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Tema 34 – Conquista, colonización y administración en la América hispánica en los siglos XVI

al XVIII.

1. INTRODUCCIÓN

2. DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN

2.1. PRECISIÓN CONCEPTUAL.

2.2. CAUSAS PRINCIPALES DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS

2.3. LA FIGURA DE CRISTÓBAL COLÓN.

2.4. FASES DE LA CONQUISTA.

2.5. OTROS DESCUBRIDORES Y CONQUISTADORES:

2.5.1 LA CONQUISTA DE MÉXICO

2.5.2 LA CONQUISTA DEL PERÚ

2.5.3 OTROS TERRITORIOS, OTROS CONQUISTADORES.

3. ADMINISTRACIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA.

3.1. PRINCIPALES INSTITUCIONES.

Consejo de Indias.

Adelantados

Virreinato Gobernaciones

Capitanías generales

Las Audiencias

Hacienda

Iglesia

Las reducciones

La Inquisición

Casa de la Contratación

3.2. EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIOECONÓMICAS

3.2.1 SIGLO XVI

3.2.2 SIGLO XVII

3.2.3 SIGLO XVIII.

4. CONCLUSIONES

5. BIBLIOGRAFÍA
1 INTRODUCCIÓN
El conocimiento de realidades como la de la conquista de la América hispánica nos
ayudan a entender la evolución hasta nuestros días de ese continente y de las
relaciones con él tanto de España como de Europa y, como no, de EE UU. Este asunto
se aborda desde una perspectiva integral en 3º de la Eso, estándares de evaluación 94
y 95 en referencia expresa a la expansión a América y su descubrimiento, y en 2º de
Bachillerato, criterios de evaluación 4 y 5; y estándares de aprendizaje 33, 34 y 35, en
el que se analizan las consecuencias del descubrimiento, conquista y administración de
América, y 43 y 41, con un análisis de los principales acontecimientos históricos del
siglo.
En todas las épocas el afán de exploración ha sido una características del ser humano
pero hemos de entrar en el siglo XV para entender este proceso como un proyecto de
estado, tal y como refleja el profesor Antonio Domínguez Ortiz (Historia Universal.
Edad Moderna, Ed. Vicens Vives). El descubrimiento de América es el mayor hecho que
caracteriza a la Modernidad. Castilla y Portugal adquieren el máximo protagonismo y
América se convierte en el gran teatro de operaciones.
Nos centraremos solamente en los aspectos que recoge el título del tema.
Comenzaremos precisando algunos conceptos básicos, haremos un esbozo de la
conquista. Nos detendremos en la evolución socioeconómica y política de la
colonización. Abordaremos posteriormente los instrumentos de administración y
terminaremos con una valoración global del periodo unas referencias bibliográficas.
2 DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN
2.1 PRECISIÓN CONCEPTUAL
Antes de abordar el tema en sí, es necesario precisar el término de América Hispánica,
en referencia al conjunto territorial del gran continente americano que fue
conquistado y ocupado por Colón y sus sucesores, en el que se asentó una base firme y
fuerte de colonización española. La formaban los virreinatos de Nueva España, Nueva
Granada, Perú y La Plata, y las capitanías generales de Cuba, Puerto Rico, Caracas,
Chile…
La conquista fue el proceso por el cual los territorios descubiertos fueron ocupados, y
en ellos se ejerció una acción política de dominación y estructuración desde la
península, cuyo efecto perduró durante varios de los siglos posteriores como a
continuación veremos. Los países colonizadores de la América a la que se refiere el
tema fueron España y Portugal, fundamentalmente, aunque en épocas posteriores, a
partir del siglo XVIII aumentó la importancia de la colonización francesa y la influencia
tanto inglesa como holandesa.

2.2 CAUSAS PRINCIPALES DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS


El empuje que a partir del siglo XV tomaron los descubrimientos marítimos viene
determinado por varios factores: el gran perfeccionamiento de los instrumentos
náuticos, el interés por las navegaciones a distancia, la motivación religiosa y los
motivos políticos y sociales en el momento en el que finaliza la Reconquista en la
Península Ibérica, con un claro afán de poseer nuevas tierras y mantener una
propaganda al servicio del Estado. A ello se suman de forma determinante los motivos
económicos como busca de beneficios comerciales, de materias primas indispensables,
de energía barata (esclavos) y de oro.

2.3 LA FIGURA DE CRISTÓBAL COLÓN


Cristóbal Colón, Cristóforo Columbus, fue un hombre emprendedor y decidido, un gran
navegante cuyo origen real ha sido muy discutido. Para algunos, su procedencia es
evidentemente italiana, de Génova, para otros no está tan claro. Nació hacia 1450 y
murió en mayo del 1506. Fue el descubridor del llamado Nuevo Mundo, en su
búsqueda de las Indias por una nueva ruta. A lo largo de sus viajes concibió y maduró
su proyecto de exploración de las Indias por los mares de occidente, ofreciéndolo a
diversas cortes y magnates que rechazaron colaborar con él. Finalmente, encontró el
apoyo necesario en la figura de Isabel La Católica.
El primer viaje lo realizó el 3 de agosto de 1492 y partió desde Palos en las carabelas
Pinta, Niña y Santa María en busca de una nueva ruta hacia las Indias. Canarias jugó un
papel fundamental en este viaje, puesto que además de ser el último puerto de Europa
del que zarparon las carabelas, fueron un punto de repostaje en todos los sentidos. Las
carabelas llegaron a las Islas el 9 de agosto y partieron el 6 de septiembre con
numerosos marineros canarios conocidos por su destreza y conocimientos de las
aguas.
El 12 de octubre desembarca en la isla que bautizará con el nombre de San Salvador.
Después de recorrer varias de las islas antillanas, funda el Fuerte de Navidad (Santo
Domingo) y regresa a Castilla en un viaje de gran dificultad. Colón desembarca en
Lisboa con la Niña y los hermanos pinzones en Galicia con la Pinta. Pese a que en su
informe a los reyes, algunos como Pedro Mártir de Anglería lo consideraron un nuevo
mundo, Colón persistió en su llegada a la India.
En viajes posteriores, se introdujo en el interior del continente. Juan Manzano sostiene
que en el segundo tocó la costa de Venezuela. Trabajó y navegó hasta el fin, fue traído
preso a España, sus relaciones con la monarquía no fueron realmente gratas y fluidas,
pasó increíbles fatigas en el cuarto viaje y murió con la amargura de que sus servicios
no eran debidamente recompensados.
Aún antes de morir Colón, ya el monopolio que pretendía sobre los descubrimientos
(Capitulaciones de Santa Fe) se había roto; navegantes del condado de Niebla,
conocedores de la ruta, se lanzaron a la aventura con permiso o sin él. Alonso de
Ojeda, Pedro Alonso Niño, Vicente Yáñez Pinzón, el compañero de Colón en el primer
viaje, Diego de Lepe, Rodrigo de Bastidas, entre 1499 y 1502 exploraron el literal de
Colombia y Venezuela trayendo como botín perlas, abundantes en la isla de La
Margarita, maderas tintóreas y esclavos. Allí estuvieron también Juan de la Cosa (autor
del primer mapa) y Américo Vespucio.
El Descubrimiento tuvo una enorme repercusión en política internacional. Juan II de
Portugal reclamó la tierras al Papa por su compromiso de evangelización, quien le
otorgó la autorización que más tarde fue modificada por el Tratado de Tordesillas, que
fijó una nueva línea de demarcación a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.

2.4. FASES DE LA CONQUISTA


Durante el reinado de los Reyes Católicos y de Carlos V, se desarrollan todas las
principales conquistas españolas del continente americano. El proceso se puede dividir
en cuatro, las tres primeras son cronológicas y suponen la conquista de las Antillas,
Méjico y Perú, la última son otras conquistas de menor relevancia histórica. La corona
se reserva la quinta parte de todos los beneficios y lo único que hace es dar la
capitulación donde se premia sobre lo que se va a conseguir, sin poner la Corona
capital propio. El beneficio económico de la conquista es en función del botín.
La conquista de las Antillas se desarrolla durante los primeros veinte años de
ocupación. Tomando como base Santo Domingo, los españoles van ocupando las
distintas islas antillanas, culminando este proceso con la ocupación de Cuba. Los
principales problemas políticos proceden de la disputa entre los de Colón que quieren
monopolizar la conquista y los reyes que desean establecer un realengo sobre las
tierras recién descubiertas. Esta conquista busca extraer oro y perlas, que pronto se
agotan. Se intenta la explotación agrícola de las tierras, pero los indios acaban por
desaparecer, primero por las violencias de los españoles, pero, sobre todo, por las
infecciones microbianas. En 1511 se inicia el envío de esclavos negros africanos para
suplir la mano de obra indígena. La familia Colón y la Corona tuvieron varios conflictos
por el gobierno de las Antillas y acabaron en un larguísimo pleito.
La conquista del imperio Azteca se inicia desde la isla de Cuba, donde Diego Velázquez
autoriza a Hernán Cortés a emprender un viaje de descubrimiento y rescate. Al frente
de setecientos españoles, con algunos caballos y cañones, y doscientos auxiliares
indios y negros, emprende en 1519 la expedición que le lleva a desembarcar en
Tabasco. Pronto recibe a los indios totonecas que le solicitan ayuda para acabar con el
dominio azteca, para lo que le facilitan varios miles de indios. Se introduce en el
continente, acompañado de la india doña Marina, que habla nahuatl, la lengua azteca.
Consigue también apoyo de Tlaxcala. Entró en Tenochtitlán pacíficamente en
noviembre de 1519, ya que Moctezuma creía que Cortés era el enviado de
Quezalcoatl. El desembarco de los hombres de Pánfilo de Narváez rompe la idea azteca
enviados del dios. Cortés se impone sobre Narváez y se queda con sus hombres, pero
la rebelión de Tenochtitlan obliga a los españoles a retirarse hasta Tlaxcala, después de
una gran masacre y de la batalla de Otumba donde Cortés frenó a los aztecas que les
perseguían. En 1521 emprende la definitiva conquista de Tenochtitlán, destruyendo
todo el poder de los aztecas. Prácticamente todo lo que fue el imperio azteca se
convirtió en tributario de Cortés, quien consiguió finalmente el nombramiento de
Gobernador de Nueva España, gracias a la situación de hecho y a la contribución
económica que resultaba en esos años tan necesaria al Emperador.
La conquista del imperio Inca se inicia desde Panamá, donde Pedrarias actúa como
Lugarteniente. Francisco Pizarro lleva muchos años en América, y después de varias
expediciones por la costa y conseguir en Toledo la Capitulación, habiendo despachado
el asunto el mismo Emperador, que se encontraba en esos tiempos en la ciudad del
Tajo, comienza la expedición hacia el imperio incaico. No tuvo las facilidades de Cortés
para conseguir aliados, pero sí que aprovechó las disputas por el poder entre
Atahualpa y Huascar. En 1532 llegó a Cajamarca donde hizo prisionero a Atahualpa, y
en 1533 partió hacia Cuzco. Junto con Pizarro estaba Almagro, y al tener noticias en
Panamá de los logros de ambos, se envían otras expediciones como la de Benalcázar
que ocupa Quito. Al igual que con los aztecas, se aprovechó el sistema político y
económico incaico para extraer riquezas del territorio. Desde las nuevas fundaciones
españolas de Lima, y Quito partieron después otras expediciones.
Las otras conquistas son importantes por los espacios que ocupan pero no por las
civilizaciones que se conquistan. Los españoles exploraron en apenas medio siglo, toda
la costa y partes del interior que les correspondían en el Tratado de Tordesillas. Se
había explorado la mitad sur de Norteamérica, la costa de California, los cursos de los
ríos Mississippi y Grande, toda Centroamérica, recorridos los cursos del Amazonas y
remontado el del Orinoco, estableciendo fundaciones en la costa de Chile y en la
desembocadura del río de la Plata. Elcano había circunnavegado el globo. A partir del
año 1540 dejan de darse capitulaciones y en 1573 se prohíbe toda nueva conquista. La
administración castellana quiere evitar los problemas derivados de controlar
territorios tan extensos y los inconvenientes por la escasa población disponible. La
extensión del territorio será debido a las anchas franjas que forman las misiones en los
límites del dominio español.
Muchas de las islas antillanas quedaron abandonadas y solo demasiado tarde se dio
cuenta la administración castellana del peligro que representaba como refugio de
piratas y punto de enlace para el contrabando de ingleses, franceses y holandeses. A
mediados del siglo XVII hay un intento de ocupación. En el siglo XVIII desde el
virreinato de Nueva España hay una progresión hacia el norte para acabar con las
incursiones de indios norteamericanos (apaches y comanches) en la zona de Sonora y
frenar los avances de rusos e ingleses por la costa de California. El punto más
septentrional es la bahía de Nootka, límite de españoles e ingleses, en la isla de
Vancouver.
3. ADMINISTRACIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA
Aunque no existen datos fidedignos, puede estimarse que el total de la población en el
continente americano al llegar los españoles fuera de unos 40 millones. Los indios, en
general, huyen de la colonización. Los españoles dividen a los indios entre caciques y
tributarios. Se va a conocer una extraordinaria mortandad de los indios por tres causas
principales: epidemias importadas de Europa, desánimo vital por la ruptura de su
organización político-religiosa y escasas perspectivas de futuro, y el mestizaje debido a
que la emigración de españoles fue mayoritariamente de varones que tomaban las
mujeres jóvenes indígenas.
Un experimento de los españoles fue aislar al indio, que solo reciba contacto religioso.
Hay que recordar que las bulas pontificias otorgan la posesión de las tierras que no
pertenezcan a príncipe cristiano con la condición de su evangelización. Esta labor será
tomada muy en serio tanto por la Corona como por los conquistadores que siempre se
acompañan de sacerdotes.
La emigración va a ser muy controlado para impedir la entrada de ‘gentes indeseables’.
En un principio viajan extremeños y andaluces; en el siglo XVII son gallegos, asturianos,
vascos y canarios; y solo en el XVIII y en muy escaso número aragoneses o catalanes.
Habrá tres grupos de privilegiados: funcionarios reales, encomenderos y eclesiásticos.
Se forma una sociedad de castas, donde los blancos se dividen entre peninsulares y
criollos, por debajo están los indios que son tributarios, y después los negros en su
inmensa mayoría esclavos. El grupo más perjudicado es el de mestizos y mulatos.
La esclavitud de los indios estaba prohibida, por lo que se introdujeron esclavos negros
africanos. En el siglo XVI se consiguió eludir la prohibición de la esclavización indígena
mediante la Encomienda. Esta institución consistía en que un español evangelizaba a
los indios y estos trabajaban para él, algo a lo que se opusieron las instancias religiosas
se opusieron a este sistema. Se limitan en las Leyes de Burgos (1512) y son abolidas en
las Leyes Nuevas de 1542 provocando la rebelión de Gonzalo Pizarro y otras violencias
que dejan en suspenso la ley. Son entonces convertidas en vitalicias, pero no
perpetuas. Aún conseguirán los encomenderos transmitirlas a una segunda y tercera
generación, pero apenas unas pocas llegan hasta el siglo siguiente. En las postrimerías
del siglo XVI los descendientes de los conquistadores dejan su preeminencia social a
los nuevos ricos, sobre todo comerciantes.
Se fundaron numerosas ciudades, teniendo todas una misma estructura urbanística,
con calles rectas y manzanas cuadradas. Con una plaza cuadrada o rectangular donde
se sitúa la catedral, cabildo, capitanía general, audiencia, universidad, o la institución
pública principal de la localidad. Las ciudades podían ser militares, mineras y
misioneras.
Tuvieron una gran importancia las reducciones realizadas por jesuitas. Consistía en
cerrar un espacio amplio, donde los jesuitas establecían ciudades con muy pocos
jesuitas y varios miles de indios. Los evangelizaban y hacían autosuficientes. Destacan
las hechas en Paraguay, zona fronteriza con Portugal. Llegaron a reunir 300.000 indios.
Estos eran libres, pero tenían un régimen de trabajo duro. Esta experiencia acaba con
la expulsión de los jesuitas en tiempos de Carlos III.
El criollo es un hijo de españoles, nacido en las Indias, con un status económico alto
que no se corresponde con su nivel de acceso a la política. Se forman en las
universidades fundadas en América desde el siglo XVI y ocupan los principales cargos
en la administración y el ejército en América durante el siglo XVII. Serán relevados por
peninsulares en tiempos de Carlos III. Se hace sentir un gran malestar con diversos
levantamientos: Comuneros de Socorro, Rebelión de los Plateros, Rebelión de Tupac
Amaru (1780). Es un malestar social, no político. Cuando surjan las condiciones
políticas adecuadas serán los protagonistas del proceso de emancipación de los
territorios americanos de España.

3.1. PRINCIPALES INSTITUCIONES.


La organización de la administración en las Indias tiene dos fases. La primera abarca los
siglos XVI y XVII y se organiza fundamentalmente en los reinados de los Reyes Católicos
y Carlos V. Hay una asimilación de las instituciones castellanas y un intento de crear
una sociedad ideal. Este sistema acaba anquilosado durante todo el siglo XVII. La
segunda fase son las reformas borbónicas y abarca todo el siglo XVIII. Quieren
recuperar los cargos y rentas públicas para mejorar en eficacia de gestión y conseguir
mayores ingresos. Pretende utilizar solo funcionarios públicos preparados en lugar de
la venta de cargos. Pretende lograr una mayor dependencia de los territorios con
respecto a la metrópoli.
Consejo de Indias. Es un órgano legislativo que se implantó en 1524 y que se mantuvo
hasta que se inició el proceso de independencia del territorio. Era una institución
consultiva que elabora las leyes que se iban promulgando en las Indias. Era un
organismo colegiado que ejercerá en nombre del rey funciones gubernativas,
legislativas, judiciales, fiscales y eclesiásticas. Además, se encargaba de la recogida y
repartimiento de los impuestos sobre el tráfico y las mercancías. Era la autoridad
suprema después del Rey.
Pero en las Indias pronto fue necesario diseñar un andamiaje institucional que se
adecuara a la realidad que la creciente conquista y colonización imponía. En los
primeros tiempos se nombraron adelantados con la misma función que en la
Reconquista medieval. Pronto se adoptó una institución privativa del reino de Aragón:
el virreinato. Durante el siglo XVI se crearon dos Virreinatos, el de Nueva España
(1535), y el del Perú (1542), posteriormente, ya el siglo XVIII, el de la Plata y el de
Nueva Granada. El virrey casi siempre es un personaje de alta o noble cuna cercano al
rey o a su valido y es la máxima autoridad militar, política y económica. El favoritismo y
la corrupción fueron muy comunes. Cada virreinato se dividía a su vez en
circunscripciones territoriales menores llamadas gobernaciones. El rey nombraba a los
gobernadores, y estos se encargarían de la administración y el gobierno de las nuevas
provincias. Las gobernaciones fronterizas las dirigía se denominaban capitanías
generales porque estaban regidas por un militar con esa graduación. Las
gobernaciones o capitanías se dividían en corregimientos (más abundantes en el Perú)
y alcaldías mayores (sobre todo en México). Se encargan de la administración local.
Aquí fue muy frecuente la venta de cargos (sobre todo en el XVII), que sería
aprovechada por los criollos para ascender.
Las Audiencias suponían otro órgano de control legislativo, como tribunales itinerantes
que actuaban en las provincias. A imitación de las peninsulares, la primera fue la de
Santo Domingo en 1511, seguida por la de México en 1527 y posteriormente otras que
llegaron a constituir una auténtica red de jurisdicciones independientes (4 en Nueva
España y 8 en el Perú). La administración de justicia en sus grados medios e inferiores
se encontraba en manos de los gobernadores, corregidores, alcaldes mayores y
alcaldes ordinarios o municipales. En la base del organigrama se situaban los Cabildos
o Ayuntamientos.
La administración de Hacienda se encontraba regida por diversos oficiales, contadores,
tesoreros, veedores, recaudadores, arrendadores y escribanos, quienes se
encontraban insertos en un sistema muy similar al metropolitano (almojarifazgo,
quinto real, diezmos eclesiásticos, alcabalas, sisas, cruzada, monopolios fiscales, así
como la capitación que tributaban los indios consistente en dos pesos anuales por
individuo. Una institución de los primeros años fue la encomienda indiana o
circunscripción territorial cuyos habitantes en vez de tributar al rey, eran tributarios
del encomendero, que se ocupaba de su protección y defensa. La institución,
concebida como un medio de recompensar a los conquistadores sin esclavizar a los
indios se desnaturalizó muy pronto.
Por lo que se refiere a la Iglesia, hay que partir del hecho de que la Corona de Castilla
convirtió la conquista y colonización en una empresa evangelizadora y misional. El
papado pronto legisló para la administración religiosa y el cobro del diezmo en
América (Alejandro VI, Julio II) y los primeros obispados americanos fueron erigidos en
1504 en la isla La Española (Santo Domingo, Concepción de la Vega) sufragáneas del
arzobispado de Sevilla. Después vendría Puerto Rico. Los nuevos límites diocesanos se
establecieron a mediados del XVI, cuando se consolidaron las demarcaciones civiles.
Con el tiempo, destacaron los Arzobispados de Santo Domingo, México y Lima.
Importante fue también la presencia de la Compañía de Jesús y la actitud misionera de
ésta y de otras congregaciones religiosas. Fueron las órdenes evangelizadoras las
encargadas de inculcar a los indígenas una nueva religión por la que debían creer en
unos misterios que resultaban inexplicables ante sus ojos. Estas órdenes religiosas
fueron fundamentales en el proceso de adaptación de los indios a las nuevas
costumbres y ritmo de vida, no solo en lo que se refirió a la religión. Desde los
franciscanos a los polémicos jesuitas, todos tenían la misión de fomentar ese proceso
de adaptación a la religión católica, que en muchas ocasiones llegó más allá, al nuevo
proceso de culturización. Los más conocidos, sin duda, los jesuitas, quienes incluso
fueron expulsados de esas tierras en los últimos años de vinculación a la península.
Destacaron las reducciones de indios. De todas ellas la que despertó más interés fue la
que llevaron a cabo los jesuitas en Paraguay, conocida como reducciones guaraníes,
oficializadas desde tiempos de Felipe III, que alcanzaban 38 pueblos y que se mantuvo
como un estado virtual durante más de centuria y media. En 1570 se instaló el Tribunal
de la Inquisición en América, primero en Perú, después en México y en 1610 en
Cartagena.
Desde Sevilla, la Casa de la Contratación era el organismo de control de movimiento
hacia las Indias, donde se gestionaban las mercancías, así como los individuos que
podían partir hacia el Nuevo Mundo. También se vigilaba el transporte y los productos
que tenían acceso a la Península. No todos los que querían podían tener acceso a las
Indias. En un principio el acceso fue restringido. Acuden poderosos y ambiciosos y
poco a poco se abrieron las puertas a trabajadores y campesinos. Importante fue la
pureza de sangre, ni judíos ni extranjeros podían acudir. Esta institución se mantuvo
hasta 1790 en Sevilla. Posteriormente se trasladó luego a Cádiz.
3.2. EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIOECONÓMICAS
3.2.1 SIGLO XVI
A lo largo del siglo XVI se establecieron intensas relaciones comerciales entre España y
los colonos instalados en América. España enviaba a América toda clase de productos
(alimentos, vestidos, herramientas…) a cambio de oro y plata. Las grandes minas de
plata del continente -especialmente en México y Bolivia (Potosí)- empezaron a
explotarse a partir de 1540.
Las minas eran del rey como único propietario del subsuelo, y éste concedía la
explotación a los particulares a cambio de la entrega a la corona de una quinta parte
del metal extraído. Los historiadores distinguen cuatro etapas en el desarrollo del
tráfico comercial con América en el siglo XVI.
Primera etapa: 1492 a 1503; el comercio es monopolio de la Corona y de Colón.
Segunda etapa: 1503 a 1510; el comercio se convierte en monopolio de la Corona.
Tercera etapa: A partir de 1510; el rey autoriza a todos sus súbditos a comerciar con
América.
Cuarta etapa: Desde mediados del siglo XVI este comercio se va convirtiendo en un
monopolio del puerto de Sevilla y de los comerciantes allí establecidos.
3.2.2 SIGLO XVII
En la primera mitad del siglo XVII se descompone el sistema de control y explotación
de América creado por los castellanos en el siglo XVI. Manifestaciones de este hecho
fueron:
La disminución de las cantidades de oro y plata extraídas de las minas americanas y
enviadas a España.
La decadencia del comercio entre España y América.
El aumento de los intercambios entre las distintas regiones americanas, en las que
surge una producción bastante diversificada (no sólo agrícola, sino también industrial).
La penetración creciente de los comerciantes holandeses e ingleses en los mercados
americanos, en forma de un activo contrabando.
La consolidación de una clase dominante formada por los descendientes de españoles
afincados en América, los criollos, que han conseguido acumular grandes propiedades
(«haciendas») explotadas gracias al trabajo de una mano de obra indígena o mestiza,
que mantiene lazos de dependencia personal con el hacendado. Tales propiedades a
veces actuaban como una unidad económica autosuficiente, pero en otros casos se
transformaron en productoras de artículos de gran aceptación en los mercados
europeos: azúcar, tabaco, cacao, café, pieles… La Corona de España perdió el control
de los cargos de gobierno de tipo local o de pequeños territorios, debido a que, en
muchos casos, dejó de pagarles sus sueldos. En estos casos, tales autoridades se
aliaron con los poderosos de la región (hacendados o comerciantes).
3.2.3 Siglo XVIII (Navarro García, L.: Hispanoamérica en el siglo XVIII, Sevilla, 1975)
A principios del siglo XVIII la sociedad colonial americana era una sociedad muy
estratificada en la que había una serie de grupos cerrados, casi se podría hablar de
«castas».
Aparecen, por orden de categoría social, cinco grandes grupos: Los «criollos» (blancos
americanos); los mestizos (mezcla de blanco e indígena); los indígenas; los negros
(esclavos o liberados); y los mulatos o «pardos» (mezcla de blanco y negro).
Los criollos sentían siempre su situación amenazada por los deseos de promoción de
las clases inferiores, de ahí la ambivalencia de sus sentimientos hacia la administración
española. El sentimiento de ser dominados y explotados fue creciendo entre los
criollos a lo largo del siglo XVIII y cuando, en 1808, el gobierno español ya no pudo
cumplir su función de guardián del orden en América, los criollos se apresuraron a
tomar las riendas del poder político para mantener el orden social.
Los políticos ilustrados españoles concibieron a mediados del siglo XVIII un proyecto
para recuperar el control político y económico de América, perdido en buena parte
durante el siglo anterior.
La realización de este plan dio lugar a una serie de acciones bien meditadas:
Creación de una administración territorial y local eficiente en manos de funcionarios
españoles, pagados por la Corona, que se mostraban menos complacientes con los
potentados criollos que los del siglo XVII.
Aumento de la presión fiscal, en forma de impuestos bien controlados, totalmente
administrados por los gobiernos españoles y, en buena parte, no gastados en América.
Creación de un ejército eficaz formado, en gran parte, por criollos y mulatos.
Reorganización del comercio entre España y América para lograr que los intercambios
entre América y Europa se hicieran a través de intermediarios españoles.
El renacimiento comercial inundó la América española de productos europeos que
arruinaron buena parte de las incipientes industrias creadas en América en el siglo
XVII. Asimismo, se cortó el sistema de comercio interamericano, orientando el
comercio exterior de cada región americana hacia España.
Teniendo en cuenta que el comercio con España estuvo en manos de comerciantes
españoles hasta 1796, se comprende la irritación de los comerciantes criollos, a los que
sólo se les dejó el comercio interamericano en decadencia.
4. CONCLUSIONES
La irrupción del poblador blanco en América supuso un gran cambio, al que tenemos
que añadir la llegada de trabajadores, esclavos negros de África a estos mismos
territorios. En principio, los pobladores castellanos eran varones, por lo que las
relaciones con las indígenas se hicieron frecuentes. De esta unión nacieron los
mestizos. Tampoco se pudo evitar el entrecruzamiento con la población negra, y dio
como resultado una población mulata. A pesar de que poco a poco también llegó al
territorio indiano el resto de la familia europea, siguieron dándose las relaciones extra-
matrimoniales y por tanto seguían procreando. La población blanca, se solía integrar
con la élite socioeconómica americana, de su resultado, nacen los criollos. Aunque no
existía ningún tipo de ley que prohibiera estas relaciones, para los europeos era algo
que se veía mal, por lo que los matrimonios fueron escasos. La Iglesia por su parte se
negó y combatió siempre contra estas relaciones.
La principal característica de la nueva sociedad americana es su diversidad y su
jerarquización, resultado directo de la mezcla de sangre y la variedad racial. Se creó
poco a poco una jerarquía social, en la que se situaba en primer plano a los
peninsulares, después de ellos, criollos (hijos de peninsulares nacidos en las Indias),
mestizos, negros e indígenas, los últimos en consideración, a pesar de que las normas y
leyes abogaban por su respeto. El acceso de unos grupos a otros era difícil, pues en
general venía condicionado por la sangre. Además, la población no se distribuía por
igual en el continente, sino que dependiendo de los métodos de trabajo de
repoblación abundaban más los europeos o los negros. La población indígena en
general sufrió un fuerte descenso durante las primeras décadas. Posteriormente, la
población negra que se traía como mano de obra esclava, abundaba por la zona de
Brasil y el Caribe. Las Antillas eran repobladas con esta población, que sufrió una fuerte
mortalidad en los primeros años por las dificultades de adaptación a los nuevos
territorios así como por las malas condiciones de vida que sufrían. Los criollos, fueron
los que poco a poco se fueron fortaleciendo como casta hasta que al final fueron ellos
mismos los impulsores de la revolución contra la Península.
Numerosas y diversas consecuencias tuvieron el proceso de conquista y colonización
del nuevo Mundo.
En primer lugar, se abre a los ojos de Europa un nuevo exótico y espectacular mundo
que supone todo un territorio de expectativas y nuevas posibilidades. No sólo es un
territorio rico económicamente hablando, sino, también un nuevo lugar de expansión.
Es además un nuevo y extenso territorio geográfico desconocido, y por tanto se abren
las puertas al verdadero conocimiento del territorio, del mundo, del planeta tierra y su
realidad. Una nueva zona de expansión para los países, a los que de momento Europa
se les había quedado en cierto modo “pequeña”. Supone así pues un trasvase
poblaciones, en principio restringido, pero finalmente se fue haciendo más común.
Con esta gran conquista, dan comienzo las nuevas rivalidades, el nuevo proceso de
creación de los nuevos imperios coloniales, con base fundamentalmente económica.
La economía de tipo capitalista es impulsada para llegar hasta nuestros días. Se abre
un nuevo mercado, se dan a conocer nuevos productos, se establecen zonas de
producción y zonas de manufacturación, y el intercambio de materias primas y
productos de lo más diverso entre los territorios. Por lo tanto, la Burguesía como
sociedad de base económica se ve enormemente enriquecida, aparecen los primeros
bancos, se dan las primeras inversiones en las nuevas tierras.
Se expande la idea castellana de imperio unido, por el rey y por la religión. Se
producen enormes cambios sociales, sobre todo en el nuevo continente.

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