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CELAM: Testigos y servidores de la Palabra. Manual de Formación Catequética , PELAL Vol.

VI,
Bogotá 2003, 135-158.

Capítulo 5

Identidad de la catequesis

Introducción

En este capítulo se estudia la identidad de la acción catequizadora. La catequesis


es, ante todo, un ministerio eclesial al servicio de la Palabra de Dios, que busca la
iniciación y la madurez de la fe, tanto de las personas como de las comunidades
cristianas. Por ser un momento o etapa del proceso evangelizador, la catequesis se ubica
en el marco de la acción evangelizadora de la Iglesia. Éstos son los elementos básicos
que definen la naturaleza y la finalidad de la acción catequística.

5.1. La naturaleza de la catequesis

5.1.1. Significado etimológico e histórico

La palabra “catequesis” (katejesis) se deriva del verbo griego katejein, y significa


literalmente “resonar” o “hacer resonar” un ruido, especialmente el sonido o el eco
de la voz humana. El término katejesis no aparece en la Biblia. En cambio, el verbo
katejein sí se menciona en el Nuevo testamento con un doble significado: narrar o
relatar sucesos (Hech 21,21-24; Lc 1,4) y enseñar los misterios de la fe (Hech
18,25; Rom 2,18; Gál 6,6).

La catequesis existe desde los orígenes de la Iglesia como una de las formas de
la predicación cristiana. En el Nuevo Testamento la predicación apostólica tiene
dos momentos distintos y complementarios: el primero de ellos es el anuncio del
mensaje cristiano, con el fin de suscitar la fe y la conversión; el segundo momento
es el de la instrucción y está orientado a comprender el mensaje de fe y las
consecuencias para la vida cristiana. Este último momento es el de la acción
catequística.

A lo largo de la historia, el término “catequesis” ha tenido distintos significados:

• En el siglo II, san Clemente de Roma lo utiliza para designar la instrucción


fundamental que se da a los candidatos al Bautismo.
• En el inicio del catecumenado, a finales del siglo II y principios del siglo III, se
emplea para referirse a la predicación dirigida a los catecúmenos.

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• En la época medieval (siglos VI-XV), desaparece la voz “catequesis” y se
introduce el verbo “catequizar” y el término “catecismo”. Este último no se refiere
al libro con el cual se instruye, sino a la institución catequizadora.
• En la época moderna (XVI-XVIII) proliferan los “catecismos” (libros doctrinales
con los cuales se ofrece la instrucción cristiana), y la acción catequizadora
adquiere una visión intelectualista (la catequesis se identifica con la enseñanza
de la doctrina cristiana).
• A principios del siglo XX, por influjo del movimiento catequético, reaparece el
término “catequesis” con acentuaciones metodológicas (en la primera mitad del
siglo) y kerigmáticas (en la década de los años 50 y 60).

5.1.2. Definiciones o descripciones del Magisterio

En los Documentos eclesiales, que abordan el tema de la acción catequizadora,


encontramos las siguientes descripciones y/o definiciones de la catequesis:

• Globalmente se puede considerar aquí la catequesis en cuanto educación de la


fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende especialmente una
enseñanza de la doctrina cristiana dada generalmente de modo orgánico y
sistemático, con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana (CT 18).

• La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, en el número 318 de su


Documento Catequesis renovada. Orientaciones y contenidos (1983), señalan
que la catequesis es un proceso de educación comunitaria, permanente,
progresiva, ordenada, orgánica y sistemática de la fe. Su finalidad es la madurez
de la fe en un compromiso personal y comunitario de liberación integral, que
debe acontecer ya aquí y culminar en la vida eterna feliz.

• El número 34 del Documento La catequesis de la comunidad (1983), de la


Comisión Episcopal Española de Enseñanza y Catequesis, afirma que la
catequesis es la etapa (o período intensivo) del proceso evangelizador en la que
se capacita básicamente a los cristianos para entender, celebrar y vivir el
Evangelio del Reino, al que han dado su adhesión, y para participar activamente
en la realización de la comunidad eclesial y en el anuncio y difusión del
Evangelio.

• Según el Documento Juntos para una evangelización permanente (1987), de la


Conferencia Episcopal Argentina, la catequesis es un camino de crecimiento y
maduración en la fe en un contexto comunitario-eclesial que da sentido a la
vida. En efecto, por medio de la catequesis todos los hombres pueden captar el
plan de Dios Padre –centrado en la Persona de Jesucristo– en su propia vida
cotidiana. Además pueden descubrir el significado último de la existencia y de
la historia (50).

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• Por último, la Exhortación apostólica Ecclesia in America (1999) nos dice que la
catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que
informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de
modo pleno y completo. Introduce más plenamente al creyente en la experiencia
de la vida cristiana que incluye la celebración litúrgica del misterio de la
redención y el servicio cristiano a los otros (69).

5.1.3. Los elementos esenciales de la catequesis

La catequesis es, al mismo tiempo, una acción eclesial, un ministerio profético, una
etapa del proceso evangelizador y una forma privilegiada de educar en la fe. Estos
son los elementos esenciales que nos ayudan a clarificar su identidad.

• La catequesis, acción eclesial

La catequesis no es una acción individual ni aislada, sino profundamente eclesial.


La acción catequística es un acto vivo de tradición eclesial porque transmite la fe
de la Iglesia; es decir, lo que ella cree, celebra, vive y ora. Como ministerio eclesial,
la catequesis nace de la comunidad cristiana y está orientada a construir la
comunidad eclesial.

La dimensión eclesial pertenece a la esencia de la catequesis y configura sus


elementos constitutivos: los objetivos por lograr, la selección de los contenidos, las
opciones metodológicas, la formación de los catequistas, el planteamiento de los
procesos catequísticos, los horizontes operativos, las modalidades de realización,
la evaluación, etc. La praxis catequística, por consiguiente, no se puede
comprender al margen o fuera de la realidad eclesial, porque iría en contra de su
propia naturaleza.

• La catequesis, ministerio profético

La catequesis forma parte del ministerio de la Palabra. Es, por lo tanto, un


ministerio profético y, como tal, es parte de su esencia proclamar la Palabra
salvadora de Dios, comunicar el mensaje cristiano y anunciar a Jesucristo, la
Palabra viva del Padre.

La catequesis hace resonar la palabra liberadora de Dios en el corazón de las


personas que ya han recibido el primer anuncio. Al comunicar la palabra divina, la
catequesis ayuda a los catequizandos a fundamentar y profundizar la fe recibida.
La Palabra de Dios, por su fuerza iluminadora e interpretativa, es un polo de
referencia esencial para la acción catequizadora.

• La catequesis, etapa del proceso evangelizador

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Tanto la exhortación Catechesi Tradendae como el Directorio General para la
Catequesis (1997), sitúan a la catequesis en el marco de la acción evangelizadora
de la Iglesia. Ambos documentos afirman que la catequesis es un momento o
etapa esencial del proceso evangelizador (CT 18; DGC 63-64).

La evangelización es entendida como un proceso rico y dinámico, que comprende


tres etapas o momentos esenciales: la acción misionera para los no creyentes y
los alejados; la acción catequético-iniciatoria para los que han recibido el primer
anuncio; y la acción pastoral para los cristianos que necesitan madurar su fe en la
comunidad cristiana. En el proceso evangelizador, por lo tanto, hay acciones que
anteceden y preparan a la catequesis, como el primer anuncio y el testimonio;
mientras otras acciones emanan de ella y la acompañan o complementan: la
homilía, la enseñanza de la teología, la celebración de los sacramentos, los
servicios de promoción humana integral, la vida en comunidad.

Ahora bien, si la catequesis es uno de los elementos que forman parte del proceso
total de la evangelización, entonces necesita interrelacionarse y articularse
debidamente con los otros elementos de la acción evangelizadora. De ahí que sea
importante la coordinación entre la acción catequística y las otras acciones
evangelizadoras, ya que todas ellas están al servicio de un mismo proceso
evangelizador.

• La catequesis, acción educativa

Finalmente, la catequesis es también una acción esencialmente educativa, ya que


se desarrolla en el contexto de la educación global de toda la persona,
favoreciendo su crecimiento integral (desarrollo intelectual, afectivo, volitivo,
social, ético y religioso). En ese sentido, los cometidos fundamentales de la
educación son asumidos por la acción catequística.

Pero la catequesis no es una educación general. Es una educación específica, ya


que está orientada a EDUCAR EN LA FE, impulsando procesos de crecimiento y
madurez cristiana. La acción catequística busca, ante todo, formar personas y
comunidades eclesiales maduras en la fe.

Como educación en la fe, la catequesis tiene las siguientes características:

➢ ES UNA EDUCACIÓN ORGÁNICA: ofrece una síntesis coherente y armónica del


mensaje cristiano. En esa síntesis, Jesucristo es el centro del mensaje y el
principio que da unidad a los diversos elementos de la fe cristiana.

➢ ES UNA EDUCACIÓN SISTEMÁTICA: sigue un programa articulado con reuniones


periódicas. Por ser sistemática, no se reduce a lo meramente circunstancial u
ocasional.
➢ ES UNA EDUCACIÓN INTEGRAL: educa en todas las dimensiones de la fe cristiana.
La acción catequizadora educa en el conocimiento de la fe y educa también a

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la celebración litúrgica, a la oración, a las actitudes evangélicas, a la vida
comunitaria, al compromiso social y al apostolado.

5.2. La especificidad de la catequesis

¿Qué es, en definitiva, lo específico de la catequesis? Es un ministerio profético que


educa en la fe. Por lo tanto es la EDUCACIÓN EN LA FE el elemento que más expresa su
identidad, su peculiaridad y su originalidad entre los otros ministerios pastorales. Así
lo confirman los principales documentos eclesiales:

- (La catequesis) consiste en la educación ordenada y progresiva de la fe (MPD 1).


- Globalmente se puede considera aquí la catequesis en cuanto educación de la fe
de los niños, de los jóvenes y adultos (CT 18).
- Sólo a partir de la conversión... la catequesis propiamente dicha podrá desarrollar
su tarea específica de educación en la fe (DGC 62).
- Por ser educación de la fe, la catequesis se realiza en forma gradual y progresiva
(CAL 97).

Es necesario tener en cuenta que la catequesis es siempre un ministerio de la Palabra


de Dios con características concretas de
- INICIACIÓN (inicia en todas las dimensiones de la vida cristiana),
- FUNDAMENTACIÓN (pone los cimientos de la vida de fe) y
- PROFUNDIZACIÓN (desarrolla e interioriza el mensaje cristiano).

Para precisar la identidad de la acción catequística, conviene conocer la relación que


existe entre ésta y aquellos ministerios pastorales que giran en torno al dinamismo de
la Palabra de Dios.

5.2.1. Kerigma y catequesis

El primer anuncio, que tiene la función de anunciar el núcleo fundamental del


Evangelio y de llamar a la fe cristiana, está dirigido a los no creyentes y a los que
viven en la indiferencia religiosa. Su contenido básico es kerigma; esto es, el
acontecimiento salvífico de la Muerte y Resurrección de Jesucristo, el Señor de la
vida y de la historia.

La catequesis es una acción eclesial diferente del primer anuncio. El primer


anuncio suscita una conversión y una fe inicial; la catequesis fundamenta,
profundiza y desarrolla esa fe recibida. La acción catequizadora educa la adhesión
que las personas dan al primer anuncio. En ese sentido, la catequesis presupone
la predicación misionera y es, por consiguiente, un momento sucesivo al anuncio
kerigmático. El Directorio General para la Catequesis (1997) afirma que en estas

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dos formas del ministerio profético existe una relación de distinción en la
complementariedad (61).

5.2.2. Homilía y catequesis

Según Casiano Floristán (1988), la homilía puede ser definida, de acuerdo a los
textos conciliares, como una parte del ministerio de la Palabra y de la Liturgia,
dirigida a los miembros de la asamblea, en forma de proclamación de las
maravillas de la historia de salvación o misterios de Cristo, inspirada en los textos
bíblicos, teniendo en cuenta el misterio que se celebra y las necesidades
particulares de los oyentes (p. 213).

La catequesis y la homilía son dos ministerios diferentes. La diferencia principal


radica en que la homilía se realiza al interior de una celebración litúrgica y procura
relacionar la Palabra proclamada con el signo sacramental y la vida concreta de la
asamblea litúrgica; la catequesis, en cambio, no se realiza dentro de una acción
litúrgica, ya que tiene otros espacios y tiempos de realización. Además, estos dos
ministerios son diferentes en cuanto a los interlocutores, que se diferencian en la
asamblea litúrgica y el grupo de catequizandos; los contenidos, que en la homilía
dependen de los textos bíblicos y de las oraciones presidenciales, mientras en la
catequesis son más sistemáticos y unitarios; y el empleo de métodos y técnicas,
ya que en la catequesis se emplean métodos y técnicas más participativas,
interactivas, grupales y creativas.

5.2.3. Teología y catequesis

La teología es concebida como la reflexión crítica de la fe en el “hoy” de la


comunidad eclesial. Lo específico de la teología es su carácter reflexivo y crítico.
Como ministerio de la Palabra, su función principal consiste en desarrollar la
inteligencia de la fe.

La teología y la catequesis son dos acciones eclesiales diferentes. La teología es


estudio y reflexión de la Palabra de Dios; la catequesis es actualización y
comunicación de esa palabra liberadora. La teología sigue una lógica más
científica y la catequesis una lógica más comunicativa y pedagógica. La teología
se centra en la educación de la inteligencia de la fe, mientras que la acción
catequística educa en todas las dimensiones de la vida cristiana.

La teología y la catequesis se necesitan y se complementan. La teología, entre


otras cosas, ofrece a la catequesis un conocimiento sistemático del contenido de
la fe cristiana y unos criterios interpretativos de las fuentes de la Revelación y del
Magisterio de la Iglesia. La praxis catequística, por su parte, nutre la reflexión
teológica con el aporte de la vida y de la experiencia de fe de las comunidades
cristianas.

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5.2.4. La educación religiosa escolar y la catequesis

Por último, conviene señalar que la catequesis tampoco se identifica con la


educación religiosa escolar. El elemento diferenciador más importante son los
objetivos que persiguen cada una de estas acciones eclesiales: la educación
religiosa escolar procura promover el diálogo fe-cultura, incorporar el saber de la
fe en el conjunto de los demás saberes humanos y ayudar a los alumnos a que
tengan una visión cristiana del ser humano, de la historia y del mundo; la
catequesis, por su parte, pretende impulsar, en el ámbito de la comunidad
cristiana, procesos de iniciación, crecimiento y madurez en la fe. Esta
diferenciación quedará más clara a luz del capítulo decimotercero de este mismo
manual.

5.3. La finalidad y las tareas de la catequesis

5.3.1. La finalidad de la catequesis

¿Cuál es el punto de llegada o la meta última de la acción catequizadora? Para


responder a esta pregunta, los documentos oficiales de la Iglesia usan expresiones
y categoría diferentes, como la madurez de la fe, la confesión de la fe, el desarrollo
de una fe explícita y activa, la integración fe-vida y la comunión con Cristo, entre
otras (DGC 38; MPD 8; CT 5; DGC 80-81).

La mayoría de estas formulaciones pone en el centro la fe cristiana, entendida


como un dinamismo de crecimiento que tiende hacia la maduración plena. Por eso,
se puede decir que la finalidad última de la catequesis es LA MADURACIÓN DE LA FE,
tanto de las personas como de las comunidades.

Para precisar más esa finalidad, se pueden distinguir en ella dos niveles: el
individual, tendiente a formar personas maduras en la fe, y el comunitario, dirigido
a la forja de comunidades eclesiales maduras en la fe.

• La catequesis, en primer lugar, busca formar hombres y mujeres que desarrollen


una personalidad equilibrada y armónica, que tengan un encuentro vital y
profundo con Jesucristo, que tengan un fuerte sentido eclesial y que vivan en
una actitud permanente de servicio a sus hermanos. Este es el perfil del
creyente que ha de surgir de la praxis catequística.

• En segundo lugar, la catequesis procura crear y promover comunidades


maduras en la fe; es decir, comunidades en las cuales se viva la fraternidad, se
comparta la fe en Jesucristo, se celebre festivamente la acción salvadora de
Dios, se ejercite la corresponsabilidad ministerial y se viva con plena convicción
el compromiso cristiano en la vida eclesial y social. Estos son los rasgos básicos

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de las comunidades cristianas que el ministerio de la catequesis se propone
construir.

5.3.2. Las tareas fundamentales de la catequesis

La finalidad última de la catequesis se logra por medio de unas tareas concretas.


¿Cuáles son las tareas fundamentales de la acción catequizadora? El Directorio
General para la Catequesis menciona seis tareas: propiciar el conocimiento de la
fe, la educación litúrgica, la formación moral, la educación a la oración, la
educación para la vida comunitaria y la iniciación a la misión. A las cuatro primeras,
el DGC (85-86) las llama “tareas fundamentales” de la catequesis, y a las dos
últimas, “tareas relevantes”.

Las distintas tareas de la catequesis han de ayudar a los catequizandos a crecer


como personas y como creyentes, atendiendo todos los aspectos y dimensiones
de la existencia humana y de la vida de fe. De acuerdo con ese criterio, dichas
tareas se pueden formular de la siguiente manera:

• PROMOVER A LA PERSONA EN SU PLENITUD HUMANA: ayudar a cada hombre y a cada


mujer a crecer en humanidad, a ser más persona; esto es, valorar la dignidad
humana, desarrollar armónicamente todas las facultades humanas, educar en
los valores más humanos, entre otros aspectos.

• DAR A CONOCER EL MENSAJE CRISTIANO: facilitar el conocimiento y la


profundización de los contenidos religiosos, formular una síntesis de fe y dar
razón de lo que se cree, se espera y se ama.

• EDUCAR PARA LA CELEBRACIÓN Y PARA LA ORACIÓN: facilitar el conocimiento y la


participación activa y consciente en la liturgia de la Iglesia, y educar en la oración
individual, comunitaria y litúrgica.

• EDUCAR EN LOS VALORES EVANGÉLICOS: facilitar el conocimiento, la interiorización


y la vivencia de los valores y exigencias que se desprenden del Evangelio.

• EDUCAR EN LA VIDA COMUNITARIA Y EN LA CORRESPONSABILIDAD ECLESIAL: educar en


el sentido de pertenencia y de corresponsabilidad eclesial; formar para la opción
vocacional y para el compromiso misionero.

• EDUCAR EN EL COMPROMISO SOCIAL LIBERADOR: educar en la lectura creyente de


la realidad, educar en el conocimiento y en la aplicación de la Doctrina Social
de la Iglesia, así como educar en el compromiso decidido por la promoción
humana y la transformación evangélica de las realidades temporales.

Desde su carácter propio, cada una de estas tareas fundamentales de la


catequesis contribuye en el logro de la madurez en la fe de las personas y de las

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comunidades. Todas, por lo tanto, son necesarias y han de estar presentes a lo
largo de los procesos catequísticos.

5.4. La catequesis como proceso catecumenal

Los documentos del Magisterio señalan reiteradamente que el catecumenado


bautismal es el modelo inspirador de la acción catequística:

- El modelo de toda catequesis es el catecumenado bautismal (MPD 8).


- Dado que la “misión ad gentes” es el paradigma de toda la acción misionera de la
Iglesia, el catecumenado bautismal a ella inherente es el modelo inspirador de su
acción catequizadora (DGC 90).

Desde el punto de vista histórico, el catecumenado es aquel período de formación


cristiana, de carácter catequético-litúrgico, que fue creado por la Iglesia de los
primeros siglos, con el fin de preparar y acompañar a los convertidos adultos al
encuentro con el misterio de Cristo y con la vida de la comunidad eclesial, expresado
en su momento culminante por los Sacramentos de iniciación cristiana: Bautismo, ritos
posbautismales y Eucaristía.

Los elementos fundamentales del catecumenado bautismal; esto es, el carácter


iniciático, la intensidad e integridad de la formación, la gradualidad, el empleo de ritos
y la referencia constante a la comunidad, han de inspirar la praxis catequística actual.

La catequesis, por consiguiente, está llamada a plantearse y desarrollarse como un


verdadero proceso catecumenal. Dicho proceso será de inspiración catecumenal si
reúne las siguientes características:

- Un proceso de iniciación cristiana integral, que contemple todas las dimensiones


de la vida de fe, y que se convierta en un auténtico aprendizaje de toda la vida
cristiana.
- Un proceso dinámico que exija duración y progresividad, que esté marcado por
etapas graduales que vayan indicando los momentos y el ritmo de crecimiento en
la fe.

- Un proceso señalado por ritos, signos y símbolos, que exprese los pasos que se
están dando y los compromisos que se van adquiriendo en el itinerario de fe.

- Un proceso comunitario que manifieste con claridad que el itinerario catecumenal


parte de la comunidad, lleva a la comunidad e implica a toda la comunidad eclesial.

- Un proceso que compromete a las personas, que exige una profunda conversión
y que pide orientar la propia vida en el horizonte de los valores evangélicos.

5.5. La catequesis de iniciación y la catequesis permanente

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El Directorio General para la Catequesis hace una distinción entre catequesis de
iniciación cristiana y catequesis al servicio de la educación permanente de la fe (DGC
63-72). Aunque son diferentes, ambos niveles de catequesis se reclaman y se
complementan.

5.5.1. La catequesis como iniciación en la vida de fe

La catequesis es un elemento fundamental de la iniciación cristiana y está


estrechamente vinculada con los sacramentos de iniciación, muy especialmente
con el sacramento del Bautismo.

La catequesis de iniciación pone las bases de la vida cristiana en los seguidores


de Jesús (DGC 69). Es, por lo tanto, una FORMACIÓN BÁSICA Y FUNDANTE. Y es,
también, una FORMACIÓN INTEGRAL, ya que inicia en todas las dimensiones de la
vida cristiana: conocimiento de la fe, vida litúrgica, vida evangélica y compromiso
cristiano.

• INICIACIÓN EN EL CONOCIMIENTO DE LA FE. La catequesis inicia en el conocimiento


orgánico y sistemático del mensaje cristiano. Inicia en el conocimiento del
misterio de Cristo y del designio salvador de Dios, con toda su profunda
significación vital para la vida de los seres humanos. La comprensión del
contenido de la fe ayuda al catequizando a vivir con hondura su fe cristiana y a
dar razón de su esperanza.

• INICIACIÓN EN LA VIDA NUEVA QUE BROTA DEL EVANGELIO. La catequesis inicia en la


vida moral, ofreciendo a los catequizandos una formación básica en los valores
y exigencias del Evangelio, con el fin de adquirir las actitudes y
comportamientos específicamente cristianos.

• INICIACIÓN EN LA VIDA LITÚRGICA. La catequesis inicia en la liturgia y en la oración.


Dicha iniciación consiste en ayudar a los catequizandos a comprender y vivir
profundamente las celebraciones litúrgicas de la Iglesia.

• INICIACIÓN EN EL COMPROMISO CRISTIANO. La catequesis inicia en el compromiso


eclesial y social. Tal iniciación consiste en educar a los catequizandos en el
sentido de corresponsabilidad eclesial y capacitarlos para que tengan una
presencia cristiana y fecunda en la sociedad.

5.5.2. El proceso permanente de educación en la fe

La catequesis básica no basta para formar cristianos adultos en la fe. Se necesita,


sin duda alguna, una catequesis permanente, que desarrolle en profundidad y en
extensión la fe inicial.

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La educación permanente en la fe necesita una comunidad cristiana que acoja y
acompañe al catequizando en su plena integración a la comunidad. Este nivel de
catequesis se dirige, por tanto, no sólo a cada creyente, sino a la comunidad
cristiana como tal.

A diferencia de la catequesis de iniciación, la educación permanente de la fe se


realiza a través de muchas formas de catequesis: estudio y profundización de la
Sagrada Escritura; lectura cristiana de los acontecimientos; catequesis litúrgica;
iniciativas de formación espiritual; profundización sistemática del mensaje cristiano
por medio de la enseñanza teológica; catequesis ocasional; etc.

Conviene enfatizar que la madurez de la fe, finalidad última de la acción


catequizadora, no puede ser alcanzada en un momento determinado de la vida
humana ni se puede lograr de una manera total. Por eso, la catequesis siempre se
ha de concebir y proyectar como un PROCESO PERMANENTE DE EDUCACIÓN EN LA FE,
que acompaña al catequizando en todas las situaciones y etapas de su vida. Hay
que tener en cuenta que las personas siempre estarán creciendo en la fe y, por lo
tanto, siempre habrá necesidad de la praxis catequística.

5.6. La catequesis como iluminación de la experiencia humana

En los primeros años que siguieron al Vaticano II, la reflexión catequética tuvo como
centro de su atención a la persona humana, considerada en su situación concreta.
Fue la llamada “etapa antropológica” de la catequesis, en la que se empleaban con
frecuencia expresiones como “catequesis situacional”, “catequesis existencial”,
”catequesis antropológica”, “catequesis social”, “dimensión experiencial de la
catequesis”, etc.

A partir de esos años, se profundiza más en el carácter histórico de la Revelación


(Dios se revela y actúa en la historia), y se crea la convicción de que la experiencia
humana es contenido de la catequesis y parte integrante de la acción catequizadora.

Entre otras cosas, la dimensión existencial de la catequesis nos recuerda que la


acción catequizadora anuncia la Palabra de Dios en la vida cotidiana, ilumina la
existencia humana y promueve el desarrollo integral de las personas y de las
comunidades.

- LA CATEQUESIS ES ANUNCIO DE LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA HUMANA. Si la


Revelación no está aislada de la vida, entonces la misma naturaleza de la
catequesis exige que el anuncio del Evangelio incida en la vida y en las situaciones
históricas, para que sea recibido como mensaje alegre, liberador y significativo. La
catequesis, pues, se relaciona con la experiencia humana y se encarna en la
realidad histórica de las personas y de las comunidades.

- A LA LUZ DE LA FE, LA CATEQUESIS ILUMINA E INTERPRETA LA VIDA HUMANA. La


catequesis tiene una función iluminadora, ya que ilumina y orienta la vida de las

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personas y de las comunidades; así como también hermenéutica, porque discierne
la presencia o ausencia de Dios y descubre el proyecto divino sobre la propia vida
y sobre el acontecer histórico. Para realizar adecuadamente estas funciones, la
acción catequística necesita tener permanentemente los ojos puestos en la historia
y saber contemplar y leer los signos de los tiempos.

- LA CATEQUESIS ES UNA MEDIACIÓN AL SERVICIO DE LA PROMOCIÓN HUMANA INTEGRAL. La


acción catequizadora posee una dimensión social y liberadora, como elemento
constitutivo de su ser y de su quehacer. En ese sentido, la catequesis se configura
como un ministerio pastoral que ayuda al ser humano a realizarse plenamente
(individual y socialmente, humana y cristianamente), que denuncia los aspectos
deshumanizantes de la sociedad, que manifiesta un amor preferencial por los más
pobres, que busca la construcción de una sociedad más justa y humana, etc.

Esta dimensión existencial-liberadora salva a la catequesis de la intemporalidad y la


convierte en un ministerio pastoral que se realiza en el tiempo y que está al servicio
de las personas y de las comunidades. La praxis catequística se realiza en el campo
de la vida y de la historia. La catequesis, por lo tanto, no puede alejarse de la vida de
las personas ni desinteresarse de los acontecimientos o de los problemas sociales
que vive la comunidad de creyentes.

Síntesis

1. Naturaleza de la catequesis

- La palabra katejesis se deriva del verbo griego katejein, y significa resonar o hacer
resonar un ruido o una voz.
- En la catequesis están presentes cuatro elementos esenciales: la eclesialidad (la
catequesis es una acción eclesial), la Palabra de Dios (la catequesis es un
ministerio profético), el proceso evangelizador (la catequesis es una etapa del
proceso evangelizador), y la dimensión educativa (la catequesis es una forma
privilegiada de educación en la fe).

2. La especificidad de la catequesis

- La EDUCACIÓN EN LA FE es el elemento que más expresa la identidad y peculiaridad


de la acción catequística.
- La catequesis es una acción eclesial distinta del kerigma, de la homilía, de la
teología y de la educación religiosa escolar.

3. La finalidad y las tareas de la catequesis

- La finalidad última de la catequesis es la maduración de la fe de los catequizandos


y de las comunidades cristianas.

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- Las tareas fundamentales de la catequesis son: promover a las personas en su
plenitud humana; conocer y profundizar el mensaje cristiano; educar para la
celebración y para la oración; educar en los valores evangélicos; educar en la vida
comunitaria y educar en el compromiso social liberador.

4. La catequesis como proceso catecumenal

- El catecumenado bautismal es el modelo inspirador de la acción catequística.


- La catequesis se desarrolla como un verdadero proceso catecumenal cuando
están presentes los siguientes elementos: carácter iniciático; formación integral;
dinamismo y gradualidad (existencia de etapas progresivas); empleo de ritos y
símbolos; y referencia comunitaria.

5. La catequesis de iniciación y la catequesis permanente

- La catequesis de iniciación ofrece una formación básica (pone las bases de la fe)
e integral (inicia en todas las dimensiones de la vida cristiana).
- La educación permanente de la fe, que supone y continúa la catequesis de
iniciación, tiene un carácter de explicitación y de profundización de la vida
cristiana.

6. La catequesis como iluminación de la experiencia humana

- La catequesis tiene una dimensión existencial y liberadora.


- El anuncio del Evangelio incide en la experiencia humana.
- La catequesis ilumina e interpreta la vida humana y la historia.
- La catequesis es una mediación al servicio de la promoción humana.

Para profundizar

1. Elaborar personalmente y en grupo una descripción de catequesis.

2. Tomando en cuenta los elementos esenciales de la catequesis, ¿qué consecuencias


prácticas se desprenden de éstos para la praxis catequística y para la formación de
catequistas?

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CONSECUENCIAS CONSECUENCIAS
ELEMENTOS ESENCIALES EN LA EN LA
DE LA CATEQUESIS PRAXIS CATEQUÍSTICA FORMACIÓN DE LOS
CATEQUISTAS
LA CATEQUESIS,
ACCIÓN ECLESIAL
LA CATEQUESIS,
MINISTERIO
PROFÉTICO
LA CATEQUESIS, ACCIÓN
EDUCATIVA

3. Diseñar, personalmente o en equipos de estudio, un itinerario catecumenal para


adultos, señalando los objetivos generales, las etapas, los objetivos y contenidos de cada
una de las etapas...

Referencias

Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1983). La catequesis de la comunidad.


Madrid: Edice.

CNBB (1983). Catequesis renovada. Orientaciones y contenido. Santafé de Bogotá:


Centro de Publicaciones CELAM.

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(Para los documentos eclesiales, véase el listado de siglas)

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