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Miedo y ansiedad

¿Qué es el miedo y la ansiedad?


La ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud,
nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de
ocurrir o puede ocurrir. Mientras que el miedo es la emoción que sentimos
en presencia de una amenaza, la ansiedad es una sensación de un peligro,
problema o amenaza que está por suceder.
Es posible que tenga problemas con sus obligaciones familiares y la
pérdida de control sobre los acontecimientos de su vida. Los cambios en su
apariencia o simplemente el impacto de descubrir que tiene una
enfermedad podrían conducir a sentimientos de miedo o ansiedad. Muchas
personas sienten incertidumbre sobre su futuro y se preocupan sobre el
sufrimiento, el dolor y lo desconocido. Es normal lamentar los cambios en
su cuerpo, y tal vez de perder el futuro saludable que quería. El temor a la
pérdida de la independencia, a los cambios en las relaciones
interpersonales, y a ser una carga para otros puede ser abrumador.
Técnicas para reducir la ansiedad
1. Ejercicio físico. El ejercicio físico nos ayudará a evitar el exceso de
activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más
reparador.
2. El sueño y los hábitos de alimentación.
3. Modelado (observación).
4. Sentido del humor.
5. Meditación y Mindfulness.
6. Métodos de distracción.
7. Psicofármacos.
Las técnicas de resistencia mental que desarrolló Eric
Potterat para enfrentar miedos paralizantes son conocidas con el
nombre de Las 4 Grandes y estas son:
1. - Establecer metas.
2. - Ensayar mentalmente (visualización).
3. - Tener pensamientos positivos.
4. - Activar el control: esta técnica se centra en la respiración.
Los familiares y amigos de las personas que sufren problemas de ansiedad
se encuentran ante una situación que, en muchas ocasiones, no saben cómo
manejar. Esto puede conducirles a sentirse confundidos y frustrados.
Conviene saber cómo actuar para prestar la ayuda adecuada y evitar
actitudes o intentos de solución fallidos que contribuyen a intensificar y
perpetuar el problema.

Es muy habitual que la persona que padece un problema de ansiedad


manifieste cambios en su comportamiento. Dichos cambios pueden ser una
consecuencia de la ansiedad, o bien, pueden responder al intento de
disimular o esconder el problema (en caso de que la persona sienta
vergüenza, miedo al rechazo, o no quiera que otros se preocupen). Algunos
ejemplos de dichos cambios de comportamiento pueden ser: la disminución
del interés por realizar determinadas actividades, las excusas, la
irritabilidad, los cambios en el humor, el retraimiento, la evitación de
algunas situaciones, búsqueda de mayores condiciones de seguridad,
actitudes defensivas (vigilancia, suspicacia, susceptibilidad).
Algunas directrices para ayudar son:
 Informarse
 Contener
 Brindar apoyo
 Si se requiere, propiciar las
ayudas externas

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