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ENSAYO

Planificación Estratégica y niveles de competitividad de las Mypimes del sector


comercio en Bogotá

Arismendi Tapiero Camilo Andrés


López Fernández Marcela Patricia

Universidad ECCI
Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas
Programa de Comercio Internacional
Inteligencia de Mercados Internacionales

Séptimo semestre

2020
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA Y NIVELES DE COMPETITIVIDAD DE LA
MIPYMES DEL SECTOR COMERCIO EN BOGOTÁ

El éxito de las organizaciones depende en gran medida de múltiples variables que


influyen en su desarrollo, partiendo de la misión, visión y objetivos de las firmas. No obstante,
existe un factor imprescindible para lograr cualquier objetivo empresarial, la competitividad es
lo que permite a una empresa ser exitosa en el mundo en que se desenvuelve. Una empresa es
competitiva cuando logra desarrollar productos y servicios cuyos costos y calidades son
comparables o superiores a los de sus competidores en el resto del mundo. A partir de esto, uno
podría llegar a concluir que la competitividad es un asunto que sólo interesa y debe interesar a
las empresas (Rubio & Baz, 2004). Sin embargo, la realidad difícilmente podría ser más
contrastante, debido a que allí convergen variables intrínsecas y extrínsecas de las
organizaciones mismas.

En Colombia el papel de las micro, pequeñas y medianas empresas ha sido esencial en


el desarrollo del país debido a que está se ha convertido en una de las principales fuentes de
industrialización, productividad y empleabilidad del Estado. Ahora bien, a nivel nacional
Bogotá ha concentrado un buen porcentaje de las MiPymes del país y por ende ha aportado
altos niveles en el PIB de Colombia. No obstante, los derechos a los que puede acceder este
sector económico no garantizan del todo que quienes deciden apostarle a crear empresa en
Colombia puedan optimizar y reproducir sus recursos tanto humanos como financieros en aras
de consolidar empresas sólidas y redireccionar dinámicas nacionales de desigualdad.

Debido a lo anterior, el presente documento pretende analizar de manera reflexiva los


diferentes argumentos que sustentan el desarrollo del artículo “PLANIFICACIÓN
ESTRATÉGICA Y NIVELES DE COMPETITIVIDAD DE LA MIPYMES DEL SECTOR
COMERCIO EN BOGOTÁ”, así como las conclusiones a las que llegan los autores, partiendo
de tres momentos que respaldan el desarrollo del texto; primero, se describirán los ideas y
conclusiones a las que llegan los autores por medio de su artículo; en un segundo momento se
respetarán o debatirán dichos argumentos bajo el sustento teórico de otros autores y finalmente
se estructuraran una serie de conclusiones fruto del contraste argumentativo en el campo y su
aplicación al contexto de la ciudad de Bogotá.
Así pues, los autores del artículo pretenden abordar por medio de su argumento la
correlación existente entre la planificación estratégica y los niveles de competitividad, es decir
el nivel de impacto que puede tener la primera variable en la segunda. Esto a partir de una
contextualización primaria del estado del sector comercio de la ciudad de Bogotá a la fecha en
la que se desarrolló el estudio; así como una posterior evaluación del nivel de competitividad
por medio de las estadísticas planteadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con
el fin de determinar la relación directa existente entre las variables y la corroboración de la
hipótesis inicial, así como proponer una serie de ideas que logren mejorar la competitividad de
las MiPymes en Bogotá.

Para iniciar los autores parten de la conceptualización general del término


competitividad, entendiéndose como la capacidad que deben tener las empresas para aumentar
o mantener su nivel de participación en el mercado (Mora et al., 2014). Esto no sólo
aumentando los niveles de productividad sino implementando estrategias empresariales que
logren la inserción asertiva en los mercados. Debido a esto plantean que si bien la
competitividad depende inicialmente de factores y dinámicas desarrolladas al interior de cada
organización, se encuentra asociada a factores externos que pueden condicionar la capacidad
de participación y competitividad en los mercados ya sean de carácter nacional o global (Mora
et al., 2014).

A nivel nacional, la consolidación de pequeñas, medianas y microempresas ha


constituido un fuerte no sólo en los procesos de productividad sino también de empleabilidad
del país, donde en estos tipos de empresa se concentra el 59% aproximadamente de empleos
del país. No obstante, en Bogotá, debido a sus mayores niveles de industrialización y desarrollo
se centralizan aún más los índices de concentración de pymes y microempresas. Por lo cual las
autoridades distritales y nacionales han consolidado esfuerzos para controlar y garantizar
mínimos que permitan el desarrollo de este tipo de negocios que sustentan un porcentaje
importante de la economía de la ciudad y del país.

Sin embargo, por medio de los estudios reflejados por los autores se exponen una serie
de desafíos y problemas que predominan en los factores de riesgo de las MiPymes en Bogotá,
como lo son el sector de recursos humanos, estrategias de exportación o procesos de
financiamiento y asociación (Mora et al., 2014). A pesar de que la competitividad de este sector
económico se acerca al 705 es importante recalcar que a pesar de no ser una cifra tan baja si
refleja la necesidad de reestructurar una serie de modelos para aumentar la competitividad de
las organizaciones. Es por lo anterior que los autores concluyen que si bien la planeación
estratégica tiene una relación directamente proporcional con la competitividad, siendo este uno
de los factores determinante de los niveles de competitividad que logren tener las MiPymes.
No obstante, es importante reconocer que al haber factores externos que influyen en el
desarrollo empresarial, el papel que debiese cumplir el Estado como garante poblacional es ya
no sólo el de suministrar recursos sino también el de desarrollar mecanismos que permitan el
debido aprovechamiento de ellos y el incremento de los niveles de desempeño empresarial,
traduciéndose en mejores oportunidades para competir en los mercados nacionales e
internacionales (Mora et al., 2014)

Con base en lo expuesto, se prosigue a la contrastación de los argumentos emitidos a


partir del sustento teórico de otros exponentes. Por lo anterior una corriente teórica diferente
aborda la competitividad a partir de tres variables esenciales y codependientes que determinan
el éxito de las empresas. La CEPAL expone las máximas propuestas por la corriente sistémica
de la competitividad propuesta inicialmente por Ferraz, Kupfer y Haguenauer (1996), en la cual
se entiende que ella depende de la naturaleza empresarial, estructural y sistémica del entorno
en el que se desarrolla una organización (Gonçalves et al., 2019). En este enfoque dinámico,
las ventajas competitivas nacen de las variables de relevancia competitiva en todos los niveles
del sistema y de la interacción entre ellas. Así, se concluye que la competitividad tiene un
carácter sistémico (Esser y otros, 1996).
.
Los “factores empresariales” son aquellos sobre los cuales la empresa tiene un control
sustancial. Estos factores se relacionan con la acumulación de conocimiento generado por la
empresa y sus estrategias, y, más específicamente, con la eficacia de la gestión, la capacitación
y el desempeño, la capacitación tecnológica en procesos y productos, los métodos de
organización y los recursos humanos, entre otros, Allí prepondera la planeación estratégica
como instrumento de desarrollo empresarial y de organización no sólo de actividades, sino
también de recursos. Demostrando tal como lo plantean Mora, Vera y Malgajero, que esta
variable influye de manera determinante en la competitividad de las empresas y sus niveles de
organización determinan a largo plazo la mejora en resultados para la consolidación de las
empresas.
Los “factores estructurales” son aquellos sobre los cuales la empresa no tiene pleno
control, es decir, las empresas están limitadas por el propio proceso de competencia y sus
especificidades. Además de las características de la demanda y la oferta, estos incluyen la
influencia de instituciones fuera del mercado que definen el régimen de incentivos y regulación,
la distribución geográfica, el grado de sofisticación tecnológica, las tasas de crecimiento, los
sistemas de comercialización y las oportunidades de acceso a productos internacionales, entre
otros (Ferraz, Kupfer y Haguenauer, 1996). Es decir, si bien las organizaciones por medio de
la planeación estratégica pueden ejercer estrategias que logren mitigar el impacto o hacer frente
a estos factores, existe un grado de incapacidad misma por parte de las empresas para controlar
los efectos finales de las variables estructurales.

Ahora bien, los “factores sistémicos” son aquellos sobre los cuales el control de la
empresa es muy escaso o nulo. Estos factores son responsables de generar externalidades a las
empresas, actuando como parámetros del proceso de decisión. Entre estos factores se destacan
los siguientes: infraestructurales, macroeconómicos, político-institucionales, sociales, legales
y normativos e internacionales (Gonçalves et al., 2019). Dentro de los factores sistémicos es
importante resaltar el papel que tiene el gobierno y las políticas públicas como agente
regulatorio de las variables mencionadas con anterioridad para poder lograr avances
importantes. Se pueden distinguir dos líneas de acción.
La primera es la adopción de políticas, herramientas o instrumentos focalizados, y
orientados específicamente a resolver los obstáculos al acceso al financiamiento (crédito y
capital) por parte de las empresas de menor tamaño. La segunda línea de acción se refiere a los
avances en materia de políticas transversales, estas son políticas generales que buscan generar
un entorno regulatorio e institucional adecuado para lograr una mayor profundización
financiera y una operación más eficiente del sector financiero (Salazar, 2007). Así pues de
manera concluyente se plantea que el desarrollo empresarial depende en especial de los
indicadores macroeconómicos donde resaltan las características gubernamentales y los planes
de gobierno, los planes de desarrollo y, por supuesto, su ejecución.

De igual forma, el componente macroeconómico será vital para entender el


fortalecimiento de las empresas: su capacidad de integrarse, su capacidad de innovar y su
flexibilidad para adaptarse a los mercados y desarrollar productos que puedan encontrar su
nicho. El esfuerzo deberá realizarse en el desarrollo de bienes y servicios altamente adaptados
a procesos productivos eficientes y que respondan a las necesidades de los mercados, procesos
innovadores y la capacidad de las organizaciones de integrarse. Ahora bien, a manera de cierre
se plantean una serie de conclusiones fruto del contraste argumentativo de las visiones frente a
la planificación estratégica y sus implicaciones en la competitividad empresarial de las
organizaciones.

Primero, se corrobora la idea de que la planificación estratégica comprende una variable


esencial para el desarrollo empresarial y por ende en la competitividad de las empresas. Esto
debido a que la capacidad de organización temporal, de recursos y personal puede optimizar
los procesos y por ende la productividad, traduciendo esto en mayor capacidad de participación
en los mercados. No obstante la competitividad responde también a la capacidad que tenga la
empresa de responder a los diferentes retos que le conlleva moverse en el mercado, teniendo
en cuenta las dinámicas de oferta y demanda intrínsecas en este. En segunda medida se plantea
la idea de que si bien la planificación estratégica es un factor importante y esencial, no es el
único determinante dentro del proceso de competitividad debido, a que existen factores
extrínsecos que salen del marco de maniobra empresarial y que se encuentran determinados
por el mercado y por el contexto en el cual se desarrolla la empresa como lo es la esfera
macroeconómica, política, social y hasta ambiental.

Es por esto que el papel del Estado y aún del sistema internacional es necesario para
garantizar estabilidad en el marco comercial, para permitir el avance empresarial de las
MiPymes en Bogotá. Así mismo, se puede observar que las medidas de interrelación entre el
estado y el sector empresarial Mipyme en Colombia y en Bogotá se resalta que el principal
atraso que ha tenido el país está directamente relacionado con los factores de innovación y
sofisticación de negocios. Siendo estos los factores que más fácilmente pueden ser impactados
por las compañías, es de gran interés el trabajo sobre ellos, debido a que la no inversión en
ciencia y tecnología sume al país en una cadena de dependencia industrial y limita los avances
en términos de productividad, competitividad e industrialización, no sólo de las MiPymes sino
a nivel nacional.

Finalmente se puede decir que en tanto el debate se limite a la planificación estratégica


como instrumento unidimensional para el éxito o fracaso de las MiPymes en Colombia y
Bogotá, se seguirá desprotegiendo a las personas y compañías que dependen de este sector.
Como se ha reiterado en múltiples oportunidades a lo largo del documento la planificación
estratégica es un factor fundamental, pero no el único que determina la estabilidad empresarial
de las compañías. Así pues, se corrobora la hipótesis de la visión sistémica de las compañías
que comprende escenarios empresariales, estructurales y sistémicos, en los cuales diferentes
actores tanto gubernamentales como privados deben hacer parte. Debido a que hay dinámicas
que se salen del margen de maniobra de las pequeñas y medianas empresas en la ciudad y
dependen en mayor medida del Estado por medio de sus instituciones.

REFERENCIAS

DANE. (1996). PRODUCTIVIDAD, COMPETITIVIDAD E


INTERNACIONALIZACION DE LA ECONOMI.
http://biblioteca.dane.gov.co/media/libros/LD_10122_EJ_2.PDF
Esser, K. y otros (1996), “Competitividad sistémica: nuevo desafío para las empresas
y la política”, Revista
CEPAL, Nº 59 (LC/G.1931-P), Santiago, Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL).
Gonçalves, L., MKedeiros, V., & Canmargos, E. (2019, 12). La competitividad y sus
factores determinantes: un análisis sistémico para países en desarrollo. REVISTA
CEPAL, 129.
Mora, E., Vera, M., & Malgarejo, Z. (2014, 10 25). PLANIFICACIÓN
ESTRATÉGICA Y NIVELES DE COMPETITIVIDAD DE LA MIPYMES DEL
SECTOR COMERCIO EN BOGOTÁ. Estudios Gerenciales, 31, 79-87.
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Rubio, L., & Baz, V. (2004). El poder de la competitividad.
http://www.cidac.org/esp/uploads/1/Competitividad_FINAL-Agosto_2004.pdf
Salazar, N. (2007, septiembre). El acceso al financiamiento de las mipymes en
Colombia: el papel del Gobierno.

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