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Estructura molecular
Desde el punto de vista estructural, los cana les iónicos son macroproteínas integrales de
membrana; la atraviesan en toda su longitud y forman un poro acuoso. Están constituidos por
la asociación, alrededor de un eje central de simetría, de entre una y cinco subunidades
proteicas. Las subunidades pueden ser iguales (homoligómeros) o diferentes unas de otras y
codificadas cada una por un gen distinto (heteroligómeros).
A su complejidad estructural hay que añadir la existencia de proteínas accesorias.
Desempeñan éstas un papel importante en la modulación de la actividad biológica del canal.
Todos los canales iónicos comparten el mismo mecanismo de operación: la recepción de una
señal activante provoca un cambio conformacional en la proteína, que pasa así de un estado
cerrado, no conductor, a un estado abierto, que permite el flujo selectivo de los iones.
En su estado abierto, estos dispositivos moleculares pueden conducir hasta 100 millones de
iones por segundo, sin menoscabo de su selectividad iónica. Se requiere tan alta velocidad de
flujo para alcanzar una comunicación celular rápida y eficaz, que mantenga el funcionamiento
fisiológico del sistema.
Una propiedad importante de los canales iónicos, que asegura la transitoriedad en la
transmisión de señales, estriba en su adaptación a la presencia prolongada del estímulo. La
consigue mediante el proceso de inactivación o desensibilización, que coloca a la proteína en
un estado no conductor.
Aunque postulada hacia mediados del siglo pasado, no pudo demostrarse la existencia de los
canales iónicos hasta el advenimiento de técnicas electrofisiológicas refinadas, como el
pinzamiento de membrana ("patch clamp"). Se han clonado y secuenciado ya los genes que
codifican la mayoría de los canales. Conocemos, pues, la estructura aminoacídica de tales
proteínas y, en algunos casos, su estructura tridimensional. Merced a esos progresos, se han
identificado las zonas responsables de sus características funcionales.
Por mencionar un ejemplo. En una familia de canales activados por cambios en el voltaje de la
membrana existe una región rica en aminoácidos dotados de carga positiva que se disponen
de una forma determinada. El dominio en cuestión confiere sensibilidad al voltaje a los
canales "dependientes del voltaje"; de esa región carecen los canales activados solamente por
ligando.
En general, la mayoría de los canales dependientes del voltaje constan de subunidades
principales, o subunidades ;, y subunidades accesorias, o subunidades ;. Las subunidades
;, menores que las ;, presentan una estructura diferente; revisten, además, particular
interés, pues modifican las propiedades de las subunidades principales: sensibilidad al voltaje,
localización en la membrana y niveles de expresión.
Disfunción
¿Qué ocurre cuando los canales funcionan incorrectamente? Gracias a los avances de la
genética, la bioquímica y la electrofisiología sabemos que ciertas alteraciones en su función
provocan diversas enfermedades. Nos referimos a las canalopatías, es decir, patologías
asociadas a los canales iónicos.
Las canalopatías abarcan tanto alteraciones producidas en los canales catiónicos como las
experimentadas por los canales aniónicos. Unas son adquiridas; por ejemplo, resultantes de
una reacción inmunitaria o causadas por una toxina. Otras son hereditarias, desencadenadas
por mutaciones en los genes que codifican las subunidades proteicas mencionadas.
Las canalopatías hereditarias obedecen a causas diversas: una ganancia en la función del
canal iónico implicado, una pérdida de la función o un efecto dominante negativo de la
subunidad mutada. En cualquier caso, las canalopatías neuronales hereditarias se caracterizan
por la naturaleza intermitente o episódica de sus síntomas; ello se debe a que determinadas
alteraciones profundas de la funcionalidad del canal acarrean consecuencias letales. Así, por
ejemplo, la inactivación de la subunidad ; I I del canal dependiente del voltaje selectivo de
sodio SCN2A en ratones produce un fenotipo letal.
A falta de una clasificación de las canalopatías aceptada por todos, las describiremos aquí en
relación con el tipo de canal iónico implicado. Empezaremos por las patologías asociadas a los
canales catiónicos. Admiten éstos una partición general entre canales activados por ligando y
canales activados por voltaje. Los primeros tienen modulada su conductancia por la
interacción con una señal química o un neurotransmisor. Los canales activados por voltaje
responden a una señal eléctrica.
Entre los canales iónicos activados por ligando más conocidos se encuentran los de glutamato,
presentes en el sistema nervioso, y el de acetilcolina (ACh), que se halla en el sistema
nervioso y la unión neuromuscular.
Receptores de glutamato
Receptores de acetilcolina
Canales selectivos
para el calcio
Panorámica
Las canalopatías son una familia de enfermedades que afectan a la mayoría de los canales
iónicos, si no a todos. Parece evidente que, tras la secuenciación del genoma humano, y con
el progreso creciente de la genética molecular, el número y heterogeneidad de mutaciones en
subunidades proteicas de canales iónicos que se vinculen a neuropatías aumentará; en
particular, en las familias de canales que todavía no se han asociado a enfermedades. Men-
cionemos, a este respecto, los receptores activados por estímulos mecánicos y térmicos, tan
importantes en las transducción de señales sensoriales y cuya disfunción se ha postulado
pudiera ser la causa de distintos tipos de dolor crónico.
En cualquier caso, el conocimiento sobre la etiología de las canalopatías ya adquirido, y el
que generaremos en los próximos años, permitirá disponer de métodos de diagnóstico precoz,
lo que repercutirá en una menor incidencia y gravedad de las crisis sintomáticas asociadas.
En principio, la única forma de corregir estas patologías genéticas es a través de la terapia
génica, que implica la sustitución del gen mutado por otro nuevo. Ahora bien, mientras eso no
sea factible, habrá que recurrir a otros procedimientos para mitigar la gravedad de los
síntomas. El diagnóstico precoz permite implantar terapias preventivas; por ejemplo, dietas
adecuadas para las hipercalcemias e hipocalemias. También se pueden aplicar terapias que
disminuyan la excitabilidad del sistema nervioso, ya sea potenciando los sistemas inhibidores
o ya sea bloqueando los excitadores.
Además, se pueden proponer estrategias regenerativas con células madre en aquellas
patologías que presentan un componente neurodegenerativo importante. El diseño de
tratamientos mejores y más eficaces se traducirá en un incremento de la calidad de vida. Sin
embargo, ello sólo será posible con un conocimiento más exacto y detallado de las causas que
generan las disfunciones de los canales iónicos implicados.
Los autores
ROSA PLANELLS, MARCO CAPRINI, JUAN LERMA y ANTONIO FERRER se dedican a la
investigación del diseño molecular de los canales iónicos y su relación con la manifestación de
patologías. Planells es investigadora del Centro Superior en Alta Tecnología en Valencia.
Caprini se halla adscrito al Centro de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel
Hernández. Lerma, profesor de investigación en el Instituto de Neurociencias-CSIC en la
Universidad Miguel Hernández, pertenece al consejo editorial de la revista Neuron . Es
miembro del EMBO. Ferrer, profesor titular de bioquímica y biología molecular, trabaja en el
Centro de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández.