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HISTORIA DE LA INGENIERÍA QUÍMICA

DIEZ GRANDES LOGROS DE LA INGENIERÍA QUÍMICA


Durante el siglo pasado los ingenieros químicos hicieron grandes contribuciones a
nuestro nivel de vida y a continuación se compilan los diez logros más grandes de
la ingeniería química:
- La capacidad de dividir el átomo y aislar isótopos.
- Avances en química de polímeros.
- Los análisis de las operaciones unitarias han ayudado a mejorar los
cuidados clínicos y sugirieron mejoras en dispositivos de diagnóstico y
terapéuticos.
- Incremento del rendimiento de antibióticos.
- Desarrollo de fibras sintéticas.
- Separación del aire en diferentes componentes para diversos fines
- Prevención de la polución
- Avances en biotecnología
- Procesamiento del petróleo
- Desarrollo de la industria actual de caucho sintético

La profesión de ingeniería química comenzó en 1888. Antes de la década de 1980


no había educación formal para ello. Los “ingenieros químicos” de aquel entonces
eran ya sea ingenieros mecánicos que habían adquirido algo de conocimiento en
equipo de procesos químicos o químicos aplicados con conocimiento en
reacciones químicas industriales a grande escala. Sin embargo, esto cambió en
1888 cuando el profesor Lewis Norton del Instituto Tecnológico de Massachusetts
unió a los ingenieros químicos a través de un título formal. Otras escuelas, como
la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Tulane siguieron su ejemplo
agregando sus propios programas de ingeniería química de cuatro años en 1892 y
1894 respectivamente.
Estos programas incipientes nacieron de los departamentos de química, que
vieron la necesidad de una profesión que pudiera aplicar el conocimiento químico
que se había acumulado a lo largo de los últimos cien años. Estos programas
pioneros también eran dedicados a cubrir las necesidades de la industria. Con
estas metas en mente, enseñaron a sus estudiantes una combinación de
ingeniería mecánica e ingeniería industrial con el énfasis más desafiante en
ingeniería.
Desde sus comienzos, la ingeniería química fue hecha a la medida de llenar las
necesidades de la industria química. Al final del siglo 19 estas necesidades eran
tan agudas en los Estados Unidos como en Inglaterra. La competencia entre las
manufactureras era brutal, y todos se esforzaban por ser productores de bajo
costo.
Las plantas químicas tuvieron que ser optimizadas. Estas necesitaban reactores
de funcionamiento continuo (en oposición a la operación por lotes), reciclaje y
recuperación de reactivos sin reaccionar y purificación rentable de productos.
Estos avances requerían sistemas de plomería (para los cuales los químicos
tradicionales no estaban preparados) y conocimiento de fisicoquímica detallada.
Los nuevos ingenieros químicos fueron capaces de diseñar y operar las
operaciones químicas cada vez más complejas que iban emergiendo rápidamente.
Aunque los ingenieros químicos obtuvieron una educación formal en 1888, esto
evidentemente no era garantía de éxito. Muchas personas prominentes no le
vieron necesidad a esta nueva profesión. Adicionalmente, no era claro qué papel
jugarían los ingenieros químicos en la industria.
Para sobrevivir, los ingenieros químicos tuvieron que reclamar territorio industrial
definiéndose a sí mismos y demostrando su singularidad y valor. Con este
propósito en mente, el Instituto Americano de Ingenieros Químicos (AlChE) fue
formado en Junio de 1908. Sin embargo, el AlChE también enfrentó grandes
desafíos para definir su propio territorio.
Otro desafío que enfrentaron los ingenieros químicos implicaba definir quiénes
eran y por qué eran únicos. La respuesta del AlChE a estas preguntas tuvo un
tremendo impacto en el territorio industrial químico.
Ciertamente, una forma en que la profesión podía ser definida era a través de la
educación formal que sus miembros recibían. Por esto, el AlChE gastó mucho
tiempo y esfuerzo evaluando y mejorando las actividades educacionales.
Se esforzaron por estandarizar la educación en ingeniería química que a menudo
era errática e inconsistente. ¿Pero cómo exactamente mejorar la educación? En
una época en que los ingenieros químicos aprendían montañas de química
industrial, donde cada producto químico tenía su propia historia de producción
larga y variada, ¿cuál seria el tema central de la educación en ingeniería química?
La respuesta vino en 1915, cuando en una carta dirigida al presidente del MIT
Arthur Little hizo hincapié en el potencial de las operaciones unitarias para
distinguir la ingeniería química de todas las otras profesiones y también para dar a
los programas de ingeniería química un enfoque común.
Para transformar materias primas baratas a productos altamente deseados, los
ingenieros químicos se familiarizaron con las operaciones físicas y químicas
necesarias en esta metamorfosis. Ejemplos de esto incluyen: filtración, secado,
destilación, cristalización, sedimentación, combustión, catálisis, transferencia de
calor, extrusión, etc. Estas operaciones unitarias encuentran repetidamente su
camino en la industria práctica química, y se convirtió en una manera conveniente
de organizar el conocimiento de ingeniería química.
Arthur Little fue el primero en reconocer el potencial de usar el concepto de
“operaciones unitarias” para separar la ingeniería química de otras profesiones.
Mientras los ingenieros mecánicos se concentraban en maquinaria, y los químicos
aplicados estudiaban reacciones individuales, nadie antes de los ingenieros
químicos se había concentrado en los procesos comunes de todos los productos
químicos, reacciones y maquinaria.
El ingeniero químico, utilizando la herramienta conceptual que era “operaciones
unitarias”, podría ahora reclamar territorio industrial mostrando su singularidad y
valor.
La ingeniería química está basada en aplicaciones de química, física,
matemáticas, economía, biología y bioquímica. Por estas bases amplias, el
ingeniero químico es considerado el ingeniero universal. La ingeniería química se
ocupa de las operaciones unitarias. Estas operaciones son vitales para el éxito
comercial de las industrias basadas en transformaciones químicas o físicas de
materia. El ingeniero químico tiene mucha demanda.
En los últimos veinte años, grandes cambios han estado ocurriendo en la industria
química Americana. La mayoría de los principales obstáculos de ingeniería en el
petróleo han sido ya superados, y el petróleo se está convirtiendo en una industria
de productos básicos. Esto significa que las oportunidades de empleo para los
ingenieros en la industria del petróleo están siendo pocas y distantes.
Sin embargo, las fuertes bases científicas, matemáticas y experiencia técnica
encontradas en la educación en ingeniería química está permitiendo a la profesión
ingresar a nuevos campos que a menudo yace en el espacio blanco entre las
disciplinas. El mayor crecimiento en el empleo está ocurriendo en campos
emergentes que muestran un enorme potencial. Biotecnología, electrónica,
procesamiento de alimentos, productos farmacéuticos, limpieza ambiental e
implantes biomédicos, todos ofrecen posibilidades para ingenieros químicos. El
énfasis educacional de los últimos veinte años ha ayudado a reconocer estas
posibilidades. Una vez más, la educación en ingeniería química ha respondido e
influenciado a las realidades industriales de la profesión.
Los ingenieros químicos, con un título de licenciatura, son usualmente muy bien
pagados. Esto puede deberse en parte a una amplia experiencia en ciencias e
ingeniería. También tiene mucho que ver con el tipo de industrias que emplean a
los ingenieros químicos. Cerca de la mitad de los ingenieros químicos de hoy
trabajan en la industria petrolera y petroquímica.
PRODUCCIÓN DE ÁCIDO SULFÚRICO
Para crear ácido sulfúrico se requería de agua, dióxido de azufre, un nitrato y un
contenedor de plomo largo. De estos ingredientes el nitrato era frecuentemente el
más caro. Esto era porque durante la etapa final del proceso, el nitrato (en forma
de ácido nítrico) se perdía en la atmósfera, por lo que se requería un flujo
compensador de nitrato. Este nitrato adicional, en forma de nitrato de sodio, tenía
que ser importado por completo desde Chile, haciéndolo muy costoso en efecto.
En 1859 John Glover ayudó a resolver este problema al introducir una torre de
transferencia de masa para recuperar algo de este nitrato perdido. La torre de
Glover representó una tendencia en muchas industrias químicas durante el cierre
del siglo 19. Las potencias económicas estaban impulsando el rápido desarrollo y
modernización de las plantas químicas.
EL PROCESO DE LE BLANC
Otra vieja y competitiva industria química involucraba la manufactura de carbonato
de sodio y el carbonato de potasio. Estos compuestos alcalinos eran usados en
una amplia gama de productos incluyendo el vidrio, jabón y textiles. La única
fuente nativa de carbonato de sodio en las islas Británicas eran las algas marinas,
las cuales irregularmente llegaban a sus costas, y las importaciones desde
América o España eran muy caras debido a los altos costos de envío. Pero esto
terminó gracias a que francés Nicholas Le Blanc inventó un proceso para convertir
la sal común en carbonato de potasio. El proceso de Le Blanc fue adoptado en
Inglaterra, pero años después fue modificado porque

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