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Apaza Perspectiva Decolonial
Apaza Perspectiva Decolonial
Entre sus representantes actuales, cada uno con aportes precisos, se cuentan a: Enrique
Dussel y Walter Mignolo (Argentina), Boaventura de Souza Santos (Portugal), Arturo
Escobar, Santiago Castro-Gómez y Elena Yehia (Colombia), Ramón Grosfoguel y Nelson
Maldonado-Torres (Puerto Rico), Aníbal Quijano (Perú), Edgardo Lander (Venezuela),
Catherine Walsh (Ecuador), Silvia Rivera Cusicanqui y Javier Sanjinés (Bolivia), Ochy Curiel
(República Dominicana), entre otros.
LA MODERNIDAD/COLONIALIDAD
Arturo Escobar, citado por Mignolo, propone entender a la modernidad CON su cara oculta,
la colonialidad. Esto implica considerarla desde las siguientes premisas:
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Categorías presentes en Mignolo, W. (2005). La idea de América Latina. Gedisa: España,
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“Política y Legislación Educativa”
Con esto se quiere mostrar que el colonialismo es mucho más que una imposición política,
militar, jurídica o administrativa. Éste, en forma de colonialidad, llega a capas más profundas
y pervive aún a pesar de la descolonización o emancipación de las colonias españolas en el
siglo XIX o las de Asia y África en el siglo XX. Es por eso que reflexionamos hoy sobre esto
en el espacio de “Política y Legislación de la Educación”: su plena vigencia y su urgente
conocimiento dotará de herramientas cada vez más críticas de los procesos que se asumen
como naturales y propios, siendo en realidad “inventados” y “ajenos”.
Aníbal Quijano, citado por Mignolo2, señala que, tras el discurso de salvación, el progreso la
modernización y el bien común, se revela UNA MATRIZ DECOLONIAL, con una triple
lógica:
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Mignolo, W. (2005). La idea de América Latina. Gedisa: España,
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“Política y Legislación Educativa”
con la filiación imaginaria con un ancestro europeo. De este modo, la colonialidad del poder
se expresaría no sólo en el racismo, sino también en el “blanqueamiento cultural”, es decir
en la aspiración a imitar siempre modelos europeos en todas las áreas de la vida. Se accede
al poder sólo en la medida en que se establece una semejanza con lo que ocurre en Europa
y los Estados Unidos (ahora) al nivel de las instituciones, de las costumbres, del
pensamiento, de la educación, del arte, etc.
La superioridad de los modos de vida occidentales tiene como base lo que Dussel
llama el “ego conquiro” (yo-conquisto). Esta es la lógica que Maldonado-Torres ha
denominado la colonialidad del ser. El “ser” es una propiedad que le
pertenece a los europeos y sus descendientes criollos en las Américas, mientras que
a las poblaciones coloniales lo que las caracteriza es el “no-ser”, son por ello los
“condenados de la tierra”, como lo dijera Franz Fanon. De otro lado, Castro-Gómez,
haciendo uso del concepto “biopolítica” de Michel Foucault, ha mostrado que a partir
del siglo XVIII, el sometimiento a las lógicas coloniales se ha hecho también por
medios no coercitivos.
Desde el S.XV, se construyó paulatinamente Europa como centro del mundo: poseía el
“locus” de enunciación: fue dueña de un relato que se legitimó y naturalizó. Así, Europa se
convirtió en el modo de organización política, económica y social.
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“Política y Legislación Educativa”
El occidentalismo se entiende como la base del saber desde las que se determinaron
categorías de pensamiento y clasificación del resto del mundo además de ser un concepto
geopolítico. Es decir, no sólo se utiliza “occidente” para un lugar en el mundo, sino para
delimitar la mirada del otro sobre nosotros.
Es así que en América, tras procesos independentistas relativos (ya la población estaba
exterminada, los que quedaron y los que nacen son europeizados), se transita un paulatino
y trabajoso camino en la construcción de cada Estado-Nación moderno, estos
caracterizados por el constitucionalismo, la tripartición del poder, la secularización estatal, la
burocracia (o racionalidad administrativa) y como modelo de gobierno óptimo al
republicanismo (diferente de la monarquía y de la aristocracia, o de sus corrupciones: el
despotismo y la oligarquía). En síntesis, el Estado-Nación liberal brota de la misma matriz de
poder: una institucionalidad, el ejército permanente y los nacionalismos se hicieron mirando
Europa.
El Estado liberal surgió como resultado de una crítica al Estado monárquico absolutista, de
los siglos XVII y XVIII, la forma de Estado que existía hasta antes de la Revolución Francesa
de 1789. El liberalismo surgió a partir de una crítica contundente al sistema monárquico-
feudal europeo.
Este discurso, establecido desde la colonialidad del poder, legitimó, por tanto, la
construcción de una historia de la civilización como trayectoria, que parte de un estado
primitivo de naturaleza y culmina en Europa. Esta centralidad histórica de Europa
(eurocentrismo) distorsiona la representación del otro, pero sobre todo, altera la
autocomprensión de sí mismo. La sociedad liberal se convierte, así, no sólo en el modelo al
que deben aspirar el resto de las sociedades, sino en el único futuro posible para todas las
otras culturas o pueblos.
Es tiempo ahora de sumar miradas, desnaturalizar cada hilo con los que fuimos tejidos, de
plantear relatos PLURIVERSALES, de visibilizar otra política, de enriquecernos con el Otro y
de recuperar cuanto de NOSOTROS perdimos y cuanto del OTRO debemos mantener, en la
construcción de sociedades más respetuosas, más solidarias con el compañero y más
tolerantes de cada conciencia y de ancestrales modos de vida y relación.
BIBLIOGRAFÍA