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COLEGIO BACHILLERES DE CHIAPAS PLANTEL 13

ESCRITO

RAZIEL ESTRADA RAMIREZ

HISTORIA DE MÉXICO

PROF. CUVIER SARAÍN HERNÁNDEZ

05 DE MARZO DEL 2024


PRIMEROS GOBIERNOS INDEPENDIENTES
Los primeros gobiernos independientes en México sucedieron en este país en un
periodo de alrededor de 24 años. Las tensiones, rebeliones y golpes de Estado
fueron constantes durante los primeros años del México independiente. El periodo
comenzó con la coronación como emperador de Agustín de Iturbide, derrocado
tras unos pocos meses por los partidarios de la república.
A Iturbide le siguieron como máximos dirigentes de la nación, además de algunos
gobiernos de transición, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y Anastasio
Bustamante. Excepto Victoria, ninguno logró terminar su mandato, algo que siguió
siendo habitual en los años posteriores.
La independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821. Después
de 11 años de guerra, los españoles fueron derrotados y los mexicanos
comenzaron a decidir su propio destino. Sin embargo, la organización del nuevo
país no fue sencilla.

Existían muchas diferencias ideológicas entre los líderes independentistas, con


distintas visiones de cómo se debía estructurar el gobierno y el país.

En principio, el plan de Iguala y los tratados de Córdoba señalaban que México


pasara a ser una monarquía constitucional, pero muchos otros apostaban por la
república y por el federalismo.

En buena parte, la inestabilidad de los primeros gobiernos del México


independiente se explica por esas diferencias sobre la organización de la nueva
nación.

El principal protagonista de ese periodo fue Agustín de Iturbide, un militar nacido


en Valladolid que había luchado contra los primeros movimientos
independentistas, como el encabezado por Miguel Hidalgo.

Sin embargo, Iturbide varió totalmente su posición después de ser destinado a


combatir las tropas de Vicente Guerrero.

El militar del virreinato y el líder independentista llegaron a un acuerdo para unir


sus fuerzas y lograr el autogobierno, a pesar de sus evidentes diferencias
ideológicas.

Al principio, la pretensión de Iturbide era crear un gobierno propio, pero


permaneciendo fiel al rey español, Fernando VII. La negativa de los españoles
hizo imposible esa solución.
Tras unos meses como dirigente provisional, el propio Agustín de Iturbide se
proclamó emperador el 21 de julio de 1822. El Primer Imperio Mexicano no duró
demasiado, ya que enseguida liberales y republicanos comenzaron a combatirlo.

La sublevación, dirigida por Santa Anna, se plasmó en el llamado Plan de


Veracruz. Finalmente, en marzo de 1823, Iturbide abdicó y partió al exilio.

Pedro Celestino Negrete fue uno de los encargados de encabezar el gobierno de


transición entre el imperio y la república. Militar en el Virreinato, mantuvo una
estrecha relación con Iturbide, hasta que sus ideales republicanos chocaron con la
coronación como emperador de su antiguo amigo.

Esto provocó que se uniera a los planes para derrocarlo y cambiar el sistema de
gobierno. Una vez derogado el imperio, formó parte del Supremo Poder Ejecutivo
elegido para dirigir el país durante unos meses.

Al haber presidido en un par de ocasiones ese cargo, se le considera uno de los


presidentes históricos de México.

El primer presidente de México, ya con un sistema republicano, fue Guadalupe


Victoria. Su verdadero nombre era Miguel Antonio Fernández Félix y es
considerado por los historiadores como uno de los héroes de la Independencia.

Durante su mandato, se esforzó por lograr el reconocimiento internacional del


nuevo país. Estableció relaciones diplomáticas con Inglaterra, Estados Unidos y la
Gran Colombia, entre otras naciones.

Por otra parte, quedaba un pequeño reducto dominado por tropas españolas, que
se había hecho fuerte en el Castillo de San Juan de Ulúa. El gobierno de
Guadalupe Victoria consiguió conquistar la fortaleza, haciendo que los
atrincherados en el lugar se rindieran.

En el aspecto positivo también destacan la creación de la Hacienda Pública, así


como la reconstrucción de la parte de Ciudad de México dañada durante la guerra.

Como punto negativo, el gobierno no consiguió revitalizar la maltrecha economía


del país. Años de conflictos habían dejado las arcas arruinadas y los problemas
económicos eran muy graves.

Este fue uno de los motivos aducidos por los opositores que trataron de derribar
su gobierno por la fuerza.

Victoria sufrió varios intentos de golpes de estado, destacando el liderado por


Nicolás Bravo. No obstante, consiguió terminar su mandato.
LA REFORMA LIBERAL
La reforma liberal de 1833 fueron una serie de leyes aprobadas por el Congreso
de México, que sirvieron de base jurídica a las leyes de reforma sancionadas
veinte años después. Mediante esta legislación, el político liberal y anticlerical
Gómez Farías intentó poner fin a los privilegios que gozaba la Iglesia católica y el
ejército, pero el programa de reformas fracasó ante la reacción de estos dos
entes. Ambos sectores pidieron al general Santa Anna retomar el gobierno y
eliminar todas las leyes aprobadas por los liberales. El 1 de abril de 1833 comenzó
el nuevo período de gobierno, pero Santa Anna se presentó un mes después, por
lo que Gómez Farías quedó encargado de la presidencia.
Valentín Gómez Farías representaba a clase media liberal mexicana. Es
considerado el precursor de la reforma que dos décadas después impondrá Benito
Juárez.
La situación fue aprovechada por Gómez Farías para introducir una serie de
reformas liberales a la Constitución.

Para los liberales como Gómez Farías, el progreso del país solo era posible
teniendo al clero y al ejército fuera de la política, y a los conservadores a
distancia. Las leyes que dictó tenían el objetivo de transformar las condiciones
políticas y sociales de México.

Los reformistas intentaban tomar el control de la economía, que estaba en manos


de los españoles. También querían obtener el control de los cargos públicos
federales y estadales, desempeñados por intelectuales distinguidos.

Comenzó así la aprobación de las leyes reformistas durante todo el año 1833 y
comienzos de 1834. Estas leyes estaban destinadas a socavar los rezagos
institucionales de la Colonia y las instituciones conservadoras.
La característica principal de las leyes reformistas de 1833 es su anticlericalismo.
Se buscaba separar el Estado de la Iglesia para debilitar su enorme influencia en
los asuntos del país. Otra característica fue su carácter civilista e igualitarista.
Estas leyes estaban dirigidas a disminuir también el poder militar sobre el Estado.
El programa reformista aprobado por el presidente Valentín Gómez Farías quería
convertir a México en una nación de progreso. Para ello era imprescindible librarla
del despotismo colonial y de las viejas tradiciones conservadoras.

Se debía entonces extirpar de raíz el poder del clero y subordinarlo al Estado. Ese
poder consistía en despojarlo de las enormes riquezas que había venido
acumulando a lo largo de la historia. Era necesario también decretar la libertad de
cultos para restarle su influencia en la población.
Las principales reformas introducidas por Valentín Gómez Farías fueron:

– Suspensión de las órdenes monásticas (que rigen los monasterios).

– Supresión del pago del diezmo a la Iglesia, quedando a voluntad de cada


persona su pago.

– Se instituye el matrimonio civil.

– Abolición de los privilegios que venían gozando el clero y el ejército.

– Se introduce la libertad de expresión y prensa.

– El monopolio educativo de la Iglesia fue cesado. Fue suspendida la Universidad


Pontificia de México y se creó la Dirección General de Instrucción Pública.

– Se crean milicias populares en los estados en sustitución de los cuerpos


militares eliminados.

– Los bienes del clero son desamortizados en vista de los compromisos de pago
de deuda que tenía de la república.

REPUBLICA CENTRALISTA
La República Centralista de México fue un sistema de gobierno establecido por
primera vez en 1936, tras instaurarse las Siete Leyes Constitucionales por medio
de Santa Anna. Cada período fue conocido como Primera y Segunda República
Centralista, respectivamente. Más bien, surgió como consecuencia de una serie
de problemas políticos que venía arrastrando la nación desde su independencia
poco tiempo antes. También fueron características las fuertes diferencias políticas
entre liberales y conservadores, además de la independencia de Texas y su anexo
subsecuente a los Estados Unidos. El centralismo mexicano es visto como la
consecuencia de un experimento político de los conservadores. El establecimiento
del Primer Imperio Mexicano ocurrió como consecuencia directa de
la independencia de México. Fue un sistema de gobierno monárquico que se trató
de instaurar en el recién independizado país, el cual fue poco exitoso y tuvo una
duración corta.

Este y el Imperio brasileño fueron los únicos sistemas de gobierno de corte


monárquico que se establecieron en América.

El poco éxito del Imperio mexicano tuvo como consecuencia la formación de la


Primera República, y se descartó por completo la posibilidad de que México fuese
controlado como una monarquía. Esto dio cabida al posterior establecimiento del
centralismo.

La Primera República mexicana estuvo plagada de una gran cantidad de


problemas políticos. Las diferencias entre ideologías estuvieron claramente
marcadas entre ambos bandos, desde su establecimiento en 1824. México se
mantuvo organizado de manera federal hasta el establecimiento del régimen
centralista en 1836.

Los federalistas temían un control único del país, como había ocurrido durante el
Imperio mexicano y durante el control colonial de España.

Sin embargo, los políticos conservadores veían con buenos ojos el


establecimiento de una república centralizada. La visión conservadora creció
conforme fueron pasando los años hasta concretarse a manos de Santa Anna.

Durante la Primera República Federal, México mantuvo ciertas leyes tradicionales


en su Constitución, pero el poder fue ejercido por tres entes diferentes (Poder
Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial).

Durante la administración del primer presidente de la República Federal,


Guadalupe Victoria, la economía de México sufrió un colapso bastante
contundente. Esto ocurrió como consecuencia de la falta de ingresos contrastada
con todos los gastos que tenía el país.
El mantenimiento del ejército y el pago de la deuda externa causaron que México
estuviese prácticamente en quiebra. Sin embargo, en 1827 un alzamiento de los
conservadores causó más inestabilidad dentro de la política mexicana, lo cual
propulsó el establecimiento del centralismo en el país.

Uno de los encargados de apaciguar el alzamiento de los conservadores durante


la Primera República había sido el entonces general Santa Anna. De hecho,
cuando los conservadores lograron hacerse con el control del gobierno durante un
corto período de tiempo, el mismo Santa Anna se encargó de expulsarlos gracias
a su poderío militar.
Cuando se llamó a elecciones para elegir un nuevo presidente para la República
Federal en 1833, los votos estuvieron a favor de Santa Anna. Sin embargo, el
general tomó la decisión de dejar el puesto y delegar las responsabilidades
presidenciales a su vicepresidente, Valentín Gómez Farías.

Las decisiones que tomó Gómez Farías estuvieron altamente en contra de los
principios conservadores que habían estado presentes en México, incluso durante
el gobierno federal. Farías instauró un nuevo sistema en el cual el Estado estaba a
cargo de designar nuevos miembros de la Iglesia.

Además, convirtió el pago de los diezmos eclesiásticos en una acción opcional.


Hasta el momento, los diezmos eran obligatorios en México. Las reformas de
Gómez Farías no pararon allí: también decidió reducir el tamaño del ejército.

La consecuencia directa del establecimiento del centralismo en México fue la


mentalidad reformista de Gómez Farías. Luego de que se estableciesen todos los
cambios que propuso el presidente, la Iglesia, el ejército y los militantes
conservadores se alzaron contra el gobierno federal.

El caudillo Santa Anna, quien se encontraba prácticamente retirado de las


actividades políticas, se pasó al bando de los conservadores para oponerse a
Gómez Farías.

El general obtuvo el poder del país con prontitud; una de sus primeras acciones
como gobernante fue disolver el Congreso e instaurar una dictadura centralista en
México.

La influencia de Santa Anna durante el centralismo mexicano fue bastante


pronunciada. Estuvo al mando del país en más de 10 ocasiones distintas, no solo
durante la Primera República Centralista, sino también durante la segunda.

REVOLUCIÓN DE AYUTLA
La Revolución de Ayutla fue un movimiento insurgente contra la dictadura
establecida por Antonio José de Santa Anna en México. Esta revolución comenzó
en el estado de Guerrero en marzo de 1854 después de que sus líderes llamaran
a la rebelión mediante el denominado Plan de Ayutla. La presidencia de Santa
Anna, quien se hacía llamar Su Alteza Serenísima, estuvo repleta de casos de
corrupción y de una feroz represión contra los opositores.
El rechazo al gobierno creció aún más tras la venta de La Mesilla a los Estados
Unidos y un grupo de liberales liderados por Álvarez, Tomás Moreno y Florencio
Villarreal decidieron lanzar el Plan de Ayutla. Este desconocía a Santa Anna y
pedía su salida del gobierno y la elección de un presidente provisional.

La rebelión se extendió pronto desde Guerrero a otros estados del país. Tras unos
meses de enfrentamientos armados, Santa Anna presentó su renuncia y
abandonó el país. Los liberales ocuparon entonces el poder y emprendieron una
serie de reformas legales que quedaron recogidas en la Constitución de 1857.

Santa Anna había estado presente en la política mexicana desde la independencia


del país. Después de ocupar varias veces la presidencia y de participar en
diversos conflictos armados, su figura era bastante controvertida. En ocasiones
fue aclamado como un héroe, como en la batalla de Tampico contra los
españoles, y otras veces considerado un villano, como en la independencia de
Texas.

Durante el conflicto que terminó con la independencia del territorio texano, Santa
Anna se había proclamado dictador del país, aunque tuvo que partir al exilio dado
su papel en ese acontecimiento.

La situación de México en esos momentos era bastante mala. Ante los intentos de
Estados Unidos de continuar anexionándose territorio, el gobierno recurrió a la
figura de Santa Anna para hacer frente a la amenaza. El general reunió un ejército
numeroso, pero no pudo hacer frente a la superioridad armamentística de los
estadounidenses.

Tras su derrota en la batalla de Cerro Gordo, debida en parte a sus errores


estratégicos, Santa Anna volvió a partir al exilio. El Congreso del país tuvo que
firmar un tratado con Estados Unidos por el que México perdió buena parte de su
territorio. A cambio, los estadounidenses pagaron una indemnización de 15
millones de dólares.

Con Santa Anna en el exilio, la situación en México seguía siendo muy inestable,
tanto política como económicamente. En 1853, el presidente Mariano Arista tuvo
que dimitir obligado por el Plan del Hospicio y el Partido Conservador, entonces el
más fuerte del país, pidió el regreso de Santa Anna.
Los conservadores pusieron como condición que defendiera desde la presidencia
a la religión católica, acabara con el federalismo y reorganizara el ejército. Santa
Anna aceptó y recobró la presidencia en abril de 1853.

Las primeras medidas tomadas por Santa Anna, que se rodeó por buenos
colaboradores, fueron bien recibidas. Sin embargo, tras la muerte de su principal
asesor, Lucas Alamán, su gobierno adquiriendo un carácter cada vez más
autoritario. El general se autodenominó Alteza Serenísima y algunas de sus
acciones hicieron temer que intentara establecer una monarquía.

La precaria situación económica, además, obligó a Santa Anna a imponer


impuestos por conceptos muy variopintos, desde el número de puertas y ventanas
de las viviendas hasta la posesión de perros.

La venta del territorio de La Mesilla a los Estados Unidos a cambio de 10 millones


de dólares hizo que su ya escasa popularidad descendiera aún más.

El gobierno de Santa Anna había favorecido a las clases más altas de la sociedad
mexicana, así como a la Iglesia. Esta última institución había logrado aumentar
sus posesiones de manera considerable. A las medidas tomadas para favorecer a
esos sectores había que unir la decisión de Santa Anna de desterrar a varios
líderes liberales, como a Melchor Ocampo, a Benito Juárez o a Ponciano Arriaga,
entre otros. Por esos motivos, Santa Anna era rechazado totalmente por los
liberales. Con el tiempo, además, los conservadores empezaron a criticar sus
excesos. Serían, no obstante, los primeros quienes daría el paso para arrebatarle
el poder. La principal causa de la Revolución de Ayutla fue el rechazo a la
dictadura impuesta por Santa Anna. Durante su gobierno, los casos de corrupción
y de malversación de fondos eran constantes.

Ese manejo del presupuesto en favor de unos pocos fue uno de los factores que
llevó a México a la bancarrota a pesar de los pagos realizados por los
estadounidenses.

Las medidas tomadas por Santa Anna para paliar las crisis económicas solo
incrementaron el descontento de la población.

GUERRA DE REFORMA
La guerra de Reforma, o guerra de los 3 Años, fue un conflicto armado ocurrido
en México, entre 1858 y 1861. En esta guerra civil se enfrentaron dos partidos
políticos:

Liberales: que luchaban para llevar a cabo el programa de la Constitución de


1857. Estaban liderados por Benito Juárez y el general José Nemesio Degollado,
que comandaba el ejército liberal.
Conservadores: se oponían a las reformas liberales ya que no querían alterar las
estructuras heredadas de la época colonial. Estaban liderados por el general
Miguel Miramón.

La guerra de Reforma se inició como consecuencia de la aprobación de la


Constitución de 1857. Esta afirmaba principios liberales, como la separación del
Estado y la Iglesia católica, y la supresión de los fueros de militares y
eclesiásticos.
En diciembre de 1857, los conservadores firmaron el Plan de Tacubaya, cuyo
objetivo era derogar la Constitución y tomar el poder. Se sucedieron una serie de
conspiraciones durante las cuales el presidente de la república, Ignacio
Comonfort, fue depuesto y partió al exilio. Fue reemplazado por Benito Juárez,
quien huyó a la ciudad de Guanajuato, donde encabezó un gobierno itinerante.
Mientras tanto, los conservadores organizaron un gobierno paralelo, con sede en
la ciudad de México.
La guerra propiamente dicha se inició con la batalla de Celaya, en el Estado de
Guanajuato, el 8 de marzo de 1858, y culminó con la batalla de Calpulalpan, en el
Estado de México, el 22 de diciembre de 1860, en la que los conservadores fueron
totalmente derrotados.
Luego de esta victoria, el 11 de enero de 1861 los liberales entraron de manera
victoriosa en la ciudad de México. Luego de la firma del Tratado de Guadalupe
Hidalgo, en 1848, Antonio López de Santa Anna renunció a la presidencia y se
exilió en Colombia.

Pero debido a la crisis económica y a la mala gestión de quienes lo sucedieron en


el poder, en 1853 regresó a México y se hizo cargo de la presidencia con el apoyo
de los conservadores.
La manera autoritaria en que gobernó el país impulsó el pronunciamiento de un
grupo de dirigentes liberales que dieron inicio a la Revolución de Ayutla.
Poco a poco, la rebelión se fue extendiendo a varias regiones del territorio
nacional, a la par que Santa Anna iba perdiendo el apoyo de varios oficiales del
Ejército y de muchos conservadores. El 9 de agosto de 1855 las fuerzas rebeldes
cercaron Ciudad de México, situación que forzó a Santa Anna a abandonar el
país y exiliarse en Cuba.
Luego de su partida, los rebeldes proclamaron como presidente interino a Juan
Álvarez Hurtado, que renunció en diciembre de 1855. Fue sucedido por Ignacio
Comonfort, quien nombró en su gabinete a reconocidos liberales, entre ellos a
Benito Juárez, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto y Miguel Lerdo de Tejada.
Éste último impulso la sanción de la llamada ley Lerdo, que obligaba al ejército y a
la iglesia a vender sus tierras y otros bienes inmuebles.
El rechazo de esta ley y de la Constitución de 1857 por parte de los
conservadores dio inicio a la guerra de Reforma.

Las principales causas de la guerra de Reforma fueron las siguientes:

Las diferencias entre los dos principales partidos mexicanos,


con ideologías y pensamientos políticos diferentes, que intentaban estructurar la
república luego de la Independencia de México.
La sanción de la llamada Ley Juárez, promulgada el 23 de noviembre de 1855,
que eliminaba privilegios que la legislación anterior les otorgaba a los militares y
sobre todo a la Iglesia.
La Ley Lerdo, promulgada el 25 de junio de 1856, que establecía que el ejército y
la iglesia solo podrían adquirir aquellos bienes que fuesen necesarios para llevar a
cabo sus tareas específicas. La Ley también obligaba a ambas instituciones a
vender sus tierras y otros bienes inmuebles.
La extensión de los ideales liberales de igualdad, libertad y propiedad privada de
la tierra que se contraponían con los modelos coloniales que defendían los
conservadores.
La promulgación del Plan de Tacubaya, firmado por los conservadores el 17 de
diciembre de 1857, que tenía por objetivo la derogación de la Constitución liberal
promulgada en el mes de febrero.

INTERCENSIONES EXTRANJERAS
Las intervenciones extranjeras en México comenzaron cuando la nación
alcanzó su independencia, a raíz de desacuerdos que se generaron como
consecuencia de alianzas comerciales con otros países. La intervención extranjera
se define como la acción de negar o sobrepasar la soberanía de un estado
independiente, con la intención de forzarlo a tomar medidas, acuerdos o
conductas distintas a su visión particular.

México sufrió la intervención de quienes eran sus aliados, lo que causó


repercusiones en la autonomía, la seguridad, el comercio, la ciudadanía, la
alimentación, los recursos, las relaciones internacionales y en todo el sector
público.

Algunas de las naciones que intervinieron en Latinoamérica fueron Francia,


Holanda, Bélgica, Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña, países que lograron
sus objetivos mediante comercializaciones desiguales, influencias diplomáticas,
fuerzas militares y préstamos, entre otras vías.

1- Intervención de Inglaterra

En el momento en que México alcanzó su independencia, Inglaterra era la nación


con mayor desarrollo capitalista en la industria y la economía. También en la
comercialización, ya que poseía fábricas y contaba con las riquezas para invertir
en otras regiones.

Inglaterra tenía colonias prósperas en el continente asiático y africano; además,


tenía la marina de guerra más grande y armada del mundo.

Esta nación decidió establecer vínculos de comercio con México por su riqueza
mineral, especialmente por la plata y por las oportunidades de expansión dentro
del país, para llevar a cabo la producción manufacturera inglesa.

De esta forma, los Estados Unidos Mexicanos y Gran Bretaña firmaron un tratado
de amistad, navegación y comercio para establecer relaciones económicas y, al
mismo tiempo, para detener la expansión de los Estados Unidos de América.

Desde 1826, cuando la relación entre ambos países se formalizó, otros países de
Europa mostraron interés en México en varios sectores, como por ejemplo en
acuerdos diplomáticos, comerciales y artísticos.

Gran Bretaña fue el principal aliado comercial de los Estados Unidos de México y
se convirtió en el benefactor de maquinaria, textiles y en la extracción de los
recursos minerales.

La localización física de México, entre el océano Atlántico y el océano Pacífico, fue


muy favorecida para el comercio. La inversión de los ingleses en México impulsó
la explotación de los recursos naturales y ayudó al crecimiento de la economía.

Por otro lado, Gran Bretaña intervino para mediar en conflictos con Francia, en
1839; por la Guerra de los Pasteles con Estados Unidos, debido a la
independencia de Texas, en 1836; y al final de la guerra entre México y Estados
Unidos, en 1848.

2- Intervención de España

Entre 1821 y 1854, México y España mantuvieron relaciones de carácter


conflictivo, aunque el ejército de México hubiera derrotado las últimas tropas de
España en 1825, con los buques que adquirieron por medio de los préstamos de
los británicos.

A inicios del año 1827, el fraile Joaquín Arenas dirigió una conspiración para
destituir al gobierno de México del poder y restablecer la soberanía de España en
México, que no tuvo efecto porque sus tropas fueron derrotadas.

La conspiración de Arenas dio lugar a que el Congreso mexicano expusiera la Ley


de Expulsión, que consistía en la salida inmediata del país de todos los
ciudadanos españoles que residieran en México.

Esto tuvo como consecuencia una ruptura en la economía de la nación, ya que


muchos de los expulsados eran comerciantes y terratenientes, que se llevaron
consigo sus riquezas a su país de origen.

El problema más fuerte que tuvo que disputar México con España fue la
expedición militar ocurrida en 1829, liderada por el español Isidro Barradas, quien
tomó como motivo de acción la Ley de Expulsión para llevar a cabo la reconquista
de México.

Barradas y sus soldados arribaron en Veracruz y persuadieron a los soldados de


México para que se unieran a ellos y así volver a instaurar el gobierno de
Fernando VII, pero el ejército mexicano respondió y lograron vencer a las tropas
españolas, aunque tuvieran desventajas en armas.

Barradas, mediante la firma del Convenio de Pueblo Viejo, dio su compromiso de


no invadir nuevamente México.

El monarca Fernando VII no quiso aceptar la pérdida de la colonia más rica de


España, así que no fue hasta su muerte que el gobierno español pudo reconocer
la independencia de México.

En 1836, México y España firmaron el Tratado de Paz y Amistad.

3- Intervención de Francia
El gobierno de México hizo muchos intentos para que Francia otorgara su
reconocimiento de independencia, que no se dio sino hasta 1830, por causa de las
alianzas comerciales que se establecieron entre las dos naciones.

Aunque formar estas relaciones con la segunda potencia de Europa era un asunto
de riesgo, México acordó con Francia dos tratados de comercio: uno en 1827 y
otro en 1831. Pero ninguno fue ratificado por el Congreso de México.

El primer tratado no fue ratificado porque Francia no había reconocido la


independencia mexicana; y el segundo, porque las garantías que solicitaba
Francia iban en contra de la constitución mexicana de 1824.

En 1832 el ministro francés Antoine Deffaudis propuso un acuerdo de comercio al


menudeo para los franceses residentes en México, hasta que se estableciera un
acuerdo determinante.

La propuesta de Deffaudis fue aprobada por el gobierno de Santa Anna pero el


Congreso de México la rechazó. A causa de esa revocación, el ministro empleó
varios testimonios de franceses para acusar al gobierno de México de daños a sus
comercios, como estrategia para ejercer presión y obtener un tratado de libre
comercio.

Las relaciones con el ministro de Francia fueron rotas y terminó por abandonar el
país, para posteriormente regresar junto a varios buques de la armada de Francia,
que arribaron a Veracruz.

En 1839 inició la llamada Guerra de los Pasteles, la primera intervención de


Francia. Al poco tiempo, ambos países comenzaron las negociaciones para
arreglar los desacuerdos económicos y firmaron un tratado de paz, lo que produjo
que Francia retirara su flota armada sin pagar los gastos de guerra.

Francia intervino por segunda vez en México invadiendo militarmente la nación por
el Segundo Imperio francés, que recibía apoyo de España y Gran Bretaña.

Fue después de que el mandatario Benito Juárez suspendiera el pago de


intereses a países extranjeros en 1861, y esto ocasionó el disgusto de los países
europeos.

Las tres potencias se unieron para exigir pagos a México, pero cuando llegaron al
puerto de Veracruz y entendieron que Francia pretendía conquistar todo el
territorio, hicieron su retirada.

4- Intervención de Estados Unidos

Mientras México construía su gobierno, al mismo tiempo Estados Unidos expandía


su territorio. Estados Unidos fue el país que más atacó a México mediante
diversas aplicaciones diplomáticas e intervenciones armadas, que devinieron en
que el país hispanohablante perdiera en 1848 la mitad de su territorio.

Numerosos aspectos coincidieron para que México perdiera sus tierras. Había
divisiones internas en los partidos políticos y una economía reducida, que hacía
difícil estabilizar la situación que se vivía en el norte del país.

Sumado a esto, destaca la existencia de los colonos extranjeros, que buscaban


apropiarse de las tierras, y el plan de expansión de Estados Unidos.

Esta situación dio como resultado la separación de Texas, en 1836, de los


Estados Unidos de México, y que se anexionara a Estados Unidos de América
diez años después.

Desde 1822 el estado mexicano estableció leyes para los colonos habitantes de
Texas, pero ellos no hicieron caso, negociaban tierras ilegalmente, traían
esclavos; los texanos eran protestantes y hablaban inglés.

En vista de la determinación cultural y social de Texas, el gobierno mexicano fue


tolerante con las necesidades de los texanos, pero aun así Texas declaró su
independencia en 1836.

Cuando terminó la guerra de México con Texas, el gobierno de México no


reconoció la independencia de los colonos texanos pero, en cambio, Estados
Unidos aceptó la soberanía de Texas, y años más tarde logró su cometido que era
anexarla a su gobierno, lo cual agravó las relaciones entre México y Estados
Unidos.

Finalmente, el Congreso estadounidense ratificó la integración de Texas, y exigió


al gobierno mexicano que le fuera otorgado el estado de Coahuila, además de
ejercer diferentes acciones para obligarlos a vender California y Nuevo México.

A partir de estas exigencias por parte de Estados Unidos, se originó una situación
mucho más grave, con la invasión del ejército americano en México.

5- Guerra México – Estados Unidos

Esta guerra se ha considerado como una de las más injustas de la historia. Tuvo
lugar desde 1846 hasta 1848.

Estando Estados Unidos interesado en tomar el territorio del norte de México y


ejerciendo fuertes presiones diplomáticas, México se decidió a no aceptar su
solicitud y a mantener sus tierras.
En 1846 el presidente estadounidense James Polk dio la orden de llegar al
territorio mexicano con sus tropas para intimidar y provocar al ejército mexicano, y
declararon la guerra a mediados de dicho año.

La marina estadounidense dio orden de bloquear los puertos de México,


deteniendo el comercio y los impuestos aduanales. Las tropas mexicanas fueron
derrotadas una y otra vez por no contar con los recursos de manutención, armas
ni estrategias.

Posteriormente, Estados Unidos intentó otra táctica, buscando la negociación de


un acuerdo de paz, pidiendo que le fueran entregados Nuevo México y Alta
California, pero los líderes mexicanos rechazaron el tratado y la situación bélica
siguió.

Las tropas americanas lograron llegar a la Ciudad de México y vencieron al


ejército mexicano en varias batallas, como la de Padierna, Casa Mata y
Chapultepec, entre otras. En 1848, Estados Unidos se situó en el Palacio Nacional
ejerciendo una presión mucho mayor.

Tras una derrota en la batalla de Cerro Gordo, se negoció la paz con Estados
Unidos, aunque hubo mucha oposición por parte de los federalistas mexicanos.

Al finarse el tratado de paz Guadalupe-Hidalgo en el año 1848, la invasión terminó


y México tuvo que cederle Nuevo México y Alta California a los Estados Unidos.

6- Segunda intervención francesa en México

Tras la Guerra de la Reforma, México se encontraba en una situación económica


límite. Por ello, en 1861 el presidente Benito Juárez anunció la suspensión de los
pagos de deuda extranjera.

Por ello, Francia, Reino Unido y España se unieron para exigir estos pagos y
formaron una alianza gestada en la Convención de Londres y donde se decidió
enviar tropas para intervenir a México.

Aunque el gobierno mexicano reculó, la triple alianza siguió su plan y en 1862


llegaron a Veracruz para negociar. Reino Unido y España llegaron a un acuerdo,
pero los franceses no se mostraron satisfechos y decidieron ocupar el país.

El 10 de junio de 1863 las tropas llegaron a Ciudad de México, punto de partida


para ir ocupando otros puntos del país. Sin embargo, la resistencia mexicana
obligó a los franceses a abandonar el país en 1866, los cuales estaban más
pendientes de su conflicto con Prusia.

7- Segunda Intervención estadounidense en México


En 1914, el ejército estadounidense ocupó Veracruz para evitar que llegase a
manos del ejército federal mexicano una importante partida de armas para frenar
la lucha revolucionaria que se estaba viviendo en el país por aquel entonces.

Los estadounidenses estaban del bando de las fuerzas constitucionales de


Venustiano Carranza debido al incidente de Tampico, donde hubo un altercado
entre los nativos y los marinos de EE.UU.

El presidente norteamericano Woodrow Wilson fue más allá y retiró a su


embajador, no reconoció a Victoriano Huerta como gobernante y apoyó la lucha
revolucionaria iniciando una batalla en el puerto de Veracruz.

Comenzó el 21 de abril de 1914 y pronto se hicieron con el control. Este continuó


hasta el 23 de noviembre del mismo año, momento en el que el ejército de EE.UU.
se retiró para darle el poder a Venustiano Carranza, el cual se había hecho con las
riendas de la nación.

LA SEPARACIÓN DE TEXAS
La Independencia de Texas, también conocida como Revolución de Texas, fue
un levantamiento político y militar entre 1835 y 1836, que condujo a la separación
de este territorio de la república mexicana, su independencia y posterior anexión a
los Estados Unidos de América. El conflicto fue precedido por más de diez años
de enfrentamientos entre el creciente número de colonos anglosajones y el
gobierno de la República de México. Culminó con el envío de tropas
gubernamentales a Texas, una serie de batallas y la captura por parte de los
insurgentes del presidente de México, el general Antonio López de Santa Anna,
que se vio forzado a aceptar la separación de Texas de México, sin que esto fuera
ratificado por el congreso mexicano. En 1819 una fuerte recesión azotaba a
Estados Unidos y en este contexto, un banquero virginiano, Moses Austin, logró
firmar un acuerdo con el Virreinato de Nueva España para establecer colonos
estadounidenses en territorio texano.

Estos colonos anglosajones provendrían de diversas zonas de Estados Unidos,


principalmente de Mississippi, Alabama y Tennessee.

En los siguientes años los colonos fueron en aumento hasta llegar, en 1830, a un
número de 18.000, contra 7.500 residentes mexicanos (estas cifras varían,
algunos historiadores hablan de 25.000 colonos y 4.000 mexicanos).

Aunque la concesión otorgada para el ingreso de colonos a Texas fue rechazada


inicialmente por la nueva república, posteriormente fue ratificada, y siguieron
llegando más colonos. En 1835 un gobierno dominado por fuerzas conservadoras
deroga la constitución federalista de 1824, convirtiendo a México en un estado
centralista y quitando autonomía a los estados. Esta situación genera rebeliones y
alzamientos en todo el país. A las razones anteriores hay que agregar que el
gobierno mexicano impuso nuevos impuestos a los colonos, y comenzó a restringir
la llegada de más colonos estadounidenses. Otro motivo de conflicto entre los
colonos y el gobierno de México fue el decreto del presidente Vicente Guerrero
aboliendo la esclavitud (1829), pues los colonos tenían esclavos.

Hay que destacar que ya en México al menos en dos ocasiones anteriores se


había decretado la abolición de la esclavitud: Miguel Hidalgo en 1810 y José María
Morelos en 1813.

Debido al aislamiento y lo despoblado que se encontraba el territorio


(perteneciente al estado de Coahuila y Texas), los colonos no se integraron a la
sociedad mexicana, conservando idioma, religión y costumbres, y manteniendo
mayor comunicación y comercio con Estados Unidos que con el resto de México.
Por un lado, el presidente López de Santa Anna envía tropas comandadas por su
cuñado, Martín Perfecto de Cos, para acabar con los desórdenes en Texas.
Mientras, los colonos organizan un gobierno provisional, presidido por Henry Smith
y con Sam Houston como comandante de las milicias. El primer enfrentamiento se
da el 2 de octubre de 1835, en González, entre las milicias de Texas y un centenar
de “dragones” del gobierno, ganando los primeros. Las siguientes batallas son
todas ganadas por las milicias: Goliad (10 de octubre), Concepción (28 de
octubre), Lipantitlán (4 de noviembre) y Pasto (26 de noviembre).
El 12 de noviembre las milicias tejanas ponen sitio a San Antonio Bejar y a la
mayor parte de las fuerzas mexicanas comandadas por Cos, que termina
rindiéndose el 11 de diciembre de 1835

A principios de 1836 un nuevo ejército, esta vez comandado por el presidente


Antonio López de Santa Anna, se enfrenta a las milicias de Texas, derrotándolas
en cinco batallas: San Patricio (23 de febrero), Agua Dulce (2 de marzo), El Álamo
(23 de febrero al 6 de marzo), Refugio (14 de marzo) y Coleto (19 y 20 de marzo).

En la batalla de El Álamo, que es el evento bélico más evocado de esta


revolución, 250 milicianos fueron aniquilados por 1.500 soldados
gubernamentales.

Sin embargo, el 21 de abril, en San Jacinto, los tejanos dieron un giro a la historia
en una acción desesperada, al atacar y derrotar por sorpresa al ejército mexicano
y capturar al presidente.

Antonio López de Santa Anna se vio obligado a ordenar a su ejército retirarse de


Texas, y sentarse a negociar con los independentistas.

LA GUERRA DE LOS PASTELES


La Guerra de los Pasteles o Primera intervención francesa en México fue un
conflicto armado que enfrentó a Francia y a México. Este enfrentamiento tuvo
lugar entre abril de 1838 y marzo de 1839. Las negociaciones para detener la
guerra finalizaron con la firma de un acuerdo favorable a los franceses, que
obtuvieron casi todas sus peticiones. La Guerra de los Pasteles o Primera
intervención francesa en México fue un conflicto armado que enfrentó a Francia
y a México. Este enfrentamiento tuvo lugar entre abril de 1838 y marzo de 1839.
Las negociaciones para detener la guerra finalizaron con la firma de un acuerdo
favorable a los franceses, que obtuvieron casi todas sus peticiones. Después de
declarar su independencia de la Corona española, en 1821, México entró en una
etapa de gran inestabilidad. Existían grandes diferencias ideológicas a la hora de
decidir cómo organizar el nuevo país y esto provocó que estallaran constantes
insurrecciones.

Durante los primeros años como nación, el poder en México pasaba de un grupo a
otro mediante la violencia. Los efectos en la economía, ya dañada por los años de
guerra contra los españoles, fueron nefastos. Para intentar aliviar la situación, los
distintos gobiernos obligaron a los ciudadanos, nacionales o extranjeros, a realizar
aportes económicos.

Además de las aportaciones de sus ciudadanos, el gobierno mexicano intentó


atraer inversión extranjera. México, como el resto de los nuevos países
latinoamericanos, era visto como un mercado muy interesante por parte de las
naciones europeas, que empezaron a competir entre ellas.

Francia había intentado abrir rutas comerciales en Argentina y Uruguay, aunque


con poco éxito. Tras eso, dirigió su mirada a México, donde empezaron a
establecerse algunas comunidades profesionales.

El gobierno francés expresó su intención de establecer relaciones diplomáticas. En


1826, el presidente mexicano, Guadalupe Victoria, se reunió con los gobernantes
de Francia para negociar algún tipo de colaboración económica.

El primer acuerdo entre México y Francia se firmó en 1827. El documento recibió


el nombre de Declaraciones Provisionales y buscaba regular las relaciones entre
ambos países, incluidas las económicas.

Cuando Francia reconoció la independencia, en 1830, ya existía en México una


colonia de franceses bastante numerosa. Los siguientes acuerdos comerciales,
firmados en 1831 y 1832, otorgaron a Francia y a sus ciudadanos el trato de
nación más favorecida.

Sin embargo, para 1838 los dos países todavía no habían firmado un acuerdo
comercial definitivo. El embajador francés, el barón Antoine-Louis Deffaudis,
mostraba su desacuerdo con varios de los artículos del convenio que se estaba
negociando. Su papel sería fundamental en el estallido de la guerra.

Más allá del incidente que acabó dando nombre a la Guerra de los Pasteles, los
historiadores consideran que el conflicto estalló por la unión de varios factores.
Uno de los más importantes fue la intención de Francia de ganar protagonismo
comercial y político en México y en el resto de Latinoamérica.
Como se ha señalado anteriormente, las continuas rebeliones y asonadas que
caracterizaron la política mexicana desde su independencia afectaron también a
los extranjeros. Lo mismo ocurrió con la medida de préstamos forzosos impuesta
por el gobierno para tratar de mejorar la economía.

Por otra parte, los comerciantes y profesionales franceses que se habían asentado
en México formaban una comunidad muy bien considerada. En poco tiempo,
consiguieron enriquecerse y extendieron sus actividades a sectores como la
industria o el transporte.

Uno de los peores momentos para estos empresarios se presentó en 1828. Ese
año estalló un enfrentamiento armado entre Guadalupe Victoria, entonces
presidente, y Lorenzo Zavala, gobernador del Estado de México. Los disturbios
afectaron a muchos comerciantes, incluidos los franceses. Estos pronto se
quejaron por la falta de compensaciones.

Casi una década más tarde, un grupo de empresarios franceses presentó


numerosas reclamaciones contra el gobierno de México. Las quejas fueron
enviadas al embajador de Francia en el país, el barón Antoine-Louis Deffaudis.

Entre esas reclamaciones se encontraba la realizada por el dueño de una


pastelería de Tacubaya, un ciudadano francés apellidado Remontel. La queja
relataba los hechos acaecidos en 1832, cuando unos oficiales del ejército de
Santa Anna se habían marchado sin pagar de su establecimiento después de
consumir muchos pasteles.

LA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS-MÉXICO


La guerra de Estados Unidos-México, o intervención estadounidense en México,
fue un conflicto armado entre 1846 y 1848 como consecuencia de la anexión de
Texas a los Estados Unidos que concluyó con la victoria estadounidense, la firma
del Tratado de Guadalupe Hidalgo y la Cesión Mexicana.
La guerra de Estados Unidos-México, guerra de México-Estados Unidos o también
conocida generalmente en México como intervención estadounidense en México,
fue un conflicto bélico ocurrido en Norteamérica que enfrentó a Estados Unidos y a
México entre 1846 y 1848 como consecuencia de la Anexión de Texas a Estados
Unidos en 1845. La guerra concluyó con la victoria estadounidense, la renuncia
del reclamo mexicano sobre Texas y la cesión mexicana de más de la mitad de su
territorio incluyendo la Alta California, Santa Fe de Nuevo México, y la mayor parte
de Arizona, Nevada, Utah, así como partes de Wyoming y Colorado, a cambio de
una indemnización única de 15 millones de dólares estadounidenses a México.
Con el final de la Revolución de Texas en abril de 1836, que concluyó con la
secesión de la provincia mexicana de Texas y la formación de la República de
Texas, se inició una década de disputas y conflictos políticos entre ambas
naciones. Texas era un territorio escasamente poblado cuya población de colonos
estadounidenses angloparlantes en Texas superaba en más de 3 a 1 a la
población nacional mexicana. La anexión de Texas era una exigencia de los
pobladores angloparlantes y desde 1838 había sido propuesto por las autoridades
texanas. El Congreso estadounidense aprobó la Anexión de Texas el 26 de
febrero de 1845. Poco después la resolución fue aprobada en Texas y sancionada
por el presidente estadounidense James K. Polk el 29 de diciembre de 1845. Esto
rápidamente desencadenó en una guerra con México, donde no era reconocida la
independencia de Texas y era reclamado el territorio como propio. Pero las
fuerzas mexicanas se vieron pronto abrumadas ante la superioridad militar e
industrial de los Estados Unidos. La guerra concluyó el 2 de febrero de 1848 con
la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo y la Cesión Mexicana. Entre 1809 y
1821 se llevó a cabo la Guerra de independencia mexicana que concluyó con el
establecimiento del Primer Imperio Mexicano (1821-1823). Las fronteras
concordaban con las del Virreinato de Nueva España, la entidad político-territorial
del imperio español en Centroamérica durante la época colonial. Texas era una
provincia escasamente poblada perteneciente al estado mexicano de Coahuila y
Texas (un territorio de mayor tamaño). Desde 1819 se inició un proceso
de asentamiento de colonos estadounidenses angloparlantes en Texas con la
aprobación del Virreinato de Nueva España que buscaba el incremento
poblacional, y luego de la independencia mexicana con la aprobación de la nueva
república. Los estadounidenses pronto se convirtieron en una mayoría. Para 1834
ya había un estimado de 30.000 estadounidenses habitando en Texas, en
contraste con alrededor de 7.800 naturales mexicanos. Desde que México alcanzó
su independencia en 1821 permaneció en un estado de conflictividad interna y
eran frecuentes las pugnas por el poder. En 1833 tomó el poder por primera vez el
presidente Antonio López de Santa Anna (quien llegaría a ocupar el cargo
intermitentemente entre 1833 y 1844). El gobierno de Santa Anna se caracterizó
por un creciente centralismo y la debilitada autonomía de las regiones. En 1835
fue promulgada una constitución centralista conocida como las Siete Leyes con lo
que se dejaba sin efecto la constitución federal de 1824. En 1835 estalló la
Revolución de Texas, o Guerra de independencia de Texas, ante el creciente
centralismo en México y el desconocimiento de la Constitución de 1824. La
guerra concluyó el 21 de abril de 1836 en la Batalla de San Jacinto con la victoria
de las fuerzas texanas y la formación de la República de Texas.
Con la independencia de Texas (no reconocida por México) la mayoría
angloparlante deseaba la integración con los Estados Unidos. Entre 1838 y 1845
hubo varios intentos fallidos para lograr un tratado entre Estados Unidos y
Texas durante los períodos de tres presidentes estadounidenses (Andrew
Jackson, Martin Van Buren, y John Tyler). Sin embargo, James K. Polk ganó las
elecciones presidenciales en noviembre de 1844 con la promesa de anexar el
territorio de Texas. El alto nivel de aprobación en el electorado de los Estados
Unidos sirvió para que el Congreso estadounidense aprobara una resolución
conjunta el 26 de febrero de 1845 aprobando la anexión, seis días antes de Polk
asumiera el cargo. La resolución fue aprobada por el Congreso de Texas 4 de julio
1845. Luego, el 13 de octubre de 1845 los ciudadanos texanos votaron a favor de
la anexión y la nueva Constitución. El presidente Polk firmó la anexión de Texas el
29 de diciembre de 1845.

LA SEGUNDA INTERVENCIÓN FRANCESA


Y EL SEGUNDO IMPERIO MEXICANO
La Intervención francesa y el Segundo Imperio se da al finalizar la guerra de
Reforma, el gobierno intentó sentar las bases de la modernización del país.
Tomando como fundamento la Constitución aprobada en 1857, Benito
Juárez intentó reorganizar la administración federal; sin embargo, la escasez de
recursos fue uno de los factores que determinó que el presidente declarara
una moratoria de los pagos a bancos e instituciones extranjeras. La moratoria
de los pagos a bancos e instituciones extranjeras hizo que los distintos
prestamistas presionaran a sus gobiernos para que recibieran sus pagos. Con tal
propósito se organizó una coalición entre Francia, España e Inglaterra. Así,
en enero de 1862 las flotas de los tres países se encontraban bloqueando el
puerto de Veracruz. El gobierno mexicano logró establecer un acuerdo con
España e Inglaterra, pero Francia no lo aceptó. Las intenciones de Francia en
realidad eran la extensión de su imperio hasta América. Por lo tanto, sus
tropas empezaron el avance hacia la ciudad de México. En mayo, con una
cantidad de tropas superiores, los franceses fueron derrotados en Puebla por el
ejército mexicano, conducido por el general Ignacio Zaragoza.
En respuesta, el emperador francés Napoleón III envió 30 mil soldados más para
la campaña. Al año siguiente las tropas invasoras tomaron Puebla y en junio
entraron en la dudad de México. Un mes más tarde se proclamó la creación
del Imperio y se anunció la llegada de Maximiliano de Habsburgo como futuro
emperador, con el apoyo de los conservadores mexicanos. Para entonces, Juárez
había salido de la capital rumbo al norte del país para poner a salvo su gobierno.
Maximiliano llegó a la ciudad de México en junio de 1864. De ideas liberales, el
emperador ratificó leyes como la nacionalización de los bienes del clero y la
libertad de cultos. Esto le generó un distanciamiento por parte de los
conservadores, aunque no consiguió el apoyo de los liberales, quienes siguieron
considerándolo un invasor. El gobierno de Juárez realizó grandes esfuerzos
por transformar sus guerrillas republicanas en un ejército mejor organizado.
Los gobernadores de los estados fueron de gran utilidad en esta tarea. Ellos se
encargarían de armar y organizar las fuerzas militares necesarias para la defensa
del país. Esto ayudó a los gobernadores a fortalecerse ante la población de sus
estados. El gobierno de Juárez realizó grandes esfuerzos por transformar sus
guerrillas republicanas en un ejército mejor organizado.

SEGUNDA REPUBLICA FEDERAL


La segunda república federal es el periodo posterior a la caída del sistema de
gobierno centralista en México hacia 1846, esta segunda república duraría hasta
la instauración del segundo imperio mexicano en junio de 1863 cuando los
representantes de Napoleón III con respaldo del ejército francés y de los
conservadores mexicanos desconocen el gobierno republicano de Benito Juárez
García. El nacimiento de la segunda república se daba mientras México
enfrentaba la guerra con los Estados Unidos y la amenaza conservadora de
instaurar una nueva monarquía que salvara al país.
el caos político impidió hacer frente a la amenaza de perdida territorial que se
cernía sobre el país así también el caos económico y social, el centralismo
impuesto sobre el federalismo aumento aun mas el caos en el aparato de gobierno
llegando incluso a estar México amenazado con la desintegración, la declaración
de independencia de Yucatán en protesta a la instauración centralista antes de la
invasión estadounidense dejaba claro que solo el federalismo evitaría la
desintegración de la unión nacida con la constitución de 1824.

Centralistas y federalistas se enconaron en luchas políticas y de armas hasta que


los últimos prevalecieron sobre los primeros, aunque con resultados tristes para la
nación toda vez que durante la lucha por instaurar nuevamente el sistema
republicano federalista se pagó el alto precio de la perdida territorial.
La independencia de Texas marcaba el rumbo peligroso que el centralismo había
marcado la posterior declaración de guerra de los estados unidos a México se
vivió mientras Mariano paredes daba un golpe de estado contra el presidente José
Joaquín Herrera, el primero motivado y apoyado por el clero para instaurar un
régimen monárquico nuevamente.

A la par que se peleaba frente al invasor, grupos políticos peleaban contra


paredes por usurpar la figura presidencial en varios estados mexicanos, el 28 de
julio de 1846 Mariano Paredes renunciaba a la presidencia dejando al centralista
Nicolas bravo al cargo.

El pronunciamiento y rebelión federalista nacida en Guadalajara y arengada por


José Mariano Salas y Valentín Gómez Farías finalmente el 4 de agosto de 1846
terminan con el último gobierno centralista representado en Nicolas Bravo, el 22
de agosto en plena guerra con los estados unidos la constitución de 1824 vuelve a
regir con lo que nace la segunda república federal en México.

LEYES DE REFORMA
Las Leyes de Reforma se dictaminaron del 12 de julio al 11 de agosto de 1859. Se
trataba de una serie de normas proclamadas después del triunfo de la Revolución
de Ayutla. En estas se planteaba principalmente la separación de la Iglesia y el
Estado.

En el año 1854, tuvo lugar un levantamiento insurgente –con ideales liberales y


liderado por Juan Álvarez– así como la proclamación del Plan de
Ayutla con Adrián Florencio Villareal como autor. Ambas acciones habían
surgido en contra del gobierno de Santa Anna.
Este movimiento armado fue conocido como la Revolución de Ayutla. Cabe
señalar que también participaron Benito Juárez, Melchor Ocampo, Guillermo
Prieto, Miguel Lerdo de Tejada e Ignacio Comonfort.
Después de varios enfrentamientos, los revolucionarios liberales obtuvieron la
victoria el décimo mes de 1855. Posteriormente, se proclamó la Constitución de
1857 y después las Leyes de Reforma.

Al principio, las Leyes de Reforma eran tres:

 Ley Juárez (1855). La Ley sobre la Administración de Justicia y Orgánica de


los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios también conocida como
Ley Juárez, fue promulgada el 23 de noviembre de 1855 por Benito Juárez.
En ésta se restringía el poder de los tribunales, tanto eclesiásticos como
militares, a intervenir sólo en sus propios asuntos y no en las decisiones del
gobierno.
 Ley Lerdo (1856). La Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas
Propiedad de Corporaciones Civiles y Eclesiásticas, o Ley Lerdo, se promulgó
el 25 de junio de 1856. En ésta, de acuerdo con Armando Soto Flores, doctor
en Derecho, “la característica principal era que la propiedad de todo predio
urbano o rural que perteneciera a corporaciones eclesiásticas y civiles seria
asignada a los respectivos inquilinos y arrendatarios, por una cantidad que
resultara de la conversión de la renta anual al valor de la propiedad.”
 Ley Iglesias (1857). La Ley Sobre Obvenciones Parroquiales, también
recordada como Ley Iglesias, se dictó el 11 de abril de 1857. En ésta se
prohibían los cobros obligatorios a la gente pobre por servicios parroquiales
como bautismos, bodas, actos funerarios, etcétera.

Posteriormente, surgieron otras leyes:

 Ley del Registro Civil. Expedida en 1859, esta ley le quitaba el control de
llevar los registros –y demás procesos en relación con el nacimiento, el
matrimonio y la muerte– a la Iglesia y se lo brindaba al Estado.
 Ley de Libertad de Cultos. Proclamada en 1860, en este pronunciamiento
se establecía la libertad de culto y el rechazo a la imposición religiosa.
 Ley de Extinción de las Comunidades Religiosas. Expedida en 1863, en
esta ley se decretaba la extinción de comunidades religiosas puesto que
solían imponer sus demandas y ejercían la privación ilegal de la libertad.
BIBLIOGRAFIA

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México. https://www.acercademexico.com/primeros-gobiernos-del-mexico-
independiente.html

De Cultura, S. (s. f.). Ven a la generación de la Reforma liberal como una de las
más brillantes de la historia política mexicana.
gob.mx. https://www.gob.mx/cultura/prensa/ven-a-la-generacion-de-la-
reforma-liberal-como-una-de-las-mas-brillantes-de-la-historia-politica-mexicana

Federalismo y centralismo. (2014, 25 febrero). Portal Académico del


CCH. https://e1.portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiademexico1/unid
ad4/estadoNacionMexicano/federalismoCentralismo

Ruiz, G. (s. f.). La revolución de


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De la Defensa Nacional, S. (s. f.). La guerra de


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reforma

Nem. (2024, 9 enero). Intervenciones extranjeras en México: historia,


consecuencias y lecciones imperdibles. Nueva Escuela
Mexicana. https://nuevaescuelamexicana.org/intervenciones-extranjeras-en-
mexico/

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