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México y sus constituciones

Podemos rastrear el legado constitucional de México a las cortes de Cádiz. En la


era de la colonia española, México era entonces parte del dominio conocido como
la Nueva España. Mientras la colonia estaba sujeta a la voluntad del Reino de
España desde la conquista, una serie de sucesos políticos y bélicos en España,
desembocaron en la promulgación de la constitución de 1812, o de Cádiz, la cual
por primera vez dio representación política a las provincias americanas, como una
manera de limitar los poderes de la monarquía la cual estaba a punto de
convertirse en marioneta de poderes extranjeros.

Concurrentemente con la promulgación de la constitución de Cádiz; México


comenzaba a protagonizar el momento mas importante de su historia: El
movimiento de independencia. En septiembre de 1810 Miguel Hidalgo llamo a la
insurgencia, poniendo en jaque la hegemonía española sobre la Nueva España.

Durante el transcurso de la guerra por la independencia, el movimiento insurgente


desconoció progresivamente el mandato español y la constitución de Cádiz.
Después de la muerte de Hidalgo en medio del conflicto, José María Morelos tomo
el mando insurgente y publicó, en 1813, un manifiesto que se convertiría en la
base política de los primeros años del México independiente: Sentimientos de la
Nación.

Sentimientos de la Nación es un documento cuyo legado se mantiene hasta


nuestros días. En Sentimientos, Morelos propone una serie de esquemas a seguir,
siendo el principal el de la soberanía de pueblo sobre cualquier monarquía o
mandato extranjero. Otro punto importante es el de proponer una serie de
garantías de carácter liberal, como es el derecho a la libertad y la prohibición de la
esclavitud; garantías que aun tienen un importante lugar dentro de las normas que
nos rigen hoy. Sin embargo, uno de los momentos más importantes del
documento es la división de poderes en brazos legislativos, ejecutivos y judicial.
Aunque, durante la guerra, Morelos proclamo una constitución en Apatzingán, esta
nunca alcanzo llegar más allá de los territorios insurgentes. No fue hasta 1821,
una vez ganada la guerra de independencia, que una vez más surgió el tema de
una constitución que rigiera a la ciudadanía. Inmediatamente después de la guerra
se decidió adoptar la constitución de Cádiz de manera provisional. En 1824, y
como respuesta a la proclamación de un imperio autoritario por parte de Agustín
de Iturbide, un grupo de rebeldes promulga la Constitución Federal de los Estados
Unidos Mexicanos o la constitución de 1924. En esta constitución, México se
presenta como una nación republicana, popular y representativa de carácter
federal, que reconoce los territorios que componen al país como estados con un
grado de autonomía legal. Se instituye un sistema de legislación bicameral
(Senadores y Diputados), con el objetivo de representar a los estados de la recién
proclamada Republica. Además, se instaura la suprema corte de la justicia de la
nación para hacer valer las leyes.

Estas nuevas políticas entraron en conflicto directo con los intereses de sectores
de la población como la aristocracia y la iglesia, ya que eran de carácter liberal y
amenazaban de manera directa muchos de los beneficios que éstos gozaban en
las tendencias más centralistas. La inconformidad de los conservadores
centralistas devino en una serie de conflictos que marcó un periodo de gran
inestabilidad social para México. El conflicto entre los liberales federalistas y los
conservadores centralistas termino en un compromiso en el que se reforzaban los
poderes del presidente y limitaban en voto a los sectores más acaudalados de la
sociedad. El descontento con estas nuevas normas, encabezadas por Antonio
López de Santa Anna, fue inmediato y deprisa una revuelta volvió a introducir la
constitución de 1824 pero esta vez incluyendo el juicio de amparo y el voto
universal. El conflicto termina en victoria para los liberales lo que da comienzo al
periodo de reforma. Un congreso constituyente promulga la Constitución Federal
de los Estados Unidos Mexicanos, de 1857, la cual establece de manera
contundente el federalismo representativo, con principal preocupación por los
derechos humanos y más contundente, proclama por primera vez la separación
definitiva de la iglesia y el estado.
Los conservadores furiosos con las nuevas leyes de reforma, inician una revuelta
y logran tomar el control de la capital, desplazando al gobierno federal ahora
comandado por Benito Juárez. Después de 3 años intensos de lucha, el lado
liberal logra ganar, sin embargo, los conservadores buscan ayuda extrajera.
Apoyados por Francia, los liberales logran instaurar a un extranjero como
emperador y tomar del país por un corto periodo para después ser derrocados por
el ejército liberal de Benito Juárez quien asume de nuevo la presidencia y el
mando del país.

Después de un tiempo de estabilidad política, Porfirio Diaz toma la presidencia a


través de una revuelta, y hace pasar una serie de reformas a la constitución que le
permiten mantener el poder de manera autocrática por un periodo de 30 años. El
gobierno de Diaz se caracterizó por un gran avance económico, pero también por
un fuerte estancamiento y decadencia social: los burgueses y la industria recibían
gran apoyo, mientras que obreros y campesinos eras sometidos a toda clase de
abusos y carencias. El creciente descontento por las numerosas injusticias
sociales del gobierno de Diaz, provoco el surgimiento de una serie de movimientos
que, poco a poco, socavaron el poderío de Diaz. Después de unas desastrosas
elecciones fraudulentas, el gobierno de Diaz se veía enfrentado a un proceso de
revolución encabezado por Francisco I. Madero, quien se declaro como presidente
y tomo las armas para tomar su puesto. El proceso de revolución fue extenuante y
de múltiples direcciones, después de algunos años conflicto violento y asesinatos
políticos, Venustiano Carranza, y su ejercito constitucionalista, logran tomar el
control del país y llaman a un congreso constituyente con la intención de volver a
cimentar las instrucciones legales del país y así recobrar la estabilidad.

En 1917 el congreso constituyente promulga la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos. La constitución de 1917, es la que nos rige en la
actualidad, y en ella se da espacial preocupación a los derechos humanos, sobre
todo a aquellos de los más desfavorecidos. Después de más de un siglo de luchas
México, y su constitución, tomo la forma que conocemos hoy mismo.

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