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ESTADO DEL ARTE IDENTIDADES POLÍTICAS

La consolidación teórica “identidades políticas” se establece mediante la propuesta


desarrollada por Abboy Carles en el año 2001 mediante su libro llamado las fronteras de la
democracia Argentina: la reformulación de las identidades políticas de Alfonsín a menen,
en donde se plantea una relación entre lo político y el término de identidad que se enfoca en
una construcción del otro a través de un proceso de conflicto, de ante mano es pertinente
establecer que para la consolidación de dicho constructo teórico el autor debió adquirir
posturas o aportes de otros estudiosos que solo realizaban análisis en torno a una
construcción de una identidad desde ámbitos generales, por ejemplo autores de la teoría
crítica, del post-estructuralismo con el uso del lenguaje y elementos antagónicos.

El término identidad se asocia con la forma de cómo se genera la conformación del yo de


un sujeto además de su proyección ante una determinada realidad, en donde existe una
aceptación tanto de sí mismo como de los demás sujetos debido a que el referente de
constitución proviene de cuestiones físicas. El punto de debate se teje cuando
Marcuse(1973) incorpora la negación de una identidad del sujeto, pues señala que dentro
de una construcción filosófica la no existencia inicial de algo genera su confirmación pues
es el conflicto la legitimación positiva a todo esto se le suma la construcción del lenguaje
como algo esencial, dado a que es de esta forma como se genera una legitimación de
existencia o no existencia.

Si bien se habla de una identidad que se legitima a través de un juego de lenguaje de


existencia mediante positividades y negatividades frente a un grupo de sujetos lo cual
genera un conflicto, dicho proceso de conflictividad se convierte en un antagonismo
elemento central de la acción de un grupo en específico, lo cual fue propuesto por Laclau
(1987) en hegemonía y estrategia socialista en donde a través de la propuesta de
construcción de hegemonías ejemplifico una construcción crítica de identidades colectivas
poniendo en duda la facticidad histórica, pues su conformación se supedita a sucesos de
oposición, en donde se debe dejar a una lado la consideración de que el núcleo de
articulación de dicha hegemonía no son las clases sociales si no el proceso de constitución,
pues se debe tener en cuenta la minuciosidad en las cuales estas fueron constituidas para sí.
Tanto Marcuse como Laclau hablan de identidad desde términos de divergencias o
contradicciones, por parte del primer autor se centra en una duda de existencia como factor
esencial de conformación y en un segundo plano Laclau utiliza el término de antagonismo
para referir una crítica de identidades colectivas, aunque los dos teóricos coinciden la
existencia de una identidad se debe gracias a pugnas de un sujeto o de un grupo como tal.

A diferencia de estos dos referentes Butler(2000) no converge en la catalogación de la


identidad como una totalidad, dado que gracias a los problemas de los movimientos
sociales centrados en un reclamo de identidad estableció que esta no se puede conseguir
plenamente, pues esa insuficiencia le da sentido a una emergencia diferencial consagrada
en la constitución de la otredad ya que “ninguna identidad particular puede emerger sin
suponer y proclamar la exclusión de otras, y esta exclusión constitutiva o antagonismo es la
misma condición compartida de toda constitución de identidad lo que hace que se vuelvan
incompletas” (Butler,2000) Otro factor que tiene en cuenta Butler es la diferencia entre
identidad e identificación pues esta última no es reducible a la primera.

Si bien observamos todo el desarrollo del estudio de identidad desde el sujeto hasta la
constitución de una identidad colectiva se debe mencionar que ningún autor hasta ahora
nombrado tejía límites dentro de lo cultural lo político y lo económico, por lo que
Carles(2001) centró su estudio en el abordaje de las identidades desde un ámbito de lo
político, en donde definía a estas identidades como prácticas sedimentadas configuradas de
sentido que definen orientaciones gregarias de la acción a través de un mismo proceso de
diferenciación externa y homogenización interna. A partir de esta definición se observa los
elementos de discursividad y del lenguaje como la conformación de un sentido disperso que
direcciona una serie de acciones.

Carles(2001) brinda dentro de su trabajo tres elementos que los denomina dimensiones
para la conformación de una identidad los cuales son: La alteridad referida a la distinción y
reconocimiento de otro a través de mecanismos tales como la diferenciación y el
antagonismo, la representatividad vista como los factores o ideas que pueden ser tomados
como propios desde la ideología, los instrumentos de cohesión y la construcción de
liderazgos. La última dimensión la denomina perspectiva de la tradición la cual se centra en
un proceso de reconstrucción de procesos histórica además de los planteamientos futuros
como una colectividad identitaria. Frente a todo el proceso de conformación de las
identidades políticas se establece una conexión entre posturas del pos-estructuralismo y de
la teoría crítica en donde la dominación está establecida por antagonismos y símbolos de
cohesión.

Marco Odello es uno de los autores que enriquece desde un estudio comparado y desde una
perspectiva jurídica los estudios sobre la identidad cultural, particularmente en América.
En su libro: El derecho a la identidad cultural de los pueblos indígenas de América:
Canadá y México (2012), aborda este tema desde diferentes ámbitos: internacional,
conceptual e institucional desde el estado constitucional de derecho. Primero desde el
ámbito internacional, puesto que nos expone el derecho internacional, la protección
internacional de los derechos humanos, la cuestión terminológica que existe, la protección
internacional de las minorías y la declaración universal de los derechos colectivos de los
pueblos. En segundo lugar, desde un ámbito conceptual pues enfatiza en aclarar las
definiciones y conceptos que se tienen sobre los derechos humanos, la cultura, la identidad
cultural y los derechos culturales. Finalmente desde un ámbito institucional pues relaciona
por una parte a los derechos de los indígenas y por otra a la finalidad del Estado, la función
del derecho y el reconocimiento de los pueblos indígenas en el territorio del Estado. Todos
estos temas, giran en torno a una heterogeneidad y difícil definición de los conceptos por
parte de la ciencia jurídica, y también del contenido o lo que deberían ser los derechos a la
identidad cultural. Se ha encontrado el autor, por ejemplo, con que falta una adecuada
clarificación del contenido del derecho a la identidad cultural, y, aunque en otras ciencias
humanísticas como la sociología o la antropología lo hay, es necesario que exista una
aclaración desde el punto de vista legal.

El aporte aclarativo que hace Odello (2012) en la conceptualización jurídica y el aporte


interpretativo acerca de las constituciones de derecho en América ayudan al mejor
entendimiento de lo que es una identidad cultural, principalmente en como los pueblos
indígenas son dueños de ella, pueden definirla desde su cultura y según como se
identifiquen. Aunque Autores como Odello establecen la heterogeneidad en los conceptos
y en las diferentes formas aplicativas de los derechos sobre identidad cultural, y la
identidad en general. En un estudio previo (1999) denominado “Identidades políticas y
alteridades históricas: una crítica a las certezas del pluralismo global” De Rita Segato, se
plantea la homogeneidad de las identidades sociales, que como Segato (1999) dice “el
aspecto banalizador y achantador de la formación de identidades globales” (para.1) que se
ha dado gracias a la globalización, en donde existe una unificación de los modos de vida, y
al mismo tiempo la transnacionalización de perfiles de identidad ya existentes. Esta
unificación de los modos de vida, plantea la autora, se dan principalmente por las fuerzas
instituyentes de la fuerza económica mundial, puesto que deja espacios designados y
restringidos en el sistema globalizado. Por otro lado, la transnacionalización de perfiles de
identidad, es posible gracias a que la globalización permite visibilizar a través del estado
nacional identidades en el orden mundial. Alrededor de estos dos factores se genera una
relación contradictoria, pues por una parte, surge homogeneidad de identidades como
consecuencia de la globalización, pero al mismo tiempo se destacan culturas e identidades
que eran únicamente regionales o locales. Segato (1999) al igual que Odello (2012),
propone que si existe un reconocimiento mundial de los derechos de las minorías, pero
critica que este proceso tiende a homogeneizar las culturas, aplastando sus léxicos y
valores, por lo tanto pensar en un mundo diverso actualmente es una utopía.

Esta apropiación de identidades externas a una comunidad y en este caso de identidades


políticas, lo aborda Carlos Flórez (2010) desde un artículo de investigación: “Identidades
políticas del socialismo en Colombia 1920-1925”. En este caso Flórez evidencia la relación
ideológica entre la Rusia comunista y algunos líderes políticos, obreros e intelectuales de
Colombia. Sim embargo, los líderes que estaban trayendo esta ideología política a
Colombia se preguntaban cómo adaptarla a las condiciones políticas del país, entonces se
fueron construyendo identidades políticas de izquierda que giraban alrededor del
imaginario socialista. Estas tendencias de izquierda, iban de la mano con la influencia del
pensamiento internacional que tenía incluso el poder y la capacidad de crear nuevos héroes
y figuras que no pertenecían al contexto colombiano, como el caso de la figura
representativa de Vladimir Lenin. Aun con la denominada “ola roja”. Además del
conservadurismo y el liberalismo, existieron fuertes críticas por parte de algunos sectores,
basadas en la poca relación que tenían las ideas socialistas con la realidad social del país.
La influencia del socialismo Ruso y de cómo la ciudadanía se veía identificada política e
ideológicamente se podía ver en la cotidianidad, en las tertulias con debates doctrinarios
sobre el comunismo Ruso, la dignificación del obrero y en charlas del día a día sobre el
espíritu revolucionario (Flórez, 2010)

Finalmente, uno de los últimos trabajos sobre identidad política es realizado por Diana
Cecilia Rodríguez, en 2017. “Identidades políticas emergentes: el profesorado indígena
como sujeto colectivo en México y Colombia (periodo colonial-1990)” logra abordar dos
aspectos, primero la historia sociopolítica de la educación para los pueblos originarios y
segundo, la construcción de identidades del profesorado indígena en México y Colombia.
Después del intento de ambos Estados por crear una nación mestiza en donde se eliminó la
identidad social, cultural y política de los pueblos indígenas, fue a mediados del siglo XX
que las luchas de los pueblos originarios y el Estado emergen, generando una identidad
política principalmente del y desde el profesorado (Rodríguez, 2017). Rodríguez (2017)
enfatiza en la importancia de analizar la identidad e inspecciona como se configura a partir
de las tenciones entre el Estado nacional homogéneo y las luchas de los indígenas por el
reconocimiento étnico, cómo también el hecho de que la identidad haga parte de un marco
macro político, como estrategias políticas desde distintos sitios y que cambia acorde a los
contextos políticos nacionales e internacionales.

En conclusión podemos señalar que la construcción teórica de las identidades políticas


proviene de una urdimbre conceptual de otros autores que le generaron una serie de aportes
dimensionales desde el posestructuralismo y la filosofía de la teoría crítica además
conllevaron a una limitación y solidificación teórica por parte del principal autor que es
Abboy Carles, aunque es importante mencionar que el rastreo de otro tipo de
conceptualización o aportes como tal no es satisfactorio pues todos los estudios
provenientes desde la constirución de la identidades políticas son en referencia al trabajo de
Carles.
Referencias

Carles, A. (2001). Las dos fronteras de la democracia Argentina: la reformulación de las


identidades políticas de Alfonsín a Menem. Rosario, Argentina: Homo Sapienns.

Adorno, T.(1973). Actualidad de la filosofía. España, Barcelona: Litografía Roses, S.A.

Butler., Laclau, E. (2000).Contingencia Hegemonía Universalidad. México. Fondo de


cultura económica.

Flórez Carlos. (2010, Abril 23). Identidades políticas del socialismo en Colombia.167-191.

Odello, M. (2012). El derecho a la identidad cultural de los pueblos indígenas de América:


Canadá y México. Madrid, España: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Laclau,E.(1987).Hegemonía y estrategia socialista: hacia una radicalización de la


democracia. Madrid: Siglo XXI.

Rodríguez, D. (2017 Julio-Diciembre). Identidades políticas emergentes: el profesorado


indígena como sujeto colectivo en Colombia y México (Periodo colonial-1990), 135-263.

Segato, R. (1999). Identidades políticas y alteridades históricas: una crítica a las certezas
del pluralismo global. Nueva sociedad 178, 1-22.

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