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Competitividad y productividad
La competitividad se define por la productividad con la que un país utiliza sus recursos humanos,
económicos y naturales. Avendaño y Garzón (2014). Así mismo para Porter (1991) “La prosperidad
de una nación depende de su competitividad, la cual se basa en la productividad con la cual esta
produce bienes y servicios. Políticas macroeconómicas e instituciones legales sólidas y políticas
estables, son condiciones necesarias pero no suficientes para asegurar una economía próspera.
Así mismo, para el Institute for Management and Development (IMD) es el ambiente competitivo
de las naciones el que crea y mantiene la competitividad de las empresas, las cuales al final son las
que asumen la función de creación de bienestar (Garelli, 2007) a lo que el IMD llama
“competitividad de las empresas”. 21 “Competitividad de las naciones es un campo del
conocimiento económico, que analiza los hechos y políticas que forman la capacidad de una
nación para crear y mantener un ambiente que sostenga más creación de valor para sus empresas
y más prosperidad para su gente. Esto significa que competitividad analiza, cómo las naciones y las
empresas manejan la totalidad de sus competencias para alcanzar prosperidad y beneficios.
Algunas naciones apoyan la creación y mantenimiento de un ambiente que facilite la
competitividad de las empresas y motive su sostenibilidad en el largo plazo” (IMD, 2008).
Lo anterior implica que a pesar de ser aparentemente transversal, la competitividad está atada a
una visión de mundo y por lo tanto tiene un sesgo epistemológico. Si es cierto, como lo dice un
texto básico de economía, que “la competencia, o rivalidad económica, es la esencia del
capitalismo [y] ... el sistema de mercado competitivo [se llama también] sistema de empresa
privada o capitalismo” (McConnell & Brue, 1997, p. 63) entonces el estudio de la competitividad y
el estudio del capitalismo son indivisibles, y la competitividad ha sido estudiada desde cuando ha
sido estudiado este último.
Competitividad INTERNACIONAL
Referente a este concepto Urrutia, 1994, citado por (Garay, 1998) dice que: “Una economía es
competitiva en la producción de un determinado bien cuando puede por lo menos igualar los
patrones de eficiencia vigentes en el resto del mundo, en términos de la utilización de recursos y
de la calidad del bien”.
De igual forma, otra definición a tener en cuenta es la del libro US Competitiveness and the World
Economy (1985), citado por Castillo, Pico & Cruz (2015), la competitividad nacional se refiere a la
habilidad de una nación-estado para producir, distribuir y proporcionar bienes en la economía
internacional en competencia con bienes y servicios producidos en otros países, y haciéndolo de
una manera tal que consiga elevar su nivel de vida. Sin embargo, este texto no solo comprende la
competitividad internacional como factor que mide la capacidad de compra y venta de un país,
sino que, además, incluye otros factores que miden entre otras, la capacidad de integración al
mercado mundial.
La competitividad de las regiones y las ciudades es un tema público de gran relevancia gracias a
que ha adquirido mayor valor en la agenda de las prioridades colectivas de sectores privados y
estatales (Ramírez et al., 2007, p. 13), esto significa que hay crecientes esfuerzos por estudiarla,
comprenderla, medirla y formular políticas públicas que la estimulen.
Referente a los indicadores que miden la competitividad de un país se puede establecer que
existen una serie de indicadores creados por instituciones interesadas en conocer el crecimiento y
desarrollo de los países, y desde luego comparar ese crecimiento con estándares establecidos para
tal medición. Es así que de acuerdo a Padilla (2006) se tienen entre otros los siguientes.
Informe Global de Competitividad (IGC). El IGC, del Foro Económico Mundial, recoge más de 180
variables para el conjunto de países revisados. Incluye datos cuantitativos y datos cualitativos
provenientes de encuestas a ejecutivos de negocios en los países referenciados. La mayoría de los
países latinoamericanos están entre los 125 países incluidos en el informe más reciente.
Índice de Competitividad del Crecimiento (ICC): el ICC del Informe Global de Competitividad
otorga una ponderación a cada uno de los tres componentes del índice: condiciones
macroeconómicas, calidad de las instituciones y desarrollo tecnológico.
Índice de Competitividad de los Negocios (ICN): el ICN tiene dos componentes: la calidad del
ambiente nacional de negocios y la calidad de las operaciones y estrategia empresariales.
Índice de Libertad Económica: Este ranking, realizado por la “Heritage Foundation”, se compone
de un conjunto de datos organizados en 10 categorías, 23 que incluyen política monetaria,
inflación, derechos de propiedad, política fiscal y regulación. La Fundación Heritage recoge 10
dimensiones del entorno del país y asigna una puntuación del 1 al 5, donde 1 es lo mejor el 5
representa el entorno más desfavorable.
Doing Business: Esta medición, realizada por el Banco Mundial, aunque no es presentado como un
índice con valores ponderados de los componentes, resalta los factores microeconómicos que
apoyan las mejoras en el clima de negocios. El conjunto de datos está organizado en cinco
categorías: iniciar un negocio, flexibilidad laboral, obligatoriedad de los contratos, crédito y
bancarrota.
ANALISIS Y DESARROLLO
Con relación al comportamiento de los indicadores en los últimos tres años, se tiene que el que el
país a través del Consejo Privado de Competitividad presenta en Informe Nacional de
Competitividad.
Es así que para los años 2016 – 2019 al revisar los aprendizajes de la última década según el
Informe se tienen los siguientes resultados. Para el Consejo Privado de Competitividad la
competitividad debe ser una apuesta nacional en la que empresarios, gobierno, academia y
sociedad civil se articulen, para hacer frente a los cuellos de botella que limitan la capacidad de la
economía y posibilitar un mayor bienestar a toda la población.
De igual manera, Colombia ha demostrado su capacidad de hacer, en algunas áreas específicas, las
transformaciones necesarias para convertirse en el tercer país más competitivo de América Latina
en 2032, como se evidencia en su avance sostenido, aunque leve, en algunos de los principales
rankings globales de competitividad. Por ejemplo, en el Índice Global de Competitividad (IGC) del
Foro Económico Mundial (FEM), Colombia pasó del puesto 63 entre 122 países en 2006 al puesto
61 entre 138 en 2016. Sin embargo, para el año 2017 este indicador muestra que Colombia bajó al
puesto 66 perdiendo cinco puestos, para el 2018 Colombia subió al puesto 60 con un índice de
competitividad de 61,63 y para el 2019 obtuvo un ranking de 57 con un índice de 62,73.
Las clasificaciones del Índice de Competitividad Global se han suspendido en 2020 como
reconocimiento a los extraordinarios avances conseguidos en 2020 y al esfuerzo mundial unánime
necesario para hacer frente a la crisis sanitaria y a sus consecuencias socioeconómicas.
Por otra parte, a pesar de haber avanzado en la dirección correcta, la apuesta por la
competitividad debe acelerarse y profundizarse, ya que el país aún ocupa el quinto puesto en
Latinoamérica, detrás de Chile, México, Panamá y Costa Rica, quienes avanzaron más rápido en los
últimos diez años. Solo una adecuada coordinación podrá generar un ciclo virtuoso de crecimiento
económico, generación de empleo, aumento del bienestar y consolidación de los logros sociales
que se han alcanzado durante la última década
Con relación al indicador Doing Business, señala Quemba (2013) que otro indicador donde
podemos observar el desempeño en competitividad Colombia lo encontramos en el informe anual
del Doing Business, un índice creado por el banco mundial que mide la facilidad para hacer
negocios en los países, y donde mide indicadores de competitividad trascendentales, entonces si
un país tiene una buena posición en este índice probablemente tenga una buena competitividad.
De acuerdo a Quemba la posición que ocupa Colombia es 45 frente a 183 estados evaluados, por
encima de Colombia se encuentra Perú, por debajo se encuentra la media de Latinoamérica y el
Caribe y países como México y Brasil. Así mismo vuelve a descender una posición con respecto al
2012 (44), cabe precisar que este indicador es un poco más flexible pues le da más importancia a
los beneficios que reciben los inversionistas. El mejor puntaje lo saco en protección a los
inversionistas (6), y el peor indicador: el cumplimiento de los contratos (154), un poco
contradictorio.
Ayer se entregó el reporte Doing Business 2020, donde Colombia cayó dos
posiciones, pasando del puesto 65 al 67. Recordemos que en 2017-2018 el país
había ocupado la posición 59 y el año pasado bajó seis posiciones llegando al
puesto 65.
Ahora bien, una cosa es la posición que ocupan los países en el ranking y otra la
calificación que obtienen. Si nos concentramos en este último aspecto, los
resultados para Colombia vienen siendo favorables. Para 2018, Colombia obtuvo
un puntaje de 69,24, aumentando 0,2 puntos respecto al informe anterior. Para
esta edición, el Doing Business reveló que el puntaje para Colombia fue de 70,1
sobre 100.
Al comparar la competitividad de Colombia con otros países de América Latina se debe hacer
referencia al Informe Nacional de Competitividad del Consejo Privado de Competitividad, y el cual
se basa en los resultados del Índice de Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial
(FEM) donde Colombia pasó en 26 el periodo 2017 - 2018 al puesto 166, bajando cinco puestos
con relación al año 2017 en donde ocupaba el puesto 161.
Según los últimos resultados del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial,
Colombia se encuentra en la casilla 66 entre 137 países, un retroceso de cinco puestos respecto al
año anterior, y en América Latina ocupa el quinto lugar, detrás de Chile, Costa Rica, Panamá y
México.
1. Requerimientos básicos: este pilar consiste en evaluar la cobertura o el acceso que tienen los
ciudadanos a las condiciones elementales que requieren para garantizar la integridad de las
personas y el desarrollo de las mismas.
El análisis se desarrolla con los pilares establecidos por el Reporte Global de Competitividad del
Foro Economico Mundial, análisis que se describe a continuación.
Instituciones
Infraestructura.
La infraestructura se refiere a las obras que conectan a un país en su interior y con el resto de
países. Este pilar es sumamente importante si se está midiendo la capacidad de un país para
competir, ya que de este depende todo el desarrollo económico y social para una nación. Este
comprende la infraestructura vial, aeroportuaria, marítima de telecomunicaciones y urbana, entre
otras
Ambiente macroeconómico
Según el Banco de la Republica la estabilidad económica depende de dos factores; “el crecimiento
de la economía y una baja inflación”. Estos factores son difíciles de controlar y de mantener uno a
la par del otro, por ello el responsable de mantener un ambiente macroeconómico positivo, es el
banco de la república a través de su política monetaria, en colaboración con la política financiera y
fiscal. Las estrategias de inflación objetiva propuestas por el banco de la republica han llevado a
Colombia a obtener una calificación de 5,53 en el ranking de competitividad de los países. Es
importante señalar que en general Latinoamérica presenta una estabilidad macroeconómica
positiva.
Si se compara a Colombia con un país como Suecia, por ejemplo, podría insinuarse que Colombia
es un país con poca calidad en salud y educación, si se tiene en cuenta que ocupa el puesto 10 en
el ranking de competitividad mundial y que su enfoque principal para ser un país competente es
proporcionar a sus ciudadanos una educación que les permita innovar y salud. Es así que según el
consejo de competitividad, citado por el Espectador (2013, párr. 3) “en Colombia uno de cada tres
niños (entre 5 y 6 años) no se encuentra matriculado en ningún espacio formativo”.
Colombia está haciendo esfuerzos importantes por armonizar la formación en todos sus niveles; la
educación superior se está transformando para que sea 32 orientada por ciclos académicos,
respondiendo a las necesidades de formación de los ciudadanos y aunque este proceso aún es
incipiente, es necesario debido a que la educación superior en Colombia tiende en algunos casos a
distanciarse de las necesidades del sector productivo, respecto a los temas ligados a la
investigación y el desarrollo empresarial. (Arias & Patiño, 2010, párr. 24).
Con una Puntuación de 4,3 en el ranking mundial, la educación superior está incluida como punto
fundamental en el plan de desarrollo económico como estrategia que mejorara la competitividad
del país, sin embargo, no tiene la atención, ni la inversión necesaria para ser considerado un país
con calidad en la educación.
Colombia a pesar de llevar más de dos décadas de su apertura económica, aun presenta barreras
al comercio tanto económicas como documentales que frenan la actividad económica del país y
retroceden, no solo por la protección del mercado nacional sino, además por una preocupante
situación social de violencia y terrorismo que dificultan las labores del mercado y encarecen el
producto final de los comerciantes.
También aparece otro factor que debilita la eficiencia del 33 mercado como lo señala (Arias &
Patiño) el sistema tributario en Colombia es uno de los más altos a nivel global (2010) en la
calificación del banco mundial.
Para analizar el mercado laboral en Colombia, hay que tener en cuenta varios factores: Uno de
ellos, y tiene mucho que ver con la educación es la capacidad de empleabilidad de los recién
graduados. En Colombia, según el laboratorio laboral de cada 100 estudiantes graduados de una
carrera de pregrado, postgrado, técnica o tecnológica 78 están laborando (2010). Aunque esta
cifra es alentadora, no todos los graduados que se encuentran laborando, están ejerciendo 33
precisamente su carrera profesional. En este punto se podría analizar el siguiente factor.
La informalidad laboral, aunque no es en si algo negativo para las personas, tampoco constituye
algo positivo para el país, ya que incluye una menor percepción de ingresos, más una disminución
en la productividad y una menor captación de impuestos. Para junio de 2015 la tasa de
informalidad estaba representada por un 49,7%, donde se incluyen 23 ciudades según el informe
de (Dinero, 2015)
Debido a las fluctuaciones de dineros provenientes del narcotráfico y lavado de dinero que
afectan todos los sectores del país, el sistema financiero de Colombia presenta grandes
restricciones y pocos avances, debido al alto riesgo que representa para los inversionistas. La
calificación obtenida en el ranking mundial de 4,1 indica que hay poca educación financiera en el
país.
Preparación tecnológica
Colombia aun presenta barreras al comercio exterior, a pesar de sus esfuerzos en firmar tratados
de libre comercio que presenten oportunidad para el mercado local, además de esto, la
diversificación de los productos de exportación ha sido nula desde la apertura económica lo que le
ha imposibilitado crecer en este pilar de competitividad.
Sofisticación de negocios
Innovación
La innovación y la competitividad tienen una relación directamente proporcional una con otra, ya
que la implementación de nuevas y mejoradas herramientas, procesos y métodos de hacer
negocio, aumentan la capacidad de respuesta al mercado, así como también la calidad de lo que
ofrecen. En este ítem Colombia obtuvo una calificación de 3,24 que lo deja categorizado como país
de baja innovación como lo explican (Arias & Patiño, 2010, párr. 57) “los insumos necesarios para
innovar son escasos y la inversión en absorción tecnológica es insuficiente; si se compara con otras
economías de la región y en Colombia la destinación de recursos es de solo el 0,16% del PIB
De tal forma que, en el gráfico, se observa que, A diferencia del año anterior, en el RGC 2015-2016
se presentan novedades en relación con la ubicación de Colombia en la región. El ascenso del país
en el escalafón general ya reseñado 35 ocurre al mismo tiempo que la caída de dos países que
ostentaban mejores lugares el año anterior: Perú que pierde cuatro posiciones y Brasil dieciocho,
para ubicarse en los lugares 69 y 75, respectivamente. Además de la ostensible caída de Brasil, los
hechos más sobresalientes en la región corresponden a la sensible caída de Bolivia (que descendió
del puesto 105 al 117) y El Salvador (que cayó de la posición 84 a la 95). Los tres mayores ascensos
corresponden a Honduras (+12), Uruguay (+7) y Colombia (+5). México por su parte recuperó
parte del terreno cedido el año anterior.
Aunque el país en el Índice de Competitividad Global muestra un descenso de cinco puestos, debe
traducirse lo anterior en alternativas de mejoramiento frente a la competitividad de Colombia. Es
así que de acuerdo al Departamento Nacional de Planeación, basado en el Reporte Global de
Competitividad 2015 – 2016 Colombia mejoró su calificación en el Índice Global de Competitividad
(IGC), que en una escala de 1 a 7 pasó de 4,23 a 4,28. Esta mejoría estuvo acompañada de un
ascenso en el escalafón general por segundo año consecutivo, al pasar de la posición 66 a la 61
entre 140 países. De igual forma, aumentó a un 56,4 por ciento la cantidad de países superados
por Colombia (posición relativa), porcentaje que llegó a su máximo nivel en los últimos nueve años
(período en el que la metodología del IGC es comparable).
Los resultados de este informe son absolutamente cruciales para darnos cuenta que el verdadero
problema endémico en Colombia, es la corrupción y que lleva muchos años creciendo mientras la
atención estaba fija en el conflicto armado y con las elecciones ya a la vuelta de la esquina este
tema debe ser una de las máximas prioridades en el próximo gobierno buscando recuperar la
imagen de las instituciones para mejorar el ambiente para hacer negocios no solo para los
inversionistas locales sino para los extranjeros.
De tal manera que Colombia debe enfocar sus esfuerzos a acabar con ese flagelo, que es el que
conlleva al surgimiento de problemas en los otros pilares. Si la corrupción permea a las
instituciones, es difícil que estas puedan desarrollar sus acciones tendientes a la consecución de
acciones que generen desarrollo y crecimiento para la sociedad y por ende para el sector
empresarial, para que el 37 mismo pueda ser competitivo y desde luego el país pueda crecer en
estos indicadores.
De acuerdo a la Revista Dinero (2019) es una muy buena señal que los grupos económicos estén
empezando a enfocarse, porque serán más competitivos, desarrollarán habilidades y tecnologías,
añadirán más valor y estarán más predispuestos a exportar y no solo a controlar el mercado local.
Básicamente, estas compañías llegan a esa conclusión porque están enfrentando mayor
competencia. Según el World Competitiveness Report (WCR), que es un estudio estadístico,
cuanto más importantes son los grupos en la economía, menor es el PIB per cápita. Por ello, esa es
una señal de progreso para el país.
CONCLUSIONES
Una vez realizo el análisis y discusión del presente estudio los autores concluyen que la
competitividad para Colombia es un tema difícil de tratar, ya que no depende de un solo factor,
sino de una cantidad de eventos que son difíciles de controlar. Temas como la corrupción y el
proceso de paz son factores que se deben tener en cuenta para la Competitividad.
Es así que, con relación a ranking de competitividad global, los niveles de competitividad para
Colombia a escala global no son tan alentadores, como sí lo son para Latinoamérica. Los pilares de
este ranking ubican a Colombia dentro de las cinco economías más competitivas de Latinoamérica,
lo que indica que si bien, globalmente al país le falta desarrollo, alcanzar competitividad a escala
latinoamericana no esta tan lejos, puesto que, si se comparan los dos índices estudiados, el mayor
desafío que enfrenta Colombia es el flagelo de la corrupción.
De igual manera, el Índice de Competitividad Global muestra que Colombia, perdió cinco puestos
en el informe 2017 – 2019 con relación al informe de 2017. El país en este índice paso del puesto
61 en el 2017 al 66 en el informe 2017 – 2019. Al ver estos resultados se puede establecer que
para Colombia el problema de competitividad está centrado en la Corrupción, la cual está pasando
factura sobre la percepción que tienen los inversionistas para hacer negocios en Colombia.
En cuanto al índice de desempeño logístico, Colombia no cuenta con los niveles adecuados de
competitividad que requiere mínimamente Latinoamérica para desarrollar las operaciones de
comercio exterior en un entorno globalizado y mucho más exigente
De igual forma, los niveles de competitividad que se presentan hoy para el país, arrojan un sin
sabor de economía emergente, que la ciudadanía en general reconoce, pero que, además,
también reconoce las oportunidades que existen en materia de desarrollo de infraestructura y
diversificación de productos y procesos
De igual manera factores como la educación, tamaño del mercado y Desarrollo del mercado
financiero, son entre otros son temas neurálgicos que hay que mejorar.
BIBLIOGRAFIA
Castillo Cedillo, P., Pico González, B., & Cruz Vásquez, M. (2015). La Competitividad, y su relacion
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http://www3.weforum.org/docs/gcr/2015- 2016/Global_Competitiveness_Report_2015- 2016.pdf
https://www.larepublica.co/globoeconomia/colombia-cayo-dos-puestos-en-el-indice-doing-
business-2020-del-banco-mundial-2924273#:~:text=Ayer%20se%20entreg%C3%B3%20el
%20reporte,del%20puesto%2065%20al%2067.&text=Para%202018%2C%20Colombia%20obtuvo
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http://www.cdi.org.pe/InformeGlobaldeCompetitividad/