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Documento 4 - Curso Procedimientos en Medicina Guia Practica de Sonda Nasogastrica
Documento 4 - Curso Procedimientos en Medicina Guia Practica de Sonda Nasogastrica
Es un procedimiento que consiste en introducir una sonda al paciente por la nariz o la boca
hasta el estómago. Su uso en la atención pre hospitalaria dependerá del tiempo y la distancia
desde el lugar de la atención al hospital, nunca debe retrasarse el transporte del paciente
por colocar la sonda, sobre todo si la condición de este es crítica. Es aconsejable dejar este
tipo de procedimiento para la práctica intrahospitalaria, traslados secundarios o traslados
prolongados si hay una indicación clara.
INDICACIONES
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cuando haya un sangrado digestivo alto. Además se usa para la extracción de líquido
amniótico meconial. No son comunes en la práctica pre hospitalaria.
CONTRAINDICACIONES
SONDA NASOGÁSTRICA
Es un tubo de diferentes materiales que se introduce por nariz o boca, hasta la cavidad
gástrica. Existen de diferentes materiales: látex, silicona, poliuretano y polivinilo. Su calibre
también es variable y se mide en french, el número adecuado es según la edad. Por lo
general calibres desde el N°4 - 12 utilizado para niños y del N° 14 - 20 para adultos. Además
se debe tener en cuenta el calibre de acuerdo a la función que cumplirá.
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Látex: es un caucho relativamente firme, de paredes un poco gruesas, pero se
deteriora con mayor facilidad al estar en con- tacto prolongado con las
secreciones de tracto gastrointestinal y sustancias químicas administradas.
Silicona: las sondas de este material tienen paredes delgadas, flexibles y no
reaccionan tan fácil a los fluidos corporales. Se rompen con facilidad cuando se
introduce en ellas líquidos a presión por lo tanto, no es el tipo de sonda de
elección para procedimientos de manejo urgente pre hospitalario. Útiles en
sondajes de larga duración.
Poliuretano: las sondas son de espesor mediano y de muy baja reacción a
fluidos y sustancias. Algunas de éstas cuentan con una especie de pesas en
tungsteno (no tóxico) que actúan como lastre en su extremo distal. Útiles en
sondajes de larga duración.
Polivinilo: son gruesas y rígidas, lo que les confiere gran utilidad para la succión.
LEVIN: diseñada por Abraham Louis Levin, médico norteamericano. Generalmente es una
sonda de polivinilo, aunque puede ser de diversos materiales; es de una sola luz. Su
longitud es de 120cm y cuenta con cuatro marcas para orientar la longitud de la sonda a
introducir, termina en una punta roma con un orificio y perforaciones laterales.
El extremo proximal cuenta con un adaptador que sirve de conexión a tubos de drenaje o
de infusión. El calibre en adultos va de 12 a 20 Fr (1 Fr = 0.33mm) mientras que en niños va
de 6 a 12 Fr. Por consiguiente, una sonda Levin 18 F tiene unos 6 mm de diámetro (referido
al diámetro externo). Sus principales usos son aspiración de contenido gástrica, lavados
gástricos y descompresión gástrica.
NELATON: diseñana por Augusto Nelaton, cirujano francés. Se usa generalmente en niños,
su longitud es de 42cm aproximadamente, tienes una punta cerrada y una orificio lateral.
Viene en calibres de 8 a 20 Fr.
SALEM: similar a la de Levin, pero con doble luz y con varios orificios de salida en la parte
distal. Se utiliza para lavados gástricos y/o una irrigación continua del estómago.
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En el medio prehospitalario, con mayor frecuencia se usa el polipropileno como en el caso
de las sondas de levin. Este material tiene menor probabilidad de doblarse que los demás,
pero tiende a acceder por falsas vías. En este tipo de pacientes se recomienda la inserción
de sondas con un calibre grande (mayor de 16 f), ya que el paciente puede no contar con
periodos de ayuno y no hay una preparación previa para los procedimientos, entre otros
factores.
TÉCNICA
A. PREPARACIÓN
1. Gasas
2. Un vaso con agua
3. Estetoscopio
4. Par de guantes
5. Jeringa de 20 a 50 cc
6. Lubricante: generalmente debe ser de tipo hidrosoluble, ya que puede ser
reabsorbido por el organismo en caso de que llegue al árbol bronquial. Se debe
evitar el uso de lubricantes de base oleosa como la vaselina.
7. Sonda nasogástrica
8. Cinta fijadora
9. Tijeras
10. Riñonera en acero inoxidable
11. Un recipiente recolector, una bolsa que tenga un adaptador para la sonda.
12. Toallas
B. INSERCIÓN DE LA SONDA
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Conocer la historia clínica del paciente
Explicarle al paciente el procedimiento que se le va a realizar, si está de acuerdo
o no; además explicar que es necesaria su colaboración.
Lavarse las manos y colocarse los guantes y demás elementos de bioseguridad.
Retirar las prótesis dentarias si las hubiese, limpiar boca y conductos nasales.
Colocar al paciente en posición flower (sentado o semi sentado) con la cabeza
flexionada o en decúbito lateral izquierdo.
Poner toallas de papel en el pecho del paciente y colocar cerca la riñonera por si
el paciente vomita, al igual que los demás implementos antes mencionados.
Decirle al paciente que suene su nariz, y examinar la permeabilidad de ambos
orificios nasales diciéndole que respire por cada uno por separado, obstruyendo
el contralateral. Escogemos el orificio por el que respira mejor.
En caso de desviación del tabique nasal, no se debe forzar el paso de la sonda
nasogástrica; se debe probar por ambas fosas nasales o de lo contrario intentar
el paso orogástrico.
Determinar la cantidad de sonda que debemos introducir
Lubricar el extremo distal de la sonda (Se debe lubricar además, la mucosa nasal
seleccionada y los primeros 5 cm dístales de la sonda. En la fosa nasal se puede
usar una jeringa sin aguja, un aplicador o anestésico en aerosol, esto disminuye
el reflejo nauseoso facilitando el procedimiento. En caso de no contar con
lubricante se utiliza agua.
Sea con lubricante o agua se introduce por el orificio nasal elegido (Preferir la vía
nasal que la oral, excepto en casos de obstrucciones) con un movimiento suave
y rotatorio direccionado hacia la oreja del mismo lado por todo el piso de la fosa
nasal hasta alcanzar la orofaringe.
Realizamos una pausa, pues el paciente puede experimentar nauseas. Podemos
confirmar su presencia en orofaringe, por que le pedimos que abra la boca y
vemos la punta de la sonda en la parte posterior.
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Pedirle al paciente si puede que incline la cabeza hacia adelante e intente
deglutir ya sea agua o saliva con la finalidad de ir introduciendo la sonda
lentamente por el esófago y no por la tráquea.
En caso de que el paciente presente tos, es un buen indicador que la sonda se
encuentra ingresando a las vías respiratorias, por lo que debemos retroceder
unos centímetros la sonda y reintentar ingresarla por el esófago.
Inspeccionar la faringe para comprobar que la sonda está recta y no se ha enrollado.
Una vez introduzcamos la sonda hasta donde se realizó la marca, podemos
deducir que la sonda se encuentra en el estómago, procedemos a confirmarlo.
Antes de proceder a fijar la sonda, se debe verificar que ésta se encuentra en el sitio
adecuado. Los métodos que a continuación se describen pueden tener un margen de error
amplio, por lo que se sugiere realizar más de uno de ellos para comprobar que la sonda se
encuentra en estómago:
D. FIJAR LA SONDA
Antes de la fijación se debe limpiar y secar la piel de la nariz. La fijación de la sonda se debe
hacer con cinta adhesiva, de tal forma que ésta abarque tanto la sonda como la nariz del
paciente; el objetivo principal es evitar el trauma, brindar comodidad y facilitar la limpieza
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de las fosas nasales sin movilizar la sonda. Es necesario limpiar el área con torundas de
algodón o gasa impregnada de alcohol para retirar los excesos de grasa en la zona. Algunas
de las técnicas son:
Sin importar la elección del método para fijarla, la sonda debe quedar fija además a la bata
o camisa del paciente, con el fin de disminuir la tensión sobre el sistema y evitar la tracción
sobre la nariz y por ende traumas posteriores.
COMPLICACIONES
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Es fácil colocar erróneamente la sonda en las vías respiratorias, con mayor frecuencia en
los pacientes inconscientes; en el paciente consciente, los signos más frecuentes son la tos
y la dificultad respiratoria. En el paciente inconsciente se tiene mayor riesgo debido a la
posible ausencia de los reflejos nauseosos y tusígenos, por este motivo, siempre se debe
verificar la ubicación de la sonda, independiente de si el paciente presenta un cuadro de
obstrucción de vía aérea definido. En caso de presentarse esta complicación, se debe retirar
de inmediato la sonda y volver a intentar el procedimiento cuando el paciente se compense
de la dificultad respiratoria.
La extracción prematura o accidental de la sonda, suele ser unos eventos comunes en los
pacientes, principalmente en aquellos con alteración de la conciencia, niños, ancianos o por
excitación psicomotora. Para evitar que ellos tiren de la sonda y la extraigan, se deben tener
los dos puntos de fijación que ya se explicaron e inmovilizar el paciente en caso de
requerirlo. Pacientes con traumas cervicales podrían incrementar su daño, con el
movimiento excesivo del cuello durante el paso de la sonda, como respuesta a la tos y el
reflejo nauseoso. Por consiguiente, el paso de la sonda se debe hacer una vez se tenga
inmovilizada la columna cervical.
BIBLIOGRAFÍA
Todd W. Thomsen, M.D., Robert W. Shaffer, M.D., and Gary S. Setnik, M.D. Nasogastric
Intubation. 2006. The new england journal of medicine.
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