectura y abordaje
sustentado en la categoría de lo singular. En cambio, el campo normativo configurado sobre la
lógica de lo general recorta los problemas desde una perspectiva particular.
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La deontología refiere a los deberes relativos a una práctica determinada, los cuales,
en su forma de enunciados normativos se plasman en los llamados “códigos de ética”. Se
aboca al estudio de los deberes y obligaciones de los psicólogos, lo cual incluye el tratamiento
de ciertas problemáticas propias de este campo, tales como, confidencialidad, explotación,
competencia, idoneidad, integridad, capacitación, respeto por los derechos y dignidad de las
personas, responsabilidad profesional y científica, ámbitos de incumbencia. También se ocupa
de los deberes y obligaciones de los psicólogos en lo referido a declaraciones públicas,
publicaciones, actividades de investigación, supervisión, docencia, etc.
Los códigos de ética profesional establecen una serie de pautas que regulan nuestra
práctica, funcionando como una referencia anticipada a situaciones posibles y por venir. El
campo normativo tiende a configurarse y a funcionar en tanto universo. Evidentemente, lo
singular que un sujeto comporta no estará contemplado en la norma.
La interpretación de la norma
Cada norma contemplará una serie de casos que constituyen un conjunto, en tanto
grupo de elementos que comparten una propiedad común. La confrontación con un caso
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-El abordaje del campo normativo desde un posicionamiento moral, posición de mera
obediencia, de acatamiento. La posición moral no soporta el punto de inconsistencia al que lo
enfrenta el campo normativo e intenta hacerlo consistir adjudicándole una solidez inexistente.
La posición del profesional podrá oscilar entre una posición moral de acatamiento a
los roles asignados y una posición ética que facilite un posicionamiento ético del sujeto sobre
el que dirige su intervención. Es en este punto donde la noción de responsabilidad subjetiva
adquiere relevancia ineludible.
Freud dice:
“El médico (…) tiene que discernir que el enamoramiento de la paciente ha sido
impuesto por la situación analítica y no se puede atribuir a la excelencias de su persona.”
Freud: “(…) sustituir la imposición moral por unos miramientos de la técnica analítica,
sin alterar el resultado” (la no satisfacción de lo amoroso).
Gutiérrez:
“No hay ningún derecho a negar el carácter de amor ‘genuino’ al enamoramiento que
sobreviene dentro del tratamiento analítico.” Freud dice que es tan anormal como los
enamoramientos que se dan fuera de la cura analítica. “Es provocado por la situación analítica,
es empujado hacia arriba por la resistencia que gobierna a esta situación y carece de
miramiento por la realidad objetiva (…) estos rasgos que se desvían de la norma constituyen lo
esencial de un enamoramiento.”
Los motivos éticos y técnicos coinciden. No hay técnica, hay una posición ética.
responder a la demanda de amor o a cualquier otro tipo de demanda del paciente, y excluir
sus propios sentimientos contratransferenciales.
El eje simbólico que conecta un universal con un singular es el eje formal privilegiado
para pensar las situaciones éticas.
En cualquier legislación hay tres momentos. Los vistos, en los que se diagnostica una
situación en la que aparece un punto de inconsistencia. Los considerandos, en lo que se
enuncia el eje, el valor, a partir del cual se intenta intervenir sobre la situación. Y la resolución,
en la que se arbitra una medida para modificar la situación descripta en los vistos, en la
dirección señalada por los considerandos.
Noción de CÓDIGO:
(a) una totalización fáctica: todo lo hasta aquí ha acontecido, una compilación. La otra
modalidad totaliza lo posible, es necesaria: no compila retroactivamente lo acontecido
sino que determina proactivamente lo que podrá ocurrir.
(b) Todos los posibles caen bajo este concepto. Refiere a una totalidad ya clausurada.
Transcurre en el espacio universal, de la ley, de la totalización sin fallas ni
excepciones. Esa es la idea de código moral. En principio, código moral se refiere a
todas las situaciones posibles.
El código tiene una apertura esencial. De ahí que se trate de leer los códigos como
totalizaciones morales que incluyen toda experiencia posible, sino más finamente como una
transmisión de una experiencia, y por lo tanto como condición de posibilidad de la experiencia.
Esa transmisión de la experiencia significa transmisión de la singularidad problemática decidida
en una prescripción, y no como principio capaz de cubrir la totalidad de las situaciones.
Se entiende por particular aquellos usos, costumbres y valores que comparte un grupo
determinado en un lapso histórico dado. La autora llama éticas a aquellas singularidades que
produzcan un quiebre respecto de ese universo de discurso del cual emergen, siendo
advertidas como “algo incalificable para el lenguaje de la situación”. En este sentido, el deseo
no podrá ser alistado como un elemento de la serie normativa del universo deontológico. La
singularidad concebida como “lo que se sustrae al régimen del uno”.
Una ley de código que regula exhaustivamente una situación cualquiera es siempre
particular: Está sometida (o suspendida) hasta la sorpresiva irrupción de una singularidad que
(destotalizando como particular la legalidad del universo previo) exija un gesto de
suplementación (universalización) en nombre de una nueva ley ‘más allá’. Una singularidad
para ser concebida como tal deberá producir una novedad en la situación, y sólo si existe el
trabajo subjetivo de lectura y nominación. Sólo si hay otro que la sanciona como tal, que la
nomina y le da existencia.
La autora hace referencia al deseo del analista y la lectura que él haga del texto
normativo. La existencia de los códigos de ética es producto del encuentro en la práctica con
una singularidad. ¿Cómo conciliar el universo deontológico y las singularidades éticas? A partir
de la transmisión. La lectura de los códigos se hallará articulada con la transmisión cuando
admitamos la dimensión del deseo del analista. Frente a los códigos se debe tomar una
posición.
Conciliamos ética y deontología a partir del deseo del analista y la lectura que él haga
del texto normativo, para leer la singularidad en el universo deontológico del primer
movimiento que suplemente al producido por la dupla.
una posición ética que no se verifica a posteriori sino en su intervención en acto. Es a partir del
deseo del analista que la singularidad se produce, cobra existencia.
Apuntes de clase:
Texto:
La ética nos lleva a pensar la locura como un proceso singular que impide o exalta
excesivamente el devenir-sujeto. La locura será entonces un límite de la experiencia, y no su
negación. Lo que es imperativo conservar es la idea de una subjetivación siempre posible, de la
cual la locura es una simple imposibilidad contingente. La psiquiatría debe consagrar su
pensamiento y su acción únicamente a los mecanismos singulares de esta imposibilidad. Deber
ser una teoría del proceso patológico y un intento de interrumpir su curso.
El imperativo del médico, fijado desde Hipócrates es simple: “Haz todo lo que está en
tu poder para que sea de nuevo posible lo que es provisionalmente imposible, pero de lo cual
todo humano es declarado axiomáticamente capaz.”
-DILEMA ÉTICO: Una situación es dilemática si nos confronta con una disyuntiva ante la
cual tenemos que decidir, para ello debemos encontrar algunas alternativas posibles, caminos
diversos para pensarla y arbitrar algún fallo para resolverla. Es preciso que se trate de una
verdadera decisión (diferente de los términos opción y elección). La decisión está ligada a la
producción de una singularidad subjetiva, una variable que se inventa acorde a la singularidad
en situación. Aquí no se juega la opción correcta o la elección adecuada. La decisión se
encuentra ligada con cierta posición del sujeto en su enunciación.
Si hay DILEMA es porque el sujeto se halla dividido por una pregunta ante la cual es
convocado a responder. Esa respuesta sitúa la responsabilidad. El dilema deja al sujeto
dividido por esa pregunta en las puertas del acto de juzgar. Ahí se encuentra la articulación
ética, vía el acto. Un acto ubicado en relación al eje Universal-Singular.
Juzgar no implica aplicar una regla universal a un caso particular sin ver si la regla se
aplica. La decisión implica una elección que implica responsabilidad. Ante una situación
dilemática confrontada con el estado del arte se tratara del arte de juzgar. Un dilema se
resuelve suplementando la clasificación. Aquello que no está totalmente establecido en la
teoría, en el estado del arte convoca al acto de juzgar, al arte de juzgar.
Para Kant, lo que la ciencia no puede terminar de explicar convoca a la ética. La crítica
de la razón pura deriva en la razón práctica.
El imperativo que debe considerarse ético del “WO ES WAR, SOLL ICH WERDEN” no
implica un restablecimiento de una supuesta autonomía yoica, sino la humildad de aceptarse
como sujeto allí, donde el inconsciente habla.
Brown afirma que constituye una violación a la responsabilidad ética y profesional que
el psicodiagnosticador deje en el limbo el estado diagnóstico del paciente, posición que
comparte Orlando Calo. Pero, para el último autor, es también una violación de la
responsabilidad ética y profesional el desconocer el efecto de deslizamiento de la singularidad
(Ej. etiquetando o clasificando nosológicamente a las personas).
2) Equilibrio personal
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4) Problema de la confidencialidad
Ante la pregunta sobre cual debe ser la función del psicólogo forense, es necesario
evitar los apresuramientos a dos voces: por un lado los psicólogos, prestos a ocupar nuevas
plazas en el mercado y por otro, el administrador de justicia buscando más elementos de
prueba.
requisitos de consentimiento informado que deben cumplirse toda vez que haya personas que
participen como sujetos de investigación:
2) Planeamiento de la investigación
Hay que tener en cuenta que una de las funciones y deberes de los directores de tesis
es velar por el cumplimiento de las normas éticas y de respeto por los derechos humanos
durante todo el transcurso de trabajo de tesis, desde la selección del tema hasta su
presentación.
3) Proceso de investigación
En su acto el terapeuta está solo y sin garantías de ninguna índole y solo tiene como
respaldo su criterio profesional del cual es único responsable.
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confrontarse al campo de la
responsabilidad
Subjetiva
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El sujeto esta compelido a responder por sus actos tanto en relación al Otro social
como en relación al Otro de la Ley. La intencionalidad que excede las fronteras de la
conciencia, es desconocida por el campo normativo.
La ironía final es que la búsqueda de un diagnóstico que intentaba dar protección a las
víctimas de la tortura en Sudáfrica, devino refugio de los torturadores y asesinos.
La mirada de los técnicos funda un saber que opera como un segundo encubrimiento
del sujeto asignándole un diagnóstico derivado mecánicamente del síntoma o construido en la
observación cuidadosa de aquello que segrega el trauma.
Confundir el síntoma con un diagnóstico, sustituyendo uno por otro, es borrar las
huellas que conducen a una pregunta, huellas que invitan al sujeto a interrogarse por eso que
el porta. Hacer del síntoma un diagnóstico es transformar ese interrogante en una convicción
nosográfica donde encuentran refugio malestares diversos. A su vez el diagnóstico empuja al
sujeto a la creencia acerca de que hay otros que sufren de lo mismo que él.
El diagnóstico no puede ser utilizado como una coartada para ocultar actos atroces
como ha sucedido con los perpetradores en el caso sudafricano.
El título habilitante de los profesionales intervinientes, puede ser utilizado para llevar a
cabo tareas que son contrarias a toda obligación ética.
Se trata de todo un aparato dispuesto a consagrar una impunidad que mucho más allá
de los “beneficiarios” directos, extiende sus efectos al conjunto de la sociedad.
Speer tenía todo para ser un antifascista estético pero no lo fue. Era un excelente
padre de familia, un hombre culto, sensible. En el fondo, cuando el defiende la idea de lo que
aconteció fue a consecuencia del desenvolvimiento de la técnica en cuanto tal, está diciendo
en cierto modo la verdad, evidentemente nunca toda la verdad.
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El semblante de saber construido puede ser cualquiera, lo esencial es que sea sabido y
compartido y que de pronto nosotros quedemos funcionando, sabiendo lo que tenemos que
hacer, como instrumentos de este saber. Esto es lo esencial, “el contenido” de este saber no
tiene la más mínima importancia. Este semblante de saber, cuando está funcionando, es
necesariamente totalitario en dos sentidos: el sentido por el cual necesariamente él tiene que
extenderse, porque el hecho de haber personas, sujetos, que no reconocen este saber que
estamos compartiendo, personas que no aceptan funcionar como instrumentos de este saber,
es algo que lo contradice, entonces el solo puede extenderse en un horizonte totalitario. Lo
que por otro lado no es muy difícil porque en el fondo la muerte del sujeto que no estaría
aceptándolo a este saber realiza el funcionamiento de este saber, porque reduce finalmente a
este sujeto a la posición de instrumento de este saber.
A Rudolf Hoess se le pregunto cómo podría gozar matando así, como ese goce fue
posible. A lo que responde que ellos son los errados porque su goce no era matar personas, su
goce era ser un funcionario ejemplar, y para ser un funcionario ejemplar hasta estaba
dispuesto a matar personas.
Encuentro que el pasaje del lado del ser para el lado del tener, es un fenómeno
decisivo de nuestra modernidad y tiene una implicación importante relativa a lo que hablamos
antes: cuanto más lo que estábamos persiguiendo (el ideal fálico) está del lado del tener, tanto
más el saber paterno va a presentarse como saber sabido y compartido.
Tal vez ya estemos en una transformación del síntoma social, que para Freud es un
síntoma social neurótico, en un síntoma social perverso.
Un-heimlich
fliar
siniestro
Ej. “caso Paula”. Siendo secreto no hay oportunidad de palabra que articule los hechos
de un relato. Entonces le secreto infiltra y pervierte todos los vínculos y estructuras psíquicas
de Paula.
Los efectos de lo siniestro dependen del lugar que se alcanza con relación a lo oculto.
El lugar de las víctimas está ilustrado en los terribles relatos de los sobrevivientes.
La propia lucha por romper lo oculto fortalece frente a sus efectos. Son los que
intentaron salirse del lugar paralizante desenmascarando lo clandestino.
El olvido como valor social, no solo instaura una cultura siniestra con todos sus
efectos, sino que promueve la repetición de los hechos.
Necesitamos otro marco distinto del modelo médico para emprender nuestras
acciones, para justificar nuestra ética, para revisar nuestros errores. No se trata de combatir
sino de pensar.
Lo único que podemos hacer es lo que sabemos hacer: descifrar enigmas. Explorar
como cada persona singular se inscribe en el abanico de respuestas de lo que socialmente
llamamos traumatismo o catástrofe social. Leer en cada quien su sufrimiento y su silencio, leer
con él lo que es reconocimiento y lo que es omisión y negación frente a lo acontecido.
Mirar el horror de lo que paso y con ello construir el porvenir, sin la captura de la
repetición traumática que redobla el traumatismo. Restablecer la disociación pasado-presente
y calmar la intrusión alucinante del traumatismo, restituyéndolo a la categoría de recuerdo
pensable, son un duro trabajo.
Los desastres y catástrofes son los modos en que la naturaleza, el propio cuerpo y la
relación con el semejante se manifiestan en sus formas extremas desbordando las capacidades
materiales y simbólicas para enfrentarlos.
Naturaleza
Accidentes
Economía
Está ligada a la condición de escasez del ser humano. Puesto que los medios para la
supervivencia de la especie son limitados, se debe hacer de ellos una cuidadosa economía. El
actual sistema económico ha significado un avance con relación a los sistemas económicos que
lo precedieron, a la vez que ha traído consecuencias negativas.
Armamento
Instituciones
El autor se pregunta qué rasgo es el que unifica, a priori, a estos niños desaparecidos
de su identidad.
Los hijos son desaparecidos porque los han sido sus progenitores. La lógica genocida
esta incrustada en la dinámica del crimen filiatorio que constituye la apropiación ilegal .
Dichas catástrofes pueden ser en sí mismas generadoras de subjetividad ya que al secuestro y
apropiación física del niño debe adicionarse la apropiación psicológica, teniendo en cuenta
que la usurpación de los lugares paternos y las marcas que desde esta posición se transmiten,
se aportan las condiciones para estructurar un sujeto.
Hallamos en la verificación del robo de las funciones parentales el núcleo del crimen
filiatorio, ya que la función de filiar imprime sobre el niño un orden estructural y unos
contenidos que no están predeterminados. El eje fundamental de la cuestión reside en
reconocer que no hay sujeto en el inicio, que no hay en el inicio condición subjetiva dada,
siendo dicha subjetivacion una condición de llegada, una adquisición derivada de un proceso
de construcción.
La ley, mediador simbólico por excelencia, puede pensarse en una doble acepción: una
LEY con mayúsculas) que es condición necesaria para la fundación y estructuración del
psiquismo y una ley (con minúsculas) cuya producción hace referencia a cada uno de los
sistemas sociales, particulares, en los que el hombre se desenvuelve.
Cabe pensar que lo simbólico no se deja apresar completamente por la ley escrita, en
tanto que el signo distintivo de cada acontecer humano es ser una singularidad en situación.
Pero además, la instancia jurídica no tiene atribuciones para abarcar por completo los
acontecimientos singulares sobre los que resuelve, ya que hay algo fallido en el ordenamiento
de su intervención. Por esa razón, algo quedara siempre por fuera de lo que la misma llega a
regular. La inconsistencia de la ley para cubrir todo el campo de acontecimientos sobre los que
legisla, requiere la puesta en acto de la responsabilidad subjetiva, ya que el vacío de certeza
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propio del campo jurídico solo puede ser suplementado por una decisión del sujeto. Entonces,
en la sanción jurídica queda resaltado un punto de inconsistencia que denuncia la presencia de
una falta real, de un imposible, que no puede recubrirse del todo con ningún elemento de lo
simbólico.
Tanto si un niño ha sido expropiado de muy chico o de más edad, tiene el derecho de
elegir conocer su identidad (restitución de la identidad, tendiente a subjetivar la identidad
recuperada) y habrá que ver en qué sentido cada sujeto pronuncia su respuesta, ya que parece
no quedarle otra opción que la de hacerse responsable de lo que decida. Justamente la
operación de que tiende a subjetivar la identidad recuperada es la operación que resta, que
escapa a la garantía de la ley social, ya que su realización depende de si se han podido fundar
las categorías que hagan eficaz el trabajo de lo simbólico para que el sujeto pueda cuestionar
las viejas incertidumbres y reconstruir las representaciones en las que se asentaba hasta el
develamiento de la verdad. En el caso de los jóvenes que todavía ignoran su origen, no ha
servido para detener la ejecución de un crimen pero, el paso del tiempo ha hecho que se
puedan homologar la lógica de la responsabilidad subjetiva con la jurídica, porque para ambos
ordenamientos el estado carece de autoridad para decidir en nombre del sujeto (aun cuando
se trate de un sujeto víctima de un crimen filiatorio). Se trata del sujeto jurídico en tanto tiene
derecho a la identidad pero también del sujeto del deseo, que no se puede hacer culpable
pero tampoco desresponsabilizarlo, ya que una vez que ha realizado su movida, y ha tomado la
decisión de saber o no saber, no podrá de hacerse cargo de los efectos que produzca su
jugada.
Ej. de sobreviviente de la ESMA, electricista, que una vez dejado en libertad fue
llamado a que arregle una picana eléctrica. Respondió “no puedo” y frente a eso no tomaron
represalias para con él, comenzaron a torturar a las personas con un instrumento más
rudimentario que producía muertes mucho más frecuentes. Conmovieron a este hombre al
punto tal de cambiar su decisión y reparar finalmente la picana. En su testimonio aclara que
tomo la decisión porque no soportaba ver a los torturados en esas condiciones.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 49
La tragedia de la tortura hará de cada cual lo que su cuerpo le dicte. Ante la opción de
hablar o callar hay alguien que elige. El problema ético no lo tendrá el sujeto durante la
tortura, solo después, si vive para contarlo. Se trata de construir una verdad histórica en cada
uno, vestir ese vacío con el velo del recuerdo encubridor. Pero esta no es una operación
clínica, es una operación cultural que castigue los delitos, que señale a los distintos
responsables sin aceptar la infame coartada de la obediencia y que introduzca una verdad
insoslayable, una legalidad que en tanto lazo social sea soporte de lo humano.
Veinte años señala un extenso lapso de tiempo para la vida humana, un tiempo
suficiente para olvidar incluso los dolores más intensos. Pero los 3 tiempos de la exculpación
(punto final, obediencia debida, indulto) han pulverizado esa medida. Veinte años no son nada
cuando, dándole la espalda a toda posibilidad de olvido genuino, se nos empuja a sofocar el
dolor de cada día, a no mirar el rostro que aun llora y a no oír por la noche el grito que no cesa.
Se discute si solo esas 17 personas fueron los responsables de los horrores de la guerra
y de la planificación del exterminio. Especialmente se detienen en el juicio de Eichmann
(transportista), juicio para muchas personas, que fue realizado con el objetivo de establecer la
responsabilidad de esta persona respecto del exterminio.
una gota de agua en el océano, cosa que no hará ni bien ni mal”. Luego agrega “todo lo que yo
no hubiera hecho lo habría hecho otro”. Todos sus argumentos sostienen la idea de la
determinación a la que se estaba sometido.
La lógica del derecho no alcanza a comprender que la obediencia puede ser algo del
orden de la responsabilidad y de este modo se cancela la posibilidad de creación de sentido
que permita reconstituir no lo perdido, sino la continuidad histórica.
Bajo el esquema de la inundación que se retira, el trauma puede ser llamado trauma
como esquema de un desborde. Cuando se van las aguas se reconstituye un orden. Finalmente
con las marcas simbólicas previas se puede procesar eso que cuantitativamente lo excedía
porque cualitativamente era compatible.
Se puede llamar catástrofe a las situaciones en las que ninguna marca previa sobrevive
con eficacia al aluvión, ninguna marca previa tiene capacidad simbólica para operar.
La ley jurídica funciona como mediación normativa: es norma pero no media, ejerce
pero no funciona, administra sellos y papeles pero no ordena la situación de modo tal que
haya humanidad pues su función mediadora ha caído. La insuficiencia de lo jurídico refiere a
un estado de catástrofe perpetua porque es cosa ya juzgada, porque ya esta juzgado pero la
cuestión sigue ahí intacta, intocada. Esta en la misma estructura de la ley la imposibilidad de
procesar algo de esta cualidad nazi. Hay una incapacidad del orden jurídico de señalar otro
orden de responsabilidades que no sea jurídico.
Un evento histórico no queda procesado cuando se logra decir “es justicia” sino que
queda procesado cuando a partir de esa operatoria se instituye un nuevo mapa de
responsabilidades sobre lo hecho y sobre lo por hacer. Que haya gente tras las rejas no
significa que haya responsables. Para que sean responsables tienen que ser responsables de
sus actos.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 52
Sobre condiciones anticipables, la ley establece que se debe hacer y que no y establece
que en condiciones que no son anticipables “se vera”. El “se vera” es un agujero legal en la ley
que es constitutivo de la estructura misma de la ley. Cada vez que estamos frente al estado de
excepción, Auschwitz es posible. La ley sabe muy bien procesar los crímenes que anticipa, pero
no puede procesar su estructura misma, que admite la excepción. Entonces los juicios nazis
bien podrían ser llamados catástrofes porque las marcas previas, no pueden procesar eso de
manera tal que haya mediación entre los hombres en condiciones de nazismo. El virus no es el
nazismo, sino el estado de excepción. Lo jurídico es insuficiente, lo cual no significa que haya
insuficiencias en lo jurídico. Lo jurídico como tal no es el ordenador, no es el remedio, no es el
estructurante para este tipo de situación que opera en los puntos ciegos de lo jurídico a partir
del estado de excepción.
pasado. Se trata de leer no tanto al trauma sino en como cada sujeto lo registra, lo inscribe y lo
significa: la singularidad de la respuesta.
Ir del síntoma al diagnóstico es borrar las huellas que conducen a una pregunta, que
invitan al sujeto a interrogarse por eso que él porta. Hacer del síntoma un diagnóstico es
transformar ese interrogante en una convicción nosográfica donde encuentran refugios
malestares diversos. El diagnóstico empuja al sujeto a la creencia acerca de que hay otros que
sufren de lo mismo que el. El diagnóstico le permite al sujeto un refugio en donde puede
desentenderse de su posición de sujeto deseante. De esta manera se enmudece el síntoma
que habla.
Hoy en día hay una razón: si algo ocurrió debe quedar incólume en la memoria de los
hombres. Y así el pensamiento fácil deviene progresista. La noción omnipresente de víctima
viene a sustituir al concepto precario de sujeto. La identidad especifica de los grupos queda
establecida mediante la identificación del especifico mal que se les ha hecho. El síntoma opera
como el recubrimiento tenaz de cualquier marca singularizante.
Hay algo que no se debe olvidar. Existe una enorme distancia entre no olvidar el
crimen y no olvidar a la víctima.
La historizacion critica de las marcas de la memoria supone que esas marcas interpelen
al sujeto ya sea para conservarlas o para dialectizarlas ficcionalmente: aquí se ubica la
responsabilidad, en el modo en que responde el sujeto a esta invitación de las marcas. No es
posible prescindir de las marcas de la herencia y por ello se trata un sujeto para el desafío
administrarlas. La primera de las posiciones vive de las marcas y la segunda vive a partir de las
marcas.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 55
El autor habla del conflicto entre la obediencia y los valores éticos y cómo por ejemplo
la experiencia de Stanley Milgram en la Universidad de Yale acerca de la obediencia a órdenes
criminales es una de las explicaciones que la psicología ha intentado dar al problema.
Los resultados de la experiencia indican que dos de cada tres personas llegan a
administrar descargar consideradas peligrosas; esto ha sido usado para intentar explicar la
obediencia a órdenes aberrantes durante la guerra o situaciones de tortura.
Entre la ley conocida como “del punto final” y la llamada ley de “obediencia debida” o
de “exculpación”, se consuma la pérdida de una dignidad que puedo haber sido.
A partir del reconocimiento de que no hay sociedad sin una instancia de autoridad se
vuelve posible la entrada de una psicología que estudie las vías indirectas del ejercicio del
poder y la génesis de la obediencia.
Las leyes permiten que los jueces puedan creer que en las citadas circunstancias el
hombre no es responsable de sí mismo, y que el raciocinio del que se muestra capaz en esos
estados no es suficiente para considerar que él lo gobierna. De esto se suele concluir que tal
hombre es incapaz de tener una intención.
El autor toma la obra literaria de Jean Paul Sastre “El muro”. En su texto sastre plantea
la cuestión de la responsabilidad. El muro transcurre en la España de la guerra civil. Un grupo
de prisioneros es arrojado a un sótano, entre ellos está Ibbieta. Lo suben a una habitación, lo
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 58
interrogan, le piden que denuncie a un líder anarquista, a Ramón gris. Le ofrecen: es su vida
por la tuya. Ya está planteado el problema ético. Se le pide no un testimonio falso, sino la
verdad. Le dan quince minutos más para pensar. Y pensar pierde al hombre. Ibbieta sabe
algunas cosas. Primero, sabe que la apuesta es fuerte, lo matarán. Sabe también dónde está
escondido Ramón Gris, en casa de su primo, y sabe que somos todos mortales. Pero no iba a
hablar, de puro testarudo y para burlarse de ellos. Ibbieta habló, para mentir, para engañar,
burlar al otro, al tirano, a esos oficiales severos. “está escondido en el cementerio”, mintió
Ibbieta. Y dijo la verdad. Allí encontraron a Ramón Gris y lo mataron.
Éste es el relato, que termina con el protagonista llorando de risa, o riendo hasta las
lágrimas. La primera exculpación posible para Ibbieta es la ignorancia y el azar. No sabía que
había abandonado ese refugio y se hallaba escondido en el cementerio. Azar: el azar quiso que
con su elección de una confesión mentirosa terminara diciendo la verdad, sin saberlo.
Lacan propuso en su seminario acerca de la ética que la única cosa de la que puede ser
culpable un sujeto es de haber cedido su deseo. El Sujeto cede en el camino del deseo para
amoldarse a los mandatos del superyó. Cuanto más renuncia el sujeto al deseo, más se
acomoda a las demandas superyoicas, paradójicamente más culpable se siente. Entonces con
Lacan decimos: sólo se puede ser culpable de haber cedido en su deseo. El yo no es propietario
del deseo, pero sí el Sujeto es responsable de su puesta en acto. Es el sentimiento de culpa el
hilo conductor para encontrar la dimensión de responsabilidad subjetiva. Es sujeto es siendo.
Nunca del todo realizado, pero siendo. De eso debería dar respuesta, de la razón de su ser en
la razón deseante. En esto el sujeto no tiene otra elección pero no por eso es menos
responsable. En este sentido, Ibbieta, es responsable, no quizás ‘culpable, pero responsable de
abrir la boca aún en la ignorancia, responsable de haber deseado vivir. Cita a Lacan: ‘De
nuestra posición de sujeto somos siempre responsables…el error de buena fe en entre todos el
más imperdonable.”
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 59
Teoría de la decisión en Sartre. El ‘humanismo’ de Sartre no tiene nada que ver con el
humanismo que considera al hombre como centro y como medio de todas las cosas. No es el
humanismo ingenuo de creer que el hombre es dueño de sí mismo, que se domina a sí mismo.
El entiende por humanismo otra cosa, dice: “yo quiero que se entienda qué consecuencias
tienen que el Otro no exista, qué quiere decir, de verdad que Dios no existe”. Ser ateo quiere
decir que no hay en el Otro ninguna garantía con respecto a lo que le sucede al existente como
tal. Un verdadero ateísmo, dice Sartre, es cuando finalmente se extiende el concepto de
responsabilidad; se es verdaderamente ateo cuando se ha mostrado que, en la vida, la
responsabilidad gana definitivamente la escena.
Para Sartre aquél que dice que fue arrastrado por las pasiones, o quien se quiere
amparar en que el medio le ha impuesto una determinada elección está en la mala fe, porque
es una excusa, es buscar justificaciones en un determinismo. Lo contrario de la mala fe es la
angustia, el hecho de que la elección se hace sin garantías; no hay ninguna posibilidad de elegir
que venga de antemano, que no es que el sujeto reúne todos los datos del problema y luego
delibera, saca una conclusión y elige, sino que la elección lo hace sujeto, la elección constituye
al sujeto. Sartre dice que estamos condenados a elegir. La elección de la que él habla no puede
ser confundida con un ‘querer’ de la voluntad, con una decisión yoica; que, evidentemente, no
puede ser pensada como un acto voluntarista.
Los dos tipos de responsabilidad (la jurídica y la subjetiva) convocan a dos posiciones
subjetivas diferentes.
Freud nos alerta de una responsabilidad que atañe al sujeto en relación a aquello que
desconoce de sí mismo. No se trata de la responsabilidad moral o social, sino de la
responsabilidad subjetiva.
El circuito de la responsabilidad
La hipótesis clínica será la encargada de explicar el movimiento que supone que el tiempo 2
se sobreimprime al tiempo 1 resignificándolo.
No se puede plantear una dimensión ética sin moral. No hay responsabilidad subjetiva
(singularidad) sin culpa (dimensión particular). El sujeto del acto coincide con el de la
responsabilidad subjetiva. La responsabilidad subjetiva es otro nombre del sujeto, del sujeto
en acto.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 62
La respuesta esperada queda sujeta a ese pasaje por la culpa; en la que ya no cuenta la
intención y la pretendida autonomía de la conciencia, pues introduce una dimensión deseante
más allá de ella. La culpa es en este sentido, una condición para el circuito de la
responsabilidad subjetiva. Es la culpa la que obliga a responder.
La culpa hace a la retroacción, hace que se retorne sobre la acción por la que se ‘debe’
responder. Dado un tiempo 2, el de la interpelación, la ligadura al tiempo 1 es ya una
obligación. No hay forma de no responder, pues la interpelación exige respuesta. La
interpelación es en términos económicos lo que genera deuda, culpa. La interpelación implica
una deuda por la que hay que responder, es el llamado a responder para volver al surco de lo
moral, en este caso la respuesta es particular. No hay singularidad en la vuelta al surco moral
porque la respuesta resulta un taponamiento de la dimensión ética. Se abre como respuesta a
la interpelación un abanico de posibilidades: el sentimiento de culpa, la proyección, la
negación, la intelectualización, la formación sintomática. La culpa moral está en las antípodas
de la culpabilidad del deseo. La culpa moral tapona el acceso a un orden de deseo. Estas
respuestas difieren del tiempo 3 como responsabilidad subjetiva. El efecto sujeto es también
una respuesta a la interpelación pero desde una dimensión ética. Y eso implica la noción de
acto en la que el sujeto se produce. Al hablar de efecto sujeto, se habla de acto. El sentimiento
de culpa se diluye en el efecto sujeto y es una respuesta de dimensión ética. Se llaman éticas a
las singularidades que hacen desfallecer al particular previo.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 63
La responsabilidad del sujeto frente a su propio acto. Un acto implica una decisión
tomada por fuera de los otros, sin los otros. Implica una decisión por fuera de lo moral (del
bien y del mal) una decisión por fuera de la ley. El acto es una decisión y no una acción. Un
acto implica una decisión que tiene consecuencias para quien lo produce y también para los
otros. Pero para los otros mi acto constituye una acción. Lo que los otros ven en la dimensión
de mi acto es una acción, por eso nadie puede juzgar a otro por su acto, pero si por sus
acciones.
(Es medio complicado el texto…me costó entenderlo, recomiendo pegarle una leída a
ver que más se puede sacar)
El texto hace referencia a un diálogo con la Dra. Fracoise Doltó publicado en ‘Psyché’
en diciembre de 1986 el cual evidencia una desinformación de y a la Dra. Doltó. El diálogo se
concentra alrededor de un equívoco insistente: la adopción de niños homologada a la
apropiación de niños.
Textual:
Las opiniones de Doltó están referidas a una realidad que no corresponde a la nuestra.
Nuestros niños, bebés, bebés nacidos en cautiverio fueron criminal y violentamente
arrancados de los brazos de las madres, padres, hermanos, abuelas y abuelos. Están
ilegalmente adoptados como propios, es decir, apropiados, privados de su verdadera
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 64
identidad, lo que implica ser tratados como objetos, partes del saqueo. Aún alimentados y
cuidados ésta es la condición que subyace.
Las situaciones de hecho son de fraude y falsificación sin Ley y sin Verdad. Las figuras
de los apropiadores no representan figuras parentales o de padres adoptivos sino que ocupan
el lugar parental desde la impostura.
Lo que funda la identidad es el deseo de vida de los padres unido a la propia pulsión de
vida del bebé. El deseo de vida se va haciendo autónomo, pero debe pensarse, en el origen,
íntimamente ligado al motor que lo generó; el deseo parental. Esta configuración de deseos
que es origen de la vida, es la base de la identidad. Lo que hay en la impostura es un intento de
alienación del deseo inconsciente, de reducir al niño a su necesidad, a enajenarlo como
persona, como sujeto de deseo.
Las Abuelas de Plaza de Mayo llaman restitución al acto de recuperación de los niños
secuestrados. Acto psíquicamente fundante porque se asienta en la verdad y en la Ley y
libera al psiquismo infantil de la fundación falsa en la que se encuentra capturado; porque
restablece un orden de legalidad familiar que posibilita el deseo, el encuentro con la propia
identidad y la inserción en la legítima cadena generacional.
En la situación de apropiación los niños fueron arrancados, sin palabras y con violencia
real, sumergiéndolos en un proceso de ocultamiento y de enajenación, arrancados de su
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 65
identidad, de su historia personal y familiar. En este tipo de actos se desconoció toda ley, la
trasgresión se hizo ley y la perversión la modalidad de vínculo.
En la situación de restitución no hay repetición, las palabras son dichas y, desde la ley
se permite el acceso a la verdad. Es una situación nueva que se basa en la articulación de la
verdad y la justicia. El revelamiento de la verdad, aunque dolorosa es la posibilidad de volver a
tomar contacto con el proyecto de vida de sus padres y con la configuración de deseos que son
su origen. También resulta profundamente estructurante saber que sus padres jamás los
abandonaron y que sus familias los han buscado tenazmente desde su desaparición.
*-La Dra. Doltó expresa su preocupación por resguardar el período edípico de los
niños.
*-El contexto del cual Doltó extrae su experiencia al referirse a las ‘secuelas de la
guerra’ o a los ‘acontecimientos de la guerra’, es el de la Segunda Guerra Mundial.
-Nuestros niños no son niños abandonados o perdidos por sus familias durante una
guerra y a quienes cualquiera acoge. Son niños identificables, con familiares ubicables. Niños
secuestrados de sus propios hogares o nacidos después del secuestro, en un contexto de
Terrorismo de Estado sólo comparable al exterminio judío por los nazis.
La cuestión referida a los niños expropiados durante la dictadura militar era como
nombrar a los padres biológicos de los niños y también como nombrar a los “padres” con los
que pasaron a convivir. Surgieron nuevos términos para designar una antigua función: “padres
biológicos”, “padres del corazón”, “padres de crianza”, “padres psicológicos”. Pero no se trata
solo de términos.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 66
Es necesaria una decisión jurídica sobre la paternidad. La paternidad necesita una decisión
desde la ley. Lo jurídico supone la ley atada a la palabra que se dice, a la palabra enunciada
por alguien en particular.
Plantea 2 ejemplos:
1) La decisión del Rey Salomón para dirimir la disputa entre dos mujeres que reclaman
un mismo niño
1) Ante el soberano se presentan 2 prostitutas que reclaman al mismo niño como propio. Una
de ellas asfixio a su hijo y ahora reclama un hijo ajeno. Ambas dicen que el niño vivo es el
propio y que el muerto es el de la otra. No hay testigos ni forma de constatar la verdad de los
hechos.
Volviendo al ejemplo, el rey ordena que se corte al niño en 2 y que se le entregue una
mitad a cada una de ellas. La decisión del rey Salomón debe ser considerada como un gesto de
fastidio, una decisión terrible que expresa un capricho sanguíneo. Queriendo un hijo, la mitad
de eso se parece a la nada. ¿Qué es el padre real? El que obliga a una doble renuncia: hacia la
madre y hacia el hijo. Salomón es quien introduce esa decisión del corte. Frente al corte, cada
una de las mujeres dará su respuesta. Una de ellas decide renunciar al niño, decide cederlo
para mantenerlo vivo y frente a esa respuesta, Salomón advierte que ahí hay una madre. No se
trata de haber descubierto a la madre, sino de haber encontrado una madre. La renuncia
funda un lugar que Salomón sanciona como el lugar materno.
¿Qué es una madre? La que cede su objeto más preciado, la que por su castración se
somete a la ley paterna en una renuncia del lado de la cultura.
Para que el orden humano sea tal, no basta con el padre, la madre y el niño: hace falta
un término decisivo que es la ley. Ese término ordena las distintas funciones y es el que
permite que de la cría nazca un hijo encadenado a una genealogía fundadora. Es la instancia de
la ley la que instituye y nombra todos los lugares.
2) Los mellizos Matías y Gonzalo Reggiardo Tolosa fueron apropiados ilegalmente por el sub-
comisario Miara y su esposa, la Sra. Castillo (quien había perdido un embarazo y su marido lo
“resolvió” entregándole a dos niños).
En este juego alguien pierde. Un hijo pierde al Padre porque Un-Padre impostor
usurpo su lugar. Ese encuentro en el lugar perdido es el espacio propicio para la perdida de
una función.
Destacar como decisivo el amor de la crianza es forjar una variante sentimental que
oficia de coartada para un acto de delincuencia profunda, al llamar paternidad a una práctica
de pillaje. Designar como “padres históricos” a los ladrones de niños es una operación
renegatoria de la historia misma.
Veinte años después de la dictadura militar, se sigue hablando sobre los efectos en la
constitución del psiquismo de la acción de un delito continuado y permanente.
Puede pensarse para la ley una doble acepción: una Ley (con mayúscula), condición
necesaria a la fundación y estructuración del psiquismo y una ley (con minúsculas) cuya
producción hace referencia a cada uno de los sistemas sociales, particulares, en los que el
hombre se desenvuelve. La transgresión de la ley social y la determinación de culpa jurídica
que conlleva, encuentran en el campo del derecho la consecuencia del castigo, pero para las
fallas de la otra Ley, las que se expresan por la vía del padecimiento subjetivo, no funciona el
contexto judicial de penalización. Si el campo del derecho tiene como pretensión poner fin al
delito y restablecer con la sanción la situación anterior, hallamos una dificultad para pensar
con igual criterio y optimismo sobre sus consecuencias en el sujeto. Si para el derecho la ley
cubre lo que falta y repara lo que se ha roto, el psicoanálisis indica que algo de lo alterado no
vuelve al lugar original. Hay un real allí sobre el que no puede volverse atrás del todo.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 69
padres campesinos fueron muertos por las propias acciones militares al devastar las aldeas.
Queda en evidencia la estrategia de ‘mejoramiento’ llevada adelante por los militares en
Guatemala. Muchos niños fueron arrancados de sus aldeas y desplazados a las llamadas
“aldeas modelo”, donde se les impone el español como lengua normativa y se los educa en un
clima de aceptación de la presencia militar como rasgo tutelar de sus vidas. Muchos más tarde
ingresan al ejército incorporando una ideología de odio por las comunidades campesinas.
Estados Unidos: El caso de Baby M. un matrimonio, cuya mujer era infértil, realizó un
contrato legal con una joven, en virtud del cual ésta sería inseminada artificialmente. Al cabo
de nueve meses, de nacer la criatura sana, el bebé sería entregado al matrimonio y la joven
recibiría a cambio U$S10.000. al nacer la niña, la madre decidió quedarse con ella y dejar sin
efecto el compromiso contractual. Luego de un controvertido fallo, la corte dictaminó que la
niña pertenecía al matrimonio. El fallo de la corte fue apelado y se desató una de las polémicas
jurídicas más conmovedoras.
Finalmente, la corte resolvió que el bebé era hijo del hombre (quien aportó el
esperma) y de la joven, otorgando sin embargo la tenencia de la criatura a la pareja y
regimentando para la joven un sistema de visitas.
El caso de Mariana Zaffaroni, una niña desaparecida junto a sus padres en 1977 y
localizada por Abuelas en 1984 se constituiría en uno de los paradigmáticos de este drama.
Cuando los abogados de Abuelas y la justicia argentina inician las acciones destinadas a
restituir a la niña a su familia de origen, el agente furci se fuga al Paraguay llevándola consigo.
Antes de partir, la niña, inscripta bajo el nuevo nombre de Daniela Romina Furci envía dos
cartas a su abuela de sangre. En estas es obvia la manipulación de Furci en la redacción de las
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 71
cartas, aunque la firma de la niña es auténtica y elementos posteriores mostraron que la niña
llegó a suscribir sus contenidos.
Potestad:
golpeada contra una pared. El hombre, sujetado por un segundo personaje, contempla
paralizado como se llevan a Adriana.
Mientras que el hombre puede sostener la farsa incluso más allá de las evidencias
elementales, la mujer sabe de su déficit respecto de esa hija y, cuando se desbarata la patraña,
ya no puede seguir adelante con ella. Se trata de una confirmación, por la negativa, de las
diferentes posiciones que adoptan padre y madre frente a un daño en el hijo. Este lugar de
resignación estaba en rigor anticipado en el instante en que Ana María pretendió devenir
madre aceptando el “regalo” de su marido. Esta posición objeto respecto del hombre supone
toda una elección. El “no preguntar” representa un agravante desde el punto de vista de la
responsabilidad subjetiva.
Comienza con el relato de un suceso que tuvo gran repercusión en los medios de
comunicación y en la opinión pública en general. Resultó llamativa la intensa movilización
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 73
Se trataba del caso de una joven madre y su pequeña hija, quienes llegaron al país
desde Canadá, lugar de nacimiento de la niña. La mujer reclamaba la tenencia de la menor y
pedía una intervención judicial que la amparara en su propósito, ya que intentaba establecerse
en Buenos Aires; vale aclarar que el viaje se había realizado sin el consentimiento de su ex
marido (padre de la niña) quien residía en aquel país junto a su nueva pareja.
Freud plantea el mito de la horda primitiva para rastrear el origen de la agresión, del
superyó, de la conciencia moral y del sentimiento de culpa. Si el padre de la horda primitiva
encarna la ley que él mismo crea, se produce una relación de identidad entre la ley y el que la
encarna. El padre sólo puede representar la ley a condición de diferenciarse de ella. Si el padre
de la horda es idéntico a la ley, no hay función y no hay Ley.
Con el asesinato del padre se erige el totemismo. Así, a modo de reparación, los
hombres se someterán a la ley que el tótem representa: la prohibición de matar al tótem y
comer su carne (ley que representa la prohibición de matar al padre), y la efectivización de la
ley de prohibición del incesto.
El agente de la función paterna está sometido a la función que transmite, es decir, está
atravesado por la imposibilidad.
Freud se valió de este mito para situar el origen de la cultura, y ubicó en el mismo
punto el origen de la organización social.
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 74
Freud ubica en ese punto de origen también la instauración del superyó como signo de
la interiorización de la ley.
Así pues, el complejo de Edipo es la forma en que, vía superyó, el registro de la ley se
inscribe en la vida individual, donde también la persona del padre aparece ligada a la ley, y
donde también se expresa su eficacia en términos de inscripción de la imposibilidad.
Los deseos edípicos son un modo de escenificar el goce como posible; lo cual equivale
a decir un modo de velar la castración estructural. Por eficacia de la función paterna, aquellos
deseos incestuosos, presentes en la humanidad toda, caen bajo la represión y sólo encuentran
satisfacción en la dimensión de la fantasía.
Los diques culturales que limitan el “amor de madre” (la función paterna oficia de
límite al goce materno, pero es al mismo tiempo, ella misma límite al goce del padre) fueron
pesquisados en la figura del padre, que representó entonces un “peligro”. Pero, a su vez, ese
mismo peligro fue asociado legítimamente al sistema jurídico que es también resultado de la
eficacia simbólica, a la vez que es portador de esa eficacia en el orden social.
Las consecuencias para los sujetos implicados no pueden ser anticipadas, sino
analizadas a posteriori.
Otra cuestión que debe poder definirse es en qué condiciones la utilización de una
tecnología determinada produce y promueve el desarrollo de lo simbólico y en qué casos
favorece su relativización o fomenta su aplastamiento.
J. C. Indart afirma que una estructura tiene por función la transmisión, de una
generación a otra, de aquello que garantice que la cría humana sea parlante y tenga el mínimo
de ubicación en un sistema de intercambio. En la actualidad, la familia se presenta como la
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 76
Lacan hace referencia a la función materna (al Otro del lenguaje), como aquella que
produce al sujeto parlante por la vía de la transmisión de un deseo que es siempre singular, y
como lugar de establecimiento de la simbolización, ya que es la madre quien transforma lo real
en significante. También alude a la función paterna (al Otro de la ley), abrochamiento de ese
deseo a un nombre, para que, articulada con la ley de la prohibición del incesto, se da cabida a
la sucesión generacional que funda un orden matemático, y no natural, en ese corte.
La cuestión es que, aun ofreciendo este lugar, las cualidades de lo ofertado no están
garantizadas. La plena determinación encuentra límite en lo imprevisible, en una respuesta del
niño que no queda explicada acabadamente apelando al deseo inconsciente de los padres.
Pero allí donde un real irrumpe, y en la medida que haya eficacia de lo simbólico, el
intento es servirse de eso simbólico para producir la inscripción de lo que interroga en lo real.
Esa inscripción es siempre singular: tiene como base la transmisión de un núcleo real, no
anónimo y singularizado, la donación y apropiación de marcas subjetivantes, la construcción
de determinadas operaciones simbólicas y, en la medida en que dichas operaciones han sido
fundadas, el ordenamiento que realiza la estructura, haciendo posibles ciertos recorridos e
inhibiendo otros.
La leyenda del Golem: el Golem es un muñeco construido con arcilla que puede ser animado a
partir de la pronunciación de determinadas frases. Golem significa amorfo, pero resulta
curioso porque el Golem es un muñeco con forma humana. Finalmente el Golem es un cuerpo
sin nombre, una deformidad innominada. La animación del Golem estaba sujeta a la
posibilidad de conocer, de adquirir una sabiduría, la que conducía a descifrar los textos
sagrados y a conocer el enigma de su ordenación. Hay una sabiduría que es necesario
conseguir, la sabiduría de Dios, la que permitiría finalmente construir al muñeco. El Golem no
tiene capacidad locutiva, no habla. La secuencia de palabras dirigidas al Golem tiene tal
importancia que de acuerdo con el sentido, con la dirección en que esto se lleve a cabo, dará
origen a un ser masculino o a un ser femenino. No obstante ser producto de la palabra, de una
combinación literal, el Golem no puede hablar y no es nominado. El Golem, entonces, es un
mudo cuerpo sin nombre.
El no-saber del Otro, en relación con el origen de la vida, determina al sujeto al punto de
constituirlo como sujeto del inconsciente. El no saber del Otro divide al sujeto mostrando el
carácter fecundo de esta falla. El Otro se muestra sin ese saber absoluto que el niño suponía
en un punto clave: el tema del origen. Ante la pregunta por el origen el Otro cuenta un cuento,
por lo tanto en el origen hay un mito.
Entre una necesidad de la constitución psicosexual y la insatisfacción del niño por las
explicaciones recibidas, producirá sus propias teorías al respecto: teorías sexuales infantiles. El
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 78
saber es posible pero a espaldas de la verdad según Lacan. Si se trata de alcanzar el saber
absoluto, esto conduciría a obtener la omnipotencia y la grandeza del padre de la horda
primitiva. Grandeza del padre que corresponde al segundo tiempo del Edipo y que
necesariamente tendrá que dar pasó al siguiente: el tiempo en el que el padre terrible da paso
a aquel que transmite la ley; no ya que es la ley sino que la transmite. Se trata de transmitir
una ley alojada en los ritos de una tradición.
Si se trata de criar a los hijos, de hacerlos hijos de una tradición, esta ya está instalada dentro
de la cultura a la que cada uno pertenece. Se trata de transmitir algo de esa cultura, aquello
que tiene que ver con los ritos de iniciación, las marcas simbólicas que una cultura tiene
reservadas para la crianza de sus hijos. Nadie en este sitio puede ser reconocido como
poseedor de un saber original. De lo que se trata es de transmitir una legalidad instalada en la
tradición misma de nuestra cultura. Cuando una crianza se ve afectada en este punto, las
consecuencias se presentan. Si los laberintos del deseo han provocado el extravío de tal
función, no es algo que pueda resolverse impartiendo algunas instrucciones para conducirse
mejor en la vida. Enseñar a vivir no ha sido nunca la solución a nada.
Si el origen de un niño esta sostenido en los mitos, el saber de la ciencia disuelve el carácter
ficcional de la fundación y lleva a cabo un aplastamiento de toda significación mítica. La ciencia
sabe cómo generar un sujeto y por lo tanto puede desarrollar sin enigmas como y de donde
proviene un niño. En esta posición de la ciencia, lo que queda forcluido es el sujeto mismo.
El problema de la ciencia debe ser planteado para establecer cuáles de estas tecnologías se
erigen como practicas cuestionables éticamente en la medida en que afectan la condición
simbólica de la especie. Se trata de que manera nombrar, significar al real puesto en juego con
el avance tecnológico. La legislación tiene la posibilidad de sancionar favorablemente el estado
PSICOLOGÍA, ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS 79
de cosas desplegado de hecho, o por el contrario puede funcionar en tanto ficción productora
de lazo social poniendo un límite (la prohibición) que opere como resguardo del deseo.
Como afirma Susana Sommer: “de la cigüeña a la probeta”. La certeza de la ciencia intentando
desplazar al mito. Mito cuyo sentido se ocupó de desentrañar a Freud y que se haya
débilmente sostenido por la nueva reproducción.
Al conocer que los adultos podían ser clonados, se supuso que era posible producir un clon tan
idéntico que incluso duplicara el momento del desarrollo que atraviesa el sujeto clonado.
Según tal ilusión, si se clona un adulto, el clon es tan adulto como aquel.
La reproducción en cambio, es repetición sin mimesis. Hay reproducción de aquello que nunca
es idéntico. Volver a reproducir lo reproducido: procrear. La producción es creacionista. La
reproducción en cambio es sexuada y es el lugar por donde la muerte se presenta la ser
viviente, al tiempo que instala un enigma al carecer de un término que la inscriba en el campo
del saber inconsciente. La reproducción es un acto de transmisión generacional que no
transmite otra cosa que el límite a la omnipotencia. La castración separa al sujeto al tiempo
que lo divide fundándolo como deseante. El clon es doble, el sujeto es dividido.
La clonación busca hacer de la reproducción humana una reiteración que sostiene una
perpetuidad ilusoria, alienándose a su imagen en un infinito juego de espejos.
El deseo frío, la metáfora con la Michel Tort evoco las tecnologías reproductivas, se ve hoy
largamente excedida: la clonación se coloca por fuera del campo del deseo. Al dejar en el
camino al partenaire del sexo masculino, la reproducción prescinde del sexo mismo, de lo
sexuado de la reproducción.
¿Para qué clonar? La respuesta de los científicos es para banco de órganos, para reproducir
ventajas biológicas, para procrear sin necesidad del padre...Nunca faltan razones para justificar
las demandas del mercado.
¿Para qué sirve reproducir humanos? Con estas preguntas, y en la era utilitarista, el sujeto
deviene un puro objeto de la ciencia como Otro del saber absoluto.
La pregunta por el origen de la vida (la sexualidad) y sobre la muerte encuentra en el científico
la respuesta última que pretende destituir toda ficción fundadora para ubicar su saber en el
lugar de la fundación.
Sería prudente salir de la pregunta ¿para qué clonar? (sostenida en un principio utilitarista)
para preguntarse ¿por qué clonar? (formular la pregunta por el fundamento). Y en tanto
pregunta por el fundamento conviene dejar vacío el lugar de la respuesta. O mejor será sugerir
una historia de duplicaciones y singularidades.