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FORMACIÓN EN PSICOTERAPIA DE FAMILIA Y PAREJA

MODULO 2

TEORIA GENERAL DE SISTEMAS.


En 1925 nace la idea de la teoría general de los sistemas con la propuesta del vienés Von
Bertalanffy, con su trabajo Teoría de los sistemas abiertos, sin embargo, las ideas
propuestas tuvieron acogida en el mundo científico después de la Segunda Guerra
Mundial.

Un sistema es una entidad cuya existencia y funciones se mantienen integradas por la


interacción de sus partes.

Sistemas cerrados: No presentan intercambio con el medio ambiente que los rodea, son
herméticos a cualquier influencia ambiental. No reciben ningún recurso externo y nada
producen que sea enviado hacia fuera. En rigor, no existen sistemas cerrados. Se da el
nombre de sistema cerrado a aquellos sistemas cuyo comportamiento es determinista y
programado y que opera con muy pequeño intercambio de energía y materia con el
ambiente. Se aplica el término a los sistemas completamente estructurados, donde los
elementos y relaciones se combinan de una manera peculiar y rígida produciendo una
salida invariable, como las máquinas.

Sistemas abiertos: Presentan intercambio con el ambiente, a través de entradas y salidas.


Intercambian energía y materia con el ambiente. Son adaptativos para sobrevivir. Su
estructura es óptima cuando el conjunto de elementos del sistema se organiza,
aproximándose a una operación adaptativa. La adaptabilidad es un continuo proceso de
aprendizaje y de auto-organización. Un sistema abierto o vivo es aquel que establece un
intercambio con su medio circundante, e importa y exporta materia, energía e
información. Las relaciones, tanto de los elementos de un sistema como los de éste y su
ambiente, son de suma importancia para su comprensión.

PROPIEDADES DEL SISTEMA FAMILIAR

TOTALIDAD: La conducta del sistema familiar no puede entenderse como la suma de las
conductas de sus miembros. En consecuencia, de la evaluación de los individuos no puede
deducirse el funcionamiento del grupo al que pertenecen, para ello es necesario obtener
información de sus interacciones. La familia se puede entender como un sistema en el
cual todos sus miembros están interrelacionados y cada uno tiene una función, en modo
tal que una acción realizada u omitida afecta a los demás.
CAUSALIDAD CIRCULAR: Describe las relaciones familiares como recíprocas, pautadas y
repetitivas, lo cual conduce a la noción de secuencias de conductas. Se observa que la
respuesta de un miembro A del sistema a la conducta de otro miembro B es un estímulo
para que B a su vez dé una respuesta, que nuevamente puede servir de estímulo a A.
Cuando hablamos de “secuencia sintomática” nos referimos al encadenamiento de
conductas que se articulan en torno al síntoma, reguladas por una causalidad circular.
Una de las consecuencias más notorias de esta concepción circular es que el interés
terapéutico resida en el “que”, “donde” y “cuando” ocurre algo en lugar de centrarse en
el “porque”. Por ejemplo; una familia en la que el padre se empieza a ausentar por
razones de “trabajo” (en realidad se siente agobiado por su esposa), comienza a no llegar
a casa o a hacerlo muy tarde; a continuación la esposa, por estas conductas del marido, se
deprime y se torna más intolerante con sus hijos; uno de ellos o varios tienen como
efecto problemas en su escuela. Entonces mandan llamar a los padres y ellos, ante tal
preocupación, su unen para ayudar a los hijos; esto le da a la madre la posibilidad de
reprochar al padre sus ausencias pasadas, entonces este se vuelve a ausentar por
cuestiones de “trabajo”; la madre se deprime y así continúan.

EQUIFINALIDAD: Alude al hecho de que un sistema puede alcanzar el mismo estado final
a partir de condiciones iniciales distintas, lo que dificulta buscar una causa única del
problema.

EQUICAUSALIDAD: Se refiere a que la misma condición inicial puede dar lugar a estados
finales distintos. Por tanto, la evaluación se orienta a conocer los factores que
contribuyen al mantenimiento del problema, no a descubrir los factores etiológicos, de tal
manera que se pueda influir en ellos para iniciar el cambio terapéutico.

LIMITACIÓN: Cuando se adopta una determinada secuencia de interacción disminuye la


probabilidad de que el sistema emita otra respuesta distinta, haciendo que se reitere en
el tiempo. Si la secuencia encierra una conducta sintomática, se convierte en patológica,
porque contribuye a mantener circularmente el síntoma o problema.

ORDENACIÓN JERARQUICA: La organización jerárquica de la familia no sólo comprende el


dominio que unos miembros ejercen sobre otros, las responsabilidades que asumen y las
decisiones que toman, sino también la ayuda, protección, consuelo y cuidado que brindan
a los demás. La relación jerárquica no sólo se observa entre las personas sino también
entre los subsistemas a los que pertenecen. Con relación al orden jerárquico en las
funciones, se traduce en el establecimiento de pautas que regulan las relaciones entre los
miembros y los subsistemas.
TELEOLOGÍA: El sistema familiar se adapta a las diferentes exigencias de los diversos
estadios de desarrollo por los que atraviesa, a fin de asegurar continuidad y crecimiento
psicosocial a sus miembros. Este proceso de continuidad y de crecimiento ocurre a través
de un equilibrio dinámico entre dos funciones complementarias:

Homeostasis o Morfostasis: Es la tendencia del sistema a mantener su unidad, identidad


y equilibrio frente al medio. Eso quiere decir que un cambio en una parte del sistema es
seguido por otro cambio compensatorio en otras partes del mismo que restaura el
equilibrio.

Morfogénesis: Es la tendencia del sistema a cambiar y a crecer, comprende la percepción


del cambio, el desarrollo de nuevas habilidades y/o funciones para manejar aquello que
cambia, y la negociación de una nueva redistribución de roles entre las personas que
forman la familia.

MODELO ECOLÓGICO
El proceso de desarrollo del ser humano, se enmarca en una serie de sistemas
relacionados unos con otros, que son distintos escenarios de interacción con el ambiente.
Esta cuestión, esencial en la biología, ha sido tenida en cuenta por Bronfenbrenner
(1987), quien la ha aplicado al sistema familiar, considerando que la familia es el sistema
que define y configura en mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción.
Este autor adoptó la terminología de “modelo ecológico” que se concibe como una
disposición seriada de estructuras concéntricas inclusivas, en la cual cada una de las
estructuras se encuentra inmersa en la siguiente. Bronfenbrenner denomina a esos
niveles el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema.

El microsistema Familiar: Es concebido como el conjunto de interrelaciones que se


producen dentro del entorno inmediato, según Bronfenbrenner, la familia es el
microsistema más importante porque configura la vida de una persona durante muchos
años. Las relaciones que se dan en el interior del microsistema a su vez reciben la
influencia del exterior, aunque no se participe de manera directa y activamente en ellas;
no obstante, delimitan lo que tiene lugar en el ambiente más próximo.

El mesosistema familiar: Comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los


que la persona en desarrollo participa activamente. Como conjunto de sistemas con los
que la familia guarda relación y con los que mantiene intercambios directos, es una
dimensión importante en los informes de valoración familiar. En cada etapa del ciclo
familiar, suele haber unos sistemas de interacción más frecuentes, que todo informe de
valoración debe considerar: la escuela, la pandilla, el club deportivo, el partido político o
la asociación de vecinos, son algunos ejemplos. En cada caso, el mesosistema recibe la
influencia de la familia, así las tensiones familiares se reflejan en el comportamiento del
hijo en la escuela, al tiempo que la familia recibe la influencia de la escuela y del barrio en
temas de relaciones sexuales, de prevención del sida, en la educación vial o la evitación
del consumo de tabaco, por citar sólo algunos ejemplos.

Por contrapartida la ausencia de integración en el entorno físico y sobre todo social


puede ser frecuente en muchos casos de inmigración, interna o externa, y en casos de
marginalidad, lo que supone un aislamiento que facilita la entropía y por tanto el
deterioro del sistema, dejando a la familia, por ejemplo, sin información sobre recursos
sociales reales o potenciales, y sin apoyos puntuales ante las dificultades leves que
acaban por incrementar el estrés y los problemas familiares, como cuando una pareja no
tiene con quien dejar a su hijo menor durante la jornada laboral.

En otros casos, el mesosistema existente puede convertirse en una fuente de apoyo para
la delincuencia o el deterioro personal, como en el caso de los adolescentes con
ausentismo escolar o adictos a sustancias, en cuyo mesosistema de referencia tienen
máxima importancia pandillas de iguales con los mismos comportamientos problemáticos
con quienes se refuerzan mutuamente.

El exosistema: El exosistema comprende entornos entre los cuales la persona no está


como participante activa pero cuyos eventos influyen en su desarrollo. Por ejemplo, el
espacio laboral de los padres, los vínculos entre familia y comunidad, representando
principalmente los ambientes sociales y organizaciones.

El macrosistema: Entendido como el conjunto de valores culturales, ideologías, creencias


y políticas, da forma a la organización de las instituciones sociales. En nuestro caso, la
cultura predominante en el entorno familiar es también una dimensión a comparar con la
cultura de origen de cada familia. En los casos en que la divergencia entre ambas sea alta,
como en el caso de familias musulmanas que emigran a un país católico, las demandas de
cambio que derivan del entorno constituyen una fuente de presión nada fácil de asimilar.

Bronfenbrenner, argumenta que la capacidad de formación de un sistema depende de la


existencia de las interconexiones sociales entre ese sistema y otros. Todos los niveles del
modelo ecológico propuesto dependen unos de otros y, por lo tanto, se requiere de una
participación conjunta de los diferentes contextos y de una comunicación entre ellos.

Ampliando esta idea, Musitu et al. (1994) resaltan la idea de la TGS, según la cual el todo
contiene a la parte y en cada parte está contenido el programa, el cual viene determinado
por el todo, por lo que podemos deducir que hay una reciprocidad y comunicación
constante entre ambas, entre el sistema y sus componentes. Partiendo de estos
principios podemos decir que dentro de los sistemas, los subsistemas funcionan con sus
características propias, formando una verdadera unidad con la totalidad. Así, la
estructura familiar es compleja y la dinámica general de la misma está mediada por el
funcionamiento particular de cada subsistema, en los diferentes ciclos de la vida total del
sistema.
SUBSISTEMAS FAMILIARES.

Arthur Koestler, creó un término nuevo “para designar aquellas entidades de rostro doble
en los niveles intermedios de cualquier jerarquía”: la palabra holón, del griego holos
(todo) con el sufijo on que evoca una partícula o parte. Cada holón es un todo y una parte
al mismo tiempo y cada holón en competencia con los demás, despliega su energía en
favor de su autonomía y de su autoconservación como un todo.

El Holón individual: Incluye el concepto de sí mismo en contexto. Contiene los


determinantes personales e históricos del individuo. Pero va más allá, hasta abarcar los
aportes actuales del contexto social. Y recíprocamente, el individuo influye sobre las
personas que interactúan con él en papeles determinados porque sus respuestas traen a
la luz y refuerzan las respuestas de ellos.

Las personas, en cada una de sus interacciones, sólo manifiestan parte de sus
posibilidades. Estas son múltiples, pero sólo algunas son traídas a la luz o canalizadas por
la estructura del contexto. Por lo tanto, la quiebra o la ampliación de contextos pueden
permitir el surgimiento de nuevas posibilidades. El terapeuta, especialista en ampliar
contextos, crea un contexto en que es posible explorar lo desusado. Confirma a los
miembros de la familia y los alienta a ensayar conductas antes cortadas por el sistema
familiar. A medida que surgen posibilidades nuevas, el organismo familiar se vuelve más
complejo y elabora alternativas más viables para la solución de problemas.

El holón conyugal: En la terapia de familia es útil conceptualizar el comienzo de la familia


como el momento en que dos adultos, hombre y mujer, se unen con el propósito de
formarla. Los nuevos compañeros, individualmente, traen un conjunto de valores y de
expectativas, tanto explícito como inconsciente. Para que la vida en común sea posible, es
preciso que estos dos conjuntos de valores se concilien con el paso del tiempo. Cada
cónyuge debe resignar una parte de sus ideas y preferencias, esto es, perder
individualidad, pero ganando en pertenencia. En este proceso se forma un sistema nuevo.

Una tarea vital del sistema de los cónyuges es la fijación de límites que los protejan
procurándoles un ámbito para la satisfacción de sus necesidades psicológicas sin que se
inmiscuyan los parientes políticos, los hijos u otras personas.

El subsistema de los cónyuges puede ofrecer a sus miembros una plataforma de apoyo
para el trato con el universo extra familiar, y proporcionarles refugio frente a las
tensiones de fuera. Pero si las reglas de este subsistema son tan rígidas que no permiten
asimilar las experiencias que cada esposo hace en sus interacciones fuera de la familia, los
«cónyuges dentro del sistema» pueden quedar atados a reglas inadecuadas de
supervivencia. En esta situación, el subsistema de los cónyuges se empobrecerá más y
más y perderá vitalidad, volviéndose por último inutilizable como fuente de crecimiento
para sus miembros.
El subsistema de los cónyuges es vital para el crecimiento de los hijos. En el subsistema
conyugal, el niño contempla modos de expresar afecto, de acercarse a un compañero
abrumado por dificultades y de afrontar conflictos entre iguales. Lo que presencia se
convertirá en parte de sus valores y expectativas cuando entre en contacto con el mundo
exterior. Si existe una disfunción importante dentro del subsistema de los cónyuges,
repercutirá en toda la familia.

En la actualidad los cambios producidos en las últimas décadas hacen que las relaciones
de pareja sean más vulnerables. La vida va más deprisa y las relaciones exigen
gratificaciones inmediatas (Alberdi, 1999). Las parejas sufren el ritmo acelerado de vida,
el poco tiempo dedicado a reflexionar sobre lo que se hace, por qué y para qué se hace;
siendo limitados tanto el tiempo dedicado al encuentro con uno mismo, como el tiempo
dedicado al encuentro y reencuentro con el otro. Por otro lado está la concepción y valor
que se atribuye al proyecto personal y profesional, cuyo objetivo básico es la búsqueda de
la felicidad; de esta nueva perspectiva, la autonomía y la autorrealización aparecen como
metas individuales incuestionables. Todo ello conlleva una concepción nueva de la pareja
y por lo tanto, para que ésta se consolide, hace falta construir el proyecto de pareja. Este
proyecto no se mantiene si no es un apoyo para el proyecto personal. Para llegar a
consolidar un tipo de relación con estas características, es necesaria la valoración
recíproca como base para mantener vivo el amor que sustenta dicha relación, buscando
un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.

Además de las dimensiones relacionales Neuburger (1998) diferencia en la pareja lo que


él denomina casa-pareja. La casa-pareja no es la relación en si misma, es la institución, el
tercer yo, la díada percibida como una unidad y diferenciada del exterior, y al tiempo
reconocida y valorada desde fuera en función de lo que la sociedad considera que debe
ser una pareja ideal. La casa-pareja da identidad a sus miembros, da reconocimiento
social y contribuye a configurar las identidades individuales; es obvio que cohesiona a la
pareja, y aunque no siempre mejora su relación, sí que contribuye a que la pareja no se
rompa. Las parejas pueden romperse porque la relación no es satisfactoria, pero otras
veces, aunque la relación sea destructiva, la pareja se mantiene porque teme perder la
casa-pareja, es decir la seguridad y la identidad que la pareja como grupo de pertenencia
siempre nos aporta.

El holán parental: Las interacciones dentro del holón parental incluyen la crianza de los
hijos y las funciones de socialización. Aquí el niño aprende lo que puede esperar de las
personas que poseen más recursos y fuerza. Aprende a considerar racional o arbitraria la
autoridad. Llega a conocer si sus necesidades habrán de ser contempladas, así como los
modos más eficaces de comunicar lo que desea, dentro de su propio estilo familiar.
Dentro del subsistema parental, vivencia el estilo con que su familia afronta los conflictos
y las negociaciones. El holón parental puede estar compuesto muy diversamente. A veces
incluye un abuelo o una tía.
El subsistema parental tiene que modificarse a medida que el niño crece y sus
necesidades cambian. Con el aumento de su capacidad, se le deben dar más
oportunidades para que tome decisiones y se controle a sí mismo.

El holón de los hermanos: Los hermanos constituyen para un niño el primer grupo de
iguales en que participa. Dentro de este contexto, los hijos se apoyan entre sí, se
divierten, se atacan, se toman como chivo emisario y, en general, aprenden unos de
otros. Este proceso promueve tanto su sentimiento de pertenencia a un grupo como su
individualidad vivenciada en el acto de elegir y de optar por una alternativa dentro de un
sistema.

Sabemos que, además de ser hermano mayor o menor, hombre o mujer, cada uno de los
hermanos nace en un momento específico del ciclo vital de la familia, y que también éste
ha de influir en la determinación del comportamiento de sus padres hacia ellos y de las
expectativas que respecto a él se generen. El orden de nacimiento en la fratría es
importante, no sólo desde el punto de vista de la autoimagen del sujeto atendiendo al
lugar que ocupa, sino además por las aspiraciones y expectativas sobre los hijos que se
formulan los padres.

Los terapeutas de familia tienden a descuidar los contextos de la relación entre


hermanos. Podría reunirse con los hermanos solos, organizar momentos terapéuticos en
que ellos debatan ciertos temas mientras los padres observan o promover «diálogos»
entre el holón de los hermanos y el holón parental pueden ser recursos eficaces para
crear nuevas formas de resolver cuestiones relacionadas con la autonomía y el control.

GENOGRAMAS EN TERAPIA FAMILIAR


El genograma consiste en una representación gráfica del mapa familiar. En él se registra
información sobre los miembros de una familia y sus relaciones entre al menos tres
generaciones. Con ello se obtiene información no sólo de las relaciones entre los distintos
miembros de un sistema familiar, sino también del porqué de ciertas conductas y de
ciertas reglas de relación que pueden pasar de unas generaciones a otras. Por
consiguiente, la información plasmada gráficamente en el genograma se convierte en una
fuente de hipótesis sobre cómo un problema puede estar relacionado con el contexto
familiar y sobre la evolución tanto del problema como del contexto a través del tiempo.

La creación del genograma implica tres pasos: el trazado de la estructura familiar, el


registro de la información sobre la familia y la representación de las relaciones familiares.

a) Trazado de la estructura familiar: El genograma permite mostrar gráficamente cómo


están biológica y legalmente relacionados los diferentes miembros de una familia.
Los círculos y cuadrados representan personas y las líneas describen sus relaciones. El
año de nacimiento se indica a la izquierda de la figura y el del fallecimiento a la derecha.
El signo “X” dentro de una figura indica que la persona ha muerto.

Las relaciones de pareja se ilustran mediante una línea discontinua de puntos, y se


registra el año en que se conocieron o empezaron a convivir. Dos personas casadas están
conectadas por líneas continuas horizontales y verticales, con el marido situado a la
izquierda y la mujer a la derecha. La “m” seguida de una fecha indica cuando contrajeron
matrimonio. En la línea de unión entre los cónyuges se indican también las separaciones y
los divorcios. Las barras inclinadas significan la interrupción del matrimonio: una barra
para la separación y dos para el divorcio. Cuando existe un segundo matrimonio se
disponen en orden de izquierda a derecha, colocando el matrimonio más reciente en
último lugar.

Los hijos, cada uno de ellos pende de la línea que conecta a los padres, situándose de
izquierda a derecha por orden de edad. Las líneas convergentes unen gemelos a la línea
de los padres: si son univitelinos, se enlazan entre sí con una barra. En los hijos adoptivos,
éstos se unen a los cónyuges mediante una línea discontinua de puntos. Los embarazos se
grafican con un triángulo, los abortos espontáneos con un punto bien marcado y los
abortos provocados con una x, de igual modo el neonato muerto se grafica una X sobre el
cuadrado o circulo según el caso.

Finalmente, para señalar que miembros de la familia viven en el mismo hogar, se emplea
una línea de forma irregular que los engloba.

b) Registro de la información familiar: Después de haber trazado la estructura familiar se


agrega:

La información demográfica: Incluyen edades fechas de nacimientos y muertes,


ocupaciones y nivel educativo de los integrantes del sistema familiar. La edad se registra
dentro del cuadrado, si el sujeto es varón, y del círculo si es mujer. La profesión y nivel de
estudios se anotan debajo del cuadrado o círculo correspondiente a cada individuo.

La información funcional: abarca datos sobre el funcionamiento médico, emocional y


conductual de los miembros de la familia.

Los sucesos familiares críticos: comprenden transiciones importantes, cambios de


relaciones, migraciones, fracasos y éxitos en el trabajo, los estudios, etc. Algunos sucesos
aparecen incluidos como datos demográficos, como por ejemplo nacimientos y muertes.
Otros se refieren a bodas, separaciones, divorcios, mudanzas y cambios de trabajo y se
registran en el margen del genograma o en una hoja aparte.
Enfermedades y problemas:

• Anotarlos a la derecha del símbolo de que se trate.


• Es conveniente usar abreviaturas para ahorrar espacio (Ej: beber problema à BP;
hipertensión arterial à HTA; cáncer à Ca; problema psicosocial à PS; violencia
intrafamiliar à VIF, etc.), indicando el significado de ellas al pié de la página.
• Los restantes sucesos familiares críticos se reflejan con la abreviatura AV, seguido de
un número cuando se trata de más de una crisis. En un margen inferior derecho se
describe el tipo de conflicto.

c) Representación de las relaciones familiares: La representación de las relaciones se


basa tanto en el informe de la propia familia, como en la observación clínica. El trazado de
las relaciones entre los miembros del sistema familiar, son simbolizadas por diferentes
tipos de líneas que se trazan entre los diferentes miembros de la familia, para representar
una relación íntima, fusionada, distante, conflictiva, fusionada y conflictiva y la ruptura de
la relación. Los contenidos del genograma se obtienen a partir de la información de la
ficha telefónica, y se van completando en las entrevistas. Las edades y fechas relevantes
muestran las transiciones del ciclo vital a las que se adapta el sistema familiar y si los
roles, las funciones familiares y las edades corresponden a las expectativas normativas.
Cuando no es así, se investiga qué dificultades tiene la familia para atravesar esa fase de
su ciclo evolutivo.

Los datos plasmados gráficamente permiten generar hipótesis sobre la relación del
síntoma con el contexto familiar, considerando quiénes están más implicados en el
problema, evaluando la presión que las familias de origen o las instituciones ejercen
sobre la familia nuclear, definiendo el estado de los límites intrafamiliares y
extrafamiliares, y observando el grado de adaptación a la etapa del ciclo vital que le
corresponde atravesar al grupo familiar. Toda esta información que proporciona el
genograma ayuda a identificar posibles pautas relevantes en el funcionamiento familiar.
Es importante prestar atención a la presencia de síntomas, pautas de relación o
funcionamiento que se repiten en las diferentes generaciones; a las coincidencias de
fechas; y al momento del ciclo vital en el que se producen determinados acontecimientos.

En algunas ocasiones, el genograma en sí mismo también se emplea como una


intervención terapéutica para generar cambios en las familias, por ejemplo:

Implicar a la familia: El genograma proporciona un acceso rápido a contenidos con fuerte


carga emocional (nacimientos, muertes, conflictos, etc) desde un planteamiento
aparentemente rutinario (llenar la ficha de la familia) que elimina la sensación de
amenaza para hablar de estos temas. De esta forma, las familias más reservadas pueden
abrirse a discutir estos aspectos familiares en un formato tan estructurado.
Cuestionar el síntoma: La familia suele llegar a terapia con ideas bastante rígidas acerca
de cuál es el problema y quien es el que debe cambiar. La información que se presenta a
través del genograma es una forma de empezar a modificar estas creencias al no
centrarse tan solo en el síntoma y en su portador.

Aclarar pautas familiares: Compartir las hipótesis clínicas derivadas del genograma de
forma que la familia las pueda aceptar o rechazar es una forma de empezar a aclarar
estas pautas (por ejemplo, repetición intergeneracional de síntomas). Con el nuevo
significado que adquiere así el síntoma se pueden trabajar nuevas relaciones dentro de la
familia.

Líneas para indicar relaciones familiares:

Muy unidos o fusionados: Unidos y conflictivos:

Unidos: Distantes:

Pobre o conflictivo: Apartados o separados


EL GENOGRAMA: SIMBOLOGÍA.

57 Hombre de 57 años

39 57
39 Mujer de 39 años Pareja Casada
1987

1937 - 1998

5 1 Hombre fallecido 33 37

2001 Pareja No Casada

4 Hijo de 4 años

39 45

Pareja Casada,
1983 -1999
separada.
23 23 Mellizos

39 57

2 2 Gemelos Pareja No Casada,


conflicto de pareja.

Embarazo 39 57 35
4m

1994 2003

Aborto
Pareja No Casada, conflicto de
pareja con tercero interviniente.

43 45 32
Hija Adoptiva

39
1983 -1999 2002

Pareja Actual No Casada,


45 Paciente Índice (Pi) hombre casado y separado.
18
EL GENOGRAMA: EJEMPLOS TIPOS FAMILIARES

45 47
39 47

Pareja Casada, conflicto


Pareja No Casada,
con hija segunda.
con tres hijos.

29 15
17 14 9 18

32 29
39 45 32

1997 - 2004
1983 -1999 2002

8 6 7m 17 12
4m

Familia Nuclear Biparental


Familia Nuclear Monoparental

43 39 40
24 20
1988 - 1995 1998

2001

5
15 12 6 3

Familia Nuclear Biparental,


Familia Nuclear Biparental Reconstituida
matrimonio por embarazo
66 64 67 71

45 35 38 37

16 14 4 2 16

Familia Nuclear Biparental Doblemente Reconstituida

66 64 67 7 1

45 42 38 44 37

18 16 14 12 9 5

3m
Familia Extensa, Biparental, Reconstituida, con multipaternalidad.
EL GENOGRAMA: EJEMPLO COMPLETO.

FAMILIA GONZÁLEZ SOTO


VIF
66 62 73 65

Juan Pedro Fidelicia


Marta
HTA AVE Sana
DM-Depresión
BPCD HTA
1965 1960

Carlos
Jaime Sandra Claudia
Juan Sano
BPCD HTA Dueña de Casa
Obrero 1º Medio
3º Medio Obesidad
39 37 34 42 38
Tabaquismo Trast. Ansioso
Pi

1986

19 17 14 11

Jorge Patricio María Paz Joselyn


Servicio 3º Medio 1º Medio 5º Básico
Militar Liceo Industrial Liceo C-14 Escuela Los
3º Medio Sano Sana Reyes
Sano Asma bronquial
Punta Arenas BRN a repetición

Familia Nuclear Biparental. HTA: Hipertensión Arterial

BPCD: Beber problema con dependencia

DM: Diabetes Mellitus


Conflicto Conyugal, en matrimonio por
embarazo. AVE: Accidente vascular encefálico

BRN: Bronconeumonia

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