PLANTEAMIENTO Y REALIZACIÓN
I.- PLANTEAMIENTO
Su razón de ser es comunicar a todo hombre el amor del Padre que ha entregado a su
Hijo para que todos tengan vida y vida en abundancia (Jn 3,16). Ha sido enviada para
proclamar el Evangelio a toda criatura, de manera que cada hombre, por la acción del
Espíritu, acoja a Cristo por la fe y encuentre la salvación (Mc 16,15-16).
Sin negar que existen carismas específicamente misioneros para el primer anuncio, es
la diócesis en cuanto tal quien ha recibido esta misión en primera persona. Y la diócesis
tal como es: obispo, sacerdotes, laicos cristianos, consagrados.
Es la Iglesia diocesana como tal la que ha de realizar un esfuerzo de “auto-
evangelización”. No tenemos que esperar a que vengan otros de fuera a evangelizarnos.
Son nuestras parroquias y arciprestazgos los que deben hacerse misioneros. Se trata de
que pongamos en marcha toda una diócesis auténticamente misionera: Toledo
evangelizada, Toledo evangelizadora. Y en ella todos sus miembros, todos los grupos e
instituciones.
Hay que unir todos estos elementos vivos y lanzarnos a anunciar a Cristo. Con
coordinación. Con desinterés. Sin actitudes grupistas o sectarias. Con el único anhelo de
que todo hombre se sepa amado por Cristo. Con el único deseo de que la Iglesia crezca
y se renueve.
a) Id y anunciad. Las misiones populares antes consistían en llamar para que vinieran
a escuchar al misionero. Jesús, en cambio, nos invita a ir, a buscar –como Él– la oveja
perdida (cfr. Ez 34,11-16). Vamos en su nombre, sin prejuicios, con un amor inmenso a
cada hombre.
También es importante que estén claros los objetivos que pretendemos con la
evangelización y –más en concreto– al realizar una misión popular:
a) Que cada persona se encuentre con Cristo. Este es el objetivo fundamental: que
llegue el anuncio del Evangelio a cada persona, en los diversos pueblos y barrios,
incluidos los que habitualmente son indiferentes o se han alejado de la práctica de la fe
cristiana. Este anuncio busca suscitar la fe y la conversión, y consiguientemente la
incorporación a la Iglesia y la recepción de los sacramentos.
II.- REALIZACIÓN
Para que la misión popular alcance los frutos deseados requiere una adecuada
preparación; y después de la misión propiamente dicha exige un proyecto parroquial de
continuidad. Pues la misión no es un acto aislado, desconectado del conjunto de la
pastoral, sino una acción evangelizadora particularmente intensa integrada en todo el
proceso evangelizador.
a) Preparación (pre-misión).
b) Realización (misión).
c) Proyecto de continuidad (post-misión).
A) Preparación (pre-misión)
1.- Objetivos
a) Despertar el interés por la misión y lograr que la gente se vaya disponiendo para
ella.
2.- Destinatarios
Todos, tanto los que participan habitualmente en la vida de la parroquia como los
alejados; habría que intentar despertar sobre todo el interés de estos últimos.
3.- Medios
a) Intensificación de la oración
* Capacitación en los aspectos en que sea preciso (cómo realizar las visitas, cómo
anunciar el kerygma...).
* Orar juntos.
* Distribución de tareas y funciones.
d) Difusión
* Pancarta grande en la fachada del templo y/o en algún lugar céntrico y visible.
Puede ser útil que aproximadamente un mes antes de la misión se tenga un domingo
como lanzamiento de la misma, con la presencia del equipo de misiones. Es un modo de
“calentar motores”, predisponiendo para la misión y preludiando de algún modo lo que
ésta va a ser. (Puede ser ocasión de que algún misionero dé un testimonio al final de la
misa, puede haber cantos con niños y jóvenes en la plaza, se puede aprovechar para
buzonear la octavilla antes mencionada...).
* Otros materiales que se vayan a usar (estampas, medallas, rosarios, folleto con
cantos...).
B) Realización (misión)
1.- Objetivo
Para una misión esencialmente sobrenatural también los medios han de ser sobre todo
evangélicos y sobrenaturales:
a) Visiteo: Se trata de, obedeciendo el mandato de Jesús (“id”), buscar a cada persona.
Eso supone un profundo sentido de fe, una gran caridad hacia los evangelizados y un
sincero olvido de sí. En esta visita se anuncia a Jesucristo y se invita a las asambleas y
demás actos. Se puede entregar un tríptico con el kerygma, estampa, medalla, etc.
b) De dos en dos: Siguiendo también la indicación de Jesús (Lc 10,1), este modo de
acercarse es una manera de hacer presente a Cristo (“donde dos o más...” Mt 18,20) y a
la Iglesia (notar que al evangelizado no sólo se le invita a adherirse a Cristo, sino a
incorporarse a la Iglesia: Hch 2,41; 17,4). Si no hay comunión profunda de corazones
este ir de dos en dos no sería eficaz; la pareja que visita ha de reflejar su unión con la
Iglesia entera, concretada en el equipo misionero. Por lo demás, ir dos juntos ayuda a
complementarse (no conviene que se elijan las parejas por afinidades naturales).
c) Oración: Es el arma más eficaz para el fruto de la misión. Por eso los misioneros
oran abundantemente (de manera personal y comunitaria) durante las mañanas, y
también antes de las visitas (han de ir muy ungidos e impregnados de Espíritu).
También ora la comunidad parroquial entera (puede haber un ministerio de orantes que
interceden mientras los misioneros evangelizan) para que el Espíritu abra los corazones
a la semilla de la Palabra.
b) Primera semana: Visiteo y asambleas por las casas. Debidamente distribuidos los
sectores, los misioneros realizan la visita a cada casa invitando para la asamblea que
tendrá lugar en una casa del barrio o zona del evangelizado. En la medida de lo posible,
conviene que cada familia sea visitada en el mismo día en que tendrá lugar la primera
asamblea (dependiendo de lo extenso de la parroquia y del número de misioneros con
que se cuente, conviene que se tengan al menos dos o tres reuniones en cada casa –en
días distintos–).
c) Domingo intermedio: Conviene destacar la celebración del día del Señor y del día
de la comunidad parroquial. Los que se han reunido en cada casa pueden acercarse
juntos al templo para la celebración eucarística; así confluyen de los diversos barrios o
zonas (pueden portar algún signo), expresando la belleza de la parroquia como
comunidad de comunidades. Conviene que la celebración sea especialmente cuidada,
festiva y gozosa, con la mayor participación posible (ofrendas, peticiones, lecturas...);
también puede tenerse el testimonio de algún evangelizado.
e) Último domingo: Acción de gracias. Hay que evitar a toda costa la palabra
“clausura”: no se cierra nada, pues la misión ha abierto puertas y es un nuevo inicio. La
misa tiene un marcado tono de acción de gracias y a la vez de envío de la comunidad
parroquial, que toma el relevo de los misioneros para continuar la misión (esto se
significa con la entrega de la cruz de la misión). Tras la celebración puede haber un
tiempo de compartir testimonios y experiencias, así como un ágape fraterno de tono
festivo y gozoso. (La revisión de la misión, en cambio, conviene realizarla en otro
momento).
a) Mañanas
* Laudes y eucaristía.
b) Tardes
* Visiteo.
* Asambleas.
Se supone que las familias ya están avisadas de la visita. Al llegar, saludan, explican
el motivo de la visita e invitan a que se hagan presentes todos los habitantes de la casa.
Uno de los misioneros da el anuncio básico –mientras el otro apoya con la oración– de
modo vivo, convencido, entusiasta, testimonial y ungido. Luego invita a dejar entrar a
Jesús en su corazón y a acogerlo como Señor y Salvador.
Si hay enfermos, se ora por ellos. Se informa de los actos de la misión y se despiden.
Si hay alguna problemática especial se escucha y se dice una palabra adecuada.
En estas reuniones en casas particulares –al estilo de los primeros cristianos– conviene
crear un clima familiar. Para ello es muy importante la acogida por parte de los
misioneros.
e) Diálogo espontáneo para ver cómo han recibido el anuncio y qué dificultades
tienen, pero sin entrar en discusiones.
f) Se termina con una breve oración de petición.
Aunque el kerygma se da tanto en las visitas como en las asambleas, se trata sólo de
un primer impacto, necesario pero insuficiente.
A las personas que se han sentido tocadas por ese primer anuncio y han despertado, es
preciso ofrecerles la posibilidad de escuchar el kerygma completo para poder realizar el
proceso de adhesión a Cristo de manera consciente y profunda.
Esto se puede tener previsto y organizado dentro de la misión misma o bien poco
tiempo después de terminada.
c) Cursillo de cristiandad.
d) Catequesis neocatecumenales.
Sería absurdo plantar una semilla y no regarla y abonarla después, o poner unos
cimientos sin continuar construyendo sobre ellos. Pues bien, el primer anuncio es la
semilla y el cimiento. Sin semilla no puede haber árbol ni sin cimiento edificio; pero el
primer anuncio debe ser desarrollado y conducido a plenitud mediante un proyecto
pastoral adecuado.
Cada vez se siente más la necesidad de que la acción pastoral no sea un conjunto de
acciones yuxtapuestas, sino que obedezca a un proyecto global que integre los diversos
tipos de personas (adultos, jóvenes, matrimonios...) y abarque las distintas etapas de
crecimiento en la fe y en la vida cristiana.
5.- Compromiso evangelizador y caritativo (en el que cada uno ponga en juego sus
dones y carismas al servicio de la Iglesia y de la sociedad).
Además, una parroquia viva no puede conformarse con haber realizado una misión
popular y continuar alimentando a los que en ella se han convertido. Debe ser una
parroquia evangelizadora, con verdadera tensión misionera, constantemente empeñada
en llegar a todos y cada uno de los que no creen o no practican. Para ello debe imbuir
ardor evangelizador a cada uno de sus miembros y vivirlo también comunitariamente.
a) Objetivo: Hacer llegar un primer anuncio del Evangelio de manera atrayente a los
alejados de la fe y de la práctica de la vida cristiana.
b) Lugar: Es importante que sea un lugar público no religioso al que todos tengan
fácil acceso (plaza pública, teatro, salón cultural; incluso una terraza de bar o discoteca).
* Oración, que puede realizarse incluso con exposición del Santísimo, en el mismo
lugar del concierto si es digno y se ve conveniente, o bien invitando a los asistentes a
trasladarse a la iglesia.
Durante el acto es muy conveniente que algunos estén atentos para ir contactando
personalmente con los que se acerquen a ver y a escuchar. También puede haber algún
sacerdote disponible por si alguien se anima a reconciliarse con Dios sacramentalmente.
N.B.- Como toda acción de primer anuncio, esta iniciativa requiere continuidad. Por
otra parte, puede ser repetida cada cierto tiempo.
b) Modo: Tiene algo de parecido con la misión popular, pero sin su carácter
totalizante ni su pretensión exhaustiva; por ello puede repetirse cada cierto tiempo
(quizá anualmente) en distintas zonas o en todo el territorio parroquial. Tiene los
siguientes elementos:
* Visiteo casa por casa de la zona asignada, sin empeño de llegar a todas.
c) Tiempo: Es una acción muy propicia para realizar en los “tiempos fuertes”,
especialmente en cuaresma. Es un modo de enriquecer y de dar un talante más
evangelizador a las tradicionales charlas cuaresmales.