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RESEÑA HISTÓRICA1
Data de muchos siglos la preocupación del hombre por conocer las leyes que
rigen el sonido. En los albores de la filosofía griega, encontramos a Pitágoras
(582-500 a. C.) realizando junto con sus discípulos (Euclides, Erastótenes y
Ptolomeo entre otros), las primeras experiencias científicas sobre el sonido de
que haya noticia; estos filósofos encontraban en las relaciones entre las
longitudes de las cuerdas y los intervalos armónicos más sencillos, la base
para muchas especulaciones. Las teorías pitagóricas, ampliadas con el aporte
de Aristógenes y Aristóteles, pasaron a los romanos, quienes no introdujeron
ninguna modificación de interés.
Durante el siglo XIX, Helmholtz, Lord Rayleigh y Koenig realizaron los estudios
que han fundamentado la Acústica Musical moderna y los experimentos de
Young y Edison sobre inscripción de movimientos vibratorios y la invención del
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Tirso de Olazabal (1954) Acústica Musical y Organología. Bs. As.: Ricordi
DESARROLLO
Cuando alcancen los puntos fijos P y Q, estos impulsos de onda serán así
reflejados: un impulso positivo «hacia arriba» volverá como un impulso negativo
«hacia abajo», y viceversa. Después de cierto tiempo (extremadamente corto,
en virtud de la alta velocidad de las ondas en una cuerda tensa) habrá ondas
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Roederer, J. (1997) Acústica y Psicoacústica de la Música Bs. As.: Ricordi
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Es precisamente esta pérdida de energía por unidad de tiempo a través de los puntos fijos
(principalmente en el puente), la que se transforma en potencia sonora en el cuerpo de resonancia de
un instrumento de cuerda.
¿Pero qué ocurrirá cuando la forma inicial sea aquella (más realista mostrada
abajo, y que se asemeja a la forma inicial cuando punteamos la cuerda en el
punto medio A entre P y Q? Para averiguarlo superpongamos - es decir,
sumemos linealmente - los casos anteriores (fundamental y tercer modo). Lo
que obtenemos es la forma mostrada en la siguiente figura, que concuerda
bastante bien, con la forma inicial de la cuerda punteada en el punto A.
Estos puntos funcionan por lo tanto como nodos de presión, y cualquier otra
onda sonora que cause una perturbación en el interior del tubo y que se
propague a lo largo de éste, será reflejada en cualquiera de los extremos
abiertos.
sigue tenemos una columna de aire abierta, comprendida entre los puntos P y
Q del tubo. Efectivamente, dado que tenemos agujeros en los puntos P y Q, la
presión del aire en esos lugares debe quedar constante e igual a la externa. P y
Q funcionan de este modo como los extremos abiertos de la columna de aire
encerrada. La figura corresponde a una flauta idealizada, donde P es la
embocadura y Q el primer orificio destapado.
En otras palabras, un tubo cilíndrico tapado ideal suena una octava más abajo
que un tubo similar abierto en ambos extremos.
Con respecto a los modos más altos de vibración de un tubo cilíndrico tapado,
un examen de la figura revela que sólo son posibles múltiplos impares de la
frecuencia fundamental :
Las frecuencias 2 f1, 4 f1, 6 f1,.... están prohibidas - sus modos de vibración no
pueden ser sostenidos de manera estable en un tubo cilíndrico tapado ideal.
En otras palabras, los armónicos de un tubo tapado son los armónicos impares
de su fundamental.
Los órganos incluyen varios juegos de tubos tapados. Una de las razones es el
ahorro de dinero y de espacio: los tubos abiertos graves son muy largos, un
tubo abierto de altura C1 tiene un largo de 5,3 m. El mismo tubo, tapado en un
extremo, sólo necesita tener un largo de 2,65 m. Desde luego, en esto hay algo
más allá del mero costo: un tubo cerrado produce un sonido de muy diferente
timbre al emitido por un tubo abierto de igual frecuencia fundamental (menos
brillante, más oscuro).
Con el fin de analizar cómo se comportan desde el punto de vista físico los
instrumentos de viento reales debemos inspeccionar con mayor detalle todos
los fenómenos involucrados. Consideremos primero el mecanismo de
excitación. En el caso de los instrumentos de viento, no existe ningún
equivalente a la acción de «puntear» o «percutir» una cuerda, La razón es que
las oscilaciones de una columna de aire vibrando libremente decaen de manera
prácticamente instantánea. Esto puede verificarse fácilmente acercando la
oreja a uno de los extremos de un tubo abierto (cuanto más largo mejor), y
dando una palmada en el otro extremo o en la pared del tubo. Se podrá
escuchar un sonido seco con altura igual a la frecuencia fundamental del tubo,
pero decayendo en una fracción de segundo. Para mantener la vibración de
una columna de aire, es necesaria la acción de un mecanismo primario de
excitación equivalente al frotamiento de una cuerda, que suministre energía
continuamente a una razón determinada.
en ausencia del tubo. Esto es muy distinto al caso de una cuerda montada
sobre una tabla armónica, que prácticamente no afecta la frecuencia de la
cuerda. En el caso de los instrumentos de la familia de los bronces, la masa de
los labios del ejecutante es tan grande que la retroalimentación del tubo puede
influir pero no sobreponerse, a la vibración de los labios; esta última debe ser
controlada por el ejecutante mismo a través de la tensión de sus labios. Hay
unos pocos instrumentos de lengüetas abiertas (acordeón, armónica, órgano
de lengüeta).
El mecanismo de la voz
La parte frontal de cada pliegue vocal está unida al cartílago del tiroides o a la
nuez. Los pliegues vocales no sirven para producir sonidos, sino que su función
es proteger los pulmones de las partículas que se arrastran al inspirar el aire.
Encima de los pliegues vocales existen unos falsos pliegues, que entran en
acción cuando se llenan los pulmones, con una cantidad de aire superior a la
normal. Los pliegues vocales están situados en la parte superior de la laringe,
que es una cavidad que une la boca con el esófago. La parte superior de la
faringe es el velo del paladar blando que comunica con la cavidad nasal.
Cuando el velo del paladar está en su posición más alta, el paso a la nariz se
cierra y el aire circula a través de la boca. La laringe, faringe y la boca
constituyen el aparato vocal formado por numerosas cavidades resonantes y
orificios, configurando una red acústica que modula la onda de presión.
La voz, como instrumento sonoro, está determinada por las posiciones de los
labios, la mandíbula, la lengua y la laringe. Los movimientos de estos
elementos cierran o dilatan el aparato vocal según las posiciones, lo que
permite producir una gran variedad de sonidos vocales. También se pueden
producir sin emplear las cuerdas vocales, denominándose sonidos
respiratorios, pudiéndose incluir en este grupo a las consonantes fricativas (F y
S). En este caso, la señal se produce por modulación de la corriente de aire
mediante los labios, dientes y lengua.
El aire al entrar o salir produce sonidos que pueden ser articulados, cuando su
intensidad está regulada por el volumen de aire expelido, así como el tono, por
la tensión a la que se someten las cuerdas vocales. Cuando éstas no
intervienen los sonidos producidos se llaman inarticulados.
pliegues y generando una fuerza tipo Bernouilli que junto con las propiedades
mecánicas de los pliegues cierra casi inmediatamente la glotis.
Características acústicas
Hay personas cuya voz puede escucharse en grandes locales, como es el caso
de los cantantes de ópera, mientras que otros no tienen esa capacidad.
Debemos preguntarnos qué permite estas diferencias.
Las frecuencias de los formantes se determinan por la forma del aparato vocal,
que se podría considerar como un cilindro perfecto cerrado en la glotis, abierto
por los labios y con una longitud de unos 17,5 cm. Cada formante está
asociado con una onda de distinta duración, pudiendo considerarla como una
onda de presión cuya amplitud tiene un máximo cerca del final de la glotis y un
mínimo en los labios abiertos.
a) b) c)