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Emocional
Ahora bien fue hasta 1985 cuando un alumno de una universidad de artes
alternativas liberales hizo mención del término Inteligencia Emocional en su
tesis de doctorado, según los registros este parece ser el primer uso académico
del término en general.
Estos psicólogos percibieron que algunas personas eran mucho más agiles que
otras para identificar los sentimientos propios, los sentimientos de otros y eran
capaces de solucionar problemas que implican temas emocionales.
Luego de esto el escritor, consultor y psicólogo Daniel Goleman fue quien dio su
propia opinión y definición sobre la inteligencia emocional basándose en la
experiencia e investigación de Richard Boyatzis, pues sus trabajos han sido de
bastante importancia en la aplicación práctica de modelos de tratamiento para
mejorar las capacidades más imperceptibles y blandas del ser humano, y hasta
ahora es uno de los conceptos que más se aplican y gustan al momento de hacer
una definición respecto a la inteligencia emocional.
Para 1998
Goleman publico otro libro, este llamado Inteligencia Emocional en el trabajo,
aquí amplio y profundizo más el concepto de inteligencia emocional, y
destacando que esta radica en 25 habilidades y competencias.
Principales componentes de la
Inteligencia Emocional
Para Goleman, el gran impulsador de la inteligencia emocional esta involucra
cinco competencias básicas:
Este punto quizás nos puede ayudar por el ejemplo a no tomar decisiones
cuando nuestro estado psicológico no es del todo equilibrado, ya sea porque
nuestro nivel de emoción o excitación es muy grande o por si estamos
demasiado tristes y acongojados, pues en estos puntos las decisiones serán
tomadas basadas en la poca racionalidad que disponemos en el momento, por lo
tanto lo mas sano y sensato sería esperar un poco quizás unas horas o un par de
días para que nuestro nivel psicológico este en equilibrio para tener una mejor
perspectiva de la situación y poder tomar decisiones más racionales
De esta manera gracias a la inteligencia emocional ahora vamos más allá del
solo pensar en cómo nos hacen sentir los demás, sino que tomamos en cuenta el
porqué de las situaciones, en consecuencia la inteligencia emocional ahora nos
ayuda a recapacitar en los origines, que han desatado que terceros se
comporten de una manera que nos hace sentir de un modo determinado, en vez
de solo enfocarnos en como nos sentimos y reaccionar de manera errada ante lo
que otros digan o hagan.
En general, estas ideas no son los capítulos, pero son muy útiles para
que sepas con que te encontrarás en el libro si decides leerlo (lo cual
espero).
Uno de los conceptos más útiles explicados por Goleman tiene que ver
con la creatividad. No solo Goleman muestra como el cerebro reacciona
cuando se generan ideas, sino que además brinda consejos puntuales y
muy sencillos para ser más creativo, a partir de dicha información del
cerebro.
¿Cuál es la mejor forma de movilizar esa actividad cerebral que conduce
a picos gamma que normalmente generarán ideas? Primero hay que
concentrarse intensamente en el objeto o el problema que nos afecta
para luego relajarnos, "dejarnos ir", y así llegar a un punto de relajación
mental y de apertura que haga que nuestro cerebro esté abierto a
nuevas ideas. Cuando dichas ideas aparecen debemos consentirlas lo
suficiente para que florezcan. De hecho Goleman habla de ideas como la
tener un "abogado de ángel" que consiste en decir alguien siempre
apoye cualquier idea que aparezca para hacer que tome más fuerza.
Son ideas muy interesantes las que Goleman plantea, pero como ya
había dicho, no son ideas mágicas, sino conceptos presentados como
resultado de los nuevos descubrimientos sobre cómo funciona el
cerebro.
Una idea transversal a todo el libro de Goleman tiene que ver con la
importancia de conocer el cerebro para saber cómo aumentar tu
inteligencia emocional.
Tal vez si lees las primeras páginas del libro te encontraras con
conceptos como amígdala, córtex prefrontal, hemisferios, conexiones
nerviosas, neurogénesis, entre muchos conceptos más. Pero, aunque no
seas del mundo de la biología o la medicina, Goleman sabe mostrarnos
porque este conocimiento es importante, y así nos explica que pasa con
la creatividad, con el estrés, con la tristeza, y como responder a ella
como consecuencia del conocimiento cerebral.
Es un concepto muy interesante y por eso creo que este pequeño libro
vale la pena ser leído por todo el que quiera aumentar su inteligencia
emocional.
Uno de los temas recurrentes en este material tiene que ver con la
meditación, la relajación y otros ejercicios de conciencia plena (en inglés
"mindfulness") para tener un mayor control emocional. Después de
explicar varias comportamientos humanos, siempre se llega a un punto
crucial: Debemos ser conscientes de nuestras emociones para poder
gestionar mejor dichas emociones, y esto siempre implica meditar, hacer
una pausa (respirar) y por supuesto reflexionar.
1. Desvinculación (o aburrimiento),
2. Sobrecarga (o estrés),
3. Flujo o punto de rendimiento óptimo.
Goleman explica muy bien estas tres etapas, mostrando estudios
médicos y psicológicos, estadísticas de productividad, e implicaciones en
el ritmo normal de las cosas para mostrarnos ideas como:
Las hormonas del estrés tienen una utilidad importante (siempre y
cuando no nos sobrecarguemos).
Debemos estar siempre vinculados con una situación para tener
una mayor atención a la detalles.
El cerebro se afecta seriamente cuando llegamos a una
sobrecarga de estrés.
La siguiente imagen (tomada del libro) nos permite entender un poco
más este maravilloso concepto:
Idea #8: La empatía también se ve en el cerebro (social)
Aunque gran parte del libro gira en torno a las emociones de uno
mismo, otra de las ideas que son expuestas en el libro de Goleman giran
en torno al concepto de cerebro social, y tiene que ver con que los
circuitos cerebrales que usamos para la autoconciencia y para la
autogestión también son los mismos para conocer a otra persona. A eso
es a lo que el autor denomina Cerebro social, pues allí nos explica de
neuronas espejo, de nuestra conexión con los demás, y de cómo
influimos en el cerebro del otro a nivel emocional, conduciendo a esa
empatía que nos permite conectarnos con las emociones de la otra
persona.
Una idea (de por sí un capítulo puntual) que me llamó mucho la atención
de este nuevo libro de Daniel Goleman, tiene que ver con la
comunicación en Internet, pues allí hay varias cosas que se presentan
que cambian el tipo de comunicación.
Aquí Goleman nos relata que hay una tendencia a la negatividad (por
supuesto si ambas personas no se conocen):
Una de las cosas que más se ha discutido en los últimos años, y que
Goleman logra mostrar con sustento fuerte científico es el concepto de
neurogénesis. ¿Por qué es tan relevante? Porque significa que el cerebro
no envejece simplemente. Éste órgano puede desarrollarse y adaptarse
a nuevos modelos, lo que nos lleva a varios puntos importantes:
Hay muy buenos resultados que nos están demostrando una vez más
que cuando la educación se enfoca no solo en las inteligencias
tradicionales (como la matemática y la lingüística) sino también en la
emocional, generan mayores resultados a nivel profesional.
Lo bueno
La autoridad científica del autor.
Los estudios y la autoridad de toda la información presentada.
Una escritura sencilla (a pesar de tener tanta información sobre el
funcionamiento del cerebro).
Lo práctico del libro.
Lo malo
Falta algo de estructura.
Se profundizó de manera desigual en las diferentes esferas de la
inteligencia emocional.
El libro podría haber sido más extenso y cubrir muchísima más
información, pues es realmente interesante.
Veredicto final
Más de 20 años después de popularizar el concepto de Inteligencia
Emocional, Daniel Goleman nos presenta avances en nuestra
compresión de cerebro que no solo nos muestran que las ideas
originales de Inteligencia Emocional son totalmente válidas, sino que nos
enseña como este nuevo conocimiento se traduce en buenas estrategias
para aumentar nuestra gestión emocional, nuestra empatía hacia los
demás, y nuestra creatividad.
Desde 1990 estos profesores han desarrollado dos tests para tratar de
medir lo que ellos llaman nuestra "inteligencia emocional". Ya que casi
todos sus trabajos han sido escritos en la comunidad académica, sus
nombres y los descubrimientos de sus investigaciones no son tan
conocidos.
Nota Personal
S. Hein