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Henri Duparc

(1848-1933)
Compositor francés. Su talento musical no
se mostró hasta que comenzó, en su
juventud, a dar lecciones con C. Franck, que
fue su único profesor y que consideraba a
Duparc su discípulo mejor dotado. A los 15
años su familia le hizo grabar sus Rêveries
para piano; años después destruyó parte de
esta obra. Tan sólo unas cuantas canciones,
alrededor de quince, forman la base de la
reputación del compositor, cuyo afán de
perfección le llevó a destruir gran parte de su
producción. Jugó un papel esencial en la eclosión de la nueva escuela
francesa. Sus melodías, alejadas de la romanza, crean el poema
sinfónico con voces, sobre todo en las composiciones orquestales.
Aparte de sus canciones, tan sólo un grupo de cinco Feuilles volantes
(1869) para piano, Poème nocturne para orquesta (1874) y el poema
sinfónico Lénore (1875) sobrevivieron. En 1868 nacieron sus primeras
melodías, Chanson triste, Galop y probablemente también Soupir.
Este género lo cultivó entre los 20 y los 36 años de edad. En 1872 se
publicó Extase, una de sus melodías más significativas y, en 1873
Laendler, una suite de valses para orquesta de la que sólo subsiste
una versión para dos pianos que fue interpretada en numerosas
ocasiones por Fauré y d'Indy. En 1882 finalizó Phidylé y en 1884 La
vie antérieure, dos melodías esenciales de las que existieron versiones
más antiguas.
A partir de 1885 su salud le dificultó el trabajo creativo. Además
perdió la vista, iniciándose un calvario que duraría cincuenta años; se
recluyó en Suiza y prácticamente dejó de componer. Durante diez
años (1885-1895) trabajó en el drama lírico Roussalka según
Pushkin. En un espíritu de severa autocrítica, destruyó casi todas
sus obras y bocetos posteriores, junto con sus manuscritos inéditos
anteriores y la correspondencia dirigida a él por Wagner y poetas
contemporáneos.

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