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CUIDADOS DE ENFERMERÍA COMUNITARIA Y SU POSICIÓN EN EL EQUIPO

DE SALUD

Las enfermeras tienen, en términos generales, las mismas funciones que el equipo en general.
En la actualidad, dentro del equipo se identifica a las enfermeras con la función de cuidar y
prestar ayuda a los individuos y familia. Especialmente útil en el terreno de la orientación
comunitaria es la actitud preventiva y educativa en el trabajo cotidiano.

El trabajo de las enfermeras necesita la adopción de estrategias para lograr un marco


organizativo eficaz, flexible y, sobre todo, funcional para:

1. Identificar los grupos y segmentos de población que presentan características susceptibles


de inclusión en programas de actuación e intervención.

2. Priorización de la oferta de atención de enfermería según criterios de necesidad, demanda,


etc.

3. Desarrollar las actividades y los cuidados necesarios para actuar sobre los problemas
detectados de forma eficiente.

4. Organización de mecanismos de derivación eficaces con otros profesionales del centro


como de otras instituciones implicadas en el trabajo comunitario: ayuntamientos,
departamentos de bienestar social, organizaciones no gubernamentales, etc.

Los protocolos de enfermería enfatizan los necesidades y dimensiones objeto de valoración,


los diagnósticos enfermeros usuales para el proceso y los cuidados fundamentales.

Los servicios básicos desarrollados por enfermería en los centros de salud:

1. Seguimiento y control de pacientes crónicos. 


2. Prevención de enfermedades transmisibles. 


3. Atención maternoinfantil. 

4. Atención al anciano. 


5. Controles periódicos de salud. 


6. Realización de técnicas de enfermería. 


7. Colaboración en exploración, diagnóstico y tratamiento de 


pacientes.

La educación para la salud es, sin duda, un elemento característico de la actividad enfermera.
Si se asume el autocuidado como estrategia central de la actividad enfermera, así como el
mantenimiento y elevación del nivel de salud de la población, la metodología que se desarrolle
debe ser la educativa, basada en el proceso enseñanza-aprendizaje. Una vez más hay que
considerar que la enfermera centra sus esfuerzos educativos primordialmente sobre su núcleo
de actividad, que se ha definido anteriormente: alimentación, higiene, ocupación adecuada del
tiempo libre, sexualidad, eliminación, consumo adecuado de fármacos, uso racional de los
servicios, etc.

3 La familia como unidad de atención

S. López Peña

A. M. Romero Aranda

INTRODUCCIÓN

La familia representa el nexo de unión entre el individuo y la comunidad en la que vive.


Trabajar con un enfoque familiar en un contexto

sociosanitario significa trabajar prestando atención al conjunto de relaciones entre los


componentes de la familia, e implica actuar sobre la familia como un todo, teniendo en cuenta
la existencia de diferentes tipos de relaciones entre sus miembros.
Tampoco puede perderse de vista que los miembros de una familia se desenvuelven en un
entorno laboral, educativo, afectivo, etc., con el que continuamente están intercambiando
información.

El marco teórico de este trabajo sobre la familia se sitúa bajo una concepción sistémica amplia
que incluye también la ecológica. Ambas teorías han sido un recurso habitual de los
profesionales de la salud.

La teoría de los sistemas la desarrolla Von Bertalanffy (1), para el que todos los organismos
son sistemas compuestos a su vez por subsistemas; cuando varios sistemas se unen pueden
formar macrosistemas. Esta teoría puede aplicarse tanto a sistemas biológicos como sociales
(familias, grupos y sociedades).

Para este autor, un sistema es un conjunto de elementos que interactúan entre sí, donde se
presupone la existencia de interdependencia entre las partes y la posibilidad de un cambio. Los
sistemas pueden ser abiertos o cerrados dependiendo de si existe o no intercambio de
información con el medio.

Como sistema abierto, la familia permite el desarrollo y bienestar de sus miembros, por el
constante intercambio que se produce entre este sistema y el sistema social, permitiendo que
cada individuo adquiera nuevas pautas de conducta y funciones que se corresponden con su
etapa evolutiva. De esta forma, se consigue que sus miembros tengan independencia y
crezcan.

Como sistema cerrado, la familia se vuelve disfuncional, ya que no se favorece el contacto con
el exterior, y el sistema se empobrece, así como sus miembros. En esta vertiente predominan
una serie de normas rígidas y estáticas, clasificadas como costumbres y mitos familiares.

CONCEPTO

La familia, desde este prisma, es un conjunto de individuos que están relacionados entre sí,
que interactúan, tienen una historia común y han formado una unidad diferenciándose de su
entorno, creando su propio contexto. La familia se considera un sistema dinámico, compuesto
por subsistemas en constante interacción, que a su vez pertenecen a un sistema mayor que es
el social, con el que se mantiene una relación con la entrada y salida de información.

Desde el modelo ecológico la familia se relaciona con el entorno, siendo un elemento de


apoyo a los miembros que la conforman. Bronfenbrenner (2) señala que el medio ecológico es
el marco que contiene al individuo de forma inmediata y el espacio (la escuela, la casa, la
calle, etc.), es donde pasan las cosas que le afectan indirectamente.

Este autor divide el entorno ecológico del individuo en cuatro partes: microsistema,
mesosistema, exosistema y macrosistema. La familia queda incluida como microsistema
definida como un pequeño grupo caracterizado por la coexistencia de actividades, roles e
interacciones personales entre sus miembros.

Desde la enfermería comunitaria, el trabajo con familias implica actuar por lo tanto en un
sistema natural que es la familia, en el que según Úbeda y Pujol (3), los miembros tienen en
común el entorno (hogar, barrio, etc.) y muchas formas de comportamiento, hábitos o estilos
de vida. Entre ellos existe una interdependencia que hace a la familia funcionar como unidad,
de forma que los problemas de salud de uno de sus miembros lo afectan individualmente, a la
vez que afectan a la familia como grupo.

Otra cuestión que debemos tener en cuenta son los cambios de la familia en la sociedad actual.
Cuando se piensa en una familia, se da por supuesto que está formada por padres e hijos, pero
muchas veces esto no es así. Hay parejas que se quedan sin hijos, en otras sólo existe una
figura parental, parejas de un mismo sexo, etc.

En la definición de la familia, no debe olvidarse que entran en juego aspectos que pueden
considerarse subjetivos, ya que para ser parte de una familia hay que sentirse miembro de la
misma.

Por lo tanto, para la consecución de los objetivos de salud que establezcan los profesionales de
enfermería que trabajan con familias en el ámbito comunitario, se ha de tener una mentalidad
abierta que supere posibles concepciones sobre la familia más o menos normativas.

CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA FAMILIAR

Los sistemas familiares como sistemas abiertos, intercambian información con el ambiente y
se modifican. A continuación se exponen sus características principales (4-7):

1. El comportamiento del sistema familiar no puede reducirse a la suma de las conductas de


cada uno de sus miembros. El sistema familiar se comporta como algo inseparable, siendo
necesario obtener información sobre las diferentes interacciones que existen.
2. En las familias existe un circuito de la información que va de unos miembros a otros, y que
les afecta a todos. Una información que va desde un miembro de la familia A, a otro B,
implica un retorno (feed- back) de B a A pero, a su vez, también puede repercutir en un tercero
C, y así sucesivamente hasta crear un mapa familiar interactivo.

3. La familia intercambia continuamente información con su entorno y medio interno. Toda


nueva información puede afectar al equilibrio de la unidad familiar y, en caso necesario, se
ponen en marcha mecanismos para mantener la estabilidad. Un cambio en un miembro de la
familia provoca otro cambio en otros miembros de la misma que restaura el equilibrio.

4. Las familias tienden a cambiar y a crecer, desarrollando nuevas habilidades y negociando en


cada momento los nuevos roles que puedan adquirir sus diferentes miembros.

5. Una familia puede llegar a tener problemas semejantes a otra familia, a partir de
condiciones iniciales distintas, lo cual dificulta buscar una única causa a los posibles
problemas.

6. Una misma situación inicial en dos familias puede originar estados finales distintos. Por lo
tanto, no debemos centrarnos en hechos pasados sino en el presente. No se trata de descubrir
la etiología, sino los factores que contribuyen al mantenimiento de una situación problema.

7. En el sistema familiar existe una ordenación jerárquica, donde unos miembros poseen más
poder y responsabilidad que otros.

ESTRUCTURA Y DINÁMICA FAMILIAR

La psicoterapia individual evidenció las repercusiones que tenía la dinámica familiar sobre sus
miembros, lo cual provocó la apertura de otros campos bajo la denominación de terapia de
familia.

Entre los años 1965 y 1970, Minuchin (8) desarrolla el enfoque terapéutico basado en la
estructura familiar. Por estructura familiar entiende la disposición que ocupan los miembros de
una familia, cómo funcionan, cómo se relacionan entre ellos y con el exterior, y qué tipo de
resistencias opone la familia a determinados cambios.

En la estructura es donde se mantiene un problema familiar, aun siendo un solo miembro


quien lo padezca. Desde esta perspectiva, una conducta conflictiva de un miembro puede estar
ocultando otros problemas en el seno familiar. De esta forma, esta conducta, aunque sea
negativa, mantiene la estabilidad de la familia.

Para Minuchin, la estructura familiar es un sistema formado por subsistemas en constante


interacción y separados por límites invisibles. Cuatro serían las partes de la estructura familiar:

Subsistema individual. Formado por cada uno de los miembros de la familia. Cada
componente del sistema familiar establece relaciones particulares con cada uno de los
miembros, y con la familia como totalidad.

Subsistema conyugal. Dos individuos que provienen de familias diferentes se unen para
formar una pareja, aportando a la nueva familia que forman, las reglas, normas y valores
aprendidos. Cada miembro de la pareja, al entrar en el nuevo sistema, debe perder parte de las
costumbres e ideas que traía y elaborar una estructura nueva. Para Rodríguez (9) la mutua
acomodación de los cónyuges debe estar libre de interferencias de la propia familia de origen.
Una de las tareas es la de fijar límites claros que definan esta estructura y defiendan el sistema
del

exterior. Es necesario un sistema conyugal estable para un buen desarrollo de los hijos.

Subsistema parental. Tiene funciones primordiales en la crianza, socialización, alimentación,


etc., de los hijos, aunque comparte sus funciones con otros familiares y educadores. Tiene que
ser un subsistema flexible a los cambios que los miembros demanden, y las funciones deben ir
evolucionando a la par del desarrollo evolutivo de sus miembros. Dependiendo de la claridad
y estabilidad de la pareja, se obtiene una mayor o menor consecución de los fines de este
subsistema.

Subsistema fraterno. En éste, los hijos aprenden el sentido de pertenencia al grupo y obtienen
la posibilidad de pertenecer a otros sistemas externos a la familia. Los miembros menores de
este sistema empiezan a socializarse y aprenden patrones de conducta que llevan a su grupo de
iguales.

CICLO VITAL DE LA FAMILIA

El ciclo evolutivo familiar es un fenómeno con carácter universal, donde prácticamente todas
las familias transcurren por una serie de etapas que van groso modo desde la formación de la
pareja hasta la muerte de uno de sus miembros. Este tipo de ciclo vital se llama normativo.
Sus etapas son:

1. El período de galanteo y la formación de la pareja. 


2. La familia con hijos pequeños. 


3. La familia con hijos adolescentes y dificultades matrimoniales. 


4. Emancipación de los hijos. 


5. La familia en las últimas etapas de la vida: retiro de la vida 


activa y vejez.

El inicio del ciclo vital es algo arbitrario, ya que mientras una pareja joven decide formar una
familia, sus respectivos padres se encuentran en otra etapa del ciclo. No todas las familias
pasan por todas las etapas del ciclo, ni lo hacen en un orden riguroso. Es posible que una
familia tenga un hijo antes de contraer matrimonio, o que los hijos se mantengan en el hogar
paterno más tiempo del esperado.

Carter y McGoldrick (10), además del ciclo vital normativo, plantearon los ciclos vitales
alternativos, como en los casos de separación, divorcio, muerte prematura e incidencia de una
enfermedad crónica en el sistema familiar.

Algunos autores como De Miguel (11), Requena y De Revenga (12) y el V Informe de


Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA) (13), en sus estudios sobre
la sociedad española, reflejan situaciones familiares nuevas que ponen de manifiesto la
dificultad para

hablar, en la actualidad, de ciclos normativos. Algunas de estas realidades son:


1. Se observa una permanencia de los hijos en los hogares paternos hasta edades cada vez más
tardías.

2. Proceso de juvenilización por el que se extiende en el tiempo la fase del ciclo vital durante
la que se es adolescente y joven, prolongando la dependencia familiar de los que esperan
integrarse en la vida adulta, lo cual implica mayor dedicación a la formación educativa.

3. Se observan pautas nuevas en jóvenes con noviazgos de larga duración, pero que siguen
viviendo con los padres.

4. Se han prolongado las fases vitales donde los individuos viven en unidades familiares
constituidas por matrimonios sin hijos (nido vacío).

5. La integración femenina en la vida adulta ya no se produce sólo por el matrimonio y la


maternidad, debido a la integración plena de la mujer en el mundo laboral.

6. Aumento de la cohabitación entre los jóvenes como alternativa al «matrimonio oficial». Las
parejas sin estar casadas comparten una residencia común. Puede estar determinado por el
rechazo ideológico al matrimonio, por intentar reducir el riesgo de fracaso mediante
experimentación, etc.

7. La ruptura matrimonial es un mecanismo que posibilita la disolución de la familia nuclear


típica y la aparición de nuevas formas. Esto ha dado lugar al aumento de hogares
unipersonales y monoparentales.

8. Entran en juego en el ciclo vital determinadas instituciones que sustituyen a la familia en


situaciones críticas: familias sustitutas, acogimientos familiares, ayuda domiciliaria,
residencias, etc.

9. Las personas de edad siguen en su hogar todo lo que pueden. Este fenómeno es opuesto a lo
que ocurría en las sociedades tradicionales donde los hijos se emancipaban pronto y los
abuelos volvían al hogar de los hijos casados.

FUNCIONES DE LA FAMILIA

Kingsley (14) habla de cuatro grandes funciones sociales de la familia: reproducción,


mantenimiento de los hijos menores, colocación (atribución de un lugar en el sistema
ocupacional o en la jerarquía social) y socialización.
De las cuatro funciones, la colocación no es una función universal y se manifiesta en
sociedades rígidamente estratificadas, pero no predomina en las sociedades industriales
modernas.

La función reproductora permite que la sociedad continúe. Pero esta función ha sido una de las
que más cambios ha sufrido, ya que hoy día el matrimonio no es una estrategia relacional
reproductora. Además, en los últimos 20 años se está asistiendo en las sociedades
contemporáneas al auge de estrategias de convivencia situadas al margen de la reproducción.

Por mantenimiento de los hijos menores se entienden las acciones de la familia en cuanto a
protección física (alimentación, vestido, cuidados físicos, etc.) y psicológica (afecto, apoyo,
etc.). Aunque existen otras instancias que pueden realizar estas acciones, no cabe duda de que
la familia es el centro y la principal fuente del afecto humano.

González Echevarría (15) mantiene la tesis de que el término socialización se utilizó en primer
lugar para designar los procesos de transmisión de la cultura de una generación a otra. Pero
más tarde se propuso el término de enculturación que sería el proceso a través del cual un
individuo adquiere la cultura de su grupo, clase, segmento o sociedad en el sentido de
aprender pautas para el comportamiento; y por socialización la asimilación del individuo al
grupo o grupos a los que va perteneciendo.

Para esta autora, la socialización no se limita sólo a los niños aunque sean sujetos preferentes
de este ejercicio, y se trata de un proceso interactivo entre los agentes socializadores (padres,
hermanos, grupo de iguales, maestros) y el sujeto socializado.

Flaquer (16) distingue entre las funciones sociales que cumple la familia dentro y fuera del
hogar:

Las que se desempeñan en el interior del hogar. Consisten en la adquisición de los valores
básicos, hábitos de trabajo y aspiraciones culturales. Hay otras funciones como las
asistenciales y de socialización que ya no son exclusivas de la familia, por el papel que tienen
las instituciones educativas y sociosanitarias. La familia también desempeña funciones
emocionales y es una fuente primordial para la identidad cultural y religiosa de una sociedad.

Las que alcanzan a hogares en que viven otros familiares. Donde se ejerce la función de
solidaridad ante cualquier episodio crítico (enfermedad, crisis económica, etc.). De ahí que
muchas familias quieran residir en barrios próximos, lo que permite ejercer la solidaridad
intergeneracional.

TAMAÑO Y COMPOSICIÓN FAMILIAR

La forma de agruparse los miembros de una familia y en qué cantidad varía de unas
sociedades a otras. En la Europa preindustrial predominó la familia extensa, que agrupaba
varios núcleos familiares donde convivían varias generaciones.

La familia extensa dio paso a un nuevo modelo de familia, la familia nuclear, entendida
teóricamente como un matrimonio legal, vitalicio,

donde hay exclusividad de servicios sexuales entre el hombre y la mujer, con hijos, y donde el
hombre ha venido ostentando parte de la legitimidad del grupo.

Según un estudio de De Miguel (1995), en España la familia nuclear es el modelo


predominante, ya que el 77 % de las personas mayores de 10 años pertenecen a este tipo de
familia. En cambio, sólo un 19 % se adscribe al modelo de familia extensa (que comprende a
personas que conviven con otros parientes o no familiares, desde familias patriarcales hasta
hogares compartidos por amigos).

Algunos cambios sociodemográficos han contribuido a diversificar las formas de asociación y


de convivencia familiar: disminución de la natalidad, aumento de la esperanza de vida,
descenso de la nupcialidad, aumento de divorcios, altos niveles de formación educativa e
integración de las mujeres en el mundo laboral.

En la actualidad para analizar las diferentes formas de familia se introduce el concepto de


hogar. El hogar es un espacio donde vive un grupo humano o una familia. Para la
Organización Mundial de la Salud (OMS) (17) este concepto se fundamenta en arreglos
hechos por personas, individualmente o en grupo, para procurarse alimentos y otras cosas
necesarias para la vida. Las personas agrupadas pueden reunir sus ingresos o tener un
presupuesto común en mayor o menor proporción; pueden ser parientes o no.

El V Informe FOESSA cuantifica el aumento experimentado de los hogares unipersonales en


España. Del 1,9 % del total de la población en 1975 se ha pasado a un 4,5 % en 1991.

Requena y Revenga hablan del surgimiento de la familia posnuclear, en la que el matrimonio


ya no es una estrategia relacional reproductora. Este autor señala que la tercera parte de los
hogares alemanes o daneses son hogares no familiares, y la mitad de los parisinos están
integrados por una única persona.

Estos autores utilizan la clasificación de hogares de Laslett para analizar las formas de familia
en España:

Hogares de solitarios. Compuestos por una única persona.



Hogares pluripersonales. No constituyen núcleo familiar (matrimonial o

filial).

Hogares monoparentales. Un solo progenitor con uno o varios hijos.

Hogares simples de un núcleo conyugal. Integrados exclusivamente por los miembros del
núcleo, la pareja con o sin hijos.

Hogares extensos. Con un núcleo y otras personas, emparentadas o no, que se extienden en
orden ascendente, descendente o lateral en caso de que se trate de parientes.

Hogares múltiples. Formados por más de un núcleo, lo que supone la convivencia de dos
parejas que mantienen entre sí un vínculo de afiliación.

FAMILIA Y SALUD

Tanto la salud como la enfermedad son dos fenómenos que están íntimamente ligados a la
interacción que tienen los individuos con su entorno, de ahí que el sistema familiar ocupe un
papel esencial a la hora de influir en los comportamientos más o menos saludables.

Los hábitos en nutrición, higiene, consumo de alcohol y automedicación están relacionadas


directamente con la familia, y es la familia el núcleo del que parten numerosas creencias
mágico-religiosas que tienen que ver con la salud y la enfermedad.

La familia es un elemento básico de apoyo social (red social primaria), de suma importancia
en los cuidados informales de salud. De igual forma, posee su propia definición sobre salud y
enfermedad, lo cual condiciona la decisión del enfermo de buscar ayuda y el momento de
hacerlo; es decir, de contactar con los servicios sanitarios (red social terciaria) y pasar de esta
manera de cuidadora de la salud a demandante de cuidados de salud.
También la familia como sistema puede padecer directamente el impacto de la enfermedad en
uno de sus miembros, por lo que podría convertirse en el núcleo de atención de los cuidados
de salud.

Para Gómez y Rodríguez (18), el hecho más importante en la aparición de una enfermedad y
en la aparición e intensidad de síntomas es la interpretación que el individuo y la familia den
al evento. Uno de los momentos más difíciles en la experiencia de enfermar, tanto para el
paciente como para la familia, es la reacción ante el diagnóstico, fase en la que se originan
negaciones e incredulidad.

Las consecuencias psicológicas que determinadas enfermedades, sobre todo las crónicas,
tienen sobre los pacientes y sus familias son claras, lo cual puede llevar a alteraciones en el
modo de vida y en la capacidad funcional de la familia. De ahí la importancia de que los
profesionales de la salud incluyan a la familia en sus planes de cuidados.

En cuanto a la familia como prestadora de cuidados de salud, las diversas funciones están aún
bien delimitadas entre sus miembros y los cuidados siguen recayendo en la mujer (ocuparse de
la alimentación, higiene, atender enfermos, etc.).

El V Informe FOESSA estima que 39 de cada 1.000 amas de casa cuidan durante más de 6
meses al año a un pariente gravemente enfermo, además de atender a minusválidos o
incapacitados. De cada 1.000 amas de casa, 162 cuidan por lo menos a un minusválido o
enfermo grave durante alguna época del año. De aquí se desprende el enorme peso de la
familia y de la mujer en España en el sistema de atención a la salud.

Dicho informe añade que la gente sigue estando dispuesta como antes a prestar asistencia a
sus familiares, aunque se ha generado un desequilibrio entre los prestadores de cuidados y los
destinatarios, por el incremento de la esperanza de vida y el descenso de la fecundidad.

Este último dato debe servir a los profesionales de enfermería como elemento de análisis y de
reflexión sobre la importancia que tiene reforzar la acción de estos cuidadores para evitar así
la frustración y el cansancio que puede suponer la asistencia a enfermos o a personas
incapacitadas, ancianos, etc., sobre todo si ha de hacerse durante mucho tiempo.

DISFUNCIÓN FAMILIAR
Por disfunción familiar se entiende la incapacidad que tiene una familia para resolver los
problemas que se le presentan, debido sobre todo a alteraciones en la estructura familiar.

Sin una valoración profunda, no es fácil distinguir una familia disfuncional de otra que no lo
es, ya que la ausencia de problemas no marca la normalidad de una familia. Pueden existir
familias, y de hecho son la mayoría, que aun teniendo grandes dificultades las superan de
forma adecuada sin que exista disfunción.

Las familias disfuncionales presentan unas características más o menos comunes (19):

1. Fracaso en los papeles parentales y confusión de roles. 


2. Conflictos continuos que pueden deberse a las presiones del 


medio en el que se desenvuelve la familia, o bien a las inadecuadas relaciones entre sus
miembros.

3. Resistencia al cambio. 


4. La presencia en su interior de un chivo expiatorio, es decir, que 


tienden a proyectar sus problemas como grupo en un solo miembro.

5. Amenazas continuas de separación por parte de algún miembro de la familia.

6. Necesitan ayuda especializada.

Para Castañaga y cols. (20), una de las características de las familias multiproblemáticas es la
pérdida de funcionalidad ante aspectos como el cuidado de los hijos. Los profesionales de la
salud se encuentran a menudo ante familias de este tipo donde se hace muy compleja la
intervención. Pero también ocurre con el cuidado de otras personas dependientes o
incapacitadas.

Stierlin y Rucker (21) señalan algunos tipos de familias problemáticas. Se trata de aquellas
familias:
1. En proceso de disolución.

2. Con jóvenes delincuentes. 


3. Con padres que maltratan a sus hijos. 


4. Con miembros drogadictos. 


5. En las que ha existido algún suicidio o intento. 


6. Con niños con discapacidad física-psíquica. 


7. Con miembros con enfermedad psicosomática. 


ATENCIÓN DE ENFERMERÍA

Por todo lo expuesto a lo largo de este capítulo, para los profesionales de enfermería que
trabajan en la comunidad es esencial tener siempre presente que el individuo pertenece a una
familia, y que incluir a ésta en el plan de cuidados es fundamental para la consecución de los
objetivos que se marquen con algún miembro individual. Esto es una constante en cualquier
etapa del ciclo vital (maternoinfantil, adultos, ancianos, etc.) y también en otras situaciones
que podrían considerarse de mayor riesgo (pacientes terminales, posthospitalizados, crónicos,
etc.).

Pero ésta no es la única razón que justifica la atención a la familia. Si se quiere mejorar el
nivel de salud de la comunidad, y que los ciudadanos tengan unos estilos de vida saludables,
no cabe duda que la familia es el lugar idóneo para la adquisición de hábitos.

Por ello, considerando como núcleo de atención a la familia, el lugar idóneo, en muchos casos,
para desarrollar el plan de cuidados, es el domicilio. Por lo tanto, la modalidad de atención
preferente cuando se trabaja con familias es la visita domiciliaria.
La metodología de trabajo de las visitas domiciliarias consiste al igual que en otras
modalidades de atención, en la aplicación del proceso de atención de enfermería, es decir, un
proceso que contempla la valoración, el diagnóstico y la aplicación de cuidados.

Realizar una valoración completa de la familia exige tiempo y conviene realizarla en varias
visitas. A modo de orientación, se presentan algunos datos de interés que conviene recoger:

1. Datos sociodemográficos de la familia: sus componentes, edad, sexo, ocupación.

2. Hábitos en cuanto a la alimentación, higiene, ejercicio-reposo- sueño, ocio, etc.

3. Estado de salud de los diferentes miembros de la familia. También es importante considerar


no sólo la salud individual de los diferentes componentes de la familia, sino también realizar
una valoración de la salud de la familia en su conjunto, es decir, contemplada ésta como un
grupo en el que interaccionan sus miembros,

y éstos con el exterior. Valorar también el ciclo vital en que se encuentra la familia.

4. Datos socioeconómicos y culturales. Referentes a la escolaridad, religión, intereses


culturales, etc.

5. Datos referidos a la vivienda: en cuanto a su tamaño, higiene, ventilación, etc.

El plan de cuidados debe ser siempre consensuado con la familia, e incluye, una vez
priorizados los problemas y establecidos los diagnósticos de enfermería, la determinación de
los objetivos y de las actividades que debe realizar tanto la enfermera como la familia. La
atención de enfermería a la familia se desarrolla ampliamente en el capítulo 17.

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