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Los diferentes desarrollos teóricos frente al concepto de identidad han generado debates en
torno a la conformación de los procesos identitarios, tanto del sujeto en su individualidad
como en la constitución de colectivos o grupos gregarios. Las múltiples discusiones son
producto del interés académico en reflexionar sobre todas unas presunciones que han
cuestionado distintos paradigmas de la identidad y complejizan las decisiones políticas de
los Estados modernos frente a fenómenos multiculturales, políticas de la diferencia o
políticas culturales.
Este abordaje conceptual desde la academia se sustenta con el fin de realizar un desarrollo
teórico que logre establecer toda una reflexión de un baje de autores en torno: a los
diferentes procesos de constitución de las identidades colectivas, al por qué de la necesidad
de una identificación y al cómo se establece dicha constitución, esto nos ayudará a rastrear
un análisis político de las identidades, desde consideraciones de lo político además de las
dimensiones del lenguaje y los debates de esencialistas-antiesencialistas.
La deconstrucción surge como una categoría dispuesta a trasgredir una estructura binaria
que producen la unificación de las definiciones de individuos, es decir, según Derrida los
presupuestos del pensamiento occidental frente a la constitución de las identidades, solo se
basan en la positividad-negatividad del sujeto en cuanto a su enunciación discursiva (Si es
una cosa no puede ser otra) porque solo pueden definirse desde una de estas posiciones. La
relación dicotómica anteriormente planteada genera la negación de lo contradictorio y
conflictivo, aspecto que construye sujetos totalizados y compactos.
Los mecanismos de la diferencia hacen parte de una identidad, porque le permiten fijar
una definición de sí misma a través de la existencia de otro elemento, este concepto se
define como la construcción de un exterior constitutivo, que logra definir una constitución
como “nosotros”. Este carácter relacional de diferencia es producto de enfrentamientos
entre identidades colectivas, que promueve el antagonismo, como aspecto condicional de
una identidad. El antagonismo es definido como el límite de la constitución plena de una
identidad, es decir que dicha consagración de un ellos amenaza la existencia de un nosotros
como existentes (Laclau, 1987).
Todas estas cuestiones de disputa, se acogen bajo la idea de lo “político” como el acto de
institución de la diferencia en la sociedad, es decir que más que una visión partidaria,
institucional o de consenso del mundo político, se tiene que tener en cuenta que las
cuestiones políticas deben der ser coexistentes con las múltiples alternativas de decisiones
que se encuentren en conflicto (Mouffe, 2007). Partiendo de que en tiempos de la pos
política se implementa la lógica de la implementación de medidas tecnócratas y
multiculturales con el fin de general un consenso universal, se pone en cuestión el factor
antagónico en la sociedad civil.
Esta amenaza fue estableciendo conflictos que llevaron a que el Quintín Lame fuese
encarcelado en múltiples ocasiones y se generara según (Sánchez y Molina, 2010) una
pérdida de fuerza de las acciones reivindicativas, aspecto que no significó que el
movimiento indígena no se reinventara y pudiese continuar con su lucha. Frente a todo un
proceso organizativo que se inició desde el CRIC, las lógicas de amigo-enemigo, fueron
cambiando en el espectro político y social, dado a que el Estado empieza a atender una
serie de políticas de fortalecimiento étnico de las comunidades para lograr una
interlocución con el Estado.
Todo este proceso lleva a que en la constitución de 1991 se empiece a expandir procesos de
participación política y electoral de los pueblos indígenas, que les permitieron ser elegidos
mediante circunscripciones especiales dentro del senado y también por ordinarias, pero
además se generaron políticas especializadas para su agendamiento, pero es aquí en donde
nos cuestionamos, ¿Qué pasa con el carácter antagónico de todo su proceso histórico en
este tiempo de política para la diversidad?, ¿por qué su identidad desde estas cuestiones ya
no corresponde la de un sujeto colonial, salvaje que requiere de civilización sino
colectividades que deben ser tratadas desde decisiones políticas específicas? Interrogantes
que deben pensarse desde la lógica que zizek( 2008) plantea:
Estamos ante el foso que separa el verdadero acto político de la "gestión de las
cuestiones sociales dentro del marco de las actuales relaciones socio-políticas":
el verdadero acto político (la intervención) no es simplemente cualquier cosa
que funcione en el contexto de las relaciones existentes, sino precisamente
aquello que modifica el contexto que determine el funcionamiento de las cosas
(p.32).
Bibliografía: