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EL CENTRO DEL EVANGELIO

Desde hace más de treinta años, lo mismo los especialistas en el estu-


dio de los evangelios sinópticos que los entendidos en cristología están
generalmente de acuerdo en que el centro del mensaje de Jesús es lo que
él quiso enseñar cuando anunció el Reino de Dios 1. En este sentido, W.
Trilling dijo acertadamente que el Reino de Dios es la recapitulación o
compendio del mensaje evangélicd. Y recientemente, recogiendo las
investigaciones sobre los evangelios a este respecto, se ha dicho, con
razón, que "para la mayoría de los investigadores, el origen y el conre-

1. La bibliografía sobre este asunto es tan abundante que resulta prácticamente


imposible recogerla de manera exhaustiva. Por eso me limito a citar algunos
estudios que ofrecen lo más importante de las recientes investigaciones sobre
el tema. Para la exégesis bíblica, véase: U. LUZ, Basileía, en H. BALZ - G.
SCHNEIDER, Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, vol. 1, Salamanca, 1996,
600-602; TWNT X, 1008-1014. Para la cristología, cf. E. SCHILLE-
BEECKX,jesús. La Historia de un Viviente, Madrid, 1981, 128. Una buena pre-
sentación del tema del Reino de Dios en las cristologías actuales, en J.
SOBRINO,jesucristo Liberador, Madrid, 1991, 193-197. Bibliografía general,
bastante completa, en: A. LINDEMANN, Herrschaft Gottes/Reich Gottes, V,
Neues Testament und sp¿¡tantikesjudentum, en Theologische Realenzyklopáaie, vol.
XV (1986) 215-218. También puede consultarse la selecta literatura, sobre el
Reino de Dios, que recoge R. AGUIRRE, El Reino de Dios y sus exigencias mora-
les, en La mesa compartida. Estudios del NT. desde las ciencias sociales, Santander,
1994, 135-136, notas 1 y 3. Una buena bibliografía resumida, casi toda en cas-
tellano, en: CARMEN BERNABÉ, Reino de Dios, en C. FLORISTÁN - J. J.
TAMAYO (eds.), Conceptosfundamentales del cristianismo, Madrid, 1993, 1137.
2. W. TRILLING, Cbristus verkiindigung in den synoptischen Evangelien, Munich,
1969,40.
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EL REINO DE DIOS
EL CENTRO DEL EVANGELIO 29
ni~o central de la proclamación de Jesús, en su totalidad, están derer-
todo achaque y enfermedad del pueblo" (Mt 4, 23~. Aquí se hace men-
minados por el Reino de Dios, incluso en textos donde no aparece el tér-
mino Basileía 3•!J ción, no sólo de lo que decía, sino también de lo que hacía. Porque,
repito (y es decisivo tener esto muy claro desde el primer momento),
Los sumarios de los Evangelios Jesús comunicó lo que significa y representa el Reino, no sólo con sus
palabras, sino además con su vida entera. Y en el capítulo nueve, Mareo
Lo que acabo de decir se basa, en primer lugar, en un dato estadísti- vuelve a presentar otro sumario en el que sintetiza la enseñanza y la
co que resulta elocuente por sí solo: ~a palabra Bas¡leía (Reino o Reina- tarea de Jesús: "Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en
do) aparece .162 veces en el Nuevo Testamento, pero de tal manera que las sinagogas, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo
en, 121 ocasiones se encuentra en los evangelios sinópticos, distribuida achaque y enfermedad" (Mt 9,35). Por último, en el evangelio de Lucas,
aSI: 20 veces en Mc, 55 en Mt y 46 en le. En los demás autores del Nue- hay dos textos que resumen muy bien lo mismo que afirman Marcos y
vo Testamento, se habla del Reino en casos muy contados de form Mareo: 'en el capítulo cuarto, después de haber curado a mucha gente en
d l"C ' aque,
en to o e orpus Paulino", se hace mención de este término solo 14 Cafarnaún (Lc 4, 40-41; cf. v. 31), "intentaron retenerlo para que no se
veces", Pero más elocuente que la frecuencia, con que se habla del Reino les fuese" (4, 42). Pero él les dijo: "También a otros pueblos tengo que
en los evan~elios, es la importancia que los mismos evangelios dan a anunciarles el Reino de Dios, porque para eso he sido e.n-v~ado'¡(4,43).
este. asunto. El evangelio de Marcos resume así el mensaje de Jesús en Y al comienzo del capítulo ocho, Lucas vuelve a presentar un sumario,
GalJlea: "Se ha cumplido el plazo, ya llega el Reino de Dios. Convertíos en el que resume lo que Jesús enseñaba y cómo lo enseñaba: "Después
y creed la buena noricia" (el Evangelio) (Mc 1 15) E
. '
1b
. stas pa a ras son de esto fue caminando de pueblo en pueblo y de aldea en aldea procla-
el sumano que condensa lo que Jesús, no sólo repetía de distintas mane- mando la buena noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y
ras en su predicación', sino, además, lo que transmitía con su vida ente- algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades:
ra, con sus hechos y su manera de comportarse en aquella sociedad María Magdalena, de la que había echado siete demonios; Juana, mujer
como veremos detenidamente más adelante. ' de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayuda-
. Con otra.s palab~as, el sumario, que presenta el evangelio de Mateo, ban con sus bienes" (Le 8, 1-3).
viene a d~C1r lo mismo: "Jesús recorría Galilea entera, enseñando en Pero conviene indicar algo más sobre estos sumarios. Es claro que,
aquellas sInagogas, proclamando la buena noticia del Reino y curando por el hecho mismo de lo que son, meros "sumarios", se puede pensar
que no merecen demasiado crédito como fuentes de información histó-
3. U. LUZ, O.c., 602. ~e otra manera piensa, por ejemplo, E. BLAMMEL, Erwd- rica. Sin embargo, esta apreciación de conjunto debe ser matizada con-
g~ngen zur Esch~tologlejesu: StEv, 3, 1964, 3-32. Pero, es claro, el hecho de que
venientemente. En este sentido, ya E. Klostermann hizo notar, refirién-
solo .se ~ueda citar a!gún que otro autor, como discordante de la opinión gene-
dose al texto de Mt 4,23-25, que Mareo toma este sumario "como mo-
ral, indica ~asta que, punto la centralidad del Reino de Dios es determinante
en el mensaje de Jesus. Por eso R. Aguirre ha escrito, con toda razón: "El ce _ tivo u ocasión para un relato de conjunto de toda la enseñanza y cura-
tro de la predicació d J '. n 6
ciones de Jesús" • Es decir, no se trata de que la declaración sumarial del
.; n e esus no es su propia persona, ni rampocola explica-
Clan, de .Ia Ley, como podría esperarse de un maestro judío, ni tan siquiera Dios evangelista no merezca crédito. Lo que ocurre es que, antes de narrar
en SI,mismo. Jesús anuncia el Reino de Dios". El Reino de Dios y sus exigencias
morates, en La mesa compartida, 135. hechos concretos, el autor del evangelio ofrece una visión de conjunto de

4. R. MORGENTHALER" Statistik des Neutestamentlichen Wortschatzes Zurich lo que después va a contar detalladamente. Por eso, U. Luz dice, con
1958,82. ' , razón, que "Mareo compone un sumario sintético antes de referir deta-
5. ~fiarcos utili~.a la expresión légon óti, que se traduce por "decía", pero que no sig- lles de la enseñanza y de la actividad curativa de Jesús. Los numerosos
ru rca que dIJO eso una vez . I
M ' SInO que expresa o que se dice repetidamente (cf
c 2,2; 3, 11; 5, 28). V. TAYLOR, Evangelio según Marcos, Madrid, 1980, 181:
6. E. KLOSTERMANN, Das Matthá'usevangelium, Tübingen, 1927, 3l.
30 EL REINO DE DIOS EL CENTRO DEL EVANGELIO 31

pasajes que adoptan de nuevo este sumario (además de 9, 35, también en pocas palabras lo más esencial de la predicación y la vida de jesús, lo
8, 1. 16; 12, 15 s; 14,35; 19,2) producen la impresión de lo típico". Y ~~umen en la fórmula "el Reino de Dios" 14. Por eso, en los evangelios
esto quiere decir que "Mareo no intenta ofrecer una exposición históri- aparecen hasta cinco sumarios (Mc 1, 15; Mt 4,23; 9, 35; Lc 4, 43; 8,
co-biográfica de la actividad de jesús. Propone más bien un cuadro ge- 1), en los que se sintetiza lo que dijo y lo que hizo jesús. Y la síntesis
neral que particulariza después en ejemplos concretos" 7. En el mismo es clara: se trata del Reino de Dios. De ahí que, con toda razón, se ha
sentido, J. D. Kingsbury afirma que los sumarios de Mt 4, 23 Y 9, 35 podido decir que "en los evangelios sinópticos, la Basileía totÍ Tbeoü (el
son la suma de la actividad mesiánica de jesús. En definitiva, se trata de Reino de Dios) es el tema central de la predicación del Jesús terreno"\).
una repetición de Mt 4, 17, donde Mateo presenta una suma sucinta del Incluso autores que han intentado tender un puente entre jesús y el
Evangelio de jesús. Se trata de lo mismo que sugiere Mr 10 7 cuando judaísmo, como es el caso de Geza Vermes, no dudan en afirmar que "la
jesús ~nvía a los discípulos a la misión". De ahí que, de rr:an~ra muy " quinraesencia del kérygma o predicación tanto de Juan el Bautista como
resumida, Walter Grundmann ha sintetizado el valor de los sumarios de Jesús era la inminencia, la naciente presencia en realidad, del Reino
diciendo que "son declaraciones o exposiciones (Aussagen) que tienen de Dios" (cf. Mt 3, 2; 4, 17; Mc 1, 15) 16. 'Por lo tanto, el centro del men-
para la comunidad una especial significación"Y. Lo que en ellos se cuen- saje de Jesús no es Dios en sí mismo; ni es jesús en sí mismo. Es decir,
ta no ~s una invención del evangelista, sino una relación o exposición Jesús no se dedicó a hablar (y menos aún, a especular) sobre Dios o sobre
resumida de la predicación y la actividad de jesús 10. 0, en otras palabras, él: sus cualidades, sus derechos, su dignidad, etc. Esto es cierto hasta tal
son como una declaración o afirmación de las siguientes obras de jesús". punto que, como sabemos, Jesús nunca se dirige a Dios como "Rey".
P~r todo esto se comprende la importancia que tiene, para la inreli- Con lo que se plantea la sorprendente situación de que un maestro reli-
gen.CI.atotal del Evangelio, el sumario inicial de Mc 1, 14-15, que "narra gioso, cuyo mensaje se centra en la predicación del Reino de Dios, elude
antlClpadamente el relato" 12. Por eso se encuentran en este sumario los deliberadamente, incluso en las oraciones en las que parecería de lo más
"significados teológicos centrales" del evangelio de Marcos: "entrega" natural, la aplicación de la metáfora regia de uso común para la
~aradothenai), "predicación" (kerysson), "buena noticia" (euaggelíou), "ple- Deidad".
nirud del tiempo" (peplérotai ó kairós), "Reino de Dios" (Basileía totÍ Así pues, Jesús lo centró todo, no en Dios, sino en el "Reino de Dios".
Th eou,A)" conversión
.'''( metanoeyte) , "creer" (pisteúete) 13. Es verdad que, en esta fórmula, la palabra "Dios" está en genitivo. Y,
según dicen los expertos, se trata de un genitivo explicativo, de manera
Lo central del mensaje que el Reino de Dios se identifica con Dios", bajo un punto de vista: el

~o primero que se puede decir, después de leer los textos que acabo 13. W. SCHMITHALS, o.c., 95.
de errar, es que los tres evangelios sinópticos, cuando quieren presentar 14. Como es sabido, Mareo utiliza, casi siempre, la expresión "Reino de los cielos".
Pero esta expresión significa lo mismo que "Reino de Dios", porque oí oüranoi
(los cielos) no es más que una circunlocución para designar a Dios. Cf. J.
7. U. LUX, El Evangelio según Maleo, vol. 1, SaJamanca, 1993,251. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, vol. 1, Salamanca, 1974, 120.
8. J. D. KINGSBURY, Matthew: Structure, Christology, Kingdom Minneapolis 15. A. LINDEMANN, Herrschaft Gottes/Reich Gottes, en Tbeologische Realenzyklopa·-
1989, 129. ' ,
die, vol. XV, 200.
9. W. GR.UNDMANN, Das Evangelium nach MatthailS, Berlín, 1968, 111. O 16. GEZA VERMES, La religión dejesús el judío, Madrid, 1996, 169. La centrali-
como d· .
. Ice este mismo autor, con el pnmero de sus sumarios, Mareo nos ofrece dad del Reino en la enseñanza de Jesús queda también fuertemente destacada
una "vista de conjunto" (Oberblick) de los hechos de Cristo. O.c., 111-112. en el amplio estudio que le dedica E. P. Sanders,jesus and jUrMism, Londres,
10. W GRUNDMANN, o.c., 11l. 1987, 120-24l.
11. A. SAND, Das Evangelium nach Mattháus, Regensburg, 1986,86. 17. GEZA VERMES, La religión dejesús el judío, Madrid, 1995, 165-166.
12. W. SCHMITHALS, Das Evangelium nacb Markus, en Okumenischer Taschenbuch- 18. Cf. B. D. CHILTON, Regnum Dei Deus est: ScotJTh, 31, 1978,261-270. Cf. J.
Kommentar zum Neuen Testament, Gürersloh, 1986,95. MATEOS - F. CAMACHO, El Evangelio de Marcos, vol. 1, Córdoba, 1993, 109.
32 EL REINO DE DIOS EL CENTRO DEL EVANGELIO 33

de la actuación de Dios en el mundo". Lo cual quiere decir, como ha lugar, esta identificación entre el Evangelio y el Reino nos remite a la
indicado acertadamente)' Sobrino, lo siguiente: no está en discusión, predicación del Jesús terreno", es decir, el mensaje del Reino no es una
por supuesto, que Jesús predicó y habló de Dios como Padre, y que ese elaboración de la comunidad postpascual, sino que expresa lo más
Padre fue última referencia personal suya y que ofreció también a otros. nuclear que quiso comunicar Jesús durante su vida mortal. En segundo
Pero lo que ahora se trata de recalcar es que, para Jesús, incluso "Dios" lugar, Mareo utiliza la palabra "Evangelio" y, por tanto, también "Rei-
es visto dentro de una totalidad más amplia: "el Reino de Dios" 20. no", para expresar, no sólo lo que Jesús predicaba, sino también sus
Esto significa que lo central, en el mensaje de Jesús, no es Dios, no obras, como consta por lo que se dice en Mt 26, 1324.' Es decir, lo del
es Jesucristo, sino las mediaciones en las que los seres humanos podemos Reino de Dios no es sólo cuestión de una enseñanza doctrinal, sino jun-
encontrar a Dios y a Jesucristo. Dicho de otra manera, lo que Jesús qui- tamente con eso es también una forma de actuar, un comportamiento,
so dejar claro, antes que nada, es dónde y cómo podemos nosotros encon- que, como vamos a ver, desencadena unas consecuencias. Por último, la
trar al Dios que el mismo Jesús nos vino a revelar. Porque el verdadero identificación del Evangelio y el Reino está atestiguada también por
problema, cuando está en juego el asunto de Dios, no consiste en tener Lucas, en el sumario que este evangelista presenta de lo que Jesús ense-
unas ideas muy claras sobre Dios y sobre Jesús (por muy importante que ñaba y cómo lo enseñaba: "Después de esto (Jesús) fue caminando de
eso sea), sino en encontrar al Dios de Jesús "donde" ese Dios está real- pueblo en pueblo y de aldea en aldea proclamando la buena noticia del
mente y "como" ese Dios quiere realmente que nos relacionemos con Él. Reino de Dios" (euaggelisómenos ten basileían tou Tbeoü) (Le 8, 1). Ya con-
y Dios está "donde" se hace presente el Reino de Dios; y a Dios se le en- tinuación, el mismo evangelio añade que Jesús realizaba esta tarea
cuentra "como" el Reino de Dios nos enseña que hay que encontrado. acompañado por los "Doce" y por muchas mujeres, de las que algunas
Más adelante veremos las consecuencias decisivas que esto lleva consigo. habían estado endemoniadas y enfermas (Le 8, 2-3). Otra vez se afirma
que el Evangelio consiste (por lo menos) en la realización del Reino de
Reino de Dios y Evangelio Dios. Y no es una casualidad (lo veremos más adelante) que el. evange-
lio de Lucas nos recuerde que Jesús presentaba eso haciéndose acompa-
Por otra parte, se comprende mejor que el Reino de Dios es el cen- ñar precisamente, no sólo por los "Doce", sino además por bastantes
tro del Evangelio, cuando se cae en la cuenta de la identificación (que mujeres, cosa que, en aquella sociedad, tenía que sorprender y escanda-
establecen los tres sinópticos) del Reino de Dios con el Evangelio. Esta lizar, sobre todo si tenemos en cuenta que algunas de aquellas mujeres
identificación aparece ya en Mc 1, 14-15, donde se encuentra dos veces eran personas relacionadas con el pecado y con el demonio".
la palabra euaggélion ("buena noticia"), que se entiende en relación al
Reino de Dios anunciado y realizado por la obra de Jesús2'. Mareo pro- 22.]. KINGSBURY dice exactamente que el euaggélion tés basileías es "Matthew's
own capsule-summary of his work". Matthew: Structure, Christology, Kingdom,
fundiza aún más esta coincidencia del Evangelio con el Reino. Porque
Londres, 1975, 131. Cf. U. LUZ, El evangelio según san Maleo, vol. 1, Salamanca,
repite, hasta tres veces, la fórmula "el Evangelio del Reino" (euaggélion
1993,225.
tés basileías) (Mt 4,23; 9, 35; 24, 14), lo que significa que, para Mareo, 23. U. LUZ, o.c., 255.
la "buena noticia" (Evangelio) del Reino es el sumario que resume toda 24. Cf. U. LUZ, o.c., 255.
su obra". Teniendo en cuenta dos matizaciones importantes. En primer 25. Analizaré detenidamente todo esto más adelante. De momento, baste recordar:
1) que la mujer estaba tan marginada como los esclavos y los niños. Cf. ].
JEREMIAS, jerusalén en tiempos de jes¡js, Madrid, 1977, 371-387, concreta-
19.]. R. BUSTO,jesucrúto, en C. FLORISTÁN -].]. TAMAYO, Conceptosfunda- mente en pg. 386. 2) que, en la mentalidad judía del tiempo, la enfermedad se
mentales del cristianismo, 646. asociaba al pecado (In 9, 1-2), es decir, estar enfermo era estar relacionado con
20.]. SOBRINO,jesucristo liberador, Madrid, 1991,97. una culpa moral. 3) que de algunas de aquellas mujeres, Jesús había expulsado
21. Cf.]. MATEOS - F. CAMACHO, O.c., 52, nora 11;]. GNILKA, El evangelio "malos espíritus", especialmente de María Magdalena, "de la que había echado
segtín san Marcos, vol. 1, Salamanca, 1986, 75. siete demonios" (Le 8, 2).
34 EL REINO DE DIOS

Por consiguiente, lo primero que se ha de tener presente, cuando


hablamos del Reino de Dios, es que este asunto está en el centro mismo
del Evangelio. Hasta el punto de que el Evangelio consiste, en su núcleo
más esencial, en la realización del Reino que anunció Jesús. Y hago no-
tar, desde ahora, que intencionadamente hablo de "realización", no sim-
plemente de "predicación". Porque el Reino que presentó Jesús, no se 2
reduce a una doctrina, una enseñanza o una teoría. También la actuación
LA CLAVE PARA ENTENDER EL REINO
de Jesús, lo que hacía y cómo lo hacía, las personas con quienes convivía
y, naturalmente, las reacciones que todo eso provocaba, son cosas indis-
pensables, enteramente esenciales, para enterarse de lo que el Evangelio
nos enseña cuando habla del Reino de Dios. Todo lo cual, en última ins-
tancia, nQ~viene a decir que al Dios de Jesucristo, y a Jesucristo mismo,
los podemos encontrar y relacionamos con ellos, en la medida, y sólo en En los evangelios, jamás se da una definición de lo que es el Reino
la medida, en que encontramos el Reino de Dios y ponemos en prácti- de Dios. Ni los evangelios describen concretamente en qué consiste.
ca lo que esté a nuestro alcance para que ese Reino se haga presente aquí Como se ha dicho muy bien, aquí nos encontramos con una paradoja:
y ahora. Esto es lo que constituye el centro del Evangelio, según lo que nos Jesús habla muchas veces del Reino de Dios, pero nunca dice qué es en
enseñan los sinópticos. concreto'. Esto parece indicar que, cuando Jesús hablaba de este asunto,
sin duda, se refería a algo que, de la manera que fuese, resultaba fami-
liar para sus oyentes. El problema está en precisar, hasta donde se pueda,
qué es lo que aquellas gentes, que escuchaban a Jesús, tenían en s~ cabe-
za cuando oían decir: "Se ha cumplido el plazo, ya llega el Remo de
Dios" (Me 1, 15). En concreto, ¿qué esperaba aquel pueblo cuando se le
anunciaba semejante noticia?

La esperanza y el conflicto

Como ha escrito José Luis Sicre, "hablar de la esperanza de ~oscon-


temporáneos de Jesús no resulta fácil" 2. Porque habría que distinguir,

1. J. SOBRINO,jesllcristo liberador, 98. Este autor nos,recuerda l~ afirmac.ión de


W. Kasper: "Jamás nos dice Jesús expresament: que es ese Remo de DIOS.L~
único que dice es que está cerca". jesús, el Cristo, Salamanca, 1986, 86 .. NI.
siquiera en las llamadas parábolas del Reino, Jesús define lo que es ese Remo,
aunque recalque su novedad, su exigencia, su escándalo..., pero nunca lo defi-
ne, "no aclara nunca el concepto de "soberanía de Dios" en cuanto tal. E. SCHI-
LLEBEECKX,jesús. La Historia de un Viviente, 130.
2. J. L SICRE, El Cuadrante, Il. La apuesta. El mundo dejesús, ,Estella, 1997,. 2i,9,
que cita a P. GRELOT, L'espérancejuive a l'beure dej~SIIs, Pan~, 1978. Una m or-
mación, resumida pero muy completa, sobre el Remo de DIOS,tal como se es-

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