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Conclusión

El enviar, recibir y poder decodificar un mensaje, es parte del día a día de un ser
humano, siempre y cuando no haya alguna barrera de comunicación que pueda
interferir en la recepción y comprensión de este. Para que esto se llegue a lograr
con efectividad, hay que indagar en los elementos de la comunicación, donde se
tiene al emisor, que se encarga de enviar el mensaje, pero la única forma de que
este pueda llegar con éxito es solo si este comparte los mismos canales y códigos
comunicacionales que el receptor.
El receptor puede ser participe voluntario o involuntario, esto dependerá si el
mensaje fue enviado directamente hacía él o si simplemente escuchó algo por
accidente, él puede no responder y seguir siendo solo receptor o por el contrario
hacerlo y convertirse de esa manera en un emisor. Esto es parte de algo que
suele suceder al estar rodeado de muchas personas que emiten mensajes
totalmente diferentes a varios grupos de personas.
Pero, lo que marcará gran importancia en la buena recepción del mensaje, es el
código o lenguaje que se use entre las dos personas, ya que si no comparten el
mismo, la comprensión de este va a ser nula y este puede ser enviado tanto de
forma oral o escritos, y también pueden no ser lingüísticos, como las
interpretaciones que hacemos con las señales de tránsitos y que es de carácter
universal, haciendo así que al tener conocimiento de lo que significa, se pueda
entender en cualquier parte del mundo.
Además, se pueden usar muchos canales, dentro de los cuales el aire es uno que
frecuentemente usamos al momento de comunicarnos oralmente, también se
tendría el teléfono que es en estos momentos uno de los más usados en estos
tiempos donde la tecnología forma parte de lo común.
Ahora, el mensaje puede ser enviado de muchas formas para obtener múltiples
resultados, ya que ellos son la información que se quiere que un individuo en
particular o una serie de individuos obtenga. Ya cuando esta información se envía
para obtener de vuelta una acción, se puede considerar que el mensaje es llevado
con un fin mayor.
Con esto llegamos al discurso, donde el mensaje que se transmite se prepara
previamente para su transmisión ya sea de forma oral o escrita. Los discursos
pueden ser para proporcionar orientación sobre un tema o también para llamar a
la acción a la audiencia a quien va dirigido, claro está que el tema debe ser de
interés para los que están recibiendo el mensaje, porque si no, no se cumpliría con
total eficacia el fin de este.
En la actualidad, estos se apoyan en la informática, con presentaciones realizadas
previamente o videos que tienen relación con el tema. Este tiene una serie de
características, como lo es que sea preciso, ya que lo más importante es que el
tema que se está manejando puede ser comprendido por la audiencia, también
está el hecho de que pueda ser verificable, especializado ya que debe la
información que se emplea debe ser para una audiencia idónea, para que esta
pueda realmente interpretar lo que se quiere transmitir. Una de las cosas que se
debe cuidar también, es la originalidad ya que aquí está la clave de la dinámica del
discurso, ya que esto es lo que aportará la novedad y captará la atención del
público.
Siempre se buscará captar la atención de la audiencia, y buscar que la
información quede en sus memorias de la forma más creativa posible, haciendo
así que el discurso pueda persistir en el tiempo, ya que lo que se busca de un
mensaje es que este llegue de la mejor manera a quien lo deba recibir.

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