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Contenido
Introducción.........................................................................................................................3
El profesor, la profesión docente y su dimensión personal.................................................4
Conclusión...........................................................................................................................4
Bibliografía..........................................................................................................................5
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Introducción
La dimensión personal de los docentes, a pesar que es uno de los aspectos pocos tenidos
en cuenta a la hora de seleccionar, promover o evaluar al profesional docente; es un
aspecto importante que determina más allá de la calidad de la enseñanza, la influencia
que se ejerce sobre los estudiantes que les marcarán durante su vida. En síntesis, un
docente será recordado por sus estudiantes más por su manera de ser, que por sus
enseñanzas. De allí que cobra una vital importancia el estudio del tema de la dimensión
personal del docente en relación a su desempeño profesional.
A la hora de evaluar a los estudiantes, se busca establecer qué es aquello que ha dejado
una mayor huella en ellos, si las enseñanzas del docente, o su personalidad o estilo de
vida. Es evidente que lo que más impacta o recuerdan los estudiantes es lo que el docente
desempeña como persona, su forma de presentarse y la manera como de relaciona con sus
estudiantes. Para cualquier estudiante, siempre habrá de admitir que el docente que más
le marcó su vida, es precisamente aquel que se relacionó de una manera personal. Puesto
que los estudiantes en edades más lozanas, siempre han de admirar a su profesor/ra como
un icono paternal, fraterno y relacional. Estudios basados en la experiencia reciente de los
autores, demostraron que los aspectos personales con su docente, son los más recordados
y los que cobran mayor importancia en los estudiantes, sean positivos o negativos.
Mientras que los aspectos relacionados con el dominio de la materia que enseñaban
quedaron replegados en el último lugar, ubicándose en mejor posición porcentual el
aspecto relacionado con las habilidades didácticas. De aquí se puede concluir que las
cualidades humanas, tanto positivas, como negativas, están por encima de lo que se
enseña y cómo lo enseña. De allí que los docentes deben prestar mucho interés no sólo a
lo que saben, sino a lo que son y como viven su profesión. (Zabalza, Zabalza, 2011, pp.
50, 51)
En este aparte, Zabalza, Zabalza (2011), abogan por tres características personales que
son esenciales en el desarrollo de las prácticas profesionales, estas son: los ciclos de vida,
los núcleos de satisfacción e insatisfacción personal y profesional y la carrera docente;
mostrados como el camino que debe conocer y recorrer todo docente que desee ser
realizado, tanto en lo personal, como en lo profesional.
Con relación a los ciclos de vida del docente, se hace hincapié en la evolución de las
diferentes etapas por las que la disposición personal y las capacidades del docente
atraviesan. Los autores le comparan como una montaña rusa, que ostenta picos y valles;
es decir, que no hay una uniformidad constante, en la forma en que se desarrolla y se
encara el trabajo profesional. A medida que se va adquiriendo edad y experiencia
docente, se van perdiendo aquellos aspectos humanos que eran importantes al inicio de la
carrera y que ahora pasan a un segundo plano para enfocarse en los aspectos
profesionales, que les ayuden a mejorar su hoja de vida. Es en este aspecto donde surgen
múltiples interrogantes respecto si lo más importante para un docente son los aspectos
personales o profesionales; si la realización llega con los años y la experiencia. Este
planteamiento, permite resarcir que la enseñanza como profesión camina,
indefectiblemente, al unísono de la vida; pues la vida y la profesión no funcionan como
dos realidades distintas, sino que se complementan e interfieren. (Zabalza, Zabalza, 2011,
pp. 53, 54)
Del estudio de las diferentes fases por las que franquea un docente, se puede finiquitar
que existen algunos componentes del desarrollo profesional que son comunes a cada una
de las experiencias docentes, sean cual sean las variables existentes, tales como, el modo
de proyecto de vida personal que se persigue, las expectativas y oportunidades que se
tienen, y las fases de progreso que la carrera profesional tenga establecidas o reguladas.
Primero, contribuyen a un crecimiento, tanto en racionalidad, como en las acciones del
quehacer profesional. Segundo, contribuyen a un progreso integrado en cuanto al
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Finalmente, con relación a la carrera docente, Zabalza, Zabalza (2011), logran evidenciar
que la carrera profesional docente, aparte de ser un trabajo que debe tener todas las
garantías y reconocimientos; también debe reconocer el progreso en el desempeño de la
función, el progreso en las condiciones de vida y el progreso en la propia autoestima y
satisfacción. De esta manera se logra llegar a la satisfacción plena, a lo largo de la cerrera
docente, cuando se encamina a cada educador a desarrollar su proyecto de vida personal a
corto, mediano y largo plazo; superando aquellas variables como son el apoyo, las
oportunidades, el esfuerzo personal, la estrategia seguida, y así poder concretar tales
metas sin que se conviertan en obstáculos para conseguirlas. (pp. 61,62)
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Conclusión
Segundo, el docente está constituido como un modelo o ícono a seguir para sus
estudiantes, ya que lo que perdurará en la mente del estudiante promedio será aquello que
observó en él, la forma como se desempeñaba, la forma como le trataba y resolvía las
situaciones de conflictos, la forma vivencial de las experiencias; mas allá de las
enseñanzas formales recibidas en el aula de clase.
Bibliografía
Zabalza, M. Á., & Zabalza, M. A. (2011). Profesores y profesión docente: Entre el" ser"
y el" estar". Capítulo 2: Los profesores y las profesoras como personas (Vol. 11,
pp. 47-65). Narcea Ediciones.