Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En general, en las tareas indirectas se busca encontrar pruebas de que los sucesos previos tienen
alguna influencia sobre la prueba presente, la facilitan o la llevan en una dirección determinada
Richardson-Klavehn y Bjork (1988) que abarca la gran mayoría de tareas indirectas al margen de
supuestos teóricos sobre estructuras o procesos de memoria. Ellos agrupan las pruebas en cuatro
grandes apartados: 1) pruebas de conocimiento factual, conceptual, léxico y perceptivo 2) pruebas
de conocimiento de procedimientos; 3) pruebas de respuesta evaluativa, y 4) otras pruebas de
cambio conductual que incluyen medidas neurofisiológicas y de condicionamiento.
Las tareas relacionadas con el conocimiento léxico dirigen al sujeto hacia la recuperación de palabras
a partir de preguntas, tales como si una sarta de letras es una palabra o no (decisión léxica), qué
palabra corresponde a una definición, o cómo completar una palabra a partir de fragmentos,
iniciales o no, de esa palabra.
Otra forma
de graduar esa dificultad consiste en proporcionar únicamente fragmentos aleatorios del material
visual, por ejemplo, eliminando puntos o trazos y presentando más fragmentos sólo cuando el sujeto
no pueda identificar la palabra o el dibujo. Así, en cada ensayo se le da una versión.
Pero como tarea de memoria, la medida debe ser relativa, esto es, cuánto tarda un sujeto en volver
a alcanzar ese nivel, o la solución del rompecabezas, cuando ha transcurrido ya un tiempo desde su
adquisición inicial. Dicho de otro modo, cuánto se ahorra por esa experiencia previa al volver a
intentarlo un tiempo después.
Como tarea indirecta de memoria, esta clase de pruebas ha incluido toda clase de materiales, como
dibujos o melodías musicales, pidiendo al sujeto que los evalúe sobre alguna dimensión irrelevante
para la tarea posterior. Otras veces la respuesta evaluativa se refiere a un juicio cognitivo sobre el
material, por ejemplo sobre la credibilidad de una determinada afirmación presentada con
anterioridad.
AMNESIA RETRÓGRADA
¿Cómo se mide el alcance de la pérdida de memoria en la amnesia retrógrada? Puesto que lo que se
pierde son recuerdos y no conocimientos, la respuesta obvia es examinar los recuerdos
autobiográficos de los pacientes. Pero de seguir esta estrategia, en seguida surgirían los problemas
de comprobación
de la autenticidad y exactitud de los recuerdos que habría que cotejar con los de familiares y amigos
en cada ca so. Por ello, habitualmente se adoptan técnicas de evaluación menos «individuales».
La técnica consiste en presentar una lista de palabras, una por una, al paciente o sujeto
experimental, pidiéndole que cuente una experiencia personal pasada relacionada con el referente
de la palabra.
De hecho, en algunos casos el paciente será incapaz de contar un episodio y se limitará a enumerar
algunos aspectos relacionados con el significado o con las funciones de lo que denota la palabra (por
ejemplo «los vasos..., hay de muchas clases, en casa, en los bares...»). Es como si el paciente sólo
pudiera contar con su memoria semántica y no pudiera acceder a los contenidos episódicos del
intervalo temporal afectado por la amnesia.
Es capaz de mantener una conversación, lo que indica que su memoria operativa funciona con
normalidad, aunque unos minutos después no será capaz de recordar ese episodio.
Del amnésico se dice que «vive continuamente en el presente», que no puede hacer planes para el
futuro (los olvida).
De las amnesias producidas por una etiología orgánica, el síndrome de Korsakoff es la enfermedad
más ampliamente citada. En la pasada centuria, Korsakoff fue el primero en describir este síndrome
amnésico que se caracteriza por una fase aguda de confusión mental y desorientación en el tiempo,
lugar y/o en la persona.
El síndrome de Korsakoff es una entidad clínica definida por cuatro síntomas fundamentales:
amnesia para hechos recientes, que incluye una amnesia anterógrada y una amnesia retrógrada
parcial, pese a que las memorias para hechos vitales remotos y habilidades aprendidas permanezcan
intactas;
desorientación espacial y especialmente temporal; algún grado de confabulación; y ejemplos
ocasionales de falso reconocimiento
el CI de los
amnésicos permanece en un rango relativamente normal, el CI de los pacientes con demencia va
disminuyendo progresivamente según avanza su enfermedad
La amnesia que sigue a lesiones en el lóbulo temporal también se ha encontrado tras una oclusión
de la arteria cerebral posterioro de un ataque isquémico (la isquemia es una pérdida sostenida
de presión sanguínea que hace que no llegue suficiente cantidad de sangre a una región del
cerebro).
Aunque puede haber diferencias entre amnésicos, el síndrome amnésico se caracteriza por los
siguientes rasgos:
1. Memoria operativa: no tienen problemas con las pruebas experimentales habituales. Incluso,
algunos Korsakoff y encefalíticos han mostrado ser superiores a los sujetos de control normales
(Baddeley, 1990).
2. Memoria permanente: los trastornos de memoria de los amnésicos se sitúan en este sistema, pero
dada su complejidad vamos a examinar por separado los déficit relacionados con el almacén
permanente en el pasado (amnesia retrógrada) y los problemas que manifiestan en la adquisición y
retención permanente de nueva información (amnesia anterógrada).
A. AMNESIA RETRÓGRADA
Cuando se evalúa la pérdida de recuerdos autobiográficos (episódicos) o de sucesos públicos (más
semánticos) pueden encontrarse grandes diferencias entre los amnésicos. De entrada conviene
señalar que no siempre es fácil determinar con exactitud el momento en que comienza el trastorno,
como
ocurre con los enfermos de Korsakoff , cuya enfermedad se desarrolla gradualmente. En otros casos,
en cambio, se puede señalar el momento exacto del comienzo de la enfermedad,como en H. M. y N.
A. Podemos analizar los resultados que se conocen sobre los dos tipos de amnésicos, de lóbulo
temporal y diencefálicos.
algunos (Squire, 1987) opinan que la amnesia retrógrada afecta a la memoria episódica y a la
semántica. Lo que parece ocurrir es que el deterioro en la memoria semántica puede darse
especialmente cuando la información se adquirió recientemente, como puede ocurrir con algunas
noticias, con expresiones lingüísticas que se ponen de moda a partir de
un momento determinado, etc. Por el contrario, la memoria episódica puede no estar dañada, sobre
todo la que se adquirió hace mucho tiempo (por ejemplo, los recuerdos de la infancia o primera
juventud).
B. AMNESIA ANTERÓGRADA
Es la característica más acusada del síndrome amnésico. Definida como una incapacidad para
aprender o retener hechos nuevos.
Las pruebas más claras de amnesia anterógrada provienen del bajo rendimiento de los amnésicos en
las pruebas tradicionales de recuerdo y reconocimiento. En efecto, unos minutos después de haberle
presentado una lista de 15 ó 20 palabras, el amnésico es incapaz de recordar más allá de unas pocas,
siempre muy por debajo del rendimiento de sujetos controles normales. Además, el deterioro es
más evidente para las palabras del principio o del centro de la lista, mientras que las últimas son
mejor recordadas y en ellas su rendimiento puede ser semejante al normal. Pero ocurre lo mismo
cuando se trata de una conversación, una película o un programa de televisión.
un amnésico no puede recordar lo que acaba de ocurrir o lo que acaba de decir, en cambio es capaz
de aprender nuevas destrezas perceptivo-motoras y cognitivas, y da muestras incidentales de que
ciertos aspectos de la información le influyen, aunque no pueda recordar intencionalmente que esa
información se le ha presentado antes.
la memoria semántica funciona con normalidad y que ello explicaría la conservación de las funciones
lingüísticas
mientras que el deterioro de la memoria episódica daría lugar a los fracasos de recuerdo y
reconocimiento propios de estos pacientes.
Al igual que con los recuerdos personales (episódicos) muy antiguos, esas funciones y conocimientos
semánticos parecen estar preservados por igual en la amnesia, por lo que la distinción episódico-
semántica no sería de utilidad a la hora de explicar las pérdidas retrógradas
las dificultades semánticas de los amnésicos no tienen por qué hacernos desechar la hipótesis de
que el problema fundamental de los amnésicos está en la estructura episódica.
El amnésico sabe cómo resolver rompecabezas, cómo realizar una tarea perceptivo-motora que
antes del entrenamiento no conocía, cómo comportarse ante alguien que lleva alfileres en la mano,
y un largo etcétera, aunque no recuerde en absoluto cuándo aprendió esas destrezas, ni siquiera el
haberlas practicado antes.
Las hipótesis relacionadas con los déficit de codificación han tenido en cuenta que en los normales el
procesamiento semántico (más profundo) de las palabras de una lista lleva a un recuerdo mejor que
el procesamiento basado en características más superficiales del material. Supuestamente, el
amnésico no realizaría este procesamiento más profundo y, por tanto, su recuerdo posterior se vería
deteriorado.
En relación con la posibilidad de un déficit de almacenamiento se han barajado al menos dos ideas.
mantiene que el rendimiento normal de los amnésicos en tareas de memoria a corto plazo es un
indicador de que esa estructura de memoria está intacta y que el problema sería uno de
transferencia a la memoria a largo plazo (MLP) que impediría el almacenamiento permanente o la
consolidación de la información y su posterior recuperación desde esta última estructura.
déficit en la recuperación. En esta línea, Jacoby (1984) ha sugerido distinguir entre recuperación
intencional e incidental de la información de la memoria
Según este modelo, la experiencia presente en cada momento se refleja en forma de instantáneas
en la memoria de trabajo, desde donde se activan las estructuras conceptuales relevantes o se
reevocan sucesos pasados, que también se pueden situar en la memoria operativa. La memoria
operativa es, pues, el lugar en el que se pueden formar asociaciones entre todos esos contenidos
Hay varios autores que han acentuado la importancia de la conciencia (de sus fallos) en la memoria
de los amnésicos. El más conocido y, seguramente, el más radical en ese planteamiento es Tulving
(1987, 1993, 2005), que propone una conexión directa entre conciencia y memoria al suponer que a
cada sistema de memoria (de procedimientos, semántica y episódica) le corresponde un tipo de
conciencia
Así, al sistema episódico, el más dañado en la amnesia, le corresponde una conciencia que tiene que
ver con «la familiaridad y la referencia personal en la recreación del pasado, y con el tiempo
subjetivo en que el amnésico es un actor, planificador, o incluso un mero observador de lo que
ocurre»
En definitiva, lo que parecen tener en común todas estas explicaciones teóricas es la distinción entre
una memoria más pasiva, automática, que pueda expresarse de forma fragmentaria y no consciente,
y que el amnésico mantiene, y una memoria activa, que requiere recursos cognitivos y que expresa
unidades amplias de información conectadas entre sí de forma significativa y posiblemente con la
mediación de la conciencia, memoria que en el amnésico está severamente dañada.
Los problemas de memoria son el primer síntoma (Morris y Kopelman, 1986; Bäckman, 1992), pero a
medida que avanza la enfermedad el deterioro intelectual y emocional se hace más general y grave
(Baddeley, 1990), hasta llegar a un estado de demencia profunda.
Pero cuando la enfermedad progresa los olvidos son más dramáticos (qué día es hoy) y afectan a la
memoria semántica: no se recuerdan los nombres de las cosas y el paciente es incapaz de dar
ejemplos de una categoría semántica si se le pregunta (nombres de fl ores, por ejemplo).
Alzheimer
Desde un tipo de vista clínico, es el deterioro progresivo del funcionamiento psicológico
· Rendimiento mnésico
· Alteraciones en el funcionamiento intelectual
· Alteraciones en lo emocional y afectivo
· Depresión
Amnesia retrograda
Esto parece indicar que está relacionado con la labor de coordinación del ejecutivo central, de la
memoria operativa.
“En este sentido, Baddeley (1990) ha resumido los problemas de memoria de los enfermos de
Alzheimer en términos de una combinación de síndrome amnésico con una perturbación del
funcionamiento del ejecutivo central.”
En los enfermos de Alzheimer de fase temprana parece haber problemas para que se muestre la
facilitación léxica, semántica y perceptiva, tanto con material verbal como dibujos.
Un último punto es la afectación que la enfermedad produce a los cuidadores, ya que tienen que
tener mucha paciencia, a veces sienten gran impotencia, al no poder ayudar a los cuidados. Algunas
veces incluso hay agresividad, depresión, frustración, colera, en los pacientes, al no poder realizar
tareas tan simples como bañarse o vestirse , olvidar cosas que se les dicen hace 3 minutos.
Normalmente la información agradable suele ser más accesible que la desagradable y es recuperada
con más exactitud y más rápidamente.
Hay dos modelos teóricos que llegan a la conclusión de que tanto en la depresión como en la
ansiedad se produce un sesgo selectivo en la memoria que facilita la recuperación de la información
congruente con su estado emocional
En definitiva, esta teoría predice que el estado de ánimo tiene una influencia decisiva en los
procesos cognitivos y especialmente en la memoria, ya que el estado de ánimo en el recuerdo actúa
como un elemento esencial en la memoria de trabajo
la información congruente con un cierto estado de ánimo estará mucho más disponible en la
memoria y, por tanto, su procesamiento se verá facilitado puesto que la información está ya
parcialmente activada.
El considerar al estado de ánimo como un contexto en sí mismo, en el sentido de que el material que
se experimente en un estado de ánimo determinado sea mucho más probable de ser recuperado
cuando se esté de nuevo en ese mismo estado, puede interpretarse según dos hipótesis derivadas
del modelo de red: el aprendizaje (o recuerdo) dependiente del estado, o la congruencia con el
estado de ánimo.
Lo que nos están indicando estos datos en conjunto es que los efectos del material positivo y
negativo no producen los mismos sesgos. Como señala Baddeley (1990), mientras que los estados
alegres tienden a promover la codificación y el recuerdo de memorias positivas e inhibir el
procesamiento del material negativo, bajo un estado de ánimo triste no sucede exactamente lo
mismo, puesto que en condiciones de humor triste lo que se produce es una inhibición del
aprendizaje y del recuerdo del material positivo, pero no una mayor recuperación del material
negativo
Amnesias funcionales
El estrés y la ansiedad tienen una clara influencia en los procesos de memoria y todos hemos podido
sufrir sus efectos en los momentos más inoportunos
Si la memoria se podía recuperar por algún medio (a través de la hipnosis o de amital sódico),
entonces se consideraba que la amnesia era funcional y no orgánica
Lo que aquí nos interesa de esta alteración es el funcionamiento particular de las «memorías», dado
que cada identidad parece tener la suya propia. Normalmente, la personalidad original no conoce (o
tiene poco conocimiento) del resto de las personalidades, pero suele ser consciente del tiempo
perdido —de sus lagunas—
, que se corresponde con el tiempo en que las otras personalidades tienen el gobierno o control de
la conducta
la personalidad múltiple se concibe cada vez más como una forma disociativa del trastorno de estrés
postraumático (Braun y Frischholz, 1992), dado que estos pacientes han padecido frecuentemente
abusos sexuales o físicos desde muy temprana edad
En estos casos, el paciente ha vivido un suceso que suele estar fuera del rango habitual de
experiencias humanas (guerras, catástrofes naturales, violaciones, etc.), que conllevan una seria
amenaza para la propia vida o la de otros, son muy frecuentes los flashback.
Como se ha comentado, los hechos violentos y las situaciones de una alta emocionalidad anteceden
a los trastornos disociativos. Además, la amnesia psicógena es uno de los sínto mas que más
frecuentemente se encuentra tanto en las víctimas de algún delito violento como en quienes los
cometen.
DISTORSIONES DE LA MEMORIA: PARAMNESIAS Y PARAPRAXIAS
La perspectiva de Bartlett sobre la memoria como reconstrucción sugiere que los intentos de
recordar un acontecimiento o un estímulo incluirán modificaciones tales como la condensación, la
distinción de determinados elementos o la interpolación (Bartlett, 1932). Cada vez que la escena sea
recordada se introducirá en ella algunas modificaciones, siendo posible que la reconstrucción
resultante se aleje bastante del acontecimiento original y, consecuentemente, deje de reconocerse.
Cada memoria está de algún modo distorsionada, deformando el acontecimiento original, y puede
que algunos de los ejemplos de la psicopatología de la memoria sean exageraciones de las
tendencias detectables en la llamada memoria normal
A. ANOMALÍAS EN EL RECUERDO
Uno de los ejemplos más típicos de paramnesia «cotidiana» es aquel en que nos encontramos con
una persona a la que conocemos de algo pero somos incapaces de identifi carla. Muchas veces este
fenómeno ocurre cuando la otra persona se encuentra fuera del contexto en el que la conocimos y
con el que normalmente la asociamos
En este caso, la otra persona es reconocida e identificada apropiadamente, pero uno es incapaz de
recordar su nombre;
3. Sensación de conocer
En este caso, las personas están convencidas de que conocen o saben algo, pero a la hora de
demostrar tal conocimiento fracasan
4. Punta de la lengua
Cuando estamos convencidos de que conocemos perfectamente una palabra aunque de hecho no
podemos recuperarla, estamos experimentando el desagradable fenómeno de «lo tengo en la punta
de la lengua
5. Laguna temporal
Este fenómeno sólo ocurre cuando los hábitos están muy automatizados y no necesitan nuestra
aportación consciente
El fallo real aquí se encuentra en el no haber prestado una atención consciente a los hechos; en no
haber registrado una serie de acontecimientos que funcionan normalmente como marcadores
temporales
a) los «verificadores» no dudan de que pueden recordar el hecho original, pero hay que señalar que
nos encontramos con tareas rutinarias. De este modo, no pueden estar seguros de si lo que ellos
recuerdan lo hicieron ayer u hoy. Sus dudas tienen que ver con la ordenación temporal del evento
más que con el evento en sí
En las dos existe una fabricación de recuerdos para llenar lagunas mnésicas
El termino confabulación puede usarse cuando el paciente puede inventarse recuerdos, sin intención
de mentir, al intentar dar respuesta a cosas que no recuerda y tener así una continuidad mnémica
1. Déjà vu
Este fenómeno suele ser común en pacientes psiquiátricos (cuya sensación puede ser muy
prolongada e incluso continua), siendo muy frecuente en la despersonalización y como correlato de
las lesiones en el lóbulo temporal y en epilepsias. Pero también es experimentado por la gente
normal, sobre todo en la juventud o bajo condiciones de fatiga, si bien en este caso la experiencia
suele durar muy pocos segundos. Parece que el déjà vu es una negación de la presencia actual del
suceso; es decir, es el modo de percibir la situación más que la situación misma la que puede
explicar esta experiencia.
2. Jamais vu
El individuo , aun siendo consciente de que el suceso lo había experimentado antes, no tiene la
sensación de serle familiar. Se trata de una experiencia bastante menos común en la población
general y fenomenológicamente menos comprensible.
También podemos traer a colación el hecho de que cuando vemos a un famoso por la calle,
generalmente nos cuesta re cono cer lo. Estamos acostumbrados a observar su cara en un retrato
inmóvil y con una organización diferente a cuando vemos esos mismos rasgos en movimiento y en
otro contexto.
3. Criptomnesia
Es un fallo en reconocer las ideas ya conocidas,es decir un recuerdo no es experimentado como tal,
sino que por el contrario se cree que es una producción original, vivida por primera vez
estos pacientes tienen una ejecución por debajo de lo normal, La explicación más simple para este
fenómeno es apelar al enlentecimiento psicomotor que caracteriza a la depresión
existe un claro desfase entre las quejas de los deprimidos acerca de su mala memoria y su ejecución
real (por ejemplo, Williams, Little, Scates y Blockman, 1987; Perpiñá, Baños, Brisa y Belloch, 1989); es
decir, que no es la memoria en sí misma la que está dañada, sino que los pacientes, por algún
motivo, simplemente no informan de todo el material que tienen disponible.
destaca la hipótesis de que los pacientes deprimidos tienen un criterio muy estricto acerca de la
validez de sus respuestas, es decir, que tienen un umbral muy elevado de confianza. Según esta
afirmación, los deprimidos prefieren no contestar a menos que estén absolutamente seguros
2. Ansiedad
varios estudios experimentales no han encontrado un déficit de memoria; más aún, algunos han
encontrado una relación positiva entre rasgo de ansiedad y ejecución en la memoria
Por ejemplo, se ha comprobado que la ejecución en tareas de amplitud de dígitos puede verse
deteriorada por la inducción de estrés (estado), pero sin embargo, no hay diferencias en esta tarea
entre sujetos con alto o bajo rasgo de ansiedad
Aquellos aspectos que están bajo el dominio de los procesos automáticos (los que no requieren
esfuerzo, ni demanda atencional, ni se ven afectados por problemas de capacidad) permanecen
relativamente preservados, mientras que los procesos controlados, por requerir mayores demandas
de recursos de procesamiento, son los que presentan mayores anomalías.
Ellis y Ashbrook (1991) y Khilstrom (1991) plantean que la depresión o la tristeza, como estados de
ánimo, tienen un poderoso efecto en la capacidad atencional entendida como la inclinación del
sujeto para organizar sus recursos cognitivos; es decir, que el estado de ánimo regula la localización
de los recursos de procesamiento. Ya que el estado de ánimo es el responsable de organizar la
política de los recursos atencionales, el humor deprimido consumiría gran parte de la capacidad
atencional dejando menos capacidad disponible para otras tareas, aunque no interferiría con otras
actividades automáticas, que en sí mismas no requieren recursos atencionales
La misma argumentación se podría utilizar para el caso de la ansiedad, en cuyo caso la capacidad de
los recursos de procesamiento está siendo ocupada por una de las quejas más habituales en la
clínica: la preocupación ansiosa (worry). Esta preocupación ha sido definida como una cadena de
pensamientos e imágenes, cargadas afectivamente en sentido negativo y relativamente
incontrolables
se puede concluir que en la depresión existe un sesgo tanto en el aprendizaje como en el recuerdo a
través del efecto de congruencia. La depresión parece tener su principal efecto en la memoria a
través de las preocupaciones del individuo acerca de los hechos negativos de su vida.
B. ESQUIZOFRENIA
Hay bastante acuerdo en afirmar que los esquizofrénicos tienen problemas para filtrar y
seleccionar la información irrelevante de la que no lo es, por lo que se produciría una sobre
carga de información que tendría repercusiones en otras operaciones cognitivas, incluida la
memoria
En definitiva, lo que estos datos ponen de relieve es que se produce un análisis poco eficiente de la
información entrante. Estos resultados son más consistentes en el caso de la esquizofrenia
paranoide;
Existe una amplia variedad de alteraciones de la memoria, con distintas implicaciones, mecanismos y
etiologías. Desgraciadamente, todavía no contamos hoy por hoy con un modelo único que permita
incorporar sin ambigüedades las funciones de la memoria
La amnesia retrógrada se define por la incapacidad para recordar el pasado, y se puede apreciar en
la amnesia postraumática y en la TEC.
El término «síndrome amnésico» se reserva para aquellos casos en que una lesión cerebral produce
un déficit global y permanente de memoria, —sin que haya otros deterioros intelectuales— ,
consistente en una gran dificultad para retener información nueva (recibida después del comienzo
de la amnesia), esto es, amnesia anterógrada,
por lo general en el síndrome amnésico, pese a que no pueda recordar lo que acaba de ocurrir,
puede ser capaz de aprender nuevas destrezas perceptivo-motoras y cognitivas, dando muestras
incidentales de que ciertos aspectos de la información le han influido, aunque no puede recordar
intencionalmente esa información.
Una diferencia importante entre la demencia de Alzheimer y el síndrome amnésico es que mientras
que en esta última los pacientes no presentan problemas en la memoria operativa, los pacientes de
Alzheimer presentan un déficit en el sistema ejecutivo central
hicimos un repaso de amnesias funcionales, la mayor parte de ellas incluidas dentro de la categoría
de los trastornos disociativos (amnesia psicógena, estado de fuga y personalidad múltiple), siendo
también de interés el análisis del trastorno por estrés postraumático,
Dado que la amnesia psicógena es uno de los síntomas más frecuentes tanto en las víctimas de algún
delito violento como en quienes los cometen, también hicimos un breve comentario de la literatura
proviniente de los relatos de los testigos presenciales