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TIEMPOS DE MARIPOSA Y SUS RUISEÑORES: UNA REFLEXIÓN SOBRE EL

TRABAJO SOCIAL EN LA REPARACIÓN A VÍCTIMAS DEL CONFLICTO


ARMADO EN COLOMBIA

ESTUDIANTE

BURGOS FONSECA YICELIS

LINARES RADA SHIRLEY

MEJIA BRITO MICHELLE

RODRÍGUEZ SUÁREZ SANDY

SOTO VILLALBA ZORAIDA

DOCENTE

CELIA JIMÉNEZ CAMARGO

UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA- EXTENSIÓN MAICAO

FACULTAD: CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

PROGRAMA: TRABAJO SOCIAL VIII SEMESTRE

2021
INTRODUCCIÓN

El siguiente informe cuyo objetivo principal es generar una reflexión sobre el papel
del trabajo social en la reparación integral y de manera especial a víctimas del
conflicto armado en el departamento de Bolívar, surge en un proceso de prácticas
sociales reflexivas en la Secretaría de Víctimas y Derechos Humanos de la
gobernación del mismo departamento durante el período del 2013-2014. Este
ejercicio de pensarse el papel de trabajo social en un escenario de conflicto
armado aún, genera una serie de desafíos y se convierte en una tarea necesaria
para el enriquecimiento de la profesión, y además, para la construcción de
procesos de paz y de reconciliación, que pueden empezar por la reparación
integral a las víctimas, dotando a éstas de voces múltiples y del protagonismo
necesario para la transformación social, más allá del asistencialismo que les lleva
a la pasividad y más allá de los diálogos de paz fuera del territorio nacional.

Por otro lado, este ejercicio académico y práctico a la vez, ha llevado a un análisis
reflexivo de una práctica fundamentada teórica, metodológica, ética y
políticamente, como una ampliación del espectro de la intervención desde el
trabajo social con víctimas del conflicto armado; no pretenderá por tanto, ser un
modelo de intervención, sino una reflexión en sí misma. Es casi una obligación si
se quiere tener una intervención fundamentada que la teoría anteceda a la
actuación y luego vuelva a precederla, como un proceso de reflexión-acción-
reflexión. El interés por construir teorías de la intervención es, un interés teórico,
pero no teorista; no se trata de la acumulación conceptual en contra del
compromiso con las urgencias, sino, por el contrario, de revalorizar el lugar de la
teoría que permita una intervención fundada y cada vez más eficaz”, es decir, sin
una reflexión teórica previa a la actuación en la reparación a víctimas, sobre
cuestiones como intervención social, papel del trabajo social con víctimas,
Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, conflicto armado en
Colombia, territorio, ruralidad, ausencias y presencias del Estado, reparación
integral y en especial, la dimensión simbólica de ésta; no, sería posible una
intervención contextualizada y fundamentada como la que se plantea en este
espacio. Por el contrario, sería una práctica agotada en la aplicación de las
técnicas, el uso de las estadísticas y sin poder superar el asistencialismo, y en el
peor de los casos la tarea encuestadora, como cosas que tradicionalmente se le
ha atañido en una especie de papel único al trabajo social. Por ejemplo, no es tan
difícil escuchar frases como: “las trabajadoras sociales son las que saben de
encuestas. Son las auxiliares de los abogados” (Palabras pronunciadas por un
fiscal durante el 7º foro de intervención social para la paz en escenario de post-
conflicto). Cosa que podría ser causante de más de una discusión por parte
nuestra y más de una reinvención de la profesión.

Se hará mención por lo tanto, de conflicto y no de “postconflicto”, término muy


utilizado en Colombia, asumiendo una u otra ganancia sin reconocer otras
realidades sociales que se viven cotidianamente dentro de los territorios aún
después de la desmovilización de algunos grupos al margen de la ley. A través de
una “apuesta” ética-política, en este caso concreto, surge de comprender la
justicia social y la reivindicación de derechos como garantías para la reparación a
víctimas y la ley 1448 como una de las rutas pero no como un único camino para
el trabajo social; implica comprender que la intervención no viene como una
demanda de consumidores de productos en un supermercado, ni por parte de los
usuarios de los servicios de las administraciones, ni de pacientes, ni de clientes de
las organizaciones.

Esta apuesta crítica debe pasar por resistir al papel de control y planificación de la
asignación de recursos o intermediarios entre bienes escasos (o arrebatados en
los hechos victimizaste) y necesidades insatisfechas, intervenciones que sólo
coadyuvan a la miseria, a la reproducción del circulo de la pobreza, la exclusión de
las víctimas. De esta manera, este informe reflexivo busca transmitir la
experiencia, confrontarla con otras y con el conocimiento teórico existente, y así
contribuir a los conocimientos que se generan desde y para la práctica del trabajo
social (Instituto De Estudios Sobre Desarrollo Y Cooperación Internacional, 2004).

EL CONFLICTO ARMADO EN BOLIVAR

El departamento del bolívar está ubicado en un punto estratégico es una región


que tiene muchos campesinos los cuales tienen terrenos ricos en sembrados, por
ende, se convierte en un escenario de conquistas o de sumisión, en esta región se
registraron 22.895 personas que fueron víctimas del desplazamiento forzado de
esta cifra se evidencio que 15.924 hacen parte de los homicidios, 2.310 personas
que fueron desaparecidas, 1.835 personas víctimas de lesiones personales, 751
personas secuestradas, 163 personas menores de edad victimas de reclutamiento
y 97 personas víctimas de delitos sexuales. Por todos estos casos y más tuvieron
que pasar las personas que habitaban estas tierras a cargo de los principales
actores de todas estas desgracias como lo es el (ELN, CRS, LAS FARC, PRT, Y
EPL, los paramilitares y la misma fuerza pública) más sin embargo el ejército y la
policía siempre tuvo enfrentamientos con estos grupos al margen de la ley , es así
como la población bolivarense llego a tal punto en donde tuvieron que
condicionarse y aprender a sobrevivir con estos grupos armados con el fin de
poder salvaguardar sus vida y las de sus familias.

Debido a todo lo anterior dicho se creó la ley de víctimas y restitución de tierras


1448 del 2011, también se crearon políticas públicas para las víctimas del conflicto
armado con el fin de atender y reparar la integridad de dichas personas, también
se creó el centro nacional de memoria histórica con el fin de reunir y recuperar
materiales que contengan documentales y los testimonios de esas personas que
fueron violentadas.

Por medio de esta ley el estado pudo identificar las personas que deben ser
llamadas como VICTIMAS es por ello que cualquiera persona que haya sufrido un
daño por lo que ocurrió el 1 de enero de 1985, también son víctimas las personas
que por motivos de guerra hayan muerto o hayan desaparecidos de este mismo
modo se consideran victima a las personas que hayan sufrido un daño por el
hecho de socorrer o intervenir en una víctima que esté en peligro.

De esta manera es como el estado ve o estigmatiza a las víctimas del conflicto


armado, desde el trabajo social se puede decir que las víctimas no pueden ser
vistas simplemente desde el universo de la victimización ocurrido por el conflicto
armado si no ver cómo estas personas aparte de sufrir por todos eso sucesos,
sufren por otros factores como lo es la exclusión social. Por tal motivo “Nora Aquín
(2006) propone la intervención social como un espacio de luchas en el que al
cambiar las palabras ya se pueden cambiar las cosas; y en el que para conocer
científicamente se comienza por una lucha contra las palabras.” Gracias a lo
anterior dicho se puede intentar junto con estas personas recuperar no lo material,
pero si lo subjetivo, sentimientos y lo más importante la dignidad humana,
enseñándoles que son persona que tienen derechos y deberes.

Permitiéndonos así comprender las diferentes poblaciones, identidades y


categorías que pertenecen a una persona víctima del conflicto armado por ende la
intervención del trabajador social debe ir direccionado a cualquier persona que se
le haya vulnerado algún derecho es por ello que “Bien diría Raquel Gentile en
1998 que “la importante tarea política realizada por la profesión, en su
ámbito de trabajo, se refiere a las cuestiones de ciudadanía en sus
dimensiones civil, económica, social y política (...) El servicio social no es
solo una profesión viable políticamente, sino, sobre todo, puede contribuir
efectivamente a la construcción de un mundo nuevo, libre de opresiones,
injusticias, autoritarismos y desigualdades de todo orden” los trabajadores
sociales deben estar dispuestos a intervenir a cualquier persona que la necesite,
transformando sus realidades.

INTERVENCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL EN EL CONTEXTO DEL CONFLICTO


ARMADO
En la intervención del trabajador social en situaciones de un conflicto armado debe
cumplir con unas metodologías básicas en la aplicabilidad para lograr así una
restauración, una transformación, para la función de esta misma, se debe partir de
un conocimiento holístico de la realidad ya sea las causas, consecuencias y el
contexto de la realidad, mediante todo este proceso se identificara los actores; en
este caso las victimas colectivas e individuales en donde se conocen las
circunstancias, situaciones para así mejorar y evitarlas, así de esta misma manera
inclinándose en todas esas teorías sociales que son fundamentales en la labor del
trabajo social.

El trabajo social en dicha intervención se basa en ese análisis en donde se


destaque todos esos cambios que no fueron deseados por las víctimas del
conflicto armado, se introduce la labor del trabajo social en el entorno, en las
relaciones de bienes materiales y no materiales, que lastimosamente ha sido
arrebatado. De esta misma manera se busca una reparación a las humillaciones
del despojo, los proyectos que no se pudo realizar, una reparación del enojo, de
las risas, de la impotencia experimentada. Colombia es un país que azota la
violencia, el quehacer del trabajador social se encuentra con dificultades ya que
hay realidades extremas que se desconocía y eso permite la detención de las
metodologías específicas que se quiere establecer.

La ley 1448 del 2011, referente normativo de la práctica profesional, se dictan las
medidas de atención, reparación integral a las víctimas del conflicto, se establece
que las víctimas tienen derecho a ser reparadas de manera adecuada, la
reparación comprende las medidas de restitución, indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición de las víctimas. En Colombia, este caso
en bolívar, el conflicto armado ha hecho una transformación a la dinámica social,
política, cultural y económica. Pero La ley de Victimas y restitución de Tierras, ha
impuesto a que los municipios y departamentos desarrollen y formulen planes
integrales de atención a las víctimas. Dentro de esta, está la atención y
reparación integral a víctimas y restitución de tierras, fortalecimiento a instancias
de coordinación y participación (comité de justicia transicional y mesa
departamental de Victimas) se encuentra la construcción de los centros regionales
de atención a víctimas. De este mismo modo en Bolívar construye un plan de
atención Territorial, el cual se caracteriza las víctimas en el departamento, para así
luego contemplar una planeación y finalmente realizar la gestión, seguimiento y
evaluación de dicha política.

Comprender que el conflicto armado en Colombia ha dado un orden a las distintas


esferas del país (política, cultural, social y económica), generando unas
consecuencias profundas que recaen sobre las víctimas (en sus individualidades y
colectividades) y en la sociedad colombiana en general, ha construido unas
subjetividades y realidades sociales que dan lugar a las prácticas sociales, las
cuales adquieren unas dinámicas propias y pasan a formar parte de las
características del ámbito social y comunitario en el cual se inscribe el quehacer
del trabajo social (Bello, 2005).

Entonces surgen las siguientes preguntas: ¿Cuál es el papel del trabajo social en
medio de la búsqueda por reparar de manera integral a las más de seis millones
de víctimas que existen en el país? Se hace necesario pensar en la asistencia,
porque además de ser una medida para la reparación integral, ha sido un papel
importante en la historia de la profesión y de manera especial, en este contexto. Y
si bien no es lo mismo que el asistencialismo, no se debe hacer un rechazo de la
asistencia solo porque teorizamos sobre las realidades sociales ajenas desde el
frío de las oficinas.

Las víctimas del conflicto armado, algunas ya sin ganas de nada, otras con una
pequeña esperanza y otros con grandes sueños, aún por encima de la
intencionalidad de quienes ejecutan y diseñan las prácticas asistencialistas o
asistenciales, reciben lo que se les brinden para disminuir sus carencias más
puntuales; y el trabajo social no puede estar con una visión a medias para
comprender la enorme dimensión que adquiere una asistencia para quien la
recibe. Las necesidades concretas pueden convertirse en un punto de partida; y a
partir de ello se puede impulsar formas organizativas y procesos de lucha por la
reivindicación.

Norberto Alayón que “los trabajadores sociales tendremos que demostrar agudeza
y capacidad para operar idóneamente ante la dialéctica existente entre la
concesión de reivindicaciones por parte de los grupos dominantes y la conquista
de reivindicaciones por parte de los grupos dominados” (1980, p. 10); de ahí que
no sea difícil escuchar expresiones como “no queremos que nos den nada, solo
queremos poder trabajar en nuestras tierras”, “son nuestros derechos, no son un
favor” o cosas parecidas.

Por razones como estas ha de considerarse importante la indemnización vía


administrativa como derecho de las víctimas y ha de presentárseles a estas como
tal, pero no como el fin de la reparación. De esta manera se refleja la importancia
de la presencia e intervención del trabajo social para el proceso de inclusión ante
la problemática del conflicto armado, partiendo que en casos como este se hace
necesario ser humanos y proactivos para poder suplir o minimizar todas estas
carencias tanto a nivel económico como emocional.

Por otro lado, la intervención con víctimas del conflicto armado desde el trabajo
social la relación directa que se tiene con el drama humano y las consecuencias
emocionales en quien realiza la labor profesional. Ser testigos de las
consecuencias devastadoras del conflicto no es una tarea fácil y no pasa por
encima de las personas que optan por la esperanza a través de su trabajo,
mencionando además que en este escenario, es probable que algunos
profesionales sean víctimas directas de la violencia, amenazados, hostigados y
perseguidos por grupos al margen de la ley. No mencionarlo restringe la mirada
crítica sobre cómo las posturas íntimas (creencias, miedos, prejuicios y
emociones) y profesionales (ética, política, epistemológica, metodológica) son
potencialidades u obstáculos para el objeto de la intervención (la reparación
integral). Los papeles que se adopten (mesiánico, heroico, crítico-reflexivo,
propositivo, de acompañamiento) dependen en gran parte de la situación
emocional de quienes apoyan los procesos de reparación.

Una canción de Teresa Parodi (2002), “resistiendo” nos hace reflexionar de como
seria el papel del trabajo social en esta dimensión simbólica, ha de comprenderse
que no se pretende recaer sobre lo perdido sino sobre lo que esto representaba
para las víctimas. Lo que en la canción de Parodi, sería el significado de las
primaveras para las personas y no las primaveras en sí mismas. Y siguiendo con
el ejemplo, aunque se repartieron hasta lo imposible, la indemnización vía
administrativa intentará restituirlo de la mejor manera y la reparación simbólica
surgirá por la necesidad de reclamar justicia, significando el reconocimiento del
daño sufrido y la ruptura del dolor con que se ha vivido la pérdida, porque no
pueden con nuestra canción.
CONCLUSIÓN

En conclusión se puede decir el conflicto armado, se entiende como todo


enfrentamiento protagonizado por un grupo de diferentes índoles tales como
fuerzas militares regulares o irregulares, guerrillas, grupos armados de oposición,
grupos paramilitares, o comunidades étnicas o religiosas que, utilizando armas u
otras medidas de destrucción.

El conflicto armado en Colombia ha traído consigo un sinnúmero de


problemáticas, el país se ha visto sumergido en una guerra de poderes políticos
que ha desencadenado grupos revolucionarios que no se encontraban de acuerdo
con el partido que comandaba el poder, de allí nace las fuerzas revolucionarias de
Colombia más conocidos como FARC, entre otros grupos .

En sus inicios, la desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para


participación política dieron cabida al uso de la violencia y la lucha armada. Un
método que en esos años se fue reforzando con la irrupción del narcotráfico, el
narcoterrorismo, la presencia de nuevos actores políticos y armados en un
contexto de lucha revolucionaria, Guerra Fría y guerra contra el terrorismo que han
ido transformando el conflicto en su razón de ser y métodos de subsistencia.

Después de más de cinco décadas, de estar sumergidos en un conflicto tan


sangriento y doloroso, ambas parte gobierno y representantes de las FARC
llegaron a un acuerdo en busca de terminar con los secuestros, masacres,
atentados y desplazamientos de las zonas rurales por parte de ellos a los
campesinos, en este contexto, los grupos armados han justificado el uso de la
violencia por considerarla el único método para poder transformar la sociedad y
con la intención de no permitir cambios considerados como ilegítimos. Así pues, la
fractura creada por las desigualdades, el uso de la violencia y la lucha por el poder
ha marcado las dinámicas sociales y políticas que han tenido lugar en Colombia,
hoy en día el país abre un nuevo capítulo en su historia con el tratado de paz y los
actuales diálogos de paz con otros grupos revolucionarios.

En este sentido la tarea que cumple el trabajador social, es la de conocer las


políticas de desarrollo y de Bienestar Social en correspondencia con las
necesidades individuales y colectivas de la población, desarrollando procesos y
modalidades de intervención social. Siendo su objetivo principal la restauración de
las víctimas, partiendo de que son múltiples factores que se vulneraron mediante
el conflicto armado.

El profesional de trabajo social está llamado a interceder entre el Estado y los


afectados, teniendo en cuenta la ley de víctimas y restitución de tierras 1448 del
2011 debe contribuir con la elaboración de proyectos colectivos, a intervenir en los
procesos de recuperación psicológica y emocional, a asesorar y orientar a
aquellas personas que así lo requieran para realizar las gestiones y trámites
pertinentes para que pueda beneficiarse de las medidas y a su vez el trabajador
social debe acompañar a las víctimas en su proceso de duelo, mediante el
seguimiento ya sea individual o colectivo para que puedan recuperarse de sus
daños psico-sociales teniendo en cuenta que debe promover el bienestar de la
misma y de esta manera poder prevenir los factores de riesgo detectados y
reforzar los factores protectores que se logren identificar.

Cuando se habla de conflicto armando el trabajador social necesita replantear


críticamente sus paradigmas y su conocimiento previo para posicionarse
estratégicamente de cara a esa nueva realidad, aportar a su comprensión y
ayudar a su transformación por lo menos Colombia ha vivido muchos procesos a
raíz del conflicto armado como lo son, el desarme de las FARC-EP, la restitución
de tierras, la reparación de víctimas, etc. son coyunturas sociales que a menudo
son difíciles de asimilar y que desestabilizan a las comunidades, las familias o los
grupos sociales.

Por eso se hace necesario el acompañamiento y la guía de una persona


capacitada desde la teoría y desde la práctica para enfrentarse para este tipo de
situaciones es indispensable para sobrellevar este proceso de la mejor manera y
obtener los mejores resultados posibles para las comunidades afectadas que de
cierta manera estos son espacios que se han construido para la reconciliación
nacional y en los cuales el trabajador social puede hacer frente de una manera
crítica, Reflexiva y así identificar estrategias de no violencia.

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