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CRISTO
U na introducción
a la teología
del Nuevo Testamento
A. M. HUNTER
EDITORIAL
LA AURORA
BUENOS AIRES
Título original:'
INTRODUCING NEW TESTAMENT THEOLOGY
Editado por SCM Press, Londres, 1957.
Traducción de Néstor E. Rostán.
Prefacio 7
Prólogo 9
7
8 EL HECHO DE CRISTO
9
EL HECHO DE CRISTO
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14 EL HECHO DE CRISTO
EL HECHO DE CRISTO
EL REINO DE DIOS
1 Y EL MINISTERIO DE JESUS
17
18 EL HECHO DE CRISTO
11
III
4 Lutero.
24 EL HECHO DE CRISTO
· IV
Pasemos ahora a Cesarea de Filipo (Mar. 8:27-
33). El ministerio ha llegado a su clímax en la
"Santa Cena de Galilea", en la cual la excitación
popular ha llegado a un alto grado. Tiempo des-
pués, probablemente huyendo del peligroso entu-
siasmo de sus amigos, Jesús se retira a las regio-
nes .del noroeste de Palestina (Mar. 7:24). Pero la
batalla librada en Galilea debía concluir en Jeru-
salén· (Luc. 13:32s). De modo que, antes de diri-
girse hacia el sur, Jesús quiere asegurarse que sus
discípulos comprendan las cuestiones que están en
juego. En la soledad de Cesarea de Filipo pregun-
ta: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?" Ellos
replican que la especulación popular toma varias
formas. "Y vosotros -dice, planteándoles la pre-
gunta directamente a los discípulos- ¿quién de-
cís que soy?". Inmediatamente Pedro da expresión
al pensamiento que está en la mente de todos
ellos: "Tú eres el Mesías". ¿La respuesta correcta?
Sí, y Jesús tácitamente lo acepta, pero va más ade-
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VI
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36 EL HECHO DE CRISTO
.visible.
A esto1 hoy _en día llamamos «escatología reali-
,17:2-1, L.).
--' "Los publicanos y :las rameras van delante de
vosotros al reino de Dios" (Mat. 21:31 M).
No sólo eso, sino que por doquiera Jesús in-
. equívocamente enuncia el cumplimiento:
"Bienaventurados los ojos que ven lo que vos-
otros veis; porque os digo que muchos profetas y
reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron" (Luc. 10:
23s. Q).
"La reina del Sur se levantará en el juicio con
los hombres de esta generación, y los condenará;
porque ella ~ de los fines de la tierra para oír
la sabiduría ~e Salomón, y },}e aquí más que Salo-
_món en este lugar" (Luc. 11:31 Q).
"Id, haced saber a Juan ~o que habéis visto y
oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos
son limpiados, y a los pobres es anunciado el
11 Timeo, 28- C;
46 EL HECHO DE CRISTO
II
Nota:
Algunos han sostenido que Jesús esperaba que el
mundo terminaría pronto, tal vez inmediatamen-
te después de la Resurrección. No encontramos
apoyo para esto. Si la semilla de mostaza del
Reino debe crecer hasta ser una gran planta, evi-
dentemente se requiere tiempo para ello. "Es ne-
cesario que el evangelio sea predicado antes a to-
das las naciones", consta en el relato que Jesús
dijo (Marcos 13: 10). Además, su patrón para una
nueva vida en el Reino de Dios no sólo implica
la continuación de la sociedad humana tal como
la conocemos, sino que sus predicciones de acon-
tecimientos históricos posteriores a su muerte,
como la destrucción de Jerusalén, requieren que
la historia siga su curso. De cualquier manera, no
debemos dogmatizar acerca del tiempo, cuando él
mismo confesó su ignorancia (Mar. 13:32).
¿Cuál será la naturaleza de esta Venida que es
la consumación del Reino de Dios?
Ante todo, debe significar el triunfo final de
72 EL HECHO DE CRISTO
75
76 EL HECHO DE CRISTO
II
~u1
¿Qué significó la Resurrección para los primeros
cristianos? ¿Y a qué clase de suceso se refiere la
predicación de los Apóstoles? No podemos conten-
tarnos con la vaga declaración de que "algo suce-
dió" que los persuadió de que Jesús todavía estaba
vivo. Cualquiera sea la explicacif>n que demos debe
ser de tal carácter que explique la teología de la
Resurrección que corre por el Nuevo Testamento
y el Evangelio del Cristo resucitado por el cual
incontables millones han vivido y han muerto.
Debemos empezar por decir que la Resurrección
significa la reivindicación de la justicia. Porque,
considérese: si la historia de Jesús termina en la
Cruz es una dura e inflexible tragedia, y lo que
es más, la prueba de que no hay consonancia espi-
ritual ni razón en el universo. Para ponerlo en
términos simples, he aquí un Hombre que tenía
una despejada visión de la verdad moral, un Hom-
bre que no sólo confió absolutamente en Dios sino
que "de un golpe arriesgó todo" sobre la fe en él.
Hizo el experimento final, experimentum crucis.
Si esa vida se extinguió en la más absoluta oscu-
La Resurrección 85
LOS PREDICADORES
DEL HECHO
4 LOS PRIMEROS PREDICADORES
DEL HECHO
91
92 EL HECHO DE CRISTO
Nota:
Algunos eruditos modernos, p. ej. Lietzmann,
han sostenido que la cristiandad primitiva conoció
dos tipos distintos de eucaristía: l) una eucaristía
pre-paulina desconectada de la Ultima Cena y que
continuaba la comunión en torno a la mesa veri-
Los Primeros Predicadores del Hecho 119
LOS INTERPRETES
DEL HECHO
5 SAN PABLO
127
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2 P. T. Forsyth,
San Pablo 129
II
III
En tercer lugar, la salvación es una bendición
futura: "Seremos salvos". lQué enseña Pablo acerca
de la esperanza cristiana?
146 EL HECHO DE CRISTO
IV
¿Qué lugar dio Pablo a Cristo en los propósitos
de Dios para con los hombres? Hay verdad en el
"MI EVANGELIO"
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164 EL HECHO DE CRISTO
173
174 EL HECHO DE CRISTO
II
III
Mucho en esta carta tiene para nosotros hoy sólo
un interés de anticuario: las minucias del culto leví-
tico, las exégesis alegóricas, la intervención de un
oscuro personaje del Antiguo Testamento como Mel-
quisedec, etc. No obstante, la carta a los Hebreos
hace resonar ciertas notas que contienen un perma-
nente llamado y desafío.
Comencemos por la nota sacerdotal. ¿Quién puede
dejar de sentir la fascinación del mundo del Autor
en que todo está dominado por el Sumo Sacerdote,
sentado a la diestra de la Majestad en las alturas,
revestido de nuestra naturaleza, compadecido de
nuestras debilidades, abogando por nuestra causa?
Y aparte de todo argumento sacerdotal, necesitamos
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184 EL HECHO DE CRISTO
PARLO JUAN
Dios muestra su amor De tal manera amó
para con nosotros, en Dios al mundo, que ha
que siendo aún peca- dado a su Hijo unigé-
dores Cristo murió por nito, para que todo
nosotros. (Rom. 5:8). aquel que en él cree,
no se pierda, mas ten-
ga vida eterna. (Juan
3:16).
Lo que ahora vivo en En esto consiste el
la carne, lo vivo en la amor: no en que nos-
fe del Hijo de Dios, el otros hayamos amado a
cual me amó y se en- Dios, sino en que él
tregó a sí mismo por nos amó a nosotros, y
mí. (Gál. 2:20). envió a su Hijo en
propiciación por nues-
tros pecados. (1 Juan
4:10).
15 Frase de C K. Barret.
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~dn .fuan 207
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