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VI,
Bogotá 2003, 135-158.
Capítulo 5
Identidad de la catequesis
Introducción
La catequesis existe desde los orígenes de la Iglesia como una de las formas de
la predicación cristiana. En el Nuevo Testamento la predicación apostólica tiene
dos momentos distintos y complementarios: el primero de ellos es el anuncio del
mensaje cristiano, con el fin de suscitar la fe y la conversión; el segundo momento
es el de la instrucción y está orientado a comprender el mensaje de fe y las
consecuencias para la vida cristiana. Este último momento es el de la acción
catequística.
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• En la época medieval (siglos VI-XV), desaparece la voz “catequesis” y se
introduce el verbo “catequizar” y el término “catecismo”. Este último no se refiere
al libro con el cual se instruye, sino a la institución catequizadora.
• En la época moderna (XVI-XVIII) proliferan los “catecismos” (libros doctrinales
con los cuales se ofrece la instrucción cristiana), y la acción catequizadora
adquiere una visión intelectualista (la catequesis se identifica con la enseñanza
de la doctrina cristiana).
• A principios del siglo XX, por influjo del movimiento catequético, reaparece el
término “catequesis” con acentuaciones metodológicas (en la primera mitad del
siglo) y kerigmáticas (en la década de los años 50 y 60).
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• Por último, la Exhortación apostólica Ecclesia in America (1999) nos dice que la
catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que
informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de
modo pleno y completo. Introduce más plenamente al creyente en la experiencia
de la vida cristiana que incluye la celebración litúrgica del misterio de la
redención y el servicio cristiano a los otros (69).
La catequesis es, al mismo tiempo, una acción eclesial, un ministerio profético, una
etapa del proceso evangelizador y una forma privilegiada de educar en la fe. Estos
son los elementos esenciales que nos ayudan a clarificar su identidad.
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Tanto la exhortación Catechesi Tradendae como el Directorio General para la
Catequesis (1997), sitúan a la catequesis en el marco de la acción evangelizadora
de la Iglesia. Ambos documentos afirman que la catequesis es un momento o
etapa esencial del proceso evangelizador (CT 18; DGC 63-64).
Ahora bien, si la catequesis es uno de los elementos que forman parte del proceso
total de la evangelización, entonces necesita interrelacionarse y articularse
debidamente con los otros elementos de la acción evangelizadora. De ahí que sea
importante la coordinación entre la acción catequística y las otras acciones
evangelizadoras, ya que todas ellas están al servicio de un mismo proceso
evangelizador.
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la celebración litúrgica, a la oración, a las actitudes evangélicas, a la vida
comunitaria, al compromiso social y al apostolado.
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dos formas del ministerio profético existe una relación de distinción en la
complementariedad (61).
Según Casiano Floristán (1988), la homilía puede ser definida, de acuerdo a los
textos conciliares, como una parte del ministerio de la Palabra y de la Liturgia,
dirigida a los miembros de la asamblea, en forma de proclamación de las
maravillas de la historia de salvación o misterios de Cristo, inspirada en los textos
bíblicos, teniendo en cuenta el misterio que se celebra y las necesidades
particulares de los oyentes (p. 213).
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5.2.4. La educación religiosa escolar y la catequesis
Para precisar más esa finalidad, se pueden distinguir en ella dos niveles: el
individual, tendiente a formar personas maduras en la fe, y el comunitario, dirigido
a la forja de comunidades eclesiales maduras en la fe.
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de las comunidades cristianas que el ministerio de la catequesis se propone
construir.
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comunidades. Todas, por lo tanto, son necesarias y han de estar presentes a lo
largo de los procesos catequísticos.
- Un proceso señalado por ritos, signos y símbolos, que exprese los pasos que se
están dando y los compromisos que se van adquiriendo en el itinerario de fe.
- Un proceso que compromete a las personas, que exige una profunda conversión
y que pide orientar la propia vida en el horizonte de los valores evangélicos.
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El Directorio General para la Catequesis hace una distinción entre catequesis de
iniciación cristiana y catequesis al servicio de la educación permanente de la fe (DGC
63-72). Aunque son diferentes, ambos niveles de catequesis se reclaman y se
complementan.
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La educación permanente en la fe necesita una comunidad cristiana que acoja y
acompañe al catequizando en su plena integración a la comunidad. Este nivel de
catequesis se dirige, por tanto, no sólo a cada creyente, sino a la comunidad
cristiana como tal.
En los primeros años que siguieron al Vaticano II, la reflexión catequética tuvo como
centro de su atención a la persona humana, considerada en su situación concreta.
Fue la llamada “etapa antropológica” de la catequesis, en la que se empleaban con
frecuencia expresiones como “catequesis situacional”, “catequesis existencial”,
”catequesis antropológica”, “catequesis social”, “dimensión experiencial de la
catequesis”, etc.
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personas y de las comunidades; así como también hermenéutica, porque discierne
la presencia o ausencia de Dios y descubre el proyecto divino sobre la propia vida
y sobre el acontecer histórico. Para realizar adecuadamente estas funciones, la
acción catequística necesita tener permanentemente los ojos puestos en la historia
y saber contemplar y leer los signos de los tiempos.
Síntesis
1. Naturaleza de la catequesis
- La palabra katejesis se deriva del verbo griego katejein, y significa resonar o hacer
resonar un ruido o una voz.
- En la catequesis están presentes cuatro elementos esenciales: la eclesialidad (la
catequesis es una acción eclesial), la Palabra de Dios (la catequesis es un
ministerio profético), el proceso evangelizador (la catequesis es una etapa del
proceso evangelizador), y la dimensión educativa (la catequesis es una forma
privilegiada de educación en la fe).
2. La especificidad de la catequesis
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- Las tareas fundamentales de la catequesis son: promover a las personas en su
plenitud humana; conocer y profundizar el mensaje cristiano; educar para la
celebración y para la oración; educar en los valores evangélicos; educar en la vida
comunitaria y educar en el compromiso social liberador.
- La catequesis de iniciación ofrece una formación básica (pone las bases de la fe)
e integral (inicia en todas las dimensiones de la vida cristiana).
- La educación permanente de la fe, que supone y continúa la catequesis de
iniciación, tiene un carácter de explicitación y de profundización de la vida
cristiana.
Para profundizar
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CONSECUENCIAS CONSECUENCIAS
ELEMENTOS ESENCIALES EN LA EN LA
DE LA CATEQUESIS PRAXIS CATEQUÍSTICA FORMACIÓN DE LOS
CATEQUISTAS
LA CATEQUESIS,
ACCIÓN ECLESIAL
LA CATEQUESIS,
MINISTERIO
PROFÉTICO
LA CATEQUESIS, ACCIÓN
EDUCATIVA
Referencias
Bibliografía
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Pedrosa, A. y Lázaro, R. (1999). Catequesis. En Nuevo Diccionario de Catequética.
Madrid: San Pablo.
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