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REHIDRATACIÓN
FISIOPATOLOGÍA
El agua es el componente más abundante del cuerpo humano. El agua corporal total
(ACT) como porcentaje del peso corporal varía en función de la edad y el sexo, siendo
aproximadamente de hasta un 80% en el recién nacido a térmico y del 50-60% en el
adulto. Salvo en los primeros meses de vida la mayor proporción de ACT está en el
espacio intracelular.
INTRAVASCULAR
(Plasma)
EXTRACELULAR
(LEC)
(Na+) (Cl-)
ESPACIOS LÍQUIDOS Líquido intersticial
INTRACELULAR (LIC)
(K+) fosfatos
proteínas
)
Osmolalidad: Número de solutos que existe en una solución por cada kilogramo de agua.
Osmolaridad: Solutos por litro de agua.
• Acidosis metabólica con anión GAP aumentado: son debidas a la acumulación de ácidos
no medibles endógenos (lactato en sepsis, betahidroxibutirato en cetoacidosis diabética,
ayuno prolongado, etc.) o exógenos (intoxicación por alcoholes).
• Acidosis metabólica con anión GAP normal: son secundarias a pérdidas de bicarbonato,
renales o extrarrenales (diarrea aguda).
Podría aparecer alcalosis metabólica (por ejemplo, en pérdidas excesivas de cloro por
vómitos) pero es menos frecuente.
ETIOLOGÍA
CLASIFICACIÓN
- Leve: <5%
- Moderada: 5-10%
- Grave: >10%
CLÍNICA
Escala de Gorelick
7.- FC >150lpm
9.- Oliguria.
En negrita los signos con mayor valor predictivo para deshidratación moderada-grave.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
Presión arterial
Temperatura
Frecuencia cardiaca
Frecuencia respiratoria.
• En sangre:
• En orina:
CORRECCIÓN DE LA DESHIDRATACIÓN
En la DA leve y moderada debemos intentar siempre una rehidratación oral, con lactancia
materna en el niño lactado al pecho o con una Solución de Rehidratación Oral (SRO).
Se debe evitar la utilización de bebidas de uso común con un mejor sabor pero que no
reúnen en su composición las condiciones adecuadas. (Gatorade, Coca-cola®, Pepsi-
cola) los zumos de frutas (naranja, manzana), aunque tienen una mayor concentración de
potasio (> 20 mEq/L), aportan mínimas cantidades de sodio y osmolaridades entre 600 y
700 mOsm/L.
Sin embargo, en los hospitales se tiende a utilizar la rehidratación intravenosa, sobre todo
si la deshidratación es moderada, que puede estar justificado por la costumbre adquirida
de tratar así las deshidrataciones, por facilitar el descanso al niño y por la mayor
sensación de seguridad que proporciona al médico el aporte de líquidos intravenosos.
Por ejemplo, a un niño de 8 kg con una deshidratación leve del 4% se le hará ingerir un
volumen de 400 ml durante las 3-4 primeras horas, en alícuotas de 8-10 ml cada 5
minutos. Si las pérdidas durante la RHO son importantes se completa con 5-10 ml/kg de
SRO por cada deposición. En caso de vómitos, se deben ofrecer inicialmente 5 ml cada 2-
5 minutos, y se aumenta según tolerancia. En caso de vómitos valorar la administración
de ondansetrón 0,15 mg/kg (máximo 8 mg) y posterior prueba de tolerancia a los 20
minutos. Este fármaco puede aumentar el QT en el ECG. En caso de vómitos incoercibles
puede ser necesario administrar la SRO por sonda nasogástrica a débito continuo, opción
tan efectiva como la rehidratación intravenosa y con menos complicaciones, pero que
goza de escasa popularidad entre los pediatras y a los padres les parece una medida más
radical que la rehidratación intravenosa, que está más aceptada socialmente.
La fiebre aumenta las pérdidas insensibles de líquidos por lo que debemos aumentar los
aportes, aumentar 7 ml/kg por cada grado centígrado que exceda de la temperatura
rectal.
- Ileo paralítico.
Rehidratación intravenosa
Las pautas más habituales recomiendan 20 ml/kg/hora con valoraciones horarias del
estado del paciente. De cualquier forma, nunca superar el déficit calculado ni más de 700
ml/h vigilando la aparición de signos de sobrecarga de volumen.
REHIDRATACIÓN CONVENCIONAL
• Las necesidades basales las podemos calcular en base a los requerimientos energéticos
(fórmula de Holliday). Lactante hasta 10 kg: 100 kcal/kg; niño de más de 10 kg: 1.000 kcal
+ 50 kcal/kg por cada kg que supera los 10 kg.; niño de más de 20 kg: 1.500 kcal + 20
kcal/kg por cada kilo que supera los 20 kg. Las necesidades de mantenimiento son de 100
ml de agua por cada 100 kcal, de 3 mEq/100 kcal de sodio y cloro y de 1-2 mEq/100 kcal
de potasio. Conviene tener en cuenta que el 25% de los requerimientos energéticos se
deben cubrir con glucosa a fin de evitar las situaciones de cetosis. En caso de que el niño
con DA tuviese fiebre, se aumentará un 1-2% la cantidad de agua de mantenimiento por
cada grado centígrado.
En pacientes con alteraciones electrolíticas severas (Nap < 130 mEq/L o > 150 mEq/L) o
crónicas, si bien inicialmente se utilizará SSF al 0,9% este deberá ser modificado según
las variaciones del Na
Déficit de HCO3 – (mEq) = [HCO3 – deseado (10-12 mEq) – HCO3 – actual] x peso (kg)
x0,5 (0,8 si acidosis extrema con HCO3 – < 5 mEq/L). En cualquier caso se administrará
lentamente hasta pH > 7,20 y con múltiples controles de pH y Nap.
• Hipertónica en 48-72 horas. Hay que tener cuidado en este tipo de deshidratación, ya
que una corrección rápida puede producir un descenso súbito de la osmolaridad
extracelular que puede producir edema cerebral.
REINTRODUCCIÓN DE LA ALIMENTACIÓN
La posible reducción de disacaridasas no tiene repercusión clínica en más del 80% de los
niños con diarrea aguda, por lo que se debe emplear leche normal, reservando las
fórmulas sin lactosa para casos de intolerancia demostrada, con diarrea prolongada que
empeora al reintroducir la leche, heces con pH inferior a 5,5 y/o presencia de más de un
0,5% de sustancias reductoras.
Hay evidencia de un beneficio leve pero clínicamente significativo del uso de diversos
probióticos en el tratamiento de la diarrea aguda infecciosa en lactantes y niños,
fundamentalmente reduciendo la duración y el volumen de las deposiciones.
• Pesar al paciente, si es posible, con deshidratación moderada severa a las 6-8 horas de
tratamiento y previo al alta de Urgencias.
• Vigilar diuresis.
• Los pacientes con sueroterapia intravenosa más de 24 horas deben tener un control de
iones.
DESHIDRATACIÓN HIPONATRÉMICA
Clasificación:
Se continuará con una infusión de SSF controlando que el aumento del Nap no supere los
10 mEq/L/día (6-8 mEq/L/día si la hiponatremia es crónica). La corrección demasiado
rápida de la hiponatremia grave puede provocar un síndrome de desmielinización
osmótica grave e irreversible.
DESHIDRATACIÓN HIPERNATRÉMICA
• La deshidratación leve/moderada poco sintomática se debe rehidratar con SRO con 60-
90 mEq/L de Na, al menos inicialmente y salvo contraindicaciones.
• Los valores del Na deben determinarse frecuentemente, inicialmente cada 1-2 horas, y
después en función de la cifra inicial del Nap, la velocidad de descenso de la natremia y
las manifestaciones clínicas.