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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
* IIIIII
- lo . 2, éé, 25 º 3--dº
y 3s nº se s, 8
- y .
NUEVA DESCRIPCION y l
-
DE LA 3o
TIERRA SANTA, -
FORMADA. - A
segun el itinerario del viage ejecu- =é 2.
lado en el año de 18o6 por J. A. de
Chateaubriand de París á Jerusalen, y
de Jerusalen á París, yendo por Gre
cia y volviendo por Egipto, Berbería
y España.
2.- 2 48.42. éará 4 (2áz.
SEGUNDA EDICION.
-- S
TOMO II.
º-sºssº-a=dº
DE LA TIERRA SANTA.
PARTE TERCERA.
EL coRo.
º Hécuba, ¿ no vés á Andrómaca que
se acerca en un carro extrangero?. Su hijo,
el hijo de Hector, el jóven Astianaete
sigue al materno pecho.
HÉcUBA.
"¡Oh muger desgraciada, á qué para
geste han traido, cercada de las armas
/
iO NUEVA DESCRIPCION'
de Hector, y de los despojos de Phry-
gia! M
ANDRÓMACA. i'
"Oh dolor!
HÉCUBA.
"Hijos míos!
ANDRÓMACA.
"Infeliz!
HÉCUBA.
"Y mis hijos?.....
ANDRÓMACA.
"Corre, esposo mio!
HÉCUBA. '' ' .
"Sí, ven terror de los griegos. O tú
el mayor de todos mis hijos! Vuelve á
Priámo en los infiernos aquella que en la
tierra tan tiernamente amó." * « .
EL CORO.
"Solo nos quedan lágrimas para der
ramar sobre estas ruinas. El dolor suce
dió al dolor Troya sufre el yugo de
la esclavitud.
HÉCUBA.
"¡Luego cayó el palacio en que fui
madre! '. v.'—í -"' * v
DE LA TIERRA SANTA. 11
EL CORO.
" Oh , hijos mios ! vuestra patria se con
virtió en un desierto (1)."
Mientras que yo estaba ocupado en el
dolor de Hécuba , los descendientes de ¡os
griegos , parecian alegrarse en nuestro
navio de la muerte de Priámo. Dos ma
rineros se pusieron á bailar en el puente
al son de una lira y de un tamboril y e-
jecutando una especie de pantomima. Ya
levantaban las manos al ciclo, ya ponian
una como en jarras , y alargaban la otra
cual un orador que está arengando , y
luego la llevaban al pecho , á la frente
y á los ojos , y todo esto intermediado
con posturas mas ó menos raras , que na—
da parecian significar , semejándose mu
cho á las contorsiones y gestos.de los sal—
vages. Á esta pantom'ma , siguió una rue
da de todos , en donde formaban figuras
muy semejantes á los bajos relieves don
de se vén danzas ant'guas. Por fortuna
la sombra de las velas del navio me ocul-
(1) Job. \
(2) El mismo.
(3) Salmo.
DE LA TIERRA sANTA. 35
diodía se veía aquel Egipto donde el Se
ñor entró en una ligera nube para secar
los canales del Nilo y derribar los ído
los (). Ácia el norte se elevaba aquella
reina de las ciudades, cuyos mercaderes
eran príncipes (2), Ululate, naves maris,
quia devastata est fortitudo vestra !......
Attrita est civitas vanitatis, clausa est om
mis domus mullo introeunte..... quia hacc erunt
in medio terrae..... qu0modo si paucae oliva
que remanserunt excutiantur ex oleá, ut
racemi, cum fuerit finita vindemia. “Ahu
llad, naves del mar, porque destruida
fué vuestra fuerza..... herida está la ciu
dad de las vanidades: cerradas están to
das sus casas y nadie entra en ellas......
porque los hombres que permanezcan en
estos parages serán como aquellas acei
tunas que quedan en el árbol despues de
recogido el fruto, ó los racimos des
pues de la vendimia.” Y éste ya es otro
género de antigüedades explicadas por
(2) S. Lucas.
DE LA TIERRA SANTA. 8Í
sentada la Virgen teniendo al niño en
sus brazos para que le adorasen los
magos.
"Estando Jesus en Bethleem de Judá
en tiempo del rey Herodes, llegaron á
Jerusalen magos venidos del ciente."
"Preguntando: ¿Dónde está el Rey de
los judíos que acaba de nacer? porque
hemos visto su estrella en el oriente, y
temos venido á adorarle"
(») S. Mateo.
Tomo 11. 6
82 NUEVA DESCRIPCION
I
DE LA TIERRAt SANTA. 97
este monasterio tres ó cuatro mil calave
ras, que son de los religiosos que han
muerto los infieles. Los religiosos me de
jaron pasar un cuarto de hora contem
plándolas, como si adivinasen que yo
intentaba pintar algun dia el estado del
alma de los solitarios de la Thebaida.
Pero aun me causa pena el acordarme
que uno de aquellos religiosos quiso ha
blarme de política, y descubrirme las se
cretas intenciones de la corte de Rusia;
y yo no pude menos de decirle: Ay pa
dre mio, ¿si aquí no hallais la paz, dón>»
de ireis á buscarla (<)?"
- a 1. . . . . . . . . . .
DE LA TIERRA sANTA. 109
Muriato de cal. . 3.920
De Magnesia... 10.246
- De Sosa. . . . . . 10.360
Sulfalto de cal... 0.054
- - 24.580 sobre 100.
-
-
&
(1) , Fervens et fremens sorbet terram ; ubi
audierit buccinam , dicit vah! - -
* --
DE LA TIERRA SANTA. 131
contaba: algunas cabezas de caballos que
salian por encima del corro, y entre las
sombras, acababan de dar á este cuadro
el carácter mas pintoresco, principalmen
te añadiendo parte del paisage del Mar
Muerto y de las montañas de Judéa.
Si con el mayor interes había estudía
do yo á las naciones salvages de Améri
ca en las orillas de sus lagos, cuán di
ferente casta de salvages no contempla
ba aquí! Tenia á la vista á los descen
dientes de la familia primitiva de los hom
bres: los veía con las mismas costumbres
que conservaron desde el tiempo de Agar
y de Ismael, en el mismo desierto que
les señaló el Señor por herencia: Moratus
est in solitudine, habitavitque in deserto
Pharan. Los encontraba en el valle del
Jordán, á los pies de los montes de Sa
maria, en los caminos de Habron, en los
parages donde la voz de Josué detuvo
el sol, en los campos de Gomorra que
humean aún con la cólera de Jehovah,
y que despues consolaron las misericor
diosas maravillas de Jesucristo.
Lo que principalmente diferencia á los
3%
132 NUEVA DESCRIPCION
árabes de los pueblos del Nuevo Mundo,
es que entre la rustiquez de los primeros
se halla alguna finura en sus costumbres:
se conoce que han nacido en aquel orien-r
te donde tuvieron su origen todas las ar
tes , todas las ciencias , y todas las reli
giones. Oculto á las extremidades del oc
cidente , en un pais apartado del univer
so , el canadiense habita en valles som
bríos, poblados de eternos bosques, y re
gados con inmensos ríos : el árabe arro
jado , por decirlo así , en el gran cami
no del mundo, entre el África y el Asia,
vaga por las brillantes regiones de la au-r
rora, en un terreno sin árboles y sina-
gua. Entre las tribus de los descendien
tes de Ismael se, necesitan amos y cria
dos , animales domésticos , una libertad
sujeta á leyes. Entre las hordas ameri
canas, el hombre se halla aun entera
mente solo con su feroz y cruel indepen
dencia: en lugar de una manta de lana
tiene una piel de oso : en lugar de una
lanza la flecha, de un puñal una clava:
no conoce ni estima el datil , la sandía,
Ja leche de camello: en sus festines quie-
.
DE LA TIERRA SANTA, 133
re carne y sangre. No tegió el pelo de
la cabra para fabricarse una tienda de
campaña donde guarecerse: el olmo que
se cae de puro viejo , le dá su corteza pa
ra su choza. No domó al caballo para
perseguir á la gacela, pues él mismo al
canza al arce en la carrera. No pertene
ce por su origen á las grandes naciones
civilizadas : no se encuentra el nombre
de sus abuelos en los fastos de los impe
rios: los contemporáneos de sus antepa
sados son las encinas viejas que aún se
tienen en pie. Monumentos de la natu
raleza , y no de la historia , los sepulcros
de sus padres se hallan en desconocidos
bosques. En una palabra, todo manifies
ta en el salvage americano que aun no
ta llegado al estado de civilizacion; y en
el árabe que es el hombre civilizado que
ha retrocedido at estado salvage.
Partimos de la fuente de Eliseo el dia
6 á las tres de la tarde para volvernos ú
Jerusalen. Dejamos á la derecha el mon
te de la Cuarentena que se eleva sobre
Jericó, precisamente delante del monte
434. NUEVA DESCRIPCION
),
puas, y sus ramas son muy flexibles, y
sus hojas de un verde obscuro como el de
l
la yedra; y tal vez los enemigos de Je
sucristo escogerian para añadir la burla
al castigo una planta que se semeja á Aº
...Tomo II. 13
194 NUEVA DESCRIPCION
(1) Tertuliano.
(2) Ludolpho.
493 NUEVA DESCRIPCION
(1) Tobías.
202 NUEVA DESCRIPCION
Josué, en el primer año de su entra
da en la tierra de Promision , tomó la
parte baja de la ciudad de Jerusalen, dan
do muerte al rey Adonisedech y á los
cuatro reyes de Ebron, de Jerimol, de
Lachís y de Eglon; pero los jebuseos per
manecieron dueños de la parte alta, ó
de la ciudadela de Jebus, de la que solo
fueron echados por David 824 años des
pues de su entrada en la ciudad de Mel
chisedech. 4
3%
212 NUEVA DESCRIPCION
Otro turco llamado Mahometo Ikhs
chiditos, habiéndose apoderado del Egip
to, extendió sus armas hasta Jerusalen,
que sujetó en el año de 936.
Los fatimitas que salieron de los are
nales de Cyrene en 968 echaron á los
ikhschiditos del Egipto, y conquistaron
muchas ciudades de Palestina.
Otro turco llamado Ortok, favoreci
do por los Seljucidas de Alepo, se hizo
dueño de Jurusalen en el año 984, y de
jó la corona á sus hijos, que la disfru
tarOn.
--
DE LA TIERRA SANTA. 26
le cubrió con una media naranja de co
bre dorado que quitó de una iglesia de
Balbek. Los cruzados convirtieron luego
esta mezquita en templo de Jesucristo, y
cuando Saladino reconquistó á Jerusalen
volvió á convertir el templo en mezquita.
Pero ¿cuál es la arquitectura de este
edificio, tipo, ó modelo primitivo de la
elegante arquitectura de los moros? Di
ficil cosa es el responder á esta pregunta.
Los árabes á causa de sus costumbres des
póticas y celosas han reservado los ador
nos para la parte interior de sus edificios
públicos, y han puesto pena de muerte
á todo cristiano que no solo entre en el
Gâmeat-el-Sakhra, sino tambien al que
ponga los pies en el átrio que tiene de
lante. Lástima es que el embajador Des
hayes, por una vana delicadeza diplomá
tica, se reusase á entrar en esta mez
quita, cuando los turcos voluntariamen
te se lo permitían. Voy á describir la
arte exterior cual la he visto, y en cuan
¿ á la interior copíaré lo que dicen al
gunos viageros é historiadores.
Se ve la gran plaza de la mezquita,
262 NUEVA DESCRIPCION
PARTE SEXTA.
Viage de Egipto.
v w.
DE LA TrERRA sANTA. 325
gattam, y á nuestra derecha los altos
arenales de Libia. En el espacio que que
daba entre las dos cordilleras de mon
tes, descubrimos bien pronto las puntas
de las pirámides, aunque aún estábamos
á diez leguas de ellas. Durante nuestra
navegacion, que aún fué de ocho ho
ras, permanecí sobre el puente contem
plando estos sepulcros que parecian cre
cer y subir hasta el cielo conforme nos
íbamos acercando á ellos. El Nilo, que
parecia entonces un mar pequeño; la o
posicion de los arenales del desierto, y
de las vegas tan verdes y deliciosas; las
palmeras, los sicómoros, las cúpulas, las
mezquitas y los minaretos del Cairo; las
lejanas pirámides de Sacarah, de donde
el rio parecía salir como de un inmenso
estanque, todo esto formaba un cuadro
que no tiene igual en la tierra. "Pero J
por mucho que los hombres hagan, dice
Bossuet, su pequeñez y miseria aparece
en todo: estas pirámides eran sepulcros.
Y aun sucedió que los reyes que las man
daron construir no fueron sepultados en
ellas.”
326 NUEVA DESCRIPCION'
Confieso que al ver Jas pirámides me
quedé admirado; bien sé que algun filó
sofo llorará ó reirá al considerar que la
mayor obra de mano de los hombres, es
un sepulcro ; l pero por qüé no se ha de
querer ver en la pirámide deCheopemás
que un monton de piedras y un esquele
to? El hombre no ha erigido este sepul
cro movido de la idea de la nada, sino
de la de su inmortalidad: este sepulcro
no es el límite que indica el fin de la
carrera de un dia , sino la entrada de
una yida sin fin; es una espeeie de puer
ta eterna levantada en los confines de la
eternidad. "Todos estos pueblos , dice
Díodoro Sícülo , como tienen. á la dura
cion de la vida por un tiempo muy cor
to y de poca importancia, atienden mu
cho á la larga memoria que deja la vir
tud , y por lo mismo llaman á las casas
de los vivos posadas , por las cuales no
se hace mas que pasar; pero dan el nom
bre de habitaciones eternas á los sepul
cros de los muertos de donde no se sale.
De este modo los reyes miraron con in
diferencia las obras de sus palacios, y se
DE LA TIERRA SANTA. 327
esmeraron en construir sus sepulcros."
Se querría actualmente que todos los
monumentos tuviesen una utilidad física,
y no se atiende á que hay para los pue
blos una utilidad moral de un orden muy
superior, á la cual atendian las leyes de
los antiguos. Por ventura , ¿ nada enseña
la vista de un sepulcro ? Si algo enseña,
¿por qué nos quejaremos de que un rey
haya querido hacer perpetua la leccion?
Los grandes edificios forman una parte
esencial de toda sociedad humana. A no
ser que queramos defender que es igual
para una nacion el dejar ó no dejar un
nombre en la historia, no se puede de
clamar contra estos edificios que hacen
que la memoria de los pueblos sobreviva
á ellos mismos, y que sean contemporá
neos de las generaciones que vienen á
fijarse en estos campos abandonados. Y
entonces, ¿qué importa el que estos edi
ficios hayan sido anfiteatros ó sepulcros?
Todos son sepulcros en un pueblo que ya
no existe. Cuando el hombre ha pasado,
los instantes de su vida son aun mas va
nos que los de su muerte : su mausoleo
328 NUEVA DESCRIPCION
SEPTIMA
Y ULTIMA PARTE.