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LA IMPORTANCIA DEL TELETRABAJO EN LA PANDEMIA DE

COVID 19

Actualmente el mundo se encuentra luchando contra una feroz pandemia, debido

a un nuevo brote de coronavirus en Wuhan-China en el 2019. Este nuevo virus fue

expandiéndose a nivel global, por medio de las grandes cantidades de vuelos

comerciales, que se ejercían de un país a otro, sin saber del peligro que estaban

acarreando. El 11 de marzo del 2020 la OMS instó a los gobiernos de todo el mundo a

enfrentar con seriedad a la emergente pandemia y a prepararse para la primera ola de la

emergencia de salud pública, con estrictas medidas reglamentarias como el

confinamiento llevado a cabo en muchos países. Mientras más vigor tomaban las

medidas de confinamiento, una gran parte de trabajadores debían quedarse en casa, sin

posibilidades de ir a su centro de labores. Al respecto, la OIT (2020) menciona que, en la

primera mitad del 2020 se perdió una cantidad equivalente a 400 millones de empleos a

tiempo completo y estimó una caída constante de empleos si la situación empeoraba. Por

ello, el teletrabajo se ha convertido en un fenómeno con tendencia al alza con una

implementación del 2% al 40% dependiendo del país. Un estudio realizado por la OIT y

Eurofound en 15 países, incluyendo a diez de la Unión Europea, así como en Argentina,

Brasil, EEUU, India y Japón; concluye que el teletrabajo ya beneficia hasta a un tercio

de los empleados de los países analizados. Antes de la pandemia ya se hablaba de la

presencia del teletrabajo en nuestras vidas, gracias al continuo boom de las TIC y a los

múltiples beneficios, como lo es el ahorro de infraestructura y el aumento de nivel de

satisfacción del trabajador, por tener mayor flexibilidad y facilidad para armonizar su

vida laboral con la personal. En tal sentido, consideramos al teletrabajo como un pilar

económico importante en la actualidad y en el futuro.


Para comprender correctamente este ensayo, en primer lugar, debemos de definir al

teletrabajo. El mismo que se define como el uso de tecnologías de la información y las

comunicaciones (TIC), como teléfonos inteligentes (Smartphones), tablets, computadoras

portátiles (Laptops) y de escritorio (PC’s), para trabajar fuera de las instalaciones del

empleador (Eurofound y OIT, 2019). En otras palabras, el teletrabajo es aquella labor

realizada con la ayuda de las TIC, fuera de las instalaciones del empleador, y este debe

ocurrir mediante un acuerdo voluntario entre el empleador y el trabajador. Además de

acordar el lugar de trabajo que puede ser en el domicilio del trabajador o en otro lugar, hay

otros aspectos que deben aclararse, entre ellos, las horas o el calendario de trabajo, los

instrumentos de comunicación que deben utilizarse, la labor específica que debe realizarse,

los mecanismos de supervisión y las disposiciones para la presentación de informes sobre la

labor realizada. De acuerdo con la definición de teletrabajo, esta excluye a aquellos que

trabajan en la economía de plataformas o de trabajo esporádico; por ejemplo, un trabajador

independiente que trabaja principalmente desde su casa no puede clasificarse como

teletrabajador, sino como trabajador a domicilio, según los términos del Convenio sobre el

trabajo a domicilio, 1996 (N°177).

Como resultado de las directivas de confinamiento decretadas por los gobiernos,

casi 4 de cada 10 empleados en Europa comenzaron a teletrabajar (Eurofound, 2020),

además, un estudio publicado por la empresa Bumeran que fue realizada en México,

Argentina, Ecuador, Perú, Panamá y Chile, el 70% de las compañías antes de la crisis no

consideraban al teletrabajo como una opción, sin embargo, luego de hacerlo, han

encontrado mejores resultados de los esperados. La revista Bumeran también hizo pública

una encuesta que se hizo a los países antes mencionados, en donde México lleva la
delantera en la incorporación de este modelo en un 38%, además, el 62% de las personas

encuestadas, considera que su productividad es mayor gracias al teletrabajo, el 56%

considera como una gran ventaja el ahorro de tiempo que se logra al trabajar en el hogar, el

16% da mucho valor a disponer de más tiempo para compartir con sus familias y el 9%

considera menos estresante el ambiente en sus hogares que en las oficinas. Con respecto a

la tecnología, el teletrabajo también ha generado grandes aportes, pues según App Annie

(Plataforma de análisis de aplicaciones móviles), del 14 al 21 de marzo del 2020, las

descargas de aplicaciones empresariales para iOS y Android fue de 62 millones (máximo

histórico semanal en esta categoría) y las descargas de Google Hangouts, Meet, Zoom,

Cloud Meetings y Microsoft Teams, se multiplicaron 64%, 27% y 15% respectivamente

durante la tercera semana de marzo, en relación al promedio semanal del último trimestre

de 2019. Según las estadísticas presentadas del teletrabajo en la pandemia del Covid-19 se

evidencia que el teletrabajo, ha sido una alternativa muy importante para minimizar el

impacto de la aciaga emergencia sanitaria, y que ha permitido que muchas empresas,

compañías y trabajadores puedan conservar sus ingresos, de tal forma que la economía no

sufra muchos estragos.

Debido a la pandemia del COVID-19 se ha generado una nueva era, que es el

teletrabajo. Ante esta terrible situación, los países dieron instrucciones a los empleadores de

cerrar sus operaciones y, de ser posible, aplicar el teletrabajo a tiempo completo para sus

trabajadores, con muy poco tiempo de preparación tanto para los empleadores como para

los trabajadores. Se adoptaron medidas similares en muchas partes del mundo, donde los

gobiernos instaron a los empleadores a adoptar el teletrabajo para reducir la densidad de

desplazamientos en las grandes ciudades y contribuir así al distanciamiento físico. A causa


de ello, esta nueva era del teletrabajo requerirá un uso mucho más amplio de un nuevo tipo

de gestión, basado en la confianza, en la obtención de resultados y una nueva forma de

trabajar, más autónoma, más flexible y mejor adaptada a las circunstancias y preferencias

individuales de los trabajadores. No obstante, para un segmento importante de la población

activa, la pandemia ha provocado un aumento repentino en la carga de trabajo, así como

cambios importantes en los arreglos y condiciones de trabajo. Incluso si los empleados

pueden trabajar en tiempos de pandemia, es necesario tener en cuenta y respetar una serie

de aspectos de la organización para la que se trabaja y así garantizar la salud y la seguridad

de los trabajadores. Existen investigaciones sobre el teletrabajo que han demostrado

repetidamente que los empleados que trabajan desde el hogar, tienden a trabajar más horas

que cuando están laborando en los locales del empleador, en parte porque el tiempo para

desplazarse al lugar de trabajo es reemplazado por actividades laborales.

El futuro del teletrabajo después de pandemia de COVID-19 es muy alentador, he

aquí algunos indicios de tal premisa. De acuerdo con investigaciones y encuestas realizadas

luego del inicio de la pandemia, un porcentaje muy elevado de trabajadores deseaban

teletrabajar con mayor frecuencia, incluso después de que se hayan levantado las

restricciones de distancia física. Además, algunos trabajadores notaron que sus labores

pueden realizarse fuera de las oficinas tradicionales y ahora se sienten más cómodos con la

tecnología. De igual manera, muchos directivos que anteriormente se oponían a que sus

equipos trabajaran desde casa, han experimentado que esto si se puede lograr y ahora

apoyan a los que teletrabajan con más frecuencia. Para avalar lo antes mencionado, según

un estudio realizado sobre 1000 propietarios y responsables de PYME en 19 ciudades del

Reino Unido por Smith (2020): “Casi una de cada tres PYME (29 por ciento para ser

exactos), tiene previsto aumentar el trabajo flexible después de la pandemia”. Según la


(OIT, 2020), no solo los empleadores y trabajadores consideran la posibilidad de ampliar

las modalidades de teletrabajo en un sentido estricto, ahora los clientes y usuarios también

están más dispuestos a aceptar que los servicios que requieren sean prestados por equipos o

empleados remotos que trabajan desde lugares apartados. En el futuro, tanto las empresas

privadas como los empleadores del sector público pueden considerar la posibilidad de que

una mayor parte de su fuerza laboral teletrabaje después de la pandemia.

Los responsables de la elaboración de políticas pueden considerar las siguientes

medidas dadas por la OIT para ayudar a fomentar un entorno favorable para el teletrabajo,

tanto en las empresas privadas como en las organizaciones públicas:

Las autoridades nacionales deberían revisar sus planes operativos para hacer

frente a la pandemia de COVID-19 en lo que respecta a la prevención y mitigación

de las repercusiones sociales de la crisis, el teletrabajo y las esferas que pueden

afectar de manera desproporcionada a los grupos vulnerables, como las mujeres, los

ancianos, las personas con discapacidad, los migrantes, las familias monoparentales,

etc. (OIT, 2020, p. 28).

Los responsables de la elaboración de políticas deben evaluar la forma en

que la dirección y los trabajadores hicieron la transición al teletrabajo, y luego

utilizar esas experiencias para ajustar, según sea necesario, las políticas de

teletrabajo existentes o iniciar nuevas políticas. (OIT, 2020, p. 28).

Finalmente, damos por hecho que el teletrabajo es un pilar económico importante en

la actualidad y lo será en el futuro. Siendo el teletrabajo definido como, aquella labor

realizada con la ayuda de las TIC, fuera de las instalaciones del empleador. Esto a causa del
surgimiento de una nueva pandemia denominada COVID-19 y a las restricciones y

recomendaciones hechas por los gobiernos. lo que ha generado una nueva era, que es la del

teletrabajo. Inclusive, según las estadísticas presentadas del teletrabajo en pandemia, se

evidencia que el teletrabajo, ha sido una óptima opción frente a la atroz emergencia

sanitaria, que ha contribuido a que la economía no sufra demasiados estragos. Además, el

futuro del teletrabajo después de pandemia de COVID-19 es muy alentador, y para avalar

lo antes mencionado, según un estudio realizado sobre 1000 propietarios y responsables de

PYME en Reino Unido, casi una de cada tres PYME, tiene previsto aumentar el trabajo

flexible después de la pandemia. Asimismo, exhortamos a las grandes organizaciones e

instituciones mundiales y gobiernos, a que busquen soluciones para disminuir las

desigualdades tecnológicas que existen entre unos países y otros, y de esa forma, poder

ejercer el teletrabajo sin ninguna restricción ni dificultad.

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